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APORTE S

.i::-1"

A LA DI]CENCIA

A RQ U EO LOGOS, AN TRO POLOGOS


#l
E HISTORIADORES: &

UNA EMPRESA COMUN

I t'
.t.

UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES
H ISTO RICAS, ANTROPO LOG ICAS
Y AROUEOLOGICAS
ESCUELA DE HISTORIA
PRESENTAC ION

El subprograma de Arqunlogía Sociat Guatemalteca del lnstituto de


tnvestigacionés, lteva a ustedes et piesente cuaderno de aportes a la docencia.
Estamoé prncupadospor ta Wcacapacidad decritia, análisis y ryf lgxiÓn manif iesta
cuando de una manera meóanicista se manejan, @nceptos indistintamente. Como
ejemplo, podemos enumerar trabajos de investigación en los cuales se lJsan
mnceptos @mo: nación, nacionalídad, señoríos, vasallos, macehuales, maya,
i n d ígéna, i n d io, modo d e p rod ucci ó n, rel ac iones soc i a I es de p rod urción,
p re h i sto r ia,
etc.l sin' comórender y profundízar sobre el significado de los mismos y las
nrrientes teéricas. dué pertenecen. Constatando con esto la falta de discusión
acadén ica en n uest ra Escuela.

Los dos artículas que se presentan en este cuaderna, ínves.tigan una


problemática que es importánte anátizar. La arqueolog-ía, antropología y.la historia,
'son
disciptínás que fornan parte de la cíencia de la historia, diferencíadas por la.
Vór^á qub abordan e interpretan su objeto de estudio, pero que tienen en común el
estudio de la sociedad en su coniunto.
publicamos los trabajos de María Teresa Boschín y el d9 Fernando López $

Aguilar, con el objetivo db despertar inquietudes y OroOí9i91. una discusión Y

únstructiva entre'ios sectores dé h escuela, que tenga @mo obietivo en el f uturo,


el hacer det trabajo det arquútogo, antropótogo e historiador: UNA EMPRESA
@¡t4UN.

Subprograna de Arquslogía Socíal Guatemaltea


3

CONTEN I DO

ArcUEOL@9 E H I STOR I ADORES:


UNA EI'IPRESA &tlUN 4
María Teresa Boschín

LA ArcUEOL&IA Y LA RE@NSTRTIC:CNN
HISTARICA B
Gianfrana Cassiano y
Fernando López Aguílar
AKIUEOLffiS E H|STORLATDRES: UNA EM4RESA @túUN
MARIA TERESA BOSCHINI

E¡¡ los últímostíent¡tosse ha revítalízacloen nuestromedio tadiscusiónacerca


oel objeto, de la forma.deaproximarsea ét y por ende del recortede las discíplinas
sociales. Por nuestra.insercíón profesional nos identíficamos con esta probtenática
en lo gue hace a los límites entre sociotogía, antropología, arqu@logía'e historia.
Por la naturaleza y Wr el objetivo de estas notas y por el nñtexto en el cual
se dan, nuestra prxrcupación se centra en ta dupla arqualogía-historia. previa-
mente hemcs de remnocer que los vínculos primarios de la arqunlogíaestán dados
qon lq antropología por una cuestión de tradición que mantuvo por mucho tiempo a
la antrowlogíasujeta al estudio de las sociedades iradicionales, tas mismas que @n
diferencias temporales estudia la argueología. Esto determinó'que la antropología
@nstruyeraun marcotúrico-rcnceptualy acumularatodo un caudal de ínfo¡'naclón
que resulta de primordial interés para la arqueología y det cual ésta se vuelve muy
depen d i ente e n deter m í nados momentos.
La relación arqueología-hístoríaestá dada porque ambas ciencias comparten
un objetivo, la reconstrucción de tos hechos histórico-socíales, y es @nsecuencia
cie partir de una. concepción unitariacon respectoa.l hombre y su produccíón. Somos
consientes de que es muy dífícil etíminar términas aceptádos por la comunidad
cie.ntífica y que además permiten que nos entendamos, pero creemos que ha ttegado
la hora de hacer un esf uerzo: desterrar de nuestros pápetes determínádasvocablos,
camo. gqr ejemplo prehistaria, para facilítar la discusión túrica y redimensionar
idn!ógícamente nuestro trabajo. Nuestra reatidad socíocufturai sólo se explica,
acabadamente y en todos sus términos si se procede a referirla a todos los héchos
acaecidos desde los inicio hasta la actualidad.
. Arquúlogose hístoriadoresestudian la saciedad. Esta generalizacién podría"
llevar a pensar que no hay diferencias entre una y otra disciplina e ínetusó eftre
qnbas y la socialogía y la antropología; conviene por lo tanto áfectuar precisíones.
For nuestra cttmpetencía nas referiremos a la arqueología y a aquellas sítuacianes
en las cuales las necesidacies reanstructivascondícionaial arquúlogoal uso de
ciocumentos escrítos.
En nuestro enfoque la singularidad de la arqueología resulta de tratar nn
una base documental especifica y de contar con una aproximación túric:ct-
netodctlógica que combina las exigencias de la reconstruccíón hístórica con la
necesidad de producir explicaciones sobre fenómenos sociales.
Sintetizando, son rasgos distintívos de la arguealogía:
- Los dalos que
utiliza, los restos materiales dejados por sociedades pretéritas.
-La exigencia de que esos restos materiales s@n entendidos como resuttado de
actívidades socíales y en consecuencia, como manifestacicin de un modo de
produccíén y una ídalogía determínados que se resume en un moclo de vida
singular.
- La obligatoriedad de ubicar esas sociedadas pretéritas en una secrJencia hístórica
generaí que sin solución de continuidad dé cuenta de la historia de la humanidad.
Los arquúlagos sienpre tuvímos claro que una parte de nuestro trabajo se
apoyaba en Ía consideracíón de documentos hist:ót'icos, ya sa porque éstos
contenían datos sobre el período que estudiábanasó porque procedían de la misma
región en fa cual realizábamos excavaciones y nos resuitaban útiles para la
fornulacíón del planteo hipotétia.
En ias primeras décadas de este siglo se abusó det uso de crónicas y relates,
en tanto que se eontaba con escasa o nula apoyatura de datos empíricos obtenidos
por medio del métado arqueológíco. Esto derivó, durante la segunda ntitad del siglo,

I Instíiuto l.lacional
de /rntroocloqía - CONICET
5

en ajustes imprescindibls para el crximiento de la arquqlogía: fue nwario


precisar que su posibilidad de generar aporte al conocimíento científia dependía
en buena nedida de su concentración sobre los datos que aportaban los resfos
nateriales.
Pareció adecuado entonces, delimitar qué papel se asignaba a la incorpora-
ción de material históricp, proponer alternativamente las designacionas de
etnohistoriao protohistoria, discutir sí se trataba de un métadoo de una disciplina,
f ijar sus alcances y Wtencíalidades. Hoy consideranps que todas esfas disquisicio-
nes - de las que fuintos parte (Boschfn y Nacuzzi 1979)- eran superfluas, que
estuvieron condicionadas por errores de formación académíca y que se nutrieron
de pos i cíones tú r i cas i nace pta b I es.
Cuando el arquúlogo formula problemas que es necesarío resolver a través
del análisis de documentos escrítos, procede de acuerda an el método histórim:
toma el método de una ciencia particular para trabajar con un tipo de evidencia que
tanbién es propía de esa cíencia. En esa etapa de la investigación no deja de ser
arquúlogo, ni se convierte en historiados, ni es n&egrio decir que lo que está
haciendo es etnohistoria. Es mucho más sencíllo: es la adxuación a ciertos rasgos
del objeto que se pueden @nocer aplicando un método que los explique.z

EI plantn de la existencia de un campo especial -la etnohistoria- tuvo que


ver @n razones de dos órdenes: diferenciar cuando se hacía 'hístoria de pueblos
civilízados' y cuando se 'hacía historia de pueblos primítivos' (Lumbreras 1974:19),
y atender ciertas vocaciones de "sector" que llevan a los especialistas a crear
parcelas disciptínarias que incluyan determinadas formas de procesar la realidacl
dentro de su ciencía. Así ta etnohistoriase presentammo la "visión antropológica"
de los documentos histórims. En nuestrocasoen particular (Boschín y Nacuzzil977,
1979) asumímos esta psición por una aceptación mecánica y acrítica de ciertos
términos consagrados por el uso y no debidamente referenciadostúricamente.
¿)Qué queda entonces si nos oponemos a hablar de etnohistoria? Queda un
segmento de la reatídad social, temporalmente acotado y que está contenido en dos
tiios de documentos: los restos arqunlógicos y las fuentes históricas. Y Wr allí
pasa la empresa común para arquúlogos e historiadores a la que hemos hecho
referencia en el título.
Esta publícación se ubica en esta línea de trabaio en más de un sentido. En
primer lugar, se trata de un espacio abierto por los historiadores en el que
mayoritariamente escriben - en esta owrtunídad ' los arquúlogos. En segundo
!ugar, seenfocan problemasdel períodotardíode laarquslogíade Patagoniay par?
su trataniento se hacen intervenir datos arqueológías y datos históríms. Esto de
por sí no es novedoso, sólo que en este caso nos propusímos encuadrarlo en un
espacio de umplementariedad entre arquqlogía e historia, y díscutimos la
'denominar de defender una franja entre ambas
pártinencia disciplinas a la que sea adecuado
etnohistoria. Lo que da especif ieídada una ciencia social es el perseguir
el conocimientode ta reatidad en alguna de sus manifestaciones, nndicíonandoéstas
la aplicacíón de un método propio.
La socíedad indígena de los siglos pasados es un sector de esa realidad que
no requiere parasu coñocimientode otros métodos que no sean el de la arqualogía
o el de la historia o de ambos sínuf táneamente.
¿Para qué cancentrarnosentonces en la muttiplicación disciplinaria? Sobre

2En un artículo relativamente reciente, Lorandi y Bodríguez Molas (1986:56) tratan sobre la relación enlre historia y
antropología y señalan con acierlo que luego de'...una convérgencia inicial, la arqueología, la etnología y la historia, pasan
a faúés Je ún lento proceso a un aislam-ienlo acentuado". Eslos autores advierten sobre lcs peligros de los enfoques
atomizadores y desta'can que en los últimos tiempos se puede ohservar una lendencia opuesta, es decir un enfoque
integrador de iás ciencias sociales. Sin embargo, pdse a quá el problema se sitúa adecuadamente, se busca la supelación
de É segmentación disciplinaria desde el rescáte y refueno de lá etnohistoria. Se insiste en su autonomía, su especificidad
v sus alcances.
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todo cuando parxería que hemos ingresado en una et4Oa del desarrollo de las
ciencias sociáles que apbyándose en-los avances logrados durante este siglo de
diferenciacíón y'espéc¡álizacíón, puede caracterizarse por la búsqueda de la
integracíón ], la sínfesis.
LA ARCIUEOLOGIA Y LA RE@¡,ISTRUrcrcAI HISTffiICA

Gianf ranco &ssíano (ENAH)


Fernando López Aguilar (ENAH)
que el prxente
En quiere drcir
úlo
existe Wrque el futuro se
onvíerte en pasado. (M. E n de: Momo)

La arqueclogía, a lo largo de su desarrollo histório se ha enf rentado a Ltna


serie de problemas básias que la han llevado a cuestionar su arácter de entídad
científica, su cuerpo túrico, su objeto de estudio e, inclusive, su materiaÍ de
trabaio. Resultaobvio gue a partir de estas dudas, se problematíce ta forma realizar
las inferencias y cómo a partir de los datos arquntógr'cos se pueden alanzar
diferentes niveles interpretativos sin aer en el empirismo, o bien, cómo pasar de
los níveles explicativos de los pro@sosa tos datos empíricos.
De hecho, esta problemática involucra das grandes preguntas, la primera, sí
es la arqunlogía una disciplina científica y, en segundo término, a cual ciencia
mayor debeadscribirse. Las raspuestasa cada una de esfas preguntas han formado
lo que Gándara (cf 1980.9) ha llamado "posiciones túricas" o, en términos
kuhniamos, "paradigmas", de ahí que un análisis exhaustívo de'la arqualogía
rebasaría los límites de este trabajo, puesto que, desde una perspectiva histórla,
que no se limite sóloa enunciar la situación de la arqualogíay sus posibilidades de
dasarrollo, sin tomar en cuenta las mrrientestúricasy la narañade subdisciplinas
y proto-tarías que han aquejado a la arqualogía es, por lo pronto, imposible.
La ida que ríge este trabajo, que no pretende dar una solución a la
problemátícaanterior, es apuntar una serie de mnsideracionessobre laarqunlogía,
como forma de hacer hístoria, y las consecuencias metodológicas y práctías |ue
i.mO.lica adoptar una psición de este tipo. Especialmente nos interesa señaiar,
independíentemente de los raquítias contactos entre la historía y la arquatogía,
la forma en que se interconectan sus campos de acción y cuáles son los aportes áue
puede of recer la arqualogía en la reconstruccíón histórica de las sociedades, en
una perspectiva que es, necesariamente, la del arquúlogo.
Esta prorysición implia una ontología no sólo del objeto de estudio de la
arqunlctgía, sino además de los materíales que permiten al investigador el generar
Ios datos, base de la interpretación. Por otro lado, es importante señalai lo que
significa la palabra historia y discriminar de elta los múltiples sentidos partitivos
del término, para así poder establecer los puntos de antacto entre ambas
disciplinas, pues tanbién las formas en que se cencibe la historia han incidido en
distintos aspectos de nuestras dísciplinas, @mo por ejemplo, en la subdivísión en
subdísciplínas.
Pa ra e nte n de r I as pos i b í | i dades de I a a r q ueo lo g ía de rea I i za r u na rea ns t r uc-
ción histórieay, en consecuencia,las relacionesentreella y la historia, es necesario
revisar los elementos que permíten la clasífícación en las ciencias y así determinar
s u ca pac i dad d e ge ne ra r a noc i m i e n to c i e nt íf í co.
Entendenos @mo ciencia "un sistema de mnceptas acerca de los fenómenos
del mundo externoo de la actividad espiritual de los indíviduos que permite prever
y transformar la realidad. Es una 'Producción espiritual', cuyo ontenido y
resultado de Ia reunión de hechos oríentados en un determinado sentído, de
hiÑtesis y tsrías elaboradas y de las leyes que mnstituyen su fundamento" (
kedrov y Spirkin 1968:7).
La historia como ciencia, tiene un cuerpo de tnrías, leyes, conceptos y
categorías que permiten la explícación científica del desarrollo de la humanidad,
siendo su tsría nás general el materialismo histórico, del cual se derivan una serie
de tmrías particulares y sustantivas. Según Kedrov y Spirkin (cf 1968:12O-122),la
f'

B
historia de la hu.manidad se puede estudiar desde dos enfogues: @mo desarrollode
toda la hunanida.d en la interdependencia de sus estructnras, facetas o eleménloi,
o @mo desarrotlo de una o varías de las facetas estructurales, extrafdas de sú
i.n.t9r-cgnexión general. Señalan que en el prímer caso nos encontranoscon ta ciencia
histÓríca, en un sentido estricto de la palabra. En el seguiáó- áso con tas
subdisciplinas de la historia.
La palabra historia también ha estado cargada de ambigüedades y suele
expresar varías idus dístíntas, una de ella se réf¡ere a la duálídad acontecer-
conocimiento y otra cono ciencia, a la duatidad proceso-producto" En efecto, lo
aantecido, se refiere al hecho histórico como oOjeto de conocimiento, que existe
independientemente de que tenga de ét nuestra capacidad de conocerlo o de la
rep resentación del suj eto cog noscen te.
La historia como proceso se refiere al "hacer ciencia", a los procedimientos
metodológicos necesarios para obtener el conocimiento h¡stóríco nudner tgrs:
27-25), mientras que como producto y conocimiento censiste eiaci. un conjunto de
planteamíentos generallzados y sístemátizadosde acuerdaa príncipiós t*í¡¿¡¡i quá
expl ican un determinado aspecto de la real idad.
La historia amo producto, tíene por objeto et estudio del " hombre y sus
relaciones (con p naturaleza y entre si¡ en tás mrdenadas tiempo-espac¡ó"
Montero 1984:38), que es precisamente el objetívo del estudio de'la ar'quwlogía. éf
Desde esta perspectiva querenos distinguir á la hístoria como ciencia general,-con
las características antedichas y tas dTferentes ciencías particutaie"s en que se
divide, entre las que se encuentra la arqunlogía. Tod'as ellas comparten las
preguntas ontológicas, epistemológicas y metodolégicas a las que debe responder
la historia, así como la definicíón de tos Tipos y caladerísticaide las unidades de
las que hablan su-s tqrías, la forma en'que áe ubican en torno al problema del
conocimienlo y en la que se conciben la naturaleza y objetívos ¿b ta práctica
cíentífia. (cf Gándara tgBO:9).
Que la historia defina como su objeto de estudío a los hombres y sus
relacionesen el espagio.y el tiempo, determina, también que todos tos produbtos y
"huellas" de estas relacíónes puedan generarsecomo datos n¡stOi¡cos, fonstituyei-
do, por lo tanto, "fuentes históricas' .
Fsfas "huellas" se convierten en "fuentes" cuando san interrogadas y
analizadas, cuando san valorízadas xmo tal por el sujetc de rcnocimienio y lis
procesa con una metodología y unas técnicas específicas, que están ligadas á una
cancepción hístórica (cf Montera t9S4:39).
La historia, en uno de sus sentidos partitivos entendíéndola como disciplina
científ ia busca, a través de los documentosescrítos, el entendímíento del desarrollo
social lo que le mnfiere particularídadesa los procedimientos de construccíón de
datos a.sus métodos y técnicas inferenciales, mientras gue fa arquniogíaestudia
los restosmaterialesde las socíedades, por lo que incluye una concepcióiparticutar
sabre ellas que le permite la generación de datos pará la reconstrücción histórica,
y esto tiene cansecuenciasen la netodología y téciicas de obtención de informacíón',
así cono e2 los procediníentos inferenc¡áteé. Sin embargo, tanto ta historia como la
arqueología forman parte de la ciencia de la historia.
La especialidad de cada una de estas disciplinas radia en tener un cuerpo
túrico.particular.que explica su objeto oncieto de estudio, el conjunto'de
materiales del cual genera.n sus datos-, Las tqrías particutares, mn-iu'juego de
leyes que las conforman, adquieren signifícado por la existe'ncia de ias7eyes
generates de la historia, lo que quiere ¿ecir que, en última ínstancia, al efectuar un
estudío dentro de cada una de esfas discip'linas, hay que remitirse al nível
expliativogeneral, como única maneraen que ia investigác¡óniengá unia-coherencia
y un sentído en la perspectiva história, Una consecuencia nebesaria es que la
tnríaarqueológicatiene que ser vista como parte de ta teoría generalde la hiétoria,
9s de9.ír, las leyes generales y particulares que se fortñulen a partir de ta
i nvestígación arq unlógica tiene:n que ser leyes históricas
I
Las inpliaciones de este planteamiento son de diversa índole, pero
todo tienen que ver con ta divíiión sobre
i;;li¡il;i;l;t"s
subdisciplinas y pone en duda,án 6s ca,sosálÉáiqustogíay cíencias históriq sociates en
empieza una y termina la otra"' - de ta historia, dónde
eieygro,,des.de un punto de vista crásico der arquúrogo
^^*,^^l?,'a partir del documento
comtenza ta ,,hístoria,,
escrito, mientrás que las etapas anteriores son
englobadas en una entidad áá mntornos vagos,
connotación y espac.íocronológícodepenae aé"tái'eicueras que
definida amo prehistoria, cuya
En la arquwlogíaamerlcana, su uso coincidecon utilizan estetérmino.
término "palqlítico"á íncluye e1 euá iá itc"'e, Europa del
que en Europa se acuñaran to¿á t¡po ae gripoéácerámicos. Esta distinción hizo
otras conceptos como el ae "pióloinistoria,, para
caracterizar sociedades que se ¿esarrólíaionálntenporanááménie
" h i stó r i
cas ", es dPc i r q ue ai¡.íó n reg í st ros escr í a otras ya
tos.
Hasta aquí tradicionalnente guedaba rcnp,is¡¿¡da-ta
su quehacer llegaba hastael momento que la docunéntaciónescrita historia, se asumía que
la información permitíaobtener
bus&ba. ilñá*aurgo, en fechas
"descubierto" a ta -arqixttogla histórt¡á-áeliilin¿ola como ,,elrecientes se ha
lug^et^1ryuqtoqó
conducta humana a través de-los restos y-atgqiales, para estudio de la
afecta de alguna manera u interpretac¡aÁ'; el cual la historia escrita
arqunlogía histórica- se ha aplicado en ,qméi¡clá @eáían r9B2:1s3). concretamente la
europ@s, desde el momento del "con.tacto" hasta-q regiones 'nlin¡iaaas por los
schuyler r978:2s). irocéso de índustiializacíón (cf.
!1s úl.timaiadquisicionssoñ t"áir,*rqueologíay laarqueotogía
de lo "viviente". La primera tieite como ampo de est-udio los grupos indígenas
actuales' aprovechando elementos de historia'orilÁ
del grupo o que deia evídénóiÁ-materiates de ra ¡rfor*a"lár"á¡15ói" por parte
responder a problemas de tipo arquarcáico. tá ¡nodir¡cac¡ói de' tá'náíiratera pa*
de la sociedad 1c-tLlat a traiéi de- iágun¿a pretende hacer estudios
restos mateTíales, con la metodolctgía y tas
técnicasarqueotógicas,a fin de obtener "u" ¡nrormatción,iomptenentariaa
Fsfa división de .ta arqueología t¡áiá,- eÁ- principío, unaotras f uentes.
cronológica,aunqueesevidenteáue connotación
¡nótuyemñá¡der"b¡oiá"¿á't¡ló'loi¡u*nómico
y' en consecuencia, está determinada poi una concepcion
de la historia. En el aaso
es patente at ptanteaiáe una arquarosrá preh¡itóri*,-l,iln¡spánica
#,y#,? y
La anbigüedad y la falta de precisión de los términos
histórica, aunadas a la-poca ctariáad eq1it ónl/iló"'y de la periodíficación
,"t.s de
dado lugar a esfas di.visiones qui no nacáñ tíái' qlá'o"ro"trar ta arqueotogía han
arqueología de estudíar a las sociedadis áesaiLibLntu ta apacidad de ta
Esta perspectiva ha hecho oye ta árin@;¡o;k: desde
de vista díacrónim.
vinculado con una yis.ión sus orígenes, se haya
listórica,-buscanaóát-eá"teá¿imiento
allá de la docunentación esci¡iá. Por. ello, siempre ha mante,niáá'- de la humanídad nás
determinadu po, las caracteirsicas rnu base,
estratigráfims, en la gue et conocimientodeaestitosnitáFiat iiátores
de estudio en depósitos
temporales era imwrtlnte y, poi enae, ;; láb"j;;on,
p r o f u n d í zac i Ó n, as pectos en diferentes niveres de
désc'r Ipt ¡ voé á e- i oi bjítl;; r q urcI óg í q¡s, re I ac i o nad
con una visión histéríca, a vecei descriptiva ótlal os
" m1s" expticativa.
Las divisiones.de la arqurclogía'en tis suiAisiiptin"s
responde a diferencias aparénies én ta matertiá ii antes mencionadas
metodología para su.estudio, que-ño corresponden, traoa¡o particular y en ta
cronolÓgicasen se.ntido.estiiciá,-s'iio a to qrie-eias necesariamente, a distinciones
en basea una seriede indicadói'áiárquqlógicostoñLdos ímitian en ,i sént¡áo histórico,
e1!^a¡0yyloeihlstét'ic/ de maneraoperatíva. Así
soDre ta arquqlógica en la "á71*,-t"sia,
en principio, a ta documentación escrita
búsqueai de aat'os l¡ná-¡áarJores-, los cuales, una vez
demostrada su vt1¡áéi,u"üáí"1iái son utitizados para
contextos para los cuales no se iiáren ese tipo de interpretar evídencías de
híbrido en el que no se da una ¡it.sracióñ a n¡váíteorícoLogeneral, registro. gue resulta es un
especificidad' dentro ae otjetiios.cáncretos, aprovechando, sino en la
en su mayor parte, ras

I
1A

posibílidades t&nias inherentes a cada disciplina.


wsible que estas distinciones tengan sentído en el ontexto de ta división
Es
clásica -Nsitivista- del trabajo y hacia enfoques y objetivos muy concretos (por
eiemplo la definición de estilos en artefactos), pero no cuando la ínvestigación se
plantea por áras gagráficas buscando un conocimiento íntegral de los procesos
histórías.
Las característicasmismas de los materiales de estudio hacen que el rango
cronológica dentro clel cual se mueve el arquúlogosea mucho más ampiio que et del
hístoriador. Es decir, tratándolos como fuentes primarias de ínformación, el
arquúlogo puede estudiar <tesde la prehistoria hasta la actuatídad,3 mientras'que
el historiador, en ese mismo nivel, se limita al momento de la aparición de la
escritura, o quizá, a cuando esta información es más sistemática, normalmente
porque, de alguna manera, se ha preservado hasta el presente. Tradícíonalmente a
partir de ahí se ha relegadoa un segundo plano a la arqualogía, apticándola ya no
para la reanstrurción de procesos histórías, sino para la "afinacíón de detalles",
para la obtención de piezas y el rescate de monumentos.
No obstante el historiador puede tomar como f uentes escritas los resultados
publicados de las investígacionesarguológicas para ínterpretar la historia de las
sociedades para las cuales no se cuenta an "fuentes primarias". Esta situación ha
llevado a algunos colegas a considerar a la arqualogía como una "técnica de la
historia", af irmación que es necesariamenteerrónea desde la perspectiva manejada
en este trabajo, en la medida en que consideramos que el arquúlogo tiene acceso
a los níveles explicativos de las sociedadesnncretas que estudia.
En este punto es importante recalcar que la arqunlogíaes una disciplina de
la historia y, por ello, tiene capacidad, a partir de su metodología particular de
estudio, de praducir explicaciones sobre los procesos históriq-sociales, distin-
guiéndose de atras disciplinas históricas pr*ísamente por la forma en que genera
eseconocimiento. Esto noquieredecir que laarqueologíamanejeexelusivamentelos
restos materiales para postular sus inferencias, como el historiador tampon utiliza
sólo las "fuentes primarias" existentes, pues tambíén el arquútogo utitiza la
documentación y el registro escrito, ya sea el proveniente de otras investigaciones
arqua l óg i cas de " f ue n tes p r i ma r i as " h i stó r i cas o de i n t e r p retac i o nes real i zadas po r
otros historiadores. El problema no es, entonces, de exclusíón por el tipo de
materiales, pues siempre se internnectan las disciplinas, unas con otras, en la
adquisicíón de datos, con lo que la clásica visíón posítívista de la ciencía resulta
falsa, sino de la forma en que se generael conocimientoa part¡r de una reatidad
nultifacética.
En la re@nstruccion de los procesos históricos a través de la perspect¡va
arqueológíca nos enfrentamos con enfoques distintos: el primero parte de la
necesidaci de estudios regionales para poder explicar la particularidad de los
diferentes antextos arqualógicos y sus implicaciones en los procesos loales de
desarrollo. Otro considera que existen localidades más importantes en la expliación
de los procesos regionales, que es necesarioconocer para poder explicar a partir
de los sitios. @n una carga de conocimientos subordinado. Tambíén se puede
encontrar una mezcla de los dos criteríos, cansiderando que no todas las fases del
desarrollo histórico se manifiestan en la centralización de las instancias sociales,
po I ít i as o eco nóm i as ( cons i dé re n se I as d i fe re nc i as en t re el pa I q | ít i co, po r ej e m p I o,
y el período urbano).
El plantear ínvestigacionesa nivet región o de sitío se puede entender en la
perspectiva de la historia de la arqunlogía misma y del desarrollo de esquemas
multi e interdisciplinarios, pero tanbién se ligan mn criterios extra-aadémias,
como los políticos, que van desde las necesldades reales del país donde se efectúa
la investigación, y su plazo, hasta las restriccionesy limitaciones presupuestales.

3No discutiremos aquí


si el presente arqueológico y el presenle histórico -en su sentido partitivo- son o no concordanle¡
en términos del objeto de esludio, por ger materia de otras discusiones.

I
t

t1
El estud¡o regional se anvierte en una instancia generalizante que a veces
pierde de vista no sólo el objetivo histórico general, sino tambíén et objetivo
antrowlógíco de la rennstrucción de las particularidades de la "vida mtidiana",
por no prof undizarel nivel de sítio. Esta última situaciónse manif iestatambíén como
un rechazo hacia la microhístoría.
Los trabajos de sitio, de manera aíslada, difícilmente tienen acceso a
inferencias de tipo general, aunque se excave integralmente, en Ia nedida que la
totalidad de los procesos de una sociedad concreta no se manifiestan en una sola
Iocalidad. No obstante, pueden ayudar a resalver prablemas a una e-scala menar,
basán dose e n desc r i pc i o nes deta I I a das de I os s i t i os o pa rc i a I i za n do I as Ws i b i t i dades
de conocimiento (p.e. desarrollo de la tecnología lítica o de estilos cerámicos).
La diferencia entre los dos enfoques mencionados no se manif iesta tanto a
nivel de la tsría generalo de la formulación de hipótesis, (de hecho pueden partir
de planteamíentossemejantes) sino en los diferentes procesos de obtención det dato
y de la posibílídad real de detectarlo, lo cual implica problemas que no necesaria-
mente han sido resueltos por la arqualogía. Esto es así porque el estudio
argunlógíco busca, en primera instancia, las relacíones entre los materiales para
determinar de qué forma representan relaciones entre los hombres y de qué tipo
son.
Lo que puede parecer sólo un problema de procedimiento
de estructura de investigación, representaen realiciad la díficultad que ha tenido
y tiene la arqunlogía para llegar a la formulacíón de planteamientos íntermedios que
resuelvan la solución de contínuidad entre la teoría general y los materíales de
estudío. En realidad, tales planteamientos han existido y se siguen produciendo,
resultando de marrcs túrias distintos y casi siempre implícítos, la que hace dif ícíl
que el conocimientoque pueden generarse integren a la r*onstrucciónde procesos
históriasgenerales, porque las tnrías particularesque permiten talesconocimíen-
tos no guardan coherenciacpn ellos. Esto no inplica renunciar a la comprensión del
nivel más amplio, pero si la necesidad de reconoceren cadaocasión el planteamiento
intermedio y las formas de obtencíón de datos que derivan de éste, para poder
filtrar la información e intentar objetivizarla. Sin lo anterior son nuy discutibles,
por ejemplo, las rwnstrucciones históricas de la época prehispánicaen méxico, a
partir de datos obtenidos en funcíón de diferentes objetivos y hasta en diferentes
momentos de la arqueologíaen el país.
Desde nuestro punto de vista, las actividades humanas dentro de las regiones
conforman un todo estructuradoorgánicamenl:e, por lo que los materiales dejados
por estos grupos reflejan esa organizacíón. Para ilustrar Io anterior, consideramos
que, en una región y en un tíenpo dado, existen grupos humanos que mantienen
relaciones entre sí y que, en la realización de actividades modificadoras de la
naturaleza, dejan una serie de evidencias materiales que ahora son objetos de
estudío_de la arqualogía y que denoninamos o iea
Tales sifrbs deben lanifestar tanto el nível de íntegración regional como,
evidentemente, el de la especif ieidad de su papel dentro de la estructura global. A
veces, lo primero puede ser captado desde la fase de recorrido de superf ície, lo que
nos aproxima a la rcmprensión de procesos amplios, @nsecr¡entes con la tgría
general pero vaciadas de la especif icidad que da el conocimiento de la hístoria de
las formas de vida de la sociédaa y de toá grupos gue la componen. Esto último
puede ser logrado en la fase de estudio a nível de sitios, pero la amprensión de
esfos no es completasi falta el rxonocimientode los procesos regionales: las partes
de la región, estudiadas aisladamente, difícilmente permiten la consecución de este
obietívo, ya que la comprensión de los sígnificados de los dístintas niveles de
integraciÓn y asociación de los materialesarqunlógiasdebe proceder metodológi-
camente y dentro del proceso concreto de la investigacíón, de lo general a Io
singular.
Los cuestionamientos que hemos señalado aquí no son privativos del
arqueólogo y se aplian en general a cualquier cíentíf ico de la historia, pues existen

)
t2

diferencias ¡/¡sias en et objeto oncretoe inmediato de trabaio, que se relacionan


añ su naturalezamaterial (ffs¡a). El arquúlogoestudia un universo heterogéna
cuya aracterísticaamún de los objetos que lo @mwnen es el de haber pasado por
ui proceso de transformaci1n social. Tambíén por los llamados rasgos ambientales
refiejan casi siempre en un medio transformado, Io cual el arquúlogo d,eberla
ser capaz de reconocer los procesos de transformacíón, dónde y úmo actúan. En
este sentido, también la materia de trabajo del historiador ha pasado por un filtro
t que afecta en cantidad y en calidad, pero se trata de un universo más homogénw
I porque se @mpone únicamente de la fuente escrita,
I A t a het e ro g e ne í dad a nt es me nc i o nada la a r q u a I og ía ha res po n d í do de va r i as
maneras: En una pretensión uníversalista, se ha f iiado @mo meta el tratar de lograr
una visíón amptia de los fenómenos, tanto naturales como culturales, en la que
normalmente no se logra una perspectiva histórica general. Otro amino ha sido el
de la especiatización hacia momentos particulares de la historía o hacia coniuntos
específ icasde materiales. Estaaparentecontradicciónentreenfoqugs qniversalistas
y'particularistas ha planteado una posibte solución en la multidisciplinaridad, la
cúal si parece hacer inclinar et fiet de la balanza hacía la especialización y
sectarización del canocimiento, aportacasi siempre una serie de datos yuxtapuestos
pero
'de no integradas. La desintegraciónde la realidaden díferentesobietosconcretos
estudio debe ser necesaríamentepresidida por el reconocimientode los procesos
generales que van a determinar úmo y dónde disectarla.
lJna' posible manera de tográr el entendimiento de procesos histórims
generales úmporta la integración de las disciplínas ínvolucradas en torno a
broblemas @munes a resolver, privilegiando los unos sobre los otros sólo en
relación al objeto concreto de trabaio.
En resumen, la proposición que manejamos aquí inplica qu9 la arq.ualogíaes
capaz de la reconstiucóión de Ia totalidad histórica, a partir de la serie de
náteriates que conforman su objeto de trabaio y desde los cuales puede construír
sus datos. Hra etlo ha generadó, también, un aniunto de procedimientos técnicos
áue te permiten su esludio, a partir de diferentes estrategi7sy
de investigación,
ielacionadas con la fínatíáad'det trabajo arqunlógico desde las cuales se
manifiesta ta comitementariedad necesária de las distintas técnicas para la
reconstruccíón histór¡ca concreta y la explicaciÓn científica de los procesos
generales, que es la única manera-de superar.el ni.vel empírin del trabaio al
conocer, en una perspectiva diacrónica, el sentido y dirección de los procesos que
dan tugár
-Sin a la cómpleja
realídad actual de las regiones baio estudio.
embargio-, ái¡sie la tendenciaa ansideraral retsertede lre obietosen sí
@no uia i¡nat¡¿a¿' áel trafujo del arquúlogto, irmgen aryyada, en prte' grury por Ia
incarycidad det arquútogo de derpstrar que hae historia, no Fra yn
peq;ieño, sírto para ia wiedad en su aniunlo, y prq.ue &ta ve al arquúlogowtp
Zná ieiér"¿oi Ae obietos y monumentos, más que de idas y prrc5¿s.- Así, la parte
más-antundente del trabajo arquqlógio queda plasmada en musffi y zon¿rs
ilqu@6Siasque, en ta naior paite de lre @sps, tw oesan de ser áreas de r*r&1
nwstrando ta histoiia pr tw oÉietgs i no Pr lre prw, on lo -c,ual sF responde
a-in determ¡nag proyectó ñacdnA. ia tuána en éste senti-do no úlo es la lucfn del
álq*óiogo éi su'slfu¡ic¡dád, sino de todcs tas tratuiadarqs de la historia, Pr
ettó, et qúe taarquátogías reialorieen su @ntenido histórioes, adeñs de una
'iégei^.¡On inheiente át dsarrotlo mismo de ta disciplina(subrayado
i&Á¡ciaA @fl,o ciencia, una
nuestro)
ptitlca v no una simpte ráivná¡ac¡Anacadénica.

-a

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