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POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ

ESCUELA DE EDUCACIÓN SUPERIOR TECNICA


PROFESIONAL PNP- T

CATEDRÁTICO : SS PNP AURICH FLORES, DAVID

ASIGNATURA : CODIGO PENAL MILITAR POLICIAL

ALUMNO PNP : S3 PNP REYNA ISUIZA MAURO

T AR A P O T O – P E R U
2018
DESARROLLAR
1. QUE ENTIENDE POR PRINCIPIO DE LEGALIDAD

El Principio de Legalidad es sin lugar a dudas el principio más importante del


derecho administrativo puesto que establece que las autoridades administrativas –
y en general, todas las autoridades que componen el Estado – deben actuar con
respeto a la Constitución, la Ley y al derecho, dentro de las facultades que le estén
atribuidas y de acuerdo con los fines para los que fueron conferidas dichas
facultades.

Esto implica, en primer lugar, que la Administración se sujeta especialmente a la


Ley, entendida como norma jurídica emitida por quienes representan a la sociedad
en su conjunto, vale decir, el Parlamento. Lo que ocurre es que en el Estado de
Derecho se ubica a la Administración como esencialmente ejecutiva, encontrando en
la ley su fundamento y el límite de su acción. Es una Administración sometida al
Derecho, aunque la misma está habilitada para dictar reglas generales – reglamentos
fundamentalmente -, éstas están subordinadas a la ley.

En segundo lugar, la Administración Pública, a diferencia de los particulares, no


goza de la llamada libertad negativa (nadie está obligado a hacer lo que la ley no
manda, ni impedido a hacer lo que esta no prohíbe) o principio de no coacción, dado
que solo puede hacer aquello para lo cual está facultada en forma expresa. La
discrecionalidad, como resultado, va reduciendo su existencia a límites casi virtuales,
lo cual es consistente con la moderna teoría administrativa, e incluso, con reiterada
jurisprudencia, en especial la emitida por el Tribunal Constitucional.

Asimismo, la Administración Pública, al emitir actos administrativos – que, por


definición, generan efectos específicos, aplicables a un conjunto definido de
administrados – debe adecuarse a las normas reglamentarias de carácter
general Estas últimas evidentemente deben de complementar debidamente la norma
legal que les da sustento, cumpliendo con reglamentarla de manera adecuada, en el
caso de los llamados reglamentos ejecutivos. En el caso de los reglamentos
autónomos, la Administración debe respetar las normas legales en general y en
especial aquella que le otorga potestad reglamentaria a la entidad.
Origen del principio de legalidad.

El sometimiento del Estado en general y de la Administración Pública en particular


a la Ley tiene su origen en la doctrina de John Locke. Expresa este autor – a quien
se le reconoce casi unánimemente como padre del liberalismo político – que si el
Estado ha nacido para proteger los derechos naturales, que no desaparecen con el
contrato social establecido por Hobbes, carece de sentido racional que desaparezcan
por la instauración de un Estado absolutista, cuando el contrato social persigue el
fin de proteger, amparar y hacerlos sobrevivir. La monarquía absoluta es entonces
incompatible con la sociedad civil. Lo que hay que hacer es limitar el poder absoluto
y ello se logra distribuyendo las funciones estatales.

En contraposición con Hobbes, Locke considera al soberano como parte integrante


del Pacto Social, por lo cual dicho soberano se encuentra también sometido a la
norma legal. Hobbes emplea el contrato social más bien para justificar la obediencia
al soberano y la asunción de éste del poder absoluto sobre sus súbditos. Y es que,
para Hobbes, la libertad del soberano, está sobre los individuos y por sobre las
mismas leyes que rigen a los individuos. Cada individuo renuncia a su libertad
buscando la seguridad que le otorga el Estado soberano.

El sometimiento del Monarca a la Ley genera entonces que el pretender que éste
elabore también la misma, implicaría una grave incongruencia, pues estaría
sometido a sus propios designios, sin que exista control aparente alguno. Si el
Príncipe absoluto reúne en sí mismo el poder legislativo y el poder ejecutivo, señala
Locke, no existiría Juez ni manera de apelar a nadie para decidir en forma justa una
reparación o compensación si es que el Príncipe generase un daño o atropello.

De la misma manera, señala Locke, “tampoco es conveniente, pues sería una


tentación demasiado fuerte para la debilidad humana, que tiene la tendencia a
aferrarse al poder, confiar la tarea de ejecutar las leyes a las mismas personas que
tienen la misión de hacerlas”. Es evidente, a partir de este razonamiento, que el
principio de legalidad es uno de los elementos que conforman el Estado de Derecho,
pues sirve de efectiva limitación al Poder Estatal en beneficio de los derechos de los
individuos.
2. QUE ENTIENDE POR PROHIBICION DE DOBLE INCRIMINACIÓN

El principio de prohibición de doble incriminación también conocido bajo el


postulado de Nos bis in ídem, es una garantía primordial para las personas, que ha
sido reconocido por la mayoría de países del mundo a partir del respeto por los
derechos humanos y como consecuencia de un Derecho Penal en el marco del Estado
Social de derecho.

3. QUE ENTIENDE POR EL PRINCIPIO DE CULPABILIDAD

El principio de culpabilidad, como garantía individual, se halla dentro del


conjunto de postulados esenciales a todo Estado Constitucional de Derecho, que
operan como límites de la potestad punitiva y se traducen en condiciones necesarias
tanto para la atribución penal, como para imposición de la pena. MIR
PUIG1 considera que bajo la expresión principio de culpabilidad, se pueden
incluir diferentes límites del ius puniendi que tienen en común exigir como
presupuesto de la pena que pueda culparse a quien la sufre del hecho que la motiva.
De manera que éste principio debe ser asumido como el “medio más liberal y
psicosocialmente más efectivo que hasta ahora se ha encontrado para limitar el
poder punitivo del Estado”2. YACOBUCCI3 sostiene que “El derecho penal de
nuestro tiempo ubicó al principio de culpabilidad como otro de los pilares de la
legitimación del ius puniendi. Es decir, como otra de las reglas de encauzamiento,
realización y limitación de la potestad punitiva del Estado. Por eso, junto con el
principio de legalidad, el de culpabilidad puede ser definido como principio
fundamental. Es tal su importancia, en el estado de derecho, reconoce el profesor
argentino, que sin su consagración, no es posible legitimar en estos días la
legislación penal. Incluso ZAFFARONI4 llega a afirmar que el principio de
culpabilidad es el más importante de los que derivan en forma directa del Estado de
Derecho, porque su violación importa el desconocimiento del concepto de persona.

En efecto, el reconocimiento de la vigencia de un derecho penal de culpabilidad por


el hecho, importa el respeto a la dignidad humana5 y asegura a los habitantes que
sólo serán sancionados por sus acciones (o en todo caso por sus omisiones) pero no
en razón de sus ideas, creencias, personalidad o supuesta peligrosidad, que han sido
el fundamento de los sistemas represivos impuestos por los regímenes autoritarios6.
Es que, el principio constitucional nullum crimen, nulla poena sine lege,
favorece más el desarrollo de un Derecho penal del hecho que el de un Derecho penal
de autor7. Y ello porque las descripciones de acciones y de penas por el hecho
se acomodan más a las consecuencias de éste (lex stricta, certa, scripta y
praevia), que unas disposiciones penales que atiendan a un elemento caracterológico
en la persona del autor, o a la esencia criminal de la personalidad que hay que
castigar, y que midan a partir de ese baremo la clase y cuantía de la sanción8.
Según ROXIN, un ordenamiento jurídico que se fundamente en los principios
propios de un Estado de Derecho Liberal, se inclinará siempre hacia un Derecho
penal del hecho9. La decisión en favor de una u otra tendencia es tan importante,
que puede afirmarse que el Derecho penal habrá de estructurarse de
modo completamente distinto según se base en la idea del hecho o en la del autor.
En palabras de ZIMMERL “hecho concreto o personalidad, ésta es la pregunta
sobre el fundamento primario de todo sistema”10.

No obstante ello, y a pesar de que debió recorrerse un largo y lento camino


hasta arribar el principio de culpabilidad, según el cual no hay pena sin culpabilidad,
hoy en día parece encontrarse en crisis esta garantía, o al menos es seriamente
cuestionada, lo que hace que se mantenga vigente la siguiente reflexión
de JIMÉNEZ DE ASÚA “acaso por lo mismo que es tan difícil ser digno a los
pueblos –como a los individuos- la ansiada meta no está enteramente conseguida”11.

ORIGEN DEL PRINCIPIO DE CULPABILIDAD:

El concepto penal de culpabilidad hoy utilizado, fue desarrollado por la


doctrina europea hacia finales del siglo XIX. Con anterioridad, las cuestiones
relacionadas con la imputación subjetiva se solían tratar bajo el epígrafe general de
“imputación”, si bien la palabra “culpabilidad” había sido ya utilizada por los autores
de aquel tiempo. Sin embargo, este concepto sólo pudo ser tratado con el rigor
sistemático actual desde que VON IHERING separara por primera vez en 186712,
el injusto “objetivo” de la culpabilidad “subjetiva” y con ello se pusieran las bases
para la moderna teoría del delito”. Se atribuye a BINDING13 la elaboración del
concepto de culpabilidad en su sentido moderno.
4. GENERE UNAS SUPUESTA SITUACIÓN QUE SE ENMARQUE DENTRO
DEL PRINCIPIO DE TERRITORIALIDAD

Hay que destacar en este caso también, la Ley 15/1978, de 20 de febrero, que regula
la Zona Marítima Económica, y va a establecer ya en su artículo 1 que la misma se
extiende desde el límite exterior del mar territorial español hasta una distancia de
doscientas millas náuticas (por el Cantábrico y el Atlántico), contadas a partir de las
líneas de base desde las que se mide la anchura de aquél. Por tanto, siguiendo esto
se concluye que el Estado español tiene derechos soberanos a los efectos de la
exploración y explotación de los recursos naturales del lecho y del subsuelo marinos
y de las aguas suprayacentes.

- En el ámbito aéreo, hay que decir que podemos fijar el espacio aéreo con facilidad
una vez que ya se ha fijado la extensión del mar territorial y el ámbito terrestre, ya
que la soberanía del Estado español se va a extender sobre el espacio que se sitúa
sobre el territorio español y el mar territorial, siguiendo lo recogido por el artículo
1 de la Convención de Chicago de 1944 sobre aviación civil.

- Hay que destacar que “el espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes,
no podrán ser objeto de apropiación nacional por reivindicación de soberanía, uso u
ocupación, ni de ninguna otra manera” siguiendo lo aprobado por la Asamblea General
de la ONU de 1966.

- Siguiendo con las naves y aeronaves, hay que tener en cuenta el tratamiento
especial que se le va a dar a las mismas en cuanto a lo que a la determinación del
territorio se refiere, y esto se debe a que mientras que el espacio terrestre, marítimo
y aéreo tienen la consideración de espacio soberano con carácter “natural”, por el
contrario, en lo que se refiere a las naves y aeronaves, esa consideración de espacio
soberano no tendrá dicho carácter, sino que tendrá carácter “jurídico”. En primer
lugar hay que decir que el régimen de las mismas se basa en criterios distintos:
importancia militar y mercante, el lugar en el que las mismas se encuentren, si
existen Tratados que recojan dicha cuestión, si existe legislación especial.
5. QUE ENTIENDE SOBRE LOS SUJETOS ACTIVOS EN EL DELITO
PEVISTO EN EL CODIGO MILITAR POLICIAL

El delito policial o militar, es un delito de infracción del deber cuyo bien jurídico
protegido tiene vinculación con lo castrense o policía, es un delito de infracción del
deber propio, ya que sólo puede ser cometido por un sujeto activo especialmente
cualificado, de tal manera que si otra persona distinta – que no cumple con las
características especiales del sujeto activo contemplado en el tipo penal – incurre en
dicha conducta delictiva no lo convertiría en autor de ese delito.

6. QUE ENTIENDE POR LA INFRACION MILITAR POLICIAL


1. Son delitos de función militar o policial las acciones u omisiones dolosas o
culposas sancionadas por este Código.
2. Este Código siempre describe los delitos de función dolosos. Los delitos de
función culposos deben estar expresamente señalados en la ley.
3. Los delitos de función son de competencia de los jueces militares policiales,
mientras que las faltas de función serán sancionadas disciplinariamente.
4. En ningún caso podrán ser juzgados por la justicia militar policial los delitos de
tortura, genocidio, desaparición forzada, discriminación, en los términos
definidos en la ley y convenios y tratados internacionales ratificados por el Perú.

7. QUE ENTIENDE POR AUTORES DE HECHO PUNIBLE


1. Es autor el militar o policía que realiza la conducta punible de función por sí
mismo, por medio de otro o si, mediante acuerdo previo, la cometan
conjuntamente, y serán reprimidos con la pena prevista para dicha infracción.
2. Es responsable como autor el militar o policía que actúa en representación de
otro militar o policía y realiza el tipo legal de un delito de función, aunque los
elementos especiales que fundamentan o agravan la pena, no concurran en él,
pero sí en quien representa.
8. QUE ENTIENDE POR AUSENCIA DE RESPNSABILIDAD

1. El que por anomalía psíquica, grave alteración de la conciencia o por sufrir


alteraciones en la percepción, no posea la facultad de comprender el carácter
delictuoso de su acto o para determinarse según esta comprensión;
2. El que obra en defensa de bienes jurídicos propios o de terceros, siempre que
concurran la agresión ilegítima, necesidad racional del medio empleado para
impedirla o repelerla, y falta de provocación suficiente de quien hace la defensa.
3. El que ante un peligro actual e insuperable de otro modo, que amenace la vida, la
integridad corporal, la libertad u otro bien jurídico, realiza un hecho destinado a
conjurar dicho peligro de sí mismo o de otro, siempre que de la apreciación de los
bienes jurídicos en conflicto afectados y de la intensidad del peligro que amenaza,
el bien protegido resulta predominante sobre el interés dañado; y se emplee un
medio adecuado para vencer el peligro.
4. El que, ante un peligro actual y no evitable de otro modo, que signifique una
amenaza para la vida, la integridad corporal, la salud individual o la libertad,
realiza un hecho antijurídico para alejar el peligro de sí mismo o de otro. No
procede esta exención si al agente pudo exigírsele que aceptase o soportase el
peligro en atención a las circunstancias; especialmente, si causó el peligro o
estuviese obligado por una particular relación jurídica.
5. El que obra en cumplimiento legítimo de un deber militar o policial o en el
ejercicio de un derecho.
6. El que en ausencia de conducta actúa violentado por una fuerza física irresistible.
7. El que actúa con el consentimiento válido del titular de un bien jurídico de libre
disposición.
8. El que se resiste a cumplir una orden impartida por una autoridad o superior
jerárquico competente, que fuese manifiestamente inconstitucional o ilegal, o sea
contraria a los usos de la guerra.
9. El menor de 18 años.

9. CUALES SON LAS SANCIONES PENALES


1. Pena de muerte, por traición a la Patria en caso de guerra exterior
2. Pena privativa de la libertad.
3. Pena Limitativa de Derechos.
4. Trabajo comunitario en instalaciones militares o policiales
5. Multa

10. BUSCANDO INFORMACION, EXPONGA QUE ENTIENDE POR LOS


PARÁMETROS Y FUNDAMENTOS PARA LA INDIVIDUALIZACIÓN DE
LA PENA, QUE SE VE EN LA 4TA UNIDAD.

La individualización de la pena es la precisión que en cada caso concreto se hace para


determinar la cantidad y calidad de los bienes jurídicos de que es necesario y posible
privar al autor de un delito para procurar su resocialización. Es decir, es
el procedimiento por el cual la pena abstractamente determinada por la ley se
adecua al delito cometido por el concreto autor.

La individualización la realiza el juez en su sentencia (es judicial) en base a las


especificaciones del tipo y a las pautas de la parte general (respecto de las cuales se
habla de una individualización legal, aunque impropiamente) y se va adecuando a
la persona del condenado mediante la ejecución de la pena en procura de su fin de
prevención especial (se habla entonces de una individualización ejecutiva o
administrativa).

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