Cofré González
Psicólogo de Niños y Adolescentes
Así describe las organizaciones del Significado personal las cuales pueden ser funcionales o
disfuncionales
El primer dominio, la primera capacidad, la primera aptitud que adquieren los seres humanos es el
dominio emotivo. El Significado Personal refleja el patrón emocional y psicofisiológico
correspondiente. Si tenemos presente la cantidad relativamente pequeña de emociones que los
seres humanos pueden experimentar, vemos que las posibilidades de combinación y recombinación
capaces de producir una autopercepción fiable acompañadas de un nivel aceptable de autoestima
son pocas.
De modo que, si la experiencia humana es afectiva e intersubjetiva, para la organización del orden
cognitivo humano, (entendido en el sentido posracionalista) son esenciales las tonalidades emotivas
que disparan los procesos vinculares.
Para la continuidad funcional del sistema es vital, lograr una individualización progresiva que
conduzca a una identidad personal que le permita a la persona ser aceptada y reconocida por los
otros.
Cabe tener en cuenta que en este modelo se considera a la experiencia humana como una
construcción personal, y que el orden que se reconoce a esa experiencia no corresponde a una
realidad objetiva sino a aquel que es viable para cada persona.
Las OSP, son llaves explicativas del terapeuta: No tienen entidad física concreta. No son
ontológicamente reales. Podemos encontrar recurrencia en las formas como una persona se explica
sus experiencias, dándose un significado que le permita desarrollar una autoimagen consciente que
implique un sentido de viabilidad y continuidad histórica.
Así podemos definir a las O.S.P. como un sistema de ordenamiento de la propia experiencia
inmediata que se caracteriza por una personal y única manera de agrupar y combinar (en término
de procesos) las tonalidades emocionales básicas, más un sistema explicativo que en permanente
relación funcional con el anterior, intenta también de una manera personal y única, hacer
consistente esa experiencia en torno a una imagen consciente del sí mismo que otorgue un
significado viable, (en término de la propia coherencia sistémica) a la propia existencia.
A pesar de que cada forma de OSP es peculiar y única, a los fines metodológicos es posible encontrar
cierta regularidad en estas organizaciones que nos permiten ordenarlas y agruparlas en patrones
bien definidos.
Algunas características comunes a la OSP serían las siguientes:
a) Cada una de las organizaciones del significado personal siguen en su formación un camino
evolutivo específico que puede ser descripto y comprendido en su relación con patrones vinculares
familiares tempranos también específicos.
b) Las OSP son consideradas como procesos de ordenamiento y no como contenidos de
conocimiento. Se trata de modos de procesamiento específicos de cada organización que dan forma
a los diversos contenidos.
c) No se observan organizaciones en estado puro. En general se dan combinaciones de dos tipos de
organización.
d) Las organizaciones no existen en sí mismas, no son entidades. Son solo llaves conceptuales del
terapeuta que le permiten ordenar el relato del paciente, conceptualizar y orientar sus estrategias.
e) Normalidad, neurosis y psicosis no son consideradas como estados separados, condiciones fijas
o contenidos de conciencia. Son modos de procesamiento, formas de combinación y recombinación
del significado personal que cualquiera de las organizaciones puede asumir. Normalidad, neurosis y
psicosis son distintas dimensiones en las que un mismo significado personal puede funcionar en el
curso de una vida.
f) Entendemos que lo que el paciente nos transmite es su forma personal de hacerse consistente en
términos de su propia coherencia sistémica, la experiencia que ha vivido. Es este aspecto
constructivo en su faz sintáctica el que nos interesa a los fines diagnósticos ya que nos da la
posibilidad de determinar el tipo de OSP del paciente, la cantidad y calidad de autoengaño con que
opera y por lo tanto, su orden funcional actual.
Guidano en su experiencia en la tarea psicoterapeutica durante los últimos 20 /25 años ha afirmado
que son cuatro las OSP cuya frecuencia sería la siguiente:
2) BREVE DESCRIPCIÓN DE CADA UNA DE LAS OSP: Podemos considerar las siguientes:
1) OSP DEPRESIVA: Un niño que va a desarrollar una organización depresiva ha tenido en su contexto
familiar la pérdida física de uno de sus padres o bien la indiferencia o el rechazo de los padres que
es una pérdida emocional, el niño no se ha sentido asistido en sus necesidades, es el niño que tiene
un sentido de sí mismo basado en temas de desesperación o rabia. Es típico de estos niños tener
oscilaciones entre momentos de desesperación y momentos de rabia. Estas oscilaciones las tienen
también los depresivos de adultos pero es habitual que aprendan a no expresarlas, pero las sienten,
las experimentan. Esta es la base de una organización depresiva, lo que ocurre continuamente en
su experiencia cotidiana.
de sus sensaciones, emociones y de sus percepciones y, por lo tanto, son solo los demás los que
pueden aclarar esta situación. Estas personas necesitan ser confirmados por los otros como
significativos, con un bajo o nulo nivel de exposición a enfrentar el juicio negativo de los mismos
4) OSP OBSESIVA: Esta organización también no tiene polaridades emocionales bien definidas. El
apego de los padres se caracteriza por la incertidumbre de la calidad del apego que genera al niño,
por un lado son padres que están seguramente dedicados al hijo que es importante para estos, el
hijo no tiene experiencias como los depresivos que sienten al padre indiferente o rechazante. No
cabe dudas que el padre está dedicado al niño y le dedica bastante tiempo, pero al dedicarse a la
vez lo tortura, por lo cual se vuelve alguien que no es posible definir en términos emocionales, es
decir, si es un padre que quiere o no quiere a su hijo. Es posible que el paciente refiera “Llego a casa
y no dudo que papa deja todo lo que tiene que hacer para seguirme con mis tareas, pero para
seguirme me tortura, me pregunta, me hace hacer todo varias veces, etc. En el obsesivo esto se
transforma en el problema, la experiencia es dicotómica, porque la duda “Mamá me quiere, mamá
no me quiere” corresponde a una duda sobre sí mismo “Soy querible, no soy querible”, “soy un niño
bueno, soy un niño malo”. El problema es que como siente simultáneamente que se desarrolla un
vinculo emocional ambivalente con los padres (me quieren - no me quieren), simultáneamente tiene
un sentido de sí mismo dividido o dicotómico. El obsesivo tiene un problema parecido al dápico
porque no logra alcanzar una definición estable de la experiencia inmediata y adopta una solución
que es parecida pero diferente en cuanto a los hechos prácticos. Es decir, la incertidumbre se puede
resolver a través de estándares externos: En el obsesivo los mismos lo son en correspondencia a
una ideología que puede ser moral, religiosa, de justicia, de empeño social, y así logra reducir la
duda. Así puede referir “soy un hombre bueno, no el malo que me siento porque en cada momento
correspondo a ese orden ideológico externo que permite acomodar los criterios internos.”. En el
dápico los estándares externos lo son en correspondencia con el juicio de los otros significativos.