Cengel & Boles (2002) mencionan que la segunda ley de la termodinámica establece que
la entropía1 total de un sistema aislado nunca puede disminuir con el tiempo, en todos los
procesos que ocurren, incluidos los procesos espontáneos la entropía total del sistema y
su entorno aumenta y el proceso es irreversible en el sentido termodinámico, el aumento
de la entropía explica la irreversibilidad de los procesos naturales y la asimetría entre el
futuro y el pasado.
En biología, Di Cera (2000) menciona que los organismos vivos pueden considerarse
como un proceso cíclico. Aproximadamente, el estado físico de un animal cambia por
día, dejando al animal casi sin cambios.
Los animales ingieren alimentos, agua y oxígeno y, como resultado del metabolismo,
distribuyen productos de descomposición y calor. Las plantas absorben energía
radioactiva del sol, que puede considerarse calor, y dióxido de carbono y agua. Ellos dan
oxígeno. De esta manera crecen. Eventualmente mueren, y sus restos se pudren,
convirtiéndose principalmente en dióxido de carbono y agua. Esto puede ser considerado
como un proceso cíclico. En general, la luz solar proviene de una fuente de alta
temperatura, el sol, y su energía pasa a un sumidero de temperatura más baja, es decir, se
irradia al espacio.
Se trata de un aumento de la entropía del entorno de la planta. Así, los animales y las
plantas obedecen a la segunda ley de la termodinámica, considerada en términos de
procesos cíclicos. Los conceptos simples de eficiencia de los motores de calor son
difícilmente aplicables a este problema porque asumen sistemas cerrados.
Habiendo introducido al lector a la segunda ley, podemos hablar de otras aristas de interés
mencionadas en el capítulo analizado: la primera ley referente a la transferencia de calor,
no restringe la dirección de un proceso, sin embargo, satisfacerla no significa que en el
proceso ocurrirá, esa falta de adecuación de la primera ley se remedia con el principio de
la segunda ley de la Termodinámica.
Esta ley no se limita únicamente a identificar la dirección de los procesos, afirma también
que esta energía tiene calidad, así como cantidad, también es importante para determinar
los límites teóricos en el desempeño de sistemas de ingeniería que consideramos de uso
ordinario (máquinas térmicas y refrigeradores). Es importante conocer sobre los depósitos
de energía térmica: que no es más que un cuerpo que pueda suministrar o absorber
cantidades finitas de calor sin experimentar un cambio de temperatura. En la práctica los
grandes cuerpos de agua, como océanos, lagos y ríos, así como el aire atmosférico se
pueden considerar depósitos de energía térmica. Un depósito que suministra energía en
la forma de calor se llama fuente y otro que absorbe energía en la forma de calor se lo
conoce como sumidero.
Clausius alude que es imposible construir un dispositivo que opere en un ciclo sin que
produzca ningún otro efecto que a la transferencia de calor de un cuerpo de menor
temperatura a otro de mayor temperatura. Ambos enunciados de Clausius y de Kelvin-
Planck no se pueden comprobar y están basadas en observaciones experimentales.
Quiere decir que, si un proceso es espontáneo, o sea, que ocurre sin realizar trabajo
externo alguno sobre él que lo facilite, su evolución marcha siempre en la dirección de
aumentar sus probabilidades de existencia y estabilidad. Y eso implica que tenga que
emplear la mínima energía para seguir evolucionando y aumentando sus diferentes
formas de existir establemente, por lo que las implicaciones de la Segunda Ley de la
Termodinámica son considerables.
REFERENCIAS: