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Propuesta: Alerta Temprana y Respuesta Oportuna

El presente documento tiene como objetivo brindar una ruta de acción para la construcción e
implementación de un mecanismo de alerta temprana y respuesta oportuna para el proyecto
Resiliencia y prevención de riesgos de victimización y estigmatización en comunidades y
poblaciones en proceso de reincorporación -PREVER- que desarrolla Alianza para la Paz (APAZ).

En primera instancia se brindará un breve resumen sobre el contexto actual de las distintas
estrategias de respuesta oportunas que se han implementado por distintas organizaciones no
gubernamentales (ONGs) y sus efectos en el desarrollo y el procedimiento de las actividades en
las mismas. Adicionalmente se hará un análisis de cómo las experiencias de otras ONGs se
comparan con la de APAZ y la metodología que busca aplicar la organización a través del proyecto
PREVER.

Se incluye también el contexto colombiano en referencia a la construcción de un sistema de alertas


tempranas y respuesta oportuna por entes estatales. Esta parte permitirá identificar y diagnosticar
las limitaciones que presenta el mecanismo actual, y los obstáculos que generan estas limitaciones.
Sobre este análisis parte la propuesta de alertas tempranas y respuesta oportuna presentada en este
documento.

Introducción
Aunque las acciones desarrolladas por las ONGs en territorios de conflicto han sido de creciente
interés para académicos, aún existe una gran incertidumbre en cuanto a sus responsabilidades al
señalar, denunciar, y responder a posibles situaciones y acontecimientos de riesgos (Bakker, 2001).
Aunque esta incertidumbre existe, hay un consenso que la acción principal de ONGs debe ser de
prevención y construcción de paz. Cuando proyectos de prevención son exitosos, se pueden salvar
vidas, evitar graves atrocidades contra las poblaciones civiles, y construir las condiciones para una
paz duradera. Michael Brown y Richard Rosecrance (1999, pp.229) escriben sobre prevención
efectiva: “La pregunta no es si actores de poder y organizaciones internacionales van a intervenir
en conflictos, sino cómo y cuándo lo harán”. Para responder esta pregunta se debe tener en cuenta
la misión de cada organización y el contexto del conflicto en el que se interviene.

Para cumplir con el objetivo de este documento se debe definir el concepto de prevención. Este se
puede definir como una acción deliberativa con el objetivo de evitar futuros daños abordando las
causas fundamentales del conflicto (Brante et. al 2011: p.6). Esta acción está vinculada con la
mitigación, la cual acepta que una situación de posible riesgo y daño, igual que un proceso de
cambio, son inherente a la convivencia de una sociedad. Sin embargo, las consecuencias negativas
de las mismas pueden ser limitadas a través de medidas de precaución.

También se debe hacer una distinción entre la prevención del conflicto estructural, lo cual conlleva
una estrategia a largo-plazo que genera efectos después de un periodo de algunos años, y la
prevención del conflicto operacional. Esta última incluye una serie de medidas orientadas hacia la
eliminación o reducción sustantiva de las probabilidades de un estallido, escalamiento o
resurgimiento de un conflicto violento dentro de un periodo de tiempo de algunos meses, semanas,
o días (Brante et. al 2011: p.6) . Este documento se alinea con la prevención de los conflictos
operacionales.
La prevención de conflictos requiere que se desarrolle, de manera cuidadosa, un monitoreo de los
indicadores de las tensiones crecientes y las medidas adecuadas para aliviar las mismas (Haider
2014: p. 49). Como Palihapitiya (2013, p. 26) observa, “la mayoría de la violencia comunitaria
puede ser prevenida si la información correcta es entregada a los actores adecuados, en el momento
preciso, en el formato apropiado, para que las partes interesadas tomen las acusaciones
correspondientes.”

Para el proyecto PREVER, la transformación de conflictos sucede cuando se orientan las


capacidades de transformación de las situaciones de violencia a la acción colectiva para la
prevención de la violencia. La sola prevención no es transformación, es de ahí que se le considera
en construcción de paz como una herramienta para el sostenimiento de un proceso de
transformación de conflictos. Este proyecto relaciona la resiliencia desde la prevención como el
incremento de las capacidades individuales y comunitarias para la transformación positiva de
situaciones adversas, la superación de situaciones de violencia para recomenzar; la cual debe ser
potenciada en paralelo a los esfuerzos encaminados a la prevención.

De esta manera, se ha consensuado que resulta inútil referirnos a la prevención como la acción de
anticipar una dificultad, ya que, a razón de la confluencia de factores de riesgo en distintos niveles,
algunos de los mismos ya se están presentando. Así́, resulta imposible abordar el concepto, sin
comprenderlo desde la integralidad para su intervención. Por ello, se identifican tres momentos de
la prevención: prevención temprana, urgente y de garantías de no repetición. Para Alianza para la
Paz,, se adopta la prevención temprana y urgente como el eje del proyecto PREVER. Es aquí donde
se intenta establecer un sistema de alertas tempranas y respuesta oportuna que sirva como
mecanismo de prevención, y a la vez como pilar para la construcción de paz.

Alertas Tempranas y Respuesta Oportuna


Las experiencias de Ruanda, Yugoslavia, y más reciente, Siria, Afganistán, Nigeria, igual que el
entendimiento que resulta más fácil tratar con los conflictos en sus etapas tempranas, ha llevado a
un consenso sobre la importancia de la prevención de conflictos en medio de las Naciones Unidas
y a través de varias organizaciones transgubernamentales y no gubernamentales, como APAZ
(Miall, Ramsbotham y Woodhouse, 1999).

Para desarrollar una estrategia efectiva de alerta temprana y respuesta oportuna, Alianza para la
Paz, como cualquier otra organización internacional, debe comprender de manera detallada las
raíces y el contexto político, social, y económico que existe en cada conflicto de cada territorio y
las dinámicas que puedan llevar al escalamiento de las tensiones. Así mismo, se debe definir la
naturaleza precisa de los retos presentados por las tensiones o conflictos particulares antes de
intentar intervenir o prescribir cualquier tipo de curas.

Posteriormente, se debe saber que formas de prevención son efectivas, y cuales son las
circunstancias en las cuales se pueden trabajar? Es importante que las medidas económicas,
diplomáticas, e interventorías no empeoren las situaciones de riesgo y peligro. Muchas veces hasta
los esfuerzos bien intencionados pueden empeorar la situación si no se procede de manera
cuidadosa (Carnegie, 1997). Por esto resulta crucial identificar los actores involucrados en cada
escenario en el que se piense actuar, y proceder con un enfoque territorial e inclusivo. Esto debe
estar en el epicentro de cualquier estrategia de alerta temprana y respuesta oportuna.

Alerta temprana se define como “la recolección sistemática y el análisis de la información que
proviene de áreas de crisis con el propósito de anticipar la escalamiento de conflicto violento, el
desarrollo de respuestas estratégicas de la crisis, y la presentación de opciones a los tomadores de
decisiones” (Schmid, 1998). La importancia de formular respuestas estratégicas y políticas
adecuadas es algo que también se enfatiza en la definición de Jentleson (1996), el cual define la
alerta temprana como la provisión de parte de instituciones relevantes, grupos y organizaciones
con información esencial sobre posible escalamiento de conflictos, información que llega con
suficiente tiempo de anticipación para poder actuar de manera oportuna y efectiva con medidas
preventivas.

Las alertas tempranas consisten de recolección de información, análisis de riesgos, y la divulgación


de la misma con recomendaciones a las partes interesadas (Haider 2014: p. 49). Celulares móviles,
redes sociales, inter-institucionalidad, construcción de mapa de actores, y el análisis de big data
son estrategias concretas que han obtenido mayor importancia dentro de esquemas de alerta
temprana y respuesta oportuna (Mancini, 2013). Los sistemas de alerta temprana deben monitorear
los indicadores de seguridad humana que incluyen protección de género y de los derechos de las
minorías, ya que la violación de estos derechos puede señalar la intensificación de las tensiones y
el surgimiento del conflicto (Haider 2014: p. 50).

Un sistema de respuesta oportuna se refiere a iniciativas oportunas y apropiadas para la prevención,


las cuales normalmente llevan a cabo durante etapas latentes de la percepción de la posibilidad
inminente de un conflicto violento (Haider 2014: p. 49). Generalmente, respuestas a corto plazo
resultan ser más reactivas, teniendo en cuenta que la recolección de información sobre actos
violentos y su diseminación sucede de manera rápida, y las partes interesadas actúan conforme a
esto (Stine 2013: p. 7). Intervenciones preventivas de largo plazo, a diferencia de aquellas de corto
plazo, son proactivas y analizan la información recopilada durante algún tiempo para responder a
las causas del conflicto (Stine 2013: p. 7).

Las respuestas e intervenciones pueden incluir mecanismos de prevención directa, incluyendo


diplomacia preventiva (persuasión diplomática para prevenir el conflicto armado); incentivos y
sanciones para influenciar el comportamiento de actores claves y alterar las dinámicas del
conflicto; y diálogos de construcción de paz para facilitar que las partes en conflicto se
comuniquen, y de esta manera construir confianza y transformar las relaciones entre las partes
(Haider 2014: p. 52-54). También existen propuestas de respuestas tempranas a través de un
procedimiento pasivo, el cual ve a la ONG actuar detrás de la escena, actuando como mediador de
confianza, empoderado por la comunidad internacional para responder al conflicto (Rifkind et
al. 2014: p. 1).

Respuestas e intervenciones también pueden incluir prevención estructural, lo cual involucra


intervenciones a largo-plazo con el objetivo de transformar factores socioeconómicos, políticos, e
institucionales claves que si se ignoran, pueden resultar en conflicto violento en el futuro (Haider
2014: p. 55). Estos factores incluyen, pero no son limitados a: abordar la desigualdad, exclusión y
marginalización; desarrollar el capital social y la cohesión social; promover el bienestar
comunitario, desarrollo local y oportunidades económicas; y promover el fortalecimiento de la
legitimidad, equidad política, la justicia y la seguridad de las instituciones. Muchas de estas están
en el epicentro de proyectos de construcción de paz. Las alertas tempranas y respuestas oportunas
son menos efectivas si no logran reconocer las causas subyacentes del conflicto (Amao et al. 2014:
p. 89).

El desempeño que ha tenido APAZ a través de las actividades en los territorios, su enfoque
territorial y su esfuerza para incentivar diálogos de construcción de paz a través del proyecto
PREVER, sugiere que APAZ tiene la capacidad de establecer una estrategia de alerta temprana y
respuesta oportuna que conforme un mecanismo a corto y largo plazo y que provee cambios
inmediatos como estructurales. Es importante notar las limitaciones generales y frecuentes que
enfrentan la mayoría de ONGs y otros actores en el momento de implementar este tipo de
estrategias. La próxima sección presenta las limitaciones más comunes dentro de este ámbito.

Dificultades y Obstáculos
A pesar de que las indicaciones previamente mencionadas se tienen en cuenta por la mayoría de
las instituciones interesadas en alertas tempranas y respuesta oportuna, sigue siendo una tarea
difícil y delicada para lograr un sistema eficiente de alertas tempranas en contextos de conflicto.
Esto requiere superar dos problemas fundamentales. Primero, se debe tratar con el problema de
obtener información con el nivel de inteligencia adecuada en términos de cantidad y calidad.
Segundo, se debe afrontar el problema analítico de evitar la percepción errónea u otras facultades
de análisis u otros prácticas defectuosas como: la probabilidad de la difusión y/o escalamiento del
conflicto; el impacto a intereses particulares; y el posible riesgo, y costos sociales, económicos,
militares, y políticos de la acción al igual que la falta de acción (Jentleson, 1996; 1999).

Dada la fuerte tendencia que tienen las autoridades de posponer el tomar decisiones difíciles por
el mayor tiempo posible, el problema resulta ser reunir la voluntad política para escuchar y actuar.
El núcleo del problema es que gobiernos y organizaciones trans-gubernamentales, aunque
conscientes de nuevas amenazas hacia la paz y la estabilidad, están preocupadas con crisis actuales
y no tienen la voluntad o capacidad de centrar su atención a las crisis emergente (Bakker 2001: p.
5).

Adicionalmente, de los distintos casos de estudio y la literatura sobre alertas tempranas y


respuestas oportunas se puede concluir que el reto más grande de estos sistemas es transformar las
alertas tempranas a respuestas preventivas. Intervenciones preventivas para reducir las
probabilidades de violencia deben: 1) incluir la sociedad civil; 2) formular estrategias de calidad
hacia la toma de decisiones; y 3) ayudar a reducir la desigualdad entre los grupos en riesgo. Es de
suprema importancia utilizar el conocimiento local como base fundamental para la construcción
de cualquier estrategia de alertas tempranas y respuestas oportunas. De igual manera, nuevas
tecnologías deben ser utilizadas para facilitar la participación de las poblaciones afectadas en la
recolección de la información y la prevención del conflicto.

Programas efectivos de alerta temprana y respuesta oportuna han tenido: 1) información precisa,
consistente, y oportuna que proviene de un rango amplio de fuentes; 2) la capacidad de monitorear
de manera efectiva los cambios en las dinámicas del conflicto desde múltiple niveles de análisis;
3) buen conocimiento del contexto local y las tendencias a largo-plazo; 4) participación y
empoderamiento de los distintos actores involucrados; 5) inclusión de los actores locales y sus
conocimientos, lo cual ayuda a construir confianza entre los diferentes actores; 6) cohesión social;
7) alertas tempranas ligadas a mecanismos listos para diseñar respuestas que se ajusten a las
necesidades locales; y 8) sistemas flexibles para cumplir con las actividades en proceso y responder
a las cuestiones de emergencia. Esto se debe tener en cuenta para que APAZ pueda establecer un
sistema efectivo de alerta temprana y respuesta oportuna. A continuación se van a exponer algunos
ejemplos de este tipos de sistemas empleados por distintas ONGs.

Alertas Tempranas y Respuestas Oportunas- Organizaciones No-Gubernamentales


Sistemas de alerta temprana y respuesta oportuna han atravesado varias etapas de evolución, así
convirtiéndose algo sofisticado. Varios donantes internacionales (United Kingdom’s Department
for International Development and the European Union), entes regionales (Intergovernmental
Authority on Development y Organization for Security and Cooperation in Europe High
Commissioner on National Minorities) y gobiernos nacionales han desarrollado sistemas,
herramientas y enfoques que guían lo estratégico y operacional de las estrategias preventivas.
Actualmente, sistemas de alerta temprana son consideradas como elemento clave de las
herramientas empleadas por la comunidad internacional en sus esfuerzos en la prevención de
conflictos (Saferworld and Conciliation Resources 2016: p. 2).

Sri Lanka
La Fundación para la Co-existencia (FCE) implementó un sistema de alerta temprana orientado
hacia la ciudadanía. Es un sistema de tercera generación que depende en la pericia local y en los
actores locales para monitorear, evaluar, e implementar las actividades (Palihapitiya 2013: p. 27).
Indicadores estadísticos de violencia y paz fueron desarrollados por las comunidades locales para
analizar y predecir las tendencias de violencia. Se llevó a cabo un monitoreo de los periódicos,
páginas de internet, otros medios de comunicación públicos, el discurso del odio en el territorio, y
otro eventos locales. Al mismo tiempo se dependía de reportes diarios compuestos por facilitadores
locales sobre los posibles riesgos. Este sistema enfatiza la intervención temprana, con una unidad
de respuesta oportuna en compañía de personal responsable de recolectar información, líderes
juveniles, periodistas, políticos locales, y líderes comunitarios (Palihaptiya 2013: p. 27). La
información recolectada era codificada y presentada a la base de datos FCE Early Warning
(FCEWARN) para ser analizada y generar pronósticos.

Un mecanismo de respuesta oportuna era elegido conforme a las necesidades de cada alerta
temprana y se informaba a los actores competentes (Palihapitiya 2013: p. 28). El FCE identificaba
los recursos necesarios para la respuesta de manera colaborativa con los otros actores. Este sistema
de respuesta oportuna esta basado en la aplicación de una diplomacia de múltiples vías con los
ciudadanos relevantes (Rupesinghe 2009: p. 18). La efectividad de cada respuesta era evaluada
para identificar espacios para mejoramiento y el proceso llegaba a su fin con un informe del
personal y ejercicios de reflexión (Palihapitiya 2013: p. 28). Este sistema previno, de manera
exitosa, la intensificación del conflicto en varias áreas. En octubre del 2008 el sistema había
intervenido en 156 casos de conflicto y una variedad de evaluaciones independientes encontraron
que el sistema había prevenido, mitigado, y contribuido a la resolución del conflicto (Rupesinghe
2009: p. 18).

Kenia: Uwiano Plataforma Para la Construcción de Paz


Después de los eventos violentos durante las elecciones del 2008 en Kenia, se iniciaron esfuerzos
para prevenir instancias de violencia adicionales. En el 2010 se estableció Uwiano, una plataforma
de alertas tempranas y respuesta oportuna y de construcción de paz que reunía distintas comisiones,
las Naciones Unidas, la policía, y un total de más de 500 ONGs (Nderitu 2013: p. 10). Las personas
podían reportar amenazas de violencia y obtener ayuda, lo que prevenía un estallido de violencia
masiva.

Las estrategias claves de Uwiano incluyen el despegamiento de monitores de paz por todo el país
y la elaboración de una plataforma de mensajes de textos gratuitos para reportar las tensiones y
cualquier incidente, ya que más de 90 por ciento de Kenianos tienen acceso a un celular móvil
(Nderitu 2013: p. 10). Los mensajes de texto llegaban a una base de datos donde eran analizados,
verificados, y diseminados para una acción urgente. La respuestas incluyeron: 1) mensajes de radio
dirigidos a ubicaciones específicas sobre temas específicos; o 2) mediación; o 3) medidas de
seguridad.

Fueron otorgados fondos por parte de algunos donantes para el sistema de respuesta oportuna que
financiaron el sistema de celulares móviles y las reuniones intra/inter étnicas entre las personas de
la tercera edad para generar planes de intervención y asegurar que el conflicto no se convirtiera en
hechos de violencia (Nderitu 2013: p. 10). Los líderes comunitarios y las mujeres fueron formados
por Uwiano para que se convirtieran en mediadores en cualquier evento de conflicto al nivel local.
En su momento más activo, esta plataforma registró un promedio de 5,000 mensajes por día que
alertaban sobre incidentes violentos (Nderitu 2013: p. 10).

Nigeria
En la región de Jos, Nigeria, 109 centros de atención fueron constituidos para enviar mensajes de
texto de alertas tempranas de conflicto y para motivar otros en sus comunidades a enviar este tipo
de mensajes a un sistema centralizado. A mitad del proyecto, las personas también podían enviar
sus informes de los incidentes de manera virtual a una página web establecida por las ONGs (Stine,
2013, p.4). La validez de cada alerta era verificada y los stakeholders claves informaban sobre el
incidente vía mensaje de texto o a través de informes de correo electrónico diariamente (Stine,
2013, p. 4).

Los stakeholders del sector de seguridad y los aliados de las ONGs se reúnen cada dos meses para
analizar los mensajes que habían sido recibidos. Estallidos de SMS desde el programa a los
ciudadanos era uno de los componentes más exitosos del programa ya que ayudaban a mantener
el público alertó y comprometido con el programa. Los centros de atención y el público en general
se sentían lo suficientemente empoderados del proyecto que estaban dispuestos a invertir su propio
dinero en los mensajes de texto como método de comunicación.

El éxito de estas estrategias se dio de gran manera la buena coalición que formaron los actores, la
participación activa y colectiva de todos los actores en las regiones, el buen conocimiento del
contexto local, y el uso eficiente de diversos recursos para la recolección de información (Amao
et al 2014: p. 86). Estos puntos deben ser prioridad de la estrategia que decida implementar Alianza
para la Paz.

Contexto Colombiano
Las medidas de protección otorgadas a través de la Unidad de Nacional de Protección (UNP) no
siempre son concertadas con las victimas para que sean adoptadas de acuerdo con las
particularidades de cada caso, atendiendo a un enfoque diferencial, tal como lo establece el articulo
32 de la Ley 1448 (Ley de victimas). El Estado posee una comprensión limitada de la seguridad,
solamente como un producto que puede obtenerse a través de las armas, y no como un proceso en
permanente construcción, en el cual la fuerza, en determinadas circunstancias, puede jugar un
cierto papel, pero cuyas múltiples dimensiones se extienden mucho más allá́ (Wilches-Chaux,
2006).

En algunos casos, las medidas de protección no incluyen a los miembros de la familia de las
personas amenazadas, lo que puede generar la desintegración familiar. El enfoque diferencial
incorporado por el Decreto 4912 de 2011 para la evaluación de riesgo y la adopción de medidas
de protección, no ha desembocado en el establecimiento de medidas de protección claras y
concretas que respondan a criterios de especificidad y vulnerabilidad por edad, etnia, generó,
discapacidad, orientación sexual y procedencia urbana o rural, limitando con ello el enfoque
diferencial a una declaración de principios. Los esquemas de protección existentes son
exclusivamente de carácter armado, lo cual desconoce no solo el contexto político y de orden
publico en el que los integrantes de las mesas de victimas desarrollan su labor, sino la decisión
política de algunos de estos lideres de mantenerse al margen del accionar de cualquier actor
armado.

Actualmente no existen estrategias de información sobre los procesos de denuncia y análisis de


riesgo que permitan al denunciante hacer seguimiento del avance de su proceso. En muchos casos
los solicitantes de medidas de protección no son informados sobre los resultados de la evaluación
de riesgo porque las autoridades competentes consideran que estos no son de carácter publico. De
igual manera, no están contemplados mecanismos para poder controvertir los resultados de los
estudios de evaluación de riesgo y protección. Personas que pertenecían a las actividades existentes
y que tenían medidas de protección, expresaron su preocupación ante el inminente retiro de dichos
esquemas al dejar de pertenecer a este espacio de participación.

La Defensoría del Pueblo observa que se siguen presentando una serie de falencias en la
respuesta institucional por parte del Programa de Protección a cargo de la Unidad Nacional de
Protección, como se enumera a continuación: 1) En múltiples oportunidades se ha negado la
implementación de Medidas de Protección de Emergencia, solicitadas por intermedio de la
Defensoría del Pueblo; 2) Casos en los cuales no se valora el riesgo de manera adecuada, lo cual
se traduce en que se determine un nivel de riesgo que no corresponde a la realidad, y por ende no
se adoptan medidas adecuadas de protección, de manera que las medidas adoptadas no logran
prevenir ataques posteriores, como se ha documentado en el Informe de Riesgo No. 010-17 y en
la AT No. 026 de 2018, así como en casos atendidos por las Defensorías Regionales; y 3) casos
en los cuales se presentan tiempos prolongados (seis meses a un año) entre el momento de la
solicitud de protección y la efectiva adopción de medidas de protección.

En términos generales, las medidas de protección carecen de enfoque territorial. Salvo contadas
excepciones, la UNP no concurre a los territorios en los cuales se presenta un número importante
de amenazas a líderes para facilitar el acceso al programa, sino que insiste en esperar que se envíen
las solicitudes para poder hacer presencia en los municipios y sus zonas rurales.
Conforme a lo mencionado anteriormente, es necesario diseñar medidas de protección que, de
acuerdo a lo establecido en el articulo 32 de la Ley 1448 o Ley de victimas, tengan en cuenta no
solo la proporcionalidad frente al nivel de riesgo de la victima, sino también la necesidad de que
estas medidas sean concertadas con las victimas, y que además sean adoptadas de acuerdo con las
particularidades contextuales de cada caso, atendiendo a un enfoque diferencial.

Similarmente, es necesario adoptar medidas preventivas de protección con un enfoque especial en


las organizaciones de victimas y que abarquen a la mayor parte de esta población que, por el hecho
de participar en espacios de construcción de paz, está expuesta a atentados contra su vida e
integridad. Se deben reevaluar y socializar las estrategias y mecanismos para la coordinación de
las instituciones del nivel nacional y territorial en lo concerniente a la prevención y protección de
las victimas, de acuerdo a lo establecido en el Decreto 4912 de 2011 (Análisis de la Ley de
victimas, 2011) en cuanto a las competencias del nivel territorial y nacional.

Finalmente, se deben articular acciones de carácter preventivo que impliquen el fortalecimiento


organizativo del espacio participativo de la comunidad, tanto en términos de cohesión como de
resolución pacifica de conflictos. Fortalecer las capacidades de autoprotección de los integrantes
de las mesas de participación efectiva de los actores a través del aprendizaje de técnicas
individuales y el diseño de estrategias colectivas de protección.

Ruta de Acción
Para constituir un mecanismo de alertas tempranas y respuesta oportuna eficiente y exitoso,
Alianza para la Paz debe seguir una ruta específica. La ruta que sugiere este documento
involucra cuatro pasos: la previsión, la alerta, la priorización, y la respuesta. Todas las acciones y
los actores involucrados en esta ruta de acción deben estar interconectados. Esto se desarrolla de
esta manera por la naturaleza “bottom-up” del mecanismo, lo cual significa que una falla en la
base generará fallas en las demás etapas (Franco et al., 2011).

La primera tarea dentro de este mecanismo es prever las probabilidades y severidad del conflicto
latente que se puede convertir en violencia. En una mano, prever el conflicto se puede hacer a
través de la recolección de información de manera cualitativa, cuantitativa, y semi-intuitiva. Un
componente de suma importancia en esta etapa es la exactitud de la información obtenida y su
capacidad de prever los hechos en el futuro, las causas, consecuencias y temporalidad. El otro
componente clave es el de la relevancia de la información. Es decir, que tan representativa es la
información de los riesgos y las amenazas que se viven por los habitantes y que tanto se pueden
traducir a respuestas concretas.

La segunda tarea es establecer las alertas necesarias para periodos de violencia. Esto conlleva la
comunicación entre la ONG y los entes competentes cuando un riesgo surge para que aquellos
entes puedan actuar de manera adecuada. En esta tarea es donde se encuentra la mayoría de
limitaciones en este mecanismo. Por eso es crucial que la comunicación sea eficaz y que la
interpretación de las alertas se hagan de la mejor manera para poder actuar conforme las
necesidades. Para esto se requiere establecer confianza entre los actores y que las fuentes de
información sean fiables.

A través de los mecanismos mencionados se puede recibir una cantidad significativa de alertas.
De allí se deben seleccionar aquellas alertas de mayor importancia y amenaza. De esta manera,
se debe priorizar las alertas y actuar sobre aquellas que generan mayor peligro en el momento en
el que se analiza el riesgo. La importancia y urgencia de cada alerta debe definir la prioridad de
cada alerta.

Finalmente, se debe considerar la respuesta adecuada. Esta última tarea está ligada a la previa ya
que depende de la prioridad que se le haya dado a cada alerta. De igual manera, la respuesta que
se implemente depende de la interpretación y validez que se le haya dado a la alerta. Por ende, se
debe evaluar la viabilidad de la respuesta. Es decir, se puede lograr el objetivo de prevención con
los recursos que tienen a corto y medio plazo? Hay la voluntad política para poder actuar de
manera adecuada? Después de un análisis de costos y beneficios, la respuesta resulta en un
balance positivo?

Alianza para la Paz busca actuar sobre la prevención temprana y la prevención urgente. La
prevención temprana implica actuar para evitar que el riesgo aparezca, para contrarrestar los
factores de riesgo y en el diseño de estrategias que permitan disminuir los efectos de la eventual
materialización del riesgo. La prevención urgente, tiende a controlar un riesgo inminente, a fin
de mitigar los efectos de la consumación del riesgo y evitar que se causen mayores daños o que
se violen otros derechos. Para poder actuar sobre estas dos medidas de prevención, APAZ debe
utilizar sus recursos de la mejor manera y adoptar la estrategia de “Protección con Presencia”.

El enfoque de “Protección con Presencia” es persuadir a los abusadores a comportarse de manera


diferente, fortalecer o expandir la capacidad de autoprotección de cada individuo: acciones y
estrategias para desalentar o disuadir los actos de violencia, para la autoprotección, y para fomentar
reformas institucionales. La presencia proactiva de organizaciones o civiles puede prevenir y
proteger contra futura victimización. Esto puede influenciar las dinámicas del conflicto al igual
que estructuras que incentivan el abuso hacia excombatientes.

Como una organización que hace parte de la comunidad internacional en Colombia, APAZ puede
usar esta característica como herramienta para presionar e influenciar el comportamiento de los
actores armados en los territorios. La presencia internacional genera presión pero muchas veces
esto es insuficiente. La influencia internacional debe llegar a todos los mandos de los grupos
armados o de la instituciones estatales. Es aquí donde se debe buscar ser parte de un sistema
interinstitucional que incluya la colaboración entre líderes locales, las autoridades, otros actores
locales, y la comunidad internacional.

La presencia de la comunidad internacional fortalece la respuesta oportuna al nivel local e


internacional hacia los excombatientes en tres maneras cruciales: apuntando a toda la cadena de
mando, revelando responsabilidades (quienes son los responsables) y fortaleciendo el compromiso
internacional. APAZ puede contribuir a esto ya que su presencia territorial sirve como herramienta
clave. Los facilitadores tienen la posibilidad de interactuar con los diferentes rangos de la fuerza
pública, jerarquías comunitarias, y grupos armados. Los facilitadores pueden informar y educar
sobre las consecuencias internacionales que se pueden llegar a tener en caso que no se respete
aquello establecido por la comunidad internacional. Los facilitadores también pueden contribuir
al fortalecimiento de la transparencia a través del monitoreo e investigación sobre las relaciones
de responsabilidad, tal como las que pueden llegar a existir entre el estado y grupos paramilitares.
La “Protección con Presencia” tiene tres funciones esenciales: 1) la disuasión- constriñendo los
ataques de los abusadores; 2) animar - animando la sociedad civil en la autoprotección; y 3)
influenciar las instituciones gubernamentales para que implementen las reformas necesarias
cumplir con sus responsabilidades de proteger a los excombatientes. De igual manera, se puede
influenciar a la sociedad civil para que, colectivamente, adopten los esquemas de autoprotección.

La presencia también contrarresta el aislamiento y la estigmatización en la cual se encuentran


muchos de los excombatientes. En Colombia, si bien los actos de violencia hacia excombatientes
continúan siendo altos, los agresores cada vez más implementan un estudio de costos y beneficios
antes de cualquier ataque. La presencia extranjera, y la participación de la comunidad
internacional, es considerada como la estrategia más efectiva de protección.

Para fortalecer el plan de protección se deben tener en cuenta las siguientes recomendaciones.
Resulta supremamente importante fortalecer la integración y coordinación de los diferentes actores
involucrados. También se debe mejorar el compromiso con las comunidades para de esa manera
profundizar el conocimiento sobre el contexto de cada población y brindar empoderamiento en la
implementación de los esquemas de respuesta temprana de manera sostenible. Finalmente, es
necesario fortalecer la capacidad analítica, colección de información, y la divulgación de la
evidencia en las comunidades.

Esta estrategia de protección debe ser complementada con la estrategia de alertas tempranas y
respuesta oportuna “Search for Common Ground” (SFCG). Esta ultima tiene un sistema integrado
basado en la comunidad para la recolección de información sobre actos de violencia, tensiones, y
amenazas al nivel local, regional, y nacional. SFCG facilita la creación de plataformas colectivas
para las comunidades afectadas y los stakeholders de las agencias de seguridad, sociedad civil,
instituciones gubernamentales, y los medios de comunicación. Como base, este sistema cuenta con
un equipo de voluntarios observadores y un network comunitario de respuesta que tiene como
integrantes líderes religiosos, representantes de las agencias de seguridad, representantes del
gobierno local y grupos de vigilancia comunitarios. En conjunto, estos actores colectan
información sobre las amenazas y conflictos a través de un sistema de Short Message Service
(SMS) y se informa a un Network de Respuesta Comunitaria.

Los informes recibidos son discutidos durante reuniones cada mes. De estas reuniones se generan
las respuestas apropiadas para cada contexto y son delegadas a líderes comunitarios, instituciones
relevantes con el mandato de resolver estas cuestiones. Estas respuestas tienen como fin
representar las comunidades e incluir mecanismos tradicionales como también tener en cuenta los
voluntarios o individuos conscientes del contexto local. Los mecanismos concretos necesarios para
poder implementar esta estrategia incluye el uso de Radios Comunitarias, una Red de Emergencia
a través de una red de celulares móviles, la recolección de información de manera colectiva, e
incrementar la presencia de la organización en los territorios.

Por ultimo, se deben aplicar dos pilares fundamentales en este proceso. Es sublimemente
importante los vínculos que se construyan con los medios de comunicación en los territorios y con
las instituciones educativas.
SFCG ha invertido recursos en iniciativas similares hacia la construcción de las capacidades de los
medios para comprometer estos con los sistemas de alerta temprana y pronta respuesta, incluyendo
el establecimiento de programas en los medios o la radio para promover la construcción de paz e
iniciativas de seguridad. El no tener este tipo de vínculos ha sido citado como una de las graves
falencias de este tipo de sistemas de protección. Lograr asociaciones claves entre las comunidades
y los medios de comunicación puede resultar en la divulgación de los riesgos y amenazas de
manera masiva, y de esa manera reducir las posibilidades de que dichos riesgos se conviertan en
actos de violencia.

Conforme a los vínculos con instituciones educativas, a través de los diferentes niveles de Alerta
Temprana y Pronta Respuesta, escuelas, universidades, y otras instituciones educativas
permanecen excluidas, a pesar que estas tienen un rol vital en el monitoreo de riesgos y seguridad,
divulgación de información, alertas temprana y las respectivas respuestas a los riesgos.

Para que Alianza para la Paz pueda establecer un sistema efectivo, eficiente, y exitoso, se debe
construir un mecanismo integral que incluya las sugerencias presentadas en este documento.
También se deben tener en cuenta las limitaciones nacionales como internacionales que este
documento ha expuesto. Vale notar que es importante considerar las necesidades territoriales para
de esa manera poder adaptar y formular la propuesta a cada una de las necesidades en cada
comunidad.

Conclusiones

El presente documento busca brindar una ruta de acción para la construcción e implementación de
un mecanismo de alerta temprana y respuesta oportuna para el proyecto Resiliencia y prevención
de riesgos de victimización y estigmatización en comunidades y poblaciones en proceso de
reincorporación -PREVER- que desarrolla Alianza para la Paz (APAZ).

La propuesta presentada busca satisfacer y complementar los objetivos del proyecto PREVER. Es
decir, la propuesta se construyó para contribuir a la transformación de conflictos y la identificación
de las capacidades de transformación de las situaciones de violencia, considerando la construcción
de paz como una herramienta para el sostenimiento de un proceso de transformación de conflictos.
De acuerda al proyecto PREVER, esta propuesta relaciono la resiliencia desde la prevención como
el incremento de las capacidades individuales y comunitarias para la transformación positiva de
situaciones adversas, la superación de situaciones de violencia para recomenzar.

Esta propuesta prioriza la territorialidad y la participación de los actores locales. Cualquier


proyecto de construcción de paz, incluyendo sistemas de alerta temprana y respuesta oportuna,
deben comenzar y finalizar con la población local. El proceso que se adopta, es decir la ruta de
acción, debe ser participativo e incluir los diversos actores para generar confianza y fortalecer las
relaciones. El fortalecimiento de las relaciones permite facilita identificar y construir aquellas
capacidades de transformación que facilitan consolidar las habilidades y sinergias de la prevención
y construcción de paz.
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