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187 Sociabilidad, religién y politica en la definicion de la na- ci6én Colombia, 1820-1886 Gilberto Loaiza Cano (2011). Bogota: Univ. Externado. La categoria sociabilidad envejece bien, aunque con ritmos desiguales y no libre de conflictos de interpreta- cién. Fue adaptada de la sociologfa a la historia por el francés Maurice Agul- hon en la década de 1960 y recupe- rada por la nueva historia politica, La receptibilidad de este tipo de catego- rias se explica, en parte, porque la his- toriografia latinoamericana, sobre todo desde la segunda mitad del siglo XX, se ha mostrado abierta a las propuestas te6rico metodolégicas de las escuclas francesas y anglosajonas. Sin embargo, esta politica de apertura no siempre estuvo acompafiada de un andl tico, De ahi, se entiende su aplicacin incermitente y los conflictos en su uso. Pilar Gonzéles Bernaldo de Quirés, una de las exponentes mas importan- tes en la investigacién de pricticas de 1 Liceneiado en Historia de la Universidad, Mayor de San Andrés (UMSA). Postu- lance al grado de maestria en la UMSA y en la UASB, Sede Ecuador. igel Caspa' sociabilidad en América Latina, ha re- parado en su problematizacién en sus tres formas.” Como categoria historica de los propios actores, estimulada por el absolutismo, hasta su encuentro con el lenguaje de la sociedad-nacién y la disolucién de la barrera entre socie- dad y soberanfa durante los procesos independentistas. Como categoria de andlisis para una historia politica que estudia las acciones colectivas, dife- renciada de la red por la participacién efectiva de los individuos en el grupo. Como aporte a la historia politica, para dar nuevas luces al funcionamiento de la vida politica y las alteraciones de las reglas del juego, donde se disputan y consolidan facciones a través de la di- ndmica relacional. P. Gonzales (2004). “La ‘sociabilidad” y la historia politica, En E.Pani, A.Sal- merén (coords.). Conceptualizar lo que se vx. Francois-Xavier Guerra, historiador: Homenaje. México: Instituto Mora, pp. 419-460. Historia, 42 188 En este marco se inserta la propuesta de “visién de conjunto” de las précticas de sociabilidad durante el siglo XIX en Colombia. El libro tiene tres partes y abarca el proceso de surgimiento, auge y declive del liberalismo radical, que concluyé en favor del proyecto de re piiblica catélica en Colombia. Las aso- ciaciones no solo eran dispositivos de legitimacién, sino también formas de disputa despiadada de la hegemonia en el espacio piiblico. EI libro es una parte de su tesis doctoral y delimita su atenci6n a las asociaciones politicas “mis formales, con fundadores, esta- tutos bien definidos y con informa- cién cotidiana” (p. 47). Esto, a su vez, define la tipologia de sus fuentes: do- cumentos de archivos pablicos y pri- vados, correspondencia de dirigentes y prensa. A lo largo de su exposicion destaca la construccién de cuadros que ordenan nombres de miembros y objetivos de las asociaciones en orden cronolégico: ademis, plasma los radios de influencia geogritica mediante el uso de planos. La primera parte examina las dos prin- cipales formas asociativas que, en prin- cipio, perteneci¢ron al liberalismo co- lombiano: las Sociedades democriticas pricticas asociativas en Colombia fueron “una 1 masoneria, Las primet prolongacién del espiritu ilustrado del siglo XVIII y se encargaron de contri- buir a la consolidacién del incipiente régimen republicano” (p. 56). Fueron la continuacién formal de las tertulias, con caricter elitistas y no admitian ka discusién y comperencia facciosa. En- tretanto, los artesanos _permanecian en formas asociativas de raiz colonial y curio religioso: las cofradias. Las asociaciones de matriz, cultural ilustrada y colonial comenzaron a ser desplazadas por las disputas electora- les. En 1835 aparecié la Sociedad Fi- lotéenica, que reunié por primera vez aun grupo de dirigentes que serian responsables de fundar Sociedades demoeritico-republicanas. El periodo 1838-39 es el “momento pio- nero de una prictica asociativa que contribuyé a cimentar una temprana identidad partidista, relacionada con la creciente competicién clectoral que volvia cada vez. mas apremiante apelar a las gentes de pueblo” (p. 71). En principio, estaban auspiciadas por notables locales y no se expandieron hasta 1846. entre Colombia tuvo tres guerras. civiles entre 1839 y 1854 y fueron el marco para cl surgimiento de las Sociedades democriticas. La Guerra de los Supre- mos (1839-42) provocada, en parte, por las necesidades de definicién terri- torial y el tipo de relacién entre Esta do y regiones, La de 1851, que dirimié, el proyecto de _modernidad politica y modelo da nacién, que enfrent6 a conservadores y liberales. La de 1854, surgida de un golpe de Estado artesa- no-militar, demuestra definitivamente la participacién politica de los sectores populares. Las dos tltimas (1851 y 1854) demostraron que las Socieda- des democriticas se transformaron en. fuerza militar y parte inherente para imponer una noci6n de ciudadania. La alianza mediante pricticas asoci tivas, entre artesanos y liberales, fue clave en la victoria liberal sobre un Congreso conservador en 1849. La creacién de la Sociedad demoeritica de Artesanos de Bogota (1848), fue muestra de esta coalicién. Los artesa- nos buscaban medidas de proteccion a sus manufacturas, Los liberales nece- sitaban la presencia activa artesanal en momentos electorales, Desde enton- ces, comprobada su efectividad, el ré- gimen liberal se interesé en la difusién nacional del fenémeno asociativo. La expansi6n estuvo mediada por actores que comunicaban los centros politicos y las regiones y “funcioné efimera- mente como una estructura nacional a nombre del partido liberal” (p. 8). 189 Las Sociedades demoeriticas oculta- ban una “sociabilidad hibrida y explo- siva” (p. 93) no exenta de conflictos, y sobrevino cl desbordamiento popu- lar. Y divisin de la faccién liberal. Las politicas proteccionistas no llegaron nunca y la alianza se quebré en 1854. Desde entonces, las Sociedades demo- criticas fueron desapareciendo y solo se activaron en coyunturas electorales. Entonces, entre 1866 y 1877 surgieron clubes politicos que beneficiaron al liberalismo moderado y estuvieron en contra de la radicalizacién, activindose un ciclo de violencia. i las Sociedades demoeriticas lo- graron asociar a los notables y al pueblo, la sociabilidad masénica era mis bien elitista y “vehiculo de un liberalismo difuso ¢, incluso, lugar de encuentro de miembros del no- tablato conservador” (p. 137). Loai- za Cano, con el objetivo de compa- rar procesos, adopta los rasgos de la masoneria en el Antiguo Régimen delineados por Reinhart Koselleck:’ letrada, anticatdlica y apolitica con incidencia indirecta. De tal modo, halla una coincidencia en el hecho 3 R. Koselleck (2007 [1959]). Ci crisis. Un estudio sobre la patogéne: del mundo burgués. Madrid: Trotca

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