En la década de 1890, Lumholtz realiza cinco años de exploración y tra-

bajo de campo por todo la Sierra Madre Occidental, así como en el Occidente
de México: Michoacán, Jalisco y el entonces Territorio de Tepic. Su trabajo de
campo entre los huicholes marcó un momento decisivo en su trayectoria, ya
que entonces se convirtió en un verdadero antropólogo, realizando estancias
prolongadas y una documentación sistemática (Jáuregui, 1994). El arte ritual
fue el área temática en la que más profundizó, y con la que sentó un precedente
importante para los estudios sobre los huicholes.
Para evaluar su enfoque teórico es importante tomar en cuenta que el único
antropólogo al que cita con regularidad y respeto es su amigo Frank Hamilton
Cushing. Como se sabe, el excéntrico norteamericano vivió entre los zuñis de
Nuevo México entre 1879 y 1884 y publicó monografías influyentes sobre este
pueblo (Green, 1979). También es notable que, en la obra de Lumholtz, la
Sierra Madre Occidental Mexicana se presenta como una extensión del Suroeste
de Estados Unidos, no como una periferia de Mesoamérica. En este contexto,
parece consecuente que la teoría de Lumholtz sea de origen del pueblo. El texto
más influyente de Cushing ha sido su Outlines of Zuni Creation Myths (1896), en
especial el apartado titulado “Outline of Zuñi Mytho-Sociologic Organization”,
donde se analiza el sistema de clasificación zuñi que abarca, entre otras cosas,
animales totémicos, clanes, rumbos y colores. Como se sabe, para Durkheim y
Mauss, Cushing fue una de las fuentes clave en la formulación de su teoría sobre
la Clasificación primitiva (1971). Según estos autores, lo que Cushing encontró
es una “verdadera organización del universo. Todos los seres y todos los hechos
de la naturaleza […] están clasificados, etiquetados y asignados a un puesto
determinado, […] todas sus partes están coordinadas y subordinadas las unas
a las otras, siguiendo ‘grados de parentesco’” (Durkheim y Mauss, 1971:41).
El tratado sobre el arte simbólico huichol (1900) de Lumholtz comienza
con un apartado sobre Los dioses y su parafernalia: fetiches, donde se presenta
una colección de estatuas de cantera que representan los que se consideran los
dioses principales de la religión wixarika: Abuelo Fuego, Bisabuelo Cola de Ve-
nado, Padre Sol, Sol del Poniente, Hermano Mayor, Abuela Crecimiento, Madre
Maíz, y Joven Madre Águila. En otro capítulo, Lumholtz presenta una detallada
descripción de su colección de flechas votivas. Cada flecha pertenece a una dei-
dad; de hecho el autor invita a suponer una correspondencia vis a vis entre los
ídolos pétreos y sus flechas, aun cuando el listado de los dioses no sea idéntico
al de sus flechas (Lumholtz, 1986:126). Algo similar sucede con las plumas de
los astiles: son de diferentes pájaros que corresponden a diferentes dioses, así
que se puede reconstruir un sistema de clasificación que vincule aves, flechas y
dioses (ibíd.:128).

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J O H A N N E S N E U R AT H

tecnología de los márgenes.indb 184 12/06/15 12:13