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Tema 2. Teoría de la extinción de incendios. Métodos de extinción de incendios.

Agentes
extintores.

INTRODUCCION

Comencemos la explicación indicando que la actuación de los bomberos en un incendio


está condicionada por diversos factores como el tipo y extensión del fuego, vidas y
materiales amenazados, cantidad y localización de los medios humanos y materiales
disponibles…

En velación a esto, desarrollaremos en el tema los métodos de extinción y las


características y adecuación al fuego de los principales agentes extintores.

Según la norma UNE EN ISO 13943:2012, el fuego es una reacción de oxidación reducción
fuertemente exotérmica producida por la presencia simultánea (e imprescindible) de
combustible, comburente, energía de activación y reacción en cadena, que conocemos
como tetraedro del fuego.

En dicha reacción, la energía permite que combustible y comburente rompan sus enlaces,
formándose radicales libres, los cuales provocan la reordenación de átomos dando lugar a
nuevos productos y liberándose energía en forma de calor.

Esta reacción de combustión continuará hasta que:

El combustible desaparezca.

La concentración de oxidante quede por debajo de la necesaria para la combustión.

Se enfríe por debajo de la necesaria para la combustión.

La reacción en cadena se interrumpa.

Factores muy importante a considerar a efectos de conseguir la extinción, esta puede


desarrollarse utilizando

1. METODOS DE EXTINCION

Estos son:

La dilución o desalimentación: Actúa sobre el combustible, retirándolo o eliminándolo en


el caso de la desalimentación, o rebajando su concentración por debajo del límite inferior
de inflamabilidad en el caso de la dilución.

Esto se puede lograr de 2 formas: directa cortando el flujo en caso de gases o líquidos, o
quitando solidos o líquidos de las proximidades del flujo, o bien de forma indirecta
refrigerando los combustibles próximos cuando estos no puedan ser alejados, bien
diluyendo o mezclándolo con otras sustancias (como agua si es un líquido polar) para que
no alcance concentraciones de inflamación.

La sofocación: Actúa sobre el comburente, desplazándolo, eliminándolo o disminuyendo


su concentración de dos formas: por ruptura del contacto de combustible- aire:
recubriendo el combustible con arena, espuma, mantas ignifugas, etc. o bien proyectando
una sustancia a presión que desplace el aire en contacto con él.

Por dilución de la mezcla: como proyectar un gas inerte como N2 o CO2 para que la
concentración con el O2 rebaje la mezcla por debajo del límite inferior de inflamabilidad.

El enfriamiento: consiste en rebajar la temperatura del combustible de forma que no se


produzca pirolisis, arrojando sobre el fuego sustancias como el agua, que absorban (por
descomposición o por cambio de estado) la energía que se produce en la combustión, lo
que supondría la extinción del incendio.

La inhibición: Acción catalítica negativa, que consiste en provocar la ruptura de la reacción


en cadena mediante la desactivación de los radicales libre, gracias a agentes como polvos
químicos secos.

¿Cuál es el método más efectivo para cada tipo de fuego?

Para clase A: combustibles sólidos excepto metales, el más útil es reducir su temperatura
por debajo de la ignición con agua a la que se suelen añadir humectantes (en fuegos
profundos) o espesantes (en fuegos forestales)

Para clase B: que afectan a líquidos inflamables o combustibles, utilizaremos la sofocación


o la eliminación de combustible o reducción de la temperatura si este no es posible.

Para clase C: fuegos de gases inflamables, los métodos son similares a la clase B.

Para clase D: de fuegos de metales ligeros combustibles y alcalinos como Al, Mg, Na2, K,
necesitan agentes extintores específicos para cada tipo de metal. Son fuegos muy
peligrosos cuyas temperaturas de combustión hacen inefectivos el agua y los agentes
extintores normales.

En el caso de fuegos eléctricos, esto podría ser controlado por agentes como el polvo seco
o el CO2, pero la mejor y más segura actuación es desconectar la energía y tratarlo como
un fuego de la clase que corresponda al combustible afectado.

Para clase F: de fuegos de cocina, utilizaremos extintores de agua con aditivos específicos
con base de acetato o carbonato de potasio, AFFF, etc.

Pasamos a hablar en el segundo apartado del tema de

2. AGENTES EXTINTORES

Los definimos como el producto que provoca la extinción de un incendio y lo


clasificaremos en función del estado en que se encuentran.
En primer lugar AGENTES EXTINTORES LIQUIDOS (agua y espuma)

AGUA: es el agente extintor por excelencia, e más abundante y barato. Las propiedades
físico-químicas que le confieran su capacidad extintora son:
Su gran poder de enfriamiento por su calor latente de vaporización de 540 cal/gr. y a su
calor específico (1 cal/gr) robando gran cantidad de calor a los incendios.

El desplazamiento de aire que provoca, ya que su volumen aumenta de 1500 a 1700 veces
al pasar de líquido a gas, actuando por sofocación, pero también por dilución en
combustibles hidrosolubles. Distinguiremos 2 formas de aplicación:

Chorro compacto: utilizando en fuegos de clase A, obteniendo gran alcance, pero solo el
10%-20% de la descarga actúa realmente en la extinción.

Chorro disperso: muy efectivo en fuegos de clase A y para el control en clases B y C. Se


aplica variando el tamaño de las gotas y finamente pulverizada en fuegos eléctricos
mediante lanzas especiales.

A pesar de las ventajas citadas, tiene ciertos inconvenientes. Es conductora de la


electricidad, tiene gran tensión superficial, poca viscosidad y su densidad hace que flote en
combustibles líquidos no hidrosolubles, para solucionarlo se añaden humectantes que
disminuyan esa tensión mejorando la penetración o espesantes que aumentan su
viscosidad tardando mas es escurrirse, muy útil en incendios forestales.

LA ESPUMA: (UNE 23603, entre otras) Tienen mayor tensión superficial y menor densidad
que el agua. Lo que permite flotar sobre ella y sobre los liquidos inflamables.

Su origen puede ser quimico (en desuso por ser corrosivas) o físico, al mezclar de forma
turbulenta aire con una solución espumante formada por espumógeno y agua.

En función del tipo de espumógeno (UNE-EN 1568) hablaremos de distintos tipos de


espumas:

Proteínicas y fluoroproteínicas: muy densas y con excelente resistencia térmica.

AFFF formadoras de película acuosa: con altas propiedades de sellado de los vapores
combustibles.

Antialcohol: que incorpora aditivos que evita que se disuelva en líquidos polares.

Lightwater (AFFF (que soporta diferentes grados de expansión) o ATC (que se aplica en
incendios de líquidos inflamables polares al crear una capa polimérica regenerable))

Si tenemos en cuenta el índice de expansión de la UNE en 1568 y NFPA hablaremos de 3


tipos de espumas:

Baja expansión: aumenta su volumen menos de 20 veces

Media expansión: entre 20 y 200 veces

Alta expansión: igual o superior a 200 veces.

Las de baja expansión deben tener suficiente fluidez para cubrir rápidamente una
superficie y ser bastante cohesivas para formar una capa hermética a los vapores. Es muy
eficaz en fuegos de clase B que lo superen 140°C y como medida preventiva a fuegos y
derrames.

Las de media y alta expansión deben tener buena adherencia y estabilidad y se


recomiendan para zonas confinadas y poco accesibles y para evitar la evaporación en
derrames de gases en estado líquido como el GPL o amónico.

Las espumas extinguen por sofocación y al tener elevado porcentaje de agua, por
enfriamiento.

Distinguiremos dos sistemas de espuma:

NAFS (nozzle aspirating foam system) o con aspiración en la lanza, es decir lanzas
convencionales de espuma.

CAFS (compressed aspirating foam system) por aire comprimido, con un índice de
expansión de 10, con espumógeno AFFF dosificados de 0,3 a 1%.

Para la aplicación se requieren equipos especiales, ya sean proporcionadores o


dosificadores, lanzas de baja o media expansión o generadores de alta expansión,
debiendo observarse unas pautas básicas:

Altura máxima entre premezclador y espumógeno: 1.80 m para realizar bien el efecto
Venturi.

Distancia entre el premezclador y la lanza no sea superior a un tramo de manguera para


evitar grandes pérdidas de presión.

Montar siempre una línea de agua de protección y apoyo.

Aplicar la suavemente y a favor de viento, en una capa de unos 10 cm.

Finalmente apuntaremos que las limitaciones de las espumas son su conductividad, la alta
tensión superficial, su precio y la previsión de tener gran cantidad almacenada.

Sin embargo cuentan con la ventaja de no ser toxicas, aplicables en interiores y exteriores
se retiran con facilidad e impiden la reignición.

En segundo lugar veremos los AGENTES EXTINTORES SOLIDOS que son los polvos
extintores y las arenas.

Los polvos extintores (con partículas entre 25 50µ) extinguen por inhibición y
secundariamente por sofocación. Existen 3 tipos: convencional: par fuegos de clase BC, a
base de bicarbonato de Na o K, polivalente o antibrasa para fuegos ABC a base de sulfatos
y fosfatos y especiales para metales de clase D específicos para cada tipo de fuego.
Ejemplo el polvo MET-L-X par incendios de Mg, Na, K o el Na-X par fuegos con Na metálico.

Cuentan con las ventajas: actúan rápidamente, son compatibles con otros agentes y son
dieléctricos, aunque a partir de 5000 voltios puede ser peligrosa su utilización.
Como inconvenientes señalaremos que solo son eficaces en fuegos limitados en volumen,
la reignición es sencilla y pueden provocar daños en equipos eléctricos.

Y las arenas: actúan por sofocación sobre metales como Al, Mg, etc. si no disponemos del
polvo extintor adecuado.

Y en tercer lugar hablaremos de los agentes extintores gaseosos: CO2, nitrógeno y los
gases limpios.

CO2 o nieve carbónica es un gas inerte con una densidad de 1.53 que le hace descender
rápidamente a la base de las llamas, desplazando el O2 y sofocándolas. También actúa por
enfriamiento ya que sale a la atmosfera a -79°C y al sublimar se absorbe gran cantidad de
calor.

Se almacena en botellas como gas licuado a menos de 31°C (su temperatura crítica)

Se utiliza sobre todo en fuegos superficiales de clase A y B incluso C, o cerca de equipos


eléctricos delicados, en extintores y en grandes instalaciones automáticas. Al ser asfixiante
se debe contar con medios de evacuación en zonas ocupadas, ya que en una
concentración de más de 15% es letal.

No debe utilizarse en fuegos de metales ya que estos lo descomponen en C y O2


reavivando la combustión.

Es una gente muy limpio y no deja residuos, es dieléctrico, no es corrosivo y se licua


fácilmente para su almacenamiento y transporte.

Tiene la limitación de tener poco poder de penetración, ya que las partículas de hielo seco
no humedecen. En exteriores se disipa rápidamente y además puede producir asfixia por
falta de O2.

El Nitrógeno: produce óxidos de nitrógeno por lo que apenas se usa para extinción. Es muy
útil en la inertización de atmosferas peligrosas, por ejemplo en grandes descargas de
combustible ya que es muy estable a altas temperaturas.

Extingue principalmente por sofocación desplazando el oxígeno y reduciendo su


concentración, pero también actúa por ubicación y enfriamiento.

Nuevos productos: sustitutos de los hidrocarburos halogenados: cuya retirada reglamento


CE 2037/2000 para 31/12/2003 por dañar la capa de ozono, pese a sus múltiples ventajas
y donde destacaban el Halón 1211 y 1301.

Estos nuevos productos o agentes limpios no dejan residuos y no son conductores de la


electricidad. Son de 2 tipos: Agentes inertes y agentes halogenados.

Los agentes inertes suelen ser mezcla de gases constitutivos del aire como N2, Ar o CO2.
Disminuyen la concentración de O2 por debajo del 12% extinguiendo por sofocación.
Destacaremos:
El IG-01 o Argonfire: compuesto por Ar, actuando por sofocación disminuyendo la
concentración de O2 por debajo del 12%.

Se emplea en archivos, museos, instalaciones eléctricas y se almacenan en botellas o


cilindros.

El IG-55 o Argonite: que mezcla N2 y Ar al 50% almacenando a 200 bar en cilindros o


botellas, extingue por desplazamiento del O2, utilizándose en equipos delicados. Requiere
una gran cantidad de equipo y un alivio de la presión después de utilizarlo.

IG-541 o INERGEN: con un 52% de N2, 40% Ar y 8% de CO2 actúa por sofocación. Muy útil
con equipos delicados, laboratorios, galerías de arte, etc. Es efectivo, seguro para las
personas y el medio ambiente.

Los agentes halogenados: Son compuestos químicos orgánicos con átomos de Cl, Fl o I.
Extinguen por inhibición, ya que al entrar en contacto con el fuego se descomponen en en
radicales e iones que reaccionan con los del combustible, produciéndose reacciones
endotérmicas que evitan la reacción en cadena. Destacaremos esto tipos:

Fm 200 o (HFC-227 EA): que es un sustituto del Halón 1301 útil en fuegos A y B.

FE 25 y FE 13TM (HFC-125 y 23): Aplicable a bajas temperaturas (hasta -40°C)

NAF S-III (HFC-mezcla A): Utilizable en áreas ocupadas en fuegos de clase A y B con
ordenadores, equipos de telecomunicaciones, etc.

Aparte de estos agentes existen unas técnicas alternativas a los halones como los nuevos
sistemas de nebulización de agua y aerosoles en polvo, y en el mercado siguen
apareciendo nuevos adopciones mejoradas de los productos explicados, y otros que se
encuentran en periodo de pruebas y que contribuirán en el futuro a mejorar la lucha
contra los incendios.

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