Introducción:
La planificación estratégica es una herramienta útil para muchos campos de la vida, ya que
con ella podemos superar la improvisación con organización, lográndose alcanzar los
objetivos deseados, y con los recursos disponibles. Este método evita hacer las cosas sin
pensar, y mediante su aplicación siempre arribaremos a mejores resultados, ahorrando
conflictos, dinero, tiempo y esfuerzos.
La Planificación Estratégica pretende arribar a las mejores respuestas para estas preguntas:
• ¿Para qué se quiere hacer? ¿Qué cambios quiero lograr? (Los objetivos)
• ¿Por qué es necesario hacerlo? (Los fundamentos)
• ¿Cuánto se quiere alcanzar? (Los límites)
• ¿Cómo se van a hacer las actividades? (La metodología)
• ¿Cuándo se va a hacer? (El tiempo)
• ¿Dónde se quiere hacer? (El lugar)
• ¿Quienes lo van a hacer? (Los responsables)
• ¿Con qué contamos para hacerlo? (Los recursos)
Para responder a todas estas preguntas es necesario ser muy realistas, teniendo bien claro
lo que quiero, pero también lo que puedo.
Existen diversas maneras y métodos específicos de planificación, las cuales varían según el
área en que se aplican. No obstante, la idea central es siempre la elaboración de un
conjunto de estrategias y acciones enfocadas a superar los problemas que se nos presentan
en el ámbito en donde actuamos, así como también poder reconocer y potenciar aquellos
elementos valiosos que ya poseemos, pero que muchas veces no los tenemos identificados,
y que por este mismo motivo no los incluimos en nuestro trabajo.
10.- EVALUACION
La evaluación es un proceso de medición que nos puede ayudar a contestar preguntas como
¿Qué se está haciendo?, ¿Qué se hizo?, ¿Qué se podrá hacer?, ¿Qué podemos mejorar?
Siempre pensamos que la evaluación es lo que menos importa cuando lo hecho, hecho está.
Pero no es así, o por lo menos no debería ser así. La evaluación debe ser un proceso
constante que nos acompañe siempre, y que nos ayude a ir reflexionando sobre la marcha
en lo que estamos haciendo. Esto nos permitirá cambiar de rumbo a tiempo, si evaluamos y
vemos que algo no anda bien. Los resultados de una evaluación siempre enriquecen y
permiten retroalimentar una próxima planificación, en donde tendremos en cuenta los
aspectos positivos y negativos que se evaluaron en la presente.
Si realmente se concretan las actividades, pero no se finaliza con evaluación, se escapa
entonces gran parte de la importancia que implica haber planificado y ejecutado, ya que
perdemos la oportunidad de aprender de lo que nosotros mismos hicimos.