pero se sigue presenciando limitados beneficios ´para las comunidades locales y un uso no
sustentable de estos recursos (Arenas, 1990). A esto se suma que en las últimas décadas el
potencial turístico de la materialidad arqueológica fue un eje de desarrollo regional bajo el lema
que sustenta el binomio turismo igual a desarrollo, haciendo un desafío para los arqueólogos
comprometidos en las realidades donde trabajan (Garcia, 2005)
En conclusión menciono que la Arqueología que se plantea desde nuestras tierras
latinoamericanas debe plantearse de manera más sistémica y con fundamentos en base a teorías
aplicables y netas del sur para poder desarrollar de mejor manera esta tarea aún pendiente para
todos los que estudiamos y ejercemos esta labor de arqueólogos. Por otro lado es importante
mencionar que los museos cumplen una labor fundamental como mediadores entre comunidad e
investigación y como espacio público donde el conocimiento puede ser aprendido de manera
didáctica y sencilla por todos los visitantes en especial los pueblos de las comunidades.