Anda di halaman 1dari 14

Selección 9 (4) :216-229, 2000

Ortopedia

Valoración radiográfica de las desalineaciones


sagitales del raquis
F. Santonja Medina*, A. Pastor Clemente**, L. Serna García***

X-Ray diagnosis of sagittal alignment of spine

Resumen Summary
El estudio de las desalineaciones sagitales del The study of the spine sagittal disorders of
raquis exige unas adecuadas radiografías que deben alignment demands appropiate radiographs to be
realizarse en la postura habitual del deportista, lo made in the habitual posture of the sportsman or
que se consigue concienciando a los técnicos de sportswoman. Making radiography technicians
rayos sobre la importancia del control de la postu- aware of taking care of the posture control when
ra en la que se realizan estas radiografías. La lec- doing this kind of radiographs attains the objecti-
tura de la radiografía exige descartar alteraciones ve. The interpretation of the roentgenograms de-
morfológicas en cualquier segmento del raquis y mands to rule out morphological alterations ofany
medir el grado de la cifosis dorsal y de la lordosis segment of the spine, and measure the grade of
lumbar. La pelvis ha de ser cuantificada su disposi- dorsal kyphosis and lumbar lordosis. The pelvis
ción para lo que existen diferentes ángulos. Cuando must be quantified about its disposition conside-
sospechemos estructuración de una curvatura, ésta ring the different existing angles. When a structu-
puede ser estudiada mediante las radiografías en ration ofa curvature is suspected, it can be studied
autocorrección ya que nos informa de la máxima by means of auto-correction radiographs, to have
corrección activa que consigue el deportista. La Information about the máximum active correction
corrección pasiva de la cifosis se obtiene mediante the sportsman or sportswoman can get. The passi-
la proyección de Stagnara y la de la lordosis me- ve correction of the kyphosis is obtained using the
diante la proyección en gatillo de fusil. Los malos Stagnara projection, and that of the lordosis by
hábitos sedentes pueden ser estudiados mediante means of the rifle hair trigger projection. The bad
una radiografía realizada en esta postura lo que in- sitting habits can be studied by means of radio-
formará de la disposición del raquis y de la pelvis. graphs made in this posture, obtaining Information
about the disposition of spine and pelvis.
Selección, 2000; 9 (4):216-229
Key words: Radiographs. Kyphosis. Lordosis.
Palabras clave: Radiografías. Cifosis. Lordosis. Structuration. Reducibility. Auto-correction.
Estructuración. Reductibilidad. Autocorrección.

Introducción
* Doctor en Medicina y Cirugía. Profesor Titular. Universidad de El estudio y valoración radiográfica de las desaline-
Murcia.
** Doctor en Medicina y Cirugía. Especiliasta en Medicina del De- aciones sagitales del raquis es un reto para el médico
porte. Profesor Asociado. Universidad de Murcia. *** Licenciado en que ha de estudiarlas debido a que los límites de nor-
Medicina y Cirugía. Master en Salud del escolar y adolescente.
malidad no están claramente fijados y los que se han

36
Valoración radiográfica de las desalineaciones
sagitales del raquis 9 (4):226-229, 2000 Selección

establecido no son aceptados por la todos de autores;


la postura adoptada en la sala de rayos X no suele estar
sistematizada (1), lo que condiciona que se valoren
radiografías que no reproducen la postura del indivi-
duo; y las vértebras límites craneales del raquis toráci-
co no suelen determinarse adecuadamente por no vi-
sualizarse la charnela cérvico-torácica (2), lo que con-
duce a medir menores ángulos de curvatura. Además
la estructuración de las curvas se establece sólo cuan-
do son visibles las alteraciones morfológicas.
En la actualidad, los estudios radiográficos siguen
siendo documentos imprescindibles de nuestro queha-
cer diario, pero es preciso su análisis pormenorizado.
Nuestros objetivos a conseguir son: establecer el co-
rrecto diagnóstico, determinar el grado de estructura-
ción de la desalineación y la madurez de la columna
vertebral, de forma que tengamos la información sufi-
ciente para instaurar un adecuado tratamiento y prever
su probable evolución.
Precisamos una buena reproducibilidad entre la
postura adoptada durante la exploración clínica y la
adoptada durante la exploración radiológica, lo que
permitirá obtener una buena correlación clínico-radio-
lógica necesaria para el correcto seguimiento de las
desalineaciones sagitales del raquis (1,3). Es necesa-
rio conocer la notable variación de las curvas en bipe-
destación, evitando equiparar radiografías realizadas
en posturas diferentes, así como conocer los errores
más comunes de medición y los rangos de variación
en las curvaturas, a fin de evitar los falsos positivos o Fig.1. Posición correcta de colocación para realizar la Rx. la-
los falsos negativos a la hora de emitir un diagnóstico teral del raquis. Ha de estar relajado, en su actitud habitual
y establecer la decisión terapéutica. y con los brazos en ligera flexión. Haz centrado en T8.(l)

Radiografía lateral del raquis lajado), con la mirada al frente, pies descalzos, parale-
los y separados como máximo a la anchura de los
El examen radiográfico básico del plano sagital del hombros (Fig. 1).
raquis consiste en una teleradiografía lateral de toda la La posición en la que colocan los brazos a la hora
columna vertebral, que incluya desde la base del crá- de realizar este estudio es importante, debiendo ele-
neo hasta la pelvis completa (4), lo que permitirá va- varse para evitar que se superpongan a las vértebras,
lorar las curvaturas raquídeas sagitales, el equilibrio pero sin modificar la postura.
del raquis en el plano sagital, los segmentos vertebra- Stagnara (2) comprobó que la flexión de los brazos
les, la posible presencia de anomalías en las charnelas, aumenta la curva lordótica lumbar y con frecuencia dis-
así como la disposición de la pelvis. El haz de rayos minuye la cifosis dorsal, por lo que no deben realizarse
ha de centrarse en las vértebras torácicas para supri- con los brazos elevados hasta la horizontal como propu-
mir el efecto del aumento y divergencia de los rayos so Moe y cois (6) o Lovell y Winter (7), ni por encima
(2), precisan tiempos de exposición largos (aprox. 2 de la cabeza (4) al incrementar este efecto indeseable.
segundos) y la distancia foco-placa a utilizar estará Para evitarlo, el deportista tiene que flexionar lige-
entre 1,5 y 2 m (5). ramente sus brazos (aproximadamente unos 30°) apo-
Es importante la posición que el explorado adopta yando las manos o los antebrazos sobre un soporte an-
en la sala de rayos, ya que ésta debe reproducir fiel- terior -puede ser un pie de gotero o una escalera-, que
mente su postura habitual y la postura adoptada du- esté a la altura de las crestas iliacas. Con este proceder
rante la exploración clínica. La Rx. se hace en bipe- no se modifican las curvaturas sagitales del raquis (1
destación con el deportista en su postura habitual (re- 2,4,8).

37
F. Santonja Medina, A. Pastor Clemente,
Selección 9 (4):216-229, 2000 L. Serna García

Fig.2a. Púber diagnosticado de hiperlordosis lumbar y cifosis Fig. 2b. Rx. del mismo deportista pero en su postura habitual.
dorsal normal por la incorrecta postura adoptada en la sala Presenta una actitud cifótica (49°), con lordosis normal
de Rx.(ll). (52").

La colaboración del técnico de rayos es fundamen- se las flechas sagitales en la Sala de Rx, justo antes de
tal para obtener radiografías que muestren la verdade- realizarla y que las anotase en la propia radiografía,
ra postura de los explorados (1), evitando el frecuente con lo que mejoraba significativamente la correlación
error de realizar las radiografías en posición inadecua- entre la exploración clínica y la radiográfica. Pastor,
da que desvirtúan la primera impresión diagnóstica en su reciente trabajo con nadadores (9) demostró que
obtenida en la evaluación clínica, lo que puede condu- el coeficiente de correlación entre la exploración clíni-
cir a obtener "falsos positivos" (diagnosticar patologí- ca y la radiográfica mejoraba sensiblemente al compa-
as inexistentes, como hiperlordosis debidas sólo a la rarlo con el obtenido en la sala de rayos (pasa de 0,59
excesiva elevación de los brazos (Fig. 2a), o lo que es a 0,86 en los nadadores y de 0,8 a 0,84 en las nadado-
peor a "falsos negativos" al no diagnosticar desalinea- ras).
ciones existentes (cifosis que no se evidencia por Con la toma de las flechas sagitales en la sala de ra-
adoptar una postura corregida en la sala y/o por elevar yos se consigue la concienciación del Técnico de Rx
excesivamente los brazos) (Fig. 2b). sobre la importancia de la postura a adoptar que ha de
Es muy importante que el deportista adopte su pos- ser en una posición parecida a la reflejada en la peti-
tura habitual durante la realización de estas radiografí- ción. Esto nos permitirá valorar en su justa medida ca-
as, lo que puede conseguirse si los concienciamos de da radiografía.
la postura a adoptar en la sala de radiología, y si en la Para facilitar el proceder al técnico de rayos X,
solicitud de la radiografía indicamos que se realice en Santonja diseñó en 1992 y patentó un dispositivo que
"su postura habitual". denominó "Flechómetro" (10) que permite medir si-
Santonja en 1992 (1), propuso que el técnico midie- multáneamente las cuatro flechas y las distancias que

38
Valoración radiográfica de las desalineaciones
sagitales del raquis 9 (4):226-229, 2000 Selección

primer lugar ha de prestarse atención al morfotipo ra-


quídeo (radiográfico) y compararlo con el encontrado
durante nuestra exploración. Si no coinciden, indicará
que la Rx. no traduce la posición habitual del depor-
tista, por lo que las mediciones que obtengamos ten-
drán una relativa validez. Seguidamente procedere-
mos a realizar la lectura morfológica y la medición de
las curvaturas sagitales del raquis y la disposición de
la pelvis.
En la lectura morfológica hay que determinar si
existen alteraciones numéricas vertebrales, modifica-
ción de la morfología de las vértebras, costillas o la
pelvis, así como el estadio de maduración vertebral.
Hay que contar las vértebras que conforman cada
región raquídea por la frecuencia con la que se presen-
tan las anomalías numéricas (12). Habrá que estudiar
las estructuras que conforman el pilar anterior (cuer-
pos vertebrales y discos intervertebrales) y el posterior
(pedículos, orificios de conjunción y apófisis articula-
res). Las anomalías presentes en población asintomáti-
ca, son más frecuentes de lo que se suele sospechar,
como recientemente han publicado Hald y cois (13),
que encontraron 4,9% de sacralizaciones, 7,8% de
lumbarizaciones o un 5,9% de espondilólisis, que no
suelen diagnosticarse por no realizar una detenida lec-
tura de las radiografías.
Los cuerpos vertebrales aumentan progresivamente
de altura en dirección caudal hasta L4-L5. En ellos debe
buscarse modificaciones de su morfología, tales
Fig. 3. Uso del "flechómetro" en la Sala de Rx (11). como acuñamientos anteriores (menor altura en la
porción anterior del cuerpo vertebral respecto a la
posterior), determinando en caso de existir, su núme-
existen entre ellas, quedando reflejadas en la radiogra- ro, localización y cuantificación, detectando los que
fía (11) (Figs. 3 y 2b). igualen o superen los 5o (Figs. 4a y 4b).
Si preferimos explorar las desalineaciones sagitales El acuñamiento se mide trazando la prolongación de
con el inclinómetro en puesto de las flechas sagitales, los platillos vertebrales o sus perpendiculares cuando
se puede proceder de igual forma, anotando los ángu- el acuñamiento es pequeño. Se mide en grados con un
los de cifosis y lordosis en nuestra petición, y cuando goniómetro. Los acuñamientos anteriores se miden por
realice el Técnico la Rx deberá medirlos con igual delante de la vértebra y los posteriores por detrás de la
proceder. Si existe una diferencia notable entre las vértebra. L5 presenta acuñamiento posterior pero no
mediciones que obtiene el técnico con las indicadas en suele ser significativo si es inferior a 8-10°. También
la petición, éste deberá colocar de nuevo al explorado puede medirse siguiendo el método de Sim (12), que
y si siguen siendo muy diferentes, deberá consultar consiste en medir la altura del borde posterior del cuer-
con el médico prescriptor. po de L5 y dividirla por la altura de la parte anterior,
Con este proceder se evitarán radiaciones inútiles, considerándose normal cuando este índice es > 0,91.
se reducirán gastos y se hará un uso más racional de Es preciso buscar hernias de material nuclear en el
los servicios de Rayos X. tercio anterior (Fig. 5) de la esponjosa del cuerpo ver-
tebral (nódulos de Schmorl); irregularidades en las
Interpretación radiográfica placas cartilaginosas y la posible presencia de osteofi-
tosis (Fig. 4b).
La lectura de las radiografías debe seguir una metó- La altura de los discos va aumentando ligeramente
dica para evitar pasar por alto detalles de interés, in- en dirección caudal, aunque en la región lumbar todos
cluso diagnósticos de ciertas patologías cifosantes. En pueden tener una altura comparable, salvo el lumbosa-
F. Santonja Medina, A. Pastor Clemente,
Selección 9 (4):216-229, 2000 L. Serna García

Fig. 4a. Alteraciones morfológicas en un prepúber que indican Fig. 4b. Acuñamientos vertebrales anteriores torácicos en un
estructuración. "Listeles" en estadio 2b, T9 con acuñamien- deportista adulto, con T6=10°; T7=13°; T8=15" y T9=7".
to anterior en el 1/3 anterior, hernia de Schmorl y retraso Existen osteofitos anteriores y aumento del diámetro ante-
de osificación. Estrechamiento del disco T9-T10. rior en T8 y T9 (Cifosis de Scheüermann).

cro que suele ser algo inferior. Un disco con menor al- La columna está normalmente en equilibrio cuando
tura en relación con los superiores (Figs. 4a y 5), debe una línea que parte del conducto auditivo externo, pasa
considerarse como patológico (14). La forma de los por el proceso odontoideo del axis, los cuerpos de T,
discos se adapta a las curvaturas fisiológicas en el pla- y TI2, el promontorio del sacro y el centro de las
no lateral, siendo más elevados en el lado de la conve- cabezas femorales (16).
xidad de la curva. Los espacios intervertebrales deben Para las mediciones angulares de las curvas del ra-
ser valorados para detectar posibles estrechamientos quis, el método más aceptado es el descrito por Lipp-
de los mismos y/o pinzamientos en sus extremos. man-Cobb (1948) (17). Se basa en identificar las vér-
Debe prestarse atención a la existencia de espondiló- tebras que constituyen el límite superior e inferior de
lisis o espondilolistesis que afectan especialmente a L5. la curva, que se denominan vértebras límites y son las
que más se inclinan hacia la concavidad de la misma,
Mediciones radiográficas es decir, las más inclinadas con respecto a la horizon-
tal. Seguidamente, se traza una línea que prolonga el
Deben incluir las mediciones angulares de las cur- platillo superior de la vértebra límite superior y otra al
vas cifótica y lordótica, el ángulo del espacio discal platillo inferior de la vértebra límite inferior. El valor
L5-Si y la disposición de la pelvis, ya que la forma y angular de la curvatura se obtendrá en la intersección
amplitud de las curvaturas están ligadas directamente de ambas líneas, pero cuando no exista espacio para la
a la estática pélvica que sostiene a la columna verte- intersección, éste se obtendrá al trazar las perpendicu-
bral (15). lares de estas líneas (Figs. 6 y 7).

40
Valoración radiográfica de las desalineaciones
sagitales del raquis 9 (4):226-229, 2000 Selección

Fig. 5. Clara hernia de Schmorl en L¡ por cifosis de Scheüer- Fig. 6. Medición de la cifosis por el método de Cobb (T 2 -
mann atípico lumbar. Li=7Io). Su postura era de clara cifosis y las flechas sagita-
les en la sala de rayos también lo confirmaban
(FS=85/0/75/55).
La vértebra límite craneal de la cifosis suele ser T2
o T3, y la caudal suele ser T,2 o L1, soliendo coincidir
con el límite superior de la lordosis por lo que se la Estas mediciones están sujetas a frecuentes errores,
denomina vértebra intermedia. Para Stagnara (2, 18) por lo que es preciso realizarlas correctamente. Car-
esta vértebra se localiza entre T9 a L3, siendo las más man et al. (21), en un estudio sobre el error intraobser-
frecuentes L1 (33%), T12 (22%) y L2 (21%). En nuestra vador e interobservador utilizando el método de Cobb,
experiencia (3,19) se localiza en T12 (42,7%), T11 llegan a la conclusión que para la evaluación de las ci-
(27,2%) y L1 (23,3%) principalmente. fosis, se puede adoptar 10 grados de diferencia entre
Es interesante consignar donde está situado el ápex mediciones como indicación de un verdadero cambio
de las curvaturas (punto más posterior en las cifóticas en la angulación de la curva (95% de certeza). Voutsi-
y el más anterior en las lordóticas), ya que es preciso nas y MacEwen (22), refieren un error intraobserva-
identificarlo para la aplicación del tratamiento ortési- dor de aproximadamente 2° (± Io DE) en la medición
co. En universitarios (19), se situó en T 6 -T 7 en el de las curvas sagitales torácica y lumbar con el méto-
77,8% (cifosis media) y por debajo (cifosis baja) en el do de Cobb, pero afirman que este método puede ser
22,2% restante, similar a lo encontrado por Papanasto- impreciso sobre todo en curvas patológicas y recuer-
siou y cols (20) que en pacientes sanos estaba el ápex dan que curvas patológicas de diferente morfología
en T6. El ápex de la lordosis se sitúa en nuestra pobla- pueden dar el mismo valor angular, por lo que propo-
ción en L3 en el 75,3% y sólo el 3,1% en L4. nen unos nuevos índices radiográficos que denominan
A diferencia de lo publicado por Papanastosiou y índice de cifosis e índice de lordosis (W/LxlOO; donde
cois (20) que lo encuentran en L4 tanto en los sujetos L es la longitud interior de la curva y W la máxima
normales como en los afectos de β-Talasemia. distancia interior de la curva desde la línea L).

41
F. Santonja Medina, A. Pastor Clemente,
Selección 9 (4):216-229, 2000
L. Serna García

gran variabilidad de posibles posturas a adoptar así


como por la dificultad de visualizar la vértebra límite
superior de la cifosis (22).
Bradford (5), en 1977, apoyándose en los trabajos
de Boseker en 1958 y de Roaf (24), considera razona-
ble sugerir el rango de normalidad en niños en creci-
miento y adultos jóvenes entre 20-40° para la curva
cifótica torácica, ante la falta de estudios más amplios
que lo definan con más precisión.
Fon et al. (25), en 1980, confirman que el rango de
la curvatura torácica está relacionado con la edad au-
mentando con ésta y siendo este incremento mayor en
mujeres.
Stagnara et al. (18) indican que el rango de norma-
lidad es tan amplio que los valores medios no pueden
usarse como referencia de la normalidad. A la misma
conclusión llegan otros autores, tras observar una gran
dispersión de los valores individuales que demuestra
grandes márgenes fisiológicos, no habiendo diferen-
cias importantes entre sexos (22).
Los valores de normalidad de las curvas sagitales
del raquis, quedan resumidas en las Tablas I y II
Respecto a la lordosis lumbar, está aumenta con la
columna en bipedestación, por lo que los valores de
referencia serán distintos en función de la postura
adoptada. Anderson y cols (30) encuentran notables
diferencias entre la lordosis en bipedestación y en se-
dentación (59,8° ± 2,9° frente a 22,2° ± 5 9o) debién-
dose fundamentalmente a la basculación 'de la pelvis
Fig. 7. Medición de la lordosis lumbar que se extiende desde (ángulo pélvico-horizontal pasa de 63,8° ± 4,9° a 35 7o ±
T 11 a L 5 = 83". La lordosis lumbosacra va de T 11 a 2,2°). Link y cols (31), utilizando un sistema de me-
S1=83o+12o(deL5-S1l)=95'>. dición clínico, obtienen diferencias muy similares entre
ambas posturas (40,96° ± 12,56°) aunque estas di-
El tipo de goniómetro, la anchura de la línea de medi- ferencias varían dependiendo del tipo de asiento utili-
ción y fundamentalmente la localización de los puntos de zado, e incluso del tiempo que se esté sentado (32)
referencia pueden ser fuente de error, pero en cualquier Polly y cols (33) hacen un análisis de las diferentes
caso el método Cobb sigue estando vigente en la actuali- formas de cuantificar la lordosis lumbar, encontrando
dad gracias a su simplicidad y reproducibilidad (21). que las más utilizadas es entre T12/L1 con L5/S1.
Crockett y cois (23), han analizado quien debe "le- Valoración de la disposición sagital de la pelvis
er" las radiografías y comparan los datos obtenidos
entre la lectura realizada por los ortopedas y los radió- No existe unanimidad a la hora de delimitar los di-
logos, encontrando que los radiólogos sólo menciona- ferentes ángulos que miden la disposición de la pelvis
ron el 28% de las cifosis y el 26,5% de las lordosis ni tampoco sobre la nomenclatura de los mismos El
existentes, frente al 98,2% y el 79,4% de los ortope- ángulo lumbosacro o ángulo de la articulación lum-
das, por lo que desaconsejan la duplicación en la lec- bosacra (L5-S,) se mide por la intersección de las tan-
tura de estos estudios al ocasionar más gasto y no gentes del platillo inferior de L5 y del superior de S1
aportar nada significativo para la práctica clínica. (26, 34-37).
Valores radiográficos de referencia de las curvas La disposición sagital de la pelvis se puede valorar
sagitales midiendo el ángulo de la inclinación, basculación del
sacro o ángulo S1 que lo forman la tangente de la ca-
No existe acuerdo sobre el rango de normalidad de rilla superior de S, con la horizontal (ángulo sacro-ho-
las curvaturas sagitales, lo que puede ser debido a la rizontal). El ángulo de inclinación pélvica (35) o án-
42
Valoración radiográfica de las desalineaciones
sagitales del raquis 9 (4):226-229, 2000 Selección

TABLA I

Valores radiográficos de referencia para la curva cifótica torácica

Autor (primero) Rango Media (DE) Medición

Boseker (5) 25-42 - -


Roaf (24) 20-40 - -
Bradford (5) 20-40 - -
Stagnara(18) 07-63 37 T4-T12
Fon (25)
2-9 años (M) 5-40 0,88 (7,85) -
2-9 años (F) 8-36 3,87 (6,67) -
10-19 años (M) 8-39 25,11(8,16) -
10-19 años (F) 11-41 26,00 (7,43) -
Moe (6) 20-40 - -
Propst-Proctor (26) 21-33 27 T5-T12
Voutsinas (22)
5-9 años - 36,7 (6,9) T2/T3-T12
10-14 años - 37,5 (8,0) T2/T3-T12
15-20 años - 38,5 (8,1) T2/T3ÍT12
Bernhardt (27) 0-53 36 (10) T3-T12
Chopin (8) 27-47 37 T4-T12/L1
Marnay (16) 17-57 37 (20) -
Dimeglio (28) 07-63 37 T4-T12
Singer (29)
Cobb(M) 26-45 33,8 (5,2) T3-T11
Cobb (F) 18-40 31,0(11,5) T3-T11
Digitalización (M) 32-44 37,5 (4,7) T3-T11
Digitalización (F) 20-44 32,9(12,5) T3-T11

TABLA II

Valores radiográficos de la curva lordótica lumbar

Autor (primero) Rango Media (DE) Medición

Stagnara(18) 32-83 50 (30) Ll-Sl


Moe (6) 40-60 - -
Propst-Proctor (26) 31-49,5 40 L1-L5
Voutsinas (22)
5-9 años 52.2 (10.0) Ll-Sl
10-14 años 56.1 (8.7) Ll-Sl
15-20 años 56.6(9.1) Ll-Sl
Bernhardt (27) 14-69 44 (12) T12-L5
Chopin (8) 40-60 50 (10) L1-L5
Marnay (16) 46-66 56 (10) Ll-Sl
Dimeglio (28) 32-83 50 L1-L5
Wright (34) 25-45 35 L1-L5
NOTA: Solo se cita el primer autor de cada trabajo, ordenado por fecha de publicación. Los valores se refieren en grados.

43
F. Santonja Medina, A. Pastor Clemente,
Selección 9 (4):216-229, 2000 L. Serna García

TABLA III

Valores radiográficos del ángulo lumbosacro

Autor (primero) Rango Media

Propst-Proctor (26) 9-16 12


Runge (38) - 20
Marnay (16) - 13
Dimeglio (28) 14
Wright (34) 6-22 14
Nota: Se mide entre L55S1

TABLA IV

Valores radiográficos del ángulo sacro-horizontal

Autor (primero) Rango Media (DE)

Stagnara(18) 19-65 41 (35)


Runge (38) - 30
Chopin (8) 30-50 40 (10)
Dimeglio (28) 19-65 41
Wright (34) 32-48 40
Kapandji (35) 30
NOTA: Medición del ángulo entre la carilla superior de S1
Fig. 8. Medición del ángulo S1 (53")y pélvico (68°). y la horizontal.

guio P se obtiene de medir el ángulo que existe entre


la línea que une el borde anterior de la base del sacro
(promontorio) con el punto más craneal de la sínfisis yección radiográfica que analice la reductibilidad de
púbica con la horizontal (Fig. 8). Sus valores de nor- las curvas.
malidad propuestos por diferentes autores están en las Santonja, desde 1990 (3), realiza una proyección
Tablas III y IV. El pars bisagra de Vidal y Marnay que denominó en "autocorrección". Esta proyección
1984 (15, 16), es más complejo de determinar, consiste determina la corrección activa de la cifosis. Consiste
en relacionar los ejes de giro del espacio L5-S1, el en invitar al deportista a que se estire al máximo, con
centro del cuerpo de S2 y el de las cabezas femorales. lo que conseguimos la máxima corrección voluntaria
Con el ángulo P y el par bisagra se intenta clasificar de la cifosis y en esta postura se realiza la radiografía
la disposición de la pelvis en tres grupos: normal, an- lateral del raquis torácico en formato de 30x90 e in-
teversión y retroversión. La anteversión de la pelvis se cluso puede sobrar con el de 35x43. En esta radiogra-
acompaña de incremento de la lordosis y cifosis; la re- fía se cuantifica el grado de cifosis por el método de
troversión pélvica produce disminución de la lordosis Cobb (17). La diferencia entre el grado de cifosis en
y aumento de la cifosis dorsal (15). su actitud habitual y en autocorrección nos dará el
porcentaje activo de corrección (Fig. 9).
Estudio de la reductibilidad de las desalineaciones Esta proyección es de gran utilidad en la práctica
sagitales del raquis diaria, porque antes de que aparezcan los signos radio-
gráficos de estructuración (escolares, prepuberales e
Cuando la exploración clínica indique sospecha de incluso puberales) nos permite diferenciar entre las
estructuración o la lectura de la radiografía muestre actitudes cifóticas y las cifosis con tendencia a la es-
signos de estructuración, deberá realizarse una pro- tructuración. Las actitudes son aquellas que en la au-
tocorrección se consigue cifosis < 25°.

44
Valoración radiográfica de las desalineaciones
sagitales del raquis 9 (4):226-229, 2000 Selección

Fig. 10a. Posición para la proyección de Stagnara.

Fig. 9. Rx. en autocorrección. Sólo corrige a 56° (T2-T/2), lo Fig. 10b. Paciente con cifosis en bipedestación de 63" que sólo
que indica estructuración de la cifosis. se reduce con la proyección de Stagnara a 42° (estructura-
ción).
En aquellos deportistas adolescentes o adultos que
ya tengan signos de estructuración, también es de no-
table utilidad esta radiografía para un mejor conoci- proyección es muy incómoda e incluso dolorosa en ci-
miento de la desalineación (flexibilidad), conse- fosis estructuradas, por lo que recomendamos solici-
cuentemente una más adecuada prescripción terapéuti- tarla cuando exista muy poca corrección activa.
ca, así como para conocer mejor su posible evolución. La reductibilidad de la lordosis se puede estudiar
Esta proyección radiográfica es rápida y sencilla de mediante una radiografía lateral del raquis lumbar y la
realizar (mismos preparativos que la radiografía en ac- pelvis en decúbito supino con las caderas y rodillas en
titud habitual), permite el control de la postura en la máxima flexión que son mantenidas al abrazarse el
que se realiza, ya que puede (y debe) tomarse las fle- paciente los muslos, a esta posición se la denomina en
chas sagitales en autocorrección en la Sala de Rayos, "gatillo de fusil" (Stagnara). Su normalidad no está
lo que permite su comparación con las mediciones ob- establecida, pero siempre que en esta proyección per-
tenidas en la clínica. sista la lordosis se interpreta como estructurada. Su in-
Existe otra proyección radiográfica que analiza el conveniente es que no es conocida en los centros ni
grado de corrección pasivo, que es conocida como la servicios de radiología, siendo complicado su realiza-
"proyección de Stagnara", que consiste en una radio- ción (Fig. 11).
grafía lateral del raquis dorsal con el sujeto en decúbi- Otra forma de determinar la reductibilidad de la lor-
to supino con un soporte duro bajo el vértice (ápex) de dosis es realizando una radiografía sentado con la má-
la curva (4, 6, 7, 8, 16, 39), con muslos y piernas fle- xima flexión del tronco y las rodillas extendidas (co-
xionados a 90° y hombros y brazos echados hacia mo si intentasen alcanzar o sobrepasar la punta de los
atrás lo máximo posible (2) (Figs. 10a y 10b). Esta pies). Para Keagan (40) lo normal es una suave inver-

45
F. Santonja Medina, A. Pastor Clemente,
Selección 9 (4):216-229, 2000 L. Serna García

Fig. lia. Posición para la proyección en gatillo de fusil.

Fig. 12. Rx. lateral del raquis en sedentación asténica. Existe


Fig. llb. Deportista con lordosis estructurada.
una cifosis del raquis dorsal y lumbar (-24°), debida a la re-
troversión de la pelvis (L-H=118a; P=13"y S1= -25").
sión de la curva lumbar. Esta proyección se realiza
también para el estudio de la cortedad isquiosural te adoptada (Fig. 12), permite explicar acuñamientos
(41). vertebrales anteriores de localizaciones poco habitua-
les y puede resultar útil en la evaluación de la enfer-
Otras proyecciones radiológicas medad de Scheüermann tóraco-lumbar (41).

En la primera evaluación radiográfica del deportis- Estudios dinámicos del raquis


ta, suele recomendarse la realización de una radiogra-
fía A-P de toda la columna vertebral en bipdedesta- Con más frecuencia de la sospechada, si se realiza
ción y descalzo, que servirá para evaluar una posible una correcta exploración clínica, se encuentran desali-
alteración en este plano, confirmar la existencia de neaciones dinámicas, es decir, una correcta disposi-
anomalías numéricas o malformaciones, así como de- ción del raquis en bipedestación, pero con un notable
terminar la madurez ósea según la osificación de las incremento de la curvatura dorsal en flexión del tron-
crestas iliacas. Si no existe sospecha de desalineación co, que Bado denominó cifosis funcional (42).
en el plano frontal no se precisará repetir esta proyec- Estos morfotipos raquídeos acontecen sobre todo
ción. durante el crecimiento, antes del estirón puberal y es
Puede realizarse también una radiografía lateral del indicativo de una evolución del raquis torácico hacia
raquis total en sedentación asténica, con el sujeto sen- una cifosis estructurada en los próximos años.
tado sobre un taburete, apoyando los antebrazos sobre Otro problema más frecuente y que hoy en día aún
los muslos (41). Esta proyección muestra la disposi- no se conoce cual es la repercusión futura, es la inver-
ción de la columna en esta posición tan frecuentemen- sión moderada o marcada de la lordosis lumbar en fle-

46
Valoración radiográfica de las desalineaciones 9 (4):226-229, 2000 Selección
sagitales del raquis

xión del tronco, tanto partiendo de una lordosis nor- Desarrollo y crecimiento vertebral. Es preciso co-
mal en bipedestación (actitud cifótica lumbar) (41), o nocer las particularidades de las estructuras raquídeas
de una hiperlordosis (hipermovilidad lumbar) (43). en la infancia y su evolución con la edad.
La confirmación radiográfica de ambos procesos La osificación de los anillos vertebrales se observa
puede obtenerse mediante la realización de una radio- en las radiografías laterales y con menor claridad en
grafía lateral del raquis torácico, lumbar y parte del las proyecciones A-P. Hacia los 7 años de edad, se
sacro en máxima flexión del tronco estando sentado aprecia un defecto "en escalón" en los ángulos ante-
(como ejecutando el test distancia dedos-planta). riores superior e inferior de los cuerpos vertebrales,
La cuantificación de las curvaturas se realiza con que desaparece progresivamente al irse completando
igual proceder que en las anteriores y la disposición la osificación primaria. La osificación secundaria o de
de la pelvis se cuantifica midiendo el ángulo sacro-ho- los anillos vertebrales, comienza para algunos autores
rizontal y sobre todo el lumbo-horizontal en máxima a la edad de 6-8 años en las niñas y 7-9 años en los ni-
flexión del tronco (L-Hfx) (44, 45). ños (48, 49) y para otros un poco más tarde entre los
En raras ocasiones se precisarán tomografías que se 10 y 12 años (50, 51). Ocurre en primer lugar en la
reservan para aquellos casos en que la deformación parte central del raquis dorsal. En las radiografías se
sagital es secundaria a anomalías congénitas y para in- manifiesta por la aparición de dos puntos de osifica-
vestigar la posible presencia de infecciones o tumores, ción en los ángulos anteriores de los cuerpos vertebra-
así como las dimensiones del canal raquídeo. les. Dichos puntos, adoptan luego una forma triangu-
lar y van alargándose sobre la silueta de los cuerpos,
Valoración de la edad esquelética en la pelvis y el de delante atrás, hasta cubrirlos por completo hacia
raquis los 12-13 años de edad y fusionarse con ellos entre los
15 y 18 años (49), aunque otros autores señalan un
Es necesario conocer el estado de maduración del margen entre los 14 y los 25 años (48, 51).
esqueleto, debido al posible agravamiento de las de- Esta cronología en la evolución o desarrollo del ra-
formidades vertebrales hasta que no alcance la madu- quis puede ayudar a conocer el estado de la osifica-
rez esquelética. Puede obtenerse determinando la ma- ción vertebral. STAGNARA (1987) (2) recoge en su
duración esquelética de los huesos iliacos, la de los libro seis estadios según la fase de osificación:
cuerpos vertebrales o de la muñeca y mano izquierda. 0. Ausencia de osificación del platillo vertebral.
La osificación de las crestas iliacas, conocido como 1. Osificación de morfología puntual (6-8 años en
Test de Risser (46), se realiza habitualmente en las ra- niñas y 7-9 años en niños).
diografías ántero-posteriores obtenidas para la valora- 2. Osificación de morfología triangular (9 a 10
ción del plano frontal del raquis aunque también es años).
valorable en las radiografías laterales. El núcleo de 3. Inicio de soldadura al cuerpo vertebral (mayor de
osificación aparece a la edad de 11-14 años y la fusión 12 años).
se completa hacia los 20 años. El momento en el que 4. Soldadura casi completa con presencia de una
la cobertura alcanza la articulación sacroilíaca, coinci- pequeña muesca (a partir de los 14 años).
de, salvo casos excepcionales, con la finalización del 5. Soldadura completa con perfil vertebral de adulto
crecimiento; en ese momento el crecimiento vertebral (14 a 25 años).
se considera definitivo y no cabe esperar sensibles En nuestra experiencia el estadio 2 es el más impor-
modificaciones de la desalineación raquídea (14). Este tante en la clínica por ser el de mayor variabilidad
test es útil a partir de los 12-13 años de edad y en- morfológica y en el que aún se puede intervenir tera-
cuentra su principal aplicación en indicar el potencial péuticamente para evitar los acuñamientos vertebra-
de crecimiento del adolescente. les. Este estadio debería subdividirse al menos en tres
El test de Risser fue modificado por Dhar y cois en subestadios (Fig. 4b).
1993 (47), proponiendo dividirlo en 10 estadios en puesto La osificación secundaria de los distintos segmen-
de los cinco clásicos, lo que permite una mejor valo- tos del raquis no se produce al mismo tiempo, así en
ración de la maduración esquelética. Este proceder se ha un momento determinado del crecimiento la región
usado y lo utilizamos con mucha frecuencia en la clínica dorsal tendrá un estadio diferente al existente en la re-
al subdividir en dos cada estadio del Risser (1; 1,5; 2; gión tóraco-lumbar y/o lumbar.
2,5...) o (1; 1+; 2; 2+...), porque permite clasificar mejor Es importante conocer la cronología de la osifica-
el desarrollo del iliaco y establecer un más acertado pro- ción secundaria para identificar la normalidad, así co-
nóstico. Estos mismos autores también dividen el desa- mo las posibles relaciones con los acuñamientos ver-
rrollo de la apófisis isqüiática en 10 estadios. tebrales anteriores, ya que con la maduración se desa-

47
F. Santonja Medina, A. Pastor Clemente,
Selección 9 (4):216-229, 2000 L. Serna García

rrollan acuñamientos mínimos en las vértebras toráci- Bibliografía


cas, particularmente en las tres apicales, no superando
(1) SANTONJA F, GENOVES JE. Radiología: consideraciones en or
nunca en condiciones normales los 5o (5). topedia. En Santonja F, Martínez I. Valoración médico-deportiva
En este mismo sentido, Krámer (52) indica que los del escolar. Murcia: Universidad de Murcia, 1992: 279-301.
restos cordales y los trastornos estructurales juveniles (2) STAGNARA P. Deformaciones del raquis. Barcelona: Masson,
observados frecuentemente no tienen ningún signifi- 1987.
(3) SANTONJA F, MARTÍNEZ J. Clínica y exploración de las altera
cado clínico e indican, en todo caso, una debilidad de ciones axiales del raquis y pelvis. En Santonja F, Martínez 1. Va
las estructuras que delimitan el disco con predisposi- loración médico-deportiva del escolar. Murcia: Universidad de
ción a las alteraciones del mismo. Murcia, 1992: 207-221.
(4) LALANDE G, KALIFA G, DOBOUSSETJ: Les déformations sagita
Para el estudio de la edad ósea pueden utilizarse el les. Encycl Méd Chir, París 1984; Radíodiagnostic 11, 31671 B50:4.
método basado en la osificación del carpo, metacar- (5) BRADFORD DS. Kyphosis. Editorial Comment. Clin Orthop
pianos y falanges mediante el Atlas de Greulich y Py- 1977; 128: 2-4.
le (53), o el método TW2-Rus, o TW2-20 huesos (54, (6) MOE JH, WINTER RB, BRADFORD DS, LONSTE1N JE. Defor
maciones de la Columna Vertebral. Barcelona: Salvat, 1982.
55).
(7) LOVELL WW, WINTER RB. Ortopedia pediátrica. Buenos Aires:
Estas pruebas permiten establecer la fase de madu- panamericana, 1988.
ración esquelética del sujeto. De este modo, se puede (8) CHOP1N D, DAVID T. Cyphoses Patologiques. Encycl Med Chir
conocer el período de crecimiento que resta y por tan- Appareil Locomoteur 1989; I5872A10, 1.
to, el margen temporal para un posible agravamiento o (9) PASTOR A. Estudio del morfotipo sagital de la columna y de la
extensibilidad de la musculatura isquiosural de jóvenes nadado
evolución de la deformidad espinal. Las correlaciones res de élite Españoles. [Tesis Doctoral]. Murcia: Universidad de
entre los tres métodos no siempre existen, pero, en Murcia, 2000.
cualquier caso, la vigencia de todas ellas se mantiene (10) SANTONJA F. Flechómetro para salas de radiodiagnóstico.
en la actualidad. Patente Española NI: P9.400.021, Enero/94.
(11) SANTONJA F. Las desviaciones sagitales del raquis y su relación
con la práctica deportiva. En Ferrer V, Martínez L, Santonja F.
Periodicidad de los exámenes radiográficos Escolar: Medicina y deporte. Albacete: Diputación de Albacete,
1996: 251-268.
Solo en aquellos casos en los que la exploración (12) MUÑOZ J. Atlas de mediciones radiográficas en ortopedia y
traumatología. México: McGraw-Hill, 1999.
clínica presente signos de desalineación en el plano (13) HALD HJ, DANZB, SCHWAB R, BURMEISTER K, BAHREN W.
sagital realizaremos el estudio radiográfico inicial, [Radiographically demostrable spinal changés in asymptomatic
evitando de esta forma la realización de estudios ra- young men] [Abstract]. Rofo Fortschr Geb Rontgenstr Neuen,
1995; 163: 4-8.
diográficos sistemáticos iniciales. Los estudios radio- (14) TR1BASTONE F. Compendio de gimnasia correctiva. Barcelona:
gráficos posteriores no deberán de tener un plazo de- Paidotribo, 1991.
terminado sino que serán realizados en función de los (15) VIDAL J, MARNAY TH. Déviations saggitales du rachis, essai de
cambios observados en la exploración clínica, la edad classification en fonction de Vequilibre pelvien. Rev Chir Orthop
1984; Suppl 2(70): 124-126.
del paciente (edad ósea), siendo en época de creci- (16) MARNAY TH. Embriologie, croissance et étude d'ensamble du
miento más cercanos en el tiempo pero nunca con una rachis. Encycl Med Chir. Radíodiagnostic I. 1989; 30500A10, 6.
periodicidad menor de 6 meses, y en función de los (17) COBB JR. Outline for the study of scoliosis. In InstructiOnal
hallazgos radiográficos encontrados. Course Lectures, The American Academy of Orthopaedics Surge-
ons.1948; Vol.5: 261-275,AnnArbor. JW Edwards.
(18) STAGNARA P, DEMAUROY JC, DRAN G ET AL. Reciprocal an-
gulation of vertebral bodies in a sagittal plañe: approach to re-
ferences for the evaluation of kyphosis and lordosis. Spine 1982;
7 (4): 335-342.
Correspondencia: Dr. F.
Santonja Medina (19) SANTONJA F. Alteraciones axiales sagitales del raquis. Estudio
Facultad de Medicina de la población deportista universitaria de Murcia. Trabajo fin
Campus de Espinardo de especialidad. Escuela Profesional de Medicina de la Educa
30100 Murcia ción Física y el Deporte. Universidad Complutense de Madrid.
Junio 1990.
(20) PAPANASTASIOU DA, BAIKOUSIS A, SDOUGOS G, ZIAMBA-
RAS T, KOROVESSIS P. Correlative análisis ofthe sagittal profi-
le of the spine in patients with beta-thalasemia and in healthy
persons. J Spinal Disord, 2000; 13: 113-117.
(21) CARMANDL, BROWNE RH, BIRÓH JG. Measurement of scolio
sis and kyphosis radiographs. Intraobserver and interobserver
variation. JBoneJtSurg 1990; 72 (3): 328-333.
(22) VOUTSINAS SA, MACEWEN GD. Sagittal profiles of the spine.
Clin Orthop 1986; (210): 235-242.
(23) CROCKETT HC, WRIGHT JM, BURKE S, BOACHIE-ADJE1 O.
ldiopathic scoliosis. The clinical valué of radiologists' interpreta-

48
Valoración radiográfica de las desalineaciones
sagitales del raquis 9 (4):226-229,2000 Selección

tion ofpre- and postoperative radiographs with interobserver and hosis. Follón-up of Mihvaukee-brace treatment. 1987; J Bone Jt
interdísdplinan variability. Spine. 1999; 24: 2007-2009. Surg (Am) 69(1): 50-57.
(24) ROAF R. Vertebral growth and its mechanical control. J Bone (40) KEEGAN J. Allerations of the lumbar curve related to posture
JointSurg 1960: 42-B: 40. and seating. J Bone Joint Surg, 1953; 35A: 589-603.
(25) FON GT, PITT MJ. TH1ES AC. Thorack kyphosis: Range ¡n nor (41) SANTONJA F, MARTÍNEZ I. Síndrome de acortamiento de la
mal subject. Ani J Roentgenol ¡980; 134, 5: 979-983. musculatura isquiosural. En Santonja F, Martínez I. Valoración
(26) PROPST-PROCTOR SL, BLECK EE. Radiographic determina- médico-deportiva del escolar. Murcia: Universidad de Murcia,
tion of lordosis and kyphosis in normal and scoliosis children. J 1992: 245-258.
Pediatr Orthop 1983; 3: 344-346. (42) BADOJL. Dorso Curvo. Montevideo: Artecolor, 1977.
(27) BERNHARDT M. BRIDWELL KH. Segmenta! Analysis ofthe sa- (43) SOMHEGYI A, RATKO I. Hamstring Thigtness and Scheuer-
gittal plañe alignment of the normal thoracic and lumbar spines mann's disease. Am J Phys Med Rehabil, 1993; 72 (11:44.
and thoracolumbarjunction. Spine 1989; 14(7): 717-721. (44) SANTONJA F, ANDÚJAR P, MARTÍNEZ 1. Ángulo lumbo-hori-
(28) DIMEGL1O A. Ortopedia infantil cotidiana. Barcelona: Masson, zontal y valoración de repercusiones del Síndrome de Isquiosura-
1991. les Cortos. Apunts. 1994: XXXI: 103-111.
(29) SINGER KP. JONES TI, BREIDAHL PD. A comparison of radio (45) SANTONJA F, FERRER V, MARTÍNEZ I. Exploración radiográ
graphic and compute r-assisted measureinents of thoracic sagittal fica ante la cortedad isquiosural. Selección, 1995; 4 (3): 137-145.
curvature. Skeletal Radiol. 1990; 19: 21-26. (46) R1SSER JC. The iliac apophysis: An involuable siguíes the mana-
(30) ANDERSSON GBJ. MURPHY RW. ÓRTENGREN R. NACHEM- gement of scoliosis. Clin orthop. 1958; 11: 111 - 119.
SON AL. The influence of backrest inclination and lumbar sup- (47) DAHR S, DANGERF1ELD PH, DORGAN JC, KLENERMANL.
port on lumbar lordosis. Spine. 1979; 4:53-58. Correlalion between bone age and risser's sign in adolescent
(31) LINK CS. N1CHOLSON GG. SHADDEAU SA. BIRCH R. GOSS- idiopathic scoliosis. Spine. 1993; 18: 14.
MAN MR. Lumbar curvature in standing and sitting in two types (48) DEBURGEA. Ostéochondrose vertébrale. Encycl Med Chir, Ap-
of chairs: relationship of hatnstring and hip flexor nutscle length. pareil Locomoteur 1982; 9-15865 A"'.
Phys Ther. 1990: 10: 611-618. (49) DE SMETAA. ROBINSON RG, JHONSON BE et al. Spinal com-
(32) PA1LLEX R, PLA1X PY. Analyse du comportement du rachis lom- pression fractures in osteoporotic women: patternes and rela
baire lors de la position assise prolongée sur deux types de sié- tionship to hyperkyphosis. Radiologx 1988; 166(2): 497 - 500.
ges. Aun Kinésither. 1996: 23: 264-269. (50) BADELON O. Raquis del niño y del adolescente. En "Patología
(33) POLLY DW, KIKELLY FX. MCHALE KA Y COLS. Measurement del Aparato Locomotor en el Deporte" (TH Boxer). Masson S.A.,
of lumbar lordosis. Spine. 1996; 23: 1530-1534. Barcelona 1991: 135-137.
(34) WRIGHT JG. BELL D. Lwnbosacral joint angles in children. J (51) DOMISSE GF: The vulnerable, rapidly growing thoracic spine of
Pediatr Orthop 1991; 11 (6): 748-751.' the adolescent. S Afr Med J 1990; Aug 18. 78(4). P211-3.
(35) KAPANDJl IA. Cuadernos de fisiología articular: Tronco y ra (52) KRÁMER JC. Patología del disco inten-ertebral. Barcelona, Do\-
quis, n" 3. Barcelona: Masson. ¡983. ma, 1989.
(36) SANTONJA F. Exploración clínica v radiográfica del raquis sa (53) GREULICH WW, PYLE SI. Radiographic atlas of skeletal deve-
gital. Sus correlaciones [Premio SOMUCOT-91 ]. ISBN: 84- lopment of the hand and wrist. 20 Edic. Standford. California.
7684-439-5. Murcia: Secretariado de Publicaciones e Intercam Standford University Press, 1959.
bio Científico. Universidad de Murcia. 1993.
(54) TANNER J. WHITEHOUSE R, MARSHALL W, HEALY M,
(37) WILTSE LL. W'INTER RB. Tenninology and measurement of GOLDSTEIN H. Assement of skeletal maturity and prediction of
spondxlolisthesis. J Bone Joint Sin g. 1983; 65-A: 768. adult height (TW2 method). London: Academic Press. 1975.
(38) RUNGE M. Rachis dorsal. Examen radiograpliiqtte standard. (55) GARCÍA DE LA RUBIA S, SANTONJA F. PASTORA. Utilización
Encyl Méd Chirt París). Radiodiagnóstico. 30600 A10, 12. 1988. práctica del atlas de Taimer-Whithouse para el cálculo de la
(39) SACHS B, BRADFORD D, WÍNTER R Y COL: Scheuermann kyp- edad ósea. Selección. 1999; 8: 35-41.

49

Anda mungkin juga menyukai