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Esta es la historia de un capuchino que su nombre real era fray barnabe , su larga barba blanca

al contrastar con su mejillas frescas y rosadas, inspiraba respeto. Tenía en pocas palabras todo
para ser feliz. Engañado, lejos de suponer que el reloj obedecía un mecanismo, estaba
segurísimo de que era el quien tocaba las campanadas, cosa que lo llenaba de un sentimiento
muy vivo de su poder e importancia.

Durante muchos año encontró algo atractivo en sus oficio que lo llevo a satisfacer su vida
nunca pensó en salir al mundo a él le bastaba con el servicio que les hacía a todos de
anunciarles la horas, el pueblo siempre estaba fijado en la capillita y la distracciones algunos
era ver aparecer el fraile con su cuerda, entre estos se contaba una compotera que había
tenido la vida más gris del mundo rota en dos desde un comienzo gracias al aturdimiento de
una criada, desde entonces las frutas se burlaban de ella y ella disfrutaba su venganza cuando
veía funcionar al capuchino del reloj, ella les decía a la fruta que cuando este sonara e las iban
a comer, las frutas no hacían caso pensaban que era una envidiosa y decían como tan
melodiosa voz puede anunciar algo tan fatal

Cuando se acercan las once y cincuenta minutos de la mañana los niño se sentaban en rueda
frente a la chimenea a esperar las campanadas momento en el que el capuchino terminaba su
trabajo y todo lo observaban ya que se quedaba largo rato a la vista de todo y los niños en ese
momento e burlaban los cubiertos también lo veían y decían que ahí todavía está el capuchino
nosotros cuando éramos niño también lo veíamos y sí que nos divertíamos; esa era su rutina
desde hace ya 50 años un día se cansó y quiso escaparse pero no puedo al ver la frase que
estaba pegada en la pared que decía “prohibición absoluta a fray barnabe de salir, bajo ningún
pretexto, de la capilla del reloj. Debe estar siempre listo para tocar las horas tanto del día
como de la noche” ocurrió una noche que al levantarse para tocar las tres de la madrugada vio
un elefante el lo reconoció enseguida era el elefante de ébano que vivía en la repisa más lata
del aparador pero como nuca lo había vito afuera peno que estaba esculpido en la madera la
sorpresa de verlo lo dejo clavado y se olvidó de cerrar las puertas el elefante le dijo usted ha
brindado un gran servicio es hora de que le brinden un servicio a usted y el capuchino
respondió usted como sabe de so acaso es el diablo para lo que el elefante respondió claro
que no no tengo nada en común con ese personaje, soy el elefante de la reina de saba yo era
quien la llevaba en sus viajes, usted debe aburrirse aquí , el capuchino respondió no tengo
derecho de salir ya que se lo prometí a mi reverendo padre hace cincuenta año y desde allí no
ha vuelto para lo que el elefante se burló y dijo que el seguramente ya se había olvidado todo
pero a pesar de lo dicho el capuchino dijo que debía respetar el reglamento y le mostro lo que
colgaba dentro de la celda el elefante le dio su opinión y le dijo que el documento solo decía
que debía tocar las horas de día y de noche así que la demás horas estaba libre el capuchino
dijo pero que hare en mi horas libres entonces el elefante lo agarro y le dijo que lo llevaría al
otro lado del mundo le dijo conoces el armario secreto el que nunca habría y le dijo que el
sigue a uno de los tesoros más asombroso que era la sopera y dijo que ahí estaba la reina de
saba el la quería ver pero decía la hora ya eran casi las cuatro y olvido todos lo cincuenta año
de dedicación toco las cuatro y subió al lomo del elefante en poco instante ya estaban en la
puerta del armario ahí el elefante toco tres golpes con su colmillo y se abrió mágicamente
luego se desplazo hasta llegar a la sopera volvió a tocar tres veces y la tapa se abrió y ahí vio a
la reina sonriendo, la reina le dijo que lo estaba esperando ya que ella siempre quiso conocer
la hombre que tocaba la campana ese sonido tan dulce y cristalino fray barnabe estaba
sorprendido no podía creer que estaba hablando con una reina y que quiera conocerlo ella le
contaba que también esta aburrida que solo el cesar de oro de la medalla la hacia divertir
algunas veces también le dijo que le contaría sus aventura y que luego el le contara las suyas y
entonces le empezó a contar que había recorrido áfrica, asía las isas de lo dos océano conoció
a salomón a un príncipe de china , en arabia había vivido una corte de mago, etc. El capuchino
quería interrumpirla para ir a tocar la hora pero cuando lo hacia la reina le tocaba su barba y le
decía que malo eres mi bello barnabe estar pensando en la campana cuando una reina de
áfrica te hace sus confidencias y además es todavía de noche nadie va a darse cuenta y seguía
escuchando cuando termino la reina le dijo que era su turno entonces el empezó a contar sus
pocas aventuras que había tenido en la capilla como campanero y cuando levanto la mirada se
dio cuenta que todos dormían profundamente el único que lo aplaudió fue el elefante que
además le dijo que era un narrador de primera después de esto le dijo que el tiempo era justo
para subirlo a su lomo y llevarlo al reloj ya que estaba amaneciendo el capuchino corrió y a las
justas llego a tocar la campanada de las ocho, por fortuna nadie se dio cuenta mientras
pasaban las horas el pensó que importa aburrirme durante el día si durante la noche vendrá el
elefante de ébano y me llevara hasta la reina el espero con ansias la noche pero pasaron las
horas y nada así que fue el solo al armario de tesoros fue un largo camino pero al llegar
cansado hizo lo mismo que había hecho el elefante tocar tres veces la puerta y luego la sopera
cuando entró se encontró frente a la reina y esta se sorprendió muchísimo y no lo acepto ya
que dijo que sus historias eran muy aburridas el capuchino muy triste se fue pensando por
haber faltado a mi deber debí comprender que todo esto era un tentación del diablo y dijo que
solo se concentraría en su trabajo empezó a subir a la siete y media llego arriba muy cansado
pero todo el esfuerzo no valió la pena las ocho ya estaban tocando todo funcionaba solo en
ese momento el comprendió que su trabajo no había servido de nada que su promesa de solo
concentrarse en su trabajo ya no tenía sentido entonces rompió la rosa que le dio la reina
desgarro el reglamento que colgaba en la pared agarrando el extremo de la cuerda que
asomaba bajo el techo aquella misma que durante cincuenta años sus manos habían jalado se
la puo alrededor del cuello dio un salto al vacío y se ahorco

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