Al Olivo De Zury

Por qué calle caminas, cuál es el viento que te deviene,

suave murmullo de la vida por esta angustia de no poder verte.

Hoy no estás conmigo, y eso me duele;

a veces desconcertado por no encontrarte

dime cuando vuelves, cuando vuelves…

Solo y guardando para ti mi soledad

como un correcto vagabundo entre las calles de histórico centro

anhelando que la brisa, algún día de mí se conduela

y te ponga frente a mí, como la vez primera

en la que desde un balcón, acariciada por la brisa

yo con mis ojos un beso te diera.

Pronúnciese la vida y dígame porqué,

porqué permite en demasía al tiempo pasar,

o por lo menos dígame usted:

¿cuantas fases de la luna tendré que observar?

para así, quizás acertar

la cifra de mis recuerdos por ella:

bella, sublime y fragante estrella.

¿Recuerdan ojos míos, aquella tarde de verano

en la que por tan solo segundos, aletas tuvieron?

sí…Yo también la recuerdo, y no en vano

en su agitada mirada casi nos ahogamos.

¡Ya qué, vacuos recuerdos!

mi alma agónica ahora solo necesita ser inyectada

prontamente de esa dulce insulina

que solo se consigue en su mirada

o denme a beber del gatorade de su sonrisa.

Dígame por lo menos, cuantas palpitaciones son necesarias

para obtener un kilo de sentimientos

que puedan ser proporcionales a las hectáreas

de cada poro de su piel y de sus cabellos.

Yo no puedo agregar ya nada más,

tan solo que a la llegada del 12 de octubre

procuraré que mi imagen a través de los años

en su mente eternamente perdure…