El cadmio es un metal pesado, de color blanco azulado, el cual podemos encontrar en toda la corteza terrestre.
Su estado de oxidación más común es el +2. Puede presentar el estado de oxidación +1, pero es muy inestable.
No se encuentra en la naturaleza en estado puro, sino que por afinidad química está asociado con metales como
el zinc, el plomo y el cobre. Asociado a la contaminación ambiental e industrial, es uno de los mayores tóxicos, ya
que reúne las cuatro características básicas más peligrosas de un tóxico:
Efectos del Mercurio sobre la salud: El Mercurio metálico es usado en una variedad de productos de las casas,
como barómetros, termómetros, bombillas fluorescentes. El Mercurio en estos mecanismos está atrapado y
usualmente no causa ningún problema de salud. Esto puede causar efectos dañinos, como daño a los nervios, al
cerebro y riñones, irritación de los pulmones, irritación de los ojos, reacciones en la piel, vómitos y diarreas. El
Mercurio tiene un número de efectos sobre los humanos, que pueden ser todos simplificados en las siguientes
principalmente: Daño al sistema nervioso, daño a las funciones del cerebro, daño al ADN y cromosomas.
Reacciones alérgicas, irritación de la piel, cansancio, y dolor de cabeza. Efectos negativos en la reproducción, daño
en el esperma, defectos de nacimientos y abortos
Efectos ambientales del Mercurio: El Mercurio entra en el ambiente como resultado de la ruptura de minerales de
rocas y suelos a través de la exposición al viento y agua. La liberación de Mercurio desde fuentes naturales ha
permanecido en el mismo nivel a través de los años. Todavía las concentraciones de Mercurio en el
medioambiente están creciendo; esto es debido a la actividad humana. La mayoría del Mercurio liberado por las
actividades humanas es liberado al aire, a través de la quema de productos fósiles, minería, fundiciones y
combustión de resíduos sólidos.
Aguas superficiales ácidas pueden contener significantes cantidades de Mercurio. Cuando los valores de pH están
entre cinco y siete, las concentraciones de Mercurio en el agua se incrementarán debido a la movilización del
Mercurio en el suelo. El Mercurio que ha alcanzado las aguas superficiales o suelos los microorganismos pueden
convertirlo en metil mercurio, una substancia que puede ser absorbida rápidamente por la mayoría de los
organismos y es conocido que daña al sistema nervioso. Los peces son organismos que absorben gran cantidad de
metil mercurio de agua surficial cada día. Como consecuencia, el metil mercurio puede acumularse en peces y en
las cadenas alimenticias de las que forman parte. Los efectos del Mercurio en los animales son daño en los riñones,
transtornos en el estómago, daño en los intestinos, fallos en la reproducción y alteración del ADN.
Aplicaciones:
Medicina: El mercurio y sus compuestos se han utilizado en medicina, aunque son mucho menos comunes en la
actualidad de lo que lo eran antes, debido a que los efectos tóxicos del mercurio y de sus compuestos son mejor
conocidos. La primera edición del Manual de Merck en 1899 incluía muchos compuestos de mercurio48 como
medicamentos, tales como: Mercuro-cloruro de amonio, producción de cloro y sosa cáustica, iluminación y
electrónica, tipos variados de lámparas fluorescentes, cosméticos, armas de fuego
La batería de mercurio es un tipo de acumulador eléctrico no recargable, una celda primaria muy común a
mediados del siglo XX. Se utilizaba en una amplia variedad de aplicaciones y estaba disponible en varios tamaños,
en particular para las pequeñas pilas botón.
Uso medicinal histórico: El cloruro de mercurio (I) (también conocido como calomel o cloruro de mercurio) se ha
utilizado en la medicina tradicional como diurético, desinfectante tópico, y laxante. El cloruro de mercurio
(II) (también conocido como cloruro de mercurio o sublimado corrosivo) en tiempos se utilizó para tratar
la sífilis (junto con otros compuestos de mercurio), aunque es tan tóxico que a veces los síntomas de su toxicidad
se confunden con los de la sífilis que se creía tratar.
Toxicidad y seguridad: El mercurio y la mayoría de sus compuestos son extremadamente tóxicos y deben ser
manejados con cuidado; en los casos de derrames relacionados con el mercurio (por ejemplo, en el caso de rotura
de termómetros o de tubos fluorescentes que contengan el metal o sus vapores), existen procedimientos de
limpieza específicos para evitar la exposición y evitar su dispersión.
Exposición laboral: Debido a los efectos sobre la salud de la exposición al mercurio, sus usos industriales y
comerciales son regulados en muchos países. La Organización Mundial de la Salud, la OSHA, y la NIOSH tratan al
mercurio como un riesgo laboral, y se han establecido límites de exposición laboral específicos. Las emisiones y la
eliminación del mercurio ambiental están regulados en los EE. UU. principalmente por la Agencia de Protección
Ambiental.
Daños fetales: Los efectos nocivos del mercurio pueden ser transmitidos de la madre al feto, e incluyen daño
cerebral, retraso mental, falta de coordinación, ceguera, convulsiones e incapacidad para hablar. Los niños
con envenenamiento por mercurio pueden desarrollar problemas en sus sistemas nervioso y digestivo y daños
renales.122