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Corazón radiante: Vivir la unidad
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Ebook481 pages12 hours

Corazón radiante: Vivir la unidad

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About this ebook

Más allá de las palabras hay una experiencia compartida. Este es un libro para sentirla. Con él tu corazón recordará un cálido lugar donde el aprendizaje se convierte en una experiencia directa del amor, un lugar sin conflicto donde vives la unidad con la totalidad. Este libro llega a ti en forma de curso vivencial para ayudarte a calmar tu mente, descansar en la verdad, y así, liberar la luz de tu corazón.

LanguageEspañol
Release dateMar 24, 2017
ISBN9788494414633
Corazón radiante: Vivir la unidad

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    Corazón radiante - Jorge Lomar

    Lomar

    Prólogo

    Hace poco tiempo que conozco a Jorge Lomar. Fue en una de estas sincronicidades de la vida, porque, como ya está escrito, los que se deben encontrar se encontrarán.

    Ambos somos buscadores, buscadores de algo que ya sabemos que tenemos. Entonces ¿para qué buscar? Y, sobre todo, ¿para encontrar qué?

    Sentimos que estamos encerrados en algo que aparentemente no tiene paredes, ni ventanas, ni puertas. Sentimos que hay algo que se esconde, que no percibimos, como si no tuviéramos los medios para verlo.

    Es una búsqueda compulsiva, sentimos en lo más profundo de nosotros mismos que hay algo más, no sabemos muy bien que es, si es que es algo.

    Es una búsqueda compulsiva porque sentimos que tanta energía a nuestro alrededor no puede existir solamente para vivir lo que llamamos vida.

    Es una búsqueda compulsiva porque sentimos que no hemos venido a este mundo a experimentar lo que vemos cada día en él.

    Dolor, sufrimiento, padecimientos de toda índole, ver como tanta gente muere de hambre o se desplaza de sus hogares por guerras y hambrunas. Nos preguntamos qué sentido tiene la vida: vivir para luego morir, viendo como nuestros cuerpos y nuestras mente decaen, observando la ruina de nuestro magnífico cuerpo. Cómo se nos cae el pelo, cómo se arruga nuestra piel, cómo se deforman nuestros cuerpos, cómo las enfermedades hacen mella en él.

    Todo esto y más, ¿para qué?

    Buscamos en la ciencia, buscamos en la religión, se nos dice que esto es así, que si la entropía, que si los genes, que si los factores externos, etc. Por otro lado se nos dice que somos unos pecadores, que hemos sido expulsados del paraíso por un Ser que al parecer es tremendamente bueno, pero que nos hace vivir experiencias de miedo y de muerte.

    En nuestro fuero interno pensamos que todo esto es una locura, que hay algo más, hay algo que se nos oculta y este algo por fin lo hemos encontrado: el Poder, ¡¡Nuestro Poder!! El de cada uno y el de todos.

    Se nos ha enseñado y se nos enseña que la solución a todos nuestros males y a todas nuestras penalidades se encuentra en algún lugar externo a nosotros.

    Un curso de milagros, en la lección décima, dice muy claramente: «No hay nada externo a ti que pueda hacerte temer o amar, porque no hay nada externo a ti».

    Hasta ahora he estado hablando como si Jorge y un servidor estuviéramos juntos tomando unas cervezas o unos cafés.

    Desde mi experiencia personal no hay nadie a quién preguntar, porque no hay nadie más que Yo Mismo. Siempre me estoy contestando a mí mismo, y mis respuestas son experiencias de vida en este mundo onírico que hemos construido para vivir lo que no es real. Ciertamente es un mundo que podemos palpar, tocar y sentir. Para ello hemos fabricado unos instrumentos —los cuerpos— que nos permiten ver, oler, tocar y sentir a unas frecuencias determinadas. De lo que no somos conscientes es de que esta forma de percibir es la que fabrica nuestro mundo a fin de que pueda ser percibido.

    El gran secreto es «que nosotros somos los hacedores y los arquitectos del mundo en el cual vivimos» sin ser conscientes de ello.

    Nuestras mentes se proyectan en lo que podríamos llamar una gran pantalla cósmica, y en ella vemos aquello que nuestra mente proyecta. Como creemos que somos muchos y que estamos separados, así lo percibimos y así lo vivimos, llamándole a esto experiencia de vida.

    Cuando uno despierta a esta gran verdad, ya no busca en el exterior, sino que lo observa con una mente que sabe que lo que aparentemente está afuera es en realidad nuestra propia proyección. No hay mejor manera de encontrar lo que buscas que saber dónde se halla, que saber dónde mirar.

    Corazón Radiante es una manera excelente de decir que lo que buscas está en tu corazón, y como muy bien dice Jorge, no en un pedazo de carne. Observar tu corazón es sentirlo y ver cómo se expresa en esta pantalla cósmica. Es poner la mente al servicio del corazón, porque en él se encuentra toda la información primordial, nuestro tesoro, aquello que realmente somos y que nunca hemos dejado de ser. Allí se encuentra nuestra divinidad, nuestro auténtico poder, nuestra esencia.

    Y esas preguntas que antes nos hacíamos, que nos hacemos: ¿Para qué?, ¿Qué buscamos? Con esta inversión de pensamiento, las respuestas son obvias:

    ¿Para qué? Para poder tomar plena Consciencia de quienes somos tenemos que experimentarnos como algo que no somos, y esta incomodidad, por así decirlo, nos lleva a darnos cuenta que esta manera de vivir, de existir, no tiene sentido y que tiene que haber algo que no vemos. Ahora ya lo sabes: sabes plenamente que no hay un Tú y un Yo, que solamente hay un Yo expresándose en infinidad de formas de vida y de experiencias.

    ¿Qué buscamos? La conexión, el canal, el «agujero de gusano» que nos lleve desde esta universo dual, al universo holístico, que se encuentra precisamente en nuestro corazón. Se le llama el «átomo primordial», porque en él se encuentra toda la información, absolutamente toda. Siempre ha estado allí y siempre ha estado radiante, manifestándose por todos los rincones de nuestras vidas. Le podríamos llamar «la vocecita», y muchas veces decimos: «¡¡Lo sabía!!, ¿por qué no me escucho?».

    Nuestras palabras expresan esta gran verdad: todo lo que hay que hacer en este universo de experiencia dual el corazón nos lo dicta, siempre que sepamos escucharlo. De esto trata este libro de Jorge: de saber escuchar, de saber poner nuestra mente al servicio de nuestro corazón, de que sí que tenemos que razonar, pero la sabiduría que nos guía en este universo ya está en nosotros y a nuestro servicio.

    Como ya hemos visto escrito muchas veces: «El corazón tiene razones que nuestra mente no alcanza a comprender».

    Corazón radiante es un magnífico libro para poner nuestra mente al servicio de nuestro corazón. Para poder interpretar correctamente lo que la pantalla del mundo nos ofrece y así poder cambiar guiones y llenarlos de plenitud, de ganas de vivir, de ganas de experimentarse, de ganas de Ser.

    Aquí tienes un modo de alcanzar tu gran anhelo de libertad.

    Gracias Jorge.

    Enric Corbera

    Introducción

    Una experiencia sin dudas

    Este libro es una cita entre tú y yo para celebrar que hemos tomado una decisión mutua: abandonar el sufrimiento y lanzarnos a vivir el goce de Ser.

    Esta es mi experiencia. No encontrarás aquí referencias a otros libros¹ o autores ni a experimentos científicos o a estudios académicos. Este libro solo versa sobre mi experiencia y mi manera de explicarla.

    Mi experiencia no es especial ni personal. Por eso mismo se puede compartir y, de hecho, la comparto desde el mismo instante en que comenzó.

    No hay duda alguna en ningún rincón de lo que te he escrito, pues es exactamente lo que siento desde hace cierto tiempo. Es lo que vivo cada día, en lo cotidiano y en lo profundo, junto a mi pareja, con mis alumnos y en mi familia, junto a mis amigos y en mi intimidad, por dentro y por fuera. Esta es mi vida, esta es mi expresión.

    No estoy iluminado. Soy un caminante feliz que te anima a que te unas a este ligero caminar. Aquí no hay ningún proceso terminado. Aquí te presento una mentalidad completa desde la que vivo mi felicidad en este mundo. Todo encaja con todo en esta mentalidad, todo se verifica en la experiencia profunda de cada día, y todo proviene de lo intuitivo. Esto significa que, en un principio, cada idea me llegó como un regalo, algo que pareció provenir de fuera de mí. Yo no he inventado ni una sola de las ideas que aquí se exponen. Todas me han sido regaladas.

    Nunca tuve maestros personales. Los regalos me llegaron primero a través de libros. Tal como buscaba la verdad, esta llego a mí, primeramente, en forma de palabras escritas. Siempre me ha conmovido la facilidad con la que he podido sentir la verdad que había más allá de las palabras. Por ello discerní, con asombrosa claridad, los regalos de la verdad de todas las cosas del mundo que había leído y creído antes. ¡Y esas fueron millares!

    Por eso he dicho que todo proviene de lo intuitivo. Recibí cada regalo como si hubiera estado esperándolo, incluso con lágrimas en los ojos.

    No sé establecer cuándo empiezan los regalos, pues realmente siempre estuvieron ahí, en la medida de mi comprensión. El más claro y definitivo de los regalos fue la experiencia de Un curso de milagros². Me resultó fácil entenderlo, pues ya había disfrutado de numerosos regalos anteriores provenientes del Advaita. El Curso iba mucho más allá de todo cuanto yo había leído y sentido. No estaba redactado por ningún humano. Todo se veía desde otro lugar, otra inteligencia fuera del ego. No atendía a otras referencias. ¡Y me hablaba Jesús! Este pequeño formalismo me hizo reconciliarme poco a poco con la tradición occidental.

    Posteriormente, y una vez situado en tan maravilloso y revolucionario camino del amor verdadero, encontré otros libros manados de la misma fuente. Merecen citarse aquí, por la inspiración que supusieron para este libro, la trilogía: Un curso de amor³, Más allá de las palabras⁴ y La otra voz⁵.

    Yo siempre he sido un buen alumno. He llevado a la experiencia todo aquello que haya resonado en mi interior como la verdad sentida. Si lo siento, lo practico. Y al practicarlo, lo siento. Es como si, en cierta manera, siempre hubiera tenido contacto con el corazón radiante, aun sin verdadera consciencia de él.

    He de citar las fuentes de mis regalos en su forma más terrenal, los libros. Pero los verdaderos regalos, los más grandes, los de verdad, han llegado cada día en cada detalle de mi experiencia. No hace tanto que he aprendido algo absolutamente nuevo, he aprendido a encontrar a Dios en mi alegría a cada momento, pase lo que pase. El verdadero sentido de este libro es guiarte para que permitas que el amor puro se revele en tu interior.

    Finalmente, el contenido de este libro es la realidad en la que vivo, en contraste con la que vivía antes de mi nuevo aprendizaje, la mayor parte de mi vida, antes de que mi mente, paulatinamente, se fuera dando la vuelta como un calcetín. Mi corazón caminó siempre junto a ella, hasta unirse con ella en el corazón radiante ¡de forma cotidiana!

    ¡Y aquí está el corazón radiante! ¡Para ti! ¡Ahora! ¡Donde siempre estuvo en realidad!

    En este libro no hay creencias ni dudas ni suposiciones ni hipótesis. En este libro te cuento claramente lo que siento, lo que comprendo y lo que vivo, tal como lo veo. Todo encaja, tanto en la experiencia como en la manera de explicarse.

    He podido vivir la mentalidad programada en la separación muchos años antes de abrirme a la experiencia de la unidad. Conozco ambos lugares de la mente. Escúchame bien: no hay duda en mí. Ya no busco nada. Ya he encontrado la forma de aprender riendo y sintiendo. Ahora solo me queda seguir aprendiendo del amor. No hay duda alguna.

    La consciencia de unidad es la liberación de la mente.

    Simplemente soy feliz desde el centro de mi Ser, tal como te lo cuento, desde el corazón radiante. Una felicidad que no se ve amenazada por los sucesos ni por la opinión de los demás. Una seguridad que no se conoce en este mundo. Y este libro brota de este gozo que he aceptado como el más grande de los regalos que jamás pude imaginar.

    En este mundo todo son creencias, pues no es la experiencia de lo real. De la verdad no hay demostraciones externas, por mucho que las busques. Y de lo que percibes, tampoco tienes demostración alguna, aunque por ahora creas a rajatabla en tus sentidos y en tu actual forma de pensar. De modo que o te lanzas a experimentar lo nuevo o no. No hay trucos. No hay atajos.

    No existen demostraciones de lo espiritual. Tan solo tu íntima y propia experiencia.

    Detente. Respira. Siente

    ) entre párrafos muy a menudo. Es una invitación al silencio. Es un instante para recibir a tu maestro interno. Es un espacio en donde reconocer al corazón radiante en ti. Es momento de sentir lo que las palabras no pueden alcanzar. ¡No te lo pierdas!

    La comprensión es sentir. Todo darse cuenta sucede sentido, no pensado. Más tarde llegan las palabras y las explicaciones. Ni una sola de las cosas que aquí explico llegó en palabras antes que sentida. Para mí, el verdadero aprendizaje es la experiencia.

    También irás encontrando frases extraídas, a modo de citas, como píldoras que resumen alguna comprensión esencial. De igual manera, solo están ahí para tu enfoque de conciencia y tu sentir.

    Además, hay una colección de saladísimos esquemas e ilustraciones que facilitan la relación de las ideas con las ideas, por cortesía de mi amigo Gabriel Molnar. Obsérvalos también desde tu sentir más amplio.

    Práctica

    Además de leerse, este libro se practica, pues es material para tu sentir. Este libro es un curso experiencial para liberar tu luz y vivir desde tu corazón radiante, es decir, para vivir en la consciencia de la unidad. La práctica es tan importante como los nuevos puntos de vista que te abrirán a permitirte entregarte a la práctica. Sin la experiencia que se derive de tu práctica, no entenderás ni una pequeña parte de todos estos puntos de vista que aquí están disponibles para ti. Una vez más, sin tu voluntad nada sucede en tu conciencia.

    Además de la lectura en sí, aquí hay una propuesta concreta de prácticas diarias. Lo ideal es que encuentres un espacio meditativo en el cual practicar formalmente cada día, por la mañana y por la noche. Basta con quince o veinte minutos en cada sesión. Según mi experiencia, esa preparación diaria resulta casi imprescindible para vivir un verdadero cambio de conciencia, una verdadera experiencia de lo nuevo. Yo actualmente mantengo cierta práctica formal diaria, no veo motivo para dejarla.

    La práctica informal es la cotidiana, la que haces en cualquier momento o lugar, la que dura tres segundos o tres minutos, fuera de agenda, sin postura ni espacio concreto, aquella sin guía externa, la que de verdad compartes con tu mundo percibido. Es fundamental y a ella va dirigida tanto la práctica formal como todas las explicaciones del libro.

    La preparación mediante la práctica formal diaria es la base necesaria para luego poder aplicar en cualquier momento de tu vida lo practicado, que es lo que llamo la práctica informal. Un instante de rechazo, una visión tenebrosa del futuro, un conflicto con alguien, un sentimiento de culpa o, en general, cualquier momento de tensión o tristeza en el que la paz parezca haberte abandonado sería adecuado para encontrar un instante para la práctica informal, pues es cuando no estás en paz cuando más necesitas aplicar lo aprendido.

    También puedes practicar informalmente sin necesidad de que haya conflicto, en cualquier momento, de forma exploradora, expectante e inocente, como un juego, como una experiencia nueva a la que te abres. Descubrirás nuevas maneras de comprender todo, casi inmediatamente después de que te dispongas a llevar todo esto a tu experiencia. También encontrarás una fuente directa de nuevo aprendizaje en tu experiencia del goce. Toda la práctica de este libro apunta al goce.

    La práctica es fundamental en cualquier momento para liberar tu mente. Ha de ser tan cotidiana como cualquier otra cosa que haces cada día, como lavarte, cenar o llamar por teléfono.

    La práctica no es ningún esfuerzo. Es un momento para descansar, liberarte, soltar y sentir la paz. Pese a que al principio puedas experimentar resistencia a mantener cierta constancia, con el tiempo descubrirás que la práctica espiritual es un camino al gozo. La constancia de tu práctica es lo que hará todo más fácil. Tus dudas, demoras, oposiciones intelectuales, frenos y resistencias solamente producirán dificultad. Esa dificultad no es de la práctica. La práctica es fácil y sencilla.

    Las prácticas de este libro son de dos tipos:

    Enfoques de conciencia (EC): son prácticas breves que constan de un título, un subtítulo a modo de objetivo presente y una pequeña meditación centrada en un cambio de percepción específico. El enfoque de conciencia se prepara y se aplica.

    La preparación consiste primero en leer el enfoque de conciencia lenta y meditativamente. Esta parte es como una invocación, la expresión de tu voluntad. Al terminar, respira, suelta todo y quédate en silencio dos o tres minutos, sintiendo en tu interior el eco de la idea. Esta parte es el recibir en sí, como si tu ser hablase a tu corazón a través del silencio, explicándole lo que las palabras no pudieron abarcar. Haz la preparación del enfoque por la mañana y por la noche.

    La aplicación se hace en cualquier momento del día, cuando, debido a la previa preparación, detectas un pensamiento, una emoción o una sensación a la que puedes responder internamente con el título del enfoque. Después, lo más importante: sueltas todo, respiras y de nuevo te quedas sintiendo en quietud y silencio, uniéndote a tu maestro interno, unos segundos o incluso más.

    Usa cada enfoque durante varios días, cuatro o cinco como mínimo, hasta interiorizarlo.

    Meditaciones guiadas (M): son procesos meditativos guiados, más largos y relajados, en donde se van conectando nuevas formas de sentir. Se trata de escenarios para sentir espaciosamente. Incluyen a veces algún aspecto de visualización, pero lo normal es que se basen en el sentir. En el proceso meditativo es natural que aparezcan en tu conciencia relaciones con personas o temas de tu vida que están asociados a lo que sientes. Deja que todo esto sea como venga.

    Haz estas meditaciones del mismo modo que la preparación de los enfoques, por la mañana y por la noche, y durante varios días. Las meditaciones también están en las tarjetas anexas al libro, para que las lleves contigo y las puedas recordar y vivir en diferentes entornos. ¡Saca tu práctica a la calle!

    Las meditaciones⁶ pueden ser apoyadas y complementadas por su audio⁷ correspondiente, disponible para su descarga gratuita para los poseedores de este libro en el sitio web:

    Practica meditaciones y enfoques juntos, según aparezcan en tu lectura del libro, o según te guste a ti unirlos. Dos prácticas cada día es una buena medida, ya sea meditación y enfoque o dos enfoques. Al hacer tu pareja, combina libremente nuevas prácticas con repasos de lo ya practicado. Todas ellas encajan sin problema alguno.

    Para los usuarios de móvil y tableta, están disponibles todas las tarjetas en PDF en este mismo sitio web. También es posible descargarse en PDF un modelo para que hacer tus propias tarjetas en una imprenta digital, en caso de que pierdas alguna o hayas adquirido este libro en formato electrónico.

    Indicaciones generales para la práctica

    Lo más importante es que no te lo tomes en serio. Esto no significa que dejes la práctica abandonada o que no seas constante. Si tu deseo es experimentar la paz interior y el goce de Ser, la práctica debería ser prioritaria en tu vida, pero en principio me conformo con que sea tan prioritaria como tu comida o tu vestimenta. No creo que estas sean cosas que se te olviden.

    Cuando digo que no te lo tomes en serio me refiero a que bajo ningún concepto dejes de ser totalmente amable contigo mismo. Jamás te juzgues, y no desaproveches ni una oportunidad de reírte de ti mismo, del mundo o de este libro. La risa debería ser el fundamento de toda escuela, y por eso te invito a que hagas extensivo mi consejo a todo lo que vivas en este mundo. Sea lo que sea, no te lo tomes en serio. Es un chiste.

    Si debido a las resistencias y a las distracciones dejas por algún tiempo tu práctica, no importa. Date cuenta y regresa al camino. Así cada vez. Ni siquiera hagas borrón, pasa directamente a la cuenta nueva. Sacúdete el polvo de las manos y levántate. Queda mucho por decidir, por sentir y por reír dentro de ti.

    Usa los audios, te ayudarán a comprender y a profundizar en las prácticas internas. Una vez que te hayas acostumbrado a los audios, haz las prácticas internas bajo tu propia guía. Acabarán convirtiéndose en hábitos mentales que brotarán de la nueva mentalidad cosechada en tu interior. Finalmente los harás a tu manera y usando tus propias palabras, pero espérate a que no haya confusión alguna ni alteración inconsciente del contenido. Inicialmente, por favor, no cambies unas palabras por otras. Acostúmbrate a este nuevo lenguaje para que todo sea mucho más fácil.

    Puede que algunas partes del libro te resulten difíciles de entender. Tal vez las retomes más despacio y con mayor paz dentro de unos minutos o unas horas. Tal vez desees dejarlas para más tarde y continuar. Según leas más, entenderás más. Según practiques más, entenderás mucho más. No tengas prisa en entender. Este libro no es para leerlo una sola vez. Cuando lo acabes, si has disfrutado, comienza de nuevo. ¡Hay mucho más!

    No dejes ninguna práctica a un lado porque te parezca inadecuada o creas no entenderla. No selecciones, eso solo es resistencia. Esto es para tu corazón, él sabrá entender. Bajo ningún concepto tengas prisa con tu práctica. Si tu lectura es fluida, permite que las prácticas vayan detrás, a su propio ritmo. Por favor, permítete releer los fragmentos que más te ayuden o que más disfrutes. La paz y la prisa no ligan bien. De hecho, ir sin prisa, pero con verdadera voluntad, es el camino más rápido.

    Tampoco te quedes estancado en ninguna práctica en particular porque consideres que necesites especial interiorización de aquello específicamente o porque la lectura del libro vaya lenta. Pasada una semana como mucho, deja esa práctica en particular y toma otra, nueva o antigua. Ya la repetirás todas las veces que necesites. Observa tu camino siempre con ojos de águila.

    Aplica el enfoque que estés trabajando a cualquier tema de tu vida que te surja. Aplícalo a tus relaciones, la familia, los amigos, la pareja, en tus cosas íntimas, tus temores, tus torpezas, tus remordimientos y tus conflictos. Aplícalo para sentirte bien. Aplícalo para aprender. Aplícalo como quien prueba una fresa en primavera, por el goce de experimentar. Es fundamental que la práctica se infiltre en lo cotidiano hasta que llegue a cada rincón de tu experiencia. Para eso se acompañan las tarjetas, para que las lleves siempre cómodamente contigo y puedas recordar tu práctica.

    No pretendas comparar lo que aquí se expone con lo que ya conoces. Libérate de ese tormento. No intentes encajar lo que ahora se te ofrece en lo que ya aprendiste. No encaja. No digas: «Esto es como...», o «esto equivale a...», pues de ese modo te perderías la fiesta. El programa «yoya» es un verdadero inconveniente. Se trata de ese que dice: «Yo ya sé esto o aquello». No sepas nada, por favor. Lleva todo a tu sentir profundo sin más.

    Sé un buen alumno. Vive todo como un niño que siempre está a punto de descubrir algo nuevo en cada momento. Cada pregunta tendrá su respuesta a su debido tiempo. Y, muy probablemente, muchas preguntas dejarán de interesarte según te abras a una nueva comprensión.

    Por favor, no distorsiones ni traduzcas lo que digo. Te aseguro que, por mucho que te sorprenda, digo exactamente lo que quiero decir, ni más ni menos. Algún aspecto puede parecerte radical, pero es que la unidad es radical, es decir, de raíz. No intentes suavizar lo que te explico con tu antigua forma de explicar las cosas. Se te ofrece una enseñanza radical para que flexibilices tu manera de ver. No flexibilices la enseñanza para mantener rígida tu actual manera de ver. El objetivo compartido de nuestra cita es la experiencia de lo nuevo, pues eso es el aprendizaje auténtico.

    El único inconveniente para que aceptes lo nuevo es que desees guardar lo antiguo.

    Si estás aquí, adelante.

    ¡Vamos juntos!

    1 Con la excepción de Un curso de milagros, al cual haré algunas referencias.

    2 Journey Beyond Words , de Brent Haskell, Ed. Miracles Studies Book, 1994; sin publicar en castellano.

    3 Un curso de amor, de Mary Perron y Dan Odegard, Ed. Gaia, 2004; los otros dos libros de la trilogía, aún sin publicar en castellano, ambos también de Mary Perron: The Treatises of a Course of Love, Ed. Createspace, 2011 y The Dialogues of a Course of Love: Coming to Voice, Ed. Createspace, 2011.

    4 Journey Beyond Words, de Brent Haskell, Ed. Miracles Studies Book, 1994; sin publicar en castellano.

    5 Other Voice, de Brent Haskell, 1998, col. Miracles Studies Book; sin publicar en castellano.

    6 Excepcionalmente, también hay un audio para apoyar un enfoque de conciencia.

    7 Archivos mp3, compatibles con prácticamente cualquier móvil, tableta, ordenador o minirreproductor.

    8 Este sitio web te preguntará datos precisos sobre este libro antes de poder acceder a los contenidos de apoyo didáctico.

    Corazón radiante

    El centro de tu deseo

    Sé lo que quieres.

    Sé lo que quiere todo el mundo, porque es lo mismo que quiero yo. Y también es lo que tú quieres.

    Quieres ser feliz, quieres estar bien. Deseas estar en paz, sentir el goce en tu centro, y que desde ti brille en todas direcciones. Quieres un corazón radiante. Esa es tu expresión deseada, tu anhelo profundo llamándote, y lo quieres mucho más allá de las cosas que crees que quieres.

    Puede haber tormenta fuera, truenos imponentes y grises nubarrones. Pero si tú sientes el corazón radiante, si tú estás unido, entonces vibras junto a los truenos, te dejas llenar por el aroma de la tierra mojada y te entregas a sentir el viento. Te expandes. Hasta la lluvia es recibida con inexplicable gozo, porque hay una gran sonrisa dentro de tu corazón, en donde todo tiene cabida.

    Así es la aceptación plena del momento presente. Así es tu corazón radiante. ¿Qué importa el día que haga? No depende de nada. Nada puede afectarlo ni amenazarlo. Así es el recuerdo de tu incondicionalidad brillando ahora, la expresión de Quien realmente eres.

    Cuando digo corazón, por favor, no lo entiendas como un pedazo de carne ni como un órgano funcional ni siquiera como un lugar en tu cuerpo. El corazón radiante es el centro de ti mismo, el contacto con el todo, el brillo que mana de tu conciencia yo soy. Es el sentir de la totalidad expresándose en ti, aquí y ahora. Es tu sentir auténtico y presente, sin límite ni temor, sin confusión alguna. Un sentir tan extenso, tranquilo y gozoso que no se puede explicar desde la perspectiva humana, solo puedes abrirte a recodarlo desde tu centro. Es sentirte, sentir Quien realmente eres, sentir tu Ser.

    El corazón radiante es la expresión de tu Yo real siendo, aun en tiempo y espacio, aun en la forma y el cuerpo y a través de todo ello, sin que nada de ello pueda eclipsarlo. Al contrario, el corazón radiante lo convierte todo en camino de expresión de tu Ser. Nada de lo que ves ahora será igual desde tu verdadera luz interior. El mundo que ves a tu alrededor quedará totalmente reinterpretado por el corazón radiante.

    Mientras tu corazón está radiante de amor y dicha, lo que hagas o no hagas pierde toda importancia. Tanto el fracaso como el logro, así como todo el camino de desafíos que los separa, desaparecen juntos en el ahora del descubrimiento. Todo logro está ya completo en tu corazón radiante. Estás ya consumado en tu corazón radiante, y aun así, cualquier acción o cualquier situación cobra sentido, pues todo es reconocido como expresión en sí mismo, el amor siendo en el ahora.

    Quieres tu corazón radiante. Este es el motivo de este encuentro en forma de lectura. Es lo que quieres, lo que te ha traído hasta aquí. Tu corazón radiante es el sentido de la vida, es la vida sentida.

    ¿Podrías imaginarte totalmente consciente de tu corazón radiante en todo momento? El corazón radiante es pura expansión constante. ¡Es tu sentir eterno! Pero muy a menudo, si no constantemente, permaneces inconsciente de ello. ¿Podrías imaginar solo por un momento que fueras totalmente consciente de tu corazón radiante? Permítete experimentar esto. En ello consiste toda nuestra práctica a lo largo de este libro. Porque este libro es un camino de práctica, un curso, como un río, que puede ir mucho más allá de un libro, si tú quieres, hasta algo tan inmenso como el mar.

    Vivir una total conciencia de tu luz interior no implica que todas las experiencias que conoces hayan desparecido ni que ya no percibas tu forma humana ni que hayas dejado de percibir las cosas del mundo ni siquiera implica que tu experiencia sentida sea siempre de total gratitud. Simplemente, eres consciente de manera permanente de tu corazón radiante. Está ahí, constante, como un fondo de tu percepción, siempre te acompaña la canción de todo lo que Es, sin temor, duda, divagación o confusión. Esto es la total consciencia, la plenitud de consciencia que corresponde con el corazón radiante. Una constante que esta lectura te invita a despertar y a recibir, el brillo que nunca pudiste olvidar y que constituye tu deseo pleno.

    ¿Acaso crees que esto no es posible en este mundo?

    ¡Es tu destino inevitable! Ya está sucediendo en tu conciencia, te ha traído hasta este momento, hasta estas palabras. Es inevitable tu libertad, tal como un río llega al mar.

    Dalo por hecho. ¡Esta es la actitud de tu práctica!

    El corazón radiante no es algo que debas conseguir. Ya está. Está ahí, en tu interior, en lo profundo. Reconócelo. De tu corazón siempre brota luz eterna y sanadora. Tú estás siempre recibiéndola, dejando que pase a través y sintiendo al mismo tiempo cómo se extiende fresca y nueva en cada instante. Sientes esa luz brillante y no la confundes con otra cosa externa ni esperas algo ni clasificas el momento ni temes que se acabe ni comparas...

    Vives, con total sencillez y naturalidad. Estás sereno, receptivo a la vida, en tu corazón eternamente brillante. Te alimenta el flujo de vida que mana de tu centro, hagas lo que hagas y vayas adonde vayas, un amor constantemente presente, luz y alegría expansiva y sin fin, que te acompaña adonde vayas, haciendo lo que hagas. La vida te lleva. Ni siquiera pareces distinto a cualquiera, simplemente por sentirte tal como eres. Eres, sin más, en una total simplicidad y alegría.

    Esto es lo que quieres. Lo que siempre has querido. Lo que buscaste en el otro, en la realización de un trabajo, en la culminación de un proceso, al final de todo camino, al beber de una fuente o al abrazar a tu madre. Tras cada deseo latía tu verdadera búsqueda del corazón radiante, el recuerdo de tu ser.

    Todo el mundo anda tras lo mismo sin ni siquiera reconocerlo, sin saber qué es saber, sin sentir qué es sentirse, sin conocer qué es conocerse.

    Y sintiendo el corazón radiante en tu centro en todo momento, en contacto con lo inagotable dentro de ti, ¿crees que sería posible vivir sin darte? Viviendo un flujo de alegría sin fin que pasa por ti a través de cada movimiento, ¿qué motivo podría haber para racionar el goce de Ser? ¿Crees que sería posible decir «contigo sí, pero contigo no»? No podrías rechazar una sola experiencia teniendo tal seguridad. ¿Crees que tendría algún sentido la reserva o la pérdida?

    Habrías de olvidar momentáneamente a tu corazón radiante para poder recrear lo individual en el tiempo, lo separado y comparado, lo que se opone y lo que constantemente busca llenarse. Pues, en presencia del corazón radiante, no puedes dejar de darte a la relación ni puedes dejar de recibirte en la relación constante, que es lo que es siempre aquí y ahora, la vida sin más. No puedes sentir tu alegría presente y a la vez decir «ahora sí o ahora no» ni «aquí sí, pero aquí no». El corazón radiante abarca todo, a todos y en todo momento. La experiencia misma, la relación tal como es, es efervescencia que enriquece sin fin la constante expresión del corazón radiante.

    Todo es constantemente nuevo, sencillamente bello y totalmente compartido.

    Te invita a abrirte a una consciencia de compartir con todo lo que hay, todo lo que sucede y todo lo que es más allá del tiempo y el espacio, incluyendo el tiempo y el espacio. Esta consciencia es una experiencia, una efervescente vitalidad

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