de satisfacción, de plenitud, de tranquilidad. Cuando sientes Armonía, es cuando tienes la certeza de que todo está bajo control, de que todo está bien. Es cuando sabes en tu interior, que estás haciendo las cosas de la manera correcta. Como personas, debemos estar en Armonía con los demás, con la naturaleza, con el mundo entero y con nosotros mismos. Estar en Armonía con los demás significa anhelar el bien para ellos, actuar de modo constructivo y ayudarles en su camino a lograr lo que quieren. No se refiere a hacer lo que otros quieran hacer, dándoles el poder de decidir el rumbo de nuestra vida, sino por el contrario, desempeñarnos en nuestras pasiones para ser felices e impartirles felicidad… Y es aquí, cuando primeramente logramos la Armonía con nosotros mismos.
La armonía con relación a los valores
Generalmente el concepto de armonía está íntimamente relacionado con las artes, (el diseño, la pintura, la música, la escultura, etc.) Sin embargo, a la luz de los valores y las virtudes, podemos definir a la armonía como el valor que permite al hombre entrar en un vínculo, en una relación de dar y recibir con todas las cosas que le rodean y con sus semejantes, produciéndose un estado de satisfacción y bienestar (interior y exterior), tanto en si mismo, como en los otros seres con quien éste se relaciona. La toma de conciencia de este valor, su búsqueda y la puesta en práctica en la vida cotidiana, hace que el sujeto incorpore la armonía como virtud, convirtiéndose en una persona armoniosa en su quehacer diario. Cuando observamos una correspondencia o reciprocidad en el vínculo formado entre dos o más seres o cosas, decimos entonces que hay armonía en sus relaciones. El carácter armonioso de un individuo consiste en su capacidad de adaptarse activamente a las circunstancias (adaptabilidad); de su flexibilidad al confrontarse con las diferentes maneras de pensar, sentir y actuar de otras personas y su habilidad de expresarse ante los demás, con valores tales como la elocuencia, la amabilidad, el tacto, y la bondad. Como adquirir la armonía El ser humano tiene cierta tendencia a buscar la falta, la deficiencia. Nos cuesta buscar y reconocer lo que nos aporta un valor del otro, en ocasiones simplemente porque lo damos por descontado. Darnos cuenta de lo que un compañero nos aporta, de sus fortalezas, nos permite tener una visión más optimista, global y realista.Darnos cuenta de lo que un compañero nos aporta, de sus fortalezas, nos permite tener una visión más optimista Valorar lo que el otro nos aporta, abrir nuestra mente a lo bueno que el otro tiene, es una llave que abre el potencial de los equipos para colaborar y cooperar en un entorno donde la competencia es el pan de cada día. Con todo ello, ¿ambos comparten el mismo valor universal de compañerismo? En absoluto, cada uno dispone de su definición y es tan buena como la del otro pero sólo será efectiva cuando sea en cierta medida consensuada. No vivimos aislados, sin embargo los valores que manejamos son individuales y subjetivos, por tanto para poder convivir con cierta armonía necesitamos conocer, comprender y adaptarnos en parte a los valores que expresan los demás.
Como transmitir la armonía
La educación ciudadana para construir la paz y convivencia pacífica en nuestra sociedad, parten de la convicción de que el mundo actual evoluciona y cambia a una velocidad antes desconocida, por lo que educarnos y aprender constantemente es una necesidad, individual y social. En consecuencia, renovar contenidos y conocimiento del mundo, en especial de la sociedad peruana, hace necesaria la educación permanente para recargar el ánimo y la moral. Desgraciadamente, pese al avance de la tecnociencia, prosiguen las guerras y la violencia estructural de la cual no es ajeno a cualquier país. Actualizar y avivar el compromiso de educar en valores, en lo que compete construir paz y convivencia pacífica tiene que ser un compromiso y tarea que no debe perder vigencia, necesitándose el concierto de voluntades de ciudadanos y ciudadanas en la búsqueda de salidas a la violencia y la creciente percepción de inseguridad pública actual. Los hogares y escuelas públicas como privadas tienen obligación ineludible de involucrarse como asimilar decisivamente que la Educación es la acción y efecto de dar óptima crianza, enseñanza y doctrina a los niños y adolescentes, para se impregnen de las elementales y básicas normas de cortesía, urbanidad y en valores.