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ANTECEDENTES.

ANTECEDENTES INTERNACIONALES.
La evolución de los SNIP en Centroamérica no ha estado libre de los cambios
experimentados por la teoría, técnicas y procedimientos de la planificación. En
el decenio de 1950 comenzaron los intentos de planificación mediante la
elaboración de planes de sectores económicos importantes o de aspectos de
infraestructura, en especial transporte y energía. Se formalizaron las tareas de
la planificación y la creación de entes planificadores, de alto rango, dentro de la
administración pública, puede situarse a finales del decenio de 1950 y comienzos
del de 1960, sobre todo después de la Carta de Punta del Este.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en sus últimos


documentos de los periodos de sesiones, reconoce y plantea la necesidad de
contar con mayores niveles de inversión en general, y pública en particular, dado
que la brecha existente entre los requerimientos y la provisión es significativa.
Esta diferencia posee una importancia meridiana, en la medida en que la
inversión es un componente indispensable para el logro del crecimiento
sostenido como se conoce reiteradamente en la literatura económica, a lo que
deben adicionarse los impactos (algunas veces indirectos) de la misma para
promover una mayor equidad y disminuir la pobreza.

Dentro de muchas otras, se le asignaron a los organismos de planificación el de


programar y administrar la inversión pública, el utilizar a la planificación como
sustituto parcial del mercado en la asignación de recursos, elaborar planes y
diseñar políticas sectoriales dentro de un esfuerzo por racionalizar el proceso de
toma de decisiones y la intervención en el sistema económico, con la
responsabilidad de dar orientaciones de carácter general para todo el quehacer
económico y social en el mediano y largo plazo.

Esto se realizó tomando como plan piloto el seguimiento a proyectos de cuatro


regiones el cual luego se fue extendiendo a nivel nacional incluido todas las
reparticiones del estado formándose el Banco integrado de proyectos, donde ya
se ordenaba la información. Esto se suscitó en la década de los años ochenta y
comenzaron a seguir la misma metodología Venezuela, República Dominicana
y Guatemala, en el 86 Colombia crea el BPIN, también un Banco de Proyectos y
para los años 90’s en forma similar bajo el concepto de un control de banco de
proyectos inician Bolivia y Perú, ahora bien más adelante se instaura ya un
control especializado en proyectos de Inversión Pública llamado SNIP, donde no
solo se busca el control sino también la calidad y seguimiento de los mismos.

Pasado este periplo de cambios y reformas en Centroamérica, los SNIP a


comienzos o mediados de los noventa entraron en un ciclo promisorio de
revalorización, actualización y mayor protagonismo en cuanto a la programación,
administración y control de la inversión pública. Con funciones y
responsabilidades más específicas, los organismos u oficinas de planificación
incorporaron con respaldo legal y metodológico la preparación del plan anual de
inversiones públicas como parte de los Sistemas de Administración Financiera
del Estado y bajo la égida de los Ministerios de Economía y Finanzas (Panamá),
Ministerio de Hacienda (El Salvador), la Secretaria General de Programación y
Planificación y el Ministerio de Finanzas Públicas (Guatemala), la Secretaría de
Finanzas (Honduras), el Ministerio de Planificación (Costa Rica) y la Secretaría
Técnica de la Presidencia (Nicaragua).

En los enfoques originales de los SNIP en Centroamérica, al igual que en el resto


de la región, se adoptó un enfoque operativo donde desde el punto de vista
económico el sector público produce bienes y servicios que pueden considerarse
como productos finales cuando son consumidos directamente por la población,
o pueden tener el carácter de insumos cuando son destinados a servir a una
institución o empresa. Dentro de esta conceptualización para que el sector
público pueda concretar las acciones de producción final, necesita contar con
insumos o apoyos tales como programación, recursos financieros y materiales,
una adecuada estructura organizativa y procedimientos administrativos, recursos
humanos capacitados, metodologías para cada proceso de producción e
información para cada una de las actividades. De esta manera, en las fases de
preinversión los insumos generaban diseños o estudios técnico-económicos de
proyectos; en la de inversión obras de infraestructura y en la de operación,
bienes y servicios. Dentro de esta conceptualización se diseñaron la mayoría de
los bancos de proyectos de América Latina y el Caribe, con los subsiguientes
desarrollos de los sistemas de seguimiento y evaluación.

ANTECEDENTES NACIONALES.
A mediados del año 2000, se crea en el Perú el Sistema Nacional de Inversión
Pública (SNIP), orientado a mejorar la asignación de los recursos públicos de
inversión para el desarrollo, y a partir del año 2007 en el marco del proceso de
descentralización del país, delega la viabilidad de los proyectos de inversión
pública (PIP) en cada entidad de gobierno nacional, regional y local.

El papel que desempeñan los Sistemas Nacionales de Inversión Pública (SNIP)


es vital, en la medida en que estos organismos son los que formulan, evalúan, y
en algunos casos ejecutan y monitorean las diferentes propuestas de inversión
pública de los países. Particularmente, los SNIPs se incorporan, por excelencia,
como el nexo que se encuentra entre la propuesta de un proyecto de inversión
pública y su ejecución, monitoreo y seguimiento. Por tanto, son estos organismos
los que tienen injerencia directa sobre la cantidad y calidad de la inversión
pública, pilar fundamental para maximizar el bienestar social, y a través de ello,
promover el desarrollo sostenible con igualdad. (Perrotti Daniel E. y Rueda
Mariana Vera, 2014 CEPAL)

En estos últimos diez años, el Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP) ha


sido un instrumento fundamental para el desarrollo de nuestro país, debido a que
ha instaurado una cultura de evaluación de proyectos que comprende el análisis
de su rentabilidad social y económica, así como su impacto real en el bienestar
de la población.

Hoy en día, al evaluar los resultados de esta década del SNIP, muchos
funcionarios nacionales e internacionales que estudian los progresos del Perú
coinciden en señalar que la aplicación de un sistema de inversión pública basado
en la evaluación técnica de los proyectos, con una programación muy clara de
las inversiones, ha hecho posible lograr resultados favorables.

En los últimos diez años, se declararon viables proyectos de inversión pública


que representan más de 123 mil millones de nuevos soles, de los cuales cerca
del 70% corresponden a inversiones de Gobiernos Regionales y Locales. En ese
mismo periodo, la inversión pública ejecutada ha alcanzado cifras de más de 92
mil millones de nuevos soles, lo que significa que existe una alta correspondencia
entre la ejecución y el otorgamiento de viabilidad a los proyectos.
Asimismo, otro factor de vital importancia para el fortalecimiento del SNIP ha sido
la descentralización del mismo que se inició en el año 2007. A partir de ese
momento, los Gobiernos Regionales y Locales cuentan con la autonomía
necesaria y se encuentran facultados para otorgar la viabilidad a los proyectos
que se financian con recursos que no involucren endeudamiento.

En la actualidad, el SNIP se ubica entre los sistemas de inversión pública más


importantes de la región Latinoamericana, cuenta con políticas, normas técnicas
y metodologías específicas que lo han consolidado como un instrumento
fundamental para garantizar la provisión de servicios públicos de calidad que
contribuyan al crecimiento económico y el bienestar de la población.

El desarrollo del SNIP está íntimamente relacionado a la permanente innovación


de sus instrumentos de gestión, destacando: desarrollo territorial, gestión de
riesgos en un contexto de cambio climático, metodologías de evaluación ex ante
para tipologías estratégicas de proyectos, metodologías de evaluación ex post y
parámetros de evaluación social, entre otros. Asimismo, el SNIP viene
impulsando nuevas estrategias de inversión tales como: Innovación tecnológica,
fortalecimiento de cadenas productivas, biodiversidad y gestión sostenible,
apoyo a las inversiones público-privadas, así como una mayor articulación con
los sistemas administrativos del Estado, en el contexto de los programas
presupuestales y los planes estratégicos de las entidades públicas, en los tres
niveles de gobierno.

En estos 15 años, son varias las lecciones aprendidas y las buenas prácticas
obtenidas, que ha hecho que varios países de Latinoamérica visiten al SNIP
peruano. El avance de este sistema contribuirá en la perspectiva de acercar el
Perú a los niveles de gestión y desempeño de los países desarrollados, en el
marco de los compromisos promovidos por la Organización de Cooperación y
Desarrollo Económico (OCDE).

En el Perú, los procesos y procedimientos de la inversión pública que desarrollan


las entidades del Estado de los diferentes niveles de gobierno se sujetan a las
reglas que emite el Ministerio de Economía y Finanzas a través de la Dirección
General de Inversión Pública (DGIP), ente rector del SNIP; a fin de garantizar la
calidad del gasto y su contribución al desarrollo. Existe una amplia literatura
económica teórica y empírica que establece una relación estrecha y positiva
entre inversión pública y crecimiento económico y bienestar social.

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