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CADUCIDAD DE LOS TESTAMENTOS

CADUCIDAD:
El vocablo caducidad tiene su origen etimológico en las locuciones latinas caducus y
cadere, cuyas acepciones son, las de desaparecer, dejar de ser, la de terminar,
extinguirse, acabar la vida.
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua le da, atendiendo a su origen
etimológico, el significado de perder su fuerza una ley, un testamento o un contrato, y
el de extinguirse un derecho, una facultad, una instancia o un recurso, entre otras. De
ahí, entonces, que llevado el vocablo a su significado jurídico sea el de un anuncio o
advertencia de una futura e inexorable extinción de los derechos que se da por el
transcurso del tiempo.

El origen histórico de la caducidad es materia de divergencias. Para unos,


particularmente los romanistas, la remontan a la Lex Caducarías, que alentaban las
nupcias y la procreación de hijos legítimos e imponían a los casados y a los célibes la
privación de las liberalidades que les hubieran sido otorgadas por no haber procreado o
no haber celebrado nupcias. Para otros, no tiene un origen remoto, aunque si le
reconocen antecedentes en el Derecho Romano, en el que se distinguía el actio
perpetuae, sometida a las prescripción extintiva, de las actio temporalis, que por
depender de un tiempo previamente determinado devenían en nulas ipso jure por el
simple transcurso del tiempo (VIDAL RAMIREZ, 2002)
La caducidad es una figura jurídica por el cual se extingue el derecho. En derecho
sucesorio puede estar referida al testamento, en todo o en parte, o al heredero
instituido o al legatario, e implica la pérdida de la eficacia del testamento, o de alguna
o algunas cláusulas del mismo, o de la designación de herederos o legatarios. Según el
caso, ocurre por el transcurso del tiempo actuando como un plazo; o por una causa
que sobreviene al derecho, independientemente de cualquier plazo, operando como
condición resolutoria. No se produce por una manifestación de voluntad del testador,
sino por circunstancias a las cuales la ley otorga esa fuerza (AUGUSTO A, 2002, P.559)
CLASES DE CADUCIDAD

La caducidad testamentaria comprende:


-Caducidad referida al testamento
-Caducidad referida al heredero

- Caducidad referida al testamento


Al testamento por escritura pública y al testamento consular, el código no le ha
señalado el plazo de caducidad.
El testamento ológrafo deberá protocolizarse dentro del término perentorio de un año
contado desde la muerte del testador (art.707 del c.c). El código de 1936 concedía un
plazo de 2 años.
Los testamentos militar y marítimo caducan a los 3 meses desde que el testador dejo
de estar en campaña y regreso al territorio nacional, en el primero cuando el causante
desembarco definitivamente en territorio nacional y en el segundo según se desprende
en los art. 715 y 720 del código civil. En el código de 1936 el plazo era de un mes

- La caducidad testamentaria referida al legatario o herederos.


El testamento referido a los herederos o legatarios, caduca en el siguiente caso:
 POR OMISION. Cuando se ha preterido a un heredero forzoso, en todo o en parte.
La caducidad, en este caso, se produce solo en cuanto daña los derechos del
preterido (art. 806 c.c).
 POR HECHOS NUEVOS. Se produce en el caso del nacimiento de un nuevo heredero
forzoso después de otorgado el testamento (art. 805 inc.1 c.c).
 POR ELIMINACION. El heredero instituido se elimina por renuncia de la herencia,
por muerte antes del testador y por separación o divorcio(art. 805 inc.2 c.c).
 POR PÉRDIDA DE DERECHO. El heredero es excluido en caso de indignidad o
desheredación (art. 805 inc.3 c.c)
EXTENSION DE LA CADUCIDAD.

Por su extensión, en derecho sucesorio, la caducidad puede producirse según Ferrero.


A (2016) “en forma total o parcial” (p.559).
En efecto pueden darse estas dos formas de caducidad, una que afecta la forma total
al testamento, como podría ser el caso del testamento ológrafo no protocolizado, el
cual tiene una carencia de efectos del testamento, y la segunda que lo afecta
parcialmente, dejando subsistente las otras cláusulas del testamento, como es la
caducidad de la institución de heredero o de legatario, o de aquellas disposiciones que
afectan la legítima del heredero.
CADUCIDAD TOTAL:

Ocurre con el testamento ológrafo que no es protocolizado, previa comprobación judicial,


dentro del plazo máximo de un año contado desde la muerte del testador, tal como lo ordena
la segunda parte de artículo 707

El código actual ha modificado dos aspectos en cuanto a este pazo en relación con el código
derogado. En primer lugar, lo ha deducido de dos a un año con lo cual estamos de acuerdo;
pues como lo hizo ver Lannata (p.190), el plazo anterior era demasiado extensa, permitiendo
que se obtuviera la declaración de herederos y la toma de posesión de estos de la gerencia, la
participación de esta, incluso la disposición de la misma a terceros. Pero en, segundo lugar, se
ha modificado el término del plazo, computándose, en el código de 1936, desde el día de la
muerte del causante hasta el día del fallecimiento del testador hasta el día en que quede
protocolizado el testamento. En este aspecto, era más justa la norma derogada, porque no
hacia depender de tercero el cumplimiento del plazo, como ahora.

También caducan totalmente los testamentos especiales. Así, el testamento militar caduca a
los tres meses desde que el testador deje de estar en campaña y llegue a un lugar del territorio
nacional donde sea posible otorgar testamento en las formas ordinarias ( artículo 715); y el
testamento marítimo que caduca a los tres meses de haber desembarcado definitivamente el
testador (artículo 720). (Ferrero A, 2016, p.560)

CADUCIDAD PARCIAL:

Además de la caducidad del heredero o del delegatario, que no afecta totalidad del
testamento, el código plantea dos casos de caducidad parcial, referidos a la preterición de los
herederos forzosos (Ferrero A, 2016, p.560)

Esta referida a la preterición de los herederos forzosos. Viene a ser la omisión por parte del
testador a un heredero forzoso de modo intencional o por ignorancia; configurándose de
manera absoluta o relativa.
PRETERICION

La preterición es la omisión que hace el testador de un heredero forzoso con lo cual lo excluye
tácitamente, tal como se ha analizado en el capítulo de legítima y porción de libre disposición.

En su tratado de derechos se sucesiones, LANATTA (p. 414) explica que “si por caducidad
entendemos la ineficacia del testamento o de algunas de sus disposiciones, por hechos
sobrevivientes a su otorgamiento, tal calificación no es aplicable a la preterición, porque el
testador incurre en ella al otorgar un testamento, solo a la muerte del testador”. Por ello,
concluye (p.414) opinando que, por tal motivo, la pretensión es causal de nulidad y no de
caducidad, fundamentando su posición en fuentes del derecho romano, del derecho español y
del derecho argentino

Preterición absoluta

El art. 806 prescribe que la preterición de uno o más herederos forzosos, invalida la institución
de herederos, en cuanto resulte afectada la legítima que corresponde a los preteridos. Luego
de haber sido pagado esta, la porción disponible, pertenece a quienes hubieran sido instituidos
indebidamente herederos, cuya condición legal es la de legatarios.

En este caso la acción judicial debe ser interpuesta por los herederos forzosos, con vocación
sucesoria.

La solución normativa del articulo 806 no tiene antecedente legislativo nacional, y en estricto
rigor cree que “si se quiso mantener vigente la voluntad de testador aun cuando dicha
voluntad adolezca de ilicitud, no se debió recurrir a la desnaturalización de las cosas y por
extensión incurrir en una contraditio in terminis, pues legado o legatario legal implica eso, un
verdadero contrasentido en los términos, tal y como si se pudieses hablar de una donación
legal y delos donatarios legales” (Olovarría J, 2012, p.262)

Preterición relativa

Referente a esta preterición, tenemos el art. 807 del código civil, que establece que las
disposiciones testamentarias que menoscaban la legítima de los herederos, se reducirán, a
petición de estos, en lo que fueren excesivos.

CASOS EN QUE SE PRESENTA


Bajo el común nomen iuris de "caducidad", los artículos 805, 806 Y 807 del Código se ocupan
de tres situaciones jurídicas bastante distintas entre sí:
- Artículo 805, regula la extinción o decaimiento de la institución de heredero, indebidamente
calificada como caducidad. En este caso no hay, estrictamente hablando, caducidad del
testamento entero, como no sea que el mismo contenga sola y exclusivamente una disposición
de nombramiento hereditario. Es un caso de testamento bien hecho en su momento, pero una
de cuyas disposiciones debe decaer por causa sobrevenida.
- El artículo 806, regula la invalidez total o parcial de institución de un heredero (Legitimario
forzoso, o voluntario) por la llamada preterición de uno o más herederos forzosos.
- El artículo 807, regula la reducción de las disposiciones testamentarias que menoscaben la
legítima. Es un caso triple: a) o el testamento fue mal hecho, pues sin desconocer el derecho
de un forzoso, el quantum que le tocaría no alcanza a cubrir la cuota legitimaria que debiera
corresponderle; o b) el testamento fue bien hecho de acuerdo al estado patrimonial del
testador en ese momento, pero al haber variado la composición del patrimonio entre la fecha
del testamento (o la fecha de la donación) y la fecha de apertura de la sucesión, lo asignado al
legitimario llamado no es suficiente para alcanzar lo que le correspondería por legítima; o c)
hay una limitación cualitativa de la legítima (por ejemplo, se la ha sujetado a una condición).

CADUCIDAD DEL HEREDERO


En tal sentido el ARTÍCULO 805 prescribe:
El testamento caduca, en cuanto a la institución de heredero:
1.- Si el testador deja herederos forzosos que no tenía cuando otorgó el testamento y que
vivan; o que estén concebidos al momento de su muerte, a condición de que nazcan vivos
Este inciso se refiere a un típico caso de invalidez; el derecho priva de valor total o
parcialmente a la institución del heredero nombrado, para que la ceda por entero a otro con
mayor derecho, o para que comparta su situación con otro que también lo tiene. En otras
palabras, la caducidad de la institución de heredero prevista en este inciso solo sería aplicable,
cuando al forzoso nada se le ha dado ni a título de herencia, ni de legado, ni con ninguna
liberalidad imputable a legítima. (Miranda M, 2012, P.185)
2.- Si el heredero renuncia a la herencia o muere antes que el testador sin dejar
representación sucesoria, o cuando el heredero es el cónyuge y se declara la separación
judicial por culpa propia o el divorcio.
Estos casos se producen cuando no se da la representación sucesoria, porque de ser así, no
habría caducidad. (Miranda M, 2012, P.185)
3.- Si el heredero pierde la herencia por declaración de indignidad o por desheredación, sin
dejar descendientes que puedan representarlo.
En este caso, tratándose de la indignidad o la desheredación, no se da la caducidad, si el
heredero tiene descendientes, quienes puedan representarlo en la sucesión. (Miranda M,
2012, P.185)
ARTICULO 806
Preterición de herederos forzosos:
La preterición de uno o más herederos forzosos, in valida la institución de herederos en
cuanto resulte afectada la legítima que corresponde a los preteridos. Luego de haber sido
pagada ésta, la porción disponible pertenece a quienes hubieren sido instituidos
indebidamente herederos, cuya condición legal es la de legatarios.
ARTICULO 807
Reducción de disposiciones testamentarias
Las disposiciones testamentarias que menoscaban la legítima de los herederos, se
reducirán, a petición de éstos, en lo que fueren excesivas

Luca de Tena (2002) menciona que “el artículo 807 se refiere a todas las disposiciones
testamentarias, mencionadas legalmente o no, cualquiera que fuera su naturaleza, y sin
otras excepciones que las categorizadas como de caducidad o de preterición”.
CADUCIDAD DEL LEGADO
“Reparase en que no se trata de la extinción de un derecho por el transcurso de un
determinado periodo de tiempo, sino de otros supuestos legales que tornan al legado en
inoperante” (Aguilar B, 2009, P.456)
“El código en su art. 772 señala que el derecho al legado se pierde si el legatario muere
antes que el testador, si el legatario se divorcia, o se separa judicialmente del testador
por su culpa, si el testador enajena el bien legado o este perece sin culpa del heredero;
casos que han sido tratados en la parte final del capítulo de los legados.” (Ferrero A,
2016, p.565)

Ramirez. F. (2000). “El Testamento como Acto Jurídico" en Libro Homenaje a


Rómulo E. Lanatta Guilhem. Lima. Cultural Cuzco S.A. Editores
Olavarría. J. (2012). Derecho de Suceciones-Exégesis Sustantiva y Procesal,
Arequipa: Editorial Adrus
Lanatta. R. (2000). Derecho de Sucesiones: La sucesión testamentaria. Lima,
Editorial Desarrollo.
Miranda. M. (2012). Manual de derecho de sucesiones. Lima, Perú. Editorial:
ediciones jurídicas.
Luca de Tena. J. (2002). DERECHO DE SUCESIONES. El ABC del derecho
civil extra patrimonial. PDF
Aguilar. B. (2009). Derecho de sucesiones. Lima, Perú. Editorial: San Marcos
E.I.R.L

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