La globalización es un doble proceso, por un lado, multifacético por las diferentes dimensiones
afectadas, y, por otro, escala mundial por su cobertura. Las dimensiones son de tipo económico,
social, político, cultural y comunicacional, Cada uno de estos planos tiene su particular lógica de
funcionamiento pero a la vez interactúan entre sí de una manera heterogénea. Por tanto la
globalización es un fenómeno que no termina en lo económico o en lo tecnológico o en lo
cultural, pero mantiene como principal característica la intensificación de las relaciones sociales
a escala mundial. En cuanto a la extensión, el espacio mundial cobra profundo significado en
medida que tiene la capacidad de alterar o modificar las estructuras y el funcionamiento de las
sociedades.
En realidad podría decirse que co-existen varios tipos de globalizaciones, aunque con la
aclaración de que la económica no necesariamente predomina sobre las otras.
Para Manuel Castells, la economía global es “… economía cuyos componentes nucleares tienen
la capacidad institucional, organizativa y tecnológica de funcionar como una unidad en tiempo
real, o en un tiempo establecido, a escala planetaria”. 2 Obviamente este concepto hace referencia
a la globalización económica y pone énfasis en los grandes aportes de las nuevas tecnologías
para facilitar los procesos. Pero también el énfasis que se pone se refiere a la característica de
“escala global”, con la cual coincido plenamente.
La globalización económica se relaciona con varios aspectos que mantienen un fuerte carácter de
vinculación y desempeño mundial, tales como: el cambio global ecológico, la expansión de las
TIC, nuevos actores sociales relacionados con la clase capitalista mundial y la sociedad civil, los
dinámicos cambios en los simbólico, la expansión de ideologías llamadas de corte “occidental”,
reestructuración de procesos políticos tanto en la regulación pública y en las estructuras
institucionales, entre otros.
En este marco de una dilatada trayectoria expansiva hacia lo internacional por parte del SEC, la
globalización económica realmente existente viene a ser la etapa actual, que podría decirse se
inició en los años 70 del siglo XX, período de grandes cambios que se expresan en la gran
dinámica del capital financiero que incluso pasa a actuar por fuera de la lógica productiva, el
Estado entra en un proceso de reestructuración neoliberal, se profundiza la integración comercial
multilateral, regional y por países, se consolidan las empresas transnacionales como los grandes
actores globales, toman fuerza los organismo multilaterales, etc. Si se analizan con mayor
profundidad estos aspectos, se podría concluir que uno de los rasgos más significativos de la
GERE es su “impronta neoliberal”, en la medida que se fundamenta en la apertura, la
liberalización y la desregulación.
Efectos de la globalización
Pueden ser señalados en dos planos, de un parte, en el conjunto de la economía mundial, que por
lo general se trata de un tema mal analizado en la medida que se supone impactos homogéneos
para todos los países, y, de otro lado, en los componentes de la economía mundial cuyos efectos
son dispares en los diferentes estados nacionales, en varios órdenes, ecológicos (cambio global,
agotamiento de recursos, etc.), sociales (crecimiento demográfico, mejoramiento niveles de
educación, crisis humanitarias, etc.) Los efectos no son lineales, sino plurales y en buena parte
contradictorios
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Cambios en la formación de la demanda, los modelos de crecimiento basados en la oferta
dejan por fuera de la propia economía productora la necesidad de crear niveles suficientes
de demanda, como consecuencia de las limitaciones a los salarios.
Los movimientos de personas son abordados de manera asimétrica, pues que se acepta la
libre movilidad de capitales y mercancías mientras que al mismo tiempo se ponen todo
tipo de obstáculos para la movilidad internacional de las personas.
Efectos en el comercio mundial: no necesariamente existe relación directa entre libre
comercio y crecimiento
Cambios en la relación salarial, aumento de la pobreza y desigualdad.
La globalización no es un período más de la fase imperialista del capitalismo
Según la teoría marxista-leninista, el imperialismo es una fase superior y “ultima” del SEC en la
medida que en esta fase se agudizan las contradicciones socioeconómicas, como consecuencia
del predominio de los capitales monopolistas, la exportación de capitales más que de mercancías,
la supremacía del capital financiero y la terminación del reparto del mundo por parte de los
países colonialistas. Los procesos de concentración y centralización del capital dan paso a la
presencia de grandes monopolios (corporaciones y conglomerados).
El enfoque de las “fuerzas estructurantes” del SEC nos acerca a una mejor interpretación de la
realidad actual y de uno de sus principales aspectos como es la globalización, que sin duda se
trata de una importante fuerza estructurante. Lo que sí quedaría pendiente es qué es lo que viene
a continuación en términos de propuestas de cambio social una vez que se ha entendido mejor el
funcionamiento del SEC moderno. Este punto podríamos recurrir a lo que viene planteando
Emmanuel Walerstein, en el sentido de que lo qué si está claro que las profundización de las
contradicciones globales están poniendo fin a la “globalización neoliberal”
Oportunidades y desafíos
Para poder determinar las posibles oportunidades y desafíos que trae aparejada la GERE, es
imprescindible entender que los efectos y los condiciones que ella impone se aplican de forma
diferenciada para los diferentes países, así, la última crisis financiera mundial se originó en los
países desarrollados y está contagiando con mucha virulencia en los países subdesarrollados.
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Los grades desafíos se refieren a: regulación del capital financiero – especulativo, regulación de
la competencia, concientización sobre los principales problemas del mundo como el cambio
climático, el hambre, la pobreza, etc.
Los riesgos que deben evitarse al tratar de identificar oportunidades y desafíos es no caer en la
tentación de una especie de fundamentalismo, en el sentido de que la globalización es un
fenómeno exclusivamente perverso, donde no hay oportunidades, situación que no favorece un
análisis riguroso. El otro riesgo es caer en una especie de eclecticismo, donde los efectos de la
globalización tienen de todo, lo cual es un enfoque poco serio.
Conclusiones
La globalización en términos generales es una fuerza estructurante del SEC, que responde a un
proceso histórico de configuración y que adopta una carácter multifacético por la gran variedad
de planos socioeconómicos que involucra.
En los actuales momentos y desde casi las cuatro últimas décadas estamos en frente de una
globalización de predominancia neoliberal, cuyo fundamentalismo sustentado en la apertura, la
desregulación, la omnipresencia de los mercados y la especulación han llevado al SEC a cada
vez más profundas crisis que a su vez se expresan en las llamadas “burbujas” financieras y el
cambio global (pobreza, destrucción del medio ambiente, etc.).
No cabe duda que la GERE de impronta neoliberal entró en crisis en los últimos años y que el
mundo se prepara para repensar en otras alternativas, en la perspectiva no tanto de cambiar
radicalmente los procesos y la lógica del SEC, sino para hacer frente al “desorden” neoliberal,
incluyendo la puesta en marcha de innovativos procesos relacionados con el desarrollo
sostenible, el aceleramiento del cambio tecnológico, la regulación del capital financiero, el
relanzamiento de las funciones de los organismos internacionales como el FMI y Banco
Mundial, entre otros aspectos.
Bibliografía utilizada
Castells, Manuel (2005). La Era de la Información. La Sociedad Red, Alianza Editorial, Madrid
Martínez González-Tablas, Ángel. (2007). Economía Política Mundial. I. Economía Política
Mundial. Las fuerzas estructurantes, Ariel Economía. Madrid.