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28/6/2019 historico.tsj.gob.ve/decisiones/scc/abril/131-260400-99097.

HTM

Magistrado Ponente: CARLOS OBERTO VÉLEZ

En el juicio por indemnización de daños y perjuicios causados en accidente de tránsito


ante el Juzgado Octavo de Primera Instancia Civil, Mercantil y Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, seguido por el ciudadano

VÍCTOR JOSÉ COLINA ARENAS representado por sus mandatarios judiciales, los
abogados Mariolga Quintero Tirado, Salvador Benain Azagury y Maria Luisa Pérez Machin,
contra el ciudadano RAÚL ALDEMAR SALAS RODRÍGUEZ, representado por la
profesional del derecho Carmen Elvira Parada, la sociedad mercantil PERGIS C.A.,
representados a su vez por los profesionales del derecho Vinicio Avila Herrera, Juan
Vicente Ardila y David Rosario Krarnes y como garante, la C.A. Adriátrica de Seguros,
patrocinada igualmente por la abogada Giovanni di Venere y Cesar Naranjo Arias; el Juzgado
Superior Tercero Civil, Mercantil y del Tránsito de la misma circunscripción, en fecha de 25
de noviembre de 1998, dictó sentencia declarando parcialmente con lugar la demanda,

condenando a la demandada a pagar al demandante la suma resultante de la experticia


complementaría del fallo que se acordó realizar y la indexación que le fue solicitada; y, se
dispuso la compensación de las costas.

Contra la preindicada sentencia la co-demandada Pergis C.A., anunció recurso de


casación, el cual una vez admitido, fue formalizado. Hubo impugnación. No hubo réplica.

Concluida la sustanciación del recurso, pasa la sala a dictar su máxima decisión


procesal bajo, la ponencia del Magistrado que con tal carácter suscribe el fallo, en los
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siguientes términos:

RECURSO POR DEFECTOS DE ACTIVIDAD


UNICO
La Sala, considera con fundamento al principio de economía procesal de tiempo y de
dinero y para evitar un mayor desgaste innecesario de la jurisdicción que no responde al
interés específico de la Administración de Justicia, contrario al principio de celeridad

procesal que rige el proceso civil venezolano, y por vía de consecuencia altera el orden en
que fueron presentadas las denuncias por el formalizante, y decide la décima octava
denuncia por vicios de actividad y, lo hace previas las siguientes consideraciones.
Con fundamento en el ordinal 1º del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, el
formalizante denuncia la infracción por la recurrida de los artículos 12 y 244 eiusdem.-

A tales efectos, formula las siguientes alegaciones:


“...De conformidad al ordinal 1º del artículo 243 del Código de Procedimiento
Civil se delata la utrapetita que daña la recurrida.

La jurisprudencia venezolana, impone que la estimación que haga el actor del


valor de su indemnización por daño moral, se tenga como un simple índice, de
modo que, podrá el juez acordar una mayor o menor cantidad a la reclamada
por el actor; ya que a él le corresponde en definitiva actualizar ese daño en su
justa entidad y proporción.

Esto no lo discute en esta formalización. Pero sí, se nota una ultrapetita, que
recae por supuesto en lo dispositivo del fallo; el actor pidió TRES MILLONES
DE BOLIVARES (Bs, 3.000.000,00)por concepto de daño por la lesión sufrida
y a su vez, pidió su reajuste monetario por inflación; el Tribunal subió la
indemnización a DIECISIETE MILLONES DE BOLIVARES (Bs.
17.000.000,00) que fue la cantidad que condenó a mi presentada a pagar, con
que acordó lo pedido, pero, a la vez, ordenó su indexación.

Ahora, si el Juez indexó de hecho, puesto que está en su poder y tarea judicial,
estimar la reparación, entonces, porque otra vez ordena la experticia para, por
decirlo asi, reindexar, lo que ya habrá ajustado al momento de sentenciar.

Entonces en este aspecto de la sentencia, es indudable que incurrió en


ultrapetita, pues el Juez acató lo pedido por el actor de que reajustara la
estimación conforme a las reglas impuestas por el artículo 1196 (sic) del
Código Civil; siendo asi, no tenía, a riesgo de que soslayara el deber de no
caer en ultrapetita , condenar a más, como a la vista se nota hizo el Juez,
porque en definitiva, PERGIS, C.A. por orden del dispositivo deberá pagar
más de lo pedido, esto es, lo indexado por el Juez como se pidió, más otra
cantidad que deberá “reivindicarse” desde la fecha del accidente hasta la
sentencia.
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Sentado esto, se quebrantó el artículo 244 del Código Civil y el artículo 12


idem, porque no se atuvo (sic) a lo alegado.”

Para decidir, la sala observa:


La doctrina explica que “Ultrapetita es el vicio de la sentencia que consiste en haber

declarado el derecho de las partes mas allá de lo que ha sido objeto de la pretensión o litigio”
(Couture. Vocabulario Jurídico). La Expresión viene del latin “ultrapetita”, que significa

“mas allá de lo pedido”.-

En nuestro derecho no se define la ultrapetita, pero la pacifica y constante doctrina de

la Sala han precisado el concepto, que consiste en que el juez en el dispositivo de la


sentencia o en el considerando de una decisión de fondo se pronuncie sobre cosa no

demandada o concede mas de lo pedido, ya que el órgano jurisdiccional tiene que limitarse a
decidir el problema judicial sometido a su conocimiento conforme a la demanda y la defensa,

no pudiendo excederse o modificar los términos en que los propios litigantes la han
planteado.

Este Alto Tribunal desde la sentencia del 30-4-28, precisó el concepto en nuestro

derecho y es el que ha seguido invariablemente la Sala hasta la fecha. En esta oportunidad la


Sala expresó que la ultrapetita “es aquel pronunciamiento judicial que concede mas de lo

pedido o que se pronuncia sobre cosa no demandada”. (M.de 1936. p. 387. Leopoldo Marquez
Añez. Motivos y Efectos del Recurso de Forma en la Casación Venezolana. Pág.81).-

En consecuencia, los jueces no deben incurrir en ultrapetita, que viene a ser una
manifestación particular del principio general de la congruencia de la sentencia con la

pretensión del actor y la defensa. También es importante destacar que este vicio solo puede

cometerse en el dispositivo de la sentencia, ya que se encuentra en la parte final del fallo o

en un considerando que contenga una decisión de fondo.

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En el caso de especie, se le atribuye a la recurrida incurrir en el vicio de ultrapetita,


pues al tratar el punto de los daños morales demandados, los cuales fueron estimados en el

escrito de la demanda en la cantidad de Bs. 3.000.000,00, se resuelve en la sentencia

condenar a la demandada a pagar por ese concepto la suma de Bs. 17.000.000,00 y ordenar

su indexación.-

En concepto de la Sala, el formalizante tiene razón. En efecto, examinada la sentencia

recurrida, esta expresa al folio 447 de la 3ra pieza, lo siguiente: 3) “La cantidad de diez y

siete millones de bolívares (Bs.17.000.000,00) por concepto de daño moral, la cual será
sometida a indexación por experticia complementaria del fallo, para lo cual se ordena oficiar

al Banco Central de Venezuela a objeto de que informe el índice inflacionario acaecido en el

país desde el 6 de Marzo de 1991 hasta la fecha en la cual ocurrió el accidente”.-

Ahora bien, en la reforma del libelo de la demanda la demandante entre otros

pedimentos, expresa:
“....solicitamos que la indemnización por daños morales en virtud de las
lesiones corporales sufridos por nuestro representado estimada en la cantidad
de TRES MILLONES DE BOLIVARES (Bs. 3.000.000,00) su monto sea
reajustado tomando en cuenta la desvalorización monetaria desde el día del
hecho dañoso hasta el momento de la sentencia y se oficie al Banco Central
de Venezuela para que informe a este Tribunal el índice inflacionario en el
país desde el momento del hecho dañoso hasta la fecha de la publicación de la
sentencia...”

Como se podrá apreciar de las transcripciones anteriores, no cabe duda, de que en la

recurrida se incurre en el vicio de ultrapetita, conforme a los conceptos doctrinarios que se

han dejado expuestos en este fallo.-

Y se incurre en el vicio de ultrapetita de dos formas: Una al conceder el juez de la

recurrida mas de lo que el demandante pidió en el libelo de la demanda, y otra, al ordenar la

indexación por daño moral, el cual no es procedente, por ser un daño actual y además no ser
deuda de valor, como lo ha asentado la doctrina de la Sala. En efecto en sentencia de fecha

24-4-98, la Sala ratificando su doctrina, expresó:

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“Evidencia esta Sala de Casación Civil que en el fallo recurrido se ordena


indexar el monto del daño moral, al cual fue condenada la empresa a cancelar
al trabajador.

El daño moral es, por exclusión, el daño no patrimonial; es aquél que recae en
los valores espirituales o en valores que pertenecen más al campo de las
afección que de la realidad material económica. El daño moral es la lesión
ocasionada en los bienes no económicos de una persona o la repercusión
afectiva desfavorable producida por los daños materiales. En resumen, el
daños moral es la lesión a los sentimientos del hombre que por su
espiritualidad no son susceptibles de una valoración económica.
El Código Civil, en el artículo 1.196, establece la obligación de reparar el
daño moral causado por el hecho ilícito y establecer que 'el juez puede acordar
una indemnización a la víctima en caso de lesión corporal, de atentado a su
honor, a su reputación, o a los de su familia, a su libertad personal, como
también en el caso de violación de su domicilio o de un secreto concerniente a
la parte lesionada'.

En relación con la corrección monetaria, la doctrina expresa que la inflación


no afecta a la víctima en su personalidad moral o espiritual, en su afectos o
sentimientos, y queda sujeta a la fijación del Juez en la sentencia. Según estos
comentarios, el patrono no es un deudor moroso en el resarcimiento del daño
moral que acuerde al Juez, pues antes de la sentencia no existe ningún pago
incumplido por este concepto.

Por lo tanto, ha sido criterio de esta Sala, y que hoy se reitera, que “la
indexación o corrección monetaria rige solamente para el pago de las
prestaciones sociales debidas al trabajador al momento de la terminación del
contrato, lo cual excluye la indexación por daño moral”.

En consecuencia, en criterio de la Sala, en la recurrida se incurre en el vicio de

ultrapetita previsto en el artículo 244 del Código Procesal Civil. También se incurre en la
infracción del artículo 12 eiusdem al no decidir conforme a lo alegado y probado en autos.-

En consecuencia, se declara procedente la denuncia examinada. Asi se decide.

Para mas abundamiento, la Sala considera oportuno advertir que el artículo 21 de la


Ley de Tránsito Terrestre, de fecha 10-10-86, vigente para el momento en que ocurrió el

accidente, establece que:


“...El conductor está obligado a reparar todo daño material que cause con
motivo de la circulación del vehículo, a menos que pruebe que el daño
proviene de un hecho de la víctima o de un tercero, que haga inevitable el
daño y sea normalmente imprevisible para el conductor.

Cuando el hecho de la víctima o del tercero haya contribuido a causar el daño,


se aplicará el artículo 1.189 del Código Civil. La obligación de reparar el daño
moral de regirá por las disposiciones del Derecho Común.

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En caso de colisión de vehículo se presume, hasta prueba en contrario, que los


conductores tienen igual responsabilidad por los daños causados.”

Ahora bien, el artículo 23 de la Ley de Tránsito Terrestre vigente para la época del

accidente, establece que:


“El propietario es solidariamente responsable con el conductor aún cuando
éste no haya sido identificado por los daños materiales causados...”

La doctrina de este Alto Tribunal ha establecido que la responsabilidad del

propietario del vehículo puede extenderse al daño moral, pero que:

“...no basta únicamente alegar la responsabilidad de los dueños y los


principales o directores por el hecho ilícito de sus sirvientes y dependientes en
el ejercicio de las funciones en que los han empleado, sino que es necesario
demostrar, entre otros requisitos , que el daño ha sido causado por el agente
material del ilícito en el ejercicio de las funciones propias para las cuales fue
empleado, pues si bien en doctrina se acepta que existe una presunción de
culpa por parte del dueño o principal en relación con el daño cometido por el
sirviente o dependiente, tal presunción sólo funciona cuando se han logrado
evidenciar los extremos antes mencionados; vale decir, que el dependiente es,
a su vez, culpable del daño causado y está probado, además su condición de tal
dependiente y que actuó en el ejercicio de las funciones, entonces el principal
responde del hecho ilícito, atribuyéndosele culpa en la elección o vigilancia de
su dependiente.” (S. de 7-12-88) Pierre Tapia Oscar. Repertorio Mensual de
Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia. Tomo 12. Año 1988. Págs.
314,315

Ahora bien, de acuerdo al criterio expuesto en la doctrina transcrita, el daño moral

sigue estando excepto de prueba, por lo tanto, lo que se requiere ser probado, es el hecho
ilícito, que causó las lesiones o heridas.
En consecuencia se reitera, que la recurrida incurrió en el vicio de ultrapetita, como ya

fue resuelto en el texto de este mismo fallo.

Al prosperar la denuncia que se ha dejado analizada, la Sala se abstiene de decidir los

restantes denuncias conforme a lo establecido en el artículo 320 el Código de Procedimiento


Civil. Asi se decide.-

DECISIÓN

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Por las razones expuestas, el Tribunal Supremo de Justicia de la República

Bolivariana de Venezuela, en Sala de Casación Civil, administrando Justicia en nombre de la

República y por Autoridad de la ley, declara: CON LUGAR el recurso de casación

anunciado y formalizado, contra la sentencia de fecha 25 de noviembre de 1998, dictada por

el Juzgado Superior Tercero Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del

Área Metropolitana de Caracas. Se ordena al Juez Superior que corresponda, dictar nueva

sentencia corrigiendo el vicio referido.

Publíquese, Regístrese y remítase el expediente al Tribunal Superior de origen.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Civil, del


Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los (26 ) días del mes de Abril de dos

mil. Años: 189º de la Independencia y 141º de la Federación.-

El Presidente de la Sala

_________________________________
FRANKLIN ARRIECHE G.

El Vicepresidente,

_________________________
ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ

Magistrado-Ponente,

______________________
CARLOS OBERTO VÉLEZ

La Secretaria,

______________________
DILCIA QUEVEDO

Exp. Nº 99-097

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