1/Octubre/2011
Laberinto
J.M. Servín
Vivimos una época en que el discurso y los hechos se sustentan en lo banal. Los
conceptos, las conversaciones entre amigos, las sensaciones ligadas al miedo, a la
alegría o la tristeza. La escalofriante realidad que vivimos en México
se ha convertido en una cuestión de números, tablas estadísticas. “Bajas
colaterales”. “Disculpe usted”. “Este crimen no quedará impune”. Ajá.
No hace falta ser un especialista en ciencias sociales para darse cuenta a través de
la experiencia cotidiana de que la indignación e impotencia de todo un país se han
convertido en el chistorete, el gran negocio y la respuesta fácil de unos cuantos. Al
estilo de la abuelita que receta “chiquiadores” y tecitos para todos los males,
gobernantes, empresarios y líderes sociales parecen abstraídos de los sacrificios, la
confusión y zozobra generalizadas. Mediante eufemismos, declaraciones
irresponsables y cínicas, dándole el beneficio de la duda a autoridades
incompetentes, repartiendo besos, escapularios a diestra y siniestra, organizando
peregrinaciones llamadas “marchas”, se instaló entre el violento azar que vivimos un
nuevo evangelio, el de la mexicanidad new age.
Escritores Xbox Periódico Milenio “Laberinto” Num. 433, 1ro de octubre de 2011.
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