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Ribeiro, Manuel

Ocumare del Tuy; Junio 2010

EL CEREBRO

Nuestro organismo y nuestra conducta funcionan gracias al cerebro, el


órgano que rige nuestro cuerpo. Para realizar su trabajo tiene que estar
continuamente recibiendo información, tanto de lo que ocurre en nuestro interior
como del exterior. Los nervios son los que llevan esta información desde el lugar
en donde se produce el fenómeno hasta el centro de control. Este conjunto de
nervios y cerebro forman el sistema nervioso.

Es el órgano del sistema nervioso rico en neuronas con funciones especializadas,


está localizado en el encéfalo de los animales vertebrados y la mayoría de los
invertebrados. En el resto, se denomina al principal órgano ganglio o conjunto de
ganglios.

HISTORIA

El origen de nuestro maravilloso cerebro sé podría remontar en la tendencia


creciente de la masa cerebral, creada por la necesidad de satisfacer las
necesidades de los individuos.

Los primeros fósiles de un animal con cerebro son de hace unos 500 millones de
años. Son de un pez sin mandíbulas (los primeros vertebrados) con un patrón en
su construcción que va a seguir como modelo a lo largo de toda la evolución,
desde los vertebrados inferiores (peces, anfibios, y reptiles), siguiendo por los
vertebrados superiores (aves y mamíferos), hasta llegar al hombre. Este modelo
está constituido por la medula espinal seguida del tronco del encéfalo, di encéfalo
y eventualmente la corteza cerebral.

Este cerebro primitivo se ha seguido como modelo a lo largo de toda la escala


evolutiva, tanto en la diversidad anatómica de cerebros encontrados como en los
cerebros de los peces actuales. Esta diversidad de cerebros parece deberse a que
partiendo de ese patrón básico y fundamental que hemos señalado, se han
derivado “especializaciones” del mismo adaptadas a nichos ecológicos diferentes.
Desde hace mucho tiempo se ha distinguido los conceptos de adaptación y
adaptabilidad como inversamente proporcionales. Es decir, a mayor adaptación de
un animal a su medio ambiente, menor es la capacidad platica evolutiva que tiene
para poder adaptarse a un nuevo ambiente en el supuesto de que el suyo original
cambiase.
Es decir, la línea central evolutiva ha partido siempre de cerebros “no
especializados”, más indiferenciados y sin desarrollos particulares de ese patrón
básico de ese cerebro que ya hemos descrito.

EVOLUCIÓN

A lo largo de la evolución de los mamíferos, desde hace mas de 60 millones


de años, el desarrollo del cerebro se considera una primera y verdadera revolución
en comparación al proceso conservador que había mantenido este desarrollo
hasta entonces. Según Jerison (1973): “Con esta revolución nace la verdadera
inteligencia es decir, la capacidad flexible de adoptar por diferentes opciones de
respuesta ante un determinado estimulo. Esta revolución se expresa en los
primeros mamíferos con una primera y nueva organización del cerebro, de
manera que su mayor tamaño ya no se hace de manera lineal como en los
primitivos cerebros (vertebrados inferiores), sino que comienza el contacto o
superposición de la parte posterior de la corteza con la anterior del cerebelo, y con
ello por primera vez desaparece la exposición del tronco del encéfalo, que queda
recubierto por estas dos estructuras”

Y la segunda gran revolución del cerebro es dada por el hombre, este es un


proceso fascinante al mismo tiempo que sorprendente, como lo indica Tobías
(1995): “El hombre, en tan sólo un espacio de tiempo de 2-3 millones de años, ha
aumentado el peso del cerebro de 500 gramos a 1.400 gramos. Un aumento de
casi un kilo de cerebro.

Desde que se reunieron los primeros datos acerca de los grandes primates
hominoideos y fueron catalogados como una única familia bajo el nombre de
Australopitecos, el puente entre el hombre y los animales se estableció de una
forma definitiva. El estudio de los restos fósiles nos permiten hoy comprobar que
desde los antecesores del hombre, los Autralopitecinos (Afarensis, volumen
cerebral medio 400 cc; y Africanus 460 cc), el cerebro aumentó unos 250-350 cc
en el Homo Habilis (700-750 cc de volumen cerebral medio). En el Homo Erectus,
el volumen cerebral alcanzó los 900 cc, y de ahí su progresión con el Homo
Sapiens hasta llegar a los 1.400 cc”

No hay ninguna duda de que el aumento del tamaño y la organización del


cerebro en un tiempo tan corto ha debido ser el resultado de una serie de
procesos en los cuales han intervenido una gran serie de factores.

Estaría mal creer que la evolución del cerebro puede atribuirse a un solo
factor tal como la adquisición de la bipedestación, la utilización y construcción de
herramientas, adquisición del lenguaje o nuevos modos de vida social, como la
agricultura y la ganadería. Y aun más importante, debió de haber factores “clave”
responsables de disparar inicialmente esa acelerada carrera por la adquisición de
un cerebro grande.
En los homínidos se considera que el comienzo del crecimiento del cerebro
comenzó hace unos cinco o seis millones de años en el contexto específico de un
determinado medio ambiente. Este nicho ecológico fue el encuentro o límite entre
la selva húmeda, y La sabana árida
y seca. En este medio ambiente
cambiante sobrevinieron los primeros
cambios adaptativos del cerebro en
los antepasados del hombre. De ser
ello así, pudo ser la temperatura
ambiental en esta sabana, junto con
métodos de caza primitivos, uno de
esos factores “clave”, sin olvidar la
suma importancia que se le tiene que
dar al dedo pulgar de las manos que
es oponible a todos los demás
dedos, desarrollando así la
creatividad del hombre y dando como resultado la creatividad del hombre.

CEREBRO TRIUNO

El Dr. Roger Sperry descubrió y demostró a partir del año 1952, que el cerebro
humano no es uno sino que son dos. A partir de entonces se supo que teníamos
dos cerebros: El hemisferio cerebral izquierdo y el hemisferio cerebral derecho.
Sperry, premio Nobel 1981, encontró que cada cerebro representa dos diferentes
reinos de conciencia, sensaciones, percepciones, pensamientos y recuerdos.

Avanzó la neurociencia y en 1983 MacLean habló del Cerebro Triuno o


Triádico por ser tres los cerebros interconectados en una armazón común, los que
pueden operar de manera independiente y cada uno hacerlo con una especial
inteligencia, subjetividad, sentido del tiempo y espacio, y su propia memoria y
función motora.

La evolución de las especies, Paul Mclean observa que tal como un árbol
con el tiempo añade capa sobre capa de corteza, el cerebro ha ido añadiendo
capas a lo largo de la evolución que va (generalizando) desde los reptiles hasta el
ser humano.

Ubica además físicamente las áreas del cerebro típicas de un reptil dentro de la
zona más baja del cerebro humano, contando esta con zonas de desarrollo
características de un reptil. Luego ubica la de los mamíferos y al final la de los
seres humanos.

Acá les dejo un extracto que explica un poco la teoría de McLean.

Paul McLean, creador del modelo del cerebro triuno, descubre tres estructuras o
sistemas cerebrales: reptil o básico, límbico y neocortex; cada uno es distinto en
su estructura física y química, procesan la información que reciben según su
propia modalidad.

Sistema Reptil: se caracteriza por ser asiento de la inteligencia básica, es la


llamada inteligencia de las rutinas, rituales, parámetros. Sus conductas, en la
mayoría, son inconscientes y automáticas. Recibe mensaje del límbico y del
neocortex. Se hace cargo de su conducta cuando se ve amenazado por la
sanción, generando un comportamiento reactivo. Las personas actúan desde esta
estructura en atención a sus necesidades vitales.
Sistema Límbico: Constituye el asiento de la emociones, de la inteligencia
afectiva y motivacional. Trabaja en sintonía con el reptil. Toda información
sensorial es filtrada por este sistema antes de pasar al neocortex. Promueve la
productividad, la satisfacción en el trabajo y en el aprendizaje.

Neocortex: Es el cerebro humano más evolucionado.

EL CEREBRO Y LOS SENTIDOS

Los órganos de los sentidos son la vía de entrada de toda la información que
proviene del exterior y que le permite al cerebro desarrollar su inteligencia, sus
emociones y sus sentimientos.

Gracias a los sentidos podemos:

- Comunicarnos con todo lo que nos rodea.


- Saber cómo son las cosas con lujo de detalle.
- Aprender, al registrar en nuestro cerebro lo que vemos, oímos, olemos, sentimos
y saboreamos diariamente.
- Cuidarnos y detectar a tiempo cualquier peligro.
- Gozar todas las maravillas que existen en nuestro maravilloso mundo.
- Conocer y convivir con todas las personas.

Los órganos de los sentidos de la vista, el gusto, el olfato y el oído, están


conectados directamente al cerebro mediante los nervios craneales, el del tacto
pasan antes por la médula espinal.

Los sentidos transmiten todo lo que perciben y el cerebro lo ordena para


convertirlo en un conocimiento, lo almacenan, lo clasifica y lo utiliza cuando es
necesario.

Todos los sentidos: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto, son igualmente
importantes, pero por sus funciones especiales, unos son más necesarios que
otros.

Sin el sentido del tacto una persona no podría sobrevivir, al evitar que la piel
mande al cerebro noticias sobre temperaturas, formas y consistencias de objetos,
piquetes y mordidas de animales y otras sensaciones importantes, el cerebro no
podría mandar instrucciones para que se activen las defensas y se reparen los
tejidos dañados.

Si se pierde la vista o el oído se puede llegar a desarrollar más otros sentidos. Si


se pierden los sentidos del olfato o gusto, las personas pueden fijarse mejor al
consumir alimentos y aspirar sustancias.

El cerebro para cada sentido funciona de la siguiente manera:

La vista . La luz se convierte en señales nerviosas, penetra el cristalino, la enfoca


sobre la retina, llegan a los receptores de luz que son los conos y bastones, se
impulsan al nervio óptico en donde se convierten en imágenes y llegan al cerebro,
el cual organiza la información. En realidad vemos con el cerebro a través de los
ojos.

El oído . Los sonidos llegan al cerebro después de viajar por el oído y llegar al
nervio auditivo y bulbo raquídeo en donde pasan por estaciones repetidoras que
transmiten los sonidos a la corteza auditiva que registra los impulsos sonoros de
ambos oídos.

Las señales llegan a la corteza auditiva, en el cerebro y son interpretadas,


registradas, agrupadas y almacenadas. Esta parte del cerebro está muy
comunicada con los centros que procesan el lenguaje y le dan sentido a los
sonidos del habla. En los centros de la audición, ubicados en los lóbulos
temporales a la altura de las sienes, se registra el volumen de los sonidos, si son
fuertes o tenues, lo que depende de la fuerza con que nos lleguen las ondas
sonoras.

Se registra también la altura o intensidad de los sonidos, si son graves o agudos,


lo que depende de la frecuencia de dichas ondas por segundo y también se
registra el timbre, o sea la mezcla de ondas sonoras que distingue a cada
instrumento o voz.

Todas las ondas sonoras llegan a la corteza auditiva, los ruidos, o sea los sonidos
desordenados, son interpretados en el área del cerebro llamada Wernicke. Los
sonidos son la base de nuestro lenguaje, las palabras son formadas en el área de
Broca que se localiza debajo del lóbulo frontal.

El gusto. Funciona cuando algún alimento u objeto activa las papilas gustativas
que están conectadas a numerosos nervios que llevan la señal hasta el cerebro. Si
lo que probamos no nos gusta o está echado a perder, el cerebro reacciona y
manda instrucciones para protegernos, una de ellas es la náusea o el vómito.

El olfato. En la mucosa de la nariz hay infinidad de terminaciones nerviosas que


captan los olores y los transmiten de inmediato al nervio olfatorio para ser llevados
al cerebro. Como esta acción es muy rápida y el cerebro reacciona
inmediatamente ante los olores, debemos tener mucho cuidado ya que hay
sustancias que son tan peligrosas que afectan y alteran el funcionamiento de
alguna o varias secciones del cerebro.

El tacto. El sentido del tacto, manda primero sus sensaciones hacia la médula
espinal, si ella puede arreglar el problema lo hace y si no, transfiere la orden al
cerebro para que éste a su vez, mande la instrucción adecuada para que la piel se
repare o el dolor se calme.

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