SEMINARIO MAYOR SAN JOSÉ DE ZIPAQUIRÁ

EMERSON CAMILO CHÁVEZ MUÑOZ

I FILOSOFÍA
II INFORME

Amós

Presentamos el embozo desde el siglo VIII a.C. con los profetas que iluminaron y juzgaron
a la luz de la palabra las diferentes situaciones. Con los reinos ya divididos y el resurgimiento
del imperio Asirio; entorno a la religión había ya ciertas desviaciones y acciones erróneas.
Amós uno de los primeros profetas “posteriores” o escriturarios. Nació en Técoa cerca de
Jerusalén vaquero y cultivador de sicómoros, llamado por Dios entre los años (750-760), para
ir a predicar al norte. Predico en tiempos de Jeroboan II denuncia muchas injusticias y
descomposición social y las ofensas contra Yahveh. (Junco, 2007)
Comienza con los 7 oráculos: Damasco, Gaza y Filistea, Tiro y Fenicia, Edom, Ammón,
Moad, Juda y Israel. “van repitiendo con rigor formal y ligeras variaciones en el esquema
de sentencia, delito y castigo” y de estos oráculos el que condena los pecados cometidos por
el pueblo “el delito de Moad contra su vecino meridional quebranta el respeto debido a los
muertos. Es más que negar la sepultura o echar en la fosa común, es la destrucción
ignominiosa de los últimos restos”. (Shokel y Sicre, 1980)
En lo que concierne al mensaje que está en contra de las cosas lujosas, las mujeres de
Samaria, castigos a Israel, amonestaciones y amenazas perspectiva de restauración y
fecundación paradisíaca. “Le día del señor” presentado en la Biblia (Am 5, 19-20) se pude
presentar como una fiesta litúrgica, pero ninguna recibe este nombre… intervención del
Señor para salvar a su pueblo infiel” (Shokel y Sicre, 1980). El pueblo espera como pueblo
elegido, más no como un pueblo que cumple la ley, por eso a pesar de rindan sacrificios a
Dios, las injusticias cometidas contra su prójimo son inadmisibles, no se debe pasar de
juzgarlas, por ello es falsa o vana la confianza puesta en el día del señor. Y las doxologías
que nos dan una pauta sobre Dios: 4, 13: de un Dios creador y nos da una fuerte amenaza; 5,
8-9: Dios de justicia; 9, 5-6: la salvación, estas pudieron ser añadidas a la liturgia.
El texto de amos también se destacan las visiones, pero entre las dos primeras y las otras tres
existen diferencias, la que más se destaca es que en las primeras después de haber escuchado
Amós a Dios, intercede ante ÉL y Dios se abstiene de su decisión, en las otras tres Amós no
interviene a favor del pueblo. Y la otra es que en las tres últimas Dios comienza dirigiendo a
Amós una pregunta “¿Qué ves, Amos?” y le muestra unos signos, para ver la interpretación
de Él, y de parte de Dios se ve su furia, que quiere acabar con los que lo han ofendido y no
han cumplido su mandato.
En el capítulo seis de Amós nos presenta una parte en la que la soberbia ha llevado al hombre
a llenarse de lujos, de poder, a satisfacer sus deseos y a volverse un ser seguro en sí mismo y
confiado de sus propias capacidades, presume de sus capacidades, el cual es un pecado contra
la esperanza; esto que es lo que más le incomoda y le molesta al Señor, dos graves pecados,
con los que el hombre se vuelve un ser más mundano y se olvida de Dios, y no recuerda lo
que Él ha hecho en nosotros. El alejamiento de Dios nos lleva a la perdición, a un camino de
felicidades pasajeras; por esto el Señor se enfurece y anuncia la destrucción, a reducirnos a
nada, a quitarnos de la faz de la tierra. Pero en nuestro presente también estamos pasando por
lo mismo, llenos de riquezas y lujos, seres que ya no necesitamos de Dios y que buscamos la
felicidad en lo mundano, y no recordamos lo que Él hizo por nosotros, enviar a su Hijo para
darnos la salvación. De esta manera el libro de Amós nos invita a vivir la justicia y la humildad y
mantener la esperanza en Dios.