La mayoría de nosotros necesita una segunda oportunidad para hacer las cosas bien. Dios
está más que dispuesto a darnos esa oportunidad. Él es rico en misericordia, amor y gracia
(Efesios 2:4). Especialmente se complace en la misericordia: “¿Qué Dios como tú, que
perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para
siempre su enojo, porque se deleita en misericordia” (Miqueas 7:18).
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Lea otra vez esa historia de amor que Jesús contó (Lucas 15:11-20). Tratemos de imaginar
cómo hubiera sucedido tal historia hace mucho tiempo atrás.
Cuando ya estaba cerca, vio el lugar donde su casa estaba. Con nervios y sudor en sus
manos, pensó: “Bueno, es hora de hacerlo”.
Su padre fue el primero en verle—sus ojos tenues fueron más eficaces que los ojos de
jóvenes ya que el padre ansiaba ver a su hijo. Él había observado el camino miles de veces
antes. Esta vez tuvo que mirar dos veces. “¿Qué es ese punto en el horizonte? ¿Quién se
acerca a la hacienda? Luce como… ¿pudiera ser cierto? ¡Sí!”.
Luego sucedió algo inusual. Tal vez algunos trabajadores se arrimaron en sus palas para
observar lo que estaba pasando. En el establo, un trabajador se detuvo, dejando caer un
fardo de heno a su lado. Los trabajadores en la cocina salieron a la entrada para ver mejor.
Ellos nunca habían visto eso antes. Él había levantado un poco sus ropas largas y estaba
corriendo hacia el pueblo. Los ojos de los siervos observaban dónde se dirigía, y vieron a la
distancia una silueta.
Cuando el padre ya estaba cerca, abrió sus brazos y abrazó al muchacho, y le besó—y se
podía ver su gran sonrisa mientras miraba a su hijo. Luego el padre notó la ropa holgada de
su hijo, el olor de su cuerpo y la tristeza de sus ojos que antes eran inocentes.
Jesús enseñó la Parábola del Hijo Pródigo para mostrar que Dios da nuevas oportunidades.
Hasta cierto punto, todos hemos estado en los zapatos del pródigo. Todos hemos apestado
con el olor de la hacienda de cerdos y hemos sentido hambre terrible cuando la fiesta del
pecado se transforma en hambruna inevitable (Santiago 1:15). Podemos recordar
vívidamente la emoción del viaje a esa provincia apartada, y muchos de nosotros hemos
vivido lo suficiente como para anhelar el lugar que abandonamos. Hemos visto la
desilusión en los ojos de nuestro Padre debido a nuestras malas decisiones y errores necios.
Hemos regresado sin nada en las manos.
Otros se preguntan si todavía hay una bienvenida para ellos. Sin importar lo que hayamos
hecho, podemos escuchar al Padre decir: “Solamente regresa. Mi amor es inquebrantable.
Tú siempre serás bienvenido aquí. Regresa a casa. Hay suficiente pan en la mesa; suficiente
para ti”. Dios ansía que la familia esté completa otra vez. Espera que tomemos el primer
paso hacia Él (Apocalipsis 3:20). Cuando lo hacemos, Él corre con entusiasmo a recibirnos
en el camino.
Nuestros pecados no pueden ser más grandes que la gracia de Dios. Nuestras fallas no
pueden superar el amor de Dios. Los errores de nuestro pasado no predicen nuestro futuro.
Recuerde: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17).
¿Cómo podemos saber si Dios nos dará una segunda oportunidad? Él tiene un buen
historial en este respecto. Se puede decir que la Biblia es un baúl que contiene las más
grandes muestras de gracia que la Tierra vio en sus primeros 4,000 años. Cada historia es
un recuerdo remarcable de que Dios da nuevas oportunidades.
Las Escrituras no cuentan todas las historias de la gracia de Dios. Dios lleva a la gente
desde sus fallas hasta el éxito increíble. Muchos éxitos sucederán esta semana. ¿Pudiera Él
estar escribiendo la historia de éxito de usted en este mismo momento?
Jesús nos ama con ese amor que es sufrido, benigno, que no se envanece, ni
busca lo suyo, no se irrita, no se goza de la injusticia sino de la verdad. Nos ama
con ese amor que todo lo sufre, todo lo espera, todo lo soporta. Y lo más
espectacular es que NUNCA deja de ser. ( I Corintios 13)
Jesús amó profundamente a personas que habían perdido la primera
oportunidad para ser buenos, para dar lo mejor a la humanidad, pues habían
pecado, él cambió a prostitutas como la mujer samaritana que había tenido 5
maridos y a la mujer adúltera que nombra la Biblia a quien le dio otra
oportunidad, le dijo: Ni yo te condeno. Vete y no peques más. Vemos cómo dio
una segunda oportunidad al avaro y ladrón Zaqueo, corrupto cobrador de
impuestos, quien en su segunda oportunidad le devolvió dinero a sus agraviados
y dio a los pobres también. Dio una segunda oportunidad a David, luego de
adulterar con Betsabé, y el segundo hijo de ambos llegó a ser el hombre más
sabio y rico sobre la tierra y además un rey pacífico, Salomón, Moisés ,mato a
un hombre y lo enterró en la arena y aun así Dios le da una segunda oportunidad
y es escogido para llevar al pueblo de Israel de la esclavitud a la tierra
prometida.
No importa lo que hayas hecho o por lo que hayas pasado, Dios te perdona y
limpia tu historial. Es como un indulto, ya Jesús pagó por el pecado de todos
nosotros al morir en la cruz. Acepta su perdón y disfruta de ahora en delante de
una vida abundante y con propósito. Dios te da una segunda oportunidad.
Pero que hay de las terceras oportunidades ? Romanos 8:9 dice: no estáis en la
carne, estáis en el espíritu ,si es que el espíritu de Dios mora en vosotros
. Ahora , dime tu , si estas en el Espíritu y si el Espíritu de Dios mora en ti ..
como es posible caer en lo mismo siempre, como podemos volver a pecar en lo
mismo , como puedes llegar a AMAR el pecado ? puede que suene fuerte pero
es asi. Hasta cuando jugamos con las cosas de Dios ? .Hablamos de un Dios de
amor, un Dios de Paz ,un Dios misericordioso pero olvidamos que Dios es un
Dios que viene Ya , que nos juzgara por cada cosa que hacemos .Intentamos
poner un parchecurita para sanar el cáncer. 2 Timoteo 4:1-5 dice Te encarezco
delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos
en su manifestación y en su reino,que prediques la palabra; que instes a tiempo
y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y
doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que
teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias
concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las
fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de
evangelista, cumple tu ministerio. Llamado de atención ! Dejemos de vivir un
evangelio donde no tenemos que renunciar al pecado , dejemos de reiniciar el
juego cada vez que las cosas no nos parezcan "LINDAS" ... piensa que no habra
una tercera oportunidad ,es ahora ,es el tiempo de comenzar a vivir la palabra .
Quiero dejarte con este pensamiento , solo hablando de amor , puede llegar a
nuestra carne pero necesitamos que sea regenerado nuestra alma y
nuestro espíritu . que es lo que harás ........ ?