A mi madre, especialmente,
y a todas las madres reales o simbólicas que tuvieron la osadía de soñarnos libres.
A las personas que sueñan y trabajan para que otro mundo sea posible.
A Carmela.
Agradezco: a Pilar, José, Concha, Fernando y Ruth por el apoyo que recibo de ellas/os.
Da gusto estar rodeada de gente tan honrada, tan valiente y tan lista.
-2-
ÍNDICE:
Presentación. .............................................................................................................................- 5 -
Introducción: .............................................................................................................................- 7 -
El procedimiento terapéutico……………………………………………………..- 53 -
El trabajo de introyectos…………………………………………………………..- 73 -
4.3. El género como categoría de análisis. Hay dolores que no pueden ser nombrados. ....- 99 -
-3-
4.4. La incorporación de las estructuras sociales en la construcción de la subjetividad.. - 101 -
5. Algunos ejemplos de la Práctica Terapéutica Gestáltica con Perspectiva Feminista. .......- 118 -
-4-
PRESENTACIÓN.
También ahora pienso, me río y me quiero con otra gente con el pretexto de cambiar el
mundo desde otro lugar, desde la psicoterapia; y en este mundo el feminismo es poco
entendido por algunas personas y mirado en ocasiones con recelo.
Esta tesina es un intento de aunar estos dos mundos tan queridos por mí.
Todo ello espero que se note en lo que viene a continuación porque me enorgullece
tener esta mirada del mundo y porque no existe ningún lugar desde el que nombrar que
-5-
no lleve nuestra historia detrás. Si no es así es que me he remitido en exceso a marcos
teóricos y pido disculpas.
Espero que algún día, en algún momento, a alguien le sirva una frase o una reflexión de
las que aquí dejo escritas.
-6-
INTRODUCCIÓN:
Pretendo mostrar en ella un poco del marco teórico y la práctica del feminismo y la
importancia que tiene en nuestra forma actual de estar en el mundo.
También el concepto de género que ha sido muy importante en este marco teórico, y
recogido en muchos ámbitos aunque se ha tendido a invisibilizar su genealogía. Se
utiliza a veces como sinónimo de diferencia sexual sin marcar la consideración más
importante del término como categoría de análisis: la jerarquización que formula y
define. Eso es lo que hace la teoría crítica feminista, visibilizar y darle un valor a lo
observado en cuanto a su contribución a la opresión que lleva implícita el patriarcado.
Considero que la terapia Gestalt puede aportar un cómo importante, el que atañe a los
cambios internos con respecto a las llamadas identidades de género. El marco teórico de
la Gestalt como terapia de la autenticidad y el procedimiento terapéutico son
especialmente adecuados para flexibilizar el auto-concepto. En la mirada gestáltica el
género es neurosis puesto que limita nuestras potencialidades como seres humanos.
-7-
escapándonos en lo posible de la mirada androcéntrica y permitiendo que
“normalidades” y “patologías” sean siempre puestas en cuestión para incluir y hacer
posible la vida en todas las formas creativas que sea posible.
Digo crítica en el mejor de los sentidos porque yo creo en los planteamientos teóricos y
prácticos de la Gestalt. Pienso que si alguien acometiese tamaña empresa podríamos
hablar de un feminismo gestáltico, que se sirviera de la Gestalt para, por un lado,
entender cómo se producen las identidades desde una lógica dualista y cómo se
reproducen e incorporan (hacen cuerpo) las estructuras de dominación y, por otro, ser
utilizada como una herramienta práctica con la que combatirlo.
Mi intención es que ambas cosas se junten, se contagien. Espero que la tesina aporte un
granito de arena en este sentido.
-8-
-9-
1. LA PERSPECTIVA FEMINISTA.
“No conozco casi nada que sea de sentido común. Cada cosa que se dice que es de
sentido común ha sido producto de esfuerzos y luchas de alguna gente por ella”.
Amelia Varcárcel
Otra cosa muy diferente es cuando nos referimos al feminismo… No tiene tan buena
prensa como el concepto de igualdad.
Sin embargo, los cambios que se han producido desde que se inició este camino hacia la
igualdad se han desarrollado en base a las prácticas y reflexiones feministas. Estas
últimas desde diferentes disciplinas, dando como resultado una producción de marcos
teóricos indispensables para los logros que se han ido alcanzando.
Los avances, en la historia más reciente de nuestra sociedad (hablo de las sociedades
occidentales, no porque solo se hayan producido transformaciones en ellas sino por
acotar un marco de referencia), no pasan desapercibidos.
Hay que tener presente que hasta la revisión del DSM-III (DSM-III-R, 1986) no
desapareció de manera definitiva cualquier mención a la homosexualidad como
trastorno mental. En la actualidad hay un movimiento político trabajando por la
- 10 -
despatologización de la transexualidad1, esperemos que el activismo, en este caso, tenga
éxito lo antes posible y pueda contar con el apoyo de los ámbitos de la psicoterapia.
Tampoco se puede olvidar que los cambios que ha incorporado el feminismo benefician
también a los hombres, sobre todo en relación a los procesos de identificación que
igualmente se hacen más flexibles.
También ciertamente, junto con los movimientos de liberación de las mujeres, los
logros acaecidos han sido posibles gracias a un conjunto de factores entre los que
destacan cambios sociales y políticos que tienen su base en el pensamiento filosófico,
psicológico y de las ciencias sociales y la incorporación de estos cambios en el marco
normativo de Instituciones Internacionales y Nacionales2.
- 11 -
Esta teoría crítica está ya (o al menos de momento si somos más prudentes o pesimistas)
presente en las universidades.
Al analizar las realidades de injusticia utiliza cuatro categorías que son: la clase social,
el género, la raza y la orientación sexual.
3
Fraser, N., Iustitia Interupta. Siglo del Hombre Editores. Santafé de Bogotá. 1997.
- 12 -
estructuras sociales de interpretación y valoración que impiden la participación
equitativa en la vida social y un desarrollo del potencial humano en condiciones de
igualdad.
En el siguiente apartado se recoge una breve historia de los feminismos para poder
entender algunas de estas consideraciones y trazar un pequeño mapa que nos permita
situarnos.
Los oprimidos no pueden desactivarla sin tirar piedras contra su propio tejado”.
Es muy difícil resumir siglos de teoría y práctica feminista en unas pocas páginas, más
que resumen podemos hablar de pinceladas que nos ayuden a entender lo complejo del
4
Amorós C., de Miguel A. (eds.) Teoría feminista de la Ilustración a la globalización.
Vol 1. Minerva Ediciones. Madrid 2005. Pag 34
- 13 -
tema e inviten a la profundización. Es importante, aún lo osado del intento, ya que es
una historia tan fructífera como invisibilizada.
La Querella es el nombre con el que se conoce el debate histórico que tuvo lugar en
Europa desde finales de la Edad Media hasta la Revolución Francesa. En el discurrir
histórico de la Querella se discutió, básicamente, la valía y las capacidades de las
mujeres y la naturaleza del cuerpo femenino.
En este debate se barajan diferentes teorías: la teoría de la unidad de los sexos (mujeres
y hombres son iguales, no hay diferencias significativas), la teoría de la
complementariedad de los sexos (mujeres y hombres son diferentes pero iguales en
valor) y la teoría de la polaridad entre los sexos (mujeres y hombres son diferentes y los
hombres son superiores). Esta última, claramente hostil hacia las mujeres, se basa en la
obra de Aristóteles y se impone frente a las demás, fuertemente legitimada a mediados
del siglo XIII al convertirse las obras de este autor en lecturas obligatorias en la
Universidad de París en 1.255, desde la que se divulgó a otras universidades europeas.
Desde mediados del siglo XIII y hasta el siglo XV, son hombres los que intervienen en
ella. La Querella toma un giro importante con la intervención pública de las mujeres que
inició Christine de Pizan. Esta autora le añadió a la Querella de las mujeres contenidos
feministas que se mantuvieron vigentes hasta finales del siglo XVIII.
- 14 -
teórico del proyecto de igualdad entre los sexos que había comenzado (o recomenzado)
durante el Humanismo en Europa.
A Kant le parece difícil que el bello sexo sea capaz de principios morales, por lo que la
pretensión kantiana de que la ley moral alcance a todos los sujetos y de que, al mismo
tiempo cada uno de esos sujetos sea su propio legislador no alcanza a las mujeres. En su
célebre ensayo ¿Qué es la Ilustración? (1784) define la “minoría de edad” como
“incapacidad del sujeto para servirse de su entendimiento sin la guía del otro” y para
Kant las mujeres son menores de edad que necesitan un tutor o un marido. Entonces, la
“mayoría de edad”, necesaria para la igualdad entre los pares, estaría restringida a los
varones.
5
Posada Kubissa L. Razón y conocimiento en Kant: sobre los sentidos de lo inteligible
y lo sensible. Barcelona. 2008
- 15 -
las mujeres del ámbito de la autonomía moral y del derecho de ciudadanía y
permitiéndose la incoherencia de dos ámbitos de relaciones humanas: el público y el
privado. En el primero prevalecían los principios de igualdad y libertad y en el segundo
prevalecía la jerarquía y la autoridad masculina.
Exponente de este cambio son las obras y la militancia política de Olympe de Gouges
con su obra Los derechos de la mujer y de la ciudadana (1791) y de Mary
Wollstonecraft con su obra Vindicación de los derechos de la mujer (1792), este último,
dando soporte ético a la declaración de derechos de De Gouges.
Son obras básicas que van a dar sustento teórico a la PRIMERA OLA DEL FEMINISMO
que basa sus reivindicaciones en tres palabras clave: derechos, igualdad y ciudadanía.
Esta primera etapa organizó a miles de mujeres en pro del sufragio y del acceso a la
educación.
- 16 -
En esta etapa muchas mujeres se identificaron con los ideales democráticos de las
revoluciones norteamericana y francesa y lucharon por su reconocimiento para el
colectivo femenino. Intentaron introducirse en las instituciones políticas, con el
propósito de modificar desde dentro el funcionamiento del Estado y de las relaciones
sociales más masculinizadas, se trataba de un proyecto titánico, que nunca ha perdido de
vista que el principal problema a resolver es el de la subordinación social de las mujeres
a los hombres.
Algunas teóricas importantes de este periodo son: Flora Tristán, John Stuart Mill y
Harriet Taylor-Mill en el siglo XIX y Concepción Arenal, Rosa Luxemburgo,
Alexandra Kollontain y Emma Goldman a principios del XX. En EEUU se realizó la
primera declaración del feminismo norteamericano elaborada en Seneca Falls (Nueva
York) en 1848, el mismo año que salía a la luz el Manifiesto Comunista.
La SEGUNDA OLA DEL FEMINISMO comienza con la obra El segundo sexo de Simone
de Beauvoir. Esta obra supone la inflexión entre el feminismo ilustrado y el nuevo
feminismo que tiene su auge en las décadas de los sesenta y los setenta. La mística de la
feminidad de Betty Friedan (1963), Política sexual de Kate Millet (1969), La dialéctica
del sexo de Shulamith Firestone (1970), El enemigo principal de Christine Delphy
(1970) y Escupamos sobre Hegel de Carla Lonzi (1972) son algunas de las obras que
dan soporte teórico a esta nueva fase.
Silvia Gil resume así una etapa que está plagada de producción teórica y activismo
político.
“Hacer una crítica a la organización del poder sobre la vida en las sociedades
capitalistas y patriarcales, dando forma a una nueva manera de entender la
revolución en la que todos los rincones de la existencia debían ser sacudidos (el
cuerpo, la sexualidad, las relaciones, las actitudes en lo doméstico, los valores,
la moral). Esta dimensión contracultural del feminismo de la Segunda Ola fue
producto, en gran medida, de las posiciones anticapitalistas y antiimperialistas
y de la formación marxista de muchas de las mujeres del movimiento”.6
La práctica feminista incorpora una forma nueva hasta el momento, los grupos de
encuentro. Donde se practica la autoconciencia y se produce una reinterpretación
política de la propia vida.
La producción teórica de esta época nos permite hablar de diversos feminismos: radical,
cultural, de la diferencia, feminismo materialista, las liberales…
Con la TERCERA OLA DEL FEMINISMO aparecen nuevas temáticas, se fragmentan los
grupos, emergen otras prácticas, se expanden las diferencias, se cuestionan las
identidades y se asiste al final del sujeto político único.
- 18 -
nuevos feminismos parten de la diferencia como condición inherente a la
práctica política. La identidad se comienza a comprender como un proceso
múltiple en el que se articulan el género, la clase, la raza, la etnia y la edad,
formando una subjetividad compleja, incluso contradictoria, que no puede ser
reducida en ningún caso a una sola de estas categorías”.7
Los marcos teóricos de algunas de estas autoras de la segunda y tercera ola del
feminismo, que abordan la construcción de la subjetividad en una sociedad patriarcal,
serán explicados en la tesina.
7
Ibídem. La negrita no está en el original.
8
Contestación de un niño de 4 años a las preguntas formuladas por una adulta. Se
observa que la conciencia del género es previa al conocimiento de las diferencias
corporales relativas al sexo.
- 19 -
Una aportación fundamental del feminismo radical de la segunda ola del feminismo es
el concepto de género que en la actualidad es profusamente usado. Se trata de un
constructo teórico que ha sido muy importante a la hora de mirar y entender la realidad
social relativa a la discriminación de las mujeres.
Lo primero que se debe considerar es que, tal y como lo vamos a utilizar aquí, el
concepto de género no tiene una traducción en el diccionario de la Real Academia de la
lengua española.
Es un término que se traduce literalmente del inglés gender, idioma en el que tiene un
significado gramatical y otro referido al sexo. En castellano su significado ha estado
relacionado únicamente con el género gramatical hasta que se ha desarrollado la teoría
de género en el ámbito académico.
En 1949, Simone de Beauvoir enuncia la frase que inicia la reflexión sobre el género:
"No se nace mujer, se llega a serlo", con la que abre el segundo volumen de su obra El
segundo sexo9.
9
De Beauvoir S.; El segundo sexo. Volumen dos: la experiencia vivida. Ediciones Siglo
XX. Buenos Aires. 1975
10
Mead M., El sexo y el temperamento en tres sociedades primitivas. Editorial Paidós.
2006
- 20 -
establecidos según la sociedad y la época. También recoge la valoración social que se
hace de las diferencias:
"hagan lo que hagan los hombres, aunque sea vestir muñecos para una
ceremonia, ello aparece siempre dotado de mayor valor".
Sin embargo, el término como tal, se utiliza por primera vez desde la medicina, en 1955,
por John Money, psicólogo y sexólogo de la unidad de Comportamiento Sexual de la
Universidad Johns Hopkins, en la que desarrolló su investigación y actividad práctica en
los procesos de reasignación sexual de bebés intersexuados (“hermafroditas”). En un
artículo de 1955, que se convertiría en un clásico del desarrollo sexual, Money
extrapoló sus conclusiones sobre los intersexuales a todos los bebés con desarrollo
“normal”:
Durante sus investigaciones, desarrolló la idea de que el sexo tiene cinco componentes
biológicos (Money y Ehrhardt): sexo genético: cromosomas X e Y; sexo hormonal: el
balance estrógenos-andrógenos; sexo gonadal: presencia de testículos u ovarios;
morfología de los órganos reproductivos internos; morfología de los órganos
reproductivos externos.
- 21 -
El psiquiatra inglés Robert Stoller utilizó por primera vez el término identidad de
género en el Congreso Internacional de Psicoanálisis celebrado en 1963
Para Stoller, la identidad de género es la primaria del ser humano, la que antes se
adquiere (18 meses) y la de mayor alcance y duración.
El concepto de género define, aquí, una dimensión básica que influye en nuestras
emociones, pensamientos, motivaciones y acciones: el conjunto de normas, valores y
expectativas que desde que comenzamos a vivir en sociedad nos son presentadas
como “lógicas” y “naturales” para unas y otros, e interiorizamos en el proceso de
construcción de nuestra subjetividad.
La concreción del género depende del momento histórico y del lugar. Los géneros son
continuamente redefinidos, no son estables sino que están en interacción con factores
socioeconómicos y psico-sociales.
Margaret Mead
El género permitió ver que el tipo de actividades y aptitudes asignados en cada sociedad
a varones y mujeres varía de una a otra. Para ser una mujer hoy en día no se reciben los
- 22 -
mismos mensajes de hace 100 años, tampoco se reciben los mismos mensajes en
Madrid que en Hanoi o Mauritania Esto significa que las diferencias no están
establecidas por la biología, sino por la creencia de que la biología determina los
atributos de los individuos y la sociedad. (Como ya había puesto en evidencia Margaret
Mead, sin acuñar el término).
La idea de género fue recogida por Kate Millet en su obra Política sexual11 (1970)
dándole un carácter político a esta división que conlleva una diferenciación en las
posiciones ocupadas por mujeres y hombres. La diferencia de poder que caracteriza al
patriarcado.
Rubin define este sistema como el único medio que posee la sociedad para establecer la
división del trabajo, localizando en la familia monogámica heterosexual la unidad más
pequeña de la economía de producción. Deseo sexual y género son productos sociales
relacionados con las estructuras económicas y de parentesco que se convierten en la
base de lo que se ha denominado sistema patriarcal.
- 23 -
Entre las manifestaciones de la existencia del sistema sexo/género se encuentra el hecho
de que las mujeres, las “otras”, aparecen definidas por su negatividad, esto es, por la
exclusión comparativa con el elemento supuestamente neutral, no marcado. Así lo
femenino se entiende como lo específico, lo particular, frente al pretendido
universalismo del “uno” masculino.
Es importante tener en cuenta esta consideración ya que genera confusión. Por ejemplo,
cuando se habla de la violencia de género siempre hay que aclarar el significado para
que no aparezcan frases como: “es la violencia de hombres hacía mujeres y al revés…”
Sin el significado claro del término, en el sentido de visibilizar también la jerarquía, es
preferible usar otras formas de nombrar. Siguiendo con el ejemplo es preferible decir
violencia contra las mujeres.
Los contenidos del género varían mucho de unas culturas a otras aunque el
predominio de lo masculino sea una constante transcultural. También cambian
dentro de una misma cultura de una época a otra.
- 24 -
Distinción entre datos biológicos y género, se denomina sexo/género, distinción
entre naturaleza y cultura (es el aspecto más cuestionado de esta teoría dentro
del feminismo).
El concepto de género ha resultado muy interesante para conocer los procesos que
encubren la desigualdad social entre mujeres y hombres, y además es muy útil en el
trabajo de sensibilización para personas que se acercan por primera vez a esta
problemática desde un marco conceptual pues permite llevar al sentir y al hacer desde la
propia construcción de la llamada identidad de género.
Sin embargo, no está exenta de críticas que observan sus limitaciones ni debe ser el
único referente teórico para visibilizar la discriminación; tampoco se debe invisibilizar
detrás de este término todo el constructo teórico feminista.
- 25 -
1.4. IDENTIDAD DE GÉNERO.
Martín13
Como ya hemos visto en un apartado anterior, Robert Stoller utilizó por primera vez el
término “identidad de género” en los años sesenta del pasado siglo.
Todas las culturas proponen una definición de la naturaleza humana, una ética a partir
de la cual se ordena la experiencia de los actores y se constituye su subjetividad.
Las personas más que percibir la realidad la constituyen, todos los datos sensoriales son
filtrados a través de las neuronas y organizados de nuevo para proporcionarnos una
imagen que llamamos realidad pero que, de hecho, es sólo una quimera.
13
Niño de 9 años que habla de las diferencias entre niñas y niños.
- 26 -
son el resultado de un proceso de construcción simbólica14 y de la interacción de los
individuos con el medio que les rodea.
Vamos a poner ahora la mirada en la estructura social para hablar de cuáles son los
mandatos de género que influyen en la construcción de nuestra subjetividad, para ello
vamos a utilizar el término sexismo.
“El término sexismo se utiliza en las ciencias sociales para designar aquellas
actitudes que introducen la desigualdad y la jerarquización en el trato que
reciben los individuos, sobre la base de la diferenciación de sexo15”.
Los estereotipos de género son creencias colectivas sobre qué cualidades, formas de
comportamiento y razonamiento se consideran apropiadas y típicas de mujeres y
hombres. Parten de las categorías: femenino y masculino y son asignadas en función del
sexo biológico que se supone natural y no problematizado.
14
Por construcción simbólica entendemos, en este contexto, la estructura por la que
representamos la realidad y organizamos el pensamiento. Son puntos de vista que, al
formar parte del sentido común de nuestra cultura, se disfrazan de normales y lógicos.
15
Definición de Marina Subirats Martori. Conquistar la igualdad: la coeducación hoy.
Revista Iberoamericana de Educación Número 6 Género y Educación. Septiembre-
Diciembre 1994
16
Los ejemplos que se proponen a continuación de las cuatro categorías tienen que ser
leídos en clave histórica y cultural.
- 27 -
Apariencia física: las mujeres pequeñas, livianas, suaves en las formas…; los
hombres grandes, contundentes, rudos en las formas…
Los estereotipos son construcciones sociales y no suelen coincidir con la realidad. Son
prejuicios sobre los que establecer diferencias a la vez que se configuran en un elemento
de evaluación por comparación: soy una mujer o un hombre en la medida que alcanzo el
estereotipo construido por la cultura a la que pertenezco.
Como vemos, las cualidades, tareas y destrezas asignadas a las mujeres y los hombres
están definidas por un modelo bipolar (que propone dos polos opuestos) y jerárquico
(valora más un polo que otro). Este modelo utiliza como eje principal los valores
asignados a la masculinidad definiendo por oposición los valores asociados con lo
femenino.
“Se trata, por tanto, de indicaciones sexistas, que generalmente son asumidas
como comportamientos prohibidos, dado que su práctica suele ir acompañada
de una reprimenda o sanción negativa. Al niño que llora se le reprocha no ser
bastante hombre, adoptar conductas «de niña», observación que, dada la
jerarquía vista anteriormente, reviste un carácter despectivo. A la niña que
habla quizás groseramente o que pone pasión en el deporte, e incluso a la que
destaca en los estudios, se la ha amenazado durante mucho tiempo con un
desprestigio de su feminidad, que obstaculizará su desarrollo como objeto del
deseo masculino. Es cierto, sin embargo, que los cambios sociales que se han
operado en la situación de las mujeres han anulado muchas de las prohibiciones
- 28 -
explícitas a que éstas estaban sometidas tradicionalmente, pero hoy siguen
transmitiéndose mensajes sexistas que básicamente suponen revestir de una
carga agresiva los estereotipos anteriores”17.
Los roles de género son la ejecución del conjunto de conductas y comportamientos que
se consideran ajustadas y apropiadas a mujeres y hombres dentro de una sociedad o
cultura determinadas.
- 29 -
Roles instrumentales orientados hacia metas que transcienden la interacción
inmediata, lo que exige una capacidad para tolerar la hostilidad que esto puede
provocar. Desarrollados principalmente por varones.
La observación de modelos del entorno tiene que ver con las conductas sexualmente
tipificadas que están presentes en la sociedad y en los adultos que rodean a las/os
niñas/os desde el nacimiento; algunas de las personas adultas son especialmente
importantes en esa identificación que está mediada por el afecto y la emotividad.
“El sujeto no es más que materia. Cuerpo. Una materia que se transforma.
Una materia que se transforma en sonido. Una materia que se transforma en emoción.
18
Esteban, M. L., Crítica del pensamiento amoroso. Edicions Bellaterra. Barcelona.
2011
- 30 -
Algunas autoras contemporáneas ponen en cuestión la supuesta raíz natural del sexo y
hablan de él como una construcción. Por tanto complejizan la mirada del sistema sexo-
género en el sentido de la distinción que conlleva entre lo natural (sexo) y lo construido-
cultural (género).
Como hemos visto la propia Gayle Rubin encabeza la lista de autoras que problematizan
la categoría sexo.
Fausto-Sterling considera que etiquetar a alguien como varón o mujer es una decisión
social. Los cuerpos son demasiado complejos para proporcionar respuestas definidas
sobre las diferencias sexuales. Cuanto más se busca una base física para el sexo más
claro resulta que el sexo no es una categoría puramente física.
Toma como ejemplo las pruebas físicas que se llevan a cabo en el Comité Olímpico
Internacional para determinar el sexo de las/os atletas y sobre esta base afirma:
Las señales y funciones corporales que definimos como masculinas y femeninas están
ya imbricadas en nuestra concepción del género, no pudiéndose diferenciar de ellas.
Defiende en su libro que las verdades sobre la sexualidad humana creadas por la ciencia
forman parte de los discursos de nuestras culturas y economías, y estos debates a su vez
se incorporan en un sentido muy literal a nuestro ser fisiológico. Por tanto, el cuerpo no
es una esencia sino un armazón desnudo sobre el que, el actuar y el discurso, modelan
un ser absolutamente cultural.
Los cuerpos que no responden a una norma son modificados médicamente para
mantener la división de los géneros. Los cuerpos intersexuales se controlan con
19
Fausto-Sterling A., Cuerpos Sexuados. Ed. Melusina. 2006
20
Ibídem pag.20
- 31 -
procesos de “normalización” (inclusión en la norma) ya que su existencia debilita las
convicciones sobre las diferencias sexuales.
“Los estudios del proceso de materialización del género deben basarse en tres
principios. Primero: el binomio naturaleza/crianza es indivisible. Segundo: los
organismos (humanos o no) son procesos activos, blancos móviles, desde la
concepción hasta la muerte. Tercero: ninguna disciplina académica o clínica
sola puede proporcionarnos una manera infalible o mejor que ninguna otra de
entender la sexualidad humana”.21
La última autora que voy a citar en este punto es JUDITH BUTLER22, filósofa feminista,
que pone en cuestión la dicotomía clásica sexo-género y da paso a una tendencia muy
de moda en la actualidad, la teoría queer.
21
Ibídem, pag. 281
22
Butler, J., El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad.
México, Paidós, 2001.
- 32 -
Para Butler, tanto el sexo como el género actúan y forman parte de un cuerpo que, desde
su origen mismo, es ya una construcción.
Es en este sentido en el que Butler nos habla de una “matriz de inteligibilidad” o especie
de ideal regulativo desde el cual nuestros cuerpos adquieren sentido como cuerpos
sexuados-generizados.
No podemos afirmar que existan cuerpos que no hayan sido interpretados desde siempre
a través de significaciones culturales, no hay cuerpos que existan en un emplazamiento
pre-discursivo; los cuerpos son “construcciones”, se hacen, se modelan y estilizan a
través de los discursos y las prácticas.
- 33 -
teatral, puesto que en cada citación de la norma cada cuerpo lleva a cabo cierta
performance: siendo nuestros cuerpos una especie de teatro anatómico en el que se
representan los distintos imperativos que se nos van imponiendo.
No hay original posible porque toda identidad de género no es sino una sedimentación
de innumerables citas que se han ido materializando en nuestros cuerpos. La
construcción se va produciendo a lo largo del tiempo, a través de un proceso obligatorio
y necesario de repetición. Si consideramos que lo “masculino” y lo “femenino”
funcionan ya como citas y repeticiones de una serie de significaciones distintas, que son
repeticiones de cadenas de performativos que nos han ido dando forma a lo largo de
nuestra vida (que han modelado nuestros cuerpos) y no originales constituyentes, si todo
es repetición, si no hay origen ideal posible que no esté ya contaminado por esta fuerza
iterativa, podemos afirmar que en el origen fue la copia, la repetición, la mascarada, la
parodia.
El deseo, para esta matriz, tiene que ver con la unidad y la continuidad entre sexo y
género. En este sentido, el deseo es siempre heterosexual (refleja al género, el cual a su
vez, es el espejo cultural de un hecho anatómico). Esto es lo que Butler pone en cuestión
de manera primordial.
- 35 -
Butler apela a una política que permita a las diferentes subjetividades y a aquellas vidas
hasta ahora ilegibles cobrar sentido y adquirir consistencia política. Nos incita a pensar,
ya no en un sujeto político, sino en múltiples “subjetividades” o “subjetivaciones”, en
nuevas posibilidades de vida, en modos distintos de existencia, en otras filiaciones o
formas de ser-en-común.
23
Los apuntes a la lectura de Butler han sido tomados de una conferencia/charla/clase
de Carolina Meloni en el Espacio de Género, Traficantes de Sueños. Madrid 2008.
- 36 -
- 37 -
2. ¿QUÉ ES LA GESTALT Y QUÉ APORTA A LA
PERSPECTIVA FEMINISTA?
Todas las personas construimos nuestra subjetividad con respecto a una identidad social
marcada por el género; no es, desde luego, la única característica que la marca (clase,
raza, orientación sexual…), pero es una de las características fundamentales de:
La vida humana es en sí misma una práctica política, al igual que las relaciones
sociales, y está atravesada por relaciones de poder “lo personal es político”. El
cuerpo es el principal depositario de los eventos externos.
- 38 -
establece como un discurso de lo no-ajeno, que nos toca de un modo u otro ya que tiene
relación con nuestra vida, nuestra historia generacional y, con todo nuestro ser.
UN POCO DE HISTORIA.
- 39 -
La primera generación de gestaltistas es conocida como el grupo de los siete: Paul
Goodman, Isadore From, Paul Weisz, Elliot Shapiro, Sylvester Eastman, Fritz Perls y
Laura Perls.
Sin embargo, se considera que el fundador de la terapia Gestalt es Fritz Perls; este
enfoque no existiría sin sus aportaciones. Es indudable que la terapia Gestalt le debe
igualmente todo a Laura Perls, y como no podría ser de otra manera, aquí vamos a
destacar ese hecho, ya que como veremos, en el apartado 4 de la tesina, también en el
ámbito de la psicología las mujeres han sido invisibilizadas en sus aportes teóricos y
prácticos.
Parece que en el caso de Laura Perls esto no era motivo de enojo, como señala Carmen
Vázquez Bandín24: “…nunca fue una mujer que buscara la fama y disfrutaba con lo
que hacía”.
"Yo, hambre y agresión fue escrita… [cuando] Fritz y Lore habían compartido
tantas experiencias e influido uno en el otro de tantas maneras que sería difícil
precisar cuáles ideas pertenecían a ella o a él. Fritz fue un genio impaciente. Su
anclaje en las ideas nunca era profundo, pero sabía al instante lo que podía
servirle de las teorías de los otros. Confiaba en su intuición para seleccionar,
rara vez molestándose en sistematizar las ideas ajenas. Lore, en cambio, era
una auténtica intelectual. Probablemente, incluso, menos inclinada a teorizar
que él, pero con un conocimiento más profundo de los movimientos filosóficos -
fenomenología, existencialismo, psicología gestáltica, religiones orientales,
psicoanálisis- que Fritz arrebató para su nueva teoría."26
24
Vázquez Badín C., Laura Perls (1905-1990) Co-fundador de la Terapia Gestalt en
psicomundo.org
25
García Enterría M.C., Tesina: Las polaridades y/en terapia Gestalt. XVI Jornadas
Nacionales AETG (2001)
26
Taylor Stoehr, Aquí, ahora y lo que viene, Paul Goodman y la psicoterapia en
tiempos de crisis mundial. Santiago de Chile, Ed. Cuatro Vientos, 1998., pp. 39- 40.
- 40 -
Otra cita recogida en la misma tesina.
“Se estaba celebrando en esas fechas los 25 años de la fundación del Instituto
de Gestalt de New York, y no es raro que, en la entrevista, el recuerdo de los
que colaboraron para escribir el texto básico de la Teoría de la Terapia Gestalt
apareciese con frecuencia…:
LP.- Existía un manuscrito de Fritz en el que también había trabajado yo, pero
en aquel momento estuve contenta de dejarle toda la gloria…"27
En esta tesina voy a recoger sobre todo los aportes teóricos de F. Perls, puesto que son
más numerosos, sabiendo que están impregnados de las ideas y aportaciones de Laura
Perls y de las/os gestaltistas ya citados, puesto que ningún aporte teórico se construye en
solitario.
Con el género de por medio yo hago figura aquí la visión de Pedro de Casso, en su libro
Gestalt. Terapia de la autenticidad28.
En la introducción al libro señala que tras la lectura sistemática de las obras de F. Perls
y de algunos de los principales gestaltistas el CONCEPTO DE
27
Ibídem. Las palabras de Laura Perls están tomadas del Doc. 135 del CTP.
28
Pedro de Casso. Gestalt. Terapia de la autenticidad. Ed. Kairós. 2003
- 41 -
La neurosis es entendida como una confusión de identificación, “quién soy yo” y “quién
no soy yo”, lo propio y lo ajeno.
La primera obra de Fritz Perls Yo, hambre y agresión parte de una oposición al
psicoanálisis, se subtitula inicialmente Revisión de la teoría y el método de Freud.
Aunque posteriormente (1947) esta obra es considerada Los comienzos de la terapia
gestáltica. En esta revisión al psicoanálisis uno de los principales aspectos (junto con
necesidad frente a instintos) es la importancia que F. Perls concede al ego en detrimento
de la concedida al inconsciente.
El ego aparece como una limitación del sí mismo, como un “símbolo de identificación”
establecido fundamentalmente a través de los introyectos. La identificación no tiene un
lugar previo desde la cual se establece, no hay un suelo al modelo de identificación.
“…una visión de la gestalt como una forma de terapia que, como ninguna otra,
persigue como finalidad la autenticidad de la persona. Y esto por dos razones:
en primer lugar, porque ninguna como ella apunta a ese horizonte desde la
totalidad de sus presupuestos, desde su estrategia terapéutica, y sobre todo
desde la actitud que requiere en el terapeuta y promueve en el paciente; y, por
otro lado, porque ninguna otra forma de terapia cubre como ella, por la
29
Auto-concepto y ego aparecen como sinónimos.
- 42 -
intencionalidad escalonada de sus objetivos, los diferentes niveles o grados que
comprende el espectro completo de la autenticidad”30.
En su obra El enfoque gestáltico31 F. Perls32 recoge cuatro premisas que son una
condensación de los principios básicos característicos de la visión holística y gestáltica
de la concepción del sujeto: PSICOLOGÍA DE LA GESTALT, HOMEOSTASIS, LA
DOCTRINA HOLÍSTICA y el LÍMITE (O FRONTERA) DE CONTACTO:
1. PSICOLOGÍA DE LA GESTALT:
Este concepto fue desarrollado originalmente por un grupo de psicólogos alemanes que
trabajaban en el campo de la percepción.
La persona no percibe las cosas como entidades sin relación y aisladas, sino que más
bien las organiza, mediante el proceso perceptivo, en totalidades significativas.
Una gestalt es una configuración, una forma, la forma particular en que se organizan las
partes individuales que la constituyen. La premisa básica de la psicología de la Gestalt
es que la naturaleza humana se organiza en formas o totalidades y es vivenciada por la
30
Ibídem. Pag. 17
31
Pedro de Casso en su obra Gestalt terapia de autenticidad (2003) considera este libro
como el mayor esfuerzo de sistematización teórica realizado por F. Perls.
32
Perls, F.S. El enfoque gestáltico. Testimonios de terapia. Cuatro Vientos editorial.
Santiago de Chile. 1974
- 43 -
persona en estos términos y puede ser comprendida únicamente en función de las
formas o totalidades de las cuales se compone.
2. HOMEOSTASIS:
La vida, en todas sus formas, se rige por la búsqueda del equilibrio a través de la
AUTORREGULACIÓN ORGANÍSMICA.
Existen para el organismo NECESIDADES básicas, como el alimento, pero hay también
otras necesidades no tan relacionadas con asuntos de vida o muerte donde la
homeostasis también funciona. Las necesidades de contacto y las necesidades
psicológicas y los mecanismos homeostáticos que las regulan, constituyen parte de la
materia de la psicología (si bien, los procesos psicológicos no pueden divorciarse de los
fisiológicos, cada uno contiene elementos del otro).
33
Ruiz de la Rosa C., Formación de Terapeutas en Gestalt. Básico. Colección de GPyF.
Madrid. 2010
- 44 -
Si pudiésemos clasificar todas las posibles perturbaciones del equilibrio
organísmico podríamos encontrar que hay miles de instintos y que serían
diferentes entre sí en intensidad.
La teoría de los instintos tiende a confundir las necesidades con sus síntomas, o
con los medios que usamos para satisfacerlas. Y es de esta confusión de donde
surgió el concepto de la represión de los instintos.
Porque los instintos (si es que existen) no pueden ser reprimidos. Están fuera del
alcance de nuestra capacidad de darnos cuenta y por lo tanto fuera del alcance de
nuestra acción deliberada. No podemos reprimir nuestra necesidad de sobrevivir,
pero podemos interferir con sus síntomas y señales (interrumpiendo el proceso,
impidiéndonos llevar a cabo la acción apropiada).
Para que la persona satisfaga sus necesidades, para crear o completar la Gestalt, para
pasar a otro asunto, tiene que ser capaz de sentir lo que necesita y debe saber cómo
manejarse a sí misma y a su ambiente, ya que incluso las necesidades puramente
fisiológicas pueden ser satisfechas únicamente mediante la interacción del organismo y
el ambiente.
3. LA DOCTRINA HOLÍSTICA:
F. Perls critica la separación que la psicología clásica hace del cuerpo y de la mente.
Entiende a la persona como un organismo unificado. Actuar y pensar, cuerpo y mente
son niveles energéticos diferentes de un mismo orden de realidad.
- 45 -
Si el ser humano tiene una tendencia innata para usar símbolos y para abstraer, ¿qué está
haciendo cuándo la utiliza? Actuar en efigie, es decir, está haciendo simbólicamente lo
que podría estar haciendo físicamente.
Pensar no es la única actividad mental a la cual nos dedicamos. La mente tiene además
otras funciones:
Siguiendo con el área del pensar, F. Perls considera que el pensar incluye toda una gama
de actividades: soñar, imaginar, teorizar, anticipar… utilizar al máximo la capacidad de
manejar símbolos. Propone llamar a toda esta actividad fantasía en lugar de pensar.
Tenemos la tendencia a darle la connotación de racional al pensar y de irracional al
soñar y sin embargo ambas actividades son muy semejantes.
Define fantasía como: aquella actividad del ser humano, que mediante el uso de
símbolos, tiende a reproducir la realidad en una escala disminuida. Es así entonces que
la actividad mental actúa como ahorrador de tiempo, energía y trabajo.
El ahorro de energía que significa para la persona el pensar las cosas, en lugar de
hacerlas, puede usarse para enriquecer su vida. La capacidad de abstraer, combinar las
abstracciones e inventar símbolos, de crear arte y ciencia, están íntimamente
relacionadas con la capacidad de fantasear. La habilidad básica para crear y usar
símbolos se fomenta con los productos reales del uso de símbolos. Cada generación
hereda las fantasías de las generaciones anteriores y por lo tanto acumula mayor
conocimiento y entendimiento.
- 46 -
Esta concepción de la vida humana y de la conducta que se considera compuesta de
niveles de actividad, contempla al ser humano como un todo y examina su
comportamiento como se manifiesta en el nivel aparente de la actividad física y en el
nivel inaparente de la actividad mental. Una vez reconocido que los pensamientos y las
acciones son hechas del mismo material, podemos traducirlos y transponerlos de un
nivel a otro.
Así, ni la/el paciente ni la/el terapeuta están limitados a lo que dice o piensa la/el
paciente, ambos pueden tomar en cuenta lo que de hecho hace. Lo que hace es una clave
de lo que piensa y lo que piensa da claves de lo que hace y lo que le gusta hacer. Entre
estos dos niveles hay una etapa intermedia, la etapa de “jugar a” (representar roles).
Por medio de la experiencia de sí en los tres niveles descritos, del fantasear, del
representar roles y del hacer, la persona irá llegando a un entendimiento de sí misma. La
terapia se convierte así en una experiencia de vivir en el presente.
F. Perls dice que el ambiente no crea al individuo, ni este al ambiente. Cada uno de ellos
es lo que es: cada cual tiene su carácter particular debido a su relación consigo mismo,
con el otro y con el todo.
En este sentido, lo psicológico es aquello que ocurre en el límite del contacto entre
persona y ambiente. Es en este límite de contacto donde ocurren los eventos
psicológicos. Nuestros pensamientos, nuestras acciones, nuestra conducta y nuestras
- 47 -
emociones son nuestro modo de vivenciar y enfrentar los acontecimientos de límite de
contacto.
2º. Nos da una herramienta más para entender la neurosis. Si ocurre que por
alguna perturbación del proceso homeostático, la persona es incapaz de percibir
sus necesidades dominantes o de manipular el ambiente para satisfacerlas,
entonces se comportará de un modo desorganizado e inefectivo. Intentará hacer
demasiadas cosas a la vez.
El neurótico ha perdido (o tal vez nunca tuvo como señala F. Perls) la capacidad de
organizar su comportamiento de acuerdo a una jerarquía indispensable de necesidades.
Tiene que aprender a descubrir y a identificarse con sus necesidades.
En Gestalt diríamos que estos objetos de convierten en figuras; los deseables porque
ayudan a satisfacer las necesidades de la persona y a restaurar su equilibrio perturbado
se dice que poseen una catexis positiva; los indeseables por amenazantes o por
perturbar el equilibrio de las personas o por no lograr satisfacer sus necesidades se dice
que tienen catexis negativa.
- 48 -
La persona vive suspendida entre la impaciencia y el miedo. La primera forma
emocional que asume la excitación, generada por la presencia de una necesidad y su
perturbación del balance, es la impaciencia (es la base de la catexis positiva). El miedo
es la base de todas las catexis negativas, es la experiencia que va en contra de la
supervivencia.
La catexis negativa apunta hacia el peligro, hacia el apoyo disminuido, o incluso hacia
la muerte.
El escotoma, el punto ciego, es la aniquilación mágica para evitar, por no poder destruir,
aquellos objetos o situaciones que pudieran tener catexis negativa (no ver lo que no se
quiere ver, no escuchar lo que no se quiere escuchar, no sentir lo que no se quiere
sentir).
El contacto, por tanto, también puede ser enfermo cuando es excesivo, cuando no se
produce la separación.
Este “contactarse con” y “retirarse del”, son las funciones más importantes de la
personalidad integral. Son aspectos diferentes de la misma cosa: la capacidad de
discriminar. En su forma rítmica, son nuestros medios de satisfacer nuestras
necesidades, de continuar los procesos siempre en transcurso que constituyen la vida
misma.
Ya tenemos:
la jerarquía de necesidades
la impaciencia y el miedo.
- 49 -
Nos falta la fuerza básica que energetiza toda nuestra acción:
la emoción.
Las emociones son nuestra vida misma. Son el lenguaje mismo del organismo;
modifican la excitación básica de acuerdo con la situación. La excitación se transforma
en emociones específicas y a su vez las emociones son transformadas en acciones
sensoriales y motoras. Las emociones energetizan la catexis y movilizan los medios
para satisfacer necesidades.
Y por último, algunos apuntes más que pueden ayudar a entender el límite del contacto.
“…toda neurosis, todo mecanismo neurótico es una perturbación del límite del
contacto, confusión entre el límite de lo propio y de lo ajeno, confusión de
identificación, en una palabra”.34
La persona nace con un sentido del equilibrio social y psicológico tan agudo como su
sentido de equilibrio físico. Cada movimiento que realiza en el plano psicológico o
social es un movimiento dirigido a encontrar ese balance, a establecer el equilibrio entre
sus necesidades personales y las exigencias de la sociedad. Sus dificultades no surgen
de su deseo de rechazar el equilibrio, sino de movimientos mal dirigidos a hallarlo y
mantenerlo.
En la situación de conflicto de necesidades la persona tiene que ser capaz de tomar una
decisión precisa. Si hace esto, o se queda en contacto o se retira, sacrifica
temporalmente la necesidad menos apremiante por la más apremiante. Ni la persona, ni
el ambiente sufren consecuencias muy severas.
F. Perls habla de la tendencia innata de la persona hacia lo ritual. El rito hace que las
experiencias cobren orden, forma y objetivo. También tiene una función social, refuerza
34
Ibídem. Pag. 462
- 50 -
el valor de supervivencia que tiene la vida en grupo. Por ejemplo la magia,
manipulación fantaseada del ambiente, sirve para atraer la catexis positiva de los
poderes benéficos y aniquilar poderes amenazadores (catexis negativa). El valor que
tiene para el grupo el ritual interrumpirá algunos de los procesos espontáneos y
personales de los individuos que conforman el grupo.
Introyección:
La persona que introyecta dice “yo pienso” cuando quiere decir “ellos piensan”.
Proyección:
Cuando la persona que proyecta dice ellos, por lo general quiere decir yo.
Confluencia:
Cuando la persona no siente ningún límite entre ella misma y el ambiente que le
rodea, cuando siente que es una con él.
Retroflexión:
- 52 -
más bien reorienta su actividad hacia adentro y se sustituye a sí misma por el
ambiente como objetivo del comportamiento. Divide su personalidad en
“hacedor” y “hecho a”. Literalmente llega a constituirse en la peor enemiga de sí
misma.
Hasta aquí he intentado explicar, lo que es casi imposible en unas pocas páginas, la
concepción del sujeto en la Gestalt. En lo referente al límite del contacto será ampliada
la explicación en el punto 2.3. de esta tesina: El concepto del sí mismo (Paul Goodman).
EL PROCEDIMIENTO TERAPÉUTICO.
F. Perls recoge a lo largo de su obra la idea de crecimiento: “El objetivo es vivir una
vida más plena y más rica”.35
35
En De Casso, P., Gestalt. Terapia de la Autenticidad. Ed. Kaidós. 2003. Pag. 452
36
Perls, F.S. El enfoque gestáltico. Testimonios de terapia. Cuatro Vientos editorial.
Santiago de Chile. 1974
- 53 -
La persona neurótica que acude a terapia viene porque hay una parte de sus necesidades
que no puede cubrir, y ello le hace sufrir; las causas pueden ser muy diversas pero busca
apoyo externo para satisfacer sus necesidades.
Viene a terapia con sus medios de manipulación, sus estrategias para movilizar al
ambiente para que haga por ella lo que le corresponde hacer.
El problema no es que no pueda manipular, sino que sus manipulaciones están dirigidas
hacia la preservación y el cultivo de su impedimento, en lugar de estar dirigidas a
deshacerse de él. Sus medios de manipulación son múltiples y variados. Básicamente lo
hace con disociaciones y con preguntas.
La persona neurótica no es la que una vez tuvo un problema, es una persona que tiene
un problema continuado, AQUÍ Y AHORA, en el presente.
- 55 -
“…el buen manejo que una persona –terapeuta y paciente, en nuestro caso-
hace de su identificación/alienación se manifiesta en una buena “orientación” –
por la que discrimina adecuadamente cuál es la necesidad más urgente en cada
situación- y en una buena capacidad de “manipulación” de sí mismo y del
entorno –discriminando y eligiendo, también adecuadamente, las acciones
conducentes a la satisfacción de esa necesidad-. Todo ello, teniendo en cuenta el
“campo total”, es decir la apreciación total de los intereses en juego, y no solo
el propio capricho o deseo. Todo el arte terapéutico estriba, pues, en
desarrollar la “capacidad de discriminar”, de modo que el terapeuta utilice su
propia capacidad, que se supone más desarrollada, como instrumento y como
referencia de contraste para que el paciente pueda desarrollar la suya”37.
La primera capa es la de los clichés: todas las señas sin significado, propias de
un encuentro casual.
La segunda capa: capa donde jugamos juegos y representamos roles (la persona
muy importante, el matón, el bebé llorón, la niña encantadora, el niño bueno).
Estratos superficiales, sociales, los estratos del “como sí”. Nos hacemos los que
somos mejores, más recias/os, más débiles, más corteses... de lo que realmente
somos.
37
Ibídem. Pag. 472
38
Perls F. Sueños y existencia. Santiago de Chile, Cuatro Vientos editorial, 1974
- 56 -
Esta capa, sintética, tiene que ser primero trabajada. Se llama capa sintética
porque calza bien dentro del pensamiento dialéctico. Si traducimos la dialéctica,
tesis, antítesis y síntesis, en términos de existencia, podemos decir: existencia,
anti existencia y existencia sintética.
La tercera capa es la nada, la vaciedad. Este es el impasse, está marcado por una
actitud fóbica: la evitación.
La mayor parte de nuestro representar roles está diseñado para controlar justamente esas
explosiones. La capa de la muerte, el temor de la muerte es que si explotamos, entonces
creemos que ya no podemos sobrevivir (nos moriremos, seremos perseguidas/os,
seremos castigadas/os, no nos querrán ya más...). De modo que todo el ensayo y el
juego de auto-tortura continúan, nos retenemos y nos controlamos.
F. Perls dice que la filosofía de la nada es fascinante. Cuando nosotras/os decimos nada,
hay un vacío. Cuando una persona del Este dice nada la llama ninguna cosa, no hay
cosas ahí. Hay únicamente proceso, transcurso. Nada equivale a real, verdadero.
Otra importante técnica terapéutica es la aproximación a las áreas de confusión vía las
interrupciones manifiestas. Es muy frecuente que los problemas de la/el paciente se
pongan en evidencia en sus zonas de confusión.
- 57 -
La vivencia de la confusión es extremadamente desagradable y al igual que con la
angustia, la vergüenza y el desagrado, habitualmente sentimos un intenso deseo de
aniquilarlos, mediante la evitación, el verbalismo o cualquier otro tipo de interrupción.
Y sin embargo, una buena parte de la lucha contra la neurosis se gana con el solo hecho
de ayudar al paciente a darse cuenta de su confusión, a tolerarla y a quedarse con ella y
su correlativo, los momentos en blanco.
La confusión por lo general se asocia a una falta de comprensión acompañada por una
necesidad de comprender. La única garantía verdadera para librarse de la confusión es la
completa despreocupación por el comprender. Por lo general resulta de un esforzarse
para contactar en un área donde el contacto no es posible.
En terapia, cada “eh” y “ah”, cada quiebro en una frase cubre un área pequeña o grande
de confusión. Cada una es un intento de aferrarse, mantener contacto, cuando la
necesidad verdadera es de retirarse.
El paso final, al tratar las áreas de confusión cuando ocurre por primera vez, es una
experiencia sobrecogedora. Eventualmente se convierte en algo rutinario y pierde su
novedad. Nosotros/as denominamos a esta experiencia retraerse al VACÍO FÉRTIL.
LAS TRES ZONAS DEL DARSE CUENTA. El darse cuenta cubre tres estratos:
Hay algo entre medias de una/o y el mundo. La pérdida de contacto entre nuestro yo
auténtico y el mundo se debe a esta zona intermedia. Esta gran área de actividad
fantasiosa se apodera en tal medida de nuestra excitación, energía y fuerza vital que nos
deja muy poca energía para estar en contacto con el mundo. Si queremos lograr que una
persona sea entera, en primer lugar tenemos que discernir lo que es meramente fantasía
e irracionalidad y descubrir dónde está en contacto y con qué.
- 58 -
El objetivo de la terapia, del crecimiento está en olvidar cada vez más la mente y
despertar a los sentidos.
Hay solo una manera de llegar a este estado de espontaneidad sana, de salvar lo genuino
del ser humano, la paradoja es que para lograr esta espontaneidad necesitamos de una
disciplina férrea. La disciplina es simplemente el entender las palabras ahora y cómo.
La técnica está en establecer un continuum del darse cuenta de sí y del mundo.
Freud llamó a los SUEÑOS la Vía Regia, el camino real hacia el inconsciente. F. Perls
cree que es el camino real hacia la integración.
El sueño es la producción más espontánea que tenemos. Todas las partes diferentes del
sueño son fragmentos de nuestra personalidad. Ya que nuestro objetivo es hacer de cada
uno de nosotros/as una persona entera, unificada, sin conflictos; lo que debemos hacer
es juntar todos los fragmentos del sueño. Debemos re-poseer estas partes proyectadas,
las partes fragmentadas de nuestra personalidad. Debemos reapropiarnos el potencial
escondido que aparece en el sueño.
En los siguientes puntos voy a recoger las cuestiones más relevantes, por útiles en mi
práctica formativa y terapéutica, que la Gestalt aporta a esta mirada del feminismo.
- 59 -
2.1. CONSIDERACIONES PREVIAS AL CONCEPTO DE IDENTIDADES.
La identidad es sinónimo de auto-concepto y de ego; en algunos manuales de
personalidad aparece también como sinónimo de sí mismo o self pero ya hemos visto
que en la Gestalt son cuestiones diferentes.
“La idea que cada uno tiene sobre quién es y cómo es la gente que le rodea,
cómo es la realidad en la que se inserta y cuál es el vínculo que le une a cada
uno de los aspectos dinámicos o estáticos del mundo en el que vive”.
39
Millet, K., Política sexual. Ed. Cátedra. Instituto de la Mujer. Madrid. 1995
40
Hernando, A., Arqueología de la identidad. Ed. Akal Arqueología. Madrid. 2002
- 60 -
Estos tres niveles conforman la identidad de manera simultánea con diversos grados de
intensidad según las condiciones externas e internas de la persona.
Las identidades sociales, en la actualidad, marcan sujetos que reivindican cada vez más
la diversidad de ser quienes son, destacando las diferencias de personalidad y de
experiencias de vida. Cada sujeto que organiza la identidad está culturalmente definido,
cada cultura define a la naturaleza humana como realidad y como norma. La
preocupación por la afirmación subjetiva de una identidad personal propia y diferente es
la tendencia de la norma actual hacia el individualismo por lo que las identidades
sociales son cada vez más múltiples y diversas.
Contrarrestar la violencia normativa que traen consigo las morfologías ideales del
sexo, así como de desarraigar las suposiciones dominantes acerca de la
heterosexualidad natural.
En Gestalt buscamos que las/os pacientes se den cuenta de los roles que actúan. No
darse cuenta de que vivimos de cierta manera implica vivir compulsivamente parte de
nuestro propio guión vital, sin saber que es una forma patológica de vivir.
Una pregunta típica cuando se habla de identidad es ¿quién soy? y ¿qué soy?,
suponiendo que existiera algo sustancial e inmutable que respondiera a tales
inquietudes. Estas preguntas podrían formularse mejor para lograr respuestas más
enriquecedoras, por ejemplo: ¿quién voy siendo?, en un sentido constructivista…
¿Quién voy siendo yo en relación al sexo/género? ¿Qué quiero conservar y qué
interrumpe mi desarrollo?
Gabriel Celaya
- 62 -
Los discursos de género nos cuestionan, nos sublevan, nos ponen en relación con
nuestra condición de discriminadas o privilegiados en una sociedad construida y
marcada por el patriarcado.
Es por eso que los discursos de género movilizan emociones ya que tomamos
conciencia de nuestra posición social y personal en cuanto a la discriminación.
Aparecen entonces diferentes reacciones, podemos sentirnos cuestionadas/os utilizando
la negación como defensa, podemos movilizar diferentes emociones, el enfado, el
miedo, la tristeza…
Hay que dejar espacio para que salgan todos estos aspectos y cuidar el proceso de darse
cuenta de actitudes y mecanismos propios que están automatizados y por tanto no son
visibles y explícitos en nuestra cotidianeidad.
Este hecho choca de frente con que, en muchos casos, las teorías que pretenden la
libertad de las personas son formuladas con rotundidad marcando claramente lo que
“debería” ser, qué cosas son adecuadas o no en eso que se considera la “liberación”.
Cuando, como hemos visto, las identidades son propiamente un recurso para la acción y
lo personal es político en ocasiones no damos la talla en nuestra vivencia de aquello que
consideramos cognitivamente como deseable, generando nuevos mandatos o introyectos
que nos obligan de nuevo a identificarnos y alienar partes de los discursos que
teóricamente compartimos.
- 63 -
El sí mismo en un sentido fenomenológico se basa en la observación, no se trata de
alcanzar el sí mismo ideal sino más bien un sentimiento de sí. Adquirir el alfabeto de
sentirse. Y desde ahí poder experimentar el crecimiento con la integración de las partes
negadas, las partes con las que necesariamente no nos hemos podido identificar por
reconocernos o ser reconocidas/os en un determinado cuerpo sexuado.
La fenomenología estima que todo lo que sucede dentro de una persona, sensaciones,
percepciones, cogniciones (su experiencia) constituye datos psicológicos válidos y es a
partir de aquí desde donde se establece el proceso de desidentificación.
Trabajar las llamadas identidades con respecto al sexo y al género desde una perspectiva
gestáltica supone partir de la experiencia vivida, de la realidad sentida, procurando el
darse cuenta de cómo nos afecta el género en:
Para, desde ese lugar observado, interrogarnos acerca de qué cosas queremos o no
modificar y cómo hacerlo.
Este autor considera que en el conflicto que mantuvo F. Perls con el orden vigente se
halla la simiente de su teoría del cambio. Esta teoría formaría el sustrato de gran parte
de su obra y está implícita en la práctica de las técnicas gestálticas.
La llama teoría paradójica del cambio, dice así: el cambio se produce cuando uno se
convierte en lo que es, no cuando trata de convertirse en lo que no es.
41
En Joen Fagan e Irma Shepherd (comps.) Teoría y técnica de la Psicoterapia
Guestáltica. Ed. Amorrortu. 2003
- 64 -
El cambio no tiene lugar por el intento, la coacción o la persuasión, ni tampoco merced
al insight, la interpretación o algún otro medio semejante; el cambio se produce cuando
la persona abandona, siquiera por un momento, la idea de lo que quisiera llegar a ser, e
intenta ser lo que es. La premisa es que uno debe pararse en un lugar con el fin de tener
una buena base para moverse, y que sin esa base es difícil o imposible todo movimiento.
La persona que acude a terapia en busca de cambio está en conflicto con dos fuerzas
intrapsíquicas antagónicas, por lo menos. Se desplaza constantemente entre lo que él
“debería ser” y lo que supone que “es”, sin identificarse cabalmente con ninguno de los
dos aspectos.
La Gestalt supone que la dicotomía mencionada ya existe dentro del sujeto, que una de
las partes trata de cambiar a la otra y que la/el terapeuta debe evitar verse atrapado en
uno de esos roles. Con el fin de eludir esta trampa, estimula al paciente para que acepte
ambos roles como propios, en forma sucesiva.
La/el terapeuta gestaltista concibe el cambio como una posibilidad cuando las
estructuras son trasformadas en procesos. En tal circunstancia la persona está abierta a
un intercambio participante con su ambiente.
42
Goodman, P., Perls, F.S., Hefferline, R.F., Terapia Gestalt: Excitación y Crecimiento
de la Personalidad Humana. Los Libros del CTP, Madrid, 2002
- 65 -
En esta obra Paul Goodman formula la teoría del self, distinguiendo sus funciones y
aportando la idea del ajuste creativo y el egotismo como un mecanismo neurótico más
de interrupción del contacto.
No es una institución fija, sino que existe en donde y cuando existe una interacción en la
frontera, en el límite del contacto. Es siempre temporal dinámico y cambiante.
El proceso terapéutico consiste en transitar del ego al self, que, como hemos visto en F.
Perls, sería el sentimiento de sí mismo, la sensación de sí mismo que permite distinguir
en el contacto lo que soy yo de lo que no soy en un presente concreto.
- 66 -
comportamientos neuróticos son los ajustes creativos de un campo en el que hay
represiones.
LAS FUNCIONES DEL SELF. De las etapas del proceso de hacer y retirarse del contacto
se deducen las tres principales funciones del self.
La diferencia entre los diversos tipos de personalidad está relacionada con el momento
en el que se produce la interrupción del contacto.
- 67 -
Esta concepción del sí mismo, es especialmente interesante para trabajar las identidades
establecidas con respecto al sexo; además, la mirada feminista que yo propongo en esta
tesina trata de poner en relación los procesos internos con el marco de la construcción
social, que en el caso del género parte de un sistema de dominación de los hombres
sobre las mujeres, con su reproducción en el ámbito relacional.
i. las pulsiones internas y las necesidades vitales; tiene también una traducción
corporal;
iv. en relaciones de oposición y dominación (en el caso que nos ocupa entre
mujeres y hombres);
43
Bourdieu, P., La dominación masculina, Barcelona, Anagrama, 2000.
- 68 -
2.4. LA AMPLIACIÓN DEL AUTO-CONCEPTO.
Como se recoge en el punto 1.4. de la tesina, las cualidades, tareas y destrezas asignadas
a las personas en función de un sexo biológico no problematizado, están definidas por
un modelo bipolar (que propone dos polos opuestos) y jerárquico (valora más un polo
que otro). Este modelo utiliza como eje principal los valores asignados a la
masculinidad definiendo por oposición los valores asociados con lo femenino.
- 69 -
“Las niñas y los niños, al aprender las prácticas discursivas de su sociedad,
aprenden a ponerse a sí mismas/os como varones o mujeres, puesto que se les
exige poseer una identidad reconocible”.44
El ego y el alejamiento del sí mismo van parejos a tener que identificarse sólo con una
parte de nuestra verdadera potencialidad como seres humanos.
EL TRABAJO DE POLARIDADES.
El primer paso es reconocer que podemos sentir cosas opuestas, que la vida está llena de
opuestos, y establecer un diálogo que posibilite la integración o el entendimiento entre
los aspectos opuestos o conflictivos.
44
Bronwyn, D., Sapos y culebras y cuentos feministas: los niños de preescolar y el
género, Madrid, Cátedra, 1994.
- 70 -
De acuerdo con F. Perls no existe la incompatibilidad entre opuestos, sino que al mirar
las cosas desde un único polo limitamos nuestra capacidad de darnos cuenta. Busca la
solución para el problema de las polaridades afirmando:
"Todo evento se relaciona con un punto cero, a partir del cual se realiza una
diferenciación en opuestos. Estos opuestos manifiestan, en su concepto
específico, una gran afinidad entre sí. Al permanecer atentos al centro, podemos
adquirir una capacidad creativa para ver ambas partes de un suceso y
completar una mitad incompleta. Al evitar una visión unilateral logramos una
comprensión mucho más profunda de la estructura y función del organismo".45
45
Perls F. Yo, hambre y agresión…, México, Fondo de Cultura Económica, 1975 p.17.
- 71 -
“tienes que”, mientras que la voz del perro de abajo es suave, aduladora, aniñada
con justificaciones y diría: “sí, sí, mañana si puedo”. Es el intento de controlar
de cada uno de ellos lo que desemboca y mantiene la auto-tortura, impidiendo
así el crecimiento de la persona.
Estas son las polaridades básicas, si bien cada persona se relaciona con algunas en
concreto. La técnica fundamental para trabajar las polaridades en Gestalt es la silla
vacía.
“Ante una polaridad hay que tratar siempre de establecer una diferenciación
clara entre opuestos, hacer que ambos polos se definan (si no lo están no cabe
ni dialéctica, ni darse cuenta, ni integración); es necesario que extremen sus
posiciones para poder reconocer quiénes son los contendientes, cuáles son sus
cualidades, qué necesidades y deseos tienen, etc…
Las polaridades más importantes para trabajar las identidades con respecto al género
serían: la polaridad masculino/femenino, y el perro de arriba y perro de abajo. Si bien
todas son tratables desde esta perspectiva puesto que cada una de ellas tiene una
traducción relativa a lo que se espera de unas y otros.
46
Ibídem. Pag.108
- 72 -
o se expulsa hacía él). La satisfacción de la necesidad hace que la persona recupere el
estado de equilibrio que da lugar a la formación de nuevas gestalts. Es la base de la
regulación organísmica.
Con el objeto de ser aceptado por la sociedad, la persona responde con una serie de
respuestas fijas. Llega a estas respuestas computando lo que considera que es la
reacción apropiada. Para estar de acuerdo con los “deberías” exigidos por la sociedad,
aprende a pasar por alto sus propios sentimientos, deseos y emociones (que por
supuesto no se producen en un vacío social sino que son el resultado de este). Ocurre,
entonces, que también se separa de su propia autorregulación.
El ciclo de las necesidades es interrumpido por los mecanismos de defensa que hemos
visto a lo largo del texto.
La traducción del ciclo de las necesidades a una mirada de género es casi obvia. Para ser
aceptado por la sociedad y legibles como personas el sexo y el género se establecen
como la primera criba desde la que modelarnos. Mujeres y hombres diferenciados y
exigidos con representaciones antagónicas.
EL TRABAJO DE INTROYECTOS.
La identidad femenina tradicional está basada en ser para los otros (Lagarde,
2000), ser en función y para el cuidado de las demás personas, estructuradas para
- 73 -
dar vida, sentido y cuidado. La dependencia marcaría aquí la subjetividad de las
mujeres, cuyo sentido de la vida y cuyos límites personales están en las otras y
los otros.
Los mandatos de género más importantes para los hombres son: ser importante y
autosuficiente; ser racional y no emocional; la fuerza física; cierta relación con
la violencia, legitimada en este caso socialmente; y la libertad: sexual, social y
de movimiento (Bonino, 2002).
Para ambos modelos: una traducción corporal del género, una actuación de roles acorde
a los mandatos introyectados y una sexualidad restringida a la heterosexualidad.
Como ya hemos dicho, actualmente no existe un solo modelo de ser hombre y mujer (sí
la necesidad de representarnos sin ambigüedad). Se van produciendo algunos cambios
que flexibilizan los roles y permiten una mayor integración de lo masculino y femenino,
pero queda mucho camino por recorrer. Los modelos actuales de masculinidad y
feminidad sólo pueden entenderse desde su puesta en relación con el modelo
tradicional. Y esto se observa en nuestro trabajo como terapeutas en mucha mayor
medida de lo esperado.
Nuestra meta como terapeutas es incrementar el potencial humano a través del proceso
de integración. Hacemos esto apoyando los intereses, deseos y necesidades genuinos de
la persona.
- 74 -
La emoción es sentida en el cuerpo y se le supone una función adaptativa, sentimos de
acuerdo a lo que pasa en el campo, la emoción identifica lo que es significativo para
el bienestar y moviliza para la acción.
Las emociones son comunes a todas las personas y en su sentido adaptativo (primarias)
no son problemáticas. Sin embargo hay otros niveles de la vivencia de las emociones en
las que la construcción cultural es clave.
- 75 -
los significados a través de los cuales se construye el cuerpo. Es decir, para entender el
cuerpo necesitamos aproximarnos al contexto sociocultural en un sentido amplio: la
posición socioeconómica, el estatus social, el carácter rural o urbano del medio que
habitamos o las concepciones dominantes acerca de cuestiones tales como la belleza y
la sexualidad. El poder o la diferencia no son ajenos a ello.
En el caso de las chicas, hasta ahora de una forma más rígida, para quienes el ideal de
ser mujer aparece estrechamente vinculado a la adecuación a un modelo estético único
que restringe la diversidad, la insatisfacción halla frecuentemente en el cuerpo un lugar
de expresión privilegiado.
De este modo, potenciar la adopción de una mirada crítica del modelo social dominante,
así como orientar esa mirada al cambio y la invención de alternativas, es una vía para
incidir sobre los vínculos de poder y violencia que sostienen la actual configuración de
las relaciones.
Tanto las mujeres como los hombres se beneficiarían de un mundo en el que las
cualidades supuestamente masculinas y femeninas que merecieran ser ensalzadas
pudieran seguir siéndolo, sin las restricciones que hoy pesan en cuanto a tener que ser,
exclusiva y primordialmente, lo uno o lo otro.
"No es difícil concebir la noción de que todos fuimos heridos y, tal vez
inconscientemente, martirizados por el mundo durante nuestra infancia, y de
esa manera nosotros nos tornamos un eslabón en la transmisión de lo que
Wilhelm Reich acostumbraba llamar una "plaga emocional" que infectaba la
sociedad como un todo."
Claudio Naranjo
Claudio Naranjo hace tiempo que habla del patriarcado48. Su compromiso con la no
naturalización del fenómeno me parece especialmente útil dentro del ámbito teórico y
práctico de la Gestalt.
Tiene una mirada optimista ya que entiende que es un fenómeno (el final del
patriarcado) que ya se ha puesto en marcha y que seguramente no tiene vuelta atrás.
48
Naranjo C. La agonía del patriarcado. Kairós, 1993;
- 78 -
Con el concepto de mente patriarcal se refiere a: el hecho de la dominación de los
hombres sobre las mujeres en todas las esferas, sobre todo en los mecanismos de poder
y acceso a la economía y, también, a una mentalidad compartida por todas/os basada en
la pasión por la autoridad.
Para este autor, la mente patriarcal no es inherente a la naturaleza humana sino que se
estructura en una forma concreta de civilización. Coloca el inicio del patriarcado en el
Neolítico, con el paso de una sociedad de cazadores recolectores a la conformación de
sociedades agrícolas basadas en la propiedad privada (en esto coincide con Almudena
Hernando que hace un desarrollo histórico de las identidades de género, como veremos
más adelante).
49
Entrevista publicada por Zahir el 18 de mayo de 2012, ver en:
http://stopsecrets.ning.com/profiles/blogs/claudio-naranjo-el-mal-de-la-civilizacion-es-
la-mente-patriarcal
- 79 -
Hegemónica (MMTH)50, agresivo, dominador e insensible, que se trasmite a
través de su socialización, muchas mujeres exhiben un síndrome contrastante,
que se ha designado como (MFTH) o Modelo de Feminidad Tradicional
Hegemónica, aunque se pueda decir que aún este último sea parte de la
estructura de la sociedad patriarcal y de su correspondiente mente. En términos
más generales, podemos decir que lo materno y lo filial en nosotros se rinden
ante el Padre Absoluto y que, más o menos inconscientemente, se rebelan y
resisten su opresión con la disfunción”51.
Tres instancias representadas por tres arquetipos52: padre, madre, hija/o que están dentro
de cada persona.
Esta idea la recoge de uno de sus maestros, Totila Albert, que desde un lugar místico-
poético habla del patriarcado. Toma de él, también, la idea de que el cambio exterior no
es posible sin un cambio interior, un proceso interno de liberación que pasa por
equilibrar estas tres figuras dentro de cada una/o de nosotras/os.
50
En el texto cita en este punto a: Cornell, R. (1995): Masculinities. Cambridge, Polity
Press.
51
Naranjo C., La mente patriarcal. Editorial ya citada.
52
En el sentido de: imágenes o esquemas congénitos con valor simbólico que forman
parte del inconsciente colectivo.
- 80 -
“Buscando la causa de la falta de unidad entre los seres humanos y de la gran
confusión en que se encuentra sumida la mayor parte de la humanidad, se
critica como culpables a la Iglesia y al Estado, pero nunca se da el último paso:
trasladar la responsabilidad al creador de tales instituciones, quien haciendo
uso del poder se ha dado a sí mismo valor absoluto y se ha arrogado el derecho
de vida o muerte sobre la familia, considerándola de su propiedad y
apoderándose de sus bienes. Hora es de que no nos ocupemos solamente de los
síntomas sino de la enfermedad como tal, reconociendo en el patriarcado el
origen de nuestras imperfecciones y de la artificialidad de nuestra forma de
vida”.
Totila Albert
Establece una cuarta instancia, la espiritual que considera el espacio de síntesis de todas
las demás.
- 81 -
- 82 -
4. ¿QUÉ APORTA LA PERSPECTIVA FEMINISTA A LA
PSICOTERAPIA?
He elegido esta cita para iniciar este punto de la tesina porque, aparte de lo bonito que
escribe Mari Luz Esteban, creo que la perspectiva feminista se vive muchas veces como
una amenaza, como un cuestionamiento a la profesionalidad o la vivencia de las
personas que están poco familiarizadas con ella. Ha sido y es tan difícil que se tome en
serio, tan cuestionada, que los discursos en ocasiones son muy defensivos y/o cerrados.
Al igual que pasa en el trabajo terapéutico, a veces aparecemos en un rol que nos da un
cierto aire de superioridad… “yo ya estoy libre de esto”… del desajuste neurótico en un
caso, de los condicionamientos de género en otro… Y ya sabemos que ni lo uno ni lo
otro es cierto. Aunque sí en cierta manera hemos experimentado, discutido y hecho
introspección y eso nos permite acompañar otros procesos. Las personas, feministas y/o
terapeutas, no somos ajenas a los dolores que nombramos y acompañamos.
53
Esteban, M. L., Crítica del pensamiento amoroso. Edicions Bellaterra. Barcelona.
2011
- 83 -
Por eso, he recogido las ideas que yo comparto y los puntos que para mí tienen peso en
cuanto a mi mirada feminista. Espero que este mosaico os resulte interesante.
Hay que empezar por el principio y lo primero es ciertamente muy básico, la primera
ola del feminismo, herencia como hemos visto del feminismo ilustrado, posibilitó a
finales del siglo XIX la existencia de las primeras generaciones de mujeres
psicólogas por la extensión de la educación universitaria a las mujeres,
fundamentalmente de clase media, y la posibilidad material y simbólica de que las
mujeres ejercieran profesiones cualificadas.
54
Recojo el esquema de Silvia García Dauder en su tesina: García Dauder S. Psicología
y Feminismo: una aproximación desde la psicología social de la ciencia y las
epistemologías feministas. Tesis doctoral. Facultad de Psicología. Universidad
Complutense de Madrid. 2003
- 84 -
científica no sesgada. En el contexto cientificista de finales del XIX que
enarbolaba los conocimientos científicos como pensamientos críticos y
liberadores frente a tradiciones autoritarias, las pioneras psicólogas acudieron
a una psicología “neutra y objetiva” como un ámbito posible de emancipación
de las “falsas creencias” victorianas que las encorsetaban o negaban.55
A partir de los años 70 del pasado siglo, con la llamada segunda ola del feminismo, se
estableció una curiosa relación entre psicología y feminismo. Por un lado, se recelaba de
la psicología por los discursos misóginos y su contribución a construir un concepto de
feminidad opresivo, y por otro, muchas autoras se valieron de conceptos psicológicos
para explicar los aspectos subjetivos de la opresión patriarcal. En estos momentos en
que la lucha por la igualdad se había topado con una realidad no esperada, como hemos
visto, los cambios legales no habían producido una igualdad real.
55
Ibídem
- 85 -
personal es político” (Kate Millet 1969/1995). Por último, las psicólogas
sociales feministas del momento generaron estudios sobre los estereotipos y
prejuicios de género, analizaron el poder y la influencia del contexto social
(Unger, 1998)”.56
Analiza las implicaciones psíquicas de este hecho para las mujeres de su generación.
Katte Millet no tuvo tanta suerte. Esta autora es un referente indispensable para la
configuración del movimiento feminista de la década de 1970. En su obra Política
Sexual58 (1969), que en mi opinión sigue siendo absolutamente reveladora, lo dijo casi
56
García Dauder S. (Quaderns de Psicología, Vol. 12, 2010). La negrita no está en el
texto original.
57
Friedan Betty, La mística de la feminidad. Ed. Cátedra. 2009
58
Millet, K., Política sexual. Ed. Aguilar. México. 1975
- 86 -
todo. Ya hemos visto algunas de sus aportaciones teóricas. Señalar aquí que en la obra
formuló una defensa teórica de la homosexualidad y al poco tiempo de su publicación
declaró que esta era también su opción personal. Esto le ocasionó muchas críticas y el
rechazo por parte de su familia que la hizo ingresar en un sanatorio psiquiátrico
(experiencia que relató en Flying obra publicada en 1974).
Desde luego la historia de las pioneras ha sido muy pocas veces un camino de rosas…
Kate Millet, basándose en la obra de Stoller Sex and Gender (1968) inicia la corriente
de estudios sobre género que ha tenido una influencia crucial en los medios
académicos y también en psicología.
En el tema que nos ocupa podemos afirmar que los ámbitos aplicados de la psicología
(social y clínica) han sido tradicionalmente más flexibles y receptivos a combinar
rigurosidad con subjetividad y activismo, porque desde lo particular, desde las prácticas,
se puede comprender mejor cómo “se hace el género”.
59
Ibídem
- 87 -
Lo personal es político; con el uso del término identidad, dando cuenta de la
dimensión social de la experiencia subjetiva.
Las teorías sobre los mecanismos psíquicos del poder, con influencia del
psicoanálisis, que atienden a dimensiones emocionales e inconscientes.
60
Amorós C., de Miguel A. (eds.) Teoría feminista de la Ilustración a la globalización.
Vol 1. Minerva Ediciones. Madrid 2005. Pag 34
- 88 -
La teoría crítica feminista ha permitido interrogar a otros referentes conceptuales para
incorporar la realidad de las mujeres en ellos y cuestionar las relaciones de dominación.
Las críticas feministas sostienen que esta dicotomización constituye una ideología en el
sentido fuerte del término. La pregunta es si puede haber una alternativa a la búsqueda
del saber que no estuviese estructurada mediante los dualismos cartesianos que están en
la base ideológica de la ciencia heredada de la Ilustración (en este sentido la lectura de
Vergüenza y Soledad61 plantea una interesante salida al paradigma del individualismo y
recoge lo que el feminismo y los movimientos de liberación LGTB62 han aportado a una
teoría del campo unificado que propone un cambio de paradigma).
61
Wheeler, G., Vergüenza y Soledad. El legado del individualismo. Cuatro Vientos
Editorial. Santiago de Chile. 2005
62
Lesbianas, gais, bisexuales y transexuales y transgénero.
- 89 -
Debe resultar ya evidente a estas alturas que el recurso a las diferencias biológicas no
puede explicar similares dicotomías. El problema radica en las tendencias deterministas
biológicas, no sólo presentes en el pensamiento sexista, sino también, por la dificultad
de salirse de la lógica dualista, en el feminista.
Es importante tener esto en cuenta porque que si no nos podemos convertir, sin
querer, en meras/os reproductoras/es de la ideología dominante.
PSICOANÁLISIS.
Ya hemos visto que la crítica al androcentrismo se produjo en un momento histórico en
que las grandes teorías emancipatorias del momento eran el psicoanálisis y el marxismo
63
Ibídem
64
Puede verse en Harding, S., Ciencia y feminismo. Madrid, Morata, 1996.
- 90 -
y que muchas de las feministas de la época llevaban una doble militancia (no hay que
olvidar que el feminismo siempre ha ido de la mano de otras luchas).
KAREN HORNEY y Clara Thompson fueron las primeras psicoanalistas que intentaron
corregir algunos postulados de la teoría freudiana a la luz del condicionamiento social
de los sexos.
Karen Horney junto a Eric Fromm y Harry S. Sullivan inicia el enfoque culturalista
del psicoanálisis que rechaza la teoría pulsional a favor de la determinación socio-
cultural en el desarrollo humano. Este enfoque propicia el desarrollo de procesos
terapéuticos más cortos y activos en los que se focaliza la atención en los conflictos del
presente y la relación con la/el paciente se torna esencial.
Abraham Maslow reconoce a Horney, junto a otros autores, como una de las
precursoras de la psicología humanista.
Karen Horney fue la primera analista de F. Perls y una de las personas que más
influencia directa tuvo sobre él; estos puntos65 de la teoría de la neurosis de la autora
son recogidos en Gestalt:
65
http://gestalt-terapia.blogspot.com.es/2009/02/perls-y-karen-horney.html; en esta
página estos puntos, junto a otros ya recogidos en el presente texto, se le adjudican a
Paco Peñarrubia en su libro La vía del vacío fértil.
- 91 -
"Existen dos características de la neurosis: primero cierta rigidez en las
reacciones (ausencia de flexibilidad) y segundo, una estimable discrepancia
entre las capacidades del individuo y sus realizaciones".
Afirma que el paciente está enfermo no sólo por lo que le sucedió en el pasado
sino también porque al luchar contra ello, se fija metas que le conducen a tratar
de alcanzar falsos valores.
En relación con la Gestalt, hay que resaltar la resonancia que tiene el concepto
perlsiano de top-dog (y juego de autotortura) con lo que K. Horney llama "la
tiranía del debiera".
Lo que Fromm define como el problema del hombre: "La relación específica que
el individuo guarda con el mundo y consigo mismo", y que Sullivan enfocó como
"problema de relaciones interpersonales", no se diferencia demasiado de la
noción gestáltica de neurosis.
Entre 1922 y 1935 Horney escribe 14 trabajos en los cuales refutaba la tendencia
antifeminista de Freud y enfatizaba determinantes sociales en lugar de biológicos en las
diferencias de sexos y en la psicología femenina.
- 92 -
alternativa que la personalidad de la mujer se originaría por la identificación
de la hija con la madre, llamando la atención sobre la envidia del varón por la
maternidad, idea que fue muy bien acogida por las feministas.
66
Karl Abraham era su analista en ese momento.
- 93 -
En 1926, Horney plantea un ataque aun más frontal a las ideas freudianas,
precisamente en un volumen del International Zeitchscrift für Psychoanalyse
dedicado a la celebración del 70 aniversario de Freud. En su trabajo, aún
reconociendo la importancia de la envidia del pene, Horney (1926a) mantuvo
que la identidad femenina era primaria, así como lo era el deseo de estar junto
a la madre cuando ésta tiene relaciones sexuales con el padre, lo que la niña
fantasearía como una especie de violación. En cuanto a los consabidos
sentimientos de inferioridad de la mujer, negó su relación con los atributos
anatómico-genitales, defendiendo su origen cultural, en lo que estaba influida
por el filósofo Georg Simmel.
concebida por Groddeck, Horney insistió en que veía confirmado este deseo en
sugirió que la negligencia de los psicoanalistas por este tema se debía a que la
en una sociedad dominada por los hombres, lo que no puede ocurrir, por la
67
Vallejo Orellana R., “Karen Horney, una pionera de la ruptura con el modelo
freudiano para explicar la psicología femenina y el desarrollo humano sano y
neurótico”. Apuntes de Psicología, ISSN 0213-3334, Vol. 20, Nº. 2. 2002
68
Se recomienda leer el artículo completo.
- 94 -
Como vemos, sostuvo una teoría de la construcción del género basada en la existencia
de dos sexos, esto es que, además de la envidia del pene que tienen las niñas debido al
supuesto socialmente dominante de que el deseo de la madre es heterosexual, los niños
tienen envidia del útero por la capacidad de reproducción de las mujeres. En contra de
las ideas freudianas de que en la fase clitoridiana la niña es un pequeño hombrecito, ella
junto a otras revisionistas consideran que el varón comienza siendo una niña.
Karen Horney creó la Asociación para el Avance (Progreso) del Psicoanálisis (AAP),
que no fue reconocida por la Asociación Psicoanalítica Americana (APA), a pesar de
que formaban parte de ella figuras como Erich Fromm, Harry S. Sullivan y Clara
Thompson o que asistieran a dictar cursos y conferencias Margaret Mead69, Franz
Alexander, Abram Kardiner, Maslow y otras figuras del momento.
Esta autora junto a Melanie Klein (1975) dio paso al feminismo psicoanalítico de las
relaciones objetales.
Juliet Mitchell (1974) fue una de las primeras feministas de la segunda ola que realiza
una relectura del psicoanálisis como teoría de los procesos de sexuación dentro de la
institución patriarcal.
Junto con Gayle Rubin (1975) recurre al psicoanálisis lacaniano para argumentar que la
“ley del Padre” y la heterosexualidad obligatoria que esta implica es una construcción
69
Resalto en negrita, en este apartado, las autoras que han sido citadas en otros puntos
de la tesina.
70
Horney K., La personalidad neurótica de nuestro tiempo. Editorial Paidós.
Barcelona. 1993
- 95 -
social del género y de la sexualidad que ha llegado a ser casi universal pero se puede
modificar ya que se trata de una construcción histórica. Ambas suponen que los
orígenes universales de la diferenciación psicológica del género tienen sus orígenes en
las estructuras de parentesco.
Mitchell considera que las relaciones de parentesco dentro del capitalismo se modifican
y que esto puede implicar una contradicción que ponga en entredicho al patriarcado
como modo de reproducción ideológica.
Luce Irigaray dice que la relación con la madre nos ha sido negada sistemáticamente a
las mujeres en las sociedades patriarcales. En estas sociedades la relación privilegiada
es la de la madre con el hijo. Considera fundamental para las mujeres recuperar esa
relación originaria y original con la madre. El eslabón que une la relación con la madre
y la configuración del orden simbólico es la palabra, el don de la madre, ésta nos enseña
a hablar.
Tiene sus raíces iniciales en los primeros trabajos de Karen Horney y Melanie Klein, a
partir de estas pioneras teóricos varones como Fairn y Winnicott crean la escuela
freudiana de las relaciones objetales.
- 97 -
Mantiene que los fundamentos psicológicos de la dominación masculina se basan en
que los niños aprenden a alejarse de la feminidad y menospreciarla para acceder a la
masculinidad y que las niñas aprenden a identificarse demasiado con las necesidades de
los y las demás.
Estos estudios han desarrollado marcos teóricos con respecto a las identidades de
género. También están enmarcados en este ámbito (fundamentalmente) lo que en estos
momentos se conoce como teorías masculinas pro-feministas o estudio de las
masculinidades.
Es el cuestionamiento que se produce con la tercera ola del feminismo. Hay algunas
psicoanalistas en el ámbito epistemológico del post-estructuralismo que están
intentando ampliar ese marco para abordar las diferencias entre las mujeres. Algunas de
estas autoras de las escuelas ya citadas como Rosi Braidotti.
Rosi Braidotti y Judith Butler polemizan en sus textos entre ellas. En el feminismo post-
estructuralista de la diferencia sexual (Braidotti), el materialismo está ligado tanto a la
encarnación como a la diferencia sexual: el materialismo es repensado como
materialidad encarnada donde la sexualidad es entendida como un proceso y un
elemento constitutivo. El feminismo post-estructuralista como crítica al dualismo sexo-
género (Butler) ha repensado el materialismo a partir de la deconstrucción del cuerpo-
materia así como mediante una redefinición radical del constructivismo que implica
revisar las nociones de referencialidad y performatividad. La polémica está llena de
sugerentes interrogantes que nos permitirán entender mejor los procesos de sexuación.
- 98 -
Una psicoanalista feminista especialmente relevante para mí es JESSICA BENJAMIN71, la
podríamos considerar dentro de la escuela de las relaciones objetales. Esta autora con
sus escritos fundamenta una parte de lo que en estos momentos es el pensamiento
relacional en psicoanálisis.
71
Benjamín, J., Los lazos del amor. Psicoanálisis, feminismo y el problema de la
dominación. Ed. Paidós. Buenos Aires. 1996
- 99 -
extrañada; la mirada conforme y no distanciada los percibe como lo obvio…
es decir, ni siquiera los percibe”.72
Sabemos que las intuiciones sin concepto son ciegas. Lo no categorizado se trivializa y
se dispersa como insignificante. El feminismo dentro de la psicología y la práctica
terapéutica ha hecho visible lo invisible, dando nombre a hechos y situaciones hasta el
momento innombrados y en este acto de nombrar determina la visibilidad y la
constitución en hechos relevantes de fenómenos y aconteceres que no son pertinentes ni
significativos desde otras orientaciones de la atención.
Un decir que primero tiene que encontrar capacidad de expresión (a través del lenguaje
fundamentalmente aunque también y de una manera primaria en el propio cuerpo) y
después encontrar un espacio en el que el reconocimiento sea lo posible.
72
Amorós C., de Miguel A. (eds.) Teoría feminista de la Ilustración a la globalización.
Vol 1. Minerva Ediciones. Madrid 2005. Pag 16
- 100 -
la comprensión explícita del terapeuta sobre su propia contribución es vital
para recuperar la regulación de estado en ambos miembros de la diada y para
restaurar el rol del terapeuta como testigo. El reconocimiento del daño sufrido,
o incluso causado por uno mismo, restablece la posición del testigo que puede
soportar el conocimiento de lo que es el dolor. Esta postura es esencial para
recrear el sentido de un universo lícito en el que sabemos que algunas cosas no
están bien, si bien ocurren. Es increíble lo tranquilizador que resulta y cuánto
más cohesionado se siente uno, cuando se valida que nuestro sentimiento es
correcto, o que algo mal no está precisamente bien. Pero además, el testigo
sirve como un representante de lo que yo llamo el tercero lícito, que
contrarresta la pérdida desesperanzada de agencia, la impotencia, que una
víctima siente cuando está rodeada de negación o disociación, y es incapaz de
tener algún impacto en o de ser escuchada por un otro. Ya sea el testigo fallido
un miembro de la familia, como en un trauma personal, o la comunidad
mundial, como en los traumas colectivos, este fracaso puede contribuir tanto a
la impotencia post-traumática como lo hacen los propios eventos”.73
CONSTRUCCIÓN DE LA SUBJETIVIDAD.
Las estructuras sociales se sufren (en ocasiones de una manera aterradora, tanto que
llevan a la destrucción psíquica de las personas) y también se incorporan en la
construcción de la subjetividad.
Para explicar este punto voy a recurrir a la lectura del sociólogo francés Pierre
Bourdieu74 y su noción de HABITUS, simplemente porque la explicación es muy sencilla
de entender tratándose de un asunto tan complejo.
73
Benjamín, J., El tercero. Reconocimiento. Clínica e investigación relacional. Revista
electrónica de Psicoterapia. Vol. 6 (2) – Junio 2012; pp. 169‐179
74
Bourdieu, P., La dominación masculina, Barcelona, Anagrama, 2000.
- 101 -
Bourdieu explica que la permanencia y la reproducción de las relaciones de dominación,
de sus privilegios y sus injusticias, se debe a la violencia simbólica que se ejerce sobre
las personas dominadas.
Este tipo de violencia se manifiesta de un modo más o menos difuso e invisible (esto es,
simbólico) a través de diversos campos como la comunicación, el conocimiento, el
reconocimiento o los sentimientos, provocando que los sujetos dominados acepten y
naturalicen unas condiciones de existencia intolerables, como el control sobre sus vidas
o la desvalorización de sus opiniones.
Bourdieu expone que hay que preguntarse cuáles son los mecanismos históricos
responsables de la deshistorización y de la eternización relativas a las estructuras de la
división sexual y de sus principios correspondientes.
Hay que recordar que lo que en la historia aparece como eterno sólo es el producto de
un trabajo de eternización. Hay que reinsertar en la historia, y devolver, por tanto, a la
acción histórica, la relación entre los sexos que la visión esencialista les niega.
- 102 -
Se propone devolver la paradoja de ese planteamiento y denunciar los procesos
responsables de la transformación de la historia en naturaleza, y de la
arbitrariedad en cultura natural.
Bourdieu recoge y desarrolla parte del trabajo de Mauss, autor que aborda el tema del
cuerpo en los años treinta. Mauss propone por primera vez la utilización del término
habitus.
- 103 -
diferencias entre hombres y mujeres con las desigualdades entre superiores e inferiores,
naturalizándose la situación de dominación. En este sentido, la violencia contra las
mujeres se inscribe en su misma subjetividad: en la construcción de la identidad
femenina entra en juego la incorporación de una fuerte carga de violencia simbólica, a
través de la cual se adquiere e interioriza la conciencia de dominadas como conciencia
de sí.
Esta violencia simbólica está fuertemente imbricada en las relaciones sociales y en las
manifestaciones culturales cotidianas. Supone la base ideológica que mantiene la
dominación y permite que no sea necesario ejercer en todo momento la violencia activa
y directa (ya sea física, psíquica o sexual), pero legitima la violencia como
instrumento de control.
El ejercicio de esta violencia simbólica se realiza desde todas las instituciones sociales:
la familia, como agente de socialización primario, pero también la escuela y la
comunidad. Se transmiten estas pautas culturales de dominación de generación en
generación, adaptándose a las condiciones socio-históricas del momento. La violencia
simbólica hace posible la violencia estructural e institucionalizada, esto es, permite la
manifestación de múltiples formas de violencia cotidiana que pasan desapercibidas,
incluso para sus propias víctimas.
Habitus:
- 104 -
disposiciones incorporadas que configuran las prácticas de los sujetos de tal modo que
se adecuen a las condiciones sociales.
Bourdieu dirá que las inclinaciones (habitus) son inseparables de las estructuras. Así
pues, existe una asimetría radical entre el hombre, sujeto, y la mujer, objeto del
- 105 -
intercambio; entre el hombre responsable y dueño de la producción y de la
reproducción, y la mujer, producto transformado de ese trabajo.
La división sexual está inscrita, por un lado, en la visión de las actividades productivas a
las que asociamos la idea de trabajo, y en un sentido más amplio, en la división del
trabajo de mantenimiento del capital social y del capital simbólico que atribuye a los
hombres el monopolio de todas las actividades oficiales, públicas, de representación, y
en especial de todos los intercambios de honor, intercambios de palabras, intercambios
de regalos, intercambios de mujeres, intercambios de desafío y de muertes. La división
sexual está inscrita, en las disposiciones (los habitus) de los protagonistas de la
economía de los bienes simbólicos: las disposiciones de las mujeres, que esa economía
reduce al estado de objetos de intercambio.
Me quedo con las propuestas de Bourdieu en cuanto herramientas de análisis del orden
simbólico dominante: la violencia simbólica como eje de la dominación masculina y el
concepto de habitus para entender y explicar las relaciones de dominación, nuestra
subjetividad y nuestro propio cuerpo.
- 106 -
4.5. EL CONSTRUCTO TEÓRICO DE LAS IDENTIDADES DE GÉNERO.
Michel Foucault
El lenguaje es el principal medio a través del cual se construye el sujeto. Las personas
no somos palabras ni cosas. Que no somos palabras significa que la experiencia humana
no es una mera forma de pensar, de interpretar la realidad; que no somos cosas significa
que la experiencia humana no es algo natural. Las personas somos más consistentes que
las palabras y más evanescentes que las cosas naturales.
Además, el lenguaje, al transmitir la idea del poder masculino sobre las mujeres,
convierte este poder en parte constituyente de nuestros cuerpos, no sólo a través de las
prácticas físicas que afectan a la musculatura, sino a través de las actitudes que las
personas desarrollan hacia sí mismas.
Hablamos de “uso sexista del lenguaje” para referirnos al uso discriminatorio del mismo
hacia las mujeres. Esto puede suceder de varias maneras, todas las cuales nos parecen
“normales”, porque normal nos parece la discriminación: invisibilizando la presencia de
las mujeres al nombrar la realidad en masculino (cuando decimos “todos” en lugar de
“todos y todas”) o al aplicar, para una misma situación, términos cargados de distinto
valor según nos refiramos a niñas o a niños (por ejemplo una misma situación en la que
“ella es mala” pero “él es travieso”). Así, necesitaremos hacernos conscientes de la
ideología del lenguaje, del conjunto de ideas y creencias que transmitimos cuando
comunicamos.
- 107 -
De la misma manera, en el constructo teórico de las identidades de género el feminismo
produce al sujeto que define. De este modo, la “representación” consiste en la
construcción y no en el reflejo de aquello que se dice representar.
Butler advierte incluso sobre el riesgo que pudiera acarrear la eventual utilización
estratégica de recurrir a las categorías de mujeres y hombres (lo que se ha llamado
esencialismos estratégicos que servirían para situarse en la paradoja), se entiende que
cuando, hacerlo, implica cierto tipo de presunciones inocentes acerca del lenguaje.
El “exceso” que el lenguaje contiene por el cual el/la hablante moviliza un corpus de
significados y vínculos políticos más allá de sus intenciones impone fuertes límites al
control consciente de las categorías que situamos en circulación.76
75
Butler, J., El género en disputa. Ed. Paidós. Madrid. 1995
76
La cuestión es que estamos en el lenguaje y no que utilizamos el lenguaje. Adquirir
significado en el lenguaje, adoptar una existencia inteligible, implica no poder
abandonarlo para jugar libremente con los significantes.
- 108 -
configura el propio cuerpo. Incluso como fantasía de identificaciones queda
determinado en nuestras acciones y son bases reales para ellas.
Por tanto voy a proponer algunas de las teorías que hablan de las identidades de género,
inconclusas porque no dan cuenta de todas las intersecciones que construyen la
subjetividad y acompañándolas de la introducción que las puede poner en cuestión. Es
mi posición personal dentro de la paradoja… Ya veremos con el tiempo.
77
Hernando, A., Arqueología de la identidad. Ed. Akal Arqueología. Madrid. 2002
- 109 -
El aumento del control y conocimiento sobre la naturaleza no humana implica la
progresiva objetivación y desconexión emocional de esta. La relación mítica pierde peso
y se desarrolla en los humanos una posición de sujeto frente a la naturaleza.
Paralelamente, el incremento de la complejidad socioeconómica y la consecuente
especialización del trabajo y las funciones sitúan el poder y la amenaza de riesgo no ya
en la naturaleza, sino en el grupo humano. Esta identidad individualizada, centrada en la
posición de sujeto individual y en el aumento del grado de poder, se desarrolla
gradualmente en los varones, posibilitada de modo directo por la mayor movilidad de
estos.
El modelo de feminidad tradicional gira en torno al papel de las mujeres como madres y
esposas. Es un rol centrado en la relación, el cuidado y la satisfacción de los deseos de
las demás personas. Se puede ejemplificar en: “para ser una buena mujer” debes ser una
buena madre, debes sacrificarte por las demás personas, debes cuidar, debes...
Carol Gilligan (1986) relaciona la ética del cuidado con la llamada identidad de género
femenina: esta ética se basa en el cuidado y la relación. Indica una visión del poder más
horizontal, necesita incluir la relación emocional, la valoración y el reconocimiento de
las demás personas para generar autoestima.
Por tanto, la llamada identidad de género femenina establece condiciones muy poco
favorables para el ejercicio del poder público.
- 110 -
Se ejerce satisfactoriamente sólo cuando implica relaciones satisfactorias.
Se frena la competitividad.
tener claros tus deseos y darles más importancia que a los deseos de las demás
personas;
La identidad femenina tradicional está basada en ser para los otros (Lagarde,
2000), ser en función y para el cuidado de las demás personas, estructuradas para
dar vida, sentido y cuidado. La dependencia marcaría aquí la subjetividad de las
mujeres, cuyo sentido de la vida y cuyos límites personales están en las otras y los
otros.
- 111 -
Actualmente, ninguna mujer vive en total correspondencia con los estereotipos
tradicionales. Como ya hemos dicho, la modernidad ha significado cambios profundos
en la feminidad y en la vida cotidiana de las mujeres.
Sin embargo, con esta base de identidad tradicional las mujeres salen en la actualidad a
la esfera pública, donde se supone que deben ser competitivas profesionalmente. Se
produce lo que se denomina el sincretismo de género (Lagarde, 2000), y estos mandatos
contradictorios con los que viven actualmente cobran especial relevancia en momentos
críticos: ¿qué pasa cuando una criatura enferma o cuando las personas mayores
envejecen y necesitan cuidados?...
Las niñas que nacen hoy serán educadas como mujeres domésticas y públicas,
madresposasciudadanas (Covas, 2005), mientras que las adultas definen su vida en
torno a maternidades de entrega, conyugalidades asimétricas, cargas familiares y
comunitarias.
Las mujeres, en este sentido, han desarrollado con mucha fuerza el cuidado llevando
esto a la esfera pública (pensemos en las formas de participación política que
desarrollan muchas mujeres o en los trabajos que mayoritariamente eligen).
Carol Gilligan (1986) relaciona la ética del logro con la identidad de género masculina:
en ella se puede considerar el poder como un fin en sí mismo. Se valora como positiva
una posición jerárquica, con relaciones de poder verticales y que exige una distancia
emocional.
- 112 -
La identidad masculina tradicional está basada en ser para sí (Lagarde, 2000). Los
pilares que la definen son: búsqueda de poder y alejamiento y desprecio de lo
femenino.
Los mandatos de género más importantes para los hombres son: ser importante y
autosuficiente; ser racional y no emocional; la fuerza física; cierta relación con la
violencia, legitimada en este caso socialmente; y la libertad: sexual, social y de
movimiento (Bonino, 2002).
- 113 -
No es fácil, tampoco para los hombres, salirse del mandato de género tradicional. Por un
lado, implica renunciar a los privilegios: no hay muchos modelos de hombres
igualitarios que funcionen como referencias positivas de cambio. Por otro, quienes
representan la masculinidad patriarcal no soportan que algunos hombres abandonen sus
filas para sumarse a otras más igualitarias. Estos hombres suelen ser ridiculizados como
fracasados, “afeminados” (con toda la carga negativa que en la sociedad patriarcal tiene
lo femenino). Una polaridad fundamental para los varones es el poder y la impotencia.
Como ya hemos dicho, actualmente no existe un solo modelo de ser hombre y mujer. Se
van produciendo algunos cambios que flexibilizan los roles y permiten una mayor
integración de lo masculino y femenino, pero queda mucho camino por recorrer. Los
modelos actuales de masculinidad y feminidad sólo pueden entenderse desde su puesta
en relación con el modelo tradicional.
Esto hace, entre otras muchas cosas, que las posibilidades de desarrollo personal de las
mujeres se vean más limitadas que las de los varones. Las limitaciones van a influir en
la valoración que hacen de sí mismas y de su bienestar.
78
Término acuñado por Laura Balbo en 1978.
- 114 -
(angustia, culpabilidad), pero también sociales (infravaloración del trabajo de las
mujeres). Las consecuencias físicas, en ocasiones, han originado síndromes
categorizados como femeninos. Sin embargo, lejos de encontrarse asociados a factores
endógenos de las mujeres, se tratan de la proyección física y/o psicológica de la
violencia que se ejerce contra ellas. Es decir, las mujeres interiorizan la violencia y su
expresión toma la forma de diversos síntomas.
Ante el cambio en las mujeres, los varones responden de maneras diversas. Algunos
defienden los valores tradicionales asignados a los sexos, otros “colaboran” en casa ante
los cambios de sus compañeras y, finalmente, algunos empiezan a reflexionar sobre la
situación de injusticia en la que participan al aceptar los privilegios que les otorga la
sociedad patriarcal.
Estos últimos entienden que los supuestos en los que se asienta la masculinidad
tradicional reproducen la discriminación hacia las mujeres con las que se relacionan, y
que el cambio es una condición de justicia que equilibra y mejora los vínculos
interpersonales. Aceptan el reto que les plantea el compromiso con una sociedad más
justa para todas y todos.
Las llamadas identidades de género, aquí formuladas, dan cuenta de mandatos sociales
que son introyectados. Dejan fuera las diferencias que se dan dentro de cada uno de
estos grupos y están armadas (no por casualidad) dentro de la lógica heterosexual y
referidas histórica y geográficamente (las culturas occidentales del siglo XX).
- 115 -
Otros campos son los marcos teóricos en torno a la violencia contra las mujeres, los
vínculos afectivos, el amor romántico. El trabajo doméstico y los malestares que
conlleva. Algunas/os psicoterapeutas están trabajando las masculinidades, en
problemáticas concretas: cómo trabajar con los hombres que ejercen violencia o, en
trabajos de masculinidades con el objetivo de modificar la identidad masculina en sus
aspectos tradicionales. En la actualidad están empezando a formarse grupos de hombres
que se plantean esta cuestión. También, como hemos visto a lo largo de la tesina se ha
teorizado mucho sobre el deseo sexual y la problemática de la transexualidad por la
dificultad que conlleva vivir con una violencia estructural que genera malestar en
muchos cuerpos y psiques. También es interesante la concepción del amor como eje de
la identidad femenina que establece la plusvalía del cuidado de las mujeres como algo
naturalizado y que se observa en maternidades mistificadas, escondidas en ocasiones
en discursos “progres”.
Hay, en la actualidad dentro del Estado Español, psicoterapeutas abordando estos temas
en concreto, desde una perspectiva feminista. Destaco unas/os pocas/os cuyo trabajo
teórico y/o práctico me parece especialmente significativo:
Emilce Dio Bleichmar psicoanalista, de las primeras en este país que conversa con el
feminismo, en la actualidad mucho de su trabajo se refiere al fenómeno de la violencia
contra las mujeres dentro de las relaciones afectivas.
Ana Távora que trabaja con grupos de mujeres y tiene escritos especialmente
interesantes en torno al amor y las identidades femeninas.
Susana Covas que habla de los cambios pendientes con respecto a las identidades de
género.
Hay muchas más, cada vez más. Siento que solo pueda nombrar unas pocas pero es una
muestra representativa del trabajo de las/os demás.
- 116 -
- 117 -
5. ALGUNOS EJEMPLOS DE LA PRÁCTICA TERAPÉUTICA
GESTÁLTICA CON PERSPECTIVA FEMINISTA.
Adrienne Rich
Llevo grupos desde el año 2001, hasta ahora siempre con la perspectiva feminista como
base de la intervención. Unos con carácter formativo y otros con carácter terapéutico;
estos últimos en tres intervenciones fundamentales: grupos mixtos en el ámbito de la
educación para la salud, en prevención ambulatoria (con la intención de evitar
medicación excesiva, con enfermas/os crónicas/os); grupos de mujeres que han sufrido
violencia de género, en su mayor parte en el ámbito de la pareja; grupos de mujeres para
el empoderamiento y/o el desarrollo personal.
También desde hace unos años llevo casos en terapia individual, como terapeuta
gestáltica experta en perspectiva feminista.
Aún así no me resulta sencillo explicar en la práctica qué significado específico tiene
este bagaje, primero porque las problemáticas y/o vivencias de las personas son poco
aprehensibles en palabras y segundo porque en el ámbito de la terapia Gestalt ponerse
frente a una persona significa olvidar todo lo preconcebido y llevarlo al fondo.
Por tanto, más que citar casos concretos trataré de hablar de los desajustes,
problemáticas, sufrimientos que yo me he encontrado con respecto al tema que nos
ocupa. Lo haré poniendo ejemplos sencillos y teniendo en cuenta:
- 118 -
El poder y el contexto social es problemático (la existencia de mecanismos de
opresión, hablar del patriarcado).
Las teorías sobre los mecanismos psíquicos del poder, con influencia del
psicoanálisis, que atienden a dimensiones emocionales e inconscientes.
Es, por tanto, necesaria (lo contrario puede ser la falta de estructura en algunas psiques)
y también limitante puesto que se realiza en función de un medio que normativiza el
auto-concepto y lo limita.
- 119 -
la manera menos rígida y neurotizante posible, experimentando en ocasiones el placer
del contacto profundo de sí.
Trabajo con una mujer joven cuya dificultad inicial era la falta de estima, yo no sé, yo
no sirvo, yo no… Siempre que hacía una intervención en el taller lo acompañaba de
dichos comentarios. La relación con el encuadre en el grupo siempre ha sido
problemática, falta de asistencia, falta de puntualidad. La vida de la chica en cuanto a
vínculos ha sido siempre problemática, su padre ha estado ausente en su vida y su
madre, con un poco de retraso intelectual, las recogía del orfanato, donde se criaron ella
y su hermana, los fines de semana. No acabó los estudios y ha tenido dos parejas (con
una hija y un hijo de cada uno de ellos), la situación socio-económica es muy precaria,
llegando casi a niveles de exclusión.
Ella lo vive y lo refiere como desorden interno y ese desorden (que apareció en el
desarrollo de una técnica) lo experimenta con una profunda vergüenza. No sé… no
sirvo… porque no puedo poner orden en mi vida.
He abierto el encuadre con ella porque me di cuenta que por vergüenza en la dificultad
de seguirlo estuvo a punto de abandonar el grupo.
¿Cómo se trabaja con una persona que sufre corporal y psíquicamente tanto varapalo?
En el grupo recibe la valoración y el reconocimiento de las demás; mucho cariño en los
momentos duros.
- 120 -
mano, que la estructura socioeconómica le permita algún día colocarse en un lugar
desde el que poder adueñarse de su vida, desde luego está trabajando para encontrarlo.
El perfil es parecido, sus parejas, hombres, más o menos ausentes de la vida familiar se
muestran tranquilos, haciendo en muchos casos de “poli bueno” en el trato con las/os
hijas/os.
En estos casos, cuando se inicia el trabajo terapéutico, las mujeres narran una
sobrecarga de trabajo que en ocasiones ralla lo insoportable. El trabajo doméstico y
de cuidados está soportado por ellas y el tiempo dedicado a lo propio es inexistente.
Estas mujeres están muy enfadadas porque son abusadas por las personas a las que
aman y no se lo pueden contar. Retroflectan el enfado que se convierte en sentimiento
de culpa y cargan con él todo el tiempo que pueden hasta que explota con más o menos
ruido; normalmente este enfado no va acompañado de puesta de límites con lo que el
ciclo vuelve a comenzar recibiendo del exterior la idea de inadecuación o de falta de
capacidad para disfrutar de la vida (estás amargada es una frase que se repite).
Poner conciencia del enfado sentido y colocarlo en el lugar que corresponde es el primer
paso, desde ahí los límites más o menos conflictivos empiezan a ser un desarrollo
lógico. Y aunque la cosa parece de sentido común un reparto más igualitario del trabajo
se convierte en una dolorosa negociación con las parejas e hijas/os ya que está presente
la idea de que las mujeres que aman cuidan y trabajan por las personas con las que
viven.
Para este perfil de mujeres recuperar un poco del tiempo para sí viene cargado de culpa,
también de una sensación interna de “soy una egoísta”.
- 121 -
El ideal de la maternidad es otro lugar en el que las mujeres están viviendo con
dificultades los mensajes sincréticos con respecto al género79. Si en algún sitio
permanecen casi intactos los mandatos tradicionales hacia las mujeres, en cuanto a ser
para otros, es en el ámbito de la maternidad.
He tenido en terapia mujeres jóvenes con hijas/os pequeñas/os que son el ejemplo claro
de la culpa como mecanismo de auto-tortura.
Todas ellas con una concepción de sí mismas como personas que quieren desarrollarse
en todos los aspectos de su vida, profesional, afectiva, personalmente... Este concepto
de sí se topa de bruces con las maternidades de entrega que se presentan, también en su
versión “progre” como la manera más adecuada de ser madre.
Es importante con estas mujeres trabajar el planteamiento del apego de Jesica Benjamin.
Esta autora considera que los deseos y necesidades de la madre, en edades clave como
los 18 meses (lo que denomina la edad del deambulante), no son un impedimento que se
contrapone a los deseos y necesidades de la o el bebé, sino que benefician a ambas
partes. Atender las propias necesidades ayuda a entender a las madres como sujetos,
cosa que vendrá bien en un futuro para establecer relaciones más sanas con las personas
y sobre todo con las mujeres (entendiendo a éstas como personas con deseos y
necesidades propias).
Hay veces que lo estructural pega tan duro que el trabajo terapéutico se hace
poco viable, al menos en el sentido que lo entendemos.
- 122 -
día, como el recurso a lo mítico-mágico para tener una cierta sensación de control de la
propia vida.
En estos casos se ve claramente eso que proponía Abraham Maslow con la pirámide de
las necesidades: no se puede pasar a otra cuando la previa no está cubierta.
Todas llegan con un sentimiento de culpa muy claro. Los maltratadores utilizan la
“proyección masiva” como mecanismo de defensa para no responsabilizarse de la
agresión y objetivar (convertir en objeto) a la persona que tienen delante. Estas mujeres
suelen recoger la proyección en la medida que muchas de ellas (como hemos visto en el
constructo teórico de las identidades de género) tienen el auto-concepto y el narcisismo
colocado en el sostenimiento de las relaciones, en el “ser para otros”.
Trabajada esta primera fase, el resto del trabajo es, en mi opinión, muy delicado. Por un
lado está la necesidad de seguridad física y cuando esta está más o menos garantizada
(nunca del todo) la necesidad de desalojar psíquicamente el espacio que ocupa el
maltratador en la psique de la mujer que ha sufrido la violencia.
Se me ha dado el caso de una mujer cuyo maltratador había muerto hacía siete años que
todavía le temía, puesto que pensaba (cosa que tardó mucho tiempo en reconocer dentro
del proceso) que todavía le podía hacer daño a través de su hijo y le imaginaba en forma
de energía negativa a su alrededor. Tal es el poder que consigue el maltratador en
algunos casos.
- 123 -
La seguridad física depende de tener presente la amenaza, la seguridad psíquica
depende de deshacerse de ella, o al menos de que deje de ocupar todo el espacio y
organizar la vida de las mujeres hasta el punto de dejarles sin capacidad de hacer.
En los casos menos graves en cuanto a amenaza (¿pero cuándo lo es? es una variable
muy poco medible) trabajar la culpa, el estrés post-traumático y salirse en lo posible del
lugar de víctima recuperando la propia agencia, es fundamental.
Si tenemos en cuenta, además, que las mujeres entienden el amor como un bien escaso,
sobre todo a determinadas edades, y que uno de los lugares privilegiados donde se
consolidan los mandatos de género es en las ideas de amor (entendido sobre todo como
amor romántico) que parecen estimular a las mujeres para ocupar lugares de sumisión
dentro de la pareja, podremos entender cómo se establece y reproduce a un nivel
relacional la violencia estructural.
Por supuesto que no podemos trasladar la violencia estructural a las relaciones sin tener
en cuenta otros factores (otras intersecciones). No siempre el maltrato en las relaciones
se produce de unos a otras. Sí podemos fijarnos en los hilos que nos llevan desde las
dinámicas afectivas, pasando por los introyectos en relación al amor como plusvalía de
lo femenino, hasta las posibles vivencias de maltrato y/o sometimiento.
- 124 -
También es posible mirarlo desde su opuesto, el buen trato80 y observar en qué
medida nos tratamos bien y tratamos bien en las relaciones que establecemos (no solo
de pareja) parando así la violencia simbólica estructural.
Por ejemplo, en terapia hay muchas chicas jóvenes que sufren por tener el cuerpo que
tienen, sin que se observe nada especialmente desproporcionado o patológico.
En el caso de los chicos jóvenes, por ejemplo, el miedo físico es algo vivido con
vergüenza.
En el ámbito de las relaciones los chicos jóvenes van a ser tachados de cobardes
cuando ante situaciones de violencia no sepan responder.
Son dos ejemplos muy simples que nos pueden ayudar a entender algunas actitudes que
se presentan de manera más compleja en personas adultas en estos tres ámbitos:
maltrato estructural, relacional e interno.
80
Término acuñado por Fina Sanz y base importante de su planteamiento terapéutico en
la Psicoterapia del Reencuentro
- 125 -
La dependencia, en este momento histórico en el que en Occidente el individualismo es
el ideal, suele aparecer como una necesidad vivida como una deficiencia de sí.
Nadie parece querer depender y es algo muy necesario para la vida. Necesitamos de
las/os demás. Suele observarse cómo las personas que se muestran más autónomas e
independientes tienen a la vez vínculos de dependencia muy fuertes, sus necesidades
están bien cubiertas en ese sentido.
Las dependencias materiales son las más desvalorizadas, por lo que yo he observado.
Para muchas personas (más mujeres que hombres si se observa la dificultad de las
mujeres para entrar en el mercado de trabajo o el fenómeno de la feminización de la
pobreza) es algo de vital importancia y oculto a la mirada de los demás y en ocasiones a
la propia.
Creo que hay que darle su lugar de valor a la dependencia económica y/o material. Nos
sujeta en ocasiones a relaciones que no queremos sostener pero no es trivial en la
manera de entenderlas o proponerse salir o quedarse en ellas.
Los que aparecen con una identidad masculina poco cuestionada (heterosexuales en
todos los casos) llegan con un poco más de justificación, vergüenza, desconcierto… por
acudir a terapia que el resto de las personas.
En tres de estos casos la problemática que generaba sufrimiento tenía que ver con la
identificación con la madre y su parte femenina en momentos de crisis vital, desde ese
lugar les resultaba muy complicado contarse quienes eran y no tener sentimientos de
rechazo hacia esa parte de sí.
- 126 -
Los que vienen a trabajar su masculinidad, en un compromiso político con
posicionamientos feministas, vienen normalmente un poco confundidos. Llevan la
violencia estructural con la que se construyen las llamadas identidades de género al
plano de las relaciones sin tener en cuenta otras intersecciones que afectan a los
mecanismos de poder en el plano de dichas relaciones.
También caen /caemos en una arbitrariedad a la hora de nombrar las violencias que hace
mucho daño. Si todos los hombres son agresores sexuales, ¿no se invisibilizan las
prácticas más violentas? Me parece sumamente importante comenzar a nombrar cada
violencia o microviolencia de una manera específica. Si no, identificarse con la
masculinidad en un intento de modificarla puede llevar a un sufrimiento psíquico
absurdo: Todo lo que sale de mí es malo… Todo lo que siento, todo lo que deseo, es
patriarcal y por tanto violento.
Es bueno para estos hombres hacer un duelo de expectativas por el hecho de tener que
renunciar a una posición marcada por el privilegio, también es positivo una fase de
culpa (entendida en su función adaptativa: la culpa que sirve para reparar; en su función
desadaptativa solamente tortura). Y entender que lo que se siente es lo que es, nos sirve
para orientarnos en el mundo, otra cosa muy diferente es lo que hacemos con lo que
sentimos, eso sí está en nuestra mano de forma inmediata.
- 127 -
que el sufrimiento con respecto a la identidad sexual seguirá siendo muy fuerte, a mí no
se me ha dado ningún caso.
Este desconcierto se produce más en personas que han tenido prácticas heterosexuales
hasta el momento y de repente tratan de resignificar toda su vida en función de una
posible homosexualidad encubierta. Como si lo vivido hasta entonces fuese una
impostación de sí y por fin “saliesen del armario” (he escuchado también a terapeutas
que lo entienden de esta manera). El relato de irrealidad y la justificación es, en estos
casos, permanente.
También las identidades de gais y lesbianas se resienten en estos casos. Es la lógica del
dualismo. Si bien, el desajuste es menor ya que, en general, son personas más
habituadas a darse sentido fuera de los mandatos de género con respecto a su propia
sexualidad.
En la transexualidad nos encontramos con una presión social que genera mucha
ansiedad y sentimientos profundos de inadecuación. En estos casos la estructura social
golpea duro y también mucho del mundo relacional. Es una profunda injusticia.
Personas que viven sus identificaciones sexuales con una explícita condena social.
Por suerte, cada vez prolifera más la práctica transgénero, identidades que subvierten los
lugares legibles del cuerpo con respecto al sexo. Suelen ser prácticas mas elegidas,
- 128 -
desde un lugar fronterizo de las identidades, y con menos presión con respecto a la
modificación corporal.
Son solamente unos pocos ejemplos que pretendo sirvan para ilustrar. Este es un punto
inacabado por inabarcable en esta tesina. Queda pendiente para mí recoger y ordenar las
experiencias en este sentido.
Quiero terminar resaltando, de nuevo, los puntos recogidos en el inicio del capítulo 2:
La vida humana es en sí misma una práctica política, al igual que las relaciones
sociales, y está atravesada por relaciones de poder “lo personal es político”. El
cuerpo es el principal depositario de los eventos externos.
Todo ello pasa por articular la vida, la justicia y, en este caso la práctica terapéutica en
términos de: redistribución, reciprocidad y reconocimiento.
- 129 -
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