Presentado por:
MARIA DANIELA SALAS ENRIQUEZ
Grado: 11-2
Presentado a:
Sandra Yaneth Cerón Cabrera
Instituto Champagnat
Área de castellano
San Juan de Pasto
2015
El conocimiento es la prevención.
En este sentido, las consecuencias de las drogas pueden ser muy graves como la disminución
de la capacidad intelectual y física, además de la dependencia que estas generan, provocando
problemáticas sociales aún más graves como la delincuencia, el abandono de menores, el
embarazo en adolescentes y otros, para lo cual un adolescente es vulnerable si no se cuenta
con herramientas de prevención. El consumo de drogas se ve influenciado por el entorno social
en que se encuentre la persona además de que en los hogares no se otorga información
concreta y objetiva sobre las drogas, sus efectos y consecuencias. Se debería ejercer como
principal instrumento para acabar y disminuir el consumo de drogas, hacer que los adolescentes
tomen conciencia del daño que ocasionan las drogas tanto a nivel físico, psicológico y social, de
este modo “soldado advertido no muere en guerra” y así la influencia del entorno social quedaría
en un segundo plano. Al introducirnos en el origen del problema, entonces; ¿Quiénes son los
responsables de la drogadicción, los adolescentes por experimentar o los adultos por no
informar? y ¿Porque la drogadicción no es explicada con profundidad en las instituciones y
hogares?, ¿Acaso es tu tema tabú?
Los adolescentes se han connotado a lo largo del tiempo como irresponsables porque en esta
edad es donde aún no son independientes y los adultos todavía son los que tienen el control
sobre ellos, por lo tanto para los adolescentes ser irresponsable con respecto a las normas es
una manifestación de libertad, un paso hacia la independencia (Hendry y Coleman, 2003
p.131). Este comportamiento se refleja en la mayor población de adolescentes, porque son los
que siempre están en constantes discusiones con los adultos y se involucran en problemas
morales de su entorno familiar. Avanzando en nuestro razonamiento, se puede inferir que a los
adolescentes por ser irresponsables les gusta asumir riesgos, lo cual les puede llevar a
ocasiona graves inconvenientes.
Por otro lado, la influencia del entorno social ejerce un papel el cual es presión social y cultural,
lo cual se observa en las acciones y actitudes del adolescente ya que estas son condiciones
para poder ser aceptado en un grupo social (Nicolson, Harry ayers, 2001 p.23). De tal manera
que los adolescentes en busca de su tan anhelada libertad, no están completamente libres sino
por el contrario caen en un condicionamiento ejercido por la sociedad, es decir que los
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adolescentes no son autónomos en su pensamiento sino terminan siendo víctimas de círculos
sociales y culturales de su época que orientan su actuar para siempre buscar la inclusión.
Sumado al entorno social en el que se involucre el adolescente también esta que esta población
se encuentra desinformada y no tienen conocimiento de muchas cosas que involucran el
consumo de drogas porque los adultos creen que ellos no las pueden asimilar o que al tener
conocimiento de estas harán lo contrario a lo establecido, pero los adolescentes siempre son
curiosos y al mismo tiempo tratan de siempre sobresalir en temas de conocimiento general y
riesgoso como lo es la drogadicción.
A veces los maestros creen erróneamente que si hablan a los alumnos sobre las drogas los
llevaran hacer uso de ellas. Y la verdad es todo lo contrario. Si los educadores no informan a
sus alumnos sobre los problemas, los vendedores les dirán las seudoventajas, además la
primera información siempre hace un impacto mayor (Carlos Hualde 1993 p.235). Es decir la
desinformación de los adolescentes es porque ellos no tienen fuentes por las cuales obtener
una información adecuada, todavía queda señalar que a causa de esta desinformación, los
adolescentes comenten grandes errores.
Hay que mencionar además que existe, efectivamente, una sobreinformación en cuestión de
drogas; pero se trata de una información más pasional y tediosa que objetiva. Los dos
principales defectos de la información, en la actualidad son: el sensacionalismo y << la buena
voluntad>> (Valleur y Matysiak, p.145), los medios de comunicación y los adulto, tratan de
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darles a conocer la droga pero no desde el punto informativo, por el contrario, lo hacen con la
intención de provocar sensacionalismo para el cual su objetivo es generar temor en ellos pero lo
único que ganan es ponerle riesgos que al adolescente el cual siempre quiere afrontarlos
porque como ya se mencionó antes el adolescente es casi que por naturaleza irresponsable
consigo mismo. Los adolescentes toman estas decisiones prácticamente por que los adultos
les proponen a ellos el reto de la drogadicción y sus riesgos, pero si en lugar de otorgar este
tipo de información tan subjetiva se les otorgara a ellos un conocimiento objetivo el cual tenga
bases científicas, las drogas ya no serían simplemente, serían una elección mas no un riesgo y
por tanto el adolescente ya no llamaría la atención siendo un drogadicto.
De manera puntual me refiero a que los adolescentes no son los únicos culpables de su
drogadicción, se puede afirmar que los padres ‘son el problema’ de la drogadicción y tienen la
culpa de lo que ha sucedido, de pronto, porque existe una sobre protección de los hijos y no
tienen un conocimiento claro para poder colaborar con la prevención de este tipo de problemas,
debiendo ser ese un trabajo a desempeñar por los expertos, según la universidad de castilla
(2001.p126). Los padres evitan que sus hijos conozcan sobre las drogas para que ellos así, no
deseen probarlas pero se equivocan al tratar poner en sus manos el trabajo de un experto
porque los padres creen que pueden ayudar a sus hijos con respecto a estos temas sin conocer
que en el fondo todo será con el sentido de sobreprotegerlos, y aunque ellos pueden ser ‘ el
problema’, lo hacen con la intención de que nada malo les ocurra a sus hijos pero su método de
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inhibir a sus hijos de todos los problemas que ocurren afuera, causara que los hijos reciban el
mundo como un reto para el cual podrán acceder cuando sean libres de sus padres.
Referencias:
Coleman J. y Hendry B. (1993).La droga juvenil para padres educadores-hijos Editorial san
pablo