GRADO EN GESTIÓN Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

DERECHO CONSTITUCIONAL III

Curso 2017-2018

Lección 1.- Constitucionalismo y derechos fundamentales.

1. CONSTITUCIÓN Y CONSTITUCIONALISMO: DIMENSIÓN HISTORICA.

Las pretensiones que hoy caracterizan a cualquier constitución es:

 Establecer los canales a través de los cuales se manifiesta y se reafirma la vida en

común, esto es, la vida política.

 Orientar la vida en común hacia la realización de ciertos valores que traslucen una
determinada concepción de la posición de la persona con su dignidad y derechos
frente al poder político.

Se deduce que entre la constitución como formalización de un proyecto de vida en común

alumbrado por ciertos ideales y su puesta en práctica a través de una vida política, cuya
dinámica puede acomodarse y alejarse total o parcialmente de lo estipulado en la
constitución, hay un contraste que supone el desafío decisivo para cualquier teoría que
intente explicar la razón de ser de una constitución.

Es un producto de racionalismo ilustrado y tiene la intención de acabar con el carácter

ilimitado de reyes y príncipes sin más legitimidad que la dimanante que la dimanante de
la tradición de la historia. En tal sentido, podríamos hablar de constitucionalismo como un
movimiento político opuesto al absolutismo.

La constitución se trata de una declaración que tiene importancia decisiva tanto por lo que
nos dice de manera expresa como por lo que nos es dado leer entre líneas como
consecuencia de lo jurídico. El ordenamiento jurídico es el género en el que la constitución
se integra en su cualidad de norma con todas las características que a esta le son propias:
la fuerza de obligar y la posibilidad de corregir y penalizar los incumplimientos. Tiene éste
carácter porque al ser la norma fundamental y fundante de todas las otras normas que
integran el género, ninguna otra, salvo ella podría reconocerle tal valor.

2. CONSTITUCIONALISMO CONTEMPORANEO. VAORES Y DERECHOS.

Valores y derechos:
Un ethos combativo en defensa de la democracia y una nueva cultura del
constitucionalismo de los derechos exigía una adaptación y puesta al día del lenguaje con
el fin de asentar sobre bases más sólidas el potencial libertador.

En el plano internacional el nuevo comienzo esta simbolizado en el art. Que abre la

Declaración Universal de los Derechos humanos, la carta aprobada en 1948 en San
Francisco, con pretensiones de rescatar a lo que hoy llamaríamos ‘’sociedad civil global’’,
‘’todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y dotados como
están de razón y conciencia deben comportarse fraternalmente los unos con los otros ‘’.

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En el plano interno, el lenguaje inconstitucional acusará también de manera decisiva el

impacto de las nuevas circunstancias ‘’la dignidad de la persona es intangible, respetarla y
protegerla es obligación de todo poder público’’. Todo ello con la intención de resaltar que
antes de las instituciones y el derecho, está el compromiso de un punto de vista concebido
para ejercer un influjo irradiante sobre el conjunto de lo que tradicionalmente se llamaban
las partes orgánicas y dogmáticas de las constituciones, dirigiendo la aplicación de esta a
una dirección. La que siendo compatible con los valores proclamados, los lleve a efectos en
la mayor medida posible.

Quienes elaboraron la CE de 1978 tenían notable trabajo por partes de las jurisdicciones
constitucionales alemana e italiana, por ello quizás acertaron de lleno eligiendo la formula
de apertura incluida en el art. 1.1 ‘’España reconstituye en un estado social y democrático
de derecho que propugna como valores superiores del OJ, la libertad, la justicia, la
igualdad y el pluralismo político’’ Es una afortunada síntesis que implica el compromiso de
promover la realización de esos valores.

Para comprender mejor su sentido hay que elucubrar que le ocurriría a la constitución si
decidiéramos prescindir de todos o algunos valores proclamados.

Principios y reglas:

En el caso de los principios, el enunciado normativo no adopta esa forma estructural

hecho/consecuencia. Son más bien directrices enunciados prescriptivos que atañen a algo
que ‘’debe ser’’ esto es, un modelo o ideal que aquel que los enuncia, pretende que sea en
la mayor medida posible.

También las reglas aspiran a ser cumplidas pero la diferencia radica en que mientras una
regla se aplica o no se aplica, un principio admite modos o intensidades muy diversas de
aplicación y mientras que en el caso de los conflictos entre reglas debe decantarse por una
de ellas en detrimento de la otra, en los principios el interprete no necesita sacrificar por
completo uno de ellos para que prevalezca el otro si no que mediante un ‘’juicio de
ponderación de los principios en juego’’ decida la medida en que deben ajustarse
recíprocamente.

Aunque en el derecho es posible encontrar tanto principios, como reglas es característico

del derecho de la constitución el recurso abundante a los principios en sus prescripciones
normativas.

El enunciado de la mayor parte de los derechos fundamentales viene realizado en forma

de principios, no de reglas, lo que significa que la resolución de los conflictos que en la vida
real puedan plantearse a propósito de la vigencia de los derechos fundamentales, han de
resolverse con la lógica de la ponderación.
Aunque el lenguaje de los principios es el que caracteriza al reconocimiento de los
derechos, también hay derechos que aparecen expresados como reglas.

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3. PECULIARIDADES DE LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA.

DESARROLLO E INTERPRETACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN.

No basta con la diferenciación entre reglas y principios para captar toda la compleja
variedad de disposiciones normativas presente en la constitución.

El profesor Alejandro nieto en un trabajo precisamente denominado ‘’peculiaridades

jurídicas de la norma constitucional’’ lo expresó al señalar que, por un lado, la constitución
es algo más que una norma y por otro, en lo que tiene de norma es profundamente distinta
de las demás normas del ordenamiento.

La dificultad radica en el hecho de que la respuesta elegida para ellas ha de articularse

como si fuera la definitiva o perdurable. La elaboración de cualquier constitución supone
un punto álgido de debate y confrontación política.

Algunas disposiciones de la constitución parecen concebidas para expresar al mismo

tiempo una cosa y su contraria.

Ese carácter fundante de la norma constitucional obliga a hacer un uso abundante de

conceptos que pertenecen al núcleo mismo de la especulación política, lo que quiere decir
que son conceptos cuyo significado dependen de los prejuicios del lector y ese carácter
complejo y mudable de los significados se multiplica cuando hablamos de las
concepciones recogidas en la constitución.

Con esto estamos diciendo que la constitución es una norma profundamente enraizada en
el universo de lo político cuyo significado exige un esfuerzo discursivo que singulariza la
interpretación constitucional con respecto a la interpretación de las demás normas del OJ.
También interpreta la constitución el parlamento cuando aprueba leyes, el funcionario
que dicta una resolución. Este está sometiendo a ciertas limitaciones su derecho a la
libertad de expresión. Cando es el parlamento el que legisla, la intercisas es máxima.

Los debates sobre el significado y el sentido de control de constitucionalidad de las leyes

tienen siempre como trasfondo la diferencia entre la interpretación política de la
constitución y la jurídica de la jurisdicción constitucional.

En la primera prevalece el entendimiento de la constitución como marco de referencia

abierto a entendimientos plurales y con capacidad de adaptación. En la segunda el
cometido de juez constitucional como interprete de carácter supremo es establecer
mediante técnicas de la interpretación jurídica, los límites últimos que el legislador no
puede traspasar.

Con frecuencia el juez constitucional se embarca en la tarea de sugerir al legislador

adaptaciones de la ley y/o en la de indicar al conjunto de los operados jurídicos
interpretaciones de la ley evitando así el efecto de la declaración de inconstitucionalidad.