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El juicio de

amparo en
México
Medio de control de
Constitucionalidad

Heriberto López
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Juicio de amparo ............................................................................................................................ 2


El denominado juicio de amparo ................................................................................................ 2
ORDENAMIENTO JURÍDICO MEXICANO .................................................................................. 2
Historia ...................................................................................................................................... 3
Características............................................................................................................................ 4
Principios del juicio de amparo ............................................................................................... 5
Principio de instancia de parte agraviada ............................................................................... 5
Principio de agravio personal y directo ................................................................................... 5
Principio de definitividad ........................................................................................................ 6

ILUSTRACIÓN 1 ............................................................................................................................................. 6
ILUSTRACIÓN 2 ............................................................................................................................................. 7
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Juicio de amparo
El denominado juicio de amparo
ORDENAMIENTO JURÍDICO MEXICANO

En México, es un medio de control de constitucionalidad de los actos emitidos con motivo del
ejercicio de poder previsto por el ordenamiento jurídico mexicano, el cual tiene por objetivo
proteger los derechos humanos y derechos fundamentales establecidos en la Constitución, así
como en los Tratados Internacionales de los que México sea parte, cuando estos son violados por
normas generales, actos u omisiones de autoridad o de particulares señalados en la ley. El juicio de
amparo mexicano se encuentra regulado por los artículos 103 y 107 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos y su ley reglamentaria, denominada la ley de amparo.1

El juicio de amparo se basa en la idea de limitación del poder dentro de un marco constitucional,
de las autoridades gubernamentales, y más recientemente de los particulares cuando sus actos se
equiparen a los de la autoridad, protegiendo así los derechos humanos y fundamentales de las
personas, garantizando, por ende, la libertad de estas frente al actuar arbitrario. El juicio de
amparo resulta ser un mecanismo de protección complejo, hablando técnica y jurídicamente,
situación que ha sido duramente criticado por diversos juristas, debido a que el ámbito de
protección del Amparo, como instrumento jurídico de protección a los derechos humanos, debe
ser amplio y el acceso a este debe ser sencillo para así garantizar el Estado de Derecho.

Además de restituir al particular en los derechos humanos que han sido violados, es de gran
importancia la suspensión de la ejecución del acto reclamado, es decir la autoridad encargada de
ejecutar deberá de abstenerse de efectuar la realización del acto, si la suspensión fue otorgada.

El juicio de amparo por regla general solo es de conocimiento de jueces federales, es decir
aquellos que integran el Poder Judicial de la Federación, tales como Jueces de Distrito, Tribunales
Colegiados de Circuito, la Suprema Corte de Justicia de la Nación e incluso los Tribunales Unitarios
de Circuito.

De lo anterior vemos que, si bien el juicio de amparo es un medio de control de la


constitucionalidad de los actos, la esencia del mismo no es la protección de la totalidad de la
Constitución, sino que procura la protección de derechos fundamentales-individuales.2 Si bien a
raíz de la ley de amparo de 2013 se amplía el ámbito de protección del juicio de amparo a
derechos colectivos, la esencia de dicho medio de control continúa siendo la protección de los
derechos humanos. Por ello es que el juicio de amparo no es el medio de control idóneo para la
impugnación de actos de autoridad que transgredan principios constitucionales diversos a los
derechos fundamentales.
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Historia
La Península de Yucatán, en su descontento por el régimen centralista enmarcado en la
entonces vigente Constitución de 1836, comúnmente conocida como Las Siete Leyes de
1836, amenazó con su intención de separarse de la República mexicana. Con la consiguiente
preocupación, se le otorgó la facultad de legislar su propio régimen jurídico, como si se tratase
de un Estado federalista dando origen a la Constitución de Yucatán del 31 de marzo de 1841.

Esta constitución tuvo a bien recoger un proyecto en el artículo 53, elaborado por Manuel
Crescencio Rejón, que expresaba textualmente: "Corresponde a este tribunal [la Corte
Suprema de Justicia] reunido: 1º. Amparar en el goce de sus derechos a los que pidan su
protección contra las providencias del Gobernador o Ejecutivo reunido, cuando en ellas se
hubiese infringido el Código Fundamental o las leyes, limitándose en ambos casos a reparar el
agravio en la parte que procediere".

Así se habló por primera vez en el derecho legislado, del amparo decretado por órganos
jurisdiccionales para combatir agravios contra las garantías individuales, en el proyecto de
Rejón y en la Constitución yucateca de 1841.

Tiempo después este juicio se plasmó con la colaboración de Mariano Otero en el congreso
constituyente, sobre el artículo 25 del Acta constitutiva y de reformas de 1847, con lo que se
estableció el juicio de amparo a nivel federal, para después plasmarse en la Constitución
Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1857, este juicio es reglamentado finalmente en
la "Ley Orgánica Constitucional sobre el Juicio de Amparo" de 20 de enero de 1869, siendo
ésta una aportación de México al Mundo; y, 60 años más tarde en la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos de 1917, actualmente vigente en el país, a través de la
nueva Ley de Amparo, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 2 de abril de 2013 y la
cual es reglamentaria de los Artículos 103 y 107 constitucionales.

Hoy hace 145 años entró en vigor la ley de amparo la cual, hasta la actualidad representa un
fundamento en la impartición de justicia en México. El 20 de enero de 1869, el entonces
presidente, Benito Juárez proclamó dicha ley.

El Juicio de Amparo, es el principal instrumento de defensa de los derechos que las personas
tienen para protegerse de los actos de autoridad. Existen dos tipos de amparo: directo e
indirecto.
El amparo directo es el que interpone en contra de alguna acción realizada por una autoridad;
el indirecto es el que se interpone cuando se considera inconstitucional una ley.
La última reforma a dicha ley se realizó el 1 de abril de 2013; los beneficios de dicha
modificación son:
- Se amplía la esfera de protección a los derechos.
- Se eleva la eficiencia de la justicia mexicana.
- Se fortalece el Poder Judicial de la Federación, principalmente a la Suprema Corte de
Justicia de la Nación.
Las situaciones en las que se aplica la ley de Juicio de Amparo son las siguientes:
- Cuando se consideren violaciones a derechos constitucionales o a derechos establecidos en
tratados internacionales.
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- Se puede interponer un juicio de amparo cuando las autoridades transgreden las garantías
individuales y cuando no actúan para la protección de las mismas.
- La ley de juicio de amparo aplica también para la protección de intereses colectivos, de
organizaciones, y no solo para individuales.

Características

De conformidad con el artículo 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos


Mexicanos, ésta conjuntamente con los tratados internacionales son la "Ley suprema de toda
Unión" y deben de prevalecer sobre cualquiera otra ley y sus disposiciones referentes a los
derechos fundamentales, deben ser norma limitativa de la actuación de todas las autoridades,
porque tales derechos son base imprescindible de la convivencia social y, en consecuencia,
su efectividad práctica debe ser reconocida y aplicada por los órganos gubernativos a fin de
que sus actividades se desarrollen sin violación de ninguno de los derechos fundamentales.
No obstante lo anterior, las violaciones a tales principios y derechos constitucionales son
inevitables, situación por la cual desde el año de 1840, en la Constitución de la República de
Yucatán, se creó el juicio de amparo.
El juicio de amparo es un medio de control constitucional a posteriori del sistema jurídico
mexicano al igual que la acción de inconstitucionalidad y la controversia constitucional. A
diferencia de estos dos últimos, el juicio de amparo es promovido por cualquier particular que
considere que sus derechos humanos han sido violentados por normas generales, actos de
autoridad o de particulares señalados en la ley. Por ello es que se considera que el juicio de
amparo es un control concreto de la constitucionalidad, pues verifica la regularidad
constitucional de un acto en particular emitido en una situación en particular (Luigi Ferragioli,
1990).
Los efectos generados por virtud de una sentencia de amparo son inter partes, lo cual es
razonable al considerarse que el juicio de amparo no busca la protección de la totalidad de los
principios constitucionales, sino que únicamente analiza la violación a derechos
fundamentales de un acto de autoridad en concreto. Es por esto que no es factible otorgar
efectos generales a una resolución de amparo, pues el análisis de regularidad constitucional
se constriñe a un supuesto en específico, por lo que no es dable generalizar el análisis hecho
de un supuesto en particular1.

Este juicio de amparo se extiende a un minucioso control de la constitucionalidad y legalidad,


el cual tiene la finalidad de evitar que los actos de autoridades contravengan lo previsto por la
constitución (control de constitucionalidad) o las leyes que rigen en nuestra nación (control de
legalidad), limitándose a amparar a los afectados (quejosos) o no contra el acto de autoridad
que estimaron violatorio de sus derechos fundamentales. Cabe destacar que el amparo se ha
extendido de ser una herramienta de control constitucional a ser también un juicio de control
de legalidad toda vez que es un derecho fundamental reconocido por la Constitución que las
autoridades realicen una correcta aplicación de la ley.
El referido medio de protección constitucional es un procedimiento judicial propiamente dicho y
entraña una verdadera contención entre la persona agraviada que lo promueve y la autoridad
que dicho promovente considera que ha afectado o trata de afectar sus derechos garantizados
en la Constitución, situación de derecho que se explica mejor de la siguiente manera:

1
Maynez difiere dela tesis pues al efecto opina que el juicio de amparo sirve como fuente de jurisprudencia
(Maynes, 1991)
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 El agraviado o "quejoso" asume el papel de actor en la controversia y la autoridad


designada como responsable interviene como demandada;
 La materia de la controversia es el acto concreto o la omisión de autoridad que el
interesado considera lesivo de sus derechos fundamentales;
 La decisión incumbe a los tribunales judiciales federales.

Principios del juicio de amparo


El juicio de amparo se rige, según la doctrina, la constitución y la ley, por los siguientes
principios:3

 Principio de instancia de parte


 Principio de agravio personal y directo
 Principio de definitividad
 Principio de estricto derecho
 Principio de relatividad de las sentencias de amparo
Tales principios son los más importantes que deben observarse la tramitación de un juicio de
amparo, es importante recordar que los principios previamente señalados no son absolutos y
aceptan ciertas excepciones. Cabe destacar que ni la constitución ni la ley señalan
expresamente los principios que rigen al amparo, sino que la denominación de los mismos han
sido otorgados por la doctrina; sin embargo, ambos cuerpos normativos recogen tales
principios al momento de reglamentar al juicio de amparo.

Principio de instancia de parte agraviada


El principio de instancia de parte agraviada se refiere a que el juicio de amparo solamente
podrá ser promovido por aquella persona que siente agraviada por el acto reclamado. Es
decir, si un determinado acto de una autoridad afecta los derechos fundamentales de una
determinada persona, solo esa persona podrá acudir al juicio de amparo para el efecto de
impugnarlo, siendo improcedente el amparo que sea promovido por una persona diversa. Esto
excluye la posibilidad que el juicio de amparo inicie de oficio.
De igual forma, el principio de instancia de parte impone al quejoso la carga de dar impulso
procesal al juicio de amparo que haya interpuesto, pues solo él es quien se encuentra
interesado en salvaguardar sus derechos fundamentales. Una excepción a esta característica
sería cuando el quejoso se encuentre en uno de los supuestos de suplencia de la queja, en los
que el Juez de Amparo se encuentra constreñido a recabar, incluso de oficio, pruebas que
demuestren la procedencia de la acción constitucional ejercida por el quejoso (Luigi Ferragioli,
1990).
De la mano del presente principio va el de relatividad de las sentencias de amparo, pues la
sentencia que pudiere llegarse a dictar dentro de un juicio de amparo solamente podrá afectar
o beneficiar a la persona que haya pedido el amparo, es decir, a quien lo promovió2.

Principio de agravio personal y directo


Este principio impone que quien promueve el juicio de amparo debe ser aquella persona que,
en su concepto, sufre la violación a sus derechos fundamentales por el acto de autoridad que
impugna. De aquí se desprende la existencia de dos conceptos un agravio, o perjuicio, que
deriva en la existencia del interés jurídico o legítimo, según sea el caso; es decir, el acto de
autoridad que se estima violatorio de derechos fundamentales de una determinada persona

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Maynez difiere dela tesis pues al efecto opina que el juicio de amparo sirve como fuente de jurisprudencia
(Maynes, 1991)
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debe de incidir directamente (interés jurídico) o indirectamente (interés legítimo) en su esfera


jurídica y perjudicar un derecho que se encuentra jurídicamente tutelado.
Una excepción al presente principio sería cuando nos encontramos ante alguno de los actos
que se encuentran prohibidos por el artículo 22 constitucional, exista peligro de deportación,
incorporación forzosa a las fuerzas armadas, destierro o el quejoso ha sido incomunicado, ya
que ante tales supuestos un tercero, incluyendo menores de edad, pueden iniciar el juicio de
amparo correspondiente. No obstante lo anterior, el quejoso se encontrará obligado a ratificar
la demanda interpuesta por el tercero (Luigi Ferragioli, 1990)

Principio de definitividad
El juicio de amparo es un medio de impugnación extraordinario, de lo cual se deriva que el
quejoso, previo a promover el juicio de amparo, se encuentra obligado a agotar todos los
medios ordinarios de defensas que existan contra el acto que se estima violatorio de derechos
fundamentales. En otras palabras, el acto que sea impugnado en el amparo debe ser
definitivo. (Maynes, 1991)
Existe un gran número de excepciones al anterior principio, siendo ellos los siguientes:

 I. Los que afectan a personas extrañas al juicio o al procedimiento del cual emanan;
 II. Los que dentro de un juicio, su ejecución sea de imposible reparación;
 III. Los administrativos respecto de los cuales, la ley que los rige, exija mayores requisitos
que los que prevé la Ley de Amparo, para suspender su ejecución;
 IV. Los que importen una violación a las garantías consagradas en los artículos 16, en
materia penal, 19 y 20 de la Constitución Federal;
 V. Leyes, cuando se impugnan con motivo del primer acto de aplicación, supuesto en el
cual es factible analizar las violaciones de legalidad respecto del acto concreto de
aplicación;
 VI. Los que importen peligro de la privación de la vida, deportación o destierro o
cualquiera de los prohibidos por el artículo 22 constitucional;
 VII. Actos o resoluciones respecto de los cuales, la ley que los rige no prevé la suspensión
de su ejecución con la interposición de los recursos o medios de defensa ordinarios que
proceden en su contra;
 VIII. Los que carezcan de fundamentación;
 IX. Aquellos en los que únicamente se reclamen violaciones directas a la Constitución
Federal, como lo es la garantía de audiencia; y
X. Aquellos respecto de los cuales los recursos ordinarios o medios de defensa legales,
por virtud de los cuales se puede modificar, revocar o nulificar el acto reclamado, se
encuentran previstos en un reglamento, y en la ley que este regula no se contempla su

Ilustración 1
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Ilustración 2
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Luigi Ferragioli. (1990). Derecho Constitucional. México: UNAM.

Maynes, E. G. (1991). Introducción al estudio del Derecho. México: Porrúa.

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