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Protección de los Derechos Humanos en México

Los Derechos Humanos tienen antigüedad milenaria, con independencia de habérsele denominado con ese vocablo. En
el caso de la actual Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se les denominaron inicialmente “garantías
individuales” y fue hasta con la reforma de junio de 2011, que se les llamó Derechos Humanos en vez de Derechos
Fundamentales que, según quedó dicho antes, es la expresión más genérica para referirnos a los derechos sin los cuales
las personas tanto físicas como morales, no podrían concretar su plan de vida. Lo cierto es que en su artículo 1° establece
que se reconocen no solo los plasmados en la Constitución, sino también los figurados en los tratados. Así por ejemplo
destacan la Convención Americana sobre Derechos Humanos (o Pacto de San José) y el Pacto Internacional de los
Derechos Económicos, Sociales y Culturales; cuya obligatoriedad se extiende a sus Observaciones Generales en las que
se pormenorizan aún más los derechos, sujetos obligados y las prestaciones a su cargo.

En el nuevo texto se expresa algo que ya existía, pero que abona a la claridad: al cumplimiento de los Derechos
Humanos están obligadas todas las autoridades, incluso a aplicar los tratados internacionales, pues éstos al ser
suscritos por el Jefe de Estado (recuerde que el Presidente es tanto Jefe de Estado, como Jefe de Gobierno)
vincula al Estado Mexicano en su conjunto y eso vincula a todas las autoridades, sean legislativas, judiciales o
ejecutivas.

De lo anterior, se desprende que los Derechos Humanos de quienes habitan en México son protegidos por medio de las
instituciones públicas, por ser el Estado el principal responsable de garantizar éstos. Y cuando llegan a ser vulnerados
existen los sistemas de protección nacional de los Derechos Humanos, mediante una amplia gama de mecanismos
llamados “medios de control de la constitucionalidad”, aunque por economía se denominan también “medios de control
constitucional”.

Clasificación los Derechos Humanos

Existen diversos criterios para clasificar los Derechos Humanos, ya que depende del criterio de quien realice la
clasificación, por lo que hay varios sujetos a quienes les interesa el tema, identificándolos por su origen y materia o a partir
de generaciones. En cuanto al momento de su surgimiento Aguilar (1998) nos señala la clasificación basada en tres
generaciones de su evolución:

 Primera generación: Inicia con la Revolución Francesa contra la monarquía. En esta generación se impone el respeto a
la vida y la igualdad.

 Segunda generación: Resulta de la Revolución Industrial y hace referencia a los derechos colectivos, sociales,
económicos y culturales.

 Tercera generación: Se contextualizan en la actualidad como derechos de solidaridad que demandan repuesta a la
necesidad de participación, intervención entre las naciones, así como de los grupos que las conforman, por tener un interés
colectivo común. Un ejemplo de ello es la preservación del medio ambiente.

De todas estas clasificaciones, la de mayor aceptación es la que separa los Derechos Humanos en civiles, económicos,
sociales, culturales y hasta ambientales. Cabe mencionar que existen clasificaciones en razón al momento de su
surgimiento, esto con el propósito de entender claramente no sólo el contenido sino también el alcance de los derechos.

Por otra parte, la clasificación que es alusiva al carácter del titular de los derechos aborda los derechos que pertenecen a
las personas, ya sea como individuo (la vida, la libertad, etcétera) o los de carácter social (familia). En cuanto a su contenido
u objeto, dan relevancia a los bienes protegidos, como: la libertad de educación, derecho de propiedad, derecho al trabajo,
libertad de elección de profesión, entre otros.

Garantías jurisdiccionales

Como se ha mencionado, conforme al artículo 1º Constitucional, es obligación de todas las autoridades del Estado proteger
y garantizar los Derechos Humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales de los que México es
parte. Para ello, nuestro sistema constitucional cuenta con instrumentos jurisdiccionales y no jurisdiccionales para su
protección, a saber:

 El juicio de amparo.

 La acción de inconstitucionalidad.

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 La controversia constitucional.

 Juicio para la protección de los derechos político-electorales del ciudadano.

 Juicio de revisión constitucional electoral.

Otros medios cuya categoría como tales no es unánime son:

 El juicio político.

 La declaración de procedencia (mejor conocido como desafuero).

Es de señalarse que en otro tiempo existió la facultad investigadora a cargo de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, mientras que como medio no jurisdiccional en la actualidad se encuentra la queja ante la Comisión Nacional
de los Derechos Humanos, la cual es replicada en las entidades federativas.

Por otra parte, como organismos internacionales protectores de los Derechos Humanos, se encuentran los siguientes:

 Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

 Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Juicio de amparo

El juicio de amparo es quizá el medio más conocido para proteger Derechos Humanos. Pertenece al grupo de los que se
tramitan por órgano judicial, por lo que corresponde a los jueces y magistrados del denominado “Poder” Judicial Federal,
aunque en determinados casos, lo ejercen incluso órganos de las entidades federativas (artículos 107, fracción XII
constitucional y 1º de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, que enlista a todos los órganos que lo ejercen).

Hoy día el amparo protege casi cualquier tipo de derechos (excepto los señalados en el catálogo del artículo 61 de la Ley
de Amparo). En términos generales, procede para impugnar actos concretos, normas generales u omisiones de las
autoridades que contraríen a la Constitución, es decir, no solo Derechos Humanos (que también pueden encontrarse en
los tratados), sino también cualquier precepto de la Constitución.

Con motivo de la reforma constitucional de 2011 se expidió una “nueva” Ley de Amparo el 2 de abril de 2013, en
la cual el amparo ya procede en contra de sujetos articulares cuando emitan actos unilaterales, heterónomos,
coercitivos y apoyados en una ley.

La finalidad del amparo es restablecer al quejoso (persona física o moral quien interpone la demanda de amparo), en el
goce de sus Derechos Humanos violentados.

Si se encarcela inconstitucionalmente a una persona, el amparo tiene como efecto ponerla en libertad. Si
se priva a alguien de su casa, habrá de restituírsele.

En caso de interponerse en contra de una ley, el efecto consiste en que al quejoso no se le vuelva a aplicar
dicha ley.

Este medio de control se reglamente en la Ley de Amparo (2013) y su fundamento constitucional son los artículos 103 y
107.

Acción de inconstitucionalidad

Es un medio de control de la constitucionalidad que recae sobre normas generales y su objetivo es verificar que éstas se
ajusten a lo que establece la Constitución. Es un medio que opera en abstracto, es decir que no requiere que la norma se
aplique a persona alguna para verificar si la ley es o no acorde a la Constitución. Este medio se encuentra regulado por la
Constitución en su artículo 105, fracción II y se pormenoriza en la Ley Reglamentaria de las Fracciones I y II del Artículo
105 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Este medio no está al alcance de los particulares, pues
solo lo puede accionar:

a) El equivalente al treinta y tres por ciento de los integrantes de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, en
contra de leyes federales.

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b) El equivalente al treinta y tres por ciento de los integrantes del Senado, en contra de las leyes federales o de tratados
internacionales celebrados por el Estado Mexicano.

c) El Ejecutivo Federal, por conducto del Consejero Jurídico del Gobierno, en contra de normas generales de carácter
federal y de las entidades federativas.

d) El equivalente al treinta y tres por ciento de los integrantes de alguna de las Legislaturas de las entidades federativas
en contra de las leyes expedidas por el propio órgano.

e) Los partidos políticos con registro ante el Instituto Nacional Electoral, por conducto de sus dirigencias nacionales, en
contra de leyes electorales federales o locales; y los partidos políticos con registro en una entidad federativa, a través de
sus dirigencias, exclusivamente en contra de leyes electorales expedidas por la Legislatura de la entidad federativa que
les otorgó el registro.

f) La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en contra de leyes de carácter federal o

g) de las entidades federativas, así́como de tratados internacionales celebrados por el Ejecutivo Federal y aprobados por
el Senado de la República, que vulneren los derechos humanos consagrados en esta Constitución y en los tratados
internacionales de los que México sea parte. Asimismo, los organismos de protección de los derechos humanos
equivalentes en las entidades federativas, en contra de leyes expedidas por las Legislaturas.

h) El organismo garante que establece el artículo 6° de la Constitución (INAI) en contra de leyes de carácter federal y local,
así́como de tratados internacionales celebrados por el Ejecutivo Federal y aprobados por el Senado de la Republica, que
vulneren el derecho al acceso a la información pública y la protección de datos personales. Asimismo, los organismos
garantes equivalentes en las entidades federativas, en contra de leyes expedidas por las Legislaturas locales.

i) El Fiscal General de la República respecto de leyes federales y de las entidades federativas, en materia penal y procesal
penal, así́como las relacionadas con el ámbito de sus funciones.

La acción de inconstitucionalidad es competencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y procede también


para impugnar leyes en materia electoral. En cambio, el amparo no procede en materia electoral, ni la controversia
constitucional. Se interpone una vez que la ley es publicada, más no a partir de que se aplique la ley a alguna
persona.

Controversia constitucional

Es un medio cuya titularidad no son los particulares, sino órganos de gobierno a pesar de que erróneamente la Constitución
los llame “poderes”, pues obviamente no los interponen poderes, sino las personas que representan a los órganos. Su
finalidad es anular los actos que en contravención a la Constitución, impliquen que un órgano del Estado invada el ámbito
de competencia de otro. Por un defecto estructural, también se le emplea para impugnar normas generales, replicando
parcialmente la procedencia de la acción de inconstitucionalidad, con la diferencia de que en la controversia son otro tipo
de órganos los que pueden interponerla. Este medio de control lo contempla la Constitución en la fracción I del artículo 105
y se reglamenta en la misma ley que la acción de inconstitucionalidad. Su procedencia es la siguiente:

Artículo 105. La Suprema Corte de Justicia de la Nación conocerá́ , en los términos que señale la ley reglamentaria, de los
asuntos siguientes:

I. De las controversias constitucionales que, con excepción de las que se refieran a la materia electoral, se susciten entre:

a) La Federación y una entidad federativa;

b) La Federación y un municipio;

c) El Poder Ejecutivo y el Congreso de la Unión; aquél y cualquiera de las Cámaras de éste o, en su caso, la Comisión
Permanente;

d) Una entidad federativa y otra;

e) Se derogó.

f) Se derogó.

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g) Dos municipios de diversos Estados;

h) Dos Poderes de una misma entidad federativa, sobre la constitucionalidad de sus actos o disposiciones generales; Inciso
reformado DOF 29-01-2016

i) Un Estado y uno de sus municipios, sobre la constitucionalidad de sus actos o disposiciones generales;

j) Una entidad federativa y un Municipio de otra o una demarcación territorial de la Ciudad de México, sobre la
constitucionalidad de sus actos o disposiciones generales, y

k) Se derogó.

l) Dos órganos constitucionales autónomas, y entre uno de éstos y el Poder Ejecutivo de la Unión o el Congreso de la
Unión sobre la constitucionalidad de sus actos o disposiciones generales. Lo dispuesto en el presente inciso será́ aplicable
al organismo garante que establece el artículo 6o. de esta Constitución.

Siempre que las controversias versen sobre disposiciones generales de las entidades federativas, de los Municipios o de
las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México impugnadas por la Federación; de los Municipios o de las
demarcaciones territoriales de la Ciudad de México impugnadas por las entidades federativas, o en los casos a que se
refieren los incisos c) y h) anteriores, y la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación las declare inválidas,
dicha resolución tendrá́ efectos generales cuando hubiere sido aprobada por una mayoría de por lo menos ocho votos.

En los demás casos, las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia tendrán efectos únicamente respecto de las partes
en la controversia.

Sería extenso hacer la crítica sobre el diseño de este medio, pues en esta sesión interesa que lo conozcas. Basta decir
que un medio de control debe poder anular el acto contra el cual se interpone y en este caso, si bien anula los actos, no
hace lo mismo con las normas, pues el efecto se hace depender de las partes en conflicto y la votación que al respecto
emitan los ministros.

Juicio para la protección de los derechos político-electorales del ciudadano

Este medio de control equivale al juicio de amparo, solo que mientras el amparo no procede en materia electoral, éste
juicio sí. Su reglamentación se encuentra en la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral.
Se emplea para impugnar presuntas violaciones a los derechos de votar y ser votado en las elecciones populares, de
asociarse individual y libremente para tomar parte en forma pacífica en los asuntos políticos y de afiliarse libre e
individualmente a los partidos políticos. Las hipótesis específicas se detallan en el artículo 80 de la Ley que lo regula. Los
derechos político-electorales que este medio tutela se encuentran en los artículos 9 y 35 de la Constitución.

Juicio de revisión constitucional electoral

Este medio se emplea para impugnar actos o resoluciones de las autoridades competentes de las entidades federativas,
con el propósito de organizar y calificar los comicios locales o resolver las controversias que surjan durante los mismos.
Mediante él se pueden impugnar leyes en materia electoral, pero en caso de proceder, su efecto no es anular la ley, como
sí lo hace la acción de inconstitucionalidad. En este caso, su efecto sólo será anular la aplicación de la ley al caso concreto.
Se regula en la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral.

El juicio político

Se contempla en el artículo 109 constitucional y se reglamenta en la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores
Públicos, regula la función jurisdiccional que realiza el Congreso General. Procede en contra de actos u omisiones que
redunden en perjuicio de los intereses públicos fundamentales o de su bien despacho. De ahí que es un medio que puede
considerarse político por la ambigüedad de su procedencia, pero también como un medio de control de la legalidad y la
constitucionalidad, ya que la ley que lo reglamenta lo hace proceder por violaciones a la ley o a la Constitución (artículo 7).
En términos generales, lo hace valer cualquier ciudadano aportando pruebas sobre la calidad del servidor público y la falta
cometida. Debe sostener la acusación ante la Cámara de Diputados y si ésta considera que hay elementos, se erigirá en
órgano acusador ente la Cámara de Senadores, quien en todo caso impondrá la sentencia que puede consistir en la
destitución e inhabilitación hasta por 20 años para el ejercicio de cualquier empleo, cargo o comisión en la administración
pública.

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Declaración de procedencia (desafuero)

No puede llamársele formalmente desafuero porque al menos en la teoría, el artículo 13 constitucional prohíbe los fueros.
Sin embargo, esta procedencia pronto deja al descubierto su naturaleza de desafuero, pues claramente dispone:

Para proceder penalmente contra los diputados y senadores al Congreso de la Unión, los ministros de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, los magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral, los consejeros de la
Judicatura Federal, los secretarios de Despacho, el Fiscal General de la República, así́ como el consejero
Presidente y los consejeros electorales del Consejo General del Instituto Nacional Electoral, por la comisión de
delitos durante el tiempo de su encargo, la Cámara de Diputados declarará por mayoría absoluta de sus miembros
presentes en sesión, si hay o no lugar a proceder contra el inculpado.

Es decir, que los servidores públicos mencionados tienen una protección de la que no gozan las demás personas, pues
pese a que estén colmados los elementos del delito y acreditada la probable responsabilidad, el Ministerio Público en vez
de ejercer acción penal en su contra y remitir la carpeta de investigación ante el Juez de Primera Instancia, debe pedir
permiso de la Cámara de Diputados para ejercer acción penal. Curioso es que un órgano legislativo revisara si están
reunidos los elementos del delito y la probable responsabilidad que se supone ya hizo el Ministerio Público, siendo lo mismo
que revisará el juez de primera instancia para saber si vincula a proceso o no al servidor público. En otras palabras, se
trata de una simple instancia adicional para saber si se procede o no contra el inculpado, de ahí que se trata en realidad
de un “requisito de procedibilidad”, más que de un medio de control de la constitucionalidad.

En materia internacional México acepta la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
en tal virtud, las violaciones al pacto de San José pueden denunciarse ante la Comisión y más tarde, conocerla la Corte
Interamericana de Derechos Humanos. La regulación está contenida en la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, su Estatuto y su Reglamento. Éste es un Tribunal como cualquiera otro, en el sentido de su labor jurisdiccional.

Desde luego México ha sido condenado por él, en varias ocasiones. Casos célebres son Jorge G. Castañeda,
Campo algodonero, Rosendo Radilla Pacheco, etcétera.

Por otra parte, a pesar de que en las entidades federativas se llegan a replicar algunos de los medios de control
de la constitucionalidad federales, en realidad aquellos no pueden ser considerados medios de control de la
constitucionalidad en estricto sentido, ya que las entidades no tienen Constitución, de modo que son propiamente
hablando, medios de control de la legalidad.

En todos los casos, se trata de juicios seguidos ante el Poder Judicial de la Federación (con las formalidades exigidas por
las leyes respectivas) que, para resolverlos, emite sentencias de carácter obligatorio.

Garantías no jurisdiccionales

Además de las garantías jurisdiccionales, existe un sistema no jurisdiccional de protección de los derechos humanos
fundado en el artículo 102, apartado B, constitucional, el cual es seguido sin la formalidad de los procesos jurisdiccionales,
que analiza quejas contra actos u omisiones de naturaleza administrativa provenientes de las autoridades del Estado (salvo
los del Poder Judicial de la Federación), ya que son realizados por organismos autónomos que pueden formular
“recomendaciones públicas” no obligatorias, pero con peso político y moral suficiente para fomentar y generar su
cumplimiento. Cabe anotar que, conforme al apartado B del artículo 102 Constitucional:

 El sistema mexicano de protección no jurisdiccional de los derechos humanos es encabezado por la Comisión Nacional
de los Derechos Humanos (cuyas facultades están reguladas por la hoy denominada Ley de la Comisión Nacional de los
Derechos Humanos) y, a nivel local, por las Comisiones de Derechos Humanos de las entidades federativas.

 Son características del sistema no jurisdiccional de protección de los Derechos Humanos:

- Realizar procedimientos breves y sencillos, sólo sujetos a formalidades esenciales.

- Respetar los principios de inmediatez, concentración y rapidez.

- Entablar contacto directo con personas quejosas, denunciantes y autoridades, para evitar dilación en las comunicaciones.

 Las Comisiones de Derechos Humanos gozan de autonomía de gestión y presupuestaria, personalidad jurídica y
patrimonio propios.

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 Aunque las “recomendaciones” no son obligatorias, las autoridades a la que se dirigen sí están obligadas a responderlas,
debiendo –en su caso– explicar fundada y públicamente su negativa a cumplirlas.

 El sistema no jurisdiccional de los Derechos Humanos no es procedente para revisar quejas contra el Poder Judicial de
la Federación, asuntos de naturaleza jurisdiccional y/o electoral. No obstante, la Comisión Nacional de Derechos Humanos
sí puede conocer de quejas o inconformidades contra actos u omisiones de autoridades judiciales locales (no federales),
siempre que sean de carácter administrativo.

 La Comisión Nacional de los Derechos Humanos conoce de las inconformidades presentadas con motivo de las
recomendaciones, acuerdos u omisiones de los organismos locales del sistema no jurisdiccional de protección los derechos
humanos.

Se trata, en suma, de un mecanismo no jurisdiccional de tutela a los Derechos Humanos que no procede en asuntos
jurisdiccionales y que depende de que el órgano acusado acepte acatar la “recomendación” de la Comisión.

La libertad jurídica como derecho fundamental

Hablar de libertad no significa una libertad en términos absolutos, sino de una libertad jurídica. Esto significa que las
personas particulares podemos realizar cualquier conducta, menos aquella que esté expresamente prohibida por las leyes.
Esto es lo que se consagró en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre o del Ciudadano de 1789: “Artículo
1.- Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales sólo pueden fundarse en la
utilidad común”. En dicho precepto, se reconoce la libertad como derecho intrínseco de las personas, para posteriormente
acotarla jurídicamente:

Artículo 4.- La libertad consiste en poder hacer todo lo que no perjudique a los demás. Por ello, el ejercicio de los derechos
naturales de cada hombre tan sólo tiene como límites los que garantizan a los demás Miembros de la Sociedad el goce de
estos mismos derechos. Tales límites tan sólo pueden ser determinados por la Ley.

Artículo 5.- La Ley sólo tiene derecho a prohibir los actos perjudiciales para la Sociedad. Nada que no esté prohibido por
la Ley puede ser impedido, y nadie puede ser obligado a hacer algo que ésta no ordene.

La libertad de la que se habla en tanto derecho fundamental es de tipo jurídico, de modo que cualquier prohibición solo
puede ser establecida en ley, que a su vez debe ser acorde a la Constitución y respetar todo el catálogo de derechos como
el de igualdad. Esto significa que el legislador no puede prohibir determinadas conductas de modo arbitrario, sino sólo en
la medida en que ello sea idóneo para alcanzar un fin constitucionalmente válido.

No es permitido construir muros muy altos, si con ello afectamos al predio vecino. Tampoco es permitido
privar de la vida a los semejantes, salvo en caso de defensa legítima. A eso se refiere otra máxima del
derecho que establece que la libertad de un individuo termina donde empieza la de los demás.

De modo que podemos entender a la libertad como el derecho de poder hacer lo que uno desee, siempre y cuando no se
contravengas las leyes ni se afecten derechos de terceros. Hablar de libertad significa también no poder ser detenido de
modo arbitrario y además de entenderse como la prohibición de la esclavitud, regulado por los artículos constitucionales
1° (prohibición de la esclavitud), 5° (libertad de ocupación), 16° (prohibición de privación de la libertad ante el Ministerio
Público por más de 48 horas), 19° (prohibición de privación de la libertad por autoridad judicial mayor a 72 horas), 21°
(prohibición de arresto administrativo por más de 36 horas). Naturalmente existe la prisión preventiva, que es la medida
provisional para que una persona sujeta a proceso, no evada la acción de la justicia.

En la medida que los Derechos Humanos confieren un derecho subjetivo a los particulares y el derecho subjetivo permite
a su titular ejercerlo o no, existen autores que consideran que los derechos son de algún modo “libertades”. Así, por
ejemplo, existe la libertad de creencias, de culto, de sufragio activo, pasivo, libertad de tránsito, etcétera, sin embargo, ello
no es per se una libertad sino es la esencia de un derecho subjetivo. Como podrá advertir, la importancia de conocer el
contenido, alcances y límites te ayudará a defenderte contra ataques arbitrarios a su libertad.

La igualdad jurídica como derecho fundamental

La igualdad es un adjetivo relacional, pues supone una comparación entre dos objetos o sujetos. La expresión “todos
somos iguales”, en realidad tiene una connotación jurídica y no material, pues no todas las personas son materialmente
iguales, del mismo modo que mujeres y hombres no son iguales materialmente.

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Lee el artículo 1° de la Decoración Universal de los Derechos del Hombre u del Ciudadano de 1789
transcrito en el apartado que antecede y advertirá que la igualdad de la que hablamos en el orden jurídico
es precisamente igualdad en derechos y deberes.

Artículo 1º Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales sólo
pueden fundarse en la utilidad común.
En alguna época se pensó que la igualdad implica dar el mismo trato a las personas, pero no es así, porque si todas las
personas pagaran, la misma cantidad de dinero a modo de impuesto, por ejemplo, se generaría un desequilibrio, ya que
habría para quienes ese importe sea inaccesible y otros incluso risible. Frente a esta idea de igualdad, se evolucionó a una
igualdad aristotélica: dar trato igual a los iguales, pero desigual a los desiguales. Con esta máxima se reconoce la
desigualdad material entre las personas, pero se impone el deber de los Estados de tratar del mismo modo jurídico a las
personas cuando éstas sean materialmente iguales o se encuentren en igualdad de circunstancias. Por el contrario, no
siendo iguales, no es permitido darles el mismo trato.

El legislador no tiene permitido crear leyes que den trato igual a hombres y mujeres, en materia laboral,
cuando éstas se encuentren embarazadas. Por el contrario, les debe dar trato desigual y en tal virtud
prohíbe imponerles esfuerzos considerables o peligro en su salud (artículo 123 apartado A, fracción V
constitucional). Esta norma refiere todos los elementos del derecho a la igualdad:

 Sujeto activo: Todos los habitantes de la República Mexicana.

 Sujeto pasivo: Todas las autoridades, pero en este caso, corresponde al legislador.

 Prestación: la usada en el ejemplo, hacer leyes que den trato igual laboral a hombres y mujeres.

 Vinculo jurídico: el artículo 123 constitucional.

La igualdad entonces se puede exigir a todas las autoridades, de ahí que se hable:

 De igualdad ante la ley: Que se exige no solo ante el legislador, pues como vimos antes, el Presidente de la República,
puede expedir normas generales llamadas reglamentos (artículo 89, fracción I constitucional), de ahí que se exigen a toda
autoridad que realice normas generales, abstractas e impersonales. La prestación puede ser tanto de hacer, como de
omitir.

Si deciden imponer multas de tránsito, deben cuidar que no se imponga la misma multa a todas las
personas, ya que debe individualizarse en razón de la gravedad de la infracción, la intencionalidad, la
capacidad económica y la reincidencia

Pero en otros casos, no solo le es permitido hacer trato distinto entre las personas distintas, sino que se exige que lo
hagan, como a las personas con discapacidad motriz, permitiendo que sus automóviles circulen diario sin la restricción del
programa “Hoy no circula”. La igualdad entonces viene de la mano con la prohibición de discriminación por diversas razones
o causa, de las cuales, algunas se detallan en el artículo 1° constitucional:

Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades,
la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o
cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y
libertades de las personas.

La discriminación significa seleccionar excluyendo. La discriminación prohibida por la ley es la que da un trato desigual a
las personas iguales. Por el contrario, la discriminación (trato desigual) a personas desiguales, no solo está permitida, sino
que es exigida al legislador y se llama discriminación positiva.

 Igualdad ente la aplicación de la ley: En este caso, el sujeto pasivo no es el legislador, sino los órganos encargados
de su aplicación, o sea el judicial y el ejecutivo. Por ejemplo, esta igualdad se respetaría por el legislador si éste contempla
en la ley que actor y demandado pueden ofrecer pruebas dentro de un proceso (coloquialmente llamado “juicio”), pero si
el juez le prohibiera a alguna de las partes ofrecer las pruebas ello sería desigualdad ante la aplicación de la ley, pues
encontrándose en la misma circunstancia jurídica (contienda judicial) a una de las partes se le permite ofrecer pruebas y a
otra no. La igualdad entre todas las personas se recoge en el artículo 1 constitucional y, de manera específica la igualdad
entre hombres y mujeres, en el artículo 4 constitucional, pero la hay en todas las materias.
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Derecho al debido proceso

El debido proceso, conocido también como derecho de audiencia (o “garantía” de audiencia) o formalidades esenciales del
proceso (o procedimiento), se encuentra reconocido en el artículo 14 constitucional en estos términos:

Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido
ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento
y conforme a las Leyes expedidas con anterioridad al hecho.

Esto significa que antes de que se imponga un acto privativo a las personas, se les debe dar el derecho de audiencia, es
decir, debe ser oída y en su caso, vencida dentro de un proceso (o juicio). De este precepto se desprende cuáles son las
etapas que debe tener todo proceso o juicio:

 Conocimiento o postulación: Basándonos en un proceso civil, se compone de la demanda, el emplazamiento (notificar


al demandado que existe una demanda en su contra para que la conteste), la contestación de demanda, la posibilidad de
oponer excepciones y defensas, la reconvención (coloquialmente conocida como “contra demanda”), la contestación a la
reconvención, las excepciones y defensas a la demanda reconvencional y la audiencia de conciliación.

 Probatoria: Consiste en que las partes puedan ofrecer las pruebas que acrediten lo dicho por éstas en la demanda o en
su caso, la contestación a la demanda. Esta fase se subdivide en el ofrecimiento de pruebas, donde cada contendiente
propone al juez las pruebas que pretende rendir en el proceso (o juicio), la fase de admisión, la preparación (ya que existen
determinadas pruebas que ameritan actos que se dirijan a su obtención) y el desahogo de pruebas, en donde se hace
constar las pruebas en el expediente.

 Preconclusiva o de alegatos: Consiste en la oportunidad que debe darse a las partes para que expongan las razones
por la que consideran que el juzgador debe fallar a su favor. El actor expondrá cómo y por qué considera que se acreditaron
los elementos de su acción y el demandado, sus excepciones y defensas.

 Juicio: Es la labor que realiza el juez en solitario y que consiste en aplicar la ley al caso concreto para resolverlo. Debe
revisar cuál de las partes en litigio se ubica en la hipótesis de la ley para aplicar la sanción o consecuencia que éste prevé
para esa conducta, pues la norma es abstracta, pero la sentencia es concreta. Es en esta fase donde el juzgador valora
las pruebas rendidas por las partes.

Como podrá advertir, el debido proceso, derecho de audiencia o formalidades esenciales del proceso que son expresiones
empleadas como sinónimas, significan que antes de que se prive a una persona de su libertad, propiedades, posesiones
o derechos, se le debe dar oportunidad de que se defienda y se respeten todas las formalidades pautadas. Así, este
derecho fuerza a que el legislador al elaborar las leyes, lo haga contemplando esas etapas y también obliga a las
autoridades encargadas de aplicar las leyes, a que respeten esas formalidades. Este derecho te servirá en tu vida
profesional para combatir cualquier acto privativo en el que no se haya dado oportunidad de defensa.

Fundamentación y motivación de los actos de autoridad

Contenido en el artículo 16 constitucional, este derecho rige a todos los actos de la autoridad, sean actos privativos o de
molestia (que son temporales, a diferencia de los de privación, que son definitivos). La fundamentación significa que la
autoridad debe citar cuál es la ley que le permite realizar el acto que emitió hacia el particular. La jurisprudencia ha
determinado que si la ley en que se apoya la autoridad, contiene varias fracciones, la fundamentación será indebida si no
se especifica en cuál de las fracciones es en la que se apoya la autoridad. La razón de ser de este requisito, es que sin él,
el particular no está en posibilidad de saber si el acto de la autoridad se ajusta o no a la ley, por eso clasificamos a este
derecho dentro del grupo de los de “seguridad jurídica” pues por seguridad jurídica se entiende a que deben estar claras
las reglas del juego, para saber qué podemos esperar.

La jurisprudencia que se hace referencia es la siguiente, la cual se sugiere consultar:

 Competencia de las autoridades administrativas. En el mandamiento escrito que contiene el acto de molestia, debe
señalarse con precisión el precepto legal que les otorgue la atribución ejercida y, en su caso, la respectiva fracción, inciso
y subinciso.

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La fundamentación que debe respetar la autoridad es indicando las normas que le confieren:

 Existencia: No se olvide que se trata de un órgano constituido, así que la autoridad debe indicar al particular qué ley
motivó su acción.

 Competencia material: En tanto las normas tienen distintos ámbitos de validez, dichos ámbitos son los que debe explicar
la autoridad al particular, cómo y por qué puede emitir su acto, de modo que la competencia por materia implica que debe
justificar que tiene competencia por la materia del Derecho Sustantivo que aplica para emitir su acto. Así, por ejemplo, un
juez de lo familiar no puede emitir una sentencia penal. O un verificador de establecimientos mercantiles, no puede hacer
una revisión que es materia de una de protección civil o de derechos del consumidor.

 Competencia territorial: Implica citar las normas que confieren competencia para actuar dentro del ámbito territorial en
el que se ubica el destinatario del acto. Es decir, en el caso de la Ciudad de México, el Delegado en Cuauhtémoc, no puede
realizar actos en Xochimilco, como no puede el Gobernador de Chiapas, realizar actos con ese carácter en Baja California.

 Competencia temporal: Al existir normas que tienen vigencia determinada, como las fiscales o los nombramientos que
tienen una vigencia específica, debe justificarse que se tiene competencia en el tiempo para emitir un acto, es decir, que
la ley es vigente o que las facultades conferidas a la autoridad siguen vigentes.

 Competencia por grado: Esto sucede en materia jurisdiccional, pues no es permitido a un juez de primera instancia,
por ejemplo, conocer de inicio una apelación, pues ésta es competencia de las salas, que constituyen al órgano revisor de
las sentencias de los jueces. Dicho en otras palabras: la sala tiene un grado superior a los jueces.

 Competencia por turno: Es más común en materia jurisdiccional que en otras materias. Se refiere a la distribución de
las cargas de trabajo que se realiza al interior de un órgano. Así por ejemplo, se distribuyen las demandas de modo
equitativo en razón de cómo se vayan presentando o si es un órgano colegiado, se reparten la primera al magistrado cuyo
apellido paterno inicie con la letra A o la más cercana a ella.

La motivación implica que la autoridad debe explicar de qué manera su acto se ajusta a las normas que invocó como
fundamento, según se reitera en la jurisprudencia:

FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN. La debida fundamentación y motivación legal deben entenderse, por lo


primero, la cita del precepto legal aplicable al caso, y por lo segundo, las razones, motivos o circunstancias
especiales que llevaron a la autoridad a concluir que el caso particular encuadra en el supuesto previsto por la
norma legal invocada como fundamento (Tesis: VI.2o. J/43).

Los temas sobre fundamentación y motivación son en verdad extensos y corresponderá que los amplíe de
modo autodidacta, pero, sobre todo, siempre con apoyo en la jurisprudencia.

Irretroactividad

En principio, las leyes sólo pueden aplicarse a casos ocurridos con posterioridad a su entrada en vigor (no a su publicación,
pues puede publicarse una ley en una fecha y entrar en vigor al día siguiente o mucho tiempo después), sin embargo, la
retroactividad implica aplicar una ley a hechos ocurridos con anterioridad a su entrada en vigor (ya que prefijo retro significa
“hacia atrás”). Esto está prohibido en principio, pues atenta contra la seguridad jurídica. Existen dos tipos de irretroactividad:

 Irretroactividad ante la ley: Es dirigida a la autoridad que emita normas generales, sea formalmente legislativas, o
materialmente legislativas. Significa que el legislador no debe crear leyes que estén llamadas a regir hechos ocurridos con
anterioridad a su entrada en vigor.

 Irretroactividad en la aplicación de la ley: Puede ocurrir que el legislador respete la prohibición de hacer leyes
retroactivas, pero que, con o sin intención, una autoridad la aplique de modo retroactivo, en cuyo caso su acto y no la ley,
será inconstitucional.

Uno de los criterios más importantes para determinar cuándo existe o no retroactividad, es la denominada “teoría de los
componentes de la norma” que consiste en saber si el particular se ubica o no en la hipótesis de la ley y por ende, se haga
acreedor a las consecuencias de la norma, o si por el contrario, no se ajusta a la hipótesis y por ende no tenga “derecho”

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a que se le aplicaran las consecuencias, pues en el primer caso se denomina “derechos adquiridos” y en el segundo
“expectativas de derechos”.

Se sugiere ahora buscar la jurisprudencia que sustenta lo anterior.

Como todo derecho fundamental, éste admite excepciones, pues si bien se prohíbe la retroactividad de la ley o su
aplicación cuando ello agravie a los particulares, interpretada a contrario sensu esta norma sí permite que una ley sea
retroactiva o aplicada de modo retroactivo, si es en beneficio del particular. El precepto que recoge este derecho es el
párrafo primero del artículo 14 constitucional.

Artículo 14. A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna. Nadie podrá ser
privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante
los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del
procedimiento y conforme a las Leyes expedidas con anterioridad al hecho.
Interpretación de la Constitución

Para Kelsen, la Constitución al ser un texto jurídico, necesita una interpretación jurídica, para lo cual este autor define
interpretación jurídica de la siguiente manera:

Una operación del espíritu que acompaña al proceso de creación del Derecho al pasar de la norma superior a una
norma inferior. En el caso normal, el de la interpretación de una ley, se trata de saber cómo, aplicando una norma
general a un hecho concreto, el órgano judicial o administrativo obtiene la norma individual que le incumbe
establecer (Kelsen, 1982:163).

Por otra parte, adentrándonos a la interpretación constitucional, encontramos que Velázquez la define como:

La labor, adelantada por autoridad competente, de indagar, explicar, desentrañar o comprender el sentido de las
reglas plasmadas en el texto de la constitución política de un estado, para cotejarlas con otras normas del Derecho
Positivo Interno, tomando en cuenta la realidad sobre la cual han de aplicarse, con el objeto de hacer prevalecer
aquellas, como resultado del principio de la supremacía constitucional (Velázquez, 2013:1).

La Constitución al ser la norma suprema que contiene los principios esenciales del orden jurídico, puede ser interpretada,
pero no como a las otras normas jurídicas, debido a su rango, contenido y finalidad, lo que hace necesario que existan
reglas especiales para su interpretación. Por su parte, Carpizo señala que para la interpretación de la Constitución no sólo
se toma en cuenta el orden jurídico, sino también “factores políticos, históricos, sociales y económicos” (1974:384), por ser
parte de la vida constitucional y la persona que la llegue a interpretar, deberá tener una sensibilidad especial para advertir
la norma constitucional correspondiente.

[…] la constitución es una norma peculiar desde varios puntos de vista (por su rango, contenido, y finalidad) y estas
peculiaridades afectan al método de su interpretación, de lo que se desprende que no solo se trata de interpretar
por interpretar sino que existen métodos para llevar a cabo la interpretación constitucional, lo cual será objeto de
investigación de los estudiantes (Díaz, 2008: 10).

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Pero ¿crees que sea importante la interpretación constitucional o basta simplemente para la aplicación del derecho la
interpretación jurídica y la constitución por su jerarquía no necesita ser interpretada? En este momento para ti, ¿qué es la
interpretación constitucional? La interpretación constitucional es importante porque al llevarse a cabo, se cambia
gramaticalmente el significado del texto constitucional ya sea modificándolo o bien anulándolo. Es menester mencionar
que la Ley Suprema contiene un carácter valorativo por la cantidad de valores y principios generales que contiene a la vez
que establece límites, mandatos y finalidades impuestas a los poderes públicos, lo cual puede condicionar el método de
su interpretación. A continuación se exponen las reglas de interpretación constitucional de Linares Quintana, las cuales se
señalan para una debida interpretación, encaminadas a que el gobierno funcione adecuadamente, ante lo cual daría
tranquilidad a los ciudadanos:

 Debe de garantizar la libertad y la dignidad humana.

 Se debe de usar un criterio liberal, amplio y práctico.

 Debe ser interpretada en su sentido general y común, a menos que se refiera a un sentido técnicolegal.

 La interpretación será como un conjunto armónico

 Tomar en cuenta las situaciones sociales, económicas y políticas que prevalezcan en el momento en que se realice la
interpretación.

 Las excepciones y privilegios serán interpretadas con criterio restrictivo.

 Los actos públicos se creen constitucionales si con la interpretación llegan a ser armonizados con la constitución (Linares,
1978:653-715)

Por otra parte, la interpretación de la Carta Magna adopta principios y métodos creados para tal efecto. Entre los autores
que abordan este tema, no existe concordancia en sus conceptos, sin embargo, se puede decir que llegan a la misma
conclusión. Díaz Revorio (2008:6-19) señala los siguientes:

 De unidad de la Constitución.

 De concordancia práctica.

 De fuerza normativa de la constitución.

 De corrección funcional.

Constitucionalismo y jerarquía de las normas

Las normas jurídicas son escritas, sistemática y jerárquicamente ordenadas, pudiéndose decir que es un sistema de reglas
que rigen las relaciones sociales y componen el llamado orden jurídico. Su jerarquía se determina por su fuerza y valor,
mientras que cada norma es fuerte cuando no existe posibilidad de que sea derogada o modificada por otra norma.
Buscando la libertad de los hombres y poner un límite el poder de los gobernantes, surge el constitucionalismo, ya que
cuando el poder es la capacidad de influir físicamente en el comportamiento de la sociedad, el Estado de derecho se debe
de imponer a fin de evitar que las personas discutan y resuelvan sus diferencias por medio de enfrentamientos. Cuenta
con la autoridad de exigir una buena conducta social mediante una institución centralizada, que puede ser con la ayuda
del parlamento, monarca, presidente, donde resultaría beneficiada la sociedad con la estabilidad que le ofrece el gobierno
centralizado de la ley. Por esta razón, fue necesario que el poder oficial pudiera ejercerse, por lo que el constitucionalismo
estableció los límites entre el Estado y el individuo, los cuales exigen al gobierno reconocer los procedimientos que en ese
entonces eran habituales.

Sin embargo, con base en el principio pro persona que se recoge en el artículo 1° constitucional ya sabes que se
debe aplicar la norma que más favorezca a la persona, independientemente de su jerarquía formal.

La evolución hacia el concepto de constitucionalismo se tiene a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX. “Entendido éste
como el movimiento que consagró el ideal de una Constitución escrita en un régimen de limitación al gobierno con garantía
de libertad e igualdad para todos los individuos”. (Speroni, 2006:39). Cuando las personas ya no resuelven sus diferencias
con argumentos, sino por la fuerza, es cuando el gobierno interviene con el consentimiento de las personas elaborando
leyes que se aplican a esas conductas. Anteriormente se permitía que el gobierno decidiera y ejecutara en aras de la paz

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social, confiando en que toda la sociedad acataría las mismas leyes, pero esta decisión al quedar en manos de un reducido
grupo de miembros del gobierno mantenía latente la existencia de abusos, por lo que se debían tomar precauciones para
erradicar estos conflictos y poner límites. Por esta razón fue necesario delimitar el alcance de los actos del gobierno.

Los gobiernos se encargan de realizar leyes aplicables a los ciudadanos y el propósito de las Constituciones es establecer
el marco y los reglamentos que les son aplicables al gobierno, con normas Constitucionales claras que preceptúen
principios esenciales que al cumplirlos el gobierno, éste pueda ser considerado responsable y honesto ante la ciudadanía.
Para llegar a lo que ahora se considera ley suprema, tuvieron que pasar muchos siglos. Repasando la historia, resulta
evidente que en todas partes existían leyes establecidas por alguna autoridad y sanciones que castigaban su
incumplimiento, y en todas las grandes culturas de la humanidad, la autoridad superior era divina a través de dioses o un
dios único en las religiones monoteístas, quienes dictaban la ley a las personas a través de los sacerdotes, faraones o
emperadores, ya que reinaban por derecho divino. Por esta razón, resulta interminable describir la evolución de la ley divina
hasta que se convirtió en una ley escrita humana.

Nuestras leyes e instituciones jurídicas como todas las manifestaciones de la civilización tienen sus raíces en el pasado y
citando algunos ejemplos de leyes escritas en la historia hasta llegar a lo que ahora conocemos como Constitución, se
mencionan brevemente las siguientes con la intención de profundizar en el tema:

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Para el autor Carpizo sólo son suficientes los métodos y los distingue desde dos aspectos: tomando en cuenta quien realiza
la interpretación y por su contenido (Carpizo, 1974).

Independientemente de los métodos antes señalados, Carpizo manifiesta que el intérprete también puede auxiliarse de
otros elementos que le ayuden a la interpretación, principalmente el diario de los debates del constituyente, ya que al
examinar lo que dio origen puede surgir el sentido de la norma a interpretar y el Derecho Comparado, en virtud de que
existen preceptos que han sido tomados de otras Constituciones, siendo por demás enriquecedor conocer qué dice la
jurisprudencia y doctrina de otros países sobre algunos preceptos.

Por último, diremos que de acuerdo a lo establecido por la Constitución, sólo tienen la facultad de realizar la
interpretación constitucional el Congreso de la Unión y la SCJN, indicado en los artículos 72, inciso F y 73, fracción
XXX.

Argumentación constitucional

Se dijo que en un sistema normativo, se busca su regularidad, o sea que las normas se ajusten a la norma que le antecede,
para considerarla válida, hasta llegar en última instancia a la Constitución. Por ello, es que podemos hablar de legalidad,
constitucionalidad o convencionalidad. Hoy día la mayoría de los litigios llegan al punto en que un litigio que de inicio versa
sobre su legalidad, gracias a los artículos 14 y 16 constitucionales, acaban siendo de constitucionalidad y tras la reforma
de 2008 en materia de Derechos Humanos, cobra fuerza el control de la convencionalidad.

Con el desarrollo de estas materias, se hice necesario desarrollar tanto la interpretación de la Constitución, como la
argumentación constitucional, puesto que, por ejemplo, en una apelación se cuestiona si la sentencia es válida al haberse
emitido con apoyo en las normas sustantivas y adjetivas que la rigen. Cuando ese litigio se escala a rango constitucional,
se puede reclamar que la sentencia de apelación, que confirmó a la sentencia de apelación, no se apegó a la ley o a la
Constitución, pero en otras ocasiones, lo que se debate es que la ley misma no respeta los Derechos Humanos establecidos
en la Constitución o en su elaboración no se respeta el proceso legislativo. En no pocos casos, se argumenta que una ley
produce el choque entre dos derechos constitucionalmente protegidos, como por ejemplo, la libertad de tránsito versus la
libertad de manifestación de las ideas; o la libertad ocupacional versus la protección a consumidores fumadores en
restaurantes. En estos casos, el debate consiste no en determinar la validez de las normas, pues ambas son válidas e
incluso tienen el mismo rango, pues están en la Constitución. El debate entonces se centra en determinar cuál de los dos
derechos en pugna debe prevalecer y cual debe ceder. La argumentación constitucional es trascendental en la jurisdicción
constitucional, toda vez que la ponderación de principios constitucionales se ventila ante la SCJN.

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Actualmente hemos enfrentado a un nuevo término en los sistemas jurídicos, ya que en la doctrina no existe. Este es
“constitucionalización”, el cual es el proceso por el que una norma inicialmente carece de carácter constitucional y
posteriormente adquiere valor como tal. Al respecto Atienza, cita a Guastini, para argumentar que un ordenamiento jurídico
constitucionalizado se caracterizaría por una “Constitución extremadamente invasora, capaz de condicionar tanto la
legislación como la jurisprudencia y el estilo doctrinal, la acción de los actores políticos y las relaciones sociales” (2001:153).
Las condiciones formales a cumplir son las siguientes (2001:155-179):

 Constitución rígida.

 Garantía jurisdiccional de la Constitución.

 Fuerza vinculante de la Constitución.

 Sobreinterpretación de la Constitución.

 Interpretación conforme de las leyes.

 Aplicación directa de las normas constitucionales.

 Influencia de la Constitución sobre las relaciones políticas.

Existen varios autores que han escrito sobre la interpretación constitucional, como Robert Alexy, Manuel
Atienza o Ronald Dworkin, los cuales te corresponde conocerlos de modo autodidacta.

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