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Auto 017A/13

ACCION DE TUTELA-Legitimación en la causa por pasiva/JUEZ DE


TUTELA-Debida integración del contradictorio

PRINCIPIO DE INFORMALIDAD DE LA ACCION DE TUTELA-


No puede implicar desconocimiento del debido proceso

PRINCIPIO DE OFICIOSIDAD Y JUEZ CONSTITUCIONAL-


Deber de integrar el contradictorio

FALTA DE INTEGRACION DEL CONTRADICTORIO EN SEDE


DE REVISION-Devolución del proceso al juez de primera instancia
para que subsane el error procesal

INTEGRACION DEL CONTRADICTORIO-Vulneración del debido


proceso por ausencia o indebida notificación

ACCION DE TUTELA-Fórmulas para garantizar el derecho al debido


proceso

INTEGRACION DEL CONTRADICTORIO EN SEDE DE


REVISION-No declaración de la nulidad del proceso

PROCESOS CIVIL-Decisión inhibitoria por indebida conformación del


contradictorio/INDEBIDA INTEGRACION DEL
CONTRADICTORIO EN SEDE DE REVISION-Vicio saneable

DERECHOS FUNDAMENTALES DE PUEBLOS INDIGENAS-


Adopción de mecanismo que permita vincular a autoridad pública en
circunstancias excepcionales aun cuando exista proyecto de fallo

ACCION DE TUTELA DE INDIGENA EN PROCESO PENAL


POR HURTO CALIFICADO Y AGRAVADO EN CONCURSO CON
PORTE ILEGAL DE ARMAS-No se vinculó a juez que profirió
condena antes de radicar proyecto de fallo

COMUNIDADES INDIGENAS-Reconocimiento de estatus especial


por la Constitución Política y la jurisprudencia de la Corte
Constitucional/ACCION DE TUTELA EN SEDE DE REVISION DE
COMUNIDADES INDIGENAS-Integración en debida forma de la
parte pasiva

ACCION DE TUTELA DE INDIGENA EN PROCESO PENAL


POR HURTO CALIFICADO Y AGRAVADO EN CONCURSO CON
PORTE ILEGAL DE ARMAS-Nulidad de lo actuado ante la Corte

1
Constitucional a partir del auto de selección y reparto de expedientes de
tutela

ACCION DE TUTELA DE INDIGENA EN PROCESO PENAL


POR HURTO CALIFICADO Y AGRAVADO EN CONCURSO CON
PORTE ILEGAL DE ARMAS-Revisión del expediente previa
vinculación y notificación del Juzgado que profirió condena

Referencia: expediente T-3.286.638

Acción de tutela interpuesta por Henry


Mauricio Neuta Zabala, actuando como
agente oficioso de Jaime Chiguasuque
Neuta, contra el Juzgado de Ejecución de
Penas y Medidas de Seguridad de
Fusagasuga, con sede en Soacha.

Magistrado Ponente:
LUIS ERNESTO VARGAS SILVA

Bogotá, D.C., siete (7) de febrero de dos mil trece (2013)

La Sala Octava de Revisión de la Corte Constitucional, integrada por la


Magistrada María Victoria Calle Correa y los Magistrados Luis Ernesto Vargas
Silva y Alexei Julio Estrada, quien la preside, en ejercicio de sus competencias
constitucionales y legales, específicamente las previstas en los artículos 86 y
241 numeral 9º de la Constitución Política y en los artículos 33 y siguientes
del Decreto 2591 de 1991, ha proferido el siguiente

AUTO

En el proceso de revisión de los fallos proferidos, en primera instancia, por la


Sala Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cundinamarca y, en
segunda instancia, por la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de
Justicia, en el trámite de la acción de tutela de la referencia.

I. ANTECEDENTES

De los hechos presentados en la demanda.

Henry Mauricio Neuta, actuando en su calidad de Gobernador del Cabildo


Indígena Muisca de Bosa, presentó acción de tutela contra el Juzgado de
Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Fusagasugá con sede en
Soacha, con el objeto de que fuesen amparados los derechos del indígena
muisca de Bosa Jaime Chiguasuque Neuta al debido proceso, a la diversidad

2
étnica y cultural, a la igualdad y a la diversidad cultural, por los hechos y
razones que se exponen a continuación:

1. El 20 de marzo de 2003 fueron hurtados varios bienes muebles de la finca


“Mirolindo”, ubicada en la zona rural del municipio de Fusagasugá
(Cundinamarca). Al día siguiente, miembros adscritos a la Estación Séptima
de Policía de Bosa capturaron al señor Jaime Chiguasuque Neuta y a cuatro
personas más, en el momento en que descargaban de una volqueta los
elementos materia del hurto y se disponían a guardarlos en la residencia del
señor Chiguasuque1. En el lugar fueron encontradas además algunas armas de
fuego.

2. El 27 de marzo de 2003, la Fiscalía 324 Delegada ante los Jueces Penales


del Circuito decretó medida de aseguramiento consistente en detención
preventiva contra Jhon Jairo Velosa Ramos, Roberto Pedreros Cardozo, José
Heriberto Sanabria Castañeda y Jaime Chiguasuque Neuta, mientras se surtía
la investigación por los delitos de hurto calificado y agravado y porte ilegal de
armas.

3. En respuesta a esta decisión, el abogado de confianza de Jaime


Chiguasuque, Carlos Humberto Díaz Cano, elevó solicitud ante la Fiscalía
General de la Nación con el fin de que revocara la medida de aseguramiento
impuesta a su defendido. Adujo que no aparecían en el expediente suficientes
elementos probatorios que fueran indicativos de su responsabilidad.
Adicionalmente, manifestó que el señor Chiguasuque es indígena “como bien
se acredita con la certificación expedida por el Gobernador del Cabildo
Indígena Muisca de Bosa, aunado (...) a la certificación de buena conducta
que expide la Junta de Acción Comunal de la vereda San Bernardo de Bosa”2

4. Sin embargo, el 10 de junio de 2003 la Unidad Seccional de Fusagasugá de


la Fiscalía General de la Nación negó la solicitud elevada por el abogado Díaz
Cano señalando que “lo que el señor defensor pretende es acudir a la vía de
revocatoria para lograr un análisis de la situación probatoria que afecta a su
defendido” pese a que “es obvio que dejó pasar una oportunidad que debió
debatir a través de recursos”3. El Fiscal encargado nada dijo en relación con
la condición de indígena del acusado.

5. Posteriormente, el Fiscal Seccional Tercero de la Unidad de Fiscalías de


Fusagasugá, mediante auto proferido el 8 de septiembre de 2003, concedió la
libertad provisional a Jaime Chiguasuque Neuta y a los demás sindicados que
aún se encontraban bajo medida de aseguramiento, una vez pagaran caución
prendaria, toda vez que ya se había practicado la diligencia de devolución de
los bienes hurtados.

1 Folio 62. Anexo 1.


2 Folio 123. Anexo 1.
3 Folio 157 Anexo 1.

3
6. El 1 de octubre de 2003, habiendo retornado Jaime Chiguasuque al
territorio de la comunidad indígena muisca de Bosa, el cabildo se reunió con
el fin de darle castigo al actor por los hechos por los cuales fue detenido en la
Fiscalía pues consideraron que de este modo contribuían a la recuperación de
sus propias costumbres4. En esta audiencia, luego de escuchar la versión del
actor en lo relativo al hurto del que fue acusado, los alguaciles le comunicaron
al comunero que se le impondría un castigo consistente en “10 años de
trabajo comunitario en la comunidad desarrollando actividades en la
agricultura tanto en el vivero como en la chagra y apoyando trabajos
comunitarios en huertas de otros comuneros si ellos lo necesitan y no podrá
salir del territorio tradicional, y si llegase a incumplir el castigo será
excluido del censo y no podrá gozar de ningún beneficio”5. Esta sanción
comenzó a ser ejecutada de inmediato.

7. Pese a lo anterior el proceso penal continuó su curso, y el 16 de octubre de


2009 el Juzgado Penal del Circuito de Fusagasugá profirió sentencia
condenatoria contra el señor Jaime Chiguasuque Neuta y otros tres de los
procesados por el delito de hurto calificado y agravado en concurso con porte
ilegal de armas, condenándolos a la pena de 20 meses de prisión. El primero
de febrero de 2011, el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cundinamarca
confirmó esta decisión apelada por uno de los condenados distintos al actor.

8. El 23 de mayo de 2011, el Gobernador del Cabildo Muisca de Bosa, Henry


Mauricio Neuta, elevó un derecho de petición ante el Juzgado de Ejecución de
Penas y Medidas de Seguridad de Fusagasugá con sede en Soacha, advirtiendo
que Jaime Chiguasuque Neuta es un comunero muisca de Bosa que ya había
sido juzgado y condenado por las autoridades tradicionales indígenas y que,
antes de ser nuevamente capturado para cumplir con la pena de prisión, estaba
cumpliendo con la sanción impuesta en esta jurisdicción 6. Por lo anterior,
solicitó al Juez de Ejecución de Penas que coordinaran “acciones para que el
caso del señor JAIME CHIGUASUQUE NEUTA sea trasladado a nuestra
jurisdicción como de igual sea entregado a nuestra comunidad”7.

9. Sin embargo, el 31 de mayo de 2011, Eduardo Enrique Cortés Vargas, Juez


de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Fusagasugá con sede en
Soacha, negó la solicitud de traslado a la jurisdicción indígena o la entrega del
condenado a la comunidad muisca de Bosa para el cumplimiento de su pena.
Para ello expuso los siguientes argumentos:

9.1 Que el fuero especial indígena se activa únicamente cuando (i) confluyen
en la misma situación los elementos personal, objetivo y territorial definidos
por la Corte Constitucional para resolver conflictos entre la jurisdicción
indígena y la ordinaria; (ii) existe una autoridad indígena con capacidad de
4 Así lo refiere la comunidad en el Acta 76 del 1 de octubre de 2003. Folio 12 Cuaderno principal de la acción
de tutela
5 Ídem. Folio 13 Cuaderno 1.
6 Folio 3 Cuaderno 1.
7 Folio 58 Cuaderno 1.

4
ejercer la jurisdicción de acuerdo con los usos y costumbres de la comunidad,
y (iii) esa autoridad manifiesta su decisión de asumir el conocimiento de los
hechos. De acuerdo con el juez, cuando no concurre alguno de los tres
elementos, debe resolverse la colisión de competencias a favor de la
jurisdicción penal ordinaria, pues es ella la encargada de administrar justicia
en el territorio nacional.

9.2 Que se presentó una omisión en el proceso por cuanto el defensor planteó
durante la etapa de investigación la existencia de “un fuero especial de
juzgamiento para el encartado que al interior del expediente carecía de
elementos de convicción que permitieran desvirtuarlos” 8 pero ni el fiscal ni el
juez estudiaron el asunto. No obstante, “con el fin de encontrarle alguna
solución al caso planteado” y evitar la anulación del mismo por el juez de
tutela o por el juez que dirime el conflicto de competencias, el despacho
concluyó que debía analizar, de fondo, si se configuraban los elementos
requeridos para que el caso fuera tramitado por la jurisdicción especial
indígena.

9.3 Al estudiar el conflicto de competencias el juez encontró, primero, que en


efecto Jaime Chiguasuque es indígena muisca y que el resguardo muisca de
Bosa es una comunidad indígena, tal como lo certifica la Dirección de Etnias
del Ministerio del Interior. Sin embargo, advirtió que las víctimas del hurto no
hacen parte de la misma comunidad. En cuanto al factor territorial, manifestó
el juez que el territorio ancestral de la comunidad de los muiscas de Bosa se
encuentra a lo largo de los ríos Bogotá y Tunjuelito, entre las veredas San
Bernardino y San José, pero que los hechos por los que fue condenado el actor
ocurrieron en la zona rural del municipio de Fusagasugá, lugar que no hace
parte de la comunidad en sentido estricto. En el mismo orden de ideas, se
probó que el condenado habita dentro del territorio de la comunidad pero no
así las víctimas del delito. Finalmente, consideró que los delitos por los que
fue condenado el actor “carecen de una clara connotación cultural”
comoquiera que afectaron a ciudadanos comunes en un contexto que se halla
por fuera de patrones culturales indígenas.

Así las cosas, el Juez de Ejecución de Penas concluyó que no había razones
suficientes para considerar que el caso debía ser tramitado por la jurisdicción
indígena. Por esto, negó la solicitud de traslado del condenado Jaime
Chiguasuque y su entrega a la comunidad para el cumplimiento de la pena.
Informó adicionalmente que contra esta decisión procedían los recursos de
reposición y apelación.

10. La decisión que negó el traslado del actor a su comunidad quedó en firme
el 21 de junio de 2011, comoquiera que el gobernador Henry Mauricio Neuta
interpuso extemporáneamente los recursos de reposición y apelación9.

8 Folio 65 Cuaderno 1.
9 Folios 103 y ss. Cuaderno 1.

5
11. Finalmente, el 10 de agosto de 2011, el gobernador Henry Mauricio Neuta
radicó un escrito ante el Juzgado accionado, solicitando que se trasladara a
Chiguasuque Neuta de su lugar de reclusión al territorio de la comunidad.
Esto, según el gobernador: “para que cumpla bajo la vigilancia de nuestras
propias autoridades, el resto de su sanción, como oportunidad vital para
recuperar y reeducar a un miembro de nuestra comunidad Muisca, en aras de
salvaguardar nuestra permanencia cultural y pervivencia como pueblo”10.

12. El 17 de agosto de 2011, el Juzgado de Ejecución de Penas y Medidas de


Seguridad de Fusagasugá con sede en Soacha respondió la solicitud
mencionada, requiriendo al director del Centro Penitenciario y Carcelario de
Fusagasugá para que, en coordinación con el director general del INPEC,
estudiara la posibilidad de que Jaime Chiguasuque Neuta pudiera seguir
cumpliendo la pena de prisión impuesta en un lugar especial o una instalación
proporcionada por el Estado “con el propósito de salvaguardar los valores
propios de su cultura”11.

13. La demanda de tutela fue admitida por la Sala Penal del Tribunal Superior
de Cundinamarca el 13 de septiembre de 2011.

De los cargos propuestos por el actor.

14. El gobernador del cabildo indígena muisca de Bosa considera que las
decisiones adoptadas en el proceso penal adelantado contra el comunero
Jaime Chiguasuque Neuta desconocieron el debido proceso por dos razones:

14.1 En primer lugar, porque el indígena fue juzgado y condenado tanto por la
jurisdicción ordinaria como por la jurisdicción indígena, violando así el
principio de non bis in ídem. En efecto, al momento de instaurar la tutela, el
actor había cumplido 6 años de trabajo de los 10 impuestos por la comunidad,
y casi la mitad de la pena de prisión a la que fue condenado penalmente. A
juicio del gobernador, esta situación es responsabilidad de la justicia ordinaria,
toda vez que al momento en que se profirió la sentencia penal ya se había
adoptado la decisión sancionatoria por parte de la comunidad.

14.2 En segundo lugar, porque a pesar de que se informó al fiscal desde el


principio de la investigación sobre la condición de indígena del señor
Chiguasuque, ni el ente de investigación ni los jueces que conocieron del caso
suscitaron el conflicto positivo de competencias que tenía lugar con el fin de
que el Consejo Superior de la Judicatura decidiera a quien correspondía
asumir el estudio del caso.

15. Adicionalmente, el gobernador indígena estima que las decisiones


adoptadas por el Juzgado de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de

10 Folio 110 Cuaderno 1.


11 Folio 112 Cuaderno 1.

6
Fusagasugá con sede en Soacha desconocen los derechos de la comunidad
indígena muisca de Bosa del siguiente modo:

15.1 Se amenaza la preservación de la identidad cultural del Cabildo puesto


que no se le permitió al actor cumplir la pena dentro de su comunidad, de
suerte que ésta tendrá que enfrentarse al rompimiento de sus lazos con uno de
sus comuneros.

15.2 Se desconoció la autonomía de los indígenas para ejercer su propia


jurisdicción, pese a que el Cabildo Indígena Muisca de Bosa cuenta con una
autoridad que ejerce justicia dentro de un ámbito territorial de acuerdo con sus
usos y costumbres tradicionales. De acuerdo con el gobernador, “no hay duda
alguna sobre la procedencia y derecho a ejercer la justicia por el Cabildo
Indígena Muisca, como lo ha venido haciendo por años y no permitirle ese
ejercicio o desconoce esa jurisdicción, atenta contra la afirmación de su
identidad y reafirmación de sus prácticas de control social y desarrollo de su
sistema jurídico”12.

1. Respuesta de la entidad demandada

16. Mediante escrito enviado el 14 de septiembre de 2011, el Juzgado de


Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Fusagasugá con sede en
Soacha, señaló que su despacho no incurrió en violación alguna de los
derechos fundamentales del señor Chiguasuque Neuta, motivo por el cual
solicitó que el amparo invocado fuese negado.

2. Del fallo de primera instancia.

17. Mediante oficio del 8 de septiembre de 2011, el Tribunal Superior del


Distrito Judicial de Cundinamarca requirió a Jaime Chiguasuque Neuta para
que expresara su consentimiento en el sentido de que el señor Henry Mauricio
Neuta presentaba la acción de tutela en su nombre y representación, o para que
informara si existe al interior de la comunidad algún manual o estatuto donde
se habilite al gobernador para hacer solicitudes a nombre de los demás
comuneros13.

El 12 de septiembre de 2011, el señor Jaime Chiguasuque Neuta allegó a la


Sala Penal del Tribunal Judicial de Cundinamarca un escrito en el que afirma
que solicitó de manera verbal al Gobernador del Cabildo Muisca de Bosa,
Henry Mauricio Neuta Zabala, que promoviera en su nombre la presente
acción de tutela por la violación de sus derechos fundamentales como
integrante de la comunidad indígena Muisca de Bosa toda vez que, para ese
momento, se encontraba privado de la libertad14.

12 Fl. 6 Cuaderno 1.
13 Folio 89 Cuaderno 1.
14 Folio 91 Cuaderno 1.

7
18. En sentencia del 21 de septiembre de 2011, la Sala Penal del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Cundinamarca negó por improcedente el
amparo, aduciendo que el accionante contaba con unos mecanismos de
defensa judicial que dejó de usar oportunamente, y con otros que aún pueden
promoverse. Así, le reprochó al actor que dejara de interponer en la
oportunidad y forma debidas los recursos de reposición y apelación que cabían
contra las decisiones adoptadas por el Juez de Ejecución de Penas y Medidas
de Seguridad el 31 de mayo y 17 de agosto respecto del actor. Además,
recordó que el gobernador podía dirigirse a la Sala Jurisdiccional Disciplinaria
del Consejo Superior de la Judicatura para que resolviera su pretensión de que
se compulsaran copias para investigar y sancionar a los funcionarios judiciales
que negaron la resolución del presente caso mediante la jurisdicción especial
indígena15.

3. De la impugnación y el fallo de segunda instancia.

19. El accionante impugnó la sentencia de primera instancia el 28 de


septiembre de 2011. Respecto del argumento según el cual los recursos no
fueron interpuestos y sustentados en tiempo, señaló que ello obedeció al
“desconocimiento [que tiene] de las formas propias de la justicia ordinaria” 16
y no a su negligencia. También resaltó que la acción de tutela es el mecanismo
idóneo para salvaguardar los derechos de los pueblos indígenas, y que el
problema jurídico que encerraba el caso no era, como lo planteó el Tribunal, la
forma como se surtieron los trámites dentro del proceso penal, sino la
vulneración de los derechos fundamentales de un indígena. Por lo anterior,
solicitó revocar el fallo de primera instancia y tutelar los derechos
fundamentales del señor Jaime Chiguasuque Neuta.

20. En sentencia proferida el 3 de noviembre de 2011, la Sala de Casación


Penal de la Corte Suprema de Justicia confirmó la decisión de primera
instancia. Consideró que no se reunían los requisitos generales de procedencia
de la acción de tutela contra providencia judicial puesto que el accionante no
sustentó el recurso de apelación interpuesto contra el auto del 31 de mayo de
2011, y presentó de forma extemporánea el recurso de reposición. Además, no
intentó ningún recurso contra el auto del 17 de agosto de 2011 que resolvió la
petición de traslado del señor Chiguasuque Neuta. Teniendo en cuenta lo
anterior, concluyó que la negligencia no podía ser subsanada mediante acción
de tutela17.

Pruebas solicitadas por la Sala de Revisión.

21. Mediante auto del 17 de abril de 2012, el magistrado sustanciador solicitó


al Juzgado de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Fusagasuga con
sede en Soacha copia del expediente correspondiente al proceso penal surtido

15 Folio 129, Cuaderno 1.


16 Folio 141, Cuaderno 1.
17 Folio 9, Cuaderno 2.

8
contra el accionante, e información sobre si se encontraba cumpliendo la pena
privativa de la libertad. También ofició a la Dirección de Asuntos Indígenas,
Minorías y Rom del Ministerio del Interior para que informara si la
Comunidad Indígena Muisca de Bosa había sido reconocida y aparecía
registrada en esa dependencia; e instó al Instituto Distrital de Participación y
Acción Comunal – IDPAC para que informara si las autoridades tradicionales
del Cabildo Indígena Muisca de Bosa aparecían registradas en esa
dependencia.

Las autoridades allegaron la siguiente documentación:

21.1 Oficio remitido por la Dirección de Asuntos Indígenas, Rom y


Minorías del Ministerio del Interior, en el que se hace constar que
“consultadas las bases de datos institucionales de autoridades y/o
cabildos indígenas de esta dirección, se encuentra registrado el señor
HENRY MAURICIO NEUTA ZABALA, identificado con cédula de
ciudadanía número 79.714.909 expedida en Bogotá, como Gobernador
del CABILDO INDÍGENA de la Comunidad Muisca de Bosa”18.

21.2 Oficio remitido por el Gerente de Etnias del Instituto Distrital de


Participación y Acción Comunal – IDPAC, en el que señala que “las
autoridades tradicionales del cabildo indígena Muisca de Bosa no
aparecen registradas” en el Instituto, pero que, desde el IDPAC “se
desarrollan acompañamientos, asesorías, apoyos y fortalecimiento a
todas las Etnias residentes en Bogotá (…) entre las cuales se encuentra
como beneficiaria el cabildo indígena Muisca de Bosa”19.

21.3 Copia del expediente distinguido con el consecutivo 25920 31 04


0012006 00213 00, correspondiente al proceso penal adelantado contra el
señor Jaime Chiguasuque Neuta.

21.4 Comunicación remitida por el Juzgado de Ejecución de Penas y


Medidas de Seguridad de Fusagasugá con sede en Soacha el 26 de abril
de 2012, mediante la cual informa que, mediante auto proferido el 27 de
octubre de 2011, se concedió al señor Chiguasuque Neuta el beneficio de
libertad condicional por el tiempo de cumplimiento de la pena, y las horas
acumuladas de estudio y trabajo20.

III. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS.

Legitimación en la causa por pasiva. Debida integración del


contradictorio por parte del juez de tutela.

18 Folio 13, Cuaderno 1.


19 Folio 14, Cuaderno 1.
20 Folio 1. Anexo 4.

9
1. La integración del contradictorio posee gran importancia en el proceso de
tutela pues, tal como lo ha reiterado la Corte, aunque se rija por el principio
de informalidad, el trámite de esta acción no puede implicar el
desconocimiento del debido proceso a que tienen derecho las personas que
puedan verse afectadas con la decisión21. Por esto, es preciso que la parte
demandada esté conformadas en debida forma, lo que depende de que se
notifique la demanda a todos los que tienen interés legítimo en ella. Con el
acto procesal de conformación del litisconsorcio necesario se garantiza, de
una parte, la protección de los derechos de defensa y contradicción de la
persona o personas accionadas; y, de otra parte, que la providencia judicial
tiene mayores posibilidades materiales de superar efectivamente la superación
de la conducta u omisión generadora de la violación de los derechos
fundamentales22.

2. Para lograr ambos fines, la Corte ha hecho énfasis en que es deber de quien
instaura la tutela determinar con claridad la autoridad pública o el particular
que lesiona o pone en peligro los derechos que invoca. Pero cuando ello no
ocurre, en virtud del principio de oficiosidad, le corresponde al juez
constitucional integrar el contradictorio valiéndose de los elementos de juicio
que obren en la demanda de tutela23.

Siguiendo lo previsto en el Auto 09 de 1994 (M.P Antonio Barrera Carbonell),


la Corte ha establecido que la integración del contradictorio:

“supone establecer los extremos de la relación procesal para


asegurar que la acción se entabla frente a quienes puede
deducirse la pretensión formulada y por quienes pueden
válidamente reclamar la pretensión en sentencia de mérito, es
decir, cuando la participación de quienes intervienen en el
proceso se legitima en virtud de la causa jurídica que las
vincula. Estar legitimado en la causa es tanto como tener
derecho, por una de las partes, a que se resuelvan las
pretensiones formuladas en la demanda y a que, por la otra
parte, se le admita como legítimo contradictor de tales
pretensiones”.

En este contexto, en el Auto 287 de 2001 (M.P Eduardo Montealegre Lynett)


la Corte explicó del siguiente modo la obligación que tiene el juez
constitucional en lo concerniente a dicha actividad procesal:

“[D]ebe prestarse especial cuidado en la integración (…) del


legítimo contradictorio toda vez que, en ciertos eventos, la
demanda se formula en contra de quien no ha incurrido en la
21 Ver, entre muchos otros, el Auto 281A de 2010 M.P Luis Ernesto Vargas; Auto 252 de 2007 M.P Clara
Inés Vargas; Auto 130 de 2004 M.P Jaime Córdoba Triviño; Auto 238 de 2001 M.P Clara Inés Vargas; Auto
073 de 2006 M.P Manuel José Cepeda.
22 Ver, entre otros, el Auto 135/11 M.P Jorge Iván Palacio Palacio.
23 Ver sentencia T-091/93 M.P Fabio Morón Díaz.

10
conducta imputada, o no se vincula a la totalidad de los sujetos
procesales. Tal circunstancia se presenta, generalmente, porque
el particular no conoce, ni puede exigírsele conocer, la
complicada y variable estructura del Estado 24, ni de ciertas
organizaciones privadas encargadas de la prestación de un
servicio público. Pero el juez, que cuenta con la preparación y
las herramientas jurídicas para suplir tal deficiencia, está en la
obligación de conformar el legítimo contradictorio, no solo en
virtud del principio de informalidad, sino también, atendiendo
el principio de oficiosidad que orienta los procedimientos de
tutela.”

Por las razones mencionadas, la conformación debida del contradictorio es


una actividad sumamente importante en el trámite de la acción que el juez
constitucional debe asumir con el fin de lograr los fines propios de la tutela.

Integración del contradictorio en sede de revisión.

3. Pese a lo anterior, en algunas ocasiones el juez desatiende el mencionado


deber de integrar debidamente el contradictorio. En estos eventos, se genera
una irregularidad en el procedimiento que desconoce el debido proceso y que,
según la jurisprudencia de la Corte, puede viciar de nulidad el trámite
adelantado, tal como lo establece el numeral 9 del artículo 140 del Código de
Procedimiento Civil25. Por ello, cuando una anomalía de este orden se advierte
durante la etapa de revisión eventual de una sentencia ante la Corte
Constitucional, correspondería a esta corporación devolver el proceso al juez
de primera instancia para que subsane el error procesal y para que, en
consecuencia, reinicie la actuación judicial notificando de este hecho a
quienes corresponda.

Con todo, la Corte ha entendido que el rigor de la nulidad procesal por


ausencia de notificación e indebida conformación del contradictorio puede
desconocer otros principios valiosos para el ordenamiento jurídico, tales
como la economía y la celeridad procesal. Asimismo, podría ignorar el fin de
la acción de tutela que no es otro que el de lograr la protección inmediata y
efectiva de los derechos fundamentales conculcados en una situación
determinada, esto es, en el menor tiempo posible, y sin trabas formales que
impidan frenar la vulneración o la amenaza de los derechos fundamentales de
quien acude a la administración de justicia (Art. 86 C.N).

5. Atendiendo a estas exigencias, la Corte ha buscado armonizar los mandatos


de garantizar el derecho al debido proceso de las personas que se verán
afectadas por los resultados de la sentencia de tutela, y el derivado de los
derechos cuya protección solicita quien promueve esta acción constitucional,

24 Auto 055 de 1997.


25 Así lo señaló la Corte desde sus primeros pronunciamientos. Ver, por ejemplo, el Auto 012 de 1996 M.P
Antonio Barrera Carbonell.

11
acudiendo a dos fórmulas: i) declarar la nulidad de lo actuado desde el
momento en que se presentó la causal y ordenar la devolución del expediente
al despacho judicial de primera instancia para que subsanada la irregularidad,
se surtan de nuevo las actuaciones pertinentes, o ii) proceder en revisión a
integrar directamente el contradictorio con la parte o con el tercero que tenga
interés legítimo en el asunto.

La decisión de integrar directamente el contradictorio en sede de revisión y no


declarar la nulidad del proceso es adoptada cuando “las circunstancias de
hecho lo ameritan o se encuentran en juego derechos fundamentales de
personas cuyo estado de debilidad es manifiesto” 26, y siempre que la nulidad
no haya sido propuesta por las partes. Para la Corte, en estos casos, retrotraer
el trámite de la acción hasta el momento en que se debió notificar a todos los
implicados, significaría dejar en vilo por mucho más tiempo del previsto para
el trámite ordinario de la tutela, los derechos de personas en condición de
vulnerabilidad. Esto ocurriría desconociendo que la precariedad de sus
condiciones torna indispensable la intervención definitiva del juez
constitucional y que se llega a esta situación, precisamente porque el juez de
primera instancia no obró conforme lo exige el principio de oficiosidad.
Además, se fundamenta en el mismo numeral 9 del artículo 140 C.P.C, que
prevé que las irregularidades en la notificación pueden ser saneadas si, “una
vez practicada la notificación a la parte o al tercero que tenga interés
legítimo en el asunto, éstos actúan sin proponer la nulidad”27.

6. En cualquier caso, bien sea que la Corte decida devolver el expediente al


juez de primera instancia o resolver ella misma las falencias en la
conformación de la parte pasiva de la acción de tutela, es imperativo que
dentro del mismo trámite de la acción se conforme adecuadamente el
contradictorio pues, de lo contrario, como lo contempla el Código de
Procedimiento civil en relación con la figura del litis consorcio necesario, la
Corte se vería obligada a declararse inhibida para resolver de fondo el
asunto28. Esta opción, sin embargo, no es viable desde el punto de vista
constitucional, pues el parágrafo del artículo 29 del Decreto 2591 de 1991
establece expresamente que “el contenido del fallo [de tutela] no podrá ser
inhibitorio”.

Así, mientras que el ordenamiento jurídico permite que en los procesos


surtidos conforme a la regulación del código procesal civil, la indebida
conformación del contradictorio dé lugar a una decisión inhibitoria en el
trámite de segunda instancia, en el proceso de revisión de tutela la misma
26 Auto 065 de 2013 M.P Jorge Iván Palacio; Auto 212 de 2012 M.P Jorge Iván Palacio; Auto 252 de 2008
M.P Rodrigo Escobar Gil; Auto 4 de junio de 2003 M.P Jaime Córdoba Triviño.
27 Ver Auto 065 de 2010 M.P Luis Ernesto Vargas Silva, y Auto 182 de 2009 M.P Gabriel Eduardo Mendoza.
28 “El Código de Procedimiento Civil ordena la integración oficiosa del contradictorio, la cual se cumple
por el juzgador al admitir la demanda o después de ello, pero antes de dictar la sentencia de primera
instancia (Art. 83). La ley no autoriza al juez de segunda instancia para citar a quienes debían comparecer
como litisconsortes necesarios, de manera que en su defecto, su facultad se reduce a revocar la sentencia del
a-quo y proferir una decisión en la que se declare formalmente inhibido para resolver de fondo el asunto.”
Corte Constitucional, Auto 09 de 1994.

12
irregularidad no puede obstaculizar de forma definitiva que se finalice con una
decisión de fondo sobre el asunto puesto que, a diferencia de la regulación
civil, el aludido vicio puede sanearse, ya sea porque el juez de primera
instancia se vea obligado a reiniciar el trámite judicial o porque las fallas en la
conformación del contradictorio se resuelvan en sede de revisión.

7. De este modo, es posible concluir que las dos vías que hasta ahora ha
empleado esta Corte cuando está frente a un caso en el que no se ha integrado
el contradictorio en debida forma, constituyen una solución procedimental
que se caracteriza por (i) ajustarse a las particularidades de cada caso, pues
para tomar una u otra opción debe hacerse una consideración previa en torno
a las condiciones específicas de los accionantes; (ii) garantizar de forma
suficiente el debido proceso de la parte demandada, sin sacrificar el deber de
proteger de forma oportuna y efectiva los derechos fundamentales de la
persona que instaura la acción de tutela; y (iii) en todo caso, asegurar que la
solución adoptada no derive en un fallo que formal o materialmente se inhiba
de resolver los problemas jurídicos que plantea la acción de tutela.

En circunstancias excepcionales, se hace preciso adoptar un mecanismo


que permita vincular a la autoridad pública que presuntamente vulneró
los derechos fundamentales del accionante, aun cuando exista ya
proyecto de fallo. Caso concreto.

8. El magistrado ponente designado por la Sala de Selección Número 12 de


2011 para este caso, Alexei Julio Estrada, puso a consideración de la Sala
Octava de Revisión el proyecto de fallo relativo al asunto de la referencia. Sin
embargo, éste fue derrotado por los dos otros magistrados que la componen.

9. La razón principal de esta disidencia consiste en que al resolver el conflicto


de competencias no se tuvo en cuenta que ya se habían proferido sentencias
condenatorias, tanto por parte de las autoridades indígenas como por parte del
Juez Penal del Circuito de Fusagasugá (Cundinamarca). Para resolver este
asunto, era preciso vincular al Juez Penal del Circuito de Fusagasugá, quien
condenó al señor Chiguasuque a veinte meses de prisión por hurto calificado y
agravado en concurso con porte ilegal de armas. Sin embargo, no fue
vinculado al proceso ni por los jueces de instancia ni por el magistrado
ponente, antes de radicar su proyecto de fallo.

10. Pese a ello, el momento procesal para conformar adecuadamente el


contradictorio dentro del trámite de tutela feneció, puesto que ya el
magistrado sustanciador presentó un proyecto de sentencia para la
consideración de la Sala. Con este acto de radicación de la ponencia y la
convocatoria a la sala de revisión, el único procedimiento que restaría es su
aprobación o no por parte de la mayoría de los magistrados que la conforman.
Se ha agotado ya para la autoridad que no fue vinculada al proceso la
oportunidad de ejercer su derecho a la defensa y a la contradicción de modo
que pueda incidir efectivamente en el sentido de la decisión, pues el proyecto

13
de fallo ya contiene un pronunciamiento sobre las “pretensiones de la
demanda”29, esto es, en el marco de la acción de tutela, un veredicto en
relación con la vulneración de los derechos fundamentales alegados.

La interpretación sobre el efecto de cierre del proceso que tiene la


convocatoria de la Sala de Selección en la que se decide acompañar o no la
ponencia propuesta por el magistrado sustanciador, explican lo dispuesto en el
artículo 56 de la Ley 270 de 1996, que ordena a las Altas Cortes determinar
en sus reglamentos internos la forma como serán expedidas y firmadas las
providencias, conceptos o dictámenes adoptados, y que dispone que “la
sentencia tendrá la fecha en que se adopte”. Además, el alcance de esta
convocatoria es confirmado por el artículo 36 del Decreto 2591 de 1991, que
la jurisprudencia ha interpretado como la norma según la cual, una vez se
adopta la decisión por parte de la Corte Constitucional, esta pierde
competencia sobre el caso y ella retorna al juez de primera instancia quien
“notificará la sentencia de la Corte a las partes y adoptará las decisiones
necesarias para adecuar su fallo a lo dispuesto por ésta”.

11. En este estado de cosas, la Sala se enfrenta al siguiente dilema: El


momento procesal en el que se encuentra el trámite de esta tutela lo obliga a
tomar una decisión definitiva en relación con el asunto, pues el magistrado
ponente puso a consideración un proyecto de fallo y este fue derrotado por los
otros dos miembros de la misma30. No obstante, el magistrado a quien
corresponde preparar la nueva decisión no puede hacerlo puesto que el
contradictorio no está conformado de forma completa y adecuada, y así lo ha
determinado la mayoría ¿Cómo debe proceder entonces la Sala de Revisión?

Para esta Sala, la respuesta en torno al procedimiento que debe seguirse


cuando se detecta la indebida conformación de contradictorio una vez el
proyecto de fallo ha sido radicado y puesto a consideración de la Sala de
Revisión, debe partir de los mismos principios asumidos por esta corporación
a la hora de resolver una situación equivalente, acaecida antes de que adopte
una decisión sobre el caso. Para empezar, debe ser un arreglo que balancee la
necesidad de protección del debido proceso de la parte demandada en la
acción de tutela, con la protección inmediata y efectiva de los derechos
fundamentales que constituye el fin de esta acción. Debe tener en cuenta las
29 El artículo 302 C.P.C establece que son sentencias “las que deciden sobre las pretensiones de la demanda
o las excepciones que no tengan el carácter de previas, cualquiera que fuere la instancia en que se
pronuncien, y las que resuelven los recursos de casación y revisión (…)”.
30 Así lo dispone el numeral 9 de Artículo 34 del Acuerdo 05 de 1992 modificada por el Acuerdo 01 de 19 de
julio de 1995, que establece: “El estudio en Sala de las ponencias de fallo se sujetará a las siguientes reglas:
(…) Cuando el proyecto o estudio tenga la mayoría legal de los votos de los magistrados pero no la
unanimidad, a cada uno de los disientes se concederá el plazo fijado en el Decreto 2067 de 1991 para
aclarar o salvar su voto. // Si el proyecto principal no obtiene en la Sala ese mínimo de votos, el negocio
pasará al magistrado que corresponda entre el grupo de los magistrados mayoritario, para que redacte el
nuevo proyecto en el que se exponga la tesis de la mayoría, si el magistrado ponente original no acepta
hacerlo.// El nuevo estudio será sometido oportunamente a votación. En este caso y cuando, como
consecuencia de las deliberaciones haya de efectuar ajustes a la ponencia, el magistrado sustanciador
dispondrá del plazo de diez (10) días para depositar en la Secretaría el texto definitivo, copia del cual hará
llegar a los magistrados disientes, con el objeto de que presenten dentro de los cinco (5) días siguientes, el
correspondiente escrito de salvamento o aclaración de voto".

14
particularidades del caso; y, en todo caso, debe ser un mecanismo que asegure
que la Sala no tendrá que adoptar un fallo inhibitorio.

12. Una opción podría consistir en fallar, tal y como están conformadas las
partes en el proceso, los problemas jurídicos que los magistrados disidentes
consideran que encierra la tutela promovida por el actor. Esto es, la violación
del non bis in ídem y el cumplimiento de una sola pena. Pero ello significaría
desconocer frontalmente el derecho al debido proceso que tienen las personas
que deberían conformar la parte demandada. En este caso, despachos
judiciales como el del juez penal que condenó al accionante; su autonomía
para proferir sentencias, y el carácter excepcional de la acción de tutela contra
providencias judiciales que han hecho tránsito a cosa juzgada. Se generaría así
una violación flagrante de derechos fundamentales que en ningún caso puede
admitir la Corte, toda vez que su función es justamente velar por la
salvaguarda de esos derechos previstos en la Constitución. Por lo tanto, no
puede considerarse una elección válida.

Otra opción radicaría en declarar la nulidad de todo lo actuado desde el


momento en que nació la obligación de notificar la acción de tutela al juez
penal que adoptó la sentencia condenatoria. Siguiendo esta vía, lo procedente
sería ordenar la devolución del expediente al despacho judicial de primera
instancia para que subsanara la irregularidad, y exigir que se surtieran de
nuevo todas las actuaciones pertinentes. Sin embargo, hay por lo menos tres
razones que desaconsejan esta alternativa.

Primero, anular el trámite de la acción de tutela desde el momento de la


admisión por parte del juez de primera instancia, limita
desproporcionadamente los principios de celeridad y eficiencia implícitos en
la efectiva protección del derecho a acceder a la administración de justicia,
específicamente mediante la acción de tutela. Esto ocurre porque, en efecto,
retrotraer los términos del proceso cuando ya ha finalizado el tiempo que tiene
la Corte para decidir, implica una pérdida de por lo menos seis meses 31 y la
espera de otro plazo semejante para obtener alguna respuesta en lo relativo a
la protección de los derechos que se invocan. El transcurrir de estos meses
puede ser nefasto pues disminuye, e incluso puede eliminar la posibilidad de
que la intervención del juez constitucional logre frenar la amenaza o
vulneración de los derechos fundamentales. En este último evento, la
consideración del debido proceso como un derecho absoluto terminaría por
hacer nugatorio el carácter urgente e inmediato de la acción de tutela. Nótese
que este argumento opera de forma diferente cuándo la Corte anula el trámite
de tutela por ausencia de notificación una vez llega a su conocimiento ya que,
en este último caso, no se ha excedido el plazo máximo que tiene la Corte
para proferir sentencia, como sí ocurre cuando ya se ha radicado ponencia.

31 Este tiempo se estima contabilizando el trámite de la tutela en primera instancia (10 días, según el art. 29
del Dec. 2591 de 1991), en segunda instancia (20 días luego de la recepción del expediente, según el art. 32
del Dec. 2591/91) y en revisión (3 meses, según el art. 33 del Dec. 2591/91), sin contar los tiempos de envío
de los expedientes.

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Segundo, se trata de una posición que deja de lado el hecho de que por lo
menos hasta el momento en que se radicó proyecto de fallo por parte del
magistrado sustanciador en sede de revisión, nadie propuso la nulidad del
proceso por dejarse de practicar en legal forma la notificación a determinadas
personas, a quienes debió llamarse en virtud de la figura del litisconsorcio
necesario. En este orden de ideas, los derechos de terceros que pretende
proteger la causal de nulidad no podrían aducirse como un impedimento para
que la misma corporación que incurrió en el error de no vincular a las
personas correspondientes, o que contribuyó con su omisión a perpetuar el
error iniciado por el juez de primera instancia, corrija la irregularidad
violatoria del debido proceso, si con ello habilita, simultáneamente, la
posibilidad de decidir sobre la garantía de los derechos fundamentales de
quien promovió la acción de tutela y cuyo caso fue seleccionado por la Corte
para revisión.

Tercero, la anulación íntegra del trámite de tutela ignoraría la consecuencia


procesal que la Corte ha asignado al hecho de que el accionante sea un sujeto
de especial protección constitucional. Tal como se expuso previamente (ver
supra 5), la Corte ha considerado que es preciso que ella misma integre el
contradictorio cuando se encuentran en juego derechos fundamentales de
personas cuyo estado de debilidad es manifiesto pues, dado que sus
circunstancias personales los ubican en un nivel superior de vulnerabilidad y
desigualdad, la intervención del juez constitucional se torna inaplazable so
pena de que se consume el daño a sus derechos fundamentales. En este orden
de ideas, ha dicho la Corte que en estos eventos cobra mayor importancia
ejercer plenamente el deber de oficiosidad del juez constitucional, según el
cual la propia Constitución lo ha dotado de amplias facultades orientadas a
lograr la protección de los derechos fundamentales, superando incluso
algunas formalidades del proceso.

En el caso bajo examen, es imprescindible considerar el estatus de especial


protección que le ha concedido la Constitución y la jurisprudencia de esta
Corte a las comunidades indígenas y, como consecuencia, a la comunidad
muisca de Bosa y a su comunero. En reiteradas sentencias la Corte ha
reconocido que la Constitución Política de 1991 elevó al rango de principios
fundantes del Estado la pluralidad y la participación; estableció la obligación
estatal de reconocer y proteger la identidad cultural (art. 7º C.P.); admitió que
todas las culturas merecen igual respeto por su dignidad (art. 70 C.P), y ha
incorporado en su ordenamiento interno varios tratados internacionales que
reconocen derechos a los pueblos indígenas. Esta situación, que contrasta con
la histórica discriminación sufrida por estas comunidades en razón de su
diferencia étnica, ha convertido a los indígenas individualmente considerados,
y a las comunidades a las que pertenecen, en sujetos de una especial
protección que se ha traducido, entre otras cosas, en la posibilidad de que
cuando alguno de ellos reclama la protección de sus derechos se integre en
debida forma la parte pasiva de la acción de tutela en sede de revisión.

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13. Descartados los anteriores arreglos procesales, la Sala considera que lo
más adecuado es declarar únicamente la nulidad de la actuación surtida ante la
Corte Constitucional, de modo que se vuelva a contar el término que tiene la
corporación para decidir el caso en sede de revisión, previa vinculación de
todas las personas involucradas en la posible vulneración o amenaza de los
derechos invocados por el accionante. Esto, debido a la situación excepcional
en la que (i) se derrotó el proyecto de fallo presentado en el caso bajo examen
porque dejó de notificar de la demanda de tutela a las personas involucradas
en la posible vulneración de los derechos fundamentales; (ii) la demanda de
tutela fue promovida por un sujeto de especial protección constitucional, y de
todos modos (iii) quienes dejaron de hacerse parte en el trámite de tutela no
alegaron oportunamente la nulidad del proceso.

Este procedimiento no presenta los inconvenientes que tienen las otras dos
alternativas estudiadas (ver supra 12). Reconoce además que aunque la
presentación de la ponencia cierra la etapa probatoria y de contradicción
contemplada para el trámite de revisión, en estricto sentido, su derrota implica
que no se ha adoptado aún la decisión definitiva sobre el caso puesto bajo
examen de la Corte, de modo que no se ha configurado aún un
pronunciamiento inmodificable en tanto que ha hecho tránsito a cosa juzgada
constitucional32. Si esto es así, excepcionalmente debido a las condiciones
previstas en el párrafo anterior, es posible adoptar medidas que permitan
resolver las posibles violaciones al debido proceso antes de que se adopte un
fallo definitivo e intangible.

La medida de anulación del trámite adelantado ante la Corte a partir del


momento de su selección, admite también que la corporación dejó de hacer
uso oportuno de sus facultades en materia de integración del contradictorio,
ya fuera devolviendo en su momento el expediente al juez de primera
instancia, o notificando ella de la demanda de tutela al juez en cuestión. Pero
no atribuye las consecuencias de esta carga, en términos de tiempo y ausencia
de una decisión definitiva al accionante quien, si bien según el artículo 14 del
Decreto 2591 de 1991, tiene el deber de expresar con la mayor claridad
posible, la acción o la omisión que la motiva, el derecho que se considera
violado o amenazado, y la descripción de las demás circunstancias relevantes
para decidir la solicitud, solo debe aportar el nombre de la autoridad pública o
del órgano autor de la amenaza o del agravio “si fuere posible”, de modo que
no constituye un requerimiento ineludible que vicie la procedencia de su
solicitud. Antes bien, obliga a la propia Corte a que decida el caso sometido a
su estudio, conforme a sus competencias legales y constitucionales.

32 En la sentencia SU-1219 de 2001 se definió así la cosa juzgada constitucional: “(…) la decisión de la
Corte Constitucional consistente en no seleccionar para revisión una sentencia de tutela tiene como efecto
principal la ejecutoria formal y material de esta sentencia, con lo que opera el fenómeno de la cosa juzgada
constitucional. Salvo la eventualidad de la anulación de dicha sentencia por parte de la misma Corte
Constitucional de conformidad con la ley, la decisión de excluir la sentencia de tutela de la revisión se
traduce en el establecimiento de una cosa juzgada inmutable y definitiva. De esta forma se resguarda el
principio de la seguridad jurídica y se manifiesta el carácter de la Corte Constitucional como órgano de
cierre del sistema jurídico.”

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En esta dirección, la nulidad parcial del trámite de tutela asegura que, ya que
la Corte ha seleccionado el caso para su revisión, ésta pueda pronunciarse
válidamente de fondo sobre el asunto, sin que la ausencia de litisconscorcio
necesario conlleve a la adopción de un fallo inhibitorio. O, incluso, a una
providencia que si bien se pronuncia formalmente sobre los hechos sometidos
a su examen, materialmente se convierte en una providencia inhibitoria, al
menos de forma parcial, pues la ausencia de vinculación de autoridades en la
parte pasiva de la acción le impide pronunciarse sobre determinados puntos
de derecho ineludibles a la hora de salvaguardar y determinar el alcance de las
garantías previstas en la Constitución.

14. De conformidad con lo anterior, la Sala Octava de Revisión, (i) habiendo


derrotado la ponencia presentada en la presente fecha en el trámite de revisión
del expediente T-3.286.638, relativo a la acción de tutela instaurada por Henry
Mauricio Neuta, como agente oficioso de Jaime Chiguasuque Neuta, ambos
pertenecientes al Cabildo Indígena Muisca de Bosa, por considerar que la
resolución de los verdaderos problemas jurídicos que plantea su demanda
implicaban la vinculación del Juzgado Penal del Circuito de Fusagasugá al
trámite de la tutela; y (ii) advirtiendo que dicha notificación no fue realizada
durante el término previsto en la ley para la revisión del caso. (iii)
Considerando que se trata de un caso que involucra la realización y vigencia
de los derechos fundamentales de los pueblos indígenas, sujetos de especial
protección constitucional y (iv) teniendo en cuenta que ninguna persona o
autoridad pública alegó dentro de las oportunidades ordinarias la nulidad
dentro del proceso, ordenará, de forma excepcional para este caso, que se
anulen todas las actuaciones surtidas en el presente proceso de tutela a partir
del auto de selección y reparto de los expedientes de tutela cuyos fallos pasan
a revisión de la Corte Constitucional, proferido por la Sala de Selección
Número Doce de la Corte Constitucional, el 14 de diciembre de 2011.

De esto modo, y conforme a lo dispuesto en el mencionado auto de selección,


corresponderá al magistrado Alexei Julio Estrada, o a quien presida la Sala
Octava de Revisión en el momento en el que se notifique el presente auto,
reiniciar la revisión del expediente T-3.286.638, previa vinculación y
notificación del Juzgado Penal del Circuito de Fusagasugá, así como de todas
aquellas personas naturales o jurídicas que en su criterio deban hacer parte del
contradictorio en la presente situación.

IV. DECISIÓN

Con fundamento en las consideraciones expuestas en precedencia, la Sala


Novena de Revisión de la Corte Constitucional, administrando justicia en
nombre del pueblo y por mandato de la Constitución,

RESUELVE:

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Primero.- Declarar la nulidad de todas las actuaciones surtidas en el presente
proceso de tutela a partir del auto de selección y reparto de los expedientes de
tutela cuyos fallos pasan a revisión de la Corte Constitucional, proferido por la
Sala de Selección Número Doce de la Corte Constitucional, el 14 de
diciembre de 2011.

Segundo.- Solicitar al magistrado que presida la Sala Octava de Revisión en


el momento en el que se notifique el presente auto, reinicie el proceso de
revisión del expediente T-3.286.638, previa vinculación y notificación del
Juzgado Penal del Circuito de Fusagasugá, así como a todas aquellas personas
naturales o jurídicas que en su criterio puedan ser responsables por la presunta
vulneración de los derechos fundamentales invocados por Henry Mauricio
Neuta, como agente oficioso de Jaime Chiguasuque Neuta, ambos miembros
del Cabildo Indígena Muisca de Bosa. Surtida dicha diligencia, la acción de
tutela seguirá el trámite señalado en el Decreto 2591 de 1991 y el Reglamento
Interno de la Corte Constitucional.

Tercero.- Por Secretaría, remitir el expediente T-3.286.638 al magistrado que


presida la Sala Octava de Revisión en el momento de que se notifique el
presente auto, a fin de que se surta el trámite indicado en el numeral segundo
de esta providencia.

Notifíquese, comuníquese y cúmplase.

LUIS ERNESTO VARGAS SILVA


Magistrado

MARÍA VICTORIA CALLE CORREA


Magistrada

ALEXEI JULIO ESTRADA


Magistrado
Con salvamento de voto

MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ

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SecretariaSALVAMENTO DE VOTO DEL MAGISTRADO
ALEXEI JULIO ESTRADA
AL AUTO 017A/13

ACCION DE TUTELA DE INDIGENA EN PROCESO PENAL


POR HURTO CALIFICADO Y AGRAVADO EN CONCURSO
CON PORTE ILEGAL DE ARMAS-No habría lugar a decretar
nulidad de lo actuado para vincular al Juzgado que profirió condena

ACCION DE TUTELA DE INDIGENA EN PROCESO PENAL


POR HURTO CALIFICADO Y AGRAVADO EN CONCURSO
CON PORTE ILEGAL DE ARMAS-Juzgado que profirió
condena no era competente para dirimir supuesto conflicto de
competencias entre jurisdicción ordinaria y jurisdicción especial
indígena

Referencia: expediente T-3.286.638

Acción de tutela interpuesta por Henry


Mauricio Neuta Zabala, actuando
como agente oficioso de Jaime
Chiguasuque Neuta, contra el Juzgado
de Ejecución de Penas y Medidas de
Seguridad de Fusagasuga, con sede en
Soacha.

Magistrado Ponente:
LUIS ERNESTO VARGAS SILVA

Con el acostumbrado respeto, el suscrito Magistrado disiente de la


decisión mayoritaria adoptada en el proceso de la referencia. En efecto
considero que en el presente caso no había lugar a decretar la nulidad de
la actuación surtida para vincular al Juzgado Penal del Circuito de
Fusagasugá “así como a todas aquellas personas naturales o jurídicas
que en su criterio puedan ser responsables por la presunta vulneración
de los derechos fundamentales invocados por Henry Mauricio Neuta,
como agente oficioso de Jaime Chiguasuque Neuta, ambos miembros del
Cabildo Indígena Muisca de Bosa”.
Considero que esta decisión obedece a un erróneo planteamiento del
problema jurídico planteado en el caso sometido a la decisión de la Sala
de revisión al igual que el método adoptado para su decisión. En efecto,
la cuestión debatida era si el Sr. Chiguasuque Neusa debía ser juzgado
por la jurisdicción especial indígena, asunto que podía ser determinado
por la Corte Constitucional en sede de revisión de tutela como se ha
hecho en casos precedentes. Para resolver este problema jurídico no era
necesario vincular a la autoridad judicial que lo condenó en primera
instancia, debido a que el expediente del proceso penal había sido
aportado oportunamente en la revisión de tutela y en todo caso el
Juzgado Penal de Circuirto de Fusagasugá no era la autoridad competente
para dirimir el supuesto conflicto de competencias entre la jurisdicción
ordinaria y la jurisdicción especial indígena.

Fecha ut supra.

ALEXEI JULIO ESTRADA

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