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Nuevas Tendencias Estratégicas en Administración y Dirección de Empresas

El capital intelectual en el paradigma de la innovación abierta

BIENIO DE DOCTORADO 2008-2010

Nuevas Tendencias Estratégicas en Administración y Dirección de


Empresas

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN

EL CAPITIAL INTELECTUAL EN EL PARADIGMA DE LA


INNOVACIÓN ABIERTA

Tutor:

Rosa M. Batista Canino

Autor:

Adrian Nicoara

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Nuevas Tendencias Estratégicas en Administración y Dirección de Empresas
El capital intelectual en el paradigma de la innovación abierta

Índice Pág.

I. Introducción 2

II. Revisión de la literatura

El emprendedor y la innovación 3

El capital intelectual y la innovación 8

El capital humano 10

El capital estructural 10

El capital relacional 11

El capital intelectual en el paradigma de la innovación abierta 13

III. Metodología 21

IV. Estudio de casos

Aardvark 22

Wildfire 24

V. Conclusiones 27

VI. Limitaciones y líneas futuras de investigación 28

VII. Bibliografía 29

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El capital intelectual en el paradigma de la innovación abierta

I. Introducción

El creciente interés en entrepreneurship se manifiesta en el aumento de las investigaciones. La


evidencia sugiere que los estudios de múltiples disciplinas científicas, cómo la antropología, la
sociología y la gestión estratégica, completan las investigaciones de emprendeduría, aportando
con nuevos enfoques teoréticos y metodológicos. No obstante, Zahra (2005) menciona que
todavía hay “un mosaico de temas a ser explorados”.

Hoy en día, prácticamente cualquier persona, con un ordenador o un dispositivo móvil y una
conexión a Internet, puede transmitir contenido en tiempo real y de forma gratuita en todo el
mundo. Los consumidores revelan abiertamente sus deseos, necesidades y motivaciones por
medio de Internet, estando disponibles para todas las personas interesadas en explorarlas. Un
perfil en una red social proporciona una multitud de información, siendo en muchos aspectos
superior a las necesidades tradicionales de segmentación. Las empresas ahora tienen la
oportunidad de escuchar directamente a los consumidores, y utilizarlos en su esfuerzo de crear
marcas y productos que tengan aceptabilidad, pero también en formar los modelos mentales de
los consumidores y crear nuevas necesidades y nuevos mercados.

Sostener la ventaja competitiva en una economía razonablemente bien gestionada es difícil,


siendo necesario fortalecerla por medio de la innovación. La innovación abierta presume que los
flujos de conocimiento entre empresas, y los canales de estos flujos repetidos son redes inter-
organizativas, constituidas a partir de una amplia gama de posibles vínculos. La transición hacia
el sector terciario y el aumento de la competencia del mismo apuntan a la importancia del
capital intelectual como una fuerza importante en el desempeño de la empresa en el paradigma
de la innovación abierta, afirmación que se intenta argumentar en este trabajo.

En el primer apartado este estudio propone la revisión de la literatura del capital intelectual bajo
el prisma del entrepreneurship, teniendo en cuenta la literatura de los recursos y capacidades, y
la literatura sobre el paradigma de la innovación abierta. En el segundo apartado se explica una
posible metodología a elegir para la contrastación de las hipótesis, siendo en el tercer apartado
dónde se presentan unos estudios de caso que nos ayudarán a aclarar los elementos relevantes de
las empresas a estudiar en la investigación. El trabajo finaliza presentando las conclusiones,
limitaciones, y las líneas futuras de investigación.

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II. Revisión de la literatura

1. El emprendedor y la innovación

El espíritu empresarial está ampliamente considerado como un estimulo de los resultados


positivos, tanto a nivel de empresa, cómo a nivel de la sociedad. A nivel empresarial, las
acciones se manifiestan en productos, procesos e innovaciones administrativas (Covin y Miles,
199; Schumpeter, 1934). Estas acciones forman un conjunto que facilita la renovación
estratégica (Hitt, Nixon, Hoskisson y Kochhar, 1999), la creación de valor para los clientes y
riqueza para los accionistas (Hitt, Irlande, Camp y Sexton, 2001). Al nivel de la sociedad, el
espíritu empresarial contribuye a la creación de empleo (Birley, 1986), al progreso tecnológico,
a la revitalización de las economías (Birley, 1986; Zahra, 2005) y a la elaboración de culturas
globales (Gudeman, 1992; Inglehart y Baker, 2000).

Para Schumpeter el emprendedor es el fundador de una nueva empresa, un innovador que rompe
con la forma tradicional de hacer las cosas, con las rutinas establecidas. Para poder introducir
sus innovaciones, el emprendedor tiene que romper las inercias del entorno y vencer su
oposición. Schumpeter (1934), acierta que la innovación es un proceso evolutivo, no es
solamente un fenómeno importante, sino un impulsor del motor capitalista. La función
emprendedora ha sido reconocida como factor explicativo del crecimiento económico de países
desarrollados solamente en las últimas décadas. Mientras las teorías endógenas del crecimiento
económico (Romer, 1990; Lucas, 1988) destacaban la importancia del capital humano y del I+D
como factores explicativos de beneficios superiores, varios estudios se concentraron en
complementar la vista anterior utilizando la emprendeduría como el tercer componente de una
“nueva teoría de crecimiento”, explotando las oportunidades surgidas desde nuevos
conocimientos e ideas que no han sido comercializadas por empresas ya establecidas (Acs et al.,
2005; Henrekson, 2005). Según estos autores, sirviendo como unificador tanto de nuevos
conocimiento como de los efectos tipo spill-over del conocimiento, el entrepreneurship es el
vínculo entre conocimiento y crecimiento económico.

Los fundadores de las nuevas empresas difieren con respecto a características personales como
la experiencia anterior, tradición familiar, estatus financiero, educación e motivaciones. Así, el
fundador de la nueva empresa está influenciado por sus orígenes (Reynolds et al., 2002). No
obstante, el emprendedor está visto aparte de alguien que se auto-emplea, cómo un individuo
“capaz de innovar, flexible, dinámico, averso al riesgo y orientado hacia el crecimiento”

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(Stevenson y Gumpert, 1985). Con este racionamiento, los nuevos entrantes pueden sacar del
juego a las empresas obsoletas dentro de un proceso de “creatividad destructiva” (Schumpeter,
1943), considerado un determinante del crecimiento económico. Desde esta perspectiva, los
emprendedores son los individuos “energéticos” que ven como medio de la auto-realización la
introducción de elementos novedosos dentro de varias actividades, “rompiendo las rutinas
establecidas” normalmente adoptadas por los directivos (Santarelli, 2006). Así, el
entpreneurship está impulsado por individuos aversos al riesgo y creativos, que ponen en
marcha nuevas empresas o revitalizan las existentes (Hebert y Link, 1989).

Aldrich (1979), argumenta que la mayoría de las empresas que no sobreviven, no logran
adaptarse, y que las exitosas son las que tienen unas características estructurales adecuadas a la
demanda del nuevo entorno. La supervivencia de las empresas depende de la identificación de la
oportunidad y su explotación, siendo en gran parte los recursos y las capacidades de cuales se
dispone, tanto antes, como en el momento de la puesta en marcha, lo que marca la diferencia. La
identificación y la adquisición de recursos son de vital importancia para poder alcanzar un
crecimiento sostenible a largo plazo (Gartner 1988).

En el desarrollo de una nueva empresa, la identificación de la oportunidad y su explotación,


dependen en gran parte de los recursos y de las capacidades de que se dispone, tanto antes,
como en el momento de la puesta en marcha. La identificación y la adquisición de recursos será
de vital importancia en alcanzar un crecimiento sostenible a largo plazo (Gartner 1988). Peter
Drucker, (1993) sugirió que los factores tradicionales de producción no han desaparecido, pero
se volvieron secundarios., y que “el conocimiento se establece como único recurso importante”.
Esto también se refleja en la “nueva teoría del crecimiento”, dónde Romer (1986, 1993) explica
el crecimiento económico cambiando el modelo anteriormente establecido por Solow (1957) y
destaca que el crecimiento a largo plazo no depende del crecimiento de la población, sino de la
acumulación de conocimiento, por su naturaleza de bien universal.

Definiendo los recursos, nos dirigimos hacia los elementos que son fuente de fortaleza o
debilidades de una cierta empresa. Más formal, los recursos de las empresas en un momento
dado se pueden definir como los activos tangibles e intangibles que están parcialmente
enlazadas con la empresa (Wernerfelt, 1984). Así, los recursos incluyen todos los activos,
habilidades, procesos organizativos, información y conocimientos que, controlados por la
empresa, permiten la elaboración e implementación de estrategias encaminadas hacia la
eficiencia y la eficacia (Barney, 2002). Elementos como la confianza, el liderazgo en coste, las
economías de escala y economías relacionadas con la curva de aprendizaje también pueden
considerarse cómo recursos (Barney y Clark, 2007).

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Tanto los recursos como las habilidades y los modos de utilización de los mismos por parte de
una organización tienen que cambiar constantemente, resultando en la creación de unas ventajas
competitivas temporales y en constante cambio. Eisenhardt y Martin (2000) argumentan que las
empresas no son pasivas, que la ventaja competitiva puede ser sostenida solamente mediante el
aprendizaje organizativo y el desarrollo de habilidades dinámicas que permiten a la empresa
adaptarse más rápido que su competencia (Teece, 2007). Chandler (2005a) enfatiza sobre el rol
de una “base de aprendizaje integrada” dentro de las empresas y analiza diferentes grados de
éxito, que permitieron a las empresas establecidas sostenerse mediante esta base de aprendizaje
o aplicándola en nuevos mercado y tecnologías.

Los recursos se vuelven imitables debido a los efectos spill-over, mientras los productos y
servicios de las empresas revelan información estratégica sobre los procesos productivos. Así,
las empresas se ven forzadas a innovar debido a que el flujo de beneficios estará constantemente
influenciado por nuevos competidores y productos sustitutivos (Porter, 1980). La atención de
los directores hacia opciones dinámicas que sostienen la innovación, destaca el termino
sostenible, tratando de encontrar nuevas maneras practicas de vencer el timing natural del
mercado, acelerando la innovación y disminuyendo el proceso imitativo. En esta línea de
pensamiento, los entornos dinámicos requieren capacidades dinámicas (Helfat y Peteraf, 2003;
Teece, Pisano y Shuen, 1997), y requieren un cambio de mira hacia el conocimiento (Grant,
1996).

El control sobre un recurso por parte de una solo empresa está limitado, debido los derechos
limitados asociados con los recursos, siendo compartido normalmente con otras empresas. Es la
distribución de los derechos de propiedad a lo largo de diferentes empresas, lo que determina en
gran parte el grado de alcance de la capacidad potencial de un recurso (Kim y Mahoney, 2005).
El conocimiento es probablemente uno de los recursos más problemáticos (Spender y Scherer,
2007), siendo la intangibilidad la que lo diferencia de los otros recursos utilizables. El hecho de
que el conocimiento pueda ser utilizado por una empresa para un objetivo específico no impide
a otra empresa reutilizarlo en sus procesos. Así, debido a la intensificación de la competitividad
a nivel global, las empresas se ven forzadas a renovarse para poder defender su posición
competitiva frente a sus rivales, siendo el grado de innovación el factor clave del éxito en el
entorno dinámico de hoy en día.

Prahalad y Ramaswamy (2003) opinan que la innovación podría ser la única manera de alcanzar
crecimiento sostenible. También se reconoció la importancia de la innovación dentro de la
industria, viéndose como determinante de futuras ventajas competitivas, empujando a las
empresas a buscar de manera abierta nuevos métodos para aumentar sus capacidades

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innovadoras (Kraaijenbrink, 2010). Así, han surgido cómo solución a una necesidad perpetua de
generar nuevos negocios, las fuentes exteriores de innovación.

Schumpeter (1934) acierta al afirmar que la investigación conducida por departamentos de I+D
interiores “han suplantado el rol del emprendedor-innovador”, hipótesis sostenida por
Schmookler (1957) [citado en Ebner et al. (2009)], y que este hecho fortalece, en lugar de
erosionar la posición de las grandes empresas (Mowery, 2010). Galbraith (1967) mencionó que
en una sociedad industrial moderna, la actividad innovadora puede ser conducida de mejor
manera por las corporaciones industriales. Esto lleva a que los esfuerzos individuales y también
las iniciativas individuales perdieron importancia, viendo a los emprendedores y las pequeñas
empresas como elementos marginales en el proceso de desarrollo económico. No obstante, el
largo periodo en el cual las grandes empresas han dominado y marginalizado a las pequeñas
finalizó al final de los años 1970, cuando los emprendedores y las pequeñas empresas han
experimentado un resurgimiento a nivel global (Loveman y Sengenberger, 1991). Según
Henrekson (2005) hay varias razones que han determinado esto hecho:

1. Los cambios tecnológicos en los últimos años han conducido a grandes reducciones en
los costes de transacción del mercado, fomentando la especialización a través del tejido
empresarial, empujando a las empresas a centrarse en las actividades esenciales. El
outsourcing y la reducción de las grandes corporaciones son manifestaciones concretas
de este cambio (Carlsson, 1999).
2. Empezando los años 1960, se pudo notar un movimiento desde las industrias
caracterizadas por grandes empresas manufactureras o constructoras, hacia industrias
orientadas a los servicios, dónde las empresas tienden a tener un tamaño menor (Davis
et al., 1996).
3. El aumento de los ingresos ha llevado al surgimiento de una demanda de productos más
diferenciados que los estandarizados propios de una economía basada en la producción
e distribución de escala (Carree y Thurik, 1999).
4. Las empresas maduras no pueden introducir nuevos métodos en el desarrollo de nuevos
productos sin nuevas tecnologías que les permitan sostener una tasa de crecimiento alta,
ya que en otros países, con niveles inferiores de ingresos, el tejido empresarial tiende a
imitar las tecnologías existentes. Mientras que las grandes empresas destacan por su
capacidad de aumentar la producción de productos existentes, las nuevas empresas
tienden a enfocarse en producir de manera más eficiente nuevos productos (Audretsch,
1995).
5. Las pequeñas empresas tienen una orientación emprendedora superior y actúan muchas
veces como agentes del cambio, siendo motivadas por las posibilidades de crecimiento
surgidas, éstas juegan un rol particularmente importante en el proceso evolutivo
(Audretsch, 1995).

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6. El tejido de las pequeñas empresas abarca un mecanismo asequible, desde el punto de


vista del coste, para la identificación y para el desarrollo del talento emprendedor y de
las capacidades de gestión (Lucas, 1978).

Cabe destacar que los primeros tres mecanismos contribuyen al incremento de la tendencia de
producir más bienes y servicios de manera más eficiente, dentro de empresas con un tamaño
reducido, debido a razones tecnológicos y estructurales, y que los últimos tres casoss son más
dinámicos (Henrekson, 2005).

Schumpeter (1934) acierta que gran parte de las empresas entrantes son imitadoras y que
solamente una minoría es innovadora. Así, se puede considerar que la mayoría de los nuevos
entrantes son seguidores y que muy pocos son verdaderamente emprendedores. En esta línea de
pensamiento, la heterogeneidad (Dosi et al., 1995) es un factor clave en las nuevas empresas
jugando un rol importante en explicar los determinantes del rendimiento y de las oportunidades
de supervivencia de las nuevas empresas después de su entrada. Así, los conocimientos son
distribuidos de manera imperfecta entre las empresas y son complementarios en la solución de
problemas, pero solamente si se pueden enlazar soluciones existentes entre las empresas.
Cuando se establecen estas conexiones, las ideas existentes parecen nuevas y creativas,
cambiando de forma, combinándose con otras ideas se ajustan a las necesidades de otros
actores. Estas nuevas combinaciones se pueden considerar como conceptos nuevos, porqué son
construidas con ideas ya existente pero desconectadas (Hargadon y Sutton, 1997). Mirando a la
definición de Christensen et al. (2004), la innovación es cualquier elemento que crea nuevos
recursos, procesos, valores o mejora los existentes. Comparando este punto de vista con el de
Hargadon y Sutton (1997) mencionado más arriba, se puede deducir que compartiendo recursos
anteriormente desconectados se pueden producir innovaciones.

Lichtenstein y Brush (2001), encuentran que los recursos intangibles son más importantes que
los tangibles en el periodo de la puesta en marcha de una empresa, pero también en el periodo
ex ante (Peña 2002). Es importante para una nueva empresa crear una estrategia sobre los
intangibles lo antes posible, ya que éstos repercutan en el éxito inicial de la empresa y aumentan
su probabilidad de supervivencia (Hórmiga et al. 2010). Sanchez et al. (2000) acierta que los
activos intangibles son importantes en los procesos de gestión, ya que están considerados
fuentes criticas de ventaja competitiva. Así, en el siguiente apartado se tratará de explicar el rol
del capital intelectual y su importancia en el paradigma de la innovación abierta para las
empresas.

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2. El capital intelectual y la innovación

Mientras que la mayoría de la literatura se confirma que el capital intelectual tiene valor, es
menos conocido cómo los diferentes tipos del capital intelectual constituyen una ventaja
competitiva basada en el rendimiento (Bontis y Fitz-enz 2002, citado en Hórmiga et al. 2010).
Desde luego no todos los recursos tienen igual potencial en ayudar a la empresa a alcanzar
niveles altos de rendimiento, especialmente cuando se considera el contexto estratégico de la
empresa.

Uno de los factores más importantes para mejorar el rendimiento individual y organizativo es el
desarrollo y el fortalecimiento del capital intelectual (Madsen, 2001). No obstante, existen
muchas definiciones y perspectivas sobre el capital intelectual. Miller (1999) lo define como la
suma y sinergia formada por los conocimientos, la experiencia, las relaciones, los procesos, los
descubrimientos, las innovaciones, el posicionamiento en el mercado y la influencia de una
empresa en la comunidad. El mismo autor explica que el capital intelectual es la fuente de
innovación y creación de riqueza, que son prerrequisitos para una evolución financiera positiva.
En las últimas décadas, se registraron de manera frecuente discrepancias considerables entre el
valor contable y el valor del mercado de las empresas. Un número importante de estudios
argumentan que esta diferencia puede ser explicada parcialmente analizando el valor
perteneciente al capital intelectual y a los otros activos intangibles (Peña, 2002).

Miller (1999) también da a entender que, por medio de la creación de nuevos conocimientos se
produce el capital intelectual y que este capital permite a los agentes innovar en nuevos
productos, servicios, procesos y modos de gestión. Hean (1998) define el capital intelectual de
manera similar, como “los conocimientos, habilidades, experiencia, intuición y actitudes de los
empleados”. Bradley (1997) presenta una perspectiva diferente, argumentando que el capital
intelectual permite combinar los recursos físicos en una manera que aumenta el valor de la
empresa. Wileman (1999) lo explica como el reconocimiento de que los activos intangibles y las
relaciones externas con los clientes y proveedores tienen muchas veces más valor y que son
críticos para la explotación exitosa de los activos tangibles como la propiedad física, el
equipamiento, el stock y el dinero.

A pesar de que los recursos físicos tienen un espectro limitado de aplicación, las combinaciones
de las ideas son muy superiores en número y tienen la posibilidad de crear riqueza. Sullivan
(1999) indica que el capital intelectual es el conocimiento que puede ser convertido en futuros
beneficios e incluye recursos como las ideas, invenciones, tecnologías, diseños, procesos y
programas informáticos. El conocimiento es un aspecto del capital intelectual, siendo una
síntesis de información. Miller (1999) explica que los conocimientos incluyen “las habilidades

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inherentes de aprender, de transferir conocimientos, de razonar e intentar prever lo posible,


encontrar con perspicacia, generar alternativas y hacer decisiones sabias, basadas en valor.”

Malhotra (1998) sugiere que los conocimientos residen en los usuarios y no en el proceso de
captación de la información. La información puede ser generada por sistemas informáticos, pero
la interpretación y su potencial de uso residen dentro de la subjetividad individual. El mismo
autor también explica que el conocimiento reside en la gente y se crea a través de un proceso
social interactivo. Específicamente sobre las tecnologías de la información, este mismo autor
argumenta que el uso eficaz de la información es un factor clave en el aumento de los beneficios
financieros. El desafío es en saber dónde están los componentes del conocimiento para que
puedan ser ajuntados mediante un proceso de “interacción entre la teoría y la práctica, la
estructura y la experiencia...” Caulkin (1997), para ser utilizados de la manera más eficaz. En
conclusión, una organización que busca, acumula y utiliza el conocimiento, obtiene una ventaja
sobre la organización que tiende a buscar y acumular solamente recursos naturales
tradicionales.

Bontis et al. (2000) sugieren la existencia de una relación positiva significativa entre el capital
intelectual y el rendimiento del negocio, independientemente del sector de la industria (Peña,
2002). Bradley (1997) considera que la creación de riqueza y el crecimiento económico
dependerán principalmente de capital intelectual. Para apoyar esta línea de pensamiento,
Sánchez et al. (2000) establecen que los activos intangibles son importantes en los procesos de
gestión, ya que se consideran una fuente importante de ventaja competitiva sostenible.

El capital intelectual es difícil de manejar, y se necesita una visión efectiva y un sistema para
poder hacerlo. La manejabilidad, sin duda, depende de los sistemas existentes para gestionarlo
con eficacia, así como del énfasis puesto en él por la organización (Madsen, 2001). Un enfoque
de gestión del capital intelectual puede ser extremadamente útil para tipos de empresas, incluido
las empresas familiares y las nuevas empresas con recursos limitados que registran un alto
riesgo de fracaso. Sin embargo, uno de los principales problemas de la investigación en este
ámbito es el hecho de que muchas empresas no pueden identificar sus activos intangibles y por
lo tanto le es imposible gestionarlos correctamente (Andriessen, 2004 citado en Hormiga et al.
2010). En los últimos años, han sido propuestas varias alternativas para categorizar el capital
intelectual. Se ha llegado a un consenso sobre una clasificación basada en tres dimensiones,
incluyendo el capital humano, el capital estructural y el capital relacional (Brennan y Connell,
2000; Marr y Roos, 2005).

2.1. El capital humano

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Hean (1998) define el capital humano como los conocimientos y habilidades incorporados en la
fuerza de trabajo. Según Wileman (1999:97), es "la capacidad acumulativa, el conocimiento y la
productividad de una organización, como individuos y como grupo". El capital humano es
reconocido por muchos autores como el recurso intangibles más importante de la organización
(Johanson 2005; Marr y Roos 2005 citados en Hórmiga et al 2010.) y es considerado la fuerza
motriz de los otros dos componentes del capital intelectual: el capital relacional y el estructural .
(Hórmiga.et.al.,.2010).
Aumentar el capital intelectual de los empleados de una organización es importante, pero no
tendrá aplicabilidad si los objetivos sobre el capital intelectual no se desarrollan y alinean
estratégicamente con los objetivos y procesos de la organización.

Hormiga et al. (2010) admiten que cuanto mayor sea el valor de los activos que forman el
capital humano de las empresas de nueva creación, mayor será su éxito. Así, el capital humano
se considera la fuente potencial de innovación y de generación de ideas para la empresa,
proporcionando así un valor añadido de indudable importancia (Viedma Martí 2001; Bontis
1998). En consecuencia, la falta de capital humano adecuado puede tener un efecto negativo en
el resto de las actividades que crean valor para la empresa (Edvinsson y Malone 1999) en sus
primeros años. Por tanto, el capital humano es de vital importancia en relación con el
desempeño de las empresas en la primera etapa de su vida. (Hormiga et al. 2010). En esta línea
de pensamiento, Peña (2002) argumenta que el capital humano es muy importante en todos
periodos e también en el periodo ex-ante de la empresa.

2.2. El capital estructural

La segunda dimensión del capital intelectual es el capital estructural, que se refiere al


conocimiento que la empresa ha sido capaz de interiorizar y que permanece en la organización,
en su estructura, en sus procesos, bases de datos o en su cultura, incluso cuando los empleados
se van (Bontis et al. 2000, citado en Hormiga et al. 2010). Por ello, con diferencia del capital
humano que no puede ser totalmente apropiado por la organización, este capital es propiedad de
la empresa e incluye todos los bienes intangibles de la organización, de la cultura o los procesos
internos, a los sistemas de información y las bases de datos. Sveiby (2000) llama a esta
dimensión el componente interno e incluye en ella las patentes, las estructuras de
funcionamiento, de organización administrativa e informática, la cultura, el clima organizativo,
etc., que son propiedad de la empresa y, por tanto, responden a la condición de permanecer en la
empresa cuando los empleados la dejan (citado en Hormiga et al., 2010). Podemos ver esto

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como el cuerpo de conocimientos interiorizados, desarrollado con el propósito de poder integrar


y reconfigurar los recursos para adaptarse a, e incluso crear, cambios del mercado.

Visto como capacidades dinámicas, el capital estructural está compuesto por las rutinas
organizativas estratégicas, que permiten a las empresas ahorrar tiempo y recursos en la
búsqueda de una solución a ciertos problemas o enfrentar situaciones determinadas, mediante la
simplificación del proceso de toma de decisión del día a día (Hormiga et al., 2010). Así que el
capital estructural permite a la empresa lograr, con un menor grado de riesgo, nuevas
configuraciones de recursos mientras nuevos mercados emergen, chocan, se deshacen,
evolucionan y mueren (Eisenhardt y Martin, 2000). Hormiga et al. (2010) destacan que la
importancia del valor del capital estructural reside en que este permite a la empresa innovar y se
adaptarse fácilmente a su entorno.

2.3. El capital relacional

La dimensión del capital relacional se basa en la idea de que las empresas no se consideran
sistemas aislados, sino como sistemas que son, en gran medida, dependientes de sus relaciones
con el entorno. Por lo tanto, este tipo de capital incluye el valor generado por las relaciones no
sólo con los clientes, proveedores o accionistas, sino con todos los stakeholders, tanto internos
como externos. Las relaciones de este tipo que aporten valor a la empresa son considerados
como capital relacional (Hormiga et al., 2010). Las estructuras de red han sido identificadas ser
una fuente de innovación basada en el valor añadido (Benkler 2002; Howe 2006). La propia
empresa ha dejado de ser el único locus de competencia. En cambio, las competencias a las que
la empresa tiene acceso se distribuyen en una amplia red, compuesta por diversos actores, tales
como proveedores, socios o comunidades de consumidores (Prahalad y Ramaswamy, 2003).

Möller y Halinen (1999), argumentan que todas las relaciones son resultado de conceder tiempo
por parte de la gestión e invertir recursos financieros y que el desarrollo de estas relaciones
conlleva tiempo. Mediante las relaciones se combinan los recursos materiales y organizativos de
una empresa con los de sus competidores. Así, una parte significativa de una base total de
recursos de la empresa se encuentra fuera de su perímetro de propiedad y es controlada de
forma bilateral junto a otras empresas (Gadde et al. 2003).

Sin estas inversiones específicas en las relaciones, lo más probable es que la empresa no podrá
percibir y en segundo lugar apenas podrá conseguir el acceso a los recursos integrados en la red.
Entonces, ¿cómo pueden las empresas aprovechar los recursos y competencias externas, como
se plantea en el paradigma de la innovación abierta, sin que el coste de las inversiones sea

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superior a los beneficios? Helander (2004), citado en Törrö (2007), desafía al enfoque más
limitado de la teoría de las redes industriales, argumentando que la creación de redes que
aportan valor no consiste sólo en mantener relaciones a largo plazo. Así, la naturaleza de las
relaciones en una red puede variar considerablemente, y el valor se puede crear también a través
de relaciones orientadas a corto plazo, más dinámicas, con un enfoque hacia el intercambio
transaccional. Dado que las perspectivas de creación de valor mediante las redes se amplía para
incluir las relaciones transaccionales, las relaciones mediadas ofrecen un punto interesante para
el debate. Así, la utilización de intermediarios, como brokers de capital intelectual, puede
considerarse como puerta de entrada a bases de recursos en dicha red y podrían ser una
respuesta a la pregunta planteada anteriormente.

Los intermediarios pueden ser vistos como las organizaciones que funcionan enlazando a los
usuarios y productores de conocimiento mediante la coordinación y mediación de cualquier tipo
de capital intelectual contenido dentro de una red desorganizada de individuos, indiferente si
esas personas son clientes u otros profesionales. Como afirma Dubois (1998), el conocimiento
profundo acerca de la red también se pueden generar a través de relaciones con los actores que
tienen conocimientos sobre la red. En cuanto a facilitar el flujo de conocimientos y la
generación de innovaciones, se puede considerar que cualquier tercero que enlaza ideas
previamente desconectadas puede facilitar la aparición de innovaciones. Por lo tanto, cualquier
alianza, ya sea formal o informal, puede constituir canales de comunicación, la obtención de
recursos o el acceso a los canales de distribución (Hormiga et al., 2010).

Como Ford (2002) señala, la literatura sobre las redes no sólo considera las relaciones como
recursos, sino que también hace hincapié en cómo se desarrolla y explota a través de estas
relaciones cada uno de los recursos de la empresa. A través de relaciones en red, una empresa
puede aprender y desarrollar sus capacidades y mejorar su potencial de innovación (Gadde et al.
2003). El rendimiento de las inversiones específicas a una relación es difícil de medir, pero es
probable que sea más valioso que otros beneficios medibles de las inversiones en otros recursos
(Easton y Araujo, 1994). Gadde et al. (2003) concluyen que la principal preocupación de una
empresa es hacer el mejor uso de la multitud de recursos disponibles en la red. Un recurso tiene
siempre dimensiones ocultas que pueden ser exploradas y desarrolladas en la interacción con los
socios. Debido a su carácter nebuloso, la generación de conocimientos relativos a redes no está
exenta de problemas. Sin duda, las empresas necesitan puntos de vista válidos sobre el contexto
de la red, para poder percibir las oportunidades integradas en la misma (Möller y Halinen
1999).

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2.4. El capital intelectual en el paradigma de la innovación abierta

En el modelo de innovación abierta, una empresa se beneficia de la apertura de sus fronteras


para permitir la entrada y salida flujos de conocimientos. Astley observó ya en la década de los
80 que el límite entre las organizaciones y su entorno empieza a disolverse. Las organizaciones
deben considerarse como parte de su entorno, en el sentido en que la formulación de acciones
colectivas con otras organizaciones es lo que establecen las dimensiones de su entorno. Cada
organización puede ser vista como un "nexo de apoyo", siendo interconectada y complementaria
(Chandler, 2001), y así ayudarndo a construir los parámetros de la existencia colectiva que
comparte con los demás (Astley, 1984).

En un estudio que proporciona importantes aportes al conocimiento de las prácticas de


innovación abierta y sobre los mercados intermedios para la innovación, Torro (2007) introduce
el término "capital intelectual global" y sostiene que el mercado para el capital intelectual se ha
convertido en uno global, en cual las ideas, el conocimiento y la tecnología están circulando
más libremente que nunca ya que las empresas están abriendo sus procesos en el espíritu de la
innovación abierta. Al mismo tiempo, las empresas se ven cada vez más obligadas a utilizar
nuevos canales externos para acceder a inputs aplicables para su proceso de innovación. Hoy en
día, el flujo libre del conocimiento a través de las fronteras organizativas se ha incrementado
hasta el punto en que ya se puede hablar de una nueva generación en modelar el proceso de
innovación.

Chesbrough (2003b) distingue dos corrientes de la innovación abierta: entrante y saliente. Las
actividades de entrada se refieren a la adquisición de tecnología desde el exterior, y las
actividades de salida surgen de la comercialización de las ideas o tecnologías desarrolladas
internamente o a través de canales externos. Gassmann (2006) plantea la categorización un paso
más allá, señalando que el fenómeno de la innovación abierta ha recibido contribuciones de
corrientes de investigación diferentes. Él sugiere que la apertura del proceso de innovación se
puede observar desde las siguientes perspectivas: (1) la globalización de la innovación, (2) la
subcontratación de I+D, (3) la integración temprana del proveedor, (4) la innovación desde el
usuario y (5) la comercialización externa y aplicación de la tecnología.

Debido a la creciente intensificación de la competencia global, las empresas necesitan


constantemente renovarse con el fin de poder mantenerse por delante de sus rivales. La tasa de
innovación es uno de los factores críticos para el éxito, que incluso puede considerarse como la
única forma de crear valor a través de un crecimiento sostenible, como argumentan Prahalad y
Ramaswamy (2003), en el entorno actual compuesto por un mercado dinámico.

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Nuevas Tendencias Estratégicas en Administración y Dirección de Empresas
El capital intelectual en el paradigma de la innovación abierta

En el pasado, el departamento de I+D interno fue considerado un valioso activo estratégico para
la empresa y una formidable barrera de entrada para competidores en muchos mercados (Torro,
2007). Con esta lógica, las empresas tenían que generar sus propias ideas que luego serían
desarrolladas, fabricadas, comercializadas, distribuidas y mantenidas por ellas mismas
(Chesbrough 2003a).

En estos días, sin embargo, los principales protagonistas se enfrentan a una competencia muy
fuerte por parte de las nuevas empresas. Estos recién entrados realizan investigaciones básicas
por su cuenta, pero han replanteado la manera fundamental en la que se generan ideas y el modo
de llevarlas al mercado. En esta línea de pensamiento, Surowiecki (2005) sostiene que grandes
grupos de personas son más inteligentes que unos pocos, y que son mejores en dar soluciones a
problemas y fomentar la innovación, llegando a decisiones más sabias. Tradicionalmente, la
investigación y los departamentos de desarrollo eran los principales impulsores de las
innovaciones de la empresa. Ahora, la tendencia a abrirse a otros recursos que pueden resultar
en innovaciones se ha vuelto más y más importante, considerando por ejemplo, los empleados,
los proveedores o las universidades como fuentes de innovación relevantes (Surowiecki, 2005).

Chesbrough (2003b) sostiene que el paradigma de la innovación cerrada ha quedado obsoleta


debido a la erosión de cuatro factores: (1) la mayor disponibilidad y movilidad de los
trabajadores con aptitudes tecnológicas; (2) la expansión del mercado de capitales de riesgo; (3)
las opciones externas para las tecnologías utilizadas; (4) la mayor oferta de proveedores
externos de gran capacidad. El mismo autor ilustra el nuevo paradigma en el contexto de la
investigación y desarrollo industrial dentro de la figura 1.

Fig.1. El paradigma de la innovación abierta

Fuente: Chesbrough, (2003).

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Nuevas Tendencias Estratégicas en Administración y Dirección de Empresas
El capital intelectual en el paradigma de la innovación abierta

Como se puede observar en la figura anterior las maneras en que las empresas gestionan sus
innovaciones cambiaron una vez con la adopción del enfoque de la innovación abierta.
Previamente las empresas invirtieron mucho más en departamentos internos de I + D,
intentando contratar al capital humano más brillantes para recoger los frutos de las personas más
inteligentes de la industria. Gracias a estas inversiones, las corporaciones fueron capaces de
descubrir muchas ideas de alta calidad, lo que les permitió conseguir un posicionamiento
competitivo y una ventaja frente a sus competidores. Esto, a su vez, les permitió obtener la
mayoría de los beneficios que, siendo agresivamente protegidos por el control de su propiedad
intelectual frente a sus competidores, prevenían su explotación.

En este nuevo modelo de innovación abierta, las empresas utilizan y comercializan ideas
provenientes tanto de fuentes externas, como internas. En concreto, las empresas captan ideas a
través de canales externos a la empresa, con el fin de generar valor para la organización. Así,
las ideas pueden tener su origen fuera de los límites de la empresa y captarse para su
comercialización. En otras palabras, el límite entre la empresa y su entorno es más poroso
(Chesbrough, 2003).

Además, el nuevo estado de la información y las comunicaciones (TIC) y colectivos de los


consumidores en la práctica se produce en un momento en cual el marketing como disciplina
está experimentando un cambio de paradigma hacia una nueva lógica dominante de servicios
(Vargo y Lusch 2004). Los consumidores son cada vez más reconocidos en la teoría y la
práctica creativa como agentes que participan en la co-producción de valor, no sólo como
consumidores o usuarios del valor proporcionado por las empresas u otras organizaciones
(Venkatesh 1999). La cooperación y el codesarrollo pueden llegar a ser medios eficaces para
obtener un conocimiento estratégico significativo (Kraaijenbrink et al. 2010).

En el ámbito de la gestión, existen trabajos recientes que argumentan que la creatividad de los
consumidores en red ha sido reconocida como un recurso rico, con potencial de ser "explotado"
por las empresas. Se sugiere también que estos consumidores "renuncian voluntariamente a su
derecho de propiedad intelectual" y permiten la comercialización de sus creaciones innovadoras
(Tapscott y Williams 2007). Desde una perspectiva evolutiva y ecológica, la creatividad
colectiva de los consumidores parece estar compuesta por los procesos de variación y selección
(Simonton, 1999). Es decir, más consumidores, procedentes de diversos orígenes, dan
nacimiento a diferentes experiencias, aportan una mayor variedad de ideas propuestas como
solución a un problema concreto relacionado con el consumo. Estos grupos de consumidores
también van a traer una mayor profundidad de la experiencia y conocimientos bajo la forma de
los criterios utilizados en la selección de nuevas ideas. Además, los talentos del grupo de

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Nuevas Tendencias Estratégicas en Administración y Dirección de Empresas
El capital intelectual en el paradigma de la innovación abierta

consumidores, sus redes, y la capacidad de mantenerse entre sí motivados, será probablemente


útil para desarrollar y hacer realidad una idea, su multiplicación y su promoción.

Witt (2007), reconsidera que los procesos de evaluación del valor incluyen los procesos de
concebir maneras de crear y capturar valor a través del la novedad de un recurso
específico. Esto nos lleva más allá del universo cerrado que caracteriza a gran parte de la
economía neoclásica y, dado su origen neoclásico, en un mundo humanamente construido, en el
que la creación de valor se inicia en nuestra imaginación y conduce a acciones constructivas y
exploratorias.

Foss et al. (2007) argumentan, que la evaluación práctica y la evaluación de recursos está sujeta
al subjetivismo, a la creación de conocimiento y a un juicio empresarial. Hay un elemento de la
Ley de Jean-Baptiste Say aquí, la implicación de que la oferta crea su propia demanda. Así se
puede deducir que la imaginación efectiva de un nuevo producto o servicio puede dar lugar a la
creación de su propio mercado. (Kraaijenbrink et al., 2010).

El empresario juega un papel fundamental, el simple valor imaginativo no lo crea ni puede


capturarlo. Para la creación de valor las empresas necesitan todo tipo de recursos que ayudan a
convertir las ideas en realidad, incluyendo el hecho de tener a otras empresas o gente valorand
lo que se ha producido (Lepak, Smith y Taylor, 2007). El papel de los empresarios no puede
limitarse a imaginar el valor que los demás no ven. Por el contrario, debe conseguir unir los
recursos de tal manera que el valor imaginado se entregue. Esta abstracción de valor y el
proceso de juntar recursos puede considerarse un proceso de interacción mutua en cual los
recursos forman modelos mentales de las personas, y permiten a éstas encontrar el valor en
dichos recursos. Del mismo modo, la venta es un proceso social por el cual los directivos o
empresarios crean valor convenciendo a los demás del valor de sus productos. Esto implica que
la creación de valor involucra a todos tipos de mecanismos de influencia social interna y
externa, incluyendo el uso de la retórica, el poder y la negociación (Kraaijenbrink et al., 2010).

En entornos que no son altamente predecibles y maduros, el foco primario de la creación del
valor puede estar dentro de la empresa, dentro de las capacidades imaginativas y creativas de su
capital humano involucrado, más que en el mercado y en los precios de los recursos que
obtienen (Denrell , Fang, y Winter, 2003; Romer, 1990). Por “personas involucradas”, se
entiende tanto a los empleados, cómo a los convencionalmente poco considerados como
miembros de la empresa, tales como los "usuarios lead" (von Hippel, 1986) y los stakeholders.
Esta concepción de las personas involucradas incluye el foco de la fuente de creación de valor
dentro de la imaginación de los que han sido conectados en red, permitiendo así innovaciones,
radicales, disruptivas y una visión dinámica del valor (Kraaijenbrink et al., 2010).

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El capital intelectual en el paradigma de la innovación abierta

El capital intelectual ha sido identificado como un factor clave de innovación y ventaja


competitiva en una economía del conocimiento (Teece, 2007). Como ya apuntamos más arriba,
en otras palabras, la búsqueda de la innovación ha traído consigo la búsqueda de capital
intelectual. Expresado por Chatterji y Manuel (1993), casi todas las empresas con importantes
departamentos de I+D están haciendo esfuerzos deliberados para localizar, adquirir y explotar la
tecnología de fuentes externas. Dependiendo de sus capacidades y necesidades, las empresas
utilizan fuentes externas para todas las fases de la innovación, desde el descubrimiento y el
desarrollo, hasta la comercialización e incluso el mantenimiento del producto (Linder et al.
2003). Pero, a pesar del creciente interés en el uso de inputs externos en el proceso de
innovación, no existen muchas investigaciones realizadas sobre los diferentes canales de
abastecimiento de la innovación externa. Linder et al. (2003) afirman que en lugar de un
enfoque ad-hoc a la de abastecimiento de la innovación, las empresas deben evaluar
sistemáticamente los canales disponibles de competencias externas, adaptando conjuntos
específicos de fuentes con sus necesidades de innovación (Kraaijenbrink et al. 2010). Así, se
podría formular una hipótesis que se podría contrastar en la futura investigación doctoral:

H1: Si existe una evaluación sistemática de los canales disponibles de fuentes externas de
innovación, la empresa aumentará su capital intelectual y así, su capacidad innovadora.

No obstante, Chesbrough y Crowther (2006) argumentan que la investigación externa debería


funcionar más como complemento que como un sustituto en el cumplimiento de las actividades
de I+D internas. Este tipo de inversiones en los innovadores externos podrían implicar altos
costes y dificultades de integración, además de un grado bajo de control sobre las tecnologías
desarrolladas por terceros. Además, Linder et al. (2003) mencionan que aparte de los altos
costes, hay que considerar las dificultades de integración de las tecnologías adquiridas con el
capital estructural de la empresa. El éxito de una innovación también está relacionado con la
capacidad de absorción desarrollada por la empresa, que es la capacidad de una empresa para
reconocer el valor de nueva información externa, asimilarla y aplicarla con fines comerciales
(Cohen y Levinthal, 1990). En otras palabras, las fuentes externas sólo triunfarán como una
fuente de nuevas competencias si una empresa es capaz de interiorizar la información
adquirida. Así, la segunda hipótesis propuesta será:

H2: La gestión adecuada del capital estructural aumenta la capacidad innovadora desde
fuentes de información externa.

Hoy en día el entorno enlazado digitalmente permite formas radicalmente diferentes de creación
y gestión de la innovación. Grandes cantidades de información, conocimientos y bienes
culturales se desarrollan a través de los sistemas de producción social, que no dependen de los
mercados o de jerarquías claras, sino que se basan en las señales y motivaciones sociales para

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El capital intelectual en el paradigma de la innovación abierta

organizar importantes empresas productivas. Este fenómeno se refiere a menudo como nombre
peer production (Benkler, 2005). El sector de software de código abierto es el ejemplo más
conocido de la producción “entre iguales”. Es una forma de software que ha sido desarrollada
por comunidades a través de Internet y está disponible gratuitamente para todos (von Hippel y
von Krogh, 2003). Así por ejemplo, los desarrolladores de software de código abierto tienden a
auto-organizarse en equipos cuyos miembros están dispersos por todo el mundo, incrementando
radicalmente el grado de acceso al capital humano.

Los miembros del equipo aportan su tiempo y experiencia, su surplus cognitivo, trabajando
largas horas, al parecer para obtener sólo el reconocimiento de sus colegas (Federman, 2006).
Es importante mencionar que esta línea de pensamiento coincide con la dimensión más alta de
la pirámide de las necesidades de Maslow, es decir, la auto-realización y auto-expresión. Esta es
una declaración importante, en relación con el hecho de que los usuarios tienden a aplicar su
excedente cognitivo si se sienten emocionalmente involucrados y ven un resultado que podría
estar en congruencia con sus motivaciones intrínsecas (Toro, 2007). Así, se forman subculturas,
grupos y comunidades que reflejan el interés personal de los usuarios en cuanto loisir y
actividades relacionadas con la consumición, empujando a los consumidores en función de sus
necesidades de pertenencia, diferenciación e identificación, a buscar contenido relevante e
interesante (Kozinets et al., 2008). Así por ejemplo, dentro de la comunidad de código abierto
una contribución puede conducir a la mejora de la reputación que a su vez puede ser
recompensado por los beneficios personales, tales como ofertas de empleo o
promociones. También se puede considerar que los beneficios personales puedan acumularse
como un efecto secundario, desde los valores compartidos y la cultura que caracteriza a la
comunidad, dónde se hizo la aportación. Los procesos de comunicación y los protocolos para el
trabajo en equipos virtuales, apoyan y fomentan la cultura, los valores compartidos y el sentido
de la participación en un esfuerzo común (Millar et al. 2005). Así, podría formarse una tercera
hipótesis para su contrastación en la futura investigación:

H3: Cuantos más valores compartidos en la red de innovación externa, más cohesión tendrá el
capital relacional y así, más aceptación tendrá el producto o servicio en cual se quiera innovar.

No obstante, la confianza es un factor reconocido por su importancia en la generación de un


entorno en el que los usuarios comparten sus conocimientos y el know-how (Maloney-Krichmar
y Preece, 2003). Gambetta (1990) define la confianza como un "nivel particular de la
probabilidad subjetiva, con la que un agente realizará una acción determinada, tanto antes que
se puede supervisar tal acción (...) y en un contexto en el que afecta nuestra propia acción."

Con base en esta definición de confianza, los científicos sociales han identificado tres tipos de
confianza (Abdul-Rahman y Hailes, 2000): (1) confianza interpersonal: el tipo de confianza que

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El capital intelectual en el paradigma de la innovación abierta

tiene un agente en otro agente a un nivel personal; (2) confianza en el sistema: este tipo de
confianza se basa en la propiedades percibidas sobre un sistema o una institución; (3) confianza
básica: describe la actitud general de la persona que busca la confiabilidad hacia la confianza, lo
que significa que es independiente de cualquier otra parte o contexto. Las enseñanzas extraídas
de la literatura sobre creación de ideas (Ebner et al. 2009) muestran que es difícil para las
organizaciones iniciar, construir y nutrir una comunidad externa de innovación (West y
O'Mahony, 2005; Jeppesen y Frederiksen, 2006; West, 2007). La diferencia entre las
aportaciones de alto valor y las de valor reducido, reside en el feedback y en la auto-
congruencia, una mezcla de factores afectivos, ideológicos, motivacionales y educacionales
(Kozinets et al., 2008). Teniendo esto en cuenta, las comunidades en cuales se lleva a cabo el
proceso de innovación abierta, plantea la cuestión de confianza. Por lo tanto otra posible
hipótesis sería:

H4: El uso de comunidades existentes para adquirir capital intelectual y enfocarlo hacia los
procesos innovadores, puede resultar más productivo que en comunidades de nuevo diseño.

Benkler (2002) llega a la conclusión, que la “producción entre iguales” tiene una ventaja
sistemática sobre los mercados y las empresas, debido una mejora identificación y asignación de
la creatividad humana. Así el futuro del trabajo relacionado con el conocimiento se podría
manifestar bajo la forma de los trabajos en comunidades abiertas, dado que los principios de la
contribución abierta han cambiado las normas de tratar con la innovación, influyendo en la
manera en cual las empresas gestionan sus actividades actuales de innovación.

La innovación abierta presume que los flujos de conocimiento entre empresas, y los canales de
estos flujos repetidos son redes inter-organizativas, constituidas a partir de una amplia gama de
posibles vínculos (Simard y West 2006). Las comunidades de usuarios son una fuente de
innovación que existía mucho antes de la aparición del software de código abierto y se
extienden mucho más allá de él (von Hippel, 2001). Mirando de manera más profundo las
perspectivas de la innovación de usuario, "crowdsourcing" (Howe 2006), es otra forma de
utilización de las redes de las personas para facilitar la innovación empresarial, siendo un factor
crítico de tener en cuenta al considerar las fuentes externas de innovación. Él describe este
fenómeno como "gente común con su surplus cognitivo, que crean contenido, resuelven
problemas, incluso haciendo actividades de I+D” (Howe, 2006). La creatividad individual está
relacionada con la libre expresión y auto-presentación (Kozinets et al. 2008), la participación y
la estética (por ejemplo, Kozinets et al. 2004) y, finalmente, potencia el sentido positivo de sí
mismo.

Los estudios sobre el paradigma de la innovación abierta han encontrado sistemáticamente que
la innovación en una comunidad de usuarios se concentra entre los usuarios lead (von Hippel,

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El capital intelectual en el paradigma de la innovación abierta

2005). Los usuarios lead tienen dos características distintivas: (1) están a la vanguardia de las
tendencias importantes, por lo que experimentan en la actualidad las necesidades que serán más
tarde experimentados por muchos usuarios en ese mercado; (2) ven beneficios relativamente
altos en obtener una solución a sus necesidades, por lo que están dispuestos a innovar.

Reichwald y Piller describen el proceso de colaboración y de cooperación voluntaria entre un


cliente (usuario) y un productor con el termino de creación de valor interactiva (término original
de “interaktive Wertschöpfung” en alemán). El proceso de creación de valor interactivo puede
ser iniciado tanto por el cliente, cómo por la empresa (Reichwald Piller y 2006). Ebner et al.
(2009) argumenta que el crowdsourcing abre el embudo de innovación de la empresa, es decir,
el alcance en la detección de las ideas. Por lo tanto, la empresa se puede beneficiar de más ideas
para innovar.

No obstante, la principal limitación del crowdsourcing es que la falta de selección de los


participantes puede causar problemas de calidad. En esta línea de pensamiento, Ebner et
al. (2009) en un estudio sobre la ingeniería de una comunidad de innovación abierta, ve
conveniente trabajar con el capital humano del mundo académico. Así, una cuarta hipótesis
posible sería:

H5: Apuntando las técnicas de crowdsourcing de la innovación hacia los profesores y los
estudiantes de universidades, se aumentara el nivel de control y así, el nivel cualitativo de las
innovaciones abiertas.

En conclusión, el negocio de la innovación se está convirtiendo en uno realmente global en su


carácter, y diversos países traen nuevo capital humano y talento en juego (West et al. 2006). Al
mismo tiempo, Vanhaverbeke (2006) argumenta, que las empresas están cada vez más obligadas
a establecer vínculos con redes más amplias para desarrollar o absorber nuevas tecnologías,
comercializar nuevos productos o simplemente para mantenerse en contacto con los últimos
avances tecnológicos. El futuro éxito de las empresas depende de la capacidad de aprender
acerca de la gestión de la innovación tecnológica desde donde se practica más eficiente y eficaz
en todo el mundo (Dodgson, 2000). Además, la cuestión de cómo utilizar mejor el fondo de
recursos masivos proveniente de los internautas en los procesos empresariales en las pequeñas
empresas sigue siendo una interrogante. Sin embargo, una serie de empresas ya han descubierto
la oportunidad de aprovechar el capital relacional de las personas mediante el
crowdsourcing. Así, el siguiente apartado trata de presentar una posible metodología, siendo el
siguiente apartado, en dónde se presentaran unos estudios de casos, por medio de cual se
intentará dar una visión contextual de la variedad de prácticas disponibles para una empresa que
quiere utilizar las fuentes externas para aumentar su capacidad innovadora.

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Nuevas Tendencias Estratégicas en Administración y Dirección de Empresas
El capital intelectual en el paradigma de la innovación abierta

III. Metodología

1.1. El contexto de la investigación empírica que se plantea en este trabajo de


investigación

Los consumidores que poseen un ordenador o un dispositivo móvil y una conexión a Internet,
revelan abiertamente sus deseos, necesidades y motivaciones por medio de Internet, estando
disponibles para todas las personas interesadas en explorarlas. Las empresas ahora tienen la
oportunidad de escuchar directamente a los consumidores, e involucrarlos en la creación de
marcas y productos, alcanzando un mayor grado de aceptabilidad entre estos, pero también
formando nuevos mercados junto a ellos, satisfaciendo nuevas necesidades con servicios
novedosos. El importante aumento del número de internautas y de la penetración global del
internet alrededor del mundo, que se pueden observar en la tabla 1, reflejan también la tendencia
de transición de los negocios al ámbito online.

Tabla 1. El uso de internet en la unión europea

%Crecimiento
% Pob. Penetración % Users
Zonas del mundo Internautas
mundial (% Población) of World
( 2000-2010 )
UE 7.3 % 67.6 % 257.8 % 17.2 %
Resto del mundo 92.7 % 25.7 % 510.8 % 82.8 %
TOTAL MUNDO 100.0 % 28.7 % 444.6 % 100.0 %
Fuente: internetworldstats.com, 2010.

1.2. La descripción de la población y la selección muestral

Las empresas que desarrollan software online forman en esta investigación la unidad muestral.
Así se pueden recoger datos sobre el capital intelectual de las empresas establecidas alrededor
del mundo, seleccionando empresas de alta tecnología que están registradas en la base de datos
de SABI, haciendo un estudio transversal del año 2010.

La encuesta asistida por ordenador es la forma más eficaz en este caso para la recogida de datos.
Así, el CATI (Computer Assisted Telephonic Interview) y el CAPI (Computer Assisted Personal
Interview) permiten al investigador recoger los datos primarios con más eficacia.

1.3.1. Variables dependientes y su medición

V1. Evaluación sistemática de los canales externos de innovación - escala Likert de 7 puntos

V2. La gestión adecuada del capital estructural – escalas múltiples tipo Likert

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El capital intelectual en el paradigma de la innovación abierta

V3. Valores compartidos en la red de innovación externa - años existencia de la red, temática,
número de usuarios, escalas Likert para destacar aspectos cualitativos

V4. El uso de comunidades existentes – ratio entre el número uso de comunidades externas
existentes frente a comunidades creadas

V5. Eficacia de las técnicas de crowdsourcing - número de usuarios involucrados, ratios input-
output referente a la aportación de los usuarios

1.3.2. Variables independientes:

V1. Influencia del capital intelectual en la capacidad innovadora de la empresa

1.4. Las técnicas estadísticas a utilizar

Se propone utilizar la regresión lineal o ajuste lineal, que sirve para ver la relación entre las
variables dependientes y las variables independientes.

También cabe destacar que el estudio de casos es la estrategia más adecuada cuando las
cuestiones de investigación están relacionadas con el cómo y el por qué de algunos
acontecimientos contemporáneos -frente a históricos- sobre los que el investigador tiene poco o
ningún control. Así, sobre la base de estas consideraciones, podemos corroborar la idoneidad de
la metodología del estudio de casos como la estrategia de investigación adecuada si estamos
interesados en explicar la compleja situación humana y organizativa que se ha producido o está
produciendo en las organizaciones objeto de estudio, o bien se han producido en el pasado pero
sus participantes aún pueden informar sobre los mismos. En esta investigación el uso del
estudio de caso nos permite poner las empresas dentro de su contexto real y mejorar la selección
muestral, averiguando los elementos que más peso tienen para esta investigación y para la futura
contrastación de las hipótesis.

IV. Estudios de casos

1. Aardvark - motor de búsqueda social

1.1. Datos y números

Fundada en el año 2007 por un grupo de ex-empleados de Google, en San Francisco, EEUU,
con el nombre inicial de Technical Zoo, tiene como participantes a: Damon Horowitz, Nathan
Stoll, Max Ventilla y Rob Spiro. Actualmente tiene solamente 30 empleados. La empresa ha sido
comprada por Google por 50 millones de dólares en Febrero 2010.

1.2. Qué importancia tiene

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El capital intelectual en el paradigma de la innovación abierta

Aardvark permite a los usuarios hacer preguntas que se distribuyen en el gráfico social (social
graph), y según la relevancia de lo preguntado, permite obtener una respuesta ágil y de
calidad.

Se pueden hacer preguntas complejas a través de la página web, a través de redes sociales, de un
cliente de mensajería instantánea o del correo electrónico. Las preguntas son enviadas a sus
contactos y los contactos de ellos, teniendo una integración con los servicios sociales más
populares, hecha posible por la liberalización de los API, que forman el “gráfico social”. La
selección de personas consideradas relevantes a responder se hace mediante tags o
categorizaciones de los usuarios a priori según los campos de interés de estos, indicados en el
proceso de registración al servicio gratuito que Aardvark ofrece.

La tecnología del motor de búsqueda saca de contexto palabras claves y reconoce así las
personas que entran en dicha categoría de interés. Así, cuando los usuarios hacen preguntas
relacionadas con un tema, Aardvark va a dar la opción de responder a las personas que estén en
dicha categoría.

Aparte, en el sitio web de Aarvark se pueden gestionar las preguntas hechas dentro de una base
de datos personal. También ofrecen la posibilidad de formar una red de contactos propia, lo
que aumenta el grado de control y la calidad de las respuestas que pueden ser obtenidas,
posicionando así a Aardvark como potencial herramienta de investigación y desarrollo, pero
también como punto de encuentro entre oferta y demanda.

1.3. Relación con el marco teórico

La empresa utiliza el crowdsourcing para nutrir el servicio ofrecido y está orientada a incorporar
nuevas fuentes externas de innovación, vistas en este caso como las aportaciones de los usuarios
en contenido, y desarrollo de nuevas redes. La ventaja competitiva surge cuando la tecnología
creada en el interior de la empresa entra en contacto con el ámbito social, que es reconocido por
su impacto, dinámica y por los cambios inducidos en los comportamientos de los internautas.
Aardvark trata de incorporar siempre nuevos canales externos de distribución de sus servicios,
incorporando el funcionamiento y el capital humano y relacional de comunidades virtuales
externas y crear nuevos enlaces con su propia tecnología. Así se puede considerar que se la
primera hipótesis está reflejada en la orientación de Aardvark.

Como ha sido mencionado anteriormente la tecnología que permite integrar redes formales e
informales, ajuntando capital humano y relacional de alrededor del globo, forman unos recursos
utilizables en la investigación y el desarrollo. En esta línea de pensamiento, cuando Aardvark
registra y analiza las nuevas redes creadas, el feedback y los contenidos e comportamientos del
usuario, pueden mejorar su estructura de conocimientos, incluido la tecnológica y les permite

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El capital intelectual en el paradigma de la innovación abierta

adaptar o innovar su estrategia sobre los intangibles. Así, por medio de la tecnología diseñada,
los conocimientos que se obtienen de la explotación del capital humano y relacional a nivel
global, ayudan a Aardvark formar en tiempo su capital estructural.

El propio modelo de negocio nos ayuda a formar la tercera hipótesis, ya que el negocio tiene
sus fundamentos en ofrecer una solución para usuarios con intereses y valores comunes, que
tratan de interaccionar de manera constructiva en su búsqueda de información. Así la solución
tecnológica de Aardvark, basada en disecar e ordenar contenido según su relevancia para
diferentes grupos de usuarios, puede dar lugar a un modelo de negocio basado en fructificar el
hecho de enlazar la demanda con la oferta por medio de su tecnología. Todavía Aardvark esta en
fase de aprendizaje, pero se puede considerar que la empresa esta explotada bajo el concepto de
innomediario o bróker de conocimientos, ofreciendo a los usuarios valor, encontrando
respuestas a preguntas complejas, por medio del capital intelectual global adquirido.

Para poder incluir un flujo de información global, el uso de las comunidades establecidas se
vuelve crucial, ya que la popularidad de estas posiciona a Aardvark en una posición de
confianza y transparencia. Así, el incremento de la participación de los usuarios conlleva a una
mayor aceptación e implícito a un surgimiento más rápido del capital intelectual a utilizar en el
desarrollo de la solución ofrecida. En conclusión, el hecho de utilizar redes sociales establecidas
permite a Aardvark incrementar la capacidad innovadora posicionándose en un ámbito dónde es
más fácil obtener confianza interpersonal y confianza de sistema, hecho que aumenta la
productividad innovadora de los participantes externos.

Sí consideramos que la tecnología desarrollada por Aardvark nos permite integrar e formar
redes según nuestras necesidades con un alto grado de control, se puede destacar que el
potencial de esta herramienta, todavía al principio de su ciclo de vida, reside en la utilidad que
tiene para la colaboración y la investigación, tanto dentro de ámbitos científicos, organizativos o
públicos.

2. Wildfire – Campañas de marketing viral en las redes sociales

2.1. Datos y números

Con sede central en Palo Alto, EEUU, Wildfire Inc. es una empresa tecnológica que está
dedicada a ayudar a las empresas de todos los tamaños a aprovechar el poder del marketing
interactivo en las redes sociales como Facebook y Twitter. Fundada por Victoria Ransom y Alain

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El capital intelectual en el paradigma de la innovación abierta

Chuard en Julio de 2008, Wildfire es el ganador del Fondo Facebook, que actuó en primera
instancia para identificar las empresas que podrían aportar con valor al gigante entre las redes
sociales, para luego incubar al ganador e ayudar a la implementación de su modelo de negocio.

Hoy en día la empresa tiene 15 empleados y ha recibido alrededor de 4 millones de dólares en


fondos.

2.2. Qué importancia tiene

La plataforma tecnológica de Wildfire permite a todos los tipos de empresas e organizaciones


lograr fácilmente un nivel atractivo de branding en los medios sociales mediante campañas de
marketing viral sostenidas con sorteos, concursos, cupones, regalos virtuales etc. Wildfire
permite el desarrollo, la publicación, la gestión y la medición de la campañas, y permite de
manera simultánea publicarlas en las páginas de fans en Facebook, en los sitios web de la
empresa (integrado con Facebook Connect) y en Twitter. Intuitiva, sencilla y asequible, la
plataforma de Wildfire es bastante simple, siendo adecuada para el gerente de negocios con
menos conocimientos relacionados con el uso de las nuevas tecnologías, y al mismo tiempo lo
suficientemente flexible como para adaptarse a las necesidades de los más creativos, como los
responsables de marketing o agencias de publicidad.

2.3. Relación con el marco teórico

Wildfire ofrece una plataforma online que permite el desarrollo de una campaña de marketing
viral interactiva, que por definición implica el surgimiento de un “buzz” y una propagación
entre usuarios con los mismos intereses de información, contenido e valores. Así, la solución
tecnológica ha sido desarrollada a incorporar redes sociales establecidas, con un capital
relacional global y con un gran abanico de gustos e actitudes. La utilización de las redes de las
personas sirve para facilitar la innovación empresarial, siendo un factor crítico de tener en
cuenta al considerar las fuentes externas de innovación. Esta concepción de las personas
involucradas incluye el locus de la fuente de creación de valor dentro de la imaginación de
los que han sido conectados en red, permitiendo así innovaciones, radicales, disruptivas y una
visión dinámica del valor (Kraaijenbrink et al., 2010).

Wildfire es un ejemplo de la explotación del crowdsourcing enfocado a conseguir


conocimientos relevantes con respeto a los comportamientos y actitudes de los usuarios, para

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El capital intelectual en el paradigma de la innovación abierta

luego incorporarlos en el diseño de sus servicios. Todo el flujo de información horizontal,


extendido entre los usuarios que promocionan las campañas diseñadas para las diferentes redes
sociales, se puede integrar verticalmente, resultando así en conocimientos sobre los usuarios y
en modelos estructurales para el diseño de nuevas campañas, extraídos desde la propia
aplicación del servicio ofrecido. Simonton, (1999) sugería que más consumidores, procedentes
de diversos orígenes dan nacimiento a diferentes experiencias, aportan una mayor variedad de
ideas propuestas como solución a un problema concreto relacionado con el consumo. Estos
grupos de consumidores también van a traer una mayor profundidad de la experiencia y
conocimientos bajo forma de los criterios utilizados en la selección de nuevas ideas. Además,
los talentos del grupo de consumidores, sus redes, y la capacidad de mantenerse entre sí
motivados, vendrá probablemente útil para desarrollar y hacer realidad una idea, su
multiplicación y su promoción, que coincide con algunas definiciones de la "innovación".

El nuevo estado de la información y las comunicaciones y de los colectivos de los consumidores


en la práctica se produce en un momento en cual el marketing como disciplina está
experimentando un cambio de paradigma hacia una nueva lógica dominante de servicios (Vargo
y Lusch 2004). Los consumidores son cada vez más reconocidos en la teoría y la práctica
creativa como agentes que participan en la co-producción de valor, no sólo como consumidores
o usuarios del valor proporcionado por las empresas u otras organizaciones. La cooperación y el
codesarrollo pueden llegar a ser medios eficaces para obtener un conocimiento estratégico
significativo (al Kraaijenbrink et al. 2010). Así Wildfire, utiliza la monitorización de las redes
externas para poder innovar.

Wildfire también utiliza los “early adopters”, como se puede observar en la figura 2, hacen uso
del capital relacional que los usuarios lead desarrollan después de descubrir un producto o
servicio e intentan implementar sus valores y creencias, promocionando el producto en sus
redes. Ellos aportan con evaluaciones y feedback, y estando en un proceso constante de
combinación de ideas, aconsejan y mentalizan los nuevos usuarios (Kozinets et al. 2008). Así, la
empresa aprovecha el capital intelectual de estos en una fase de promoción intensa, ganando
mediante el crowdsourcing de la promoción hacia los usuarios lead conocimientos sobre la
aceptabilidad de los servicios ofrecidos para el resto del mercado, como mencionado en la curva
de difusión de las innovaciones (Rogers, 1995). Así, Wildfire incrementa sus conocimientos
sobre los que más utilizan las redes sociales y sobre el contenido que más impacto tiene,
incrementando la capacidad innovadora en el desarrollo de próximas campañas.

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Nuevas Tendencias Estratégicas en Administración y Dirección de Empresas
El capital intelectual en el paradigma de la innovación abierta

Figura 2. Las fases de adopción temprana de los usuarios.

Fuente: elaboración propia según Rogers (1995).

Como conclusión, la herramienta introducida por Wildfire ayuda a las empresas aprovecharse
del potencial de las redes sociales por medio de una plataforma que incorpora la dinámica y las
tendencias actualizadas del mercado, ayudando así en el desarrollo del capital intelectual de las
empresas que utilizan la plataforma para diseñar e implementar sus campañas interactivas de
marketing viral, mediante sus herramientas de monitorización e medición, hecho que también
posiciona a Wildfire entre los modelos de negocio de mediadores e facilitadores de
conocimientos.

V. Conclusiones

El capital intelectual y su uso en los procesos de innovación abierta, ofrecen a las empresas
muchas oportunidades para identificar nuevas formas de creación de valor. El estudio actual
trata de estudiar las dimensiones del rendimiento del capital intelectual en las empresas de
servicios online que tienen una orientación global, utilizando una gran población de usuarios
que contribuyen en el proceso de creación de valor. Los estudios de casos muestran la tendencia
de la industria del software en adoptar los enfoques novedosos del paradigma de la innovación
abierta (Chesbrough, 2003), utilizando técnicas de creación y extracción del valor desde la
“sabiduría de las masas” ( Surowiecki, 2005). Esto no significa que al utilizar los recursos y las
capacidades existentes en las redes externas, disminuye la importancia de la innovación dentro
del marco organizativo, pero destaca el valor complementario, que puede marcar la diferencia,
de estas fuentes externas. Así, las empresas pueden volver los procesos de innovación más
dinámicos y eficientes, reinventando las cadenas de valor por prisma de la innovación abierta
junto al usuario.

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Nuevas Tendencias Estratégicas en Administración y Dirección de Empresas
El capital intelectual en el paradigma de la innovación abierta

Como sugieren Prahalad y Ramaswamy (2003), las empresas tienen acceso a las competencias
que se propagan a través de una red ampliada. Vanhaverbeke (2006) avanza este punto de vista
al afirmar que las empresas se ven cada vez más forzadas a establecer vínculos en redes más
amplias para desarrollar o absorber nuevas tecnologías, canales de comercialización de nuevos
productos o simplemente para mantenerse en contacto con los últimos avances tecnológicos.
Para aquellos que trabajan en la tecnología de la información, Internet se ha convertido en una
herramienta poderosa para aumentar la capacidad de enlazar ideas y encontrar soluciones de
manera más eficaz y eficiente, acelerando el desarrollo del capital intelectual poseído.

Las nuevas empresas que se introduzcan en la economía digital evalúan, utilizan y desarrollan
sus activos intangibles por medio de la innovación abierta, como se ha contrastado en los
estudios de caso. En este sentido, la investigación establece la aplicabilidad de los diferentes
modelos de innovación, en la adquisición de recursos y para explicar cómo evoluciona el capital
intelectual en las dimensiones críticas de la creación de valor de una empresa.

En el entorno social actual, las instancias y las nociones de las acciones colectivas de los
consumidores son cada vez más reconocidas como fuerzas impulsoras detrás de muchas de las
empresas online más importantes. Los vínculos que se establecen con la teoría de las redes de
organización sugieren que deberíamos dejar de considerar la creación de los consumidores en
línea como un tipo de actividad de ocio, en su lugar, viéndolo como un continuum de las redes
tradicionales de trabajo.

Las comunidades pueden considerarse como un contrapeso para las grandes empresas,
especialmente hoy en día cuando estas empresas se ven actuando de forma abusiva, no ética, o
irresponsable. A través de innovaciones en la gestión del capital intelectual, así como a través de
esfuerzos para establecer un vínculo entre las organizaciones y las comunidades de los
consumidores, podemos ver el surgimiento de nuevas arquitecturas basadas en la participación,
que podrán ayudar a conseguir, de manera equitativa e sostenible, ventajas económicas y
sociales utilizando la sabiduría colectiva.

VI. Limitaciones y líneas futuras de investigación

La primera limitación se refiere a la metodología elegida. Los estudios futuros deberían


centrarse en explicar la adquisición del capital intelectual mediante fuentes de innovación
externas en otros contextos, además de intentar contrastar empíricamente las hipótesis formadas.
La segunda limitación es el número de estudios de casos elegido, siendo posible el análisis de
más casos similares en futuros estudios. La tercera limitación es la escasez de datos

28
Nuevas Tendencias Estratégicas en Administración y Dirección de Empresas
El capital intelectual en el paradigma de la innovación abierta

cuantitativos sobre las empresas estudiadas, siendo posible para futuras investigaciones
complementar los datos presentados en este estudio para conseguir un análisis más consistente.

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