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LIBRO V

De los bienes temporales

23 DE NOVIEMBRE DE 2018
INSTITUTO DE ESTUDIOS SUPERIORES DE TAMAULIPAS
Juan Ignacio García Gallardo
Libro V De los bienes temporales de la Iglesia.

 Al servicio de la Iglesia
I. Principios
fundamentales:  Sujetos con capacidad patrimonial
 Los bienes Eclesiásticos
 Deber y derecho de los fieles sostener la misión
de la Iglesia.
 Aportaciones voluntarias
II. Adquisición de bienes  Tasas y ofrendas con ocasión de los sacramentos
y sacramentales
 Tributos eclesiásticos

Libro V

DE los bienes
temporales III. Reforma al sistema
beneficiario y régimen
cc.1254-1310 vigente

 Competencia del Sumo Pontífice


 Competencia del Ordinario
 Los administradores inmediatos

IV. Administración de
bienes eclesiásticos

V. Enajenación de bienes
eclesiásticos

VI. Las pías voluntades y


fundaciones pías.
Principios fundamentales:

 Los bienes temporales están al servicio de la Iglesia


Por derecho nativo e independientemente de la potestad civil, Puede la Iglesia católica
adquirir, retener, administrar y enajenar bienes temporales para alcanzar sus fines propios (c
1254. 1)

Estos fines propios son: (c. 1254.2)


I. Sostener el culto divino
II. Sustentar honestamente al clero y demás ministros
III. Hacer las obras de apostolado y caridad sobre todo con los necesitados

 Sujetos con capacidad patrimonial:


Tiene capacidad de adquirir, retener, administrar y enajenar bienes temporales en el ordenamiento
canónico: (c. 1255)
I. La Iglesia Universal y la Sede Apostólica
II. Personas Jurídica públicas (circunscripciones eclesiásticas, parroquias, seminarios,
IVC, SVA, sociedades públicas etc.) y privadas.
El dominio de los bienes corresponde a la persona jurídica que los adquirió con arreglo a Derecho y
se ejerce bajo la autoridad del romano pontífice (c. 1256)

 Los bienes eclesiásticos


Son todos los bienes que pertenecen a las personas jurídicas públicas y se rigen por los cánones del
libro V del CIC, cundo se menciona a” la Iglesia” quiere referirse a todas esas personas jurídicas (C.
1258)
Los bienes de las personas jurídicas privadas no son bienes eclesiásticos, se rigen por los estatutos
propios y no por las normas del CIC, salvo que en algún caso se indique expresamente lo contrario
(C.1257)
II- Adquisición de bienes
La Iglesia puede adquirir bienes por todos los modos justos que estén permitidos a otros sujetos por
Derecho natural o positivo (C.1259)

 Deber y derecho de los fieles a sostener económicamente la misión de la Iglesia (C.1260)


La Iglesia tiene derecho nativo de exigir a los fieles los bienes que necesita para cumplir con sus
fines propios, esto se fundamenta en la común pertenencia de todos los fieles al Pueblo de Dios que
los hace coparticipes y corresponsables de la misión de la Iglesia.
Como reflejo de esta corresponsabilidad la norma manda a los administradores de bienes
eclesiásticos a rendir cuentas a los fieles acerca de los bienes que entregan a la Iglesia (1287. 2)
El Ius exigendi enunciado en el canon 1260 implica la potestad de imponer tributos a los fieles y a
las personas jurídicas; sin embargo, el CIC no ha mantenido ningún tributo ordinario para las
personas físicas, aunque no excluye la posibilidad de recurrir a esa vía (C. 1263)
 Aportaciones Voluntarias de los fieles
Estas aportaciones voluntarias no constituyen el pago de una obligación jurídica determinada,
pueden ser espontaneas o solicitadas por la Iglesia, C. 1262 exhorta a los fieles a prestar ayuda
cuando se les pidan subvenciones para las necesidades de la Iglesia, de acuerdo a las normas dadas
por la conferencia episcopal.
Formas de colaboración económica:
a) Colectas
b) Colectas especiales, para determinadas obras diocesanas (c. 1264. 1) parroquiales,
nacionales o universales, estas no quedan en las Iglesias u oratorios, sino que se
envían directamente a la curia diocesana (C. 1266)
c) Cuestaciones, prohibición a las personas privadas o jurídicas, que pidan limosnas
para instituciones o fines piadosos sin licencia escrita del ordinario del lugar. (C.
1265)
La conferencia episcopal puede dar normas sobre la cuestación de limosnas que obliguen a todos
sin excluir a los mendicantes (C. 1265. 2)
Las ofrendas que entregan los fieles espontáneamente a los superiores o administradores de
cualquier persona jurídica se presumen hechas a la persona jurídica, no a quien materialmente las
recibe y normalmente deben aceptarse. Si se entregan para un fin terminado, una vez aceptadas, no
pueden destinarse a otro fin (C. 1267. 1 y 3)
Para rechazar legítimamente una ofrenda voluntariamente se requiere justa causa, para rechazar una
donación importante, o aceptar una que implique cargos o condiciones se requiere licencia del
Ordinario del lugar (C. 1267.2)

 Tasas y ofrendas con ocasión de sacramentos o sacramentales


Las tasas son cantidades que se abonan por ciertos actos de la potestad ejecutiva o por actos de la
potestad judicial. Su naturaleza es retributiva. Las ofrendas que se hacen con ocasión de la
celebración de los sacramentos no son tasas, ni constituyen pago por los sacramentos sino una
oblación hecho en ocasión oportuna, con las que los fieles contribuyen al bien de la Iglesia y
participan de su solicitud por sustentar a sus ministros y actividades. (C. 1264)

 Tributos eclesiásticos
Se reconoce y regula la potestad impositiva del Obispo diocesano en el ámbito de su jurisdicción
previniendo la posibilidad que imponga con carácter ordinario, un tributo moderado y proporcional
a sus ingresos a las personas jurídicas publicas sujetas a su jurisdicción después de oír el consejo del
consejo de asuntos económicos y al consejo presbiteral. (C. 1263)
Únicamente por grave necesidad y con carácter extraordinario, salvo que leyes o costumbres
particulares prevean derechos más amplios, podría imponer también una contribución moderada a
las demás personas jurídicas y a los fieles singulares

 Corresponsabilidad de las diócesis con la sede Apostólica


La sede Apostólica necesita de la contribución de todas las Iglesias para obtener los medios que
requiere su servicio Universal, no establece un tributo determinado para este fin, se limita a recordar
a los Obispos diocesanos su deber de contribuir a dotar de medios económicos a la Santa Sede (C.
1271)

III. Organización económica de la sustentación de los ministros sagrado, reforma del


sistema beneficial y régimen vigente
El derecho vigente, recogiendo el postulado conciliar (PO20) ha subrayado el carácter espiritual
ministerial del oficio eclesiástico, separándolo de las cuestiones económicas. Ya introducido un
sistema de sustentación del clero basado en la relación de servicio que une a los ministros sagrados
con su Ordinario de incardinación, que adquiere la obligación de proveer a su digno sostenimiento
(C281)
Para encausar jurídicamente ese deber, se manda constituir en cada diócesis:}
a) Institución para el sostenimiento del clero (Recoge los bienes y oblaciones alegados por los
diversos causes previstos para este fin)
b) Institución para la Previsión social de los ministros sagrados
c) Masa o fondo común diocesano para el sostenimiento de otras personas al servicio de la
Iglesia y otras necesidades, y ayuda a las diócesis más pobres.
Es conveniente que para todo esto participen también varias diócesis unidas o incluso todas las de la
conferencia episcopal (CC. 1274. 4-5, 1275)

 Administración de bienes eclesiásticos


No existe un patrimonio eclesiástico único bajo la autoridad directa de la Iglesia universal, sino
multitud de patrimonios con diversos titulares propios, en su administración rigen principios
generales que unifican en cierto modo los bienes eclesiásticos en el servicio de unos mismos fines
(C.1254,2) bajo la autoridad suprema del Romano pontífice (C:1257.2)
a) Competencias del Romano Pontífice, es administrador y distribuidor supremo de todos los
bienes eclesiásticos. Ejerce ese primeado de jurisdicción estableciendo el régimen jurídico
al que han de sujetarse los bienes eclesiásticos. (C: 1273)
b) Competencias del Ordinario, tiene el derecho y deber de vigilancia sobre la administración
de los bienes de todas las personas jurídicas públicas sujetas a su jurisdicción, y la facultas
de dar instrucciones particulares para ordenar la recta administración dentro de los límites
del Derecho universal y particular. (C.1276)
c) Administradores inmediatos, corresponde a quien rige inmediatamente la persona jurídica a
la que pertenecen (C. 1279.1) realiza esta función con la ayuda del consejo de asuntos
económicos o al menos de dos consejeros (C.1280), en el caso de la diócesis también con la
intervención del colegio de consultores (C.1277) en este caso también el ecónomo bajo la
autoridad del Obispo (C.1278) realizan su función en nombre de la Iglesia y con arreglo a
Derecho (C.1282) con la diligencia de un buen padre de familia, cumpliendo todos los actos
de administración ordinaria (C.1284)
V- Enajenación de bienes eclesiásticos
El CIC tutela los actos de enajenación, además de donaciones, cesiones, compraventas y otros que
impliquen actos de disposición a los que apliquen las leyes civiles (C.1290) e incluye cualquier
operación en la que pueda resultar perjudicada la situación patrimonial de la persona jurídica (C.
1295)
Para enajenar los bienes que por legitima asignación constituye el patrimonio estable se requiere
licencia del Ordinario (C.1291)
No pueden enajenarse válidamente bienes del patrimonio estable sin licencia de la autoridad
competente que según la cuantía de la operación será, el Ordinario, la conferencia episcopal o la
Santa Sede (CC. 1293-1296)

 Las Pías Voluntades y Fundaciones Pías


Quienes tienen por derecho natural y canónico, capacidad para disponer libremente de sus bienes,
pueden dejarlos a causas pías, tanto en vida como después de su muerte (C.1299) Se consideran
causa Pías los fines de culto, piedad o caridad a los que se destinan unos bienes por expresa
voluntad (pía voluntad) de quien los entrega a la Iglesia.
No queda constituida jurídicamente hasta que la disposición de bienes es aceptada formalmente por
la Iglesia (los administradores de la persona jurídica) que debe comprobar previamente la naturaleza
de los fines y la posibilidad de llevarlos a cabo (C:1304)
Una vez aceptada surge la obligación estricta de cumplir la voluntad del donante, ley fundamental
para toda causa pía (C.1300) no se puede destinar a otro fin
El Ordinario es ejecutor de todas las pías voluntades, puede y debe vigilarlas mediante visitas
(C.1301), sin prejuicio de la función de los ejecutores inmediatos que pudieran haberse designado
(C. 1302. 1-3)
Entre las causas pía se cuentan las fundaciones pías que pueden ser autónomas o no autónomas (C.
1303) Las fundaciones pías no autónomas son bienes temporales que se dan de cualquier modo a un
apersona jurídica pública para que los administre (C.1305) con la carga de destinar durante largo
tiempo sus rentas anuales (C. 1303. 1,2)
Se han de consignar por escrito aun las hechas de viva voz (C.1306.1) conservando una copia en la
curia (C.1306.2)
Ha de colocarse una tabla de fundaciones pías en u lugar visible de modo que la Obligaciones que
deben cumplirse no caigan en el olvido (C. 1307.1) el párroco o rector deberá llevar un libro donde
se anoten las obligaciones, su cumplimiento y las limosnas (C.1307.2)
Cuando el cumplimiento sea imposible o no pueda cumplirse exactamente por disminución de
rentas o por otras causas justas están previstas una serie de facultades de traslado, reducción,
moderación o conmutación de cargas por parte del ordinario, especialmente exigentes en el caso de
cargas de misas (CC.1308-1310)

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