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Colombia, ¿El conflicto que nunca fue

urbano?
Gearóid Ó Loingsigh
goloing@gmail.com

14/07/2019

Este artículo pretende responder a una pregunta sencilla, si


el conflicto es únicamente rural o también es urbano.
Conjugo el verbo Ser en el presente porque, a pesar de lo
que dicen unos, el conflicto no ha terminado. La pregunta
parece ser un sinsentido. Pues la respuesta es obvia, es
claro que el conflicto fue y sigue siendo rural y urbano, pero
el jefe de la Comisión de la Verdad, Francisco de Roux, ha
sostenido todo lo contrario y ha negado la ocurrencia no
solo de asesinatos y masacres sino de falsos positivos en las
ciudades. Y más recientemente el Defensor del Pueblo,
Carlos Negret también salió con declaraciones parecidas. Si
De Roux no fuera el actual jefe de la Comisión de la Verdad y
como tal el encargado de redactar una "verdad" oficial o
semioficial no sería tan problemática, pero estamos ad
portas a la falsificación de la historia. Además sus
comentarios sobre el tema son repetidos por supuestos
izquierdosos y publicados una y otra vez en redes sociales y
páginas de grupos que dicen ser de la izquierda, aunque
dice más de ellos que de De Roux.
No son simples errores, detrás de las mentiras hay un
intento de reducir el conflicto no solo a lo rural, sino a
combates o actos de actores armados que disputan
territorio, y excluye cualquier referencia al papel no solo del
Estado, como tal, algo distinto a los crímenes de servidores
públicos como individuos, sino el papel de las empresas,
partidos políticos, entidades estatales como la Fiscalía, entre
otros. Se reduce el conflicto a una cuestión de orden
público en lugares apartados, lejanos, incomprensibles y así
se puede tergiversar el papel del Estado en el conflicto
cuando no negarlo totalmente. Y por supuesto De Roux y
Negret ofrecen sus servicios de acercarnos a esos lugares
distantes y hacernos entender lo que no podemos o no
hemos querido entender a través del filtro de su propia
ideología e intereses de clase.

Antes de abordar el tema, se debe aclarar que ni De Roux ni


Negret definen lo que entienden por rural. Así, no sabemos
si un pueblo lejano y mal comunicado como Segovia donde
en 1988 paramilitares bajo ordenes del jefe del Partido
Liberal masacraron a 43 personas por haber votado por el
partido equivocado (la Unión Patriótica) figura en su
definición de rural, pues 75% de la población de este
municipio vive en la cabecera municipal donde se desarrolló
la masacre, igual que la masacre de los billares en 1996.
Pero sí, podemos confiar en que ciudades grandes como
Bogotá, Medellín y Barrancabermeja no son rurales, ni
siquiera en los delirios de ambos personajes. Así vamos a
repasar el conflicto en esos lugares. Aunque por cuestiones
de espacio solo se puede revisar unos cuantos hechos
dicientes.

Según De Roux, "El país urbano no sabe lo que es la guerra,


lo sabe un poco por la televisión y cómo lo ve como si fuera
una película no comprende la enorme responsabilidad
humana, ética, que tenemos ante tanto sufrimiento."1 El
insulto a las víctimas en las ciudades es mayor, sus seres
queridos a diferencia de los actores de las películas no se
levantaron del suelo una vez abatidos por las fuerzas
estatales oficiales y no oficiales. Para De Roux, "El país
urbano conoce la violencia en la escuela, en la familia,
contra la mujer y conoce la inseguridad en las calles, en los
buses, entre otras cosas porque hay mucha corrupción
administrativa y narcotráfico".2 De hecho, las zonas rurales
también conocen esa clase de violencia, pero no se reduce a
un problema de corrupción y narcotráfico, aunque son
factores importantes, sino a cuestiones de cultura machista,
en el caos de la violencia familiar y contra la mujer, y
también la pobreza, algo que por razones extrañas excluye
él como un factor en la violencia cotidiana. Los que suben a
robar en los buses, con cuchillos y a veces armas de fuego,
lo hacen por pobreza sr. De Roux.

De Roux procede a citar cifras sobre el conflicto.

1 El País (30/11/2014) "El país urbano no sabe lo que es la guerra": Francisco de Roux
https://www.elpais.com.co/judicial/el-pais-urbano-no-sabe-lo-que-es-la-guerra-francisco-
de-roux.html
2 Ibíd.,
"...las 1982 masacres de las cuales los paramilitares
hicieron 1166 y la guerrilla 343, los 27 mil secuestros
hechos en un 90 % por la guerrilla, los 23 mil asesinatos
selectivos, los 5 mil casos de desaparecidos, los 5 mil
casos de daños contra bienes civiles, los centenares de
falsos positivos, y las miles de víctimas de minas
antipersonales; eso no lo conoce el país urbano."3

Todas sus cifras son muy discutibles, particularmente las de


los falsos positivos, pues ni siquiera la Fiscalía habla solo de
centenares de falsos positivos, y nadie habla de apenas 5 mil
desaparecidos, sino de decenas de miles de desaparecidos,
se habla de cifras que superan las dictaduras del Cono Sur.
Pero el problema principal no son sus cifras, sino su
afirmación que el país urbano no conoce a los falsos
positivos cuando el caso emblemático es de las Madres de
Soacha cuyos hijos fueron secuestrados en la ciudad de
Soacha por el Ejército y llevados a un zona rural del
Catatumbo para luego ser asesinados y presentados ante los
medios como guerrilleros muertos en combate. Soacha es
un municipio con una población oficial de unos 553.000
personas aunque se estiman que en realidad tiene casi un
millón. Es una zona principalmente urbana y forma parte de
la conurbación de Bogotá, tanto que en la práctica es una
localidad de Bogotá. Los jóvenes asesinados por el Ejército
eran de esa zona urbana. De Roux no puede desconocer el
caso, es el caso más famoso de los falsos positivos y además

3 Ibíd.,
existen condenas contra militares involucrados en el caso. 4
En la brega de las Madres de Soacha, ellas fueron
vilipendiadas, insultadas, acusadas y sufrieron toda clase de
ataque y ahora De Roux niega su existencia.

Cuando habla de asesinatos selectivos también niega que


ocurre en las zonas urbanas, aunque históricamente varias
de las imágenes usadas por organizaciones de derechos
humanos en sus campañas nacional e internacionalmente y
publicaciones son de personas urbanas. De Roux vivió en la
ciudad de Barrancabermeja cuando los barrios populares
estaban bajo el dominio del ELN y también vivió la toma
paramilitar de la ciudad. Conoce bien la historia de la
ciudad y la realidad de la violencia que padeció. La Red 07
de Inteligencia de la Armada Nacional operó en la ciudad y
según la Fiscalía asesinó a 68 personas, aunque las
organizaciones sociales manejan una cifra de 430
asesinatos, 130 de ellos dirigentes.5 El 16 de mayo de 1998,
los paramilitares incursionaron en la ciudad y mataron a
siete personas y desaparecieron 25 personas. Fue noticia
nacional e internacional y De Roux se encontraba en la
ciudad. La situación era tal que Amnistía Internacional
publicó un informe titulado Barrancabermeja: A City Under
Siege (Barrancabermeja: Una Ciudad Sitiada).6 Sin embargo,
4 Semana (03/04/2017) Falsos positivos de Soacha: condenan a 21 a militares a penas
entre 37 y 52 años de prisión https://www.semana.com/nacion/articulo/falso-positivo-de-
soacha-condenas-de-hasta-52-anos/520904
5 Véase Ó Loingsigh, G. (2003) La Estrategia Integral del Paramilitarismo en el Magdalena
Medio, España, p. 8
6 Amnesty International (1999) Barrancabermeja: A City Under Siege, AI Index:
AMR23/36/99 disponible en
para De Roux, el país urbano no conoce el conflicto, ni
siquiera lo que él vivió en una ciudad.

Medellín es otro caso emblemático. Durante muchos años


los barrios populares estaban bajo el control de distintos
grupos armados (principalmente el ELN y CAP) y casi nadie
lo niega. Hay tres hechos bien conocidos por todos, salvo, al
parecer, De Roux y Negret. El primero es la Operación
Orión. Si bien es cierto que las insurgencias operaban en la
ciudad, también es cierto que fueron expulsados de la
mayor parte de la ciudad y su presencia actual no es
comparable con su otrora dominio territorial.

El 16 de octubre de 2002, se emprendió una operación


masiva que duró varios días para expulsar a la guerrilla del
ELN de la Comuna 13 de la ciudad de Medellín.

En este año se realizaron, entre otros, grandes


despliegues militares del Estado con el fin de restablecer
la presencia de la Fuerza Pública en los barrios de la
Comuna 13; despliegues militares que recibieron el
nombre de “operación Mariscal”, el realizado en marzo
del 2002, y “operación Orión” el realizado en octubre
del mismo año, en los cuales se contó con la presencia
de distintas fuerzas como el ejército, la fuerza aérea, el
DAS,[Departamento Administrativo de Seguridad] el CTI,
[Cuerpo Técnico de Investigaciones Judiciales] el CEAT
[Cuerpo Elite Antiterrorista] , la Policía Metropolitana y
https://www.amnesty.org/download/Documents/144000/amr230361999en.pdf
Departamental, con la participación en los operativos de
más de mil miembros de estas fuerzas y en donde se
utilizaron helicópteros artillados tanto para el cargue y
descargue de tropa como para realizar
ametrallamientos.7

Algunas fuentes hablan de tres mil efectivos del Estado y no


de mil, pero nadie niega que fue una de las operaciones
militares más grandes. La toma de la Comuna 13 provocó
también desplazamientos forzosos de la población durante y
después de la operación militar, igual que en
Barrancabermeja. Dicho desplazamiento era de un barrio a
otro y también de una ciudad a otra, algo que para De Roux
solo ocurre en el campo. El desplazamiento en el caso de la
Comuna 13 fue de tal magnitud que el Centro Nacional de
Memoria Histórica, la misma fuente de donde De Roux
supuestamente sacó sus cifras dudosas sobre la magnitud
del conflicto, publicó un informe cuyo titulo no nos deja
ninguna duda respecto a la problemática; La Huella Invisible
de la Guerra: Desplazamiento Forzado en la Comuna 13.
Más claro no podía ser. El informe aborda el
desplazamiento en la comuna desde 1985, cuando la zona
estaba bajo el control del ELN hasta el 2010, pasando por las
épocas de control paramilitar y/o estatal. La Comuna 13
también es el lugar donde se encuentra el botadero público
de basura La Escombrera que es a la vez una fosa común
donde los militares y sus aliados paramilitares botaban los

7 IPC (2005) Informe Sobre el Estado Actual de los Derechos Humanos en la Comuna 13 de
la Ciudad de Medellín, IPC, Medellín pp 9-10
cadáveres de los desaparecidos, algunos de ellos
desaparecidos en la Operación Orión y se dice que es
probablemente la fosa común más grande de América
Latina.8 Pero el país urbano, dice De Roux, no conoce el
conflicto.

Por último, la primera desmovilización de un bloque


paramilitar fue la del Bloque Cacique Nutibara, el cual se
desmovilizó en medio de mucha publicidad mediática en la
ciudad donde operaba: Medellín. Dicho bloque entró a
ocupar la Comuna 13 una vez expulsados los insurgentes en
la Operación Orión. Pero el país urbano no conoce el
conflicto.

La ciudad capital de Bogotá no es ningún paraje rural, no


solo es la capital, es la zona más urbanizada de todo el país.
Si el conflicto es solo rural, pues Bogotá sería el último lugar
donde uno esperaría encontrar significativos indicios del
conflicto. Sin embargo, varios de los casos más
emblemáticos del conflicto ocurrieron en Bogotá, como la
toma de la Embajada de Santo Domingo, los desparecidos
del Palacio de Justicia, y los asesinatos selectivos de
abogados como Umaña Mendoza, o investigadores del
CINEP (Centro de Investigación y Educación Popular) como
Mario Calderón y Elsa Alvarado asesinados por paramilitares
en su apartamento en el norte de Bogotá, o el cómico Jaime
Garzón. De Roux con casi total seguridad conocía
8 El Confidencial (23/05/2018) La Escombrera: una fosa común en Medellín clave para el
futuro de Colombia https://www.elconfidencial.com/mundo/2018-05-23/escombrera-
fosa-comun-medellin-colombia_1566616/
personalmente a Calderón y Alvarado, pues él ocupó varios
cargos en el CINEP y fue el director entre 1987 y 1993. Cuán
fácil es olvidar la sangre derramada y moldear el discurso a
las conveniencias del Estado. En tiempos más recientes
Bogotá fue el escenario del avance de las FARC, quienes
llegaron a tener una presencia fuerte en el sur de la ciudad,
montando una estructura urbana conocida como la Red
Urbana Antonio Nariño. Luego los paramilitares llegaron
para desplazar a ese grupo y ocupar ese espacio en el sur de
la ciudad.

Casi no he mencionado a Negret en este artículo, aunque


ocupa el cargo de Defensor del Pueblo es de mucho menor
importancia que de Roux. Antes de ser Defensor del Pueblo
ocupó el cargo de Secretario General del Partido de la U.,
partido ultra derechista, corrupto y que ha dado su apoyo
en reiteradas ocasiones a Uribe y el partido ha sido
vinculado al paramilitarismo una y otra vez. Ocho
congresistas de ese partido terminaron en la cárcel de La
Picota y hay una lista larga de otros corruptos. 9 Además,
Carlos Negret es hermano del exgobernador de Cauca,
César Negret. En una entrevista en junio de este año con la
revista Semana, el Defensor del Pueblo afirmó que "En la
ciudad no conocen el miedo con el que duermen en el
campo".10 Primero que todo, debemos dejar claro que la
9 Razón Publica (12/03/2017) El Partido de la U y sus políticos impresentables
https://www.razonpublica.com/index.php/politica-y-gobierno-temas-27/10090-el-partido-
de-la-u-y-sus-políticos-impresentables.html
10 Semana (30/06/2019) "En la ciudad no conocen el miedo con el que duermen en el
campo": defensor del Pueblo https://www.semana.com/nacion/articulo/carlos-negret-
defensor-del-pueblo-habla-de-la-terrible-ola-de-asesinatos-de-lideres-sociales/621273
familia Negret no tiene derecho de hablar del campo, siendo
gobernador de Cauca, su hermano César Negret ordenó un
intento de desalojo violento de los campesinos que tomaron
la vía Panamericana en 1999, y tanto César como Carlos han
ocupado cargos importantes en el país desde donde no
hicieron nada por los campesinos, todo lo contrario estaban
vinculados a los partidos políticos que tanto daño hicieron
al campesinado, ambos con el Partido Liberal durante toda
la guerra sucia y la apertura económica de los noventa y
Carlos luego con el Partido de la U.

Sin embargo, tiene razón, los de la ciudad no saben como es


dormir en el campo, como el campesino no sabe el miedo
que siente el sindicalista organizando una huelga, o las
medidas de seguridad que deben tomar los abogados
defensores de derechos humanos. Tampoco sabe que es ser
profesor en un barrio popular y oponerse al abuso sexual de
sus estudiantes por parte de miembros de la mal llamada
Fuerza Pública. Cada uno vive el conflicto de una forma
distinta, pero lo viven. Lo que estos hijos predilectos de
familias influyentes quieren es aislar a cada uno, atomizarlos
para que se trate el problema de cada cual de forma aislada
y hasta individual. Así miramos al conflicto como una serie
de maldades cometidas por malvados individuales contra
otros individuos. Entonces, no hablaremos del sistema, del
Estado, y mucho menos del capitalismo. Si se excluye el país
urbano del análisis es más fácil no hablar del Estado.
En otro artículo describí a la Comisión de la Verdad como
una comisión de verdades a medias. Pero pensándolo bien,
si arrancamos una media verdad de los labios de personajes
como De Roux y Negret será un logro de mucho mérito pues
el camino que están trazando es el de la vil mentira y
falsificación de la historia. Es el legado político, ideológico e
histórico del Proceso de Paz: todo fue un malentendido, no
fue el Estado.

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