EL CRITERIO TEOLOGICO
Todos los anteriores criterios de interpretación son propuestos explícitamente
por Savigny al hablar de los elementos de esta misma. Pero igual es posible la
existencia de otros criterios que Savigny habría propuesto de manera implícita.
El primero de ellos es el generalmente denominado como el criterio teológico o
finalista. Se creería que Savigny rechazara de plano cualquier recurso al criterio
teológico sin embargo, de cierta manera, Savigny llega a aceptar que es
necesario recurrir a otros medios en caso de leyes defectuosas.
CRITERIO PRAGMÁTICO-CONSECUENCIALISTA
Este es otro de los criterios que Savigny propone implícitamente. Aquí se habla
de la apreciación del resultado.
Aunque el anterior criterios Savigny de cierta manera lo acepte aún tiene sus
renuencias a él, pero es este criterio en particular al que considera más
aventurado pues el intérprete puede correr un riesgo de excederse de sus
poderes de interpretación y cruzar la línea hacia la legislación.
Savigny reconoce que es inevitable la voluntad y los criterios del juez al momento
de interpretar, y estamos de acuerdo con él ya que en la práctica todo cambia.
En este orden de ideas, incluso el mismo Savigny reconoce la profunda
Pero antes de llegar aquí, el texto destaca dos cosas en particular: Por un lado
destaca el vínculo de este criterio con el teológico, es decir el fin de la y por otro
lado, las dificultades que plantea la existencia de diversos fines de una norma o
de un sistema jurídico.
En esta parte del texto, juega un papel muy importante los conectores, la
terminología previa y demás términos que han sido expuestos anteriormente, ya
que se conectan o influyen de alguna manera con los nuevos temas a exponer,
aunque este factor podría complejizar un poco el entendimiento, el texto los
aborda de una manera muy dinámica, explicando los temas con ejemplos (en
algunos casos) haciendo que sea más digerible la nueva información o por el
contrario , da la explicación de una manera muy puntual y clara, por otro lado,
cabe resaltar que a este punto del texto , permite que los lectores comprendamos
y seamos más conscientes del papel de los jueces a la hora de interpretar , la
ardua labor que conlleva esta actividad y todos los factores que influyen en dicha
interpretación.
La interpretación judicial no sólo hace miras en el pasado, al adecuar los hechos,
sino también vela por los resultados bajo un enfoque consecuencialista,
observando la evolución a futuro. Para Atienza las decisiones judiciales tienen
dos bases sustantivas; las consecuencialistas que promueven un estado de cosa
considerado como valioso; y olas de corrección, que considera una acción
correcta o buena sin tener ningún tipo de fin ulterior. Para Wróblewski se trata de
directivas que se excluyen entre sí para cada caso. La interpretación cuenta con
máximas que pueden ser restrictivas, plenificantes o privilegiantes, según el tipo
de norma y el fin que se le quiera dar a la misma.
Las etapas de la interpretación las define Dworkin a manera de interpretación
constructiva, con la cual busca llegar a “la mejor decisión posible”; dichas etapas
son:
1) Pre-interpretación (hallar los materiales jurídicos que sustentarán la
decisión), en la que se buscan los principios que dan cuenta del material;
interpretación (determinar mediante justificación los valores que persigue
la práctica) que busca los valores sustantivos.
2) Post-interpretación (ajustar el orden a establecer que necesita “en
realidad” la práctica para adecuarse a la realidad) en la que se obtiene
una única respuesta correcta para casos particulares. Se advierte que
estas etapas son circulares y no lineales, pues no se desarrollan
secuencialmente, si no que se realizan de manera recursiva.