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¿Cómo se ha desarrollado el fenómeno de la violencia doméstica en la

jurisprudencia colombiana?
Justificación
El presente trabajo de investigación se enfocará en estudiar uno de los fenómenos que atañen a la
sociedad y en particular a la población colombiana, el cual es la llamada “violencia doméstica”
enfocándose en su desarrollo en la realidad nacional, en las normas y en la jurisprudencia.

La violencia es definida como un comportamiento deliberado que puede provocar daños físicos o
psíquicos al prójimo. Existen múltiples tipos de violencia y todos traen consigo alguna
consecuencia directa o indirecta al que la sufre.

Uno de esos tipos de violencia es catalogada como la violencia doméstica o intrafamiliar, el cual es
un concepto utilizado para referirse a los patrones de violencia que se manifiestan en la
convivencia del hogar o de la familia.

Por lo general, implica un cónyuge o pareja, pero también puede ser a un niño, pariente mayor u
otro miembro de la familia. La violencia doméstica puede incluir: Violencia física que puede
conducir a lesiones como moretones o fracturas de huesos, Violencia sexual, Amenazas de
violencia física o sexual, Abuso emocional que puede llevar a la depresión, ansiedad o aislamiento
social. Abuso económico que involucra controlar el acceso a dinero, Acoso, que provoca miedo por
la propia seguridad.

Es difícil saber exactamente qué tan común es la violencia doméstica, ya que las personas a
menudo no la denuncian. No hay ninguna víctima que se considere típica. Sucede entre personas
de todas las edades. Afecta a todos los niveles de ingresos y educación.

Se estima que el 35 por ciento de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física y/o
sexual por parte de un compañero sentimental. Los hechos demuestran que las mujeres que han
sufrido violencia física o sexual por parte de un compañero sentimental presentan tasas más altas
de depresión y más posibilidades de tener un aborto o de contraer el VIH que las que no han
experimentado este tipo de violencia

Se estima que de las 87,000 mujeres que fueron asesinadas globalmente en el 2017, más de la
mitad (50,000-58 por ciento) fueron matadas por sus parejas o miembros familiares. Lo que quiere
decir que 137 mujeres alrededor del mundo son asesinadas a diario por un miembro de su familia.
Más de un tercio (30,000) de las mujeres asesinadas en el 2017 fueron exterminadas por su actual
o ex pareja.

Entre enero y mayo del 2018, 32.445 personas fueron víctimas de violencia intrafamiliar en
Colombia, según datos de Medicina Legal.

El sexo femenino fue el que más sufrió lesiones no fatales de causa externa en el ambiente
familiar, con 24.684 casos. El masculino, por su parte, registró 7.761 casos.

En 2017 fueron reportadas 42.592 agresiones contra mujeres en todo el país, según datos
estadísticos el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, siendo el departamento de
Antioquia donde más hechos se registraron con 4.500 casos, seguido de Cundinamarca con 3.255,
Valle del Cauca con 3.113, Atlántico con 2.039, Santander con 1.910, Meta con 1.597, Boyacá
1.387, Bolívar con 1.317 y Huila con 1.286.

Después de ver los datos podemos observar que la violencia domestica es un flagelo presente en
la realidad social del mundo y que siempre lo ha estado, además afecta la base de la sociedad, la
familia, es por eso que se han creado leyes que regulan este tipo de actos y buscan que se
mitiguen. Algunas de esas soluciones nos la dan la legislación y la jurisprudencia colombiana.

Dicho delito se encuentra tipificado en el Código penal colombiano: Artículo 229. Violencia
intrafamiliar. El que maltrate física o psicológicamente a cualquier miembro de su núcleo familiar,
incurrirá, siempre que la conducta no constituya delito sancionado con pena mayor, en prisión de
cuatro (4) a ocho (8) años.

Antes de la Ley 1542 de 2012, el delito de violencia intrafamiliar era susceptible de ser conciliado,
Sin embargo, con la promulgación de la Ley 1542 de 2012, este delito y el de inasistencia
alimentaria, pasaron a ser delitos no sujetos de ser querellables e indesistibles por quien realiza la
denuncia, convirtiéndose entonces en una violación al ordenamiento jurídico que debe ser
perseguida de oficio por el Estado, una vez ha tenido conocimiento de la misma.

La razón de ser de esta decisión por el Congreso de la República, es precisamente que la comisión
de este tipo de delitos, no quede en la impunidad.

Según la sentencia C-368 de 2014 se precisó que “por violencia intrafamiliar puede entenderse
todo daño o maltrato físico, psíquico, trato cruel, intimidatorio o degradante, amenaza, agravio,
ofensa o cualquier otra forma de agresión contra el natural modo de proceder, con ímpetu e
intensidad extraordinarias, producida entre las personas que de manera permanente se hallaren
integrados a la unidad doméstica, aunque no convivan bajo el mismo techo”.

En tal sentido, la Ley 294 de 1996 establece en su artículo 2º que la familia está integrada por los
cónyuges o compañeros permanentes, padre y madre de familia, aunque no convivan, los
ascendientes y descendientes e hijos adoptivos y las demás personas vinculadas a la unidad
doméstica.

La jurisprudencia ha puntualizado que hay familia cuando el hombre y la mujer conforman un


hogar, haya o no descendencia, y subsiste, aunque alguno de ellos abandone la casa, sin importar
las causas de ello.

se advierte que el legislador ha ampliado progresivamente la órbita de protección de la familia


desde la Ley 294 de 1996, extendiendo la agravación punitiva cuando recae sobre “un menor, una
mujer, un anciano, una persona que se encuentre en incapacidad o disminución física, sensorial y
psicológica o quien se encuentre en estado de indefensión”, esto es, en los más vulnerables
integrantes del núcleo familiar

La violencia intrafamiliar puede recaer:

(i) Entre los cónyuges o compañeros permanentes entre sí, siempre que mantengan un núcleo
familiar.

(ii) En los padres, cuando el agresor es el hijo, sin que importe si ambos progenitores conviven. Si
el artículo 2 de la Ley 294 de 1996 establece que son integrantes de la familia “El padre y la madre
de familia, aunque no convivan en un mismo hogar”, ello permite concluir que son familia
respecto de sus hijos y por siempre, pero si esos progenitores no conviven en el mismo hogar no
conforman entre ellos un núcleo familiar.

(iii) En los ascendientes y descendientes si conforman un núcleo familiar, y los hijos adoptivos,
porque frente a éstos igualmente el concepto de familia impone deberes más allá de la vida en
común.

(iv) En uno o varios miembros de la familia en su domicilio o residencia, causada por quien no
siendo miembro del núcleo familiar, sea encargado de su cuidado.

El artículo 33 de la Ley 1142 de 2007, señala que también puede incurrir en el delito de violencia
intrafamiliar quien “no siendo miembro del núcleo familiar, sea encargado del cuidado de uno o
varios miembros de una familia en su domicilio o residencia, y realice alguna de las conductas
descritas en el presente artículo.

Por último, la jurisprudencia indica que Tener un hijo en común es insuficiente para acreditar la
unidad familiar y para suponerla perpetuamente, pues de ser así se llegaría al absurdo de concluir
que, si una mujer o un hombre tienen varios hijos con diferentes parejas, poseen tantas unidades
domésticas familiares como número de hijos con sus compañeros o compañeras transitorios.

El maltrato a la expareja causado por quien ya no convive con ella, se reitera, no configura el delito
de violencia intrafamiliar sino el de lesiones personales dolosas.

Por último, en Sentencia SP80642017, Corte Suprema de Justicia Sala Penal

La sala precisó que este tipo penal se presenta entonces cuando “el victimario y la víctima
pertenezcan a la misma unidad familiar y conviven en la misma casa”; de no ser así, la agresión del
uno al otro no satisface la exigencia típica de maltratar a un miembro del mismo núcleo familiar y
tampoco vulnera el bien jurídico de la armonía y unidad familiar.

Entonces podemos observar que la violencia domestica es un problema de gran magnitud y que el
legislador la regula y la castiga cada vez más severamente si se quiere asegurar un estado social de
derecho.

Este tema es de gran importancia para el derecho porque al ser un problema de realidad social le
atañe esa necesidad de regularla, prohibirla y castigarla y somos nosotros los abogados quienes
debemos defender los derechos de las personas que la padecen, por eso debemos conocer el
panorama de la familia colombiana, para así defenderla como institución y como base de toda
sociedad.

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