)
A lic ia R , W . d e C a m illo n i, S ilv ia G o jm a n , R a q u e l G u r e v ic h , A n a lía S e g a l,
u sta v o Ia ie s, C e c ilia B r a sla v sk y , F. J a v ier M er ch á n I g le s ia s ,
VADAVIA b i s c o F. G a r c ía P é r e z , A n a M a ría Q rradre d e L ó p e z P ic a s s o ,
lo s é H . S v a r z m a n , P e r la Z e lm a n o v ic h , Is a b e lin o A . S ie d e
ca D id á c tic a d e
lc\ a s c ie n c ia s so c ia le s
A portes y reflexiones
P q ÍH Ó c C H i ir » a r lr » t*
C a pít u l o II
Silvia Gojman
I n t r o d u c c ió n
¿Cómo reconstruir los hechos del pasado? ¿Cómo comprender los fenó
menos sbaares 'pasad5"S‘y presentes? Es a partir de preguntas, problemas y
explicaciones como los historiadores logran organrzSry^érár^uizaHa'V a-
riada y~hetérógénea infqrmaciójijcpj. .que cüehtffirSm embargo, .esta Tn-
formación no tiene valor explicativo sin una teoría, sin un marco conceptual
que le dé sentido. En otras palabras, la concepción Histórica que posee el
historiador y los marcos conceptuales con los que trabaja funcionan como
organizadores de la información, ayudan a jerarquizarla y a encontrar las
generalizaciones necesarias para alcanzar la comprensión de los fenómenos.
> Que. los alumnos comprendan la Semana de Mayo implica que-tamhién
ellos puedan preguntar y obtener respuestas, y en el entramado de las pre
g u n ta sy .respuestas construyan su propia explicación de los .hechos, dpi
proceso histórico.
Lucien Febvre (1970) afirma: “Elaborar un hecho es construir. Es dar
soluciones a un problema, si se quiere. Y si no hay problema no hay
nada”, y Jacques Le Goff (1991): “No hay hecho o hecho histórico sino
dentro de una historia-problema”.
Conocerx6-Omprender-4a-RevcduciójideMayasignifica tambiéirqvíelbs
alumnos modifiquen y amplíen sus ideas sobre qué es una revolución como
proceso social de cambio, que descubran las relaciones .¿ articulaciones
existentes entre los hechos, que construyan nuevas relaciones y-que-con-
fronten sus propias hipótesis con los datos y la información que obtengatr.
Es, sin duda, tarea de la didáctica y de la psicología del aprendizaje
analizar qué pueden comprender los niños de estos procesos y cuál es el
modo más adecuado de trabajo en el aula.
En este capítulo nos limitaremos a mostrar, en primer lugar, cuál es el
recorrido histórico, y algunos de los problemas y discusiones que constitu
yen a la historia como ciencia. En segundo lugar, cuáles son los fundamen
tos de una nueva concepción de la historia que, tal como lo expresa José
Luis Romero (1988), estudia el pasado no como algo muerto sino como
“vida vivida, la que sigue viviendo en el presente de cada uno”.
Pensamos poder contribuir al debate y al intercambio de algunos de estos
temas que preocupan a los docentes. Nuestro objetivo es aportar ideas acer
ca de la historia que enseñamos, la que queremos enseñar, y reflexionar
acerca del “para qué” enseñamos la historia en la escuela.
46 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
L a h is t o r ia c o m o c ie n c ia : u n l a r g o c a m in o
a) ¿Q ué es la historia?
Después de esta larga cita, cabe una pregunta: ¿qué es la historia? Co
mencemos por definirla. No es una tarea fácil, porque la palabra “historia”
tiene múltiples acepciones. Tal como lo plantea Pierre Vilar (1980): “His
toria designa a la vez el conocimiento de una materia y la materia de ese
conocimiento”.
Es decir que el concepto historia incluye la realidad histórica tal y como
objetivamente aconteció y el conocimiento histórico , o sea la ciencia que
pretende develar la realidad histórica mediante el trabajo del historiador.
La importancia de la aclaración anterior reside en el hecho de que la
realidad histórica no siempre se corresponde con el producto del conoci
miento histórico. Podemos afirmar que así como existió una historia de la
Revolución de Mayo, de la Argentina o de América, existen múltiples y
muchas veces divergentes historias de cada revolución, de cada país o de
cada continente, pnrqv? ?p w el conocimiento t****1'* rniirl^ £
versiones y múltiples perspectivas, va q u e laliisto ria.de.. la íiumanidad está
hecha por una gran diversidad deD ombres v sociedades.
Un e je m p lo e n e s te se n tid o e s la h istoria" 3eT cIescu b rím ien to d e A m érica,^
LA HISTORIA: REFLEXIÓN Y COMPROMISO 47
Definir una ciencia es, ante todo, definir el objeto cuyo conocimiento
quiere alcanzar. Durante siglos, la historia fue considerada el relato de los
hechos del pasado. Esta concepción, hoy en crisis no totalmente superada,
limitaba este relato a los acontecimientos de la vida política: la vida gloriosa
de los “grandes hombres”, las guerras, las leyes, las instituciones. Desde el
Renacimiento, pero sobre todo durante el siglo XVIII, comenzó a ampliarse
el objeto de conocimiento de la historia. La reconstrucción histórica siguió
marcada por un fuerte sentido pragmático y político, pero las preguntas que
comenzaron a hacerse los historiadores cambiaron: la historia comienza a
ler la lección de donde se sacan enseñanzas políticas.
En el siglo XVIII, para Voltaire
[La historia] tratará de averiguar cuáles han sido el vicio radical y la virtud
dominante de una nación; por qué ha sido poderosa o débil en el mar; cómo
y hasta qué punto se ha enriquecido desde hace un siglo; los registros de las
exportaciones pueden decírnoslo. Querrá saber cómo se han establecido las
artes, las manufacturas; las seguirá en su paso y en su vuelta de un país a
otro. En fin, los cambios en las costumbres y en las leyes serán su gran tema.
Se sabría así la historia de los hombres en vez de conocer una pequeña parte
de la historia de los reyes y de las cortes.
e l e s t u d io c ie n t íf ic a m e n t e e la b o r a d o d e la s d iv e r s a s a c t iv id a d e s y d e la s
d iv e r s a s c r e a c io n e s d e lo s h o m b r e s d e o tr o s t ie m p o s , c a p ta d o s e n su f e c h a ,
e n e l m a r c o d e s o c ie d a d e s e x tr e m a d a m e n te v a r ia d a s y , s in e m b a r g o , c o m
p a r a b le s u n a s a o tr a s [ . . . ] ; a c t iv id a d e s y c r e a c io n e s c o n la s q u e c u b r ie r o n la
s u p e r f i c i e d e l a T ie r r a y l a s u c e s i ó n d e l a s e d a d e s ( F e b v r e , 1 9 7 0 ) .
d) L as teorías de la historia
e) L a objetividad en la historia
lo s ll a m a d o s d a to s b á s ic o s , q u e s o n lo s m is m o s p a r a t o d o s l o s h is to r ia d o r e s ,
m á s b i e n s u e l e n p e r t e n e c e r a l a c a t e g o r í a d e m a t e r i a s p r im a s d e l h i s t o r ia d o r
q u e a la h is to r ia m is m a [y ] la n e c e s id a d d e fija r e s t o s d a to s b á s ic o s n o s e
a p o y a e n n in g u n a c u a lid a d d e lo s h e c h o s m is m o s , s in o e n u n a d e c is ió n q u e
f o r m u l a e l h i s t o r i a d o r a p r io r i.
f ) La causalidad en la historia
S ig l o XX: n u e v o s a po r t e s
I n d u d a b le m e n te la h is to r ia s e h a c e c o n d o c u m e n t o s e s c r it o s . P e r o ta m
b ié n p u e d e h a c e r s e , d e b e h a c e r s e , s in d o c u m e n t o s e s c r ito s s i é s t o s n o e x is
te n . C o n to d o lo q u e e l in g e n io d e l h is to r ia d o r p u e d e p e r m itir le u tiliz a r p a r a
f a b r i c a r s u m i e l , a f a l t a d e l a s f l o r e s u s u a l e s . P o r t a n t o , c o n p a la b r a s . C o n
s ig n o s . C o n p a is a j e s y c o n te ja s . C o n fo r m a s d e c a m p o y ( m a la s h ie r b a s . C o n
e c li p s e s d e lu n a y c a b e s t r o s . C o n e x á m e n e s p e r i c i a l e s d e p ie d r a s r e a l i z a d o s
54 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
r s ' . c ,-
A MODO DE CIERRE
U n a c o n c i e n c i a h i s t ó r i c a c e r t e r a p u e d e p r o v e e r a l h o m b r e d e u n c r it e r io
s e g u r o p a r a l a a c c ió n ; a n te e l m u n d o s a b r á d e s c u b r i r l o s e s p e c t r o s q u e — c r e a
d o s p o r fu e r z a s a n ó n im a s — p u e d e n s e r d e s t r u id o s , e v it a n d o a s í s u p e lig r o ;
sa b r á d e s c u b r ir la s e m p r e s a s q u e la s g e n e r a c io n e s p a s a d a s e m p r e n d ie r o n y
q u e e s d e b e r s u y o p r o se g u ir ; s a b r á p o r ú lt im o q u e c a d a é p o c a c o m o c a d a
h o m b r e d e b e j u g a r s u ca rta : h a c e r l a h i s t o r i a y n o d e j a r l a h a c e r .
B ib l io g r a f ía
Raquel Gurevich
P r e s e n t a c ió n
Quizá sea la geografía, dentro de las materias del área de Ciencias So
ciales, la más cuestionada por sus contenidos y por los problemas que
presenta su enseñanza en el aula, pero es, a la vez, la más abandonada: poco
se han ocupado de ella las nuevas corrientes pedagógicas, no cuenta con
suficiente difusión de bibliografía actualizada, y su valoración y legitima
ción como ciencia social son todavía relativamente bajas.
Las dificultades con las que los maestros trabajan son muchas y muy
variadas; en particular, en lo que se refiere a los contenidos de la disciplina,
lo hacen en un marco de dudas y confusión acerca de la pertinencia y la
actualidad de los temas. El malestar que provoca enseñar siempre lo mismo
y del mismo modo tiene su contraparte en la insatisfacción de los alumnos,
por tener que aprender de memoria abundante información, generalmente
muy alejada de sus inquietudes e intereses. Frente a esto, las casi únicas
salidas que tiene el docente para combatir el aburrimiento y lograr que los
chicos aprendan los temas escolares de la geografía son apelar a la invéntiva
o la intuición, recurrir a las noticias de los diarios y la TV, o la consulta
esporádica y asistemática a alguna publicación reciente.
Los libros de texto que existen en plaza mayoritariamente no abordan
problemáticas del mundo de hoy; edición tras edición, presentan los mismos
contenidos, con alguna actualización estadística y nuevos modos discursi
vos que atrapan más a los chicos, pero en general es escasa la incorporación
de elementos que favorezcan la explicación y comprensión de los fenóme-
64 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
■ Pa r a s it u a r s e m e j o r
¿Por dónde empezar? Pensamos que será útil recorrer, aunque sea muy
brevemente, las principales corrientes de nuestra disciplina que participaron
y siguen participando del debate teórico-metodológico. Esta panorámica
permitirá situar, con mayor claridad, el alcance de la renovación crítica
Ocurrida en los últimos años. En un segundo momento, analizaremos las
'distintas visiones de la relación naturaleza-sociedad que han prevalecido en
Oída una de las grandes corrientes del pensamiento geográfico.
D is tin ta s c o r r ie n te s en g e o g r a fía
Así como las formas cambian en el mundo real, las concepciones tam
bién lo hacen. Queremos decir que los conceptos no son eternos, sino his
tóricamente construidos. En tal sentido, analizaremos ahora, por ser una
relación fundamental en la geografía, distintas visiones de la relación natu
raleza-sociedad que han tenido lugar a lo largo del tiempo.
En el transcurso de la historia de nuestra disciplina, el concepto de la
relación naturaleza-sociedad ha ido modificándose.
En algunos momentos el peso estuvo en lo natural exclusivamente; en
otros, en una relación asimétrica donde la naturaleza imponía sus condicio
nes al hombre; en otros, en una relación de mayor control por parte de los
hombres, y así sucesivamente. Podemos sintetizar las diferentes posturas,
aun con riesgo de caer en cierto esquematismo, del siguiente modo. Según
Vila Valenti (1984):
Pa r a e x pl ic a r m e j o r
El espacio no-esjin a cosa ni un lugar donde las cosas-están, sino que “es
un conjunto de cosas y relaciones ju ntas” (Santos, 1988). Está formado ppr
dos componentes que se integran continuamente: un conjuntó’de cimientos
L naturalMriní&^
derelaclóhés'sbcjales, q u e "d e fín ^ u ñ a~ so c ie^
uñ^ccSjíuffi)
que tienen las distintas formas espaciales, porque es el uso social el que les
da significa d a
La base natural se va modificando por masas de construcciones e inver
siones de todo tipo que, en distintos momentos históricos, se van depositan
do sobre la superficie terrestre. Esta transformación se lleva a cabo a través
de las distintas fases del proceso productivo (producción, circulación, dis
tribución, consumo). Ellas quedan cristalizadas en las formas espaciales;
por lo tanto, la división territorial del trabajo resulta un concepto básico
para entender cómo se organiza un espacio. Este concepto cambia históri
camente, pues, por ejemplo, la división del trabajo de la época colonial no
es la misma que la actual. No podemos seguir hablando de países exporta
dores de materias primas y países industrializados como eran entendidos
para el siglo XIX, pues hoy básicamente las relaciones comerciales se hacen
centro-centro, quedando la periferia excluida del intercambio. Por lo tanto,
estudiar la actual división territorial del trabajo es un punto clave para
interpretar el mapa del mundo de hoy.
“Es todo aquello que vemos, que nuestra vista alcanza” (Santos, 1988).
El conocimiento de un paisaje está muy ligado a la percepción que de él
tenemos, pues no es el mismo paisaje el que aparece desde e í nivel deí süelo
que desde un balcón, o el registro que tiene un niño rural y otro que vive
en el medio urbano. No sólo depende del punto de referencia que tomemos
sino también de la selección que todo observador realiza cuando observa.
Se trata, pues, de superar los aspectos fenomenológicos (lo visible, lo ob
servable, el modo como el fenómeno se presenta) para llegar a “captar su
significado”.
Mucho se ha hablado de la diferencia entre paisaje natural y paisaje
cultural, humanizado o artificial. Recuperando algunas ideas que tratamos
anteriormente, podemos decir que el paisaje natural hoy día prácticamente
no existe, pues ha sido transformado por el hombre, constituyendo entonces
el llamado paisaje artificial. Cuando más compleja y con mayor grado de
desarrollo es la vida social, más artificial es el paisaje. Ya dijimos que en
los últimos 50 años el mundo ha “fijado” gran cantidad y diversidad de
objetos atornillándolos a la superficie terrestre. Las ciudades son el mejor
ejemplo de esto: selvas de hormigón, cemento, acero y vidrio.
74 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
Diremos entonces que lo que ocurre en el Chaco “tiene que ver” con lo
que ocurre en otras áreas del país (Buenos Aires, Rosario, Córdoba, que
; consumen el producto) y aun en lugares extranacionales (Taiwan, que avan-
i za en la colocación de textiles). Vemos, entonces, cómo la respuesta a una
j pregunta que partía de lo regional nos llevó a un ámbito más general, el
UN DESAFÍO PARA LA GEOGRAFÍA: EXPLICAR EL MUNDO REAL 77
M undialización y globalización
Por ejemplo, la pasada Guerra del Golfo fue seguida por todos los ojos
del mundo a través de una sola mirada. Un banco de datos de importancia
tiene usuarios en más de 30 países. A través de .una videoconferencia es
posible un inmediato encuentro internacional sobre cualquier tema, en el
cual los participantes no necesitan moverse de sus casas. Los tendidos de
redes de cables de fibra óptica aumentan cientos de veces la capacidad de
transmitir información. Una baja pronunciada de las acciones en la Bolsa de
Tokio puede arruinarle el desayuno a un inversor de Nueva York (Landesman,
1991).
UN DESAFÍO PARA LA GEOGRAFÍA: EXPLICAR EL MUNDO REAL 79
U n e f e c t o d e la s n u e v a s t e c n o lo g ía s [ . . . ] e s a u m e n ta r la d is ta n c ia s o c ia l
e n tr e q u ie n e s tie n e n a c c e s o a e lla s y la s u sa n y q u ie n e s n o . E n v e z d e
u n if ic a r e l p la n e t a y c o n v e r tir lo e n u n a a ld e a g lo b a l , h a n r e e m p la z a d o la s
b arreras d e l tie m p o y d e l e s p a c io p o r b arreras d e a c c e s o , p r iv ile g io y c a p a
c id a d . [...] C a d a o la a d ic io n a l d e n u e v a s te c n o lo g ía s [ . . . ] r e fu e r z a e sa s
b a rrera s, c o n v ir t ie n d o a q u ie n e s v iv e n e n u n m is m o p a ís — e in c lu s iv e e n la
m is m a c iu d a d — n o s ó lo e n d e s c o n o c id o s s in o e n e x tr a n je r o s e l u n o p a ra e l
o tr o (W . B a m e tt P e a r c e , 1 9 9 2 ).
abiertas, son más vulnerables, es decir que no son más autónomas (Santos,
1988).
Comprender una región pasa por entender el funcionamiento de la eco
nomía en un nivel global y su repercusión en el territorio de un país. Cobra
especial importancia, entonces, identificar la presencia y el comportamiento
de aquellos agentes involucrados en el proceso. Nos referimos a la necesi
dad de analizar el papel del Estado, los diferentes actores individuales o
sociales, las instituciones, las empresas, etcétera.
Desde esta concepción, hay cambios permanentes en los límites regiona
les; ya no son de una vez y para siempre los mismos y los tiempos que
pueden durar esas divisiones regionales son también muy variables.
“Como el espacio se toma uno para atender a las demandas de la
globalización, las regiones aparecen como las distintas versiones de la
mundialización” (Santos, 1988). Es interesante destacar que cuanto mayor
es el grado de mundialización, más singulares y particulares se erigen los
lugares. Justamente porque hacen jugar sus especificidades de forma com
petitiva, y así afirman su diferenciación geográfica.
Cualquier fracción del planeta se entiende, entonces, desde el cruce de
la realidad global con sus condiciones particulares. Esto implica tener en
cuenta la historia del lugar, las condiciones preexistentes al momento de
la internacionalización. Así podemos explicar cómo el mismo proceso
global en escala mundial tiene distintos resultados particulares, según los
lugares.
Si tenemos en cuenta que la región ha cambiado de significado, pues hoy
el mundo se encuentra organizado en subespacios articulados dentro de qna
lógicajjlobal, resulta más explicativa de tal realidad la conceptualización de
circuitos espaciales de producción. Los circuitos permiten reconstruir las
distintas fases o .eslabones del proceso productivo de un determinado pro
ducto. Se entiende por circuito productivo al
c o n ju n to d e e n c a d e n a m ie n to s q u e s e v e r if ic a n d e n tr o d e u n a m is m a a c tiv i-
d a d p r o d u c t i v a y q u e s e v i n c u l a n e n t r e s í d a n d o lu g a r a u n p r o c e s o s e c u e n c i a l
y o b lig a d o , q u e v a d e s d e la o b t e n c ió n d e la m a t e r ia p r im a in i c ia l h a s t a la
e n tr e g a d e l p r o d u c to e la b o r a d o a l m e r c a d o d e c o n s u m o fin a l (R o fm a n y
o tr o s, 1 9 8 7 ).
82 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
d e fle x ió n f i n a l ^ J
B ib l io g r a f ía