EL ARTE ECLESIÁSTICO

El texto nos narra como el arte eclesiástico desde los inicios de la era moderna,
específicamente desde el siglo III d.c. ha sido la mejor arma de la religión cristiana,
hasta la llegada del racionalismo y las vanguardias del siglo XX, donde mermó su
poderío. Esto a comparación de sus religiones hermanas como el judaísmo y a las
corrientes hebreas, ya que: “Yahvé es tan inconmensurable a comparación de sus
creaciones que es imposible que alguna de sus creaciones pueda contenerle”.
En los primeros pasos de la cristiandad, sus representaciones pictóricas y de
escultura se vieron amenazadas por cuestiones políticas y religiosas ya que, a bien
de la transición del paganismo y la creencia de la salvación por medio de Jesucristo,
sus obras fueron juzgadas de idolatría por las corrientes más conservadoras. No
obstante, los creyentes se defendían, argumentando que dichas representaciones
eran con el amen de usarlas como herramienta pedagógica. A partir de ello Las
representaciones de la idea humana de dios por medio de Jesús se mantuvieron en
menor medida y se dio más importancia a la representación de gestas y santos que
mostraran la fe en ritos funerarios y de comunicación por medio de estilos bucólicos.

Con el paso del tiempo y la asimilación del imperio romano de esta religión, llegó el
esplendor de su arte. Primero con el esplendor Bizantino que, utilizando partes de
la cultura romana, dio el poder completo del cristianismo frente a otras religiones. El
arte se dividió en el amen sacramental y el de enseñanza ya que la mayoría de los
creyentes no sabían leer. Tras la caída del imperio y el movimiento demográfico de
las urbes a espacios rurales, los monasterios toman poder salvador ante las
penurias y el caos social de ese entonces. El arte de esta época representara la
salvación y la misericordia de Dios.

Pasados aquellos años aciagos y con la estabilización de los feudos en el

continente, la catedral retoma su preponderancia. Con la invención de los arcos
ovales, los cuales dan oportunidad de la creación de grandes ventanales, da el
comienzo del Gótico, cenit del arte religioso. Los sentimientos se vuelven
herramienta para mostrar comunicación con dios. Obras donde maría juega con el
divino niño y la crucifixión toman el poderío de esa época.

Tras todo este esplendor, el texto nos señala como inicia la decadencia del arte
cristiano, esto por la llegada del renacimiento, el humanismo. Las obras de estas
épocas tan importantes de la historia, en un principio no fueron tan perjudiciales ya
que, gracias al antropocentrismo, el uso de la percepción y la geometría en las
pinturas se mostraba que aún cuando el hombre tenía su poderío, en el fondo Dios
al ser infinito estaba en todas sus creaciones. Los máximos representantes, y más
conocidos, son Miguel Ángel y Da Vinci con la capilla Sixtina y La última cena. Las
obras de esta época señalan los sentimientos y la salvación individual. Además,
marcó un cambio en los fondos, ora en espacios rurales o paisajes abiertos de toda
índole.

A partir de la reforma protestante y el surgimiento del barroco, la iglesia católica usa

este arte como arma para demostrar que mantenemos libre albedrio y nuestros
pecados no son sinónimo de su pérdida o de la salvación. Se empiezan a utilizar
símbolos, sean o no para este fin, la iglesia les da un significado bíblico dogmático.
Sin embargo, gracias al racionalismo el arte eclesiástico pierde su forma barroca.
ya la luz no es símbolo si no el contenido del cuadro. Ya no es Jesús bautizado
mirando hacia el cielo con luz cayéndole en el rostro, sino cabizbajo sintiendo la luz
en su interior, pues la divinidad y la fe son subjetivas y no material como antes se
veía; ya que está, a priori, no era real o empírica.

Con las vanguardias del siglo XX se deshumaniza el arte, se hace más simbólico,
abstracto. No hay cabida para el hombre o la religión. sin embargo, se da una
oportunidad al cristianismo de ser símbolo y no expresión material. No obstante,
estas nuevas corrientes han dejado relegada la espiritualidad religiosa. El texto
sugiere que si la iglesia no toma pronto estás nuevas herramientas sufrirá la muerte
artística de la que ha sido víctima desde el racionalismo. La vanguardia puede tener
un sentido moral y mostrar en su estética los ideales cristianos para la erradicación
del mal, el odio, la miseria y la sangre que las guerras causaron y que aun la
sociedad vive.

En conclusión, el texto nos da un viaje histórico a bien de enseñarnos la importancia

del arte para la trascendencia de la iglesia católico-cristiana y nos da a entender
que, si no se retoma con las nuevas herramientas estéticas, la unión del arte y la
religión marchitaría por fin.