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1.

Cuando el Imperio romano se extendió por Europa y otras tierras lejanas, y por
consecuencia llegó a la península de Hispania, hizo valer sin vacilación alguna su poder
militar, sus leyes y su cultura. Por lo tanto, los romanos comenzaron a imponer sus
costumbres a los nativos hispanos, pero esto no quiere decir que todo haya sucedido en un
espacio de tiempo reducido, sino que la determinación fue firme e inmediata, pero la
realización fue lógicamente gradual.
Así pues, los romanos impusieron su organización social y política, sus creencias
religiosas, su pensamiento y su concepción de las cosas y, desde luego, su lengua. Todo
esto, evidentemente fue un proceso difícil de sobrellevar para los habitantes de Hispania, y
como ya había referido, fue algo que ocurrió poco a poco, puesto que hubo un momento en
esta transición en que las costumbres hispanas y las romanas convivían, igualmente el culto
a los dioses de ambas culturas y por supuesto lo mismo ocurrió con el latín y las lenguas
que ya desde hace tiempo se hablaban en aquella región de Europa.
De esta manera, el latín fue establecido como la lengua oficial, por lo cual logró
doblegar definitivamente, por así decirlo, a las demás lenguas de Hispania, así que este
suceso, como ya sabemos, fue sumamente crucial en la historia de la lengua que hoy
hablamos.

2. Desde que los romanos tuvieron contacto con la cultura helénica fue inmediata y
profunda su admiración, puesto que en todos los ámbitos de la vida los griegos siempre
mostraron concepciones interesantes. Por lo tanto, es clara la influencia griega que
podemos apreciar en la cultura romana, en la mitología, en la filosofía, en el arte, en la
retórica, en la política, etcétera.
Así pues, esta influencia no podía pasar inadvertida en la lengua. El griego tiene
muchas diferencias respecto al latín, sin embargo hay rasgos notables que los romanos
introdujeron a su lengua, particularmente en cuestión de vocabulario. Se dice que Livio
Andrónico fue quien inauguró la literatura latina imitando y traduciendo obras griegas.
Podemos ver en el latín palabras procedentes del griego como phantasia, philosophia,
musica, poesis, mathematica, tragoedia, comoedia, rhythmus, ode, athleta, chorus, schola,
camera, ampora, symphonia, etcétera.
No obstante, las huellas que dejó el griego en el latín no fueron solamente léxicas,
sino también fueron morfológicas, fonológicas y sintácticas. En cuanto a la morfología
podemos advertirlo en ejemplos como la preposición “kata” que tenía valor distributivo y
es el origen de nuestra preposición “cada”. También tenemos el sufijo verbal “izein” que
fue introducido en el latín tardío y lo vemos en terminaciones como “izare” e “idiare” y
posteriormente desemboco en nuestro español como “izar”.
En cuanto a la fonología tenemos ejemplos como el origen de los fonemas /u/
semejante a la “u” francesa se tornó velar en latín, algo similar pasó con /f/ y /t/ del español
que provienen de “ph” y “th” del latín y estos a su vez de su forma griega. Lo mismo
ocurrió con la palatal africada sorda.
Y en cuanto a la sintaxis tenemos ejemplos como las perífrasis verbales “dicere
habeo” y “scriptum habeo”. Es preciso referir que aun después de la caída del Imperio
romano esta influencia helénica siguió su andanza hasta la Edad Media y el Renacimiento,
de lo cual hay ejemplos como “thius” y “thia” que sustituyeron a “avunculus” y
“matertera”, desde luego las palabras de carácter cristiano como “evangelium”, “baptizare”,
“apostolus”, “diabolus”, “ecclesia”, etcétera. Es evidente que de todos estos fenómenos
primordialmente helénicos se pueden encontrar numerosos ejemplos en todos los niveles de
la lengua latina, los cuales a su vez se han reflejado de alguna manera en nuestro español.

3. Al principio Roma gozaba de privilegios que no tenían las colonias de Hispania, sólo
quienes vivían en la capital del Imperio tenían la ciudadanía romana, y quienes la
conseguían sin ser romanos de nacimiento era como recompensa por haber prestado algún
servicio valioso al Imperio.
Sin embargo, poco a poco los habitantes de Hispania comenzaron a tener mayor
presencia en los asuntos del Imperio, por lo cual Vespasiano expandió el derecho de la
ciudadanía romana hasta aquellas tierras. Otro acontecimiento importante fue el ascenso al
trono de los primeros emperadores nacidos en estas colonias como los fueron los Antoninos
y toda su dinastía.
De igual manera, la labor de hombres como Séneca y lucano, nacidos también en
Hispania, llegó a ejercer una honda influencia en la vida cultural y posteriormente esta
unión entre Roma y las colonias se volvió aún más estrecha gracias al establecimiento del
Cristianismo como religión oficial del Imperio por decreto del emperador Constantino.

4. “Angelus” cuyo sentido primitivo era el de mensajero y “parabolare” cuyo sentido


original era el de comparar y luego se entendió como hablar, de allí nace nuestra “palabra”.

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