Anda di halaman 1dari 16

Lo escrito en el informe final de investigación por LAURA

MONTES RAMÍREZ
Bustamente, D., Forero, J., Pérez, P.A. (productores) y Acevedo, C.A. (director). (2015). La
Tierra y La Sombra [Cinta cinematográfica]. Colombia: Burning Blue.

La Tierra y La Sombra es una película colombiana que habla sobre el desarraigo, la pobreza
rural, la soledad, el regresar a la tierra de las raíces, el desplazamiento, y toda una
representación y reencarnación de los problemas del conflicto campesino colombiano, a
través de Alfonso, quien regresa a su tierra, Alicia, quien se niega a abandonar sus raíces,
su hijo enfermo, y las mujeres teniendo que echarse la economía al hombro para poder
subsistir en un contexto de desigualdad.
A pesar de que es una historia que sucede en el Valle del Cauca – y que por lo tanto se
desarrolla en un campo de cultivo de caña de azúcar – tiene elementos de construcción de
significado a nivel cinematográfico que pueden ser de gran utilidad para nuestro
documental.
A nivel de fotografía, y como se desarrolla todo en el campo, sirve de referencia el color
que manejan. Al ser una historia lúgubre, se va hacia la tonalidad fría, y también juegan
mucho con las tonalidades del café y del verde, en los planos que suceden en los campos de
caña de azúcar. En nuestro documental vamos a manejar y equilibrar los tonos que una
zona como Boyacá nos puede traer. En la finca de Don Pedro, a pesar de que hay una
tonalidad de verde muy marcada en el campo, vamos a trabajar una mezcla entre el verde
del campo y lo café de su casa y de las partes donde se alcanza a percibir más tierra. Lo que
más nos interesa manejar es rescatar las raíces a partir del color. La tierra, algo tan
importante de nuestra herencia y nuestras raíces, se va a rescatar a través de este
tratamiento. Dentro de la casa, vamos a tratar un contraste entre las tonalidades café que
tiene, con la calidez familiar que se siente dentro del hogar.
Ahora, en cuanto a emplazamientos, hay un plano muy particular que vamos a utilizar de
referencia en esta película.

Figura izquierda: plano de referencia de La Tierra y La Sombra.


Figura derecha: fotografía de la casa de Don Pedro y su familia en la finca.

Al ser una empresa familiar la que tiene Don Pedro, vamos a retratar la importancia de esa
unión y su relación con el espacio. Por eso, para nosotros es vital poder inspirarnos de La
Tierra y La Sombra para ese encuadre de la familia al lado de la casa.
En cuanto a planos, nos interesa mucho enfatizar en la realidad familiar, por lo tanto,
queremos generar una empatía con el espectador a través de planos muy cercanos de la
relación de Pedro con su familia.

Planos de referencia de La Tierra Y La Sombra.


Queremos registrar la intimidad de la familia para que se genera una relación íntima y una
conexión entre los espectadores y nuestros personajes.
La Finca de Hoy. (productor). (2017). Conozca las papas fucsias, púrpuras, azules y

moradas. [Capítulo de programa de tv]. Bogotá, Colombia: Caracol TV.

Esta minipieza documental de La Finca de Hoy (programa agropecuario de Caracol

Televisión) hace una narración de lo que son las papas nativas en Ventaquemada. A través

de una voz en off, le cuenta al espectador de dónde vienen las papas nativas, que algunos

campesinos las están recuperando, y los tipos que hay. Incluso, aparece en una parte nuestro

personaje hablando - por ser el pionero, el que las trajo a Colombia -.

En lo que este documental nos inspira es en el tratamiento del color. Un elemento de la

propuesta estética de nuestro documental muy importante son los colores. Las papas nativas

son una parte esencial en nuestra historia, y dependiendo del tipo, tienen muchos colores

diferentes. Por ejemplo, la pacha negra, original de Boyacá - que es vinotinto -, la mora,

natural de Ventaquemada, y con un color que se va hacia el morado, la Amapola, proveniente

de Tunja, con un tono rojizo y amarillo, entre otros.


Como se puede ver, hay mucha diversidad en los colores, y los planos que nos sirven de

referencia para nuestro documental serán hechos a forma de detalle de las papas. Proponemos

todo un recorrido y una puesta en escena de las papas organizadas por colores, para generar

una estética colorida. Esa es una propuesta desde un ángulo diferente a nivel estético, pues

vamos a resaltar, justo como en esta pieza documental, esos colores que representan las raíces

y la cultura: lo hermoso de ser campesino y de sentirse orgulloso de ello.

Moreno, J. (Productor). (2016). Mis Raíces. [Video Youtube]. Recuperado de

https://www.youtube.com/watch?v=XjuQS-7yawk
En esta composición musical subida a Youtube, Jesús Moreno Martínez hace un homenaje

a un pueblo de Boyacá. A pesar de que el homenaje es específico, en la melodía se siente

toda una oda al departamento, además de que el mensaje es claro: el autor reflexiona sobre

sus raíces.

Esta referencia es importante porque es toda una reflexión de las raíces campesinas que

todos tenemos. La canción provoca un sentimiento de orgullo por sentirse campesino, algo

muy importante para nuestro documental. Es un orgullo al hecho de ser campesino y al

hecho de pertenecer a Boyacá, por lo que es una composición muy íntima y que generará

mucho sentido de pertenencia con la gente de la región que vea nuestro producto final.

Es una melodía que nos aporta en la narrativa en las partes alegres del documental, y

también los recorridos que haremos a través de la zona, exaltando sus zonas verdes, sus

colores y su belleza.

APARTADO: PERSONAJES.
Pedro Briceño
En los talleres que realizó PBA en la región, Pedro siempre fue uno de los campesinos

más interesados y activos. Con el gran interés que siempre ha mostrado por la comunidad, se

preocupó en cómo mejorar la calidad de sus productos y cómo con la mejoría de los proyectos

de desarrollo rural podía aportar a la comunidad.


Cuando finalizó el primer taller de PBA, Briceño quise seguirse capacitando. Cada

curso que PBA hacía, él asistía, y siempre fue muy activo en su conocimiento. El proyecto

de PBA constaba de tres organizaciones de 83 familias: Coimpaven, la asociación de

productores de papa, Sat Proyca, de productores de zanahoria y Asoagro Turmequé. Pedro

fue llevado a capacitaciones y charlas en su proceso de aprendizaje. Con la experiencia

suficiente, logró recuperar 30 variedades de papas nativas y aprendió a hacer sus propios

abonos.

La idea de las papas nativas surgió cuando, gracias a los talleres y proyectos en los

que estuvo involucrado, viajó a varios países de Latinoamérica (Ecuador, Perú, entre otros)

y vio las papas nativas que tenían. Pensó que al estar en el mismo continente, Colombia

también debía tener de eso, y regresó a crear el proyecto.

Para él la familia siempre fue algo importante en su vida. Es casado, con su esposa

actual tiene tres hijos: Darío, con quien trabaja en la empresa; Yudy, quien también se

interesó en capacitarse y ahora es zootecnista; y otra hija que es monja. Durante un período,

Briceño dejó a su esposa y formó familia con otra mujer, con la que tuvo también tres hijos.

Tras ese rompimiento con su familia, sus hijos siempre mantuvieron contacto con él,

pero sintiendo que tenían una familia fragmentada. La hija que era es monja, muy unida a él,

lo convenció, a través del tiempo, de que volviera a unir la familia. Así lo hizo. Tiempo

después, Pedro regresó con su familia original, la que conocemos actualmente.

A pesar de este desliz, no se cambia el hecho de que él ha sido un hombre muy

preocupado por su entorno familiar. Siempre se preocupó porque sus hijos pudieran estudiar

y no se quedaran sin conocimiento.

Alguien que lo influenció mucho en su vida fue su papá Alfonso. De pequeño, Pedro

metía las manos en la tierra y así empezó a conocerla a fondo.


Actualmente, a pesar de que la gente reconoce que es un ‘berraco’,

Briceño tiene algunos problemas con PBA y con la comunidad. Sus

contradictores dicen que él volvió ese proyecto algo familiar y se olvidó de la

parte social y de incluir a otros campesinos de la zona en el proyecto. Incluso,

algunos de los que le ayudan afirman que él no les paga bien.

En su defensa, Pedro afirma que cuando inició el proyecto él trató de aliarse con los

otros campesinos, pero que como nadie lo apoyó, entonces él decidió continuar solo, y montar

el proyecto de papas nativas como una empresa familiar.

APARTADO: ENSAYO ARGUMENTATIVO.

El Estado se ha interesado y se ha preocupado más por apoyar a los grandes

productores rurales: la caña de azúcar, la palma y el algodón. Es decir, lo que se llamaría la

agroindustria. Pero en pequeños productores de zonas históricamente abandonadas, se ha

sentido la ausencia estatal. Por eso, sectores académicos y políticos han clamado, desde hace

varias décadas, por una política de desarrollo rural con enfoque territorial, que es una manera

de entender al campo no simplemente desde la agricultura, sino como “entidades autónomas

capaces de definir sus propias prioridades de desarrollo” (A. Montes, comunicación

personal, 5 de agosto de 2018)

La sociedad rural no sólo debe entenderse como pobladores del campo, pues también

en cascos urbanos se dan dinámicas rurales. “Colombia es más rural de lo que pensamos.

Pero por casi cuarenta años, la progresión del proceso de urbanización como la ruta

privilegiada hacia la urbanización opacó esa realidad. Según el Informe, no el 25% sino el

32% son pobladores rurales” (Machado, 2011)


Entender el sector rural como una dinámica permite que se aplique el desarrollo rural

con el llamado enfoque territorial. “Aquí siempre el campo fue definido desde la ciudad.

Desde Bogotá. Desde el Ministerio de Agricultura se decidía qué se invierte en el campo, en

donde se hace un sistema de riego, etc. Y no se le preguntó a la gente que vive en el campo

qué es lo que quiere y necesita” (A. Montes, comunicación personal, 5 de agosto de 2018).

Hay que dejar de pensar en el campo desde la capital y las grandes ciudades. Planear políticas

desde los territorios mismos, teniendo en cuenta las necesidades de los pobladores rurales.

Descentralizar el país en pro de soluciones de la problemática rural. “Ya no se habla solo de

urbanización como sinónimo de modernización, sino de integración, continuidades e

interdependencia entre las diferentes vocaciones territoriales del país. Los ciudadanos

globales han comprendido que la calidad de vida en las urbes depende del bienestar de

quienes habitan las zonas rurales” (Machado, 2011)

Solo al reconocer los problemas y retos de la ruralidad, se podrán crear políticas

públicas que busquen su aprovechamiento y mejoría. Entre sus retos principales y,

reafirmando el concepto de enfoque territorial, se debe ver cómo asimilar los cambios

territoriales que afectan a la población rural, como la urbanización del campo, y el

relevamiento por parte del Estado del sector rural. (Como se cita en Garay, 2013, pg xvi)

Es vital la creación de una “institucionalidad para el desarrollo rural, no

exclusivamente en lo nacional, sino también - y muy especialmente - en lo local y territorial”

(Garay, 2013). Dicha institucionalidad sólo puede crearse a través de un Estado presente.

“Todo lo anterior exige tanto la presencia activa de un Estado sólido y eficiente, regulador

y fiscalizador comprometido con un modelo de desarrollo rural incluyente y una nueva


ruralidad democrática y sostenible en el país en medio del proceso de globalización, como

una decidida participación de amplios grupos de la sociedad, orientada bajo una perspectiva

de derechos en el marco de un Estado Social de Derecho” (Garay, 2013)

Para lograrlo, es necesario integrar los Programas de Desarrollo de Enfoque

Territorial (PDET), donde debe haber inversión en el campo y consultar a gente de la zona.

En el Gobierno de Juan Manuel Santos, tras la firma de los Acuerdos de La Habana, se

establecieron al menos dieciséis PDET, que avanzan muy lentamente, y no se han realizado

a la fecha.

El Proceso de Paz con las FARC parecía traer beneficios al pueblo colombiano en

términos de enfoque territorial, pues era el punto número uno de los acuerdos. Sin embargo,

el Gobierno y las FARC le dieron más prioridad a aspectos como el desarme y las curules

políticas, y descuidaron tal vez el punto más importante para incentivar el desarrollo político,

económico y social del país en el futuro.

La ausencia estatal explicada anteriormente representa una piedra en el zapato para

pequeños campesinos que quieren hacer empresa rural. A diversas organizaciones

campesinas que intentan salir adelante con su esfuerzo propio “Y les toca a ellos sin apoyo

del Estado, sin apoyo de nadie porque precisamente los proyectos de desarrollo rural con

enfoque territorial deberían servir para eso, para potenciar todas esas iniciativas de la

gente, de la población. Pero eso no ha funcionado (...) Debería ser el Estado el que liderara

todo ese proceso de iniciativa campesina y de los territorios” (A. Montes, comunicación

personal, 5 de agosto de 2018).

Del mismo modo, Christian Rodríguez, campesino de Cota, dice que el TLC “No es

favorable, porque a nosotros nos afecta con los precios. No nos sirven los precios. No nos
da buen margen de ganancia” (C. Rodríguez, comunicación personal, 2013). Como él, otros

campesinos que se quedan en el esquema tradicional de trabajador rural sin oportunidades de

emprender como Pedro Briceño, quien ve el TLC como una ventaja: “Si uno se queda con

los brazos cruzados, los del TLC lo desaparecen, pero si uno innova, como los europeos,

americanos, los mismos suramericanos de nuestros países vecinos, hacen cosas bonitas ¿por

qué no podemos hacerlo nosotros? Si nosotros somos más curiosos para hacer cosas buenas

y cosas malas. Somos caracterizados en Colombia por ser los primeros que imitan (...) yo

soy innovador de lo que estamos haciendo con las papas nativas”. (P. Briceño, comunicación

personal, 4 de agosto de 2018).

Sin embargo, no todos los campesinos pueden cambiar fácilmente su esquema de

negocio, y esto es algo que viven los campesinos jornaleros, quienes ni siquiera tienen su

propia parcela, sino que trabajan en la de alguien más. Sus condiciones en muchas ocasiones

pueden ser precarias, trabajando por 30.000 pesos al día, generalmente de 7:00 a 4:30 de la

tarde, sin seguridad social ni pago de horas extra, como Héctor Gantira o Darío Espinoza,

jornaleros de Chía.

José Alejandro Malagón, campesino de Guasca, al hablar de sus problemas, menciona

que “Lo más notable son los insumos demasiado costosos porque, a pesar de que hay un

Tratado de Libre Comercio en Colombia se consiguen demasiado costosos, y a raíz del paro

agrario no se ha mejorado esa problemática porque los precios siguen igual” (J.A. Malagón,

comunicación personal, 2013). No tiene opiniones favorables del Tratado de Libre Comercio,

pues piensa que es bueno para unas personas, pero para otras no. “A los agricultores no nos

trae ningún beneficio. Pienso que nos falta todavía como capacitación, como un
entrenamiento, para mejorar la calidad del producto y ser competitivos.” (J.A. Malagón,

comunicación personal, 2013).

“(Hay pobreza en Colombia) porque desafortunadamente el gobierno no

invierte los dineros en lo que se debe invertir. (...) (Le diría al presidente) que nos

tuviera en cuenta a las personas que de una u otra manera hemos realizado estudios

y esfuerzos, y que desafortunadamente que como aquí en Colombia aspirar a un

cargo público generalmente es palanca, rosca, y las personas que de pronto

queremos algún cargo de éstos, queda muy complicado. Yo le diría a él que existiera

más equidad en este punto de vista, que existiera más oportunidad para las personas

que somos campesinos y que nos estamos capacitando en instituciones técnicas y que

nos tuviera más en cuenta en ese sentido. (...) Que exista la posibilidad de que

podamos estudiar y así mismo capacitándonos pues de esa manera vamos a ser más

competitivos con el TLC y con otros países y poder vender nuestros productos con

mayor calidad.” (J.A. Malagón, comunicación personal, 2013)

Briceño es la imagen de un campesino diferente al imaginario que se tiene de ellos en

la mayoría del país. “La gente tiene en la cabeza ese campesino que está esperando que le

ayuden, esperando que el Estado le dé, que alguien le done plata, o le regale, un campesino

mendigante. Sino que él da el ejemplo de campesino que toma su destino en sus propias

manos, que hace desarrollo rural, desarrolla sus capacidades personales, de comunicación,

de gerencia, de emprendimiento. Es un emprendedor. Tú lo ves y su familia lo puede

evidenciar. Entonces ese el tipo de iniciativa rural que debería estar al centro en el

posconflicto. Apoyar ese tipo de cosas, y, no está pasando” (A. Montes, comunicación

personal, 5 de agosto de 2018).


Él mismo se define a sí mismo como un campesino diferente. “No peleemos

contracorriente, lo que hay que hacer es competir, y ¿cómo compite? Con innovación, con

calidad y hacer las cosas diferentes porque si seguimos con la misma tradición, con la misma

forma de producir y la misma forma de empacar, nada nuevo, entonces está uno mandado

uno a recoger” (P. Briceño, comunicación personal, 4 de agosto de 2018).

Hay otros campesinos en el país que están emprendiendo en proyecto similares al de

Pedro. Hay unos productores de yuca en Sucre, en Cundinamarca hay un grupo de mujeres

campesinas que tienen un laboratorio de semillas asesorado por Colciencias, enfrentándose

a multinacionales como Monsanto, entre otros. Ahora, si hubiera presencia del Estado con el

enfoque territorial, estas apuestas campesinas de innovación podrían verse multiplicadas en

muchos proyectos más de desarrollo rural.

“Lo que necesitan es apoyo, financiación. No necesitan que les regalen nada, ellos

no necesitan que les regalen plata, ni donaciones. Necesitan es crédito para producir.

Ese crédito lo necesita todo el mundo, los grandes industriales acceden al crédito

fácilmente en los bancos para invertir, a ellos nadie les regala. Y este tipo de líderes

rurales tampoco están pidiendo que les regalen nada. Piden crédito, financiación,

que el Estado llegue a los territorios, con servicios públicos, con educación, con

oferta.” (A. Montes, comunicación personal, 5 de agosto de 2018).

Con proyectos innovadores como el de Pedro, “cobra mayor relevancia el desarrollo

de propuesta innovadoras y ambiciosas para generar las condiciones adecuadas que

permitan que los pequeños agricultores colombianos se beneficien de las perspectivas

agropecuarias mundiales y logren adecuarse a los escenarios de liberación comercial, y


puedan así superar los persistentes factores de pobreza e inequidad que los han afectado por

años” (Perry, S., et al., 2013)

Además de apoyo estatal en el enfoque territorial, hay otras estrategias que pueden

planearse para apoyar el desarrollo de los pequeños agricultores rurales. El primero de ellos

es plantear plazos adecuados de maduración. En cualquier proceso para el desarrollo del

sector rural, se necesitan establecer tiempos adecuados para su maduración. Si se establecen

cortos plazos, no se cumplirán a cabalidad los procesos. Se necesita un período de al menos

cuatro o cinco años, pues hay poblaciones rurales con habitantes vulnerables en donde

primero se debe desarrollar sus capacidades básicas y crear procesos productivos y

sustentables. (Perry, S., et al., 2013)

Otros aspectos esenciales son la integralidad y el desarrollo de capacidades. Las

poblaciones rurales deben recibir un acompañamiento en donde puedan adquirir

conocimientos y capacidades que les permiten trascender en su desarrollo. También deben

tenerse en cuenta factores sociales, organizativos y culturales. Adquirir conocimientos de

tecnología, sanidad, de emprendimiento, mercadeo y comercialización podrá fomentar su

desarrollo rural. Adicionalmente, es necesario que exista una participación activa, amplia y

decisoria por parte de la comunidad (Perry, S., et. al., 2013). No puede reducirse a

responsabilidad de algunos líderes rurales, debe ser un gran número de personas que sean

capaces de afrontar retos y continuar con el aprovechamiento social y económico.

“Es lo más difícil. Lograr que los líderes campesinos se apropien de

estas iniciativas, que crean en sí mismos, que desarrollen su potencial

personal, que logren eso que llamamos el famoso empoderamiento. En tantos

procesos que hemos hecho de formación de líderes rurales, y la relación


puede ser de cien a cinco. O sea, de cada cien que pasan por esos procesos,

cuatro o cinco realmente trascienden más allá de la capacitación, se

sostienen en el tiempo, desarrollan liderazgo. Pero esos cuatro o cinco, o diez

que logran eso, realmente hacen cosas maravillosas” (A. Montes,

comunicación personal, 5 de agosto de 2018)

En conclusión, Briceño es un campesino que no se ha dejado estancar por las

adversidades. En cambio, ha sacado provecho absoluto de éstas para manejarlas a su favor a

partir de la innovación de la industria papera en Colombia. Es un personaje que merece

admiración y respeto. Como él dijo “es una empresa que ha costado tanto tenerla porque la

verdad ha sido con las uñas.” (P. Briceño, comunicación personal, 4 de agosto de 2018).

1.10 Público objetivo

Este documental, al ser de una historia de un nuevo tipo de campesino, está dirigido a

hombres y mujeres de nacionalidad colombiana, con especial énfasis en los habitantes de los

departamentos de Boyacá y Cundinamarca. El primero, porque es la zona por donde Pedro

más se mueve, y le llegará al público de dicho departamento a través de la identificación de

sus costumbres y de su cultura. Nada más la identificación del cultivo de papa, algo típico de

la región, permitirá llegarle a esa gente. El segundo, porque Briceño es un puente de

comunicación entre ambos departamentos, en la medida en que ha logrado conectar lo que

se hace de cultivo en Boyacá, para traerlo a la capital del país, donde ha logrado éxito,

sabiendo unir los dos mundos: lo urbano y lo rural.

Queremos que el público al que llegue nuestro proyecto tenga una edad segmentada de 35 a

45 años, y de 23 a 25 años. Tenemos dos rangos de edad porque consideramos que los

mayores interesados de nuestro proyecto va a estar en personas llegando a los 40 años, que
se verán interesados en entender cómo se ha formado y creado este nuevo tipo de campesino

que presenta nuestro documental. Se enfrentarán al imaginario que ellos mismos han tenido

a lo largo de su vida y valorarán temas de innovación campesina y su lucha por capacitarse

y generar productos de calidad. También le apuntamos a un público de 23 a 25 años porque

actualmente está en furor la tendencia de la innovación y el emprendimiento. Los jóvenes

actualmente ya no quieren estar en una empresa, quieren hacer empresa. Así que esta historia

puede ser atractiva para ellos en la medida en que Pedro es un ejemplo de alguien que rompió

paradigmas, pudo ser innovador, ser pionero en su proyecto, y crear su propia empresa y

tener éxito. Eso puede inspirarlos y llamarles la atención.

Nuestro público oscila también entre estratos 2, 3, y 4; ya que en los estratos bajos Briceño

puede representar una inspiración de que se puede seguir adelante. Y los estratos 3 y 4 verán

la importancia de un personaje como Pedro en época actual que vive Colombia: una

transición entre dos mundos, un intento de equilibrio entre el campo y la ciudad.

También deben ser personas interesadas en el tema del campo, el desarrollo rural; en conocer

las desigualdades sociales pero también las historias que no se cuentan: los afectados

por la pobreza rural que no se detienen sino que buscan otras maneras de seguir

adelante. Aquellos que quieran estar informados de la realidad social del país, y de

las nuevas dinámicas entre el campo y la ciudad.

Nuestro proyecto será una forma de comunicar lo que está sucediendo en Colombia en

términos de desarrollo rural a partir de un ejemplo de vida: de que a pesar de las diferentes

circunstancias políticas y sociales se puede salir adelante en este país.

APARTADO: OBJETIVOS
1. Mostrar la innovación del nuevo tipo de campesino surgido a partir de

proyectos de desarrollo rural a partir de la experiencia personal de Pedro

Briceño

2. Demostrar que se puede seguir adelante a pesar de crecer y vivir en un entorno

difícil a nivel político y social

3. (4.) Ayudar, a través de la historia de un campesino innovador, a incentivar

ese tipo de mentalidad en los campesinos para que puedan idear sus propios

proyectos de desarrollo rural.

Anda mungkin juga menyukai