Anda di halaman 1dari 3

Introducción

Neuromarketing, Neurociencias y Espiritualidad, Neurociencia para educadores,


Neurociencias para Presidentes: una rápida ojeada a estos llamativos títulos que se pueden ver
en los estantes de cualquier librería nos confirma que la Neurociencia es furor, al punto que
algunos denominan a este fenómeno como neuroboom; pero ¿De qué hablamos cuando
hablamos de Neurociencia? La Neurociencia es el estudio de como el Sistema nervioso se
desarrolla, como es su estructura y que es lo que hace. Los neurocientíficos enfocan sus
estudios en el cerebro y su impacto en el comportamiento y las funciones cognitivas. La
neurociencia no solo estudia el funcionamiento normal del sistema nervioso, también lo hace
con desórdenes neurológicos, psiquiátricos y de desarrollo del mismo.

Tradicionalmente se ha clasificado a la neurociencia como una rama de la biología,


aunque corrientemente se considera una ciencia interdisciplinaria que tiene lazos con otras
disciplinas como la matemática, la lingüística, la computación, la ingeniería, la química, la
filosofía, la psicología y la medicina.

La neurociencia es considerada actualmente una de las ramas interdisciplinarias más


innovadoras actualmente dentro de la ciencia, ya que, al explicar los procesos mentales,
permitiría avanzar sobre temas claves que la psicología, la sociología, la filosofía y otras
ciencias sociales y humanas han tratado con escaso éxito, como es el caso del origen de la
conciencia, la memoria, la afectividad, etc. El amplio alcance de esta disciplina la lleva a
abarcar temas tan variados como el marketing, la educación, el deporte, la salud y el bienestar.
Un ejemplo de esta integración se percibe en estudios que han mostrado cómo la privación
social temprana (como la que sufren los niños institucionalizados) produce un severo retraso
madurativo de la corteza frontal y otras regiones cerebrales; así como múltiples déficits
cognitivos (tales como el nivel intelectual y la capacidad de abstracción, por mencionar
algunos) y socioemocionales (capacidad de reconocer e interpretar emociones, dificultad para
entender las intenciones de los otros, y desadaptación social, entre otros).

Un poco de historia

Tal vez para entender un poco más sobre la neurociencia sirva dar una mirada a la
historia de la misma. El griego Hipócrates, (Cos, c. 460 a. C.-Tesalia c. 370 a. C.), considerado
el padre de la medicina, asentó al cerebro como el centro de las emociones, la percepción y la
cognición. En Roma, Galeno logró diferenciar según su dureza al cerebelo y al cerebro,
adjudicando a cada uno de estos sus dominios: los músculos al primero; la memoria y
sensaciones al segundo.

En la era moderna René Descartes planteó que el cerebro rige nuestra conducta animal
y el espíritu (res cogitans) las actividades más elevadas, abriendo con esto la problemática
mente-cerebro que hasta el día de hoy sigue apasionando las conversas filosóficas.

Du Bois Reymond verifico como la electricidad en el cerebro (que había sido


descubierta por Luigi Galvani, iniciando con esto la neurofisiología) según su intensidad,
genera información sensorial o motora., Varios estudios posteriores, siguiendo esta línea,
llevaron a Broca a identificar el centro cerebral del habla (el área de Broca).

El español Santiago Ramón y Cajal descubrió lo que hoy se conoce con el nombre de
sinapsis, esto es, el traspaso de electricidad de una neurona a otra. Birkmayer y Hornikiewicz,
que generaron L-dopa para contrarrestar la disminución de dopamina en pacientes de
Parkinson, ayudaron a dar un paso gigantesco en la bioquímica, una de las ciencias en las que
se sustenta la neurociencia.

Todos estos aportes lograron que tengamos un entendimiento de cómo funciona el


cerebro: está dividido en dos grandes partes, el hemisferio derecho y el izquierdo, que están
conectados entre sí por un conjunto de fibras, que constituyen el cuerpo calloso. Cada uno de
los hemisferios cuenta con cuatro lóbulos: frontal, parietal, temporal y occipital y cada lóbulo
contribuye de manera diferente a las distintas funciones del cerebro. Por ejemplo, a grandes
rasgos, el lóbulo temporal nos ayuda a dar significado a la información sensorial, auditiva y
visual, y permite muchos procesos relacionados con el uso del lenguaje. En este lóbulo también
se encuentra el hipocampo, que tiene un papel crucial en el aprendizaje y en la memoria, ya
que es donde las memorias a corto plazo se convierten en memorias duraderas antes de ser
almacenadas en otras áreas cerebrales.

En el cerebro, además, encontramos otras estructuras, como el cerebelo, encargado,


entre otras funciones, de recibir, procesar y enviar la información de los ojos, los oídos, los
músculos y las articulaciones, contribuyendo a mantener el equilibrio y a que los movimientos
sean coordinados y precisos. En la base del cerebro se encuentra el tronco cerebral, que conecta
la médula espinal con el cerebro y controla acciones corporales automáticas como el ritmo
cardíaco, la tensión arterial y la respiración.

La médula espinal no forma parte del cerebro, pero es un componente clave del sistema
nervioso central, ya que comunica el cerebro con el resto del organismo, trasladando impulsos
nerviosos procedentes de distintas zonas corporales y enviando señales y órdenes desde el
cerebro a distintas regiones del cuerpo. En muchas ocasiones, sin embargo, la médula espinal
produce una actuación por sí misma, sin que la información llegue a ser transmitida al cerebro.
Por ejemplo, cuando retiramos rápidamente la mano del fuego para no quemarnos, la médula
espinal actúa ante esta situación de emergencia, de forma refleja.

Neurociencia y vos

Todo esto puede parecer muy interesante, pero el mismo termino neurociencia nos trae la idea
de científicos en un laboratorio, electrodos, tomografías, y con eso genera una sensación de
algo lejano y complicado; sin embargo, la neurociencia también puede ser aplicada a la vida
cotidiana para mejorar nuestro rendimiento y productividad.

Por ejemplo, si queremos recordar algo, es preferible tomar nota con lápiz y papel: cuando
escribimos en papel ocurre un proceso cerebral muy distinto que al utilizar la computadora o
el celular, grabándose en nuestra memoria de una manera más efectiva.
Una rama de la neurociencia que trabaja la concentración y la relajación consciente, el
mindfulness, recomienda en casos de ira, desanimo o stress, enfocar la atención en la
respiración abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir la secreción de
hormonas como la serotonina y la endorfina y mejorar la sintonía entre los hemisferios
cerebrales.

Otra medida es observar como nos hablamos a nosotros mismos (llamado dentro de la
neurociencia ¨self talk¨): la tomografía de emisión de positrones visualiza cómo las personas
que se hablan a sí mismas de una manera más positiva consiguieron remodelar físicamente su
estructura cerebral de manera positiva. La mente es un intérprete fiel de lo que percibe, lo
traduce en impulsos eléctricos y crea respuestas: de acuerdo a como nos dirijamos a nosotros
mismos, es la imagen que creará de nosotros.

Otra palabra clave dentro de la neurociencia de cambiar y adquirir nuevos hábitos es


neuroplasticidad: nuestro cerebro va cambiando de acuerdo a lo que lo acostumbramos a
hacer, y sumando herramientas como el mindfulness y el self talk podemos lograr cambios
importantes en nuestros hábitos que nos pueden ayudar a vivir una vida mas plena. Tal como
decía Aristóteles “Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un
acto; es un hábito".

Anda mungkin juga menyukai