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Mercancía

Una mercancía es todo "aquello que se


puede vender o comprar", usualmente el
término se aplica a bienes económicos. Es
importante señalar que el concepto
mercancía no se refiere sólo a aquello que
se entrega, sino también al momento en
que se entrega y al lugar donde se recibe:
no es igual recibir hoy mil euros a
entregarlos dentro de un año (esto sería
recibir un préstamo) que recibir mil euros y
entregarlos a continuación (efectuar un
pago). Tampoco es lo mismo comprar un
kilo de naranjas que nos entregarían a cien
kilómetros de nuestro domicilio -llevarlas a
casa sería caro- que recibirlas en una
tienda al lado de casa -el coste de
transportarlas a donde las vamos a
consumir es mucho menor.

Introducción
En el concepto de mercancía está
implícito que ésta es a su vez
intercambiable por otra cosa. Clasificar
algo como mercancía supone a su vez
reconocer a otros objetos también como
mercancías, dado su valor de
cambiabilidad. Al presuponer la
cambiabilidad de los objetos considerados
como mercancías, éstos son
intercambiables pese a ser distintos. Un
rasgo clave del concepto de mercancía es
que se aparta de la noción de universal
propia de cualquier concepto (es un
singular omniabarcante, un singular global,
un uno-todo).

Este carácter obvio de la cambiabilidad es


propio de la modernidad: antes de la
misma, lo intercambiable suponía un
subconjunto, no algo abierto, lo que
implica que no todo era intercambiable
con cualquier cosa. La intercambialidad de
la mercancía supone una equivalencia
entre las distintas mercancías. A pesar de
lo que pueda devenir en la práctica, dentro
del concepto mismo se supone una
coherencia en la intercambiabilidad. Esta
coherencia, la objetividad del intercambio,
no proviene del ser físico de la cosa. Es
parcialmente objetiva en tanto se supone
que hay mercancía, pero no lo es en
cuanto a su pertenencia a la existencia o
realidad material o física de las cosas.

Dinero
En todo esto aparece el concepto de
dinero, que por la tendencia estructural de
la existencia de la mercancía deviene
naturalmente. Es decir, definimos el dinero
como una necesidad del concepto de
existencias. El dinero se introduce como
mediador para hacer que el trueque de
mercancías deje de ser directo. El hecho
de que en la modernidad avanzada el
fenómeno del dinero se independice de la
existencia física es consecuencia de la
noción de mercancía.

Teoría del valor trabajo y


teoría del valor utilidad
El estudio teórico del concepto de
mercancía, cobró importancia a finales del
siglo XVIII y a principios del XIX,
especialmente debido a la economía
política inglesa, gracias a los trabajos de
Adam Smith y David Ricardo, también
llamados economistas clásicos.

Uno de los resultados de este análisis


teórico se conoce como teoría del valor-
trabajo. Básicamente, el valor contenido
en las mercancías es explicado en base al
costo de producción o al trabajo que las
ha producido. Después es modificado en
el mercado por efecto de la dinámica de la
oferta y la demanda. Dicho en otras
palabras, el valor se origina en la
producción, no en la circulación. Esto no
agradó a muchos liberales, ya que si esta
teoría sostiene que el valor se origina en el
trabajo, también sugiere que la ganancia
de los capitalista no se basa en ningún
aporte concreto al valor de las
mercancías, ya que no trabajan, sólo
invierten (y los valores de dicha inversión,
a su vez, estarían basados en trabajo
ajeno). De hecho, los neoricardianos como
Piero Sraffa hablan de un "robo" al
trabajador por parte del capitalista, y los
marxistas de una explotación.
Más tarde los marginalistas, también
llamados economistas neoclásicos,
criticarían esta teoría del valor trabajo,
contraponiéndole la teoría del valor
subjetivo o valor utilidad, también llamada
teoría de la utilidad marginal, aunque el
debate continuó abierto mucho más
tiempo, especialmente debido a las
contribuciones de los sraffianos. Según la
teoría del valor utilidad, el valor de las
mercancías se origina en el deseo de los
agentes de mercado, o sea, sobre la base
de su utilidad (valor de uso), más
exactamente su utilidad marginal. Esto
explica el abandono relativo del concepto
de valor de cambio, considerado
inexistente o poco relevante. Los
defensores de la teoría del valor trabajo
sostendrían que los marginalistas
confunden valor de cambio con valor de
uso. Para los marginalistas, el valor de la
mercancía se origina en la circulación, es
decir, en la dinámica de la oferta y la
demanda del mercado, y no en la
producción.

Actualmente la teoría del valor trabajo es


sostenida, fundamentalmente, sólo por el
marxismo y otras corrientes socialistas y
anticapitalistas, mientras que los
economistas liberales, tanto ortodoxos
como heterodoxos, coinciden en
reivindicar la teoría del valor utilidad. Marx
desestima esta última, a la que considera
en su mayor parte ideológica, no científica.
En El Capital, trata a los marginalistas
como "economistas vulgares", "ideólogos
de la burguesía", y no les da mayor
importancia, mientras sostiene que la
economía política sí se dedicó a analizar
las relaciones reales ("concatenaciones
internas") tras la mercancía, y lo logró en
su mayor parte, pero nunca las llegó a
explicar:

"[...] es indudable que la economía


política ha analizado, aunque de
manera incompleta, el valor y la
magnitud de valor y descubierto el
contenido oculto en esas formas.
Sólo que nunca llegó siquiera a
plantear la pregunta de por qué ese
contenido adopta dicha forma [...]
Para dejarlo en claro de una vez
por todas, digamos que entiendo
por economía política clásica toda
la economía que [...] ha investigado
la conexión interna de las
relaciones de producción
burguesas, por oposición a la
economía vulgar, que no hace más
que deambular estérilmente en
torno de la conexión aparente,
preocupándose sólo de ofrecer una
explicación obvia de los fenómenos
que podríamos llamar más bastos y
rumiando una y otra vez, para el
uso doméstico de la burguesía, el
material suministrado hace ya
tiempo por la economía científica.
Pero, por lo demás, en esa tarea la
economía vulgar se limita a
sistematizar de manera pedante las
ideas más triviales y fatuas que se
forman los miembros de la
burguesía acerca de su propio
mundo, el mejor de los posibles, y a
proclamarlas como verdades
eternas.[...]"

Marx, Karl, El Capital, crítica de la


economía política, vol. 1, Cap 1
(link ), § 3, pág 97,98
La mercancía según Marx
Karl Marx se había basado en la teoría del
valor trabajo para sus obras, de las cuales
la más importante es El capital (Das
Kapital), donde, como dice el subtítulo de
la obra, establece una "crítica de la
economía política". Marx desarrolla su
obra, que tiene el propósito de analizar el
modo de producción capitalista, a partir de
lo que considera la "unidad general" del
capitalismo, la mercancía, debido a que el
capitalismo se presenta como una
"inmensa acumulación" de ellas.

Desde la mercancía, Karl Marx empieza a


establecer lo que denomina las
"concatenaciones internas", pasando de
ésta al valor de cambio y valor de uso, y de
éstos al trabajo abstracto y el trabajo
concreto que los produjo, para analizar el
intercambio de mercancías. Allí, Marx
deduce que la proporción en que se
intercambian las mercancías, el valor de
cambio, siendo aquello que tienen en
común, es necesariamente el trabajo que
las produjo, ya que lo único que existe en
común entre ellas es haber sido
producidas por trabajo humano. Ya que un
intercambio racional implica intercambiar
un valor de uso no necesitado por otro que
si es necesitado, lo único que asemeja a
estas mercancías intercambiándose es
haber sido gastada fuerza de trabajo en su
producción.

Marx sostiene que la fuerza de trabajo es


medible en horas de trabajo, más
estrictamente en tiempo de trabajo
socialmente necesario, esto es: no es el
tiempo que tardó cierto productor en
particular para crear la mercancía, sino el
tiempo promedio que, en cierta sociedad,
se tarda en producirlo, dependiendo de las
condiciones técnicas medias de la época.
Por esto, un productor en términos
relativos con poca fuerza productiva o con
poca intensidad de trabajo, producirá una
mercancía cuyo valor de cambio se
mostrará en el mercado como inferior (en
cantidad de horas de trabajo) a las horas
de trabajo que particularmente implicó su
producción.

La forma en que se produce el intercambio


es una equidad o ecuación expresada de
la siguiente manera: X "Mercancía(s) A" =
Y "Mercancía(s) B". Marx muestra, para
posteriormente explicar el dinero, una
doble forma que adopta el valor de cambio
en cada una de estas dos mercancías
presentes en la ecuación: el valor
equivalente y el valor relativo, los cuales
varían según la posición del agente de
mercado. Para el poseedor de la(s) X
mercancía(s) "A", el valor (de cambio) de
su(s) mercancía(s) es relativo, esto es, es
relativo a la(s) Y mercancía(s) "B"; lo
inverso para el caso del poseedor de la(s)
mercancía(s) "B". Por otro lado, para el
poseedor de la(s) X mercancía(s) "A", el
valor (de cambio) de la(s) Y mercancía(s)
"B" es el equivalente a sus mercancías, y
aquí también, lo inverso para el caso del
poseedor de la(s) Y mercancía(s) "B".
Dicho de otra manera, para los poseedores
de mercancías, el valor de su mercancía
ofertada se refleja en el valor de la
mercancía ajena que está demandando.
El valor de uso de las mercancías no
aparece directamente en la equidad o
ecuación ya que no es una cantidad sino
una cualidad. Es decir, está abstraído a la
hora del intercambio. El valor de uso
aparece indirectamente, como lo que
justifica para cada agente el intercambio,
lo que lo hace racional. Un poseedor de
bienes sólo va a vender su(s) bien(es) si
no necesita de su uso y, en cambio, sí
necesita de uno o varios bienes que otro
poseedor oferta en el mercado. Así, el
valor de cambio no puede existir sin su
valor de uso, pero pueden existir bienes
que, al no ser intercambiados, es decir, al
no ser mercancías (por ejemplo, un
artículo de Wikipedia), poseen valor de uso
pero no valor de cambio. Nótese que el
valor de cambio existe de forma ideal en
la mercancía (existe porque su intención o
ideal es ser intercambiada), y es realizado
al efectuarse el intercambio. Al contrario,
el valor de uso existe realmente en un bien
independientemente de si se intercambie
o no, pero en el proceso de intercambio el
valor de uso, como señalamos antes, es
abstraído de la mercancía.

Al intercambiarse mercancías, el hecho de


que la proporción en que se intercambien
deba ser la misma (que ambas deban
tener el mismo valor de cambio) implica
que existen limitaciones en el trueque. Por
ejemplo, si se supone que 1 pantalón es
igual a 10 tomates, y el intercambio se
puede realizar, se dice, entonces, que el
valor de las mercancías ha sido realizado.
Pero pensemos en el caso inverso: 1
tomate = 0,1 pantalón: evidentemente,
este trueque no es racionalmente posible
debido a que un décimo de pantalón no es
útil. Otro ejemplo, más ilustrativo, es
suponer que 1,5 par de botas = 1 vaca
viva: 1 par de botas más una bota sin su
par obviamente no es útil, y viceversa: 1
par de botas no podría ser intercambiado
por 2/3 de vaca viva, debido a que el
ganado no puede seguir vivo si se lo
divide.

Marx entonces deduce que una mercancía


particular, que tiende a ser duradera,
transportable, divisible, homogénea, y de
oferta limitada, empezó a ser
espontáneamente utilizada en un gran
número de intercambios y poco a poco se
convirtió en dinero. El dinero es el
"equivalente general" de todas las
mercancías, es decir, la mercancía que
funciona de equivalente del valor (de
cambio) de todas las demás: es una
mercancía especial que no tiene valor de
uso propio (más que el de ser equivalente
general), pero que a través de ella pueden
ser intercambiadas todas las demás
mercancías. Las mercancías que fueron
utilizadas a lo largo de la historia como
dinero son muy variadas. Por ejemplo,
cabezas de ganado, trigo, metales
preciosos, yerba mate y papel moneda. El
precio es la cantidad de dinero por el que
se intercambia una mercancía, por
ejemplo, 1 televisor = 90 dólares. Los
precios no son directamente el valor de
cambio de la mercancía, sino una
oscilación sobre éste, determinada por la
dinámica de la oferta y la demanda en el
mercado.
Modelos de intercambio en
Marx

Esquema del trueque (M-M).

Esquema del "vender para comprar" (M-D-M).


Esquema simplificado de la explotación capitalista (D-
M-D').

Para Marx existen diversos modelos de


intercambio racional. Estos son:

Trueque:
X "Mercancía(s) A" = Y "Mercancía(s)
B" (MA-MB)
"Vender para comprar":
X "Mercancía(s) A" = Y dinero = Z
"Mercancía(s) B" (MA-D-MB)
"Comprar para vender", es el caso del
lucro mercantil y el caso de la
extracción capitalista de plusvalía. En
ambos, existe una "apropiación" de un
excedente de horas de trabajo, en el
caso del mercader, un parasitismo y en
el caso del capitalista, una explotación:
X dinero = Y "Mercancía(s) A" (+
demás mercancías) = X dinero + Z
dinero (D-M-D')
La cantidad Z es siempre plusvalía
apropiada mediante la explotación o el
lucro. En el caso de la explotación
(capitalista), una de las mercancías
compradas es necesariamente fuerza
de trabajo (capital variable)(las otras,
materias primas y maquinaria, o sea
capital constante). En el caso del lucro,
la plusvalía proviene de comprar una
mercancía en un mercado donde el
precio esté por debajo del valor de dicha
mercancía, y después venderla en un
mercado donde el precio esté por
encima del valor.

Véase también
Carga útil
Fetichismo de la mercancía
Logística
Peso de volumen
Portal:Marxismo. Contenido
relacionado con Marxismo.

Enlaces externos
Cajas de transporte

Datos: Q3289700

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Última edición hace 16 días por Aos…


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