El artículo 161 del Código Nacional de Tránsito, señala claramente que los
comparendos caducan a los 6 meses (cuando la multa se le hace a un NN, o sea,
cuando solo te cogen la placa y no se puede determinar si tú eras el que iba
conduciendo). No es lo mismo cuando te coge un Guarda de Tránsito porque éste,
obviamente, te pide los papeles e identifica que eres tú el que vas conduciendo y es,
en éste caso específico, cuando debes esperar 3 años para la caducidad del
comparendo (siempre y cuando no te abran proceso de cobro coactivo).
Así las cosas, cuando te hacen una fotomulta, lo mejor es no notificarse en audiencia,
y si te mandan mails con la foto del vehículo y comunicándote de la fotomulta, o si te
hacen llegar alguna correspondencia física con el mismo propósito, no contestes, como
si no te hubieras enterado; o, en el peor de los casos, di que tú no tienes por qué
demostrar tu inocencia sino que ellos deben demostrar tu culpabilidad. No hay que
ponerse a pensar que haciendo un curso le van a hacer una rebaja, porque
compareciendo y, peor, haciendo el curso, estarás aceptando la culpabilidad. Pero
guardas la información que te han enviado, para efectos de la fecha y el número del
comparendo o de la comunicación.
Otro principio que apoya el Onus Probandi es el de IN DUBIO PRO REO que significa
que, en caso de duda, por ejemplo por falta de pruebas, se debe fallar a favor del
acusado. De esta manera, siempre que se presenta una Foto Detección, existe una
duda razonable de que el vehículo con el número de placa detectado por la cámara
cometiendo una supuesta "infracción" (por que "infracción" puede ser cualquier cosa
que diga el gobierno que es) estaba siendo conducido por su propietario que es a
nombre de quien hacen el comparendo. Sin embargo, a pesar de esta duda y falta de
pruebas fehacientes, la Secretaria de Movilidad en Bogotá (o más bien de inmovilidad)
y las demás entidades de Tránsito de las otras ciudades, primero imponen la multa y
luego llaman o le escriben al supuesto infractor para notificarlo de que se le ha
encontrado culpable y, que a, manera de sanción, penalización o castigo, debe pagar
una suma de dinero; y la única opción de defensa que le dan (si es que a eso se le
puede llamar así) es una financiación de la multa.