El teléfono está enchufado en un cajetín especial de pared que necesita electricidad para
funcionar. La corriente eléctrica se transporta a través de cables que van desde la
centralita de la compañía telefónica hasta tu casa, viajando bajo tierra o de poste en
poste.
Una vez marcado todo el número, el conector verifica el teléfono de tu abuela para saber
si está hablando con alguien. De ser así, te envía la siempre molesta señal de ocupado;
de lo con trario, lo hace sonar. Cuando tu abuela descuelga el auricular, la corriente
eléctrica fluye a su aparato, ordenando al conector el cese inmediato de la señal de
marcar. Ya estáis conectados.