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Introducción a la medicina de Europa

Entre los siglos XI y XIII se desarrolló al sur de Nápoles una escuela médica de especial interés:
la Escuela Médica Salernitana. La situación geográfica privilegiada de la Campania, en el sur de
Italia, nunca del todo abandonada por la cultura tras la caída del imperio, ya que fue refugio de
bizantinos y árabes, permitió el surgimiento de esta protouniversidad, fundada según una leyenda,
por un griego (Ponto), un hebreo (Helino), un musulmán (Adela) y un cristiano (Magister Salernus),
dándose originalmente el nombre de Collegium Hippocraticum.

En ella, para la obtención del título de médico y, por tanto, el derecho de ejercicio de esta
práctica, Roger II de Siciliaestableció un examen de graduación.

Algunos años después (en 1224) Federico II reformó el examen para que este fuese realizado de
forma pública por el equipo de maestros de Salerno, y regulando para la práctica de la medicina
un periodo de formación teórico (que incluía cinco años de medicina y cirugía) y un periodo práctico
de un año.

Una figura de relevancia de esta escuela fue el monje Constantino el Africano (1010-1087),
médico cartaginés que recogió numerosas obras médicas a lo largo de sus viajes y contribuyó a
la medicina europea con la traducción del árabe de varios textos clásicos. Esta labor le valió el
título de Magister orientis et occidentis.

Algunas de las obras traducidas por Constantino son el Liber Regius, de Alí Abas; el Viáticum, o
‘medicina de los viajes’, de Ibn Al-Gazzar; los Libri universalium et particularium diaetarum o
el Liber de urinis, de gran influencia en la escuela salernitana, hasta el punto de que el vaso de
orina se convirtió en el signo distintivo del médico.

La orientación de la Escuela de Salerno es fundamentalmente experimental y descriptiva, y su


obra más importante es el Regimen Sanitatis Salernitanum (1480), un compendio de normas
higiénicas, de nutrición, de hierbas y de otras indicaciones terapéuticas, que llegó a alcanzar la
cifra de 1500 ediciones.

En la Escuela, aparte de las enseñanzas médicas (donde las mujeres eran admitidas como
profesoras y como alumnas), había además cursos de filosofía, teología y derecho.

Su declive comienza a principios del siglo XIII, debido a la proliferación de Universidades por todo
el continente (Bolonia, París, Oxford, Salamanca, etc.).Una de las secuelas más fructíferas de
Salerno se encuentra en la Escuela Capitular de Chartres, de donde surgieron médicos
como Guillermo de Conches, precursor de la escolástica, junto con Juan de Salisbury.
Entre las más destacadas figuras de la medicina europea medieval se encuentra el español Arnau
de Vilanova (1238-1311). Formado en Montpellier y posiblemente también en Salerno, su fama lo
llevó a ser médico de la corte de los reyes de Aragón, Pedro el Grande, Alfonso III y Jaime II.
Además de algunas traducciones de Galeno y Avicena, desarrolla un cuerpo propio de
investigación médica en torno a la tisis (una forma de presentación de la tuberculosis). A él se
atribuye una recopilación de aforismos en versos leoninos del siglo XIII conocido como Flos
medicinae (o Flos sanitatis).

Dentro de la concepción teocentrista propia de este periodo se van introduciendo terapias


alternativas de carácter sobrenatural. A partir de los siglos VII y VIII, con la extensión
del cristianismo se incorporan a las ceremonias de coronación los ritos de unción real, que otorgan
un carácter sagrado a la monarquía. A estos reyes ungidos se les atribuyen propiedades mágico-
curativas. La más popular es el "toque del rey": Felipe el Hermoso, Roberto II el Piadoso, San Luis
de Francia o Enrique IV de Francia tocaban las úlceras (escrófulas, o lesiones tuberculosas
cutáneas) de los enfermos pronunciando las palabras rituales "El rey te toca, Dios te cura" (Le Roy
te touche, et Dieu te guérit).62 Los reyes franceses solían peregrinar a Soissons para celebrar la
ceremonia y se cuenta que Felipe de Valois(1328-1350) llegó a tocar a 1500 personas en un día.63

La popularización de este tipo de ritos sanadores acabó por rebautizar a la escrófula-tuberculosis


como «mal du roi» en Francia, o «King's Evil» en Inglaterra.64 Tal fue la profusión de este tipo de
ritos que llegaron a establecerse «especialidades» por monarquías; la «especialidad» del rey
de Hungría era la ictericia, la del rey de España la locura, la de Olaf de Noruega el bocio y las de
Inglaterra y Francia la escrófula y la epilepsia.

En el siglo XIII Roger Bacon (1214-1294) anticipó en Inglaterra las bases de la experimentación
empírica frente a la especulación. Su máxima fue algo así como «duda de todo lo que no puedas
demostrar», lo que incluía a las principales fuentes médicas clásicas de información. En
el Tractatus de erroribus medicorum describe hasta 36 errores fundamentales de las fuentes
médicas clásicas. Pero tendrían que pasar doscientos años, hasta la llegada del Renacimiento,
para que sus ideas se pusieran en práctica.

LA MEDICINA EUROPEA EN LA EDAD MEDIA

La Edad Media como etapa histórica comienza en los finales del siglo quinto (año 476, caída del
Imperio de Occidente) y alcanza hasta el año 1453 (toma de Constantinopla por los turcos).
También se dice Medioevo, Medieval, Medievalidad o Medievalismo: Calidad o carácter de
Medieval; Medievalista, persona especializada en el estudio de la Edad Media. La partícula léxica
Evo, significa un período de 1000 años o diez siglos; en Filosofía Teológica: Duración de las cosas
eternas, también: Duración del tiempo sin término (evo proviene del latín aevum).

El desarrollo de la medicina racional se interrumpe en forma abrupta con la desaparición del


celebérrimo Galeno a fines del siglo II; en las centurias que siguieron, Oribasio, quien fue médico
de cabecera del Emperador Juliano; y Pablo de Egina, famoso médico griego (llamado en latín:
Paulus Aegyneta), consiguen reunir fragmentos dispersos de la cultura científica alejandrina, pero
no dictan nuevas normas, evidentemente la ciencia médica de la antigüedad ya había cumplido su
ciclo. La medicina se reduce entonces a un mero crear de amuletos y encantamientos siendo el
símbolo de este lapso histórico, el "Abracadabra".

El libro "De Medicina praecepta" se componía de mil quinientos hexámetros que confundían al
público y a la misma profesión en su indisciplinado ejercicio. Se cree que el tratado citado fue
escrito por Sereno Samónico o por su padre homónimo, asesinado por Caracalla en un banquete,
pero lo cierto es que esa obra tan discutida y analizada por el revisionismo científico con sus
métodos de vanguardia, lleva a los profesionales y a la gente en general al "oscurantismo" (del lat.
obscurans, -rantis, obscurare, privar de la luz), oposición sistemática a la difusión de la cultura
entre las clases populares. También se estimuló la práctica de la "nigromancia" goecia o magia
negra o diabólica: Arte vano y supersticioso de adivinar el futuro evocando a los muertos. En las
literaturas antiguas existen famosos registros de estas prácticas sugestivas. La Teogonía era un
pensamiento corriente. Semánticamente alude a la generación y descendencia de los dioses del
paganismo; por extensión, cualquier sistema religioso del gentilismo; y así se dice: La Teogonía
de los griegos, de los egipcios, de los persas, etcétera.

Se inculcó la superstición de adorar números cabalísticos y recomendar, por ejemplo, el empleo


de excrementos recogidos en los arroyos para el tratamiento de los cólicos.

Desaparecieron autores clásicos que merecían la inmortalidad mientras siguieron existiendo las
tonterías de Sereno Samónico, pues sus fórmulas fueron repetidas en innumerables
encantamientos y los enfermos pronunciaban la palabra mágica "Abracadabra". La astrología
supersticiosa tuvo una gran vigencia, ya que otorgaba a los astros poderes especiales, habiendo
establecido influencias para cada órgano y región del cuerpo humano por parte de los signos del
zodíaco. Tantos métodos y concepciones absurdas dan la pauta de la evolución cultural cíclica
cumplida en la historia de la civilización.

Sixto Plácitus consideraba un buen febrífugo la astilla de una puerta por la que acabara de pasar
un "eunuco", y Marcelo Empírico, para extirpar los abscesos del ojo derecho, los tocaba con tres
dedos de la mano izquierda mientras tosía repitiendo tres veces: "Las mulas no traen criaturas al
Mundo, ni la piedra produce lana; que tampoco esta enfermedad culmine, pero si lo hace, que se
marchite". La que sigue es otra prescripción oftálmica característica de su libro "De medicamentis
empiricis": "Una araña blanca de patas muy largas machacada en aceite, quita los puntos blancos
de los ojos si se la usa con asiduidad; debe prepararse una buena cantidad con bastante aceite
para que no se acabe antes de terminar la cura".

La era de la magia nos rodea por donde miremos. Había dejado de actuar la medicina griega tan
libre de supersticiones en su época clásica. No se realizan experimentos y sólo se guardan
fenómenos milagrosos. La Naturaleza está dominada por lo sobrenatural y no se le da crédito a
nada que no esté respaldado por alguna leyenda. Las sombras se profundizan, y resulta sacrílego
saber más matemáticas que las necesarias para computar la fecha de Pascua. Las obras de
Hipócrates, Aristóteles y Galeno están en el destierro, y su legado está en manos de los árabes.

Salerno, ciudad italiana, fue capital de un principado lombardo y se hizo célebre durante el
Medioevo por haber sido la sede de la Escuela Médica llamada "Escuela Salernitana"; luego la
Universidad de Bolonia, que llegó a poseer un prestigio internacional y que actualmente, luego de
900 años, es un paradigma.

La noche de la Edad Media no es espiritualmente tan oscura como lo es científicamente. El


cristianismo ha aportado una nueva moral al Mundo , y de esta moral nació una virtud que fue
providencial en esos tiempos de calamidades, guerras y pestilencias: La caridad, que dicta el amor
al prójimo y funda hospitales y asilos para socorro de los menesterosos y enfermos; una
prolongación de esta caridad es la medicina, mientras personas de la Iglesia se encargan de cuidar
a los enfermos.

El médico más sabio de la época es considerado Constantino el Africano formado en la Escuela


Médica de Salerno, la "Civitas Hippocratica". En este mismo período se crean las Universidades
de París y la primera Facultad de Medicina de Montpellier, que por su proximidad a España,
experimentó la influencia árabe y la judía.

El ejercicio de la medicina fue una consecuencia lógica de una formación simple, el examen del
enfermo era totalmente superficial; en cambio, se concede una importancia exagerada a la
inspección de la orina; de ahí que no haya iconografía de aquellos tiempos en la que no se muestre
al médico examinando minuciosamente la probeta conteniendo el líquido excretado por los
riñones.
La Edad Media representa el lapso histórico más difícil y controvertido que le ha tocado vivir y
sobrevivir a la humanidad de esta vasta región del Planeta. Pero en historia todo es enseñanza
para el hombre del futuro. Los archivos atesoran todas las lecciones y el hombre de este momento
puede beber en la fuente del pasado, una pedagogía dinámica que obtiene provecho de los
aciertos y de los errores.

Expresó un día Frederik Koning: "El hombre lleva en su interior uno de los más enigmáticos
misterios: Su espíritu, que le obliga a aceptar sus límites en el tiempo y en el espacio, y a la vez le
proporciona la posibilidad de vencerlos hasta la eternidad y el infinito".

El microcosmo, rodeado de los planetas y los signos del zodíaco, influyendo cada uno en una parte
del cuerpo humano.

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