02 de junio del 2019 ENSAYO: ¿POR QUÉ ESTUDIAR FILOSOFÍA?
La filosofía es el estudio sistemático y crítico de las cuestiones fundamentales
que se plantean en la vida cotidiana y en la práctica con otras disciplinas. Algunas de estas preguntas se refieren la naturaleza de la realidad: ¿Existe el mundo? ¿Cuál es la relación entre lo físico y lo mental? El objetivo de la filosofía no consiste en dominar un conjunto de hechos, sino en pensar clara y nítidamente a través de ellos. La filosofía nos ayuda a entender que las cosas no son siempre lo que parecen y que, de hecho, es por eso que la filosofía es la madre de todas las ciencias, en su indomable actitud de des- ocultar la verdad de lo que es. También nos ayuda a aprender de nosotros mismos y del mundo. Mediante el estudio de los escritos de los grandes filósofos, constatamos hasta qué punto la filosofía ha influido en la ciencia, la religión, las distintas formas de gobierno, la educación y el arte. Los filósofos buscan un punto de partida teórico o ideal para su trabajo humano, el de filosofar, pero suelen descuidar buscarle el punto de partido práctico y real, es decir el propósito. La filosofía nos permite examinar críticamente nuestros puntos de vista y las opiniones de los demás. En ocasiones esto nos lleva a rechazar nuestros puntos de vista “heredados” y “tradicionales”, brindándonos caminos para encontrar nuevas formas creativas para hacer frente a problemas que no podían resolverse de otra manera. La filosofía tiene sus orígenes en el siglo VII antes de Cristo en Grecia. La etimología de la palabra filosofía proviene de las raíces griegas philos (que significa amor) y sophia (que significa sabiduría). Es por esto que la filosofía significa “amor a la sabiduría”. La filosofía es un producto humano de cada filósofo y cada filósofo es un hombre de carne y hueso que se dirige a otros hombres de carne y hueso como él y que haga lo que quiera, no solo con la razón, sino con la voluntad y con el pensamiento, con la carne y con los huesos, con toda el alma y con todo el cuerpo. La filosofía nos hace críticos. Esto nos muestra que lo que damos por sentado puede ser falso – o solo una parte de la verdad. El conocimiento y la existencia, así como la verdad, son unos de los problemas cotidianos que estudia la filosofía, la cual tiene como labor principal ayudarnos a encontrar la sabiduría, conocerla y por lo tanto aprender a valorarla. Gracias a la filosofía existe el hecho de que el hombre se pregunte y encuentre respuestas que lo hagan llegar a tal conocimiento para de esta manera justificar ciertos hechos universales que no han podido resolver y de este modo alcanzar una visión más amplia de la vida y de la realidad, teniendo una comprensión más amplia de sí mismo, así como de su entorno y de las capacidades y límites que tiene el hombre en la vida. La filosofía nos lleva al pensamiento y a la comprensión, nos sirve para pararnos frente a la vida con una visión más comprensiva, abarcadora y más crítica de la realidad. La filosofía es una ciencia que se basa en la razón. Es por esto, que solemos definir a la filosofía como el análisis racional del sentido de la existencia humana, ya sea individual o bien colectiva, comprendida en el análisis y entendimiento del ser. Se trata de una condición característica del ser humano. No refiere a un saber en concreto, sino que es una actitud natural y esperable del hombre en relación al universo y a sí mismo. El acto de filosofar se nutre de experiencias de contacto con el mundo que nos rodea (ya sea la vida, las personas, la naturaleza) para obtener respuestas a sus interrogantes. Estudiamos filosofía para aprender a leer en el libro de la vida y aprender las leyes que la rigen. Para sumergirnos en el misterio del alma humana, entender o intuir por qué estamos aquí, de dónde venimos, hacia dónde vamos. Para conocernos a nosotros mismos y no ser esclavos de nuestros miedos y deseos o de los miedos y deseos de otros. También para iluminar el recto conocimiento, para ver la vida desde el ojo de la razón y del alma, y no desde la dimensión de las pasiones ni de las sensaciones. Para saber que la muerte no existe y que la vida exige una continua capacidad de amar y de dación. Para estudiar la química de la vida y la química del alma. Y, lo más importante de todo, para descubrir como vivencia sagrada que toda la humanidad es verdaderamente una gran familia, y que por lo tanto el estado natural del alma humana es la fraternidad, la amistad pura sin intereses mezquinos que la adulteren.