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UNIVERSIDAD NACIONAL DE

CAJAMARCA
ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE OBSTETRICIA

Profesora:
OBST. María Elena, Abregù Oré

Curso:
Endocrinología para la salud sexual y
reproductiva

Alumnas:
Abanto Escobedo, Amelia.
Becerra Chilòn, Carmen.
Boñòn Salazar, Ever Jhoel.
Estela Chávez, Rocío Lily.
Marín Castañeda, Ada Kely.
Rojas Rojas, Carla.
1. CICLO MENSTRUAL A NIVEL DE GLÀNDULAS MAMARIAS

Durante el desarrollo puberal en la niña, entre los 10 y 12 años de edad, se


inicia el funcionamiento del eje endocrino hipotálamo-hipófisis-ovárico. Los
folículos ováricos inician la secreción de estrógenos, que sumados a un factor
que probablemente sea la hormona de crecimiento, determinan el
crecimiento de los brotes epiteliales y la maduración de la glándula mamaria
(telarquia). Luego, al comenzar los ciclos ovulatorios, se inicia la producción
cíclica de progesterona que, sumándose a los estrógenos, determina un
nuevo crecimiento de la glándula, con formación de los primeros alvéolos
(Ceriani, 1974).

Uno de los protagonistas de este ciclo es el ovocito, este va madurando


conforme el ciclo avanza, se diferencia en folículo secundario y desarrolla
una teca folicular que se modifica y origina a la teca interna y a la teca externa
con células epitelioides con vacuolas de lípidos y un desarrollado retículo
endoplásmico que morfológicamente concuerda con las síntesis de
hormonas esteroideas que se da en su interior principalmente los estrógenos
(Villa, 2014)

Este folículo alcanza su madurez total y se lo llama folículo de Graaf, los


últimos 14 días de la maduración folicular se le denomina como fase folicular,
esta fase finaliza con la ovulación. Posteriormente comienza la fase luética,
durante esta se forma el cuerpo lúteo, la síntesis hormonal ovárica afecta a
la mucosa uterina llamada endometrio, las modificaciones en el mismo se
producen por acción hormonal.

Es fácil reconocer el inicio del ciclo menstrual debido al sangrado que se


produce inicialmente, esto define el paso de la fase luética que finaliza con la
fase folicular que se iniciara consecuentemente (Villa, 2014) La maduración
del folículo de Graaf y la ovulación marcan el fin de la fase folicular, el
crecimiento y maduración de los folículos, la ovulación y la formación del
cuerpo lúteo están controladas por las hormonas gonadotróficas hipofisarias:
FSH y LH; sin embargo, los folículos alcanzan su madurez solo cuando la
concentración de FSH es la máxima. (Villa, 2014)

La acción mancomunada de la FSH y la LH para la maduración del folículo


contribuyen a la síntesis de estrógenos que se da al interior de las células de
la granulosa, inhibiendo la FSH circulante, así se detiene el reclutamiento de
los folículos. Durante la ovulación el óvulo rompe el folículo y se libera, la
ovulación se debe a la acción de la LH luego esta vuelve a sus niveles
normales inhibida por la progesterona sintetizada por el cuerpo lúteo. (Villa,
2014)

El desarrollo mamario durante el ciclo menstrual se caracteriza por cambios


cíclicos que reflejan las variaciones hormonales. El estrógeno estimula la
proliferación del parénquima con la formación y ramificación de los
conductos. La progesterona en la fase lútea favorece la dilatación de los
conductos y la diferenciación de las células alveolares. Estos cambios no
regresan con la menstruación, lo que permite a la mama continuar su
desarrollo durante la edad adulta.

Durante este periodo las mamas sufren varios cambios general mente al
inicio del ciclo se hinchan y se vuelven más sensibles, se puede sentir incluso
un grado de congestión por acción de la progesterona que decae al inicio del
ciclo, pero aumenta en los últimos días de este por tanto no es recomendable
realizar la autoexploración mientas se sienta estas molestias debido a que no
sería muy efectiva para la detección de alguna formación tumoral además de
las molestias que podría causar. (medlineplus, 2015)

Durante el embarazo, al elevarse los niveles de progesterona, prolactina y


lactógeno placentario, los lobulillos se expanden en forma de racimos
(Neville, 2001b) y la glándula mamaria se prepara para cumplir su función
primordial, la secreción de leche.

El período inicial del embarazo se caracteriza por una gran proliferación de


los elementos epiteliales y del sistema de conductos, por una gran actividad
mitótica en los acinos y la formación de nuevos acinos. Entre la 5a y la 8a
semana de gestación se aprecian cambios visibles en las mamas: aumentan
notablemente de tamaño, se sienten más pesadas, se intensifica la
pigmentación de la areola y el pezón y se dilatan las venas superficiales. Al
final del primer trimestre aumenta el flujo sanguíneo por dilatación de los
vasos sanguíneos y neoformación de capilares alrededor de los lobulillos. El
crecimiento de la mama continúa durante toda la gestación. Después de las
20 semanas, cesa la proliferación del epitelio alveolar y las células inician su
actividad secretora. Los alvéolos están formados por una sola capa de células
epiteliales cuboídeas o cilíndricas bajas, organizados en acinos cada una de
las cuales tiene la capacidad de producir leche completa. Las células
mioepiteliales que rodean al alvéolo se alargan y adelgazan. (Valdés y cols.,
1994).
2. CONCENTRACIÒN HORMONAL DURANTE EL CICLO
MENSTRUAL

EL CICLO FEMENINO

Desde la aparición de la primera menstruación (menarquia) hasta la desaparición


de la regla (menopausia), las mujeres no embarazadas experimentan unos
cambios cíclicos secuenciales en los ovarios y el útero. Cada ciclo tiene una
duración de unos 28 días e implica la preparación de un ovocito por el ovario y
la adecuación del endometrio para recibir a este en el supuesto de que quede
fertilizado. Si la fertilización no se produce el endometrio se desprende del lecho
compacto y esponjoso que había preparado dejando unas áreas hemorrágicas
que producen el sangrado menstrual. Cabe por tanto, hablar de dos ciclos que
se producen simultáneamente: • El ciclo ovárico que consiste en la maduración
de un folículo y expulsión de un ovocito • el ciclo menstrual (o ciclo endometrial)
que consiste en la preparación de un lecho apto para recibir al ovocito y, si este
no está fertilizado, en la eliminación del mismo. Ambos ciclos están regulados
por un conjunto de hormonas procedentes del hipotálamo, de la hipófisisy de los
folículos ováricos. Todas ellas son interdependientes y forman un cascada
hormonal retroalimentada.
Ciclo ovárico:
Tres fases distintas: la fase folicular, la ovulación y la fase lútea.
FASE FOLICULAR.- El primer día de ciclo es el primer día de la menstruación
y por tanto el día que empieza la fase folicular. En esta fase se desarrolla el
folículo1 desde la fase primordial hasta el preovulatorio. Los folículos
primordiales están constituidos por ovocitos2 inmaduros que deben acabar
todavía la formación del óvulo. La hormona folículoestimulante o FSH aumenta
ligeramente en la primera mitad de esta fase estimulando a varios folículos
primordiales. De estos folículos primordiales uno es el destinado a ovular y el
resto sufrirán un proceso de atresia. El folículo primordial seleccionado crecerá
y se desarrollará .. Las células del folículo producen estrógenos, que tendrán su
pico máximo unos días antes de la ovulación. Después de este pico de
estrógenos se produce uno de hormona luteinizante o LH y de FSH. Estos picos
hormonales desencadenan la ovulación .
FASE OVULATORIA.- Durante la fase ovulatoria el folículo crece
aceleradamente y se produce la rotura folicular con la salida del ovocito que ha
completado la primera división de la meyosis. La segunda división se produce
sólo si es fecundado por un espermatozoide. El ovocito es atraído por las
trompas de Falopio y transportado en su interior hacia el útero.
FASE LÚTEA.- Durante la fase lútea y una vez expulsado el ovocito se producen
una serie de cambios en el folículo tanto desde el punto de vista morfológico
como endocrino. La células que quedan en el folículo cambian y forman el cuerpo
lúteo o cuerpo amarillo, que se mantendrá unos 14 días en ausencia de
embarazo. Se producen allí la progesterona y los estrógenos. La progesterona
es la responsable del aumento de temperatura en la fase lútea, parámetro muy
utilizado en controles de ovulación. Si se ha producido la fecundación la HCG
mantiene el cuerpo lúteo hasta que la placenta y el feto es capaz de mantenerse
endocrinológicamente. Si no se ha producido la fecundación a los 14 días
aproximadamente desde la ovulación se produce la menstruación por la
disminución de los niveles de progesterona y estrógenos y se inicia un nuevo
ciclo.
EL CICLO MENSTRUAL
Al alcanzar la pubertad, en el sexo femenino empieza el proceso de maduración
de los óvulos, menarquia, uno cada mes aproximadamente. Si el óvulo no es
fecundado comienza un proceso de destrucción y expulsión que concluye con
una hemorragia. El conjunto de todos estos procesos se denomina Ciclo
Menstrual y comprende todos aquellos sucesos que se dan entre una
hemorragia, también llamada menstruación o regla, y la siguiente. este ciclo
suele ser de 28 días, aunque se puede acortar o alargar.
Es un proceso controlado por el sistema endocrino.

FASES DEL CICLO MENSTRUAL


 FASE FOLICULAR

1. Las hormonas de la hipófisis (FSH y LH) avisan a los ovarios que es el


momento de comenzar la maduración de un óvulo, en cada ciclo se desarrolla
un sólo óvulo.
2. Cuando el óvulo madura, los ovarios producen hormonas (estrógenos y
progesterona) que viajan hacia el útero y inducen el desarrollo de la capa que lo
reviste, el endometrio, que se hace más grueso y rico en vasos sanguíneos.
3. Hacia la mitad del ciclo, un óvulo sale de uno de los ovarios, ovulación, y entra
en la Trompa de Falopio.

 Fase lútea

4. Si el óvulo no se encuentra con el espermatozoide en la Trompa de Falopio


muere (puede durar de 1 a 3 días después de salir del ovario). Esto es lo que
ocurre en la mayoría de los casos, bien porque no ha habido copulación o porque
el espermatozoide no se ha encontrado con el óvulo.
5. Aproximadamente 14 días después de la ovulación, los ovarios dejan de
producir hormonas y esto constituye la señal para que la capa que recubre el
útero, el endometrio, se desprenda y salga por la vagina al exterior, produciendo
una hemorragia denominada menstruación. Puede durar entre 3 y 4 días, pero
su duración es variable en cada ciclo y en cada mujer.
6. El ciclo vuelve a empezar.
REGULACIÓN DE LA FUNCIÓN OVÁRICA
Hormonas hipofisarias
El control de la función ovárica es llevado a cabo por las hormonas
gonadotrópicas hipofisarias, que incluyen a la LH, la FSH la prolactina y la hCG.
Las dos primeras se producen en las células basófilas de la adenohipófisis y
tienen una estructura glucoproteica, con dos cadenas a y b. La cadena a es
común a ambas, siendo la b específica de cada una de ellas, así como el
componente glucídico. La prolactina es un péptido lineal de 199 aminoácidos
emparentado con la GH y el lactógeno placentario y producido en las células
eosinófilas de la adenohipófisis, que además de sus acciones sobre el sistema
reproductor, presenta acciones sobre el metabolismo y el equilibrio hídrico en
muchas especies de vertebrados.
La HCG se produce en el tejido corial a partir del huevo fecundado, y es
responsable del mantenimiento de la función del cuerpo lúteo gravídico. La LH y
la FSH se producen en la misma célula. En condiciones normales, tanto la LH
como la FSH presentan una secreción pulsátil en la mujer. Dicha pulsatilidad
comienza inicialmente sólo por la noche al aproximarse la pubertad y, una vez
pasada ésta, se mantiene a lo largo de las 24 horas, con picos cada hora y media
o dos horas durante la fase folicular y cada 3 - 4 horas durante la fase lútea, en
dependencia directa de la secreción de un decapéptido hipotalámico, el LHRH.
Además de su pulsatilidad ultradiana, ambas gonadotropinas presentan un perfil
cíclico mensual con valores de FSH más elevados al final de la fase lútea y
comienzo de la fase folicular y con un pico marcado durante la etapa ovulatoria.
La LH presenta también valores ligeramente más altos al final de la fase folicular
seguidos de un pico periovulatorio de mayor magnitud que el de FSH y
disminución durante la fase lútea.
Si se elimina el funcionamiento ovárico, bien por la llegada del climaterio, bien
por castración, la LH y la FSH se incrementan de forma evidente, con un mayor
predominio de la segunda y manteniendo su carácter de secreción pulsátil. Las
gonadotropinas están codificadas en genes separados localizados en
cromosomas distintos, como ya se ha visto anteriormente.
El gen que codifica la subunidad a es único y está compuesto por 4 exones y
tres intrones en el cromosoma 6. La familia de genes de las subunidades b está
en el cromosoma 19 y se compone de 3 exones y 2 intrones; se encuentra tanto
en las células gonadotropas hipofisarias como en las del sincitiotrofoblasto. El
receptor para FSH se encuentra exclusivamente en las células de la granulosa
(CG).
Está constituido por una proteína que presenta 7 dominios transmembrana, un
dominio NH2 extracelular con cuatro puntos de glucosilación y un dominio
intracelular carboxiterminal acoplado a proteínas G estimuladoras. La interacción
de FSH con su receptor presenta todavía hoy muchos interrogantes, puesto que
la respuesta de las células granulosas es variable. El receptor para la LH, que
es el mismo que para la hCG, es una proteína de 674 aminoácidos. Tiene un
dominio extracelular NH2 grande, lugar de unión a LH/hCG, y 7 dominios
transmembrana con una porción COOH intracelular acoplada a proteínas G.
Es muy abundante en las células luteínicas, pero también está presente en las
células de la teca y en las intersticiales, si bien en mucha menor cantidad. Se ha
visto que aparece en las células de la granulosa cuando éstas han sido
estimuladas por FSH. Los folículos primordiales y primarios son insensibles a las
gonadotropinas y se desarrollan en función de los sistemas locales intraováricos.
Al llegar la pubertad, la FSH ejerce una acción estimulante del desarrollo
folicular, a la vez que induce la aromatización estrogénica y la síntesis de
inhibina. Así, la FSH, actuando sobre sus receptores localizados en las células
de la capa granulosa, induce desarrollo folicular y síntesis de estradiol a
expensas de la androstendiona sintetizada en las células locales bajo el estímulo
de la LH.
Inicialmente, la FSH interviene también en el proceso de reclutamiento folicular,
crecimiento folicular y desarrollo del folículo dominante. Será precisamente en
éste donde los niveles aumentados de estradiol producidos determinen un
incremento de sus receptores para la FSH. Esto posibilita que este folículo
continúe desarrollándose en presencia de niveles cada vez más bajos de FSH,
que determinan la atresia de los otros folículos que no son tan sensibles. Esta
bajada de la FSH ocurre por el feedback negativo de los estrógenos,
conjuntamente con la inhibina, sobre la FSH. La LH actúa sobre el folículo ya
maduro generando toda una serie de eventos que van a desembocar en la
ovulación. Además, actuando sobre las células de la teca y también sobre las
granulosas maduras, las luteiniza transformando el folículo en cuerpo lúteo, e
incrementando éste la producción de progesterona. La LH produce además una
lisis del cúmulo oóforo y reanuda la maduración del oocito.
Esto último parece que tiene lugar por apertura del gap junctions de las células
granulosas de la corona radiada, con lo que ésta se hace más permeable a
sustancias inductoras de meiosis, o bien se interrumpe la llegada de bloqueantes
de la misma procedentes de dichas células granulosas al oocito por
desestructuración de las comunicaciones a través de la membrana pelúcida,
como se verá más adelante. La LH es, pues, responsable de la ovulación, la
maduración del oocito y la luteinización del folículo.
También interviene la LH en la síntesis de estradiol, según la teoría en boga de
las dos gonadotropinas y dos células. Es necesaria para la síntesis de
androstendiona, que pasará después a las células de la granulosa para sufrir en
éstas un proceso de aromatización. Las células de la granulosa carecen de las
enzimas necesarias para la transformación de progesterona en androstendiona,
mientras que las células tecales carecen de aromatasas. Se produce así una
cooperación necesaria entre ambos tipos celulares, y ambas gonadotropinas
para dar lugar al estradiol.
Aparte de estos mecanismos de regulación, en la mitad del ciclo aparece un
pico secretor de LH y FSH que parece ser responsable de la ovulación y de la
luteinización mediante mecanismos que se discutirán más adelante.

Factores locales ováricos


Hemos visto anteriormente que la FSH es la principal hormona responsable de
la maduración folicular y que, según avanza el ciclo menstrual y van madurando
los folículos, se va produciendo una disminución de sus niveles. La LH no
presenta este fenómeno de una manera tan marcada. Por otra parte, hay una
sustancia de origen folicular que inhibe específicamente los niveles de FSH.
Inhibina
La inhibina es una sustancia peptídica heterodimérica con un peso de 32 kD
constituida por dos cadenas a y b unidas por puentes disulfuro. Se aisló
primeramente a partir del testículo, donde se vio que era capaz de inhibir la
liberación de FSH de forma dosis-dependiente. En el ovario se produce
fundamentalmente en las células de la granulosa foliculares, con lo cual los
folículos más grandes producen más, pero también se sintetiza en las células
luteínicas. Hay dos clases de inhibinas, la A y la B. Ambas tienen la misma
subnidad a, pero difieren en la b, que puede ser precisamente bA o bB. En el
testículo, la inhibina predominante es la B, mientras que, en los folículos ováricos
grandes, es la A. La inhibina presenta una serie de oscilaciones características
durante el ciclo menstrual que permiten suponer que desempeñan un papel
importante en su regulación. De hecho, los niveles plasmáticos son tanto
mayores cuanto mayor número de folículos grandes existan. Además, la inhibina
estimula la producción de andrógenos por las células tecales, y pueden también
ser un potente inhibidor de la proliferación celular ovárica.
Activina
Está constituida por un homodímero de cadenas b de la inhibina, que puede
asimismo estar formada por 2 cadenas bA dos bB o una bA y otra bB. Esta
sustancia presenta acciones fundamentales contrarias a la inhibina. Estimula la
síntesis y liberación de FSH por las células gonadotropas de la hipófisis anterior,
donde existen los correspondientes receptores. Durante el desarrollo folicular,
hay más activina en las fases iniciales, mientras que decrece según van
aumentando de tamaño los folículos a la vez que se incrementa la secreción de
inhibina y folistatina, con lo que el gradiente va disminuyendo. De todos estos
datos podemos deducir que el ensamblaje de las subunidades a bA y bB de
diversas formas y maneras da lugar a muchas combinaciones con acción
hormonal que intervienen en la regulación del eje hipotálamohipófiso-gonadal,
actuando bien como hormonas normales sobre la hipófisis, bien mediante
mecanismos predominantemente paracrinos en el ovario.

Folistatina
En 1987 se identificó una nueva proteína que se denominó folistatina. Su modo
de acción se parecía al de la inhibina, pero su estructura es totalmente diferente.
Se trata de una proteína monocatenaria que aparece con dos formas
moleculares de 31 y 39 kD de masa, que actúan de la misma manera, ligando la
activina, con lo cual disminuye la acción biológica de ésta última.
OMI
La sustancia presente en el folículo y responsable del bloqueo madurativo de los
oocitos fue descrita por Chaning en el año 79, quien la denominó inhibidor de la
maduración de los oocitos (OMI, oocyte maturation inhibitor). Esta sustancia es
capaz de impedir que el oocito continúe su fase madurativa. La acción del OMI
parece ejercerse, fundamentalmente, a través de las células del cúmulo oóforo;
probablemente de alguna forma interactuando entre las “uniones estrechas” que
existen entre el cúmulo oóforo y el oocito. Muy recientemente, se ha postulado
que el OMI sea en realidad una mezcla de sustancias, que puedan incluir
péptidos probablemente relacionados con la familia del TGF-b, hipoxantina y
AMP cíclico, que, producidos en las células granulosas del cúmulo oóforo,
alcanzan el oocito a través de unas prolongaciones protoplásmicas de las
mismas que atraviesan la membrana pelúcida. La acción de las gonadotropinas
deshaciendo el cúmulo impide su actuación y permite la maduración del oocito.
Se trataría pues de un efecto multifactorial.
GnRH
Aunque el origen del decapéptido estimulante de las gonadotropinas es
fundamentalmente hipotalámico , también existe una cierta producción a nivel
ovárico, donde es capaz de inhibir de forma dosis-dependiente la producción de
estrógenos en respuesta al estímulo con FSH, o también, la producción de
progesterona estimulada por gonadotropinas. El papel fisiológico de este GnRH
a nivel ovárico podría ser como regulador adicional del funcionalismo folicular de
tipo paracrino.
Activador del plasminógeno
Cuando el folículo alcanza su maduración total, se produce la ruptura del mismo
y la salida del oocito al exterior durante la ovulación. Parece que existe un
sistema que, activando el plasminógeno, va a formar plasmina , que será capaz
de lisar la membrana folicular en el momento de la ovulación actuando también
como colagenasa. Si existe un sistema activador del plasminógeno, tiene que
estar en el interior folicular y de alguna manera debe estar relacionado con el
medio hormonal de dicho folículo: se ha demostrado la existencia de un activador
de plasminógeno del tipo TPA que es estimulable fundamentalmente por
estrógenos.

Proteína reguladora folicular


Existe otro péptido en el líquido folicular, cuyo origen son también las células de
la granulosa, denominado péptido regulador del crecimiento folicular (FRP),
capaz de inhibir la aromatización, y que no hay que confundir con la activina.
LHRBI
El cuerpo lúteo tiene una duración aproximada de 12 días, pasados los cuales
se produce la atrofia del mismo, dando lugar a un corpus albicans y a la
disminución de los niveles hormonales al final de la segunda fase del ciclo, con
lo que se produce el sangrado menstrual por privación, o inhibidor de la unión de
la LH a sus receptores, es una sustancia que produce el propio cuerpo lúteo al ir
envejeciendo, y que impide que, al cabo de un tiempo, éste sea capaz de
responder ante el estímulo con hCG. Esto nos explicaría el proceso que
acabamos de ver: el cuerpo lúteo recién formado tiene poco LHRBI y es, por lo
tanto, capaz de ser estimulado por la hCG que se produce en la implantación del
embrión; si esta implantación embrionaria se retrasa, lo que estaría normalmente
emparejado con algún problema del propio embrión, el cuerpo lúteo habría
sintetizado LHRBI que impedirá que la hCG lo estimule y consiga que ese cuerpo
lúteo se transforme en un cuerpo lúteo gravídico, con lo que se impide que siga
adelante un embarazo no conveniente.
Relaxina
Es un péptido de 48 aminoácidos distribuidos en dos cadenas A y B unidas por
puentes disulfuro, de la familia de la insulina. Se produce en el cuerpo lúteo
gravídico durante el primer trimestre del embarazo, y posteriormente en el
trofoblasto y en la decidua. Su acción fisiológica principal consiste en la relajación
del cuello uterino gravídico, facilitando su dilatación. En animales de
experimentación relaja la sínfisis pubiana, pero este fenómeno no ocurre en la
mujer. También relaja la musculatura uterina, en una función parecida a la de la
progesterona, contribuyendo a mantener el útero en reposo durante la gestación.
Familia de IGF/somatomedinas
Los factores de crecimiento de tipo insulina (insulinlike growth factors) 1 y 2,
también llamados somatomedinas, son proteínas con propiedades semejantes a
la insulina y a la vez promotoras del crecimiento (véase el Capítulo 69). Ambas
presentan una cierta similitud estructural con la molécula de proinsulina. Las
somatomedinas, tanto plasmáticas como ováricas, circulan unidas a proteínas
transportadoras. Se han descrito dos tipos de receptores: el tipo I, que
interacciona fundamentalmente con el IGF-1 y mas débilmente con la insulina, y
el tipo II, que tiene más afinidad por el IGF-2 y una afinidad muy débil por la
insulina. Los niveles de IGF-1 ovárico se relacionan con los niveles de GH
circulante, de la que son dependientes y, a pesar de que la concentración de
IGF-1 en el líquido folicular excede la encontrada en el suero, existe controversia
sobre el lugar en que se sintetiza y su control. El IGF-1 derivado de las células
granulosas difundiría al espacio extracelular, en donde lo ligaría a sus receptores
de membrana específicos, desempeñando efectos autocrinos y paracrinos.
Factor de crecimiento epidérmico
El factor de crecimiento epidérmico (EGF, epidermal growth factor) es un péptido
ácido constituido por una cadena de 53 aminoácidos y cuyo peso molecular es
de 6043. Presenta homologías con el factor de crecimiento transformante a
(TGF-a, transforming growth factor-a ), pudiendo éste último reaccionar con el
receptor del primero y siendo sus acciones en ocasiones casi idénticas. El ovario
es uno de los órganos capaces de sintetizar EGF, habiéndose determinado la
presencia de actividad EGF en el líquido folicular y en cultivos de células tecales.
El EGF inhibe algunas acciones de la FSH, tanto la inducción de receptores para
LH como la síntesis de estrógenos, y también disminuye la secreción de inhibina.
Por el contrario, parece incrementar el número de receptores de FSH en estas
mismas células. Sobre las células de la teca, el EGF inhibe la respuesta
androgénica al estímulo con LH. Con todo, la acción más notable del EGF reside
en su poder mitogénico, puesto de manifiesto a nivel de la granulosa.
Factor de crecimiento transformante alfa
El TGF-a presenta importantes analogías con el EGF, tanto en lo que respecta
a su secuencia de aminoácidos como a su capacidad de unión al receptor. Se
ha podido comprobar que el TGF-a tiene un mayor efecto angiogénico, y se ha
postulado que esta acción puede tener importancia en la neoformación masiva
de vasos que tiene lugar en el cuerpo lúteo.
Factor de crecimiento transformante
El factor de crecimiento transformante beta (TGF-b, transforming growth factor
b) presenta similitudes con la inhibina y con la hormona antimülleriana (AMH,
antiMüllerian hormone), péptidos todos ellos que juegan un importante papel en
el ciclo ovárico. A nivel de la teca, el TGF-b posee un efecto inhibitorio de la
biosíntesis de andrógenos, especialmente en presencia de IGF-1.

Control hipotalámico de la secreción de gonadotropinas: GnRH o LHRH


La GnRH es el decapéptido hipotalámico que regula la secreción de LH y FSH.
Consigue, mediante la modificación de su frecuencia de pulsos, no solamente
incrementar o disminuir los niveles de ambas gonadotropinas, sino que es capaz
de controlar por separado a LH y FSH. Si administramos GnRH de forma pulsátil,
se mantienen los niveles de LH y FSH en una proporción similar a la normal en
la mujer. Sin embargo, si se incrementa la frecuencia de pulsos o se administra
de manera continua, ambas gonadotropinas disminuyen al cabo de varios días.
Tiene lugar un fenómeno denominado de regulación negativa (down regulation)
de receptores en las células gonadotropas hipofisarias, que las hace insensibles
al estímulo con GnRH. En el caso de la FSH se ha descrito recientemente que
el estímulo de la LHRH está mediado por la activina. La secreción
fisiológicamente pulsátil de LHRH a nivel hipotalámico es capaz de
desencadenar, en las células gonadotropas de la hipófisis, la liberación de LH y
FSH. Sin embargo, la magnitud de la respuesta es proporcional al ambiente
estrogénico: los estrógenos parecen ejercer un efecto inhibidor sobre la
liberación de gonadotropinas por la hipófisis, a la vez que, por otra parte,
incrementan su biosíntesis. De esta manera, el incremento continuo de los
niveles plasmáticos de estrógenos durante la maduración folicular daría lugar a
una disminución de los niveles de LH y FSH circulantes, por un lado, pero por
otro a un incremento de los niveles hipofisarios de ambas gonadotropinas. La
reiteración del estímulo con GnRH en los animales con una reserva de
gonadotropinas incrementada, daría lugar, en un momento determinado, a una
liberación máxima de dichas gonadotropinas, que constituiría el pico ovulatorio
de las mismas. Esto da lugar a un problema de interpretación, ya que, en la
segunda fase del ciclo, de nuevo se incrementan los niveles estrogénicos, y sin
embargo, al final de la segunda fase del ciclo, no vuelve a ocurrir un “pico
ovulatorio” de LH y FSH. ¿Cuál es la explicación? Durante la segunda fase del
ciclo, el incremento de estrógenos va acompañado de un incremento manifiesto
en los niveles de progesterona, y esta última es capaz de impedir el de
incremento de biosíntesis de gonadotropinas que determinan los estrógenos
aislados. Por tanto, aunque los niveles estrogénicos permanecen altos durante
toda la fase luteínica, al final de la misma no se produce ninguna liberación de
otro pico de LH y FSH, por impedirlo la progesterona. Clásicamente, se admite
que el ciclo menstrual está gobernado por una interacción entre hipotálamo,
hipófisis y ovario , donde el hipotálamo desempeña un papel preponderante. Se
plantea, sin embargo, una dificultad en el entendimiento de cómo un sistema de
retroalimentación negativo, como el mencionado anteriormente, ejercido por
estrógenos y progesterona sobre la secreción de LH y FSH, puede en un
momento determinado, alrededor de la fase ovulatoria, convertirse en un
feedback positivo que determine la presencia del pico ovulatorio de LH y FSH. A
la luz de nuevos descubrimientos, el ciclo menstrual se ha interpretado de una
forma distinta. Parece que la interrelación hipófisis-ovario es el lugar de génesis
de la mayoría de los cambios hormonales que dan lugar al ciclo menstrual,
desempeñando el hipotálamo un mero papel secundario en su desarrollo. Sin
embargo, esto no quiere decir que la GnRH no tenga un papel crucial en el
mantenimiento del ciclo, por lo que sus mecanismos de control tienen una
importancia muy relevante. Podríamos establecer un símil hidráulico,
considerando a la hipófisis como un recipiente con un grifo de entrada
(biosíntesis) y otro de salida (secreción). El nivel del líquido (gonadotropinas) se
mantiene en equilibrio dinámico .
1. Los estrógenos estimulan la síntesis e impiden la liberación de
gonadotropinas a la sangre, con lo cual los niveles plasmáticos bajan (feedback
negativo), pero el contenido hipofisario aumenta (aumento del líquido).
2. Si consideramos que el recipiente tiene un sifón como “válvula de seguridad”,
cuando el nivel del líquido en la hipófisis alcanza una altura determinada,
funcionará el sifón y se liberará en poco tiempo una gran cantidad de líquido
(pico de gonadotropinas).
3. De esta manera podríamos explicarnos la acción de los estrógenos a nivel
puramente hipofisario, desempeñando el hipotálamo (GnRH) un papel
secundario en este proceso. Sin embargo, como mencionábamos anteriormente,
esto no es del todo cierto, ya que no sólo estrógenos y progesterona actuando
sobre la hipófisis serán capaces de modificar la secreción de gonadotropinas por
la misma, sino que la GnRH, en función de la modificación de la frecuencia de
sus pulsos, o de la magnitud de los mismos, también podrá desempeñar un papel
importante en el estímulo hipofisario. La interacción entre todos los componentes
mencionados hasta ahora, por medio de los circuitos de información positivos y
negativos, da lugar, por consiguiente, a la instauración del ciclo menstrual.
CICLO MENSTRUAL
Desde el comienzo de la pubertad, y hasta la menopausia, el ovario funciona
produciendo una serie de secreciones hormonales cíclicas que, mediante su
acción sobre varios órganos del cuerpo, darán lugar al ciclo menstrual, el cual se
traduce en toda una serie de cambios hormonales. Como hecho más importante
de estos ciclos menstruales cabe destacar la liberación de un óvulo fecundable
cada mes aproximadamente; sin embargo, el fenómeno más evidente
macroscópicamente es el sangrado menstrual, que aparece también con la
misma periodicidad y que es consecuencia de la acción coordinada hormonal
ovárica sobre el endometrio uterino. Los esteroides ováricos actúan igualmente
sobre otras estructuras del tracto reproductivo, si bien con efectos menos
evidentes. Existe, por tanto, también un proceso cíclico en las trompas, útero,
vagina, vulva y mamas, en función de los cambios hormonales periódicos a los
que da lugar el ovario.
Fases del ciclo
Fase folicular temprana (días 1 al 4)
Comienza con el inicio del sangrado menstrual, que corresponde en realidad a
la terminación del ciclo precedente. Durante los días 1 al 4 del ciclo menstrual,
contando a partir del inicio de la menstruación, comienza el desarrollo progresivo
de una serie de folículos primarios gracias a los niveles elevados de FSH
fundamentalmente. Los niveles plasmáticos altos de las gonadotropinas pueden
relacionarse con los bajos niveles plasmáticos de las hormonas sexuales,
debidos a su vez a la regresión del cuerpo lúteo del ciclo precedente. Los niveles
altos de FSH desarrollan los folículos y elevan además el número de receptores
para LH en las células de la granulosa y de la teca, de forma que pueda ponerse
en marcha el sistema bicelular de producción esteroidea ovárica. Los niveles de
estradiol son bajos en plasma a pesar del número elevado de folículos que inician
el desarrollo.
Fase folicular media (días 5 al 7)
A medida que va progresando el desarrollo folicular, los elementos celulares de
esta estructura van adquiriendo mayor capacidad esteroidogénica; esto lleva a
un lento y progresivo aumento de los estrógenos y de la inhibina, los cuales a su
vez determinan la disminución de los niveles de FSH y permiten que la relación
FSH:LH llegue a ser inferior a 1. Esta caída de los niveles de FSH hace que
aquellos folículos menos dotados de receptores de FSH vayan sufriendo
gradualmente un proceso de atresia. El mejor preparado por el contrario
continuará con su desarrollo hasta convertirse en el folículo dominante en virtud
de una mayor sensibilidad a la FSH y a una mayor capacidad aromatasa. En éste
se desarrolla la teca interna, aumentando su receptividad a la LH e
incrementando la producción de andrógenos por la misma. A su vez, las células
de la granulosa incrementan su actividad aromatasa, de forma que al final de
esta fase el complejo celular teca-granulosa del folículo consigue una
funcionalidad casi completa y todo está dispuesto para entrar en la fase folicular
tardía.
Fase folicular tardía (días 8 al 12)
Este período se caracteriza por el incremento de los estrógenos procedentes del
folículo dominante hasta alcanzar valores máximos entre 40 y 50 horas antes de
la aparición del pico ovulatorio de LH. En esta fase el folículo madura totalmente
y tiene una cavidad antral que llega a alcanzar diámetros de 15-20 mm. Al final
de esta fase folicular tardía, los niveles de LH y FSH comienzan a elevarse para
dar lugar al pico ovulatorio, en el que la LH se incrementa muchísimo más que
la FSH. El endometrio muestra el aspecto característico de proliferación y el
moco cervical comienza a fluidificarse y a cristalizar en forma arborescente (en
helechos) en función de su alto contenido de cloruro sódico determinado por la
acción estrogénica.
Fase periovulatoria (días 13 al 14)
En este período se alcanza el pico máximo de secreción de estradiol, con niveles
entre 200 y 450 pg/mL. Entre 24 y 48 horas después de este pico, aparecen los
de LH y FSH, que a su vez alcanzarán sus valores máximos entre 16 y 24 horas
antes de la ovulación. Una vez ocurrida la ovulación, disminuyen los niveles de
estrógenos, y la progesterona, que durante la fase folicular había mantenido
unos niveles bajos, aumenta lentamente En esta fase el endometrio alcanza la
máxima proliferación y comienzan a aparecer los primeros signos de una
transformación secretora; el moco cervical tiene sus máximas características de
filancia, fluidez y cristalización, y la temperatura basal presenta un nadir.
Fase luteínica inicial (días 15 al 21)
Después de la ovulación hay un período de cerca de 3 días en el cual, a partir
de los restos foliculares y por la acción fundamental de la LH, se formará el
cuerpo lúteo, que será el elemento funcional protagonista de la segunda mitad
del ciclo menstrual. Esta fase se caracteriza por un incremento rápido de los
niveles plasmáticos de progesterona, que se relacionan con la maduración inicial
del cuerpo lúteo. Los estrógenos, tras una fase de disminución postovulatoria,
vuelven de nuevo a incrementarse, si bien no de forma tan manifiesta como en
la fase preovulatoria. La LH y la FSH disminuyen progresivamente hasta
alcanzar, al final de esta fase, valores análogos a los encontrados en el período
folicular. El endometrio se transforma netamente en secretor, esto es, idóneo
para permitir el anidamiento del huevo en el útero, en caso de que haya
fecundación.
Fase luteínica media (días 22 al 24)
El cuadro hormonal corresponde a una actividad máxima del cuerpo lúteo. La
progesterona alcanza sus máximas concentraciones plasmáticas, entre 10 y 20
ng/mL, y los estrógenos alcanzan un segundo pico (si bien inferior al de la fase
periovulatoria) de entre 150 y 250 pg/mL. Las gonadotropinas presentan los
niveles más bajos de todo el ciclo menstrual, de acuerdo con la acción del
feedback negativo ejercido conjuntamente por estrógenos y progesterona. El
endometrio tiene unas características secretoras evidentes, con un desarrollo
muy acusado de las luces glandulares, y la secreción de moco cervical vuelve a
disminuir notablemente, siendo éste, además, espeso, no cristalizante, no filante
y con dificultad manifiesta para su penetración por parte de los espermatozoides.
Fase luteínica tardía o luteolítica (días 25 al 28)
Se caracteriza porque empieza a declinar la secreción hormonal, tanto de
progesterona como de estradiol, acompañada de un inicio de incremento de las
gonadotropinas, fundamentalmente de la FSH. El cuerpo lúteo va regresando
funcionalmente, de manera progresiva, por el fenómeno de la luteólisis, hasta
que los niveles hormonales esteroideos disminuyen prácticamente a cero. Al
disminuir los niveles plasmáticos, deja de actuar el feedback negativo sobre las
gonadotropinas, como ya hemos mencionado, y se incrementan
fundamentalmente los niveles de FSH. Los niveles bajos de esteroides ováricos
determinan el esfacelamiento de la mucosa endometrial y el inicio del flujo
menstrual.

3. CONCENTRACIÒN HORMONAL DEL CICLO MENSTRUAL EN


LAS DIFERENTES ETAPAS DE VIDA

Cambios hormonales que vivimos las mujeres en la adolescencia.

En la pubertad la niña comienza a tener cambios hormonales como

consecuencia de la maduración del sistema hipotálamo hipófisis ovárico. Como

resultado de la secreción hormonal pulsátil a nivel del sistema nervioso central y

a nivel del ovario, se empiezan a presentar los ciclos femeninos con la

consiguiente adquisición de la capacidad reproductiva. Aparecen cambios físicos

como los periodos menstruales (menarca), el desarrollo mamario (telarca), el

vello pubiano (pubarca), la distribución de la grasa y el vello corporal y, en forma

menos evidente, también hay cambios a nivel del estado de ánimo y otros
aspectos emocionales.

Cambios hormonales que vivimos en cada período menstrual.

El ciclo femenino dura 28 días y está atravesado alrededor de su 14vo día por el
momento de la ovulación. Por lo tanto, se podría dividir en una primera mitad
(fase folicular o estrogénica) y otra segunda mitad (fase lútea o progestacional).

En medio de ellas se produce la ovulación. En la primera mitad la mujer se

prepara para la ovulación, es un momento de mayor alerta, deseo e instinto


sexual ya que el fin de la ovulación es lograr el embarazo.

Generalmente el cuerpo se siente saludable, libre de hinchazón, el ánimo suele

ser bueno, el apetito conservado. En el momento de la ovulación algunas

mujeres perciben algún tipo de dolor en la zona del hemiabdomen inferior pero

más frecuentemente es imperceptible. Luego de ovular el ovario produce

progesterona, que es la hormona que rige esta segunda fase del ciclo. Si hubiera

fecundación ésta también nutre al embrión al inicio del embarazo. Si no hay

fertilización, los niveles de progesterona se mantienen unos 15 días y luego caen

para dar origen a una nueva menstruación y así el ciclo se reinicia. La

progesterona induce algunos cambios en el cuerpo como un leve aumento de la

temperatura corporal, retención de líquidos, tensión mamaria, distensión

abdominal, se hace lento el tránsito intestinal, constipación, sequedad genital,


labilidad emocional y cambios en el apetito.

¿cambios hormonales que vivimos durante un embarazo y después de


él?

Son numerosos los cambios hormonales del embarazo. Al inicio predomina la

secreción de progesterona para nutrir al huevo. También se produce la

gonadotrofina coriónica (HCG) responsable de las náuseas y vómitos del primer

trimestre. Luego los niveles de las hormonas se van estabilizando. Durante la

segunda mitad y en mayor medida hacia el momento del término, se produce

prolactina en niveles crecientes para preparar las mamas para la lactancia. La

oxitocina es otra hormona que predomina hacia el término y tiene relación con la

aparición de las contracciones del músculo uterino que en el momento adecuado


desencadenarán el parto.
Cambios hormonales que vivimos en la menopausia

La menopausia se caracteriza por el cese de la función reproductiva y el

descenso de los niveles de estrógenos en el cuerpo. La mujer pierde su

capacidad para embarazarse, no hay más menstruaciones ni ovulaciones. Este

descenso de los niveles hormonales trae consigo cambios en todo el cuerpo. La

piel y las mucosas tienden a la sequedad, el tejido adiposo tiende a aumentar, el

calcio del hueso tiende a disminuir (osteopenia/osteoporosis), el aparato

cardiovascular deja de tener el efecto protector de las hormonas femeninas y

aumenta el riesgo de fenómenos vasculares, anginas de pecho e infartos. A nivel

metabólico puede aparecer hipotiroidismo, hipercolesterolemia, intolerancia a los


hidratos de carbono y diabetes del adulto.

La alimentación debe ser de menor aporte calórico, con refuerzo en el contenido

de calcio y se debe asociar siempre la actividad física aeróbica al menos tres


veces por semana.

El estado de ánimo debe estimularse en forma positiva tratando de mantener

actividad física, mental y sexual en esta etapa, ya que muchas mujeres tienden
a desarrollar síntomas depresivos.

4. COMPOSICIÒN DEL MOCO CERVICAL

I. INTRODUCCIÓN
El cérvix (o cuello) uterino es una estructura anatómica de paredes relativamente
gruesas, que comunica la vagina con el útero. El cérvix está cubierto por un
epitelio que consiste aproximadamente de un 95% de células secretoras y un 5%
de células ciliadas. Las células secretoras se ubican en las criptas cervicales y
producen moco cervical (también conocido como secreción o fluido cervical), en
tanto que las células ciliadas están organizadas en forma de cepillo junto con
microvellosidades en la superficie de la mucosa (1). Los cilios se mueven en
dirección vaginal, originando una corriente mucociliar (similar a una «correa
transportadora de moco») que expele células y diversas partículas hacia la
vagina .

El cérvix posee un rol importante en el ascenso de los espermatozoides hacia el


sitio de la fecundación (3-5), función que es atribuida a las características
variables del moco presente en el canal cervical. Así, una vez que los
espermatozoides son depositados en la vagina, la primera y probablemente una
de las más importantes tareas que los espermatozoides deben efectuar en su
viaje hacia el lugar de la fecundación es la de traspasar la secreción cervical .

Debido a su relevancia biológica, el objetivo de este capítulo es mostrar los


principales aspectos del moco cervical, con especial énfasis en su composición,
propiedades biofísicas, ultraestructura, funciones fisiológicas y modificaciones
durante el ciclo reproductor femenino.

II. EL MOCO CERVICAL


El moco cervical es un fluido producido en el cuello del útero, el 90 % de su
composición es agua, también contiene electrolitos como calcio, sodio,
potasio y componentes orgánicos como glucosa, aminoácidos y proteínas. El
volumen y la textura del moco cervical va cambiando según sea la etapa del ciclo
de ovulación en que te encuentres, por eso el moco cervical es uno de los
mejores indicadores para saber cuándo estás en tus días fértiles para quedar
embarazada.
 Para qué sirve el moco cervical

 Facilita el transporte de los espermatozoides a través del cuello uterino


para que se encuentren con el óvulo para ser fertilizado.
 Ayuda a los espermatozoides a sobrevivir varios días después de la
eyaculación, lo que aumenta las posibilidades de quedar embarazada.
 Ayuda a predecir la ovulación.

 Los tipos de moco cervical

 Moco cervical post-menstruación: Luego de que nuestro periodo


menstrual se ha retirado, el moco cervical se ausenta y es cuando
notaremos la vagina más seca.
 Moco cervical en color blanco: Días después de pasar por la etapa de
sequedad vaginal, encontraremos un moco cervical blanco o incluso un
poco amarillo que no será muy pegajoso.
 Moco cervical fértil: Este tipo de moco cervical es similar a la clara de un
huevo, muy elástico, de tal forma que si lo tomáramos con los dedos, no
se rompería y se estiraría lo suficiente. Si esto sucede, puedes quedar
embarazada, ya que esto es la señal de que estás en sus días más
fértiles.
 Moco cervical, luego de la ovulación: Luego de pasar su etapa más fértil,
el moco cervical irá disminuyendo, sin embargo el que se encuentre será
espeso y de una consistencia gruesa.

 Composición química del moco cervical


El moco cervical es un hidrogel y está compuesto por dos fases:
 Fase acuosa: el moco cervical está formado mayoritariamente por agua
en una proporción de un 90 a 95%; valor que puede aumentar hasta un
99% durante el período periovulatorio . Esta fase también es conocida
como fracción soluble o plasma cervical y en ella se encuentran diversos
compuestos de baja masa molecular, tales como sales inorgánicas
(electrolitos), carbohidratos (ej. fructosa y glucosa), proteínas solubles,
enzimas e inmunoglobulinas, aminoácidos y lípidos, entre otros .Las
sales inorgánicas más abundantes en esta secreción son el KCl, CaCl2
y NaCl, que representan alrededor del 1 % de la masa seca del moco.

 Fase gel: también denominada en algunas ocasiones como fracción


sólida o insoluble , está compuesta por glicoproteínas, biomoléculas de
alta masa molecular. Se ha planteado que estas glicoproteínas son
quienes le otorgan las propiedades estructurales y biofísicas
características al moco . Estas glicoproteínas se denominan mucinas
(14,15).

Las mucinas son producidas y secretadas por las células caliciformes presentes
en el epitelio que recubre las criptas cervicales . Los genes que codifican para
las mucinas humanas son denominados genes MUC, seguidos por un número
relacionado con el orden cronológico de su descubrimiento; así, por ejemplo,
MUC1 fue el primer gen de mucina humana en ser dentificado.
Actualmente más de 20 genes MUC han sido identificados en humanos y al
menos 13 de ellos se expresan en el tracto genital femenino . La estructura
molecular de las mucinas codificadas por dichos genes se caracteriza por poseer
un esqueleto polipeptídico (20 a 25%) que está unido a múltiples cadenas de
heterosacáridos (75 a 80%) , lo que explica que las mucinas estén altamente
glicosiladas. Los estudios de secuenciación han permitido clasificar a las
mucinas en dos categorías principales: i) las mucinas secretadas, representadas
por mucinas grandes formadoras de geles y mucinas solubles más pequeñas, y
ii) las mucinas asociadas a membranas . En el epitelio del tracto reproductor
femenino se expresan tanto las mucinas secretadas (formadoras de geles y
solubles) así como las asociadas a membranas, junto a otras que aún no han
sido satisfactoriamente clasificadas .
Las mucinas formadoras de geles son las proteínas más grandes conocidas y
se asocian entre sí formando agrupaciones macromoleculares, que son
responsables de las llamadas propiedades reológicas (mencionadas más
adelante) del moco cervical y de otras mu-cosidades . Se ha propuesto que la
estructura característica del moco, para la cual las mucinas son muy importantes,
surge cuando estas glicoproteínas forman una especie de red de moléculas
interconectadas entre sí.
Las mucinas poseen diversas funciones, entre las cuales destacan: i) el ser
ligandos para diversos compuestos tales como lectinas, moléculas de adhesión,
factores de crecimiento, citoquinas y quimioquinas ; ii) tener una gran capacidad
de hidratarse, uniendo grandes volúmenes de agua. Este carácter hidrofílico es
atribuido a las O-glicosilaciones de la apomucina , lo cual explica el
comportamiento de gel altamente hidratado observado para el fluido cervical
la propiedad de excluir, por efecto estérico, a moléculas más grandes y
microorganismos; y iv) la capacidad de repeler moléculas cargadas
negativamente y de retener a las positivas, debido al efecto de las cargas
negativas presentes en los oligosacáridos de las mucinas.
III. PROPIEDADES BIOFÍSICAS DEL MOCO CERVICAL
El moco cervical es un hidrogel y posee propiedades biofísicas de gran
importancia. El moco ha sido estudiado extensivamente desde el punto de vista
de la física de fluidos. Las investigaciones sobre sus propiedades biofísicas se
iniciaron a mediados del siglo pasado, destacando los trabajos del Dr. Erik
Odeblad, médico y físico sueco.Según Odeblad dichas propiedades son
importantes ya que están relacionadas con la biología molecular del moco
cervical y su conocimiento es útil para la comprensión de la fisiología y la
arquitectura molecular de la secreción cervical.

El estudio del moco cervical no es sencillo, porque sus características físicas


varían en el transcurso del ciclo menstrual; esto principalmente por la
estimulación neuro-hormonal cíclica que experimentan las criptas ervicales. Se
sabe que las propiedades biofísicas más importantes en relación a la función
reproductora son aquellas relacionadas con su reología∗, destacando la
viscosidad, la elasticidad y la filancia:

 Viscosidad: es la resistencia u oposición que presenta el moco cervical


ante la tendencia a fluir. La viscosidad es una propiedad muy
representativa de la secreción cervical.

 Elasticidad: corresponde a la capacidad del moco cervical de mantener


su forma y su tamaño cuando se les aplica una fuerza y de recuperar tales
características después de cualquier deformación, sin disipar energía.
Ambas propiedades, viscosidad y elasticidad, varían durante el ciclo
menstrual (véase más adelante), siendo ocasionalmente estudiadas bajo
el concepto mixto de visco-elasticidad.

 Filancia: también denominada fibrosidad o spinnbarkeit, es la capacidad


del moco cervical de extenderse hasta formar finos hilos.

Otra propiedad física importante para el estudio del moco cervical es su


capacidad de cristalizar, que es una de las características más llamativas de ésta
y otras secreciones biológicas:

 Cristalización del moco cervical


Este fenómeno fue descrito por Papanicolaua mediados de la década de los
cuarenta, cuando reconoce estructuras arboriformes –similares a hojas de
helechos y de palma– en las cristalizaciones del moco . Posteriormente se
demostró que tales variaciones de la apariencia microscópica del moco cervical
estaban asociadas en forma paralela a los cambios en la función ovárica . En la
década de los setenta se postula claramente.
La reología es la ciencia que estudia las propiedades relacionadas con el flujo y
la deformación de las substancias Vigil P y cols. El moco cervical en la fisiología
reproductiva que el fenómeno de arborización (o ferning) es una propiedad muy
útil para el estudio del moco cervical y, por lo tanto, del ciclo reproductor
femenino.
Elstein propuso que, de entre todos los atributos del moco cervical, la
arborización es indudablemente uno de los más sensibles a las variaciones en
los niveles de los esteroides sexuales durante el ciclo menstrual . Actualmente
se sabe que una de las maneras en que esta ciclicidad hormonal se relaciona
con los cambios en la mucosidad cervical es mediante la modificación de las
características de su cristalización y las propiedades reológicas ya
mencionadas.
Hoy en día se reconocen varios patrones de cristalización para el moco cervical,
los cuales se presentan principalmente en el período periovulatorio. Entre la
diversidad de formas observadas destacan las ya mencionadas estructuras
arborescentes, formas estrelladas con ejes bien
definidos y otras con apariencia de filamentos simétricos y con un alto grado de
ramificación paralela o perpendicular.
El estudio de las cristalizaciones de moco cervical ha permitido
Clasificarlo como moco estrogénico (E) o progestativo (gestagénico, G). Basado
principalmente en estudios realizados por
Odeblad y de acuerdo a su cristalización y a sus propiedades biofísicas, hoy se
sabe que el moco E se divide en tres tipos: el tipo ES, EL y
EP.
La clasificación para los patrones cristalinos de moco E se describe a
continuación.

 Tipos de cristalización del moco cervical estrogénico:


 Moco ES: Presenta un patrón de cristalización de finas líneas paralelas.
Es muy fluido y los espermatozoides pueden migrar rápidamente a través
de él, por lo que se ha propuesto que su función es el transporte
espermático desde el lugar de su depósito hasta las criptas cervicales.
Esta subdividido, a su vez, en ES1, ES2 y ES3 . Es secretado en
respuesta a altos niveles de estrógenos.

 Moco EL: Caracterizado por una morfología similar a una hoja de palma,
con un eje central y ramificaciones en ángulos de 90°.
Probablemente es responsable de brindar sostén al moco tipo ES, al tiempo que
evita el ascenso de espermatozoides anormales. Esto ya que posee una
viscosidad media y los espermatozoides se desplazan en el más lentamente.
Comienza a secretarse en respuesta al alza inicial de estrógenos en el período
de selección folicular.

 Moco EP: Similar en estructura al moco tipo EL, mostrando un patrón de


cristalización en forma de helecho; sin embargo, posee ramificaciones en
60º respecto al eje principal. Se divide en cinco subtipos: EPa, EP2, EP4,
EP6B, y EPt.(33-35,37,40,41) Se observa en mayor cantidad en el día de
cúspide estrogénica o el día de máxima sensación de lubricación a nivel
vulvar .
El subtipo EP6B posee una geometría muy llamativa, similar a una estrella con
seis ejes bien definidos, a partir de los cuales protruyen ramificaciones en
ángulos de 60°. Éstas a su vez poseen sub-ramificaciones de longitud variable.
Es notable que una de las principales diferencias de composición entre los
mocos ES, EL y G es su contenido de agua, siendo de 98% para el ES, de
95% para el EL y de 90% para el G. El efecto de estradiol sobre la presencia y
la abundancia de los distintos tipos de moco cervical se verá más adelante; sin
embargo es importante indicar
que, de acuerdo con lo propuesto por Odeblad , sería específicamente a través
del moco ES y EP6B –que se presentan en respuesta a altos niveles de
estrógenos– que los espermatozoides migran a las criptas, en donde pueden ser
almacenados o bien dirigirse directamente hacia la cavidad uterina.
Los arreglos cristalinos arborescentes (ej., hojas de helechos o ramas de palma)
en forma de plumas o en disposiciones estrelladas son uno de los aspectos más
intrigantes del moco cervical, debido a su patrón altamente ordenado.
Esta geometría de cristalización, caracterizada por una alta simetría, está
presente también en otras secreciones iológicas. Recientemente se ha
Propuesto que estos subtipos de cristalización obedecen a un patrón de
cristalización de tipo fractal. Lo anterior ha sido corroborado por
Nuestros estudios preliminares.

IV. ULTRAESTRUCTURA DEL MOCO CERVICAL HUMANO


La ultraestructura corresponde a aquellas características que son visualizadas
mediante métodos capaces de resolver estructuras de mayor resolución que lo
obtenido mediante microscopía de luz . En el caso del moco cervical humano,
los estudios ultraestructurales han utilizado principalmente microscopía
electrónica de barrido.
Se han propuesto principalmente dos modelos descriptores de la ultraestructura
del moco cervical. El primero de ellos propone que el moco se organiza en forma
de malla, estando formada por zonas con subunidades fibrilares (filamentos)
interconectadas que presentan una orientación paralela entre sí y por otras
zonas donde las fibras no poseen ninguna orientación aparente .
El segundo modelo es el más aceptado y propone que el moco está
caracterizado por una forma de red, con unidades canaliculares, evidenciado
esto por los poros presentes en ella . Según esta idea, la ultraestructura del moco
cervical varía durante el ciclo menstrual, observándose una malla laxa con
canales que comienzan a aumentar de tamaño a medida que se acerca la
ovulación. En el período periovulatorio esta malla permitiría la selección y el
ascenso espermático. Por otra parte, en la fase lútea se observa una malla más
densa, con poros de diámetro menor. El hallazgo de estas diferencias en la
ultraestructura del moco durante el ciclo menstrual probablemente se relaciona
con la secreción diferencial de las mucinas durante el cicl . La producción y tipo
de mucinas secretadas es afectada por los niveles de esteroides sexuales, lo
cual explicaría la existencia de mallas estructural y funcionalmente distintas
durante el ciclo menstrual. Por su parte, el moco cervical postparto se caracteriza
por una malla densa, de apariencia rocosa, mostrando similitudes con el moco
progestativo (moco G), y que no permitiría el avance espermático . También es
posible encontrar en el moco postparto algunas áreas de apariencia esponjosa
mezclada con una malla densa que sólo ocasionalmente permitirían la migración
de los espermatozoides.
Finalmente, la ultraestructura del moco también se vería alterada por la
presencia condiciones fisiopatológicas, como el síndrome de ovario poliquístico
(SOP, véase más adelante).
La existencia de estas ultraestructuras diferentes estaría relacionada con
cambios en los niveles hormonales durante el periodo periovulatorio, variaciones
que modificarían principalmente el grado de hidratación y las mucinas presentes
en el moco, según lo reportado por algunos estudios.
V. FUNCIONES DEL MOCO CERVICAL
El moco cervical es una secreción biológica de gran importancia ya que posee
varias funciones en relación al proceso reproductivo, destacando las siguientes:
i. Proteger el tracto reproductivo de la mujer gracias a la mantención de un
ambiente húmedo y lubricado (26).
ii. Participar en el transporte espermático como primer medio utilizado por los
espermatozoides en su ascenso hacia el lugar de la fecundación (4,5). Además,
el moco cervical actúa como un obstáculo selectivo, permitiendo el paso de sólo
algunos espermatozoides a través del tracto reproductivo de la mujer (4,5,12,55).
iii. Modular la reacción acrosómica o exocitosis acrosomal (55,56). La reacción
acrosómica es un cambio morfológico y ultraestructural complejo que
experimentan los expermatozoides, adquiriendo con esto su capacidad de
fecundar al ovocito(55,56); es afectada por una serie de compuestos presentes
en el tracto reproductor femenino, destacando entre ellos las hormonas
esteroidales sexuales(55-58). Se sabe que el estradiol (presente en el moco
cervical en altos niveles durante el período eriovulatorio) ejerce una importante
función fisiológica al evitar el desencadenamiento prematuro de la exocitosis
acrosomal(56,57), manteniendo la capacidad fecundante del spermatozoide
hasta su encuentro con el ovocito.
iv. Constituir una barrera inmunitaria que inhibe el ascenso y la colonización de
los microorganismos, ya que algunos de los componentes del moco cervical son
capaces de inhibir la penetración y proliferación microbiana (24,59- 61).

VI. MODIFICACIONES DEL MOCO CERVICAL DURANTE EL CICLO


MENSTRUAL
El moco cervical experimenta diversas modificaciones durante las fases del ciclo
reproductor.
Si bien aún no se han establecido la totalidad de los mecanismos involucrados
en ellas, probablemente el responsable es un cambio en el tipo de mucina
secretada o una variación en los componentes asociados a la mucina (15,17-
20,61).
En términos generales, los diversos cambios observados se relacionan con la
alta influencia de las hormonas esteroidales sexuales sobre el cérvix y, por lo
tanto, sobre las características del moco secretado.

 Acción estrogénica en la fase periovulatoria: el moco E


Se sabe que los estrógenos, que afectan las células secretoras del cuello del
útero, son responsables de la producción y secreción de moco cervical (26,59).
El alza en sus niveles, que ocurre a mediados de la fase folicular produce un
aumento notorio en la secreción de moco cervical estrogénico (26,59). Se ha
observado que en esta fase el moco es acuoso, transparente, filante, cristalino y
tiende a formar los ya mencionados patrones geométricos característicos
similares a hojas de palma (mocoEL), líneas rectas (moco ES1, ES2 y ES3),
hojas de helecho y plumas (moco EP2 y EPa) y en arreglos estrellados con seis
ejes (moco EP6B), entre otras disposiciones (26,33,37-39,53,61). Además, su
porcentaje de hidratación, que varía durante el ciclo, aumenta en un 5 a 7%
durante el período periovulatorio (33), debido a la acción estrogénica.
El moco durante este periodo contiene un 98 a 99% de agua.

 Acción de la progesterona: el moco G


La progesterona, que actúa de manera contraria a la del estradiol (acción
antiestrogénica), inhibe su producción y cambia sus características, entre ellas
el contenido de agua, que disminuye a un 94 o 95%. El moco G (progestativo o
postovulatorio) se caracteriza por ser opaco, poco filante y además pierde su
capacidad de cristalizar en forma de hojas de helecho o de palma, o en líneas
rectas (61).
Por otra parte, durante la lactancia materna, donde los niveles de estrógenos y
progesterona son bajos, el porcentaje de hidratación es de un 95 a 96%(3,33).

 Cambios en la viscosidad del moco cervical por acción hormonal


El moco cervical presenta variaciones en su viscosidad durante el ciclo menstrual
(25-27,42,62,63).
La magnitud de la viscosidad es inversamente proporcional a la migración
espermática in vitro (27). La reducción de la viscosidad del moco hasta su menor
valor en el momento previo a la ovulación (33) maximizaría su permeabilidad a
los espermatozoides (64,65). Paralelamente, las mucinas del moco serían más
elásticas en la fase folicular y lútea que en el período periovulatorio (26,27), lo
que concuerda con la descripción de un moco escaso, espeso y viscoso para la
fase lútea y que se relacionaría con la limitación del paso de los espermatozoides
durante esta fase (64,65). De esta manera, la visco elasticidad de las mallas de
glicoproteínas del moco –principalmente formadas por mucinas– también sería
mínima en el período periovulatorio. Se ha propuesto (66) que los cambios de la
asociación entre los componentes de la fase acuosa del moco cervical con las
mucinas pueden ser la causa subyacente inmediata de las variaciones en la
visco-elasticidad observadas en el ciclo reproductor (66).
Es razonable suponer que los cambios en éstas y otras propiedades biofísicas
reflejan las variaciones en la composición molecular y en las propiedades de las
mucinas cervicales producto de la ciclicidad hormonal (67). La expresión de las
mucinas MUC4 y MUC5 así como el porcentaje de hidratación del moco cambian
por acción del estradiol (18,19). Estos cambios en la composición molecular
determinarían las modificaciones ultraestructurales que se observan en el moco
cervical durante el ciclo menstrual.

 ¿Qué es el Método del Moco Cervical?

El Método del Moco Cervical, también conocido como Método de Billings,


originalmente fue concebido como un método de control de natalidad, pero hoy
en día, es uno de los métodos más usados para quedar embarazada
naturalmente. Consiste en monitorear el moco cervical a lo largo de todo el
período de ovulación para determinar cuáles son los días fértiles para quedar
embarazada. Es de mucha utilidad porque aunque seas muy regular, no siempre
vas a ovular el día 14 del ciclo. “Este método no funciona cuando tienes ciclos
menstruales irregulares, si ese es tu caso, debes buscar orientación médica”.
VII. MODIFICACIONES DEL MOCO CERVICAL DURANTE ESTADOS
PATOLÓGICOS
El moco cervical puede verse alterado ante diversos estados patológicos, que
afectan aspectos tales como su hidratación, secreción, características biofísicas
y bioquímicas. Entre estos desórdenes destacan todas aquellas patologías
endocrinas que en general alteran los niveles de esteroides sexuales (52,67,68)
y, como consecuencia, afecten la cantidad secretada y las características
biofísicas del moco ya que éstas, como se ha mencionado anteriormente, se
encuentran bajo un estricto control por parte de los niveles de esteroides
sexuales (29,30,38). Algunas patologías específicas que inciden sobre las
características del moco cervical son los tumores de las células de la granulosa
(69), las infecciones bacterianas del tracto reproductor femenino (68,38), los
estados de estrés psicológico (38,52), los cánceres ginecológicos(70-73), junto
a causas iatrogénicas tales como la ingesta de drogas anti-estrógenos(74) y de
anticonceptivos orales(74-77).
Se ha demostrado que la presencia de SOP puede alterar las características del
moco cervical (53,68). Las mujeres con SOP, en comparación a mujeres con
ciclos normales, presentan alteraciones en los patrones característicos de
cristalización del moco, observándose disposiciones con un menor orden y
simetría (53). Además, el estudio mediante microscopía electrónica de barrido
(53) muestra que el moco cervical de las mujeres con SOP presenta alteraciones
en su ultraestructura al ser comparada a la de mujeres con ciclos menstruales
normales (53).
Las mujeres con SOP presentan una alteración en la simetría de la malla de
filamentos de glicoproteínas y un diámetro promedio de poros menor (53), lo que
probablemente afecte el potencial de fertilidad de las mujeres que padecen SOP.

VIII. CÓMO REVISAR EL MOCO CERVICAL

Las mujeres que practican la planificación familiar natural como un método


anticonceptivo, a menudo, se guían por las características de su moco cervical
para saber en qué parte de su ciclo menstrual se encuentran. Dado que la
cantidad y la consistencia del moco cervical presente en un momento dado
proporcionan indicios importantes de si una mujer está ovulando, el moco
también puede ser monitoreado por las mujeres que buscan salir embarazadas.
El moco cervical húmedo, escurridizo, claro y elástico es un signo de que la
ovulación probablemente se está produciendo (normalmente dentro de las 24
horas en la mayoría de mujeres). Aquí encontrarás algunos consejos sobre cómo
revisar tu moco cervical.

VIIII. CONCLUSIONES
El moco cervical posee funciones fisiológicas muy importantes en relación al
proceso reproductivo, razón por la cual su estudio brinda información valiosa
respecto a la fertilidad de la mujer. En términos generales, es el patrón endocrino
característico del ciclo menstrual el que controla las funciones del cérvix y, por lo
tanto, también controla la composición bioquímica y las propiedades biofísicas
de la secreción cervical. Por lo tanto, la alteración de dicho patrón endocrino,
especialmente en lo que respecta a los niveles de hormonas esteroidales
sexuales, afectará las características del moco. Las investigaciones en esta área
debiesen enfocarse en determinar la expresión diferencial de las glicoproteínas
(mucinas) presentes en el moco durante el ciclo menstrual de mujeres normales
así como en aquéllas que padecen desórdenes endocrinos y otros estados
fisiopatológicos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÀFICAS
 https://www.ecured.cu/Moco_cervical.
 http://repositorio.puce.edu.ec/bitstream/handle/123456789/13053/%E2%
80%9CComo%20los%20cambios%20hormonales%20fisiol%C3%B3gico
s%20de%20la%20mujer%2C%20estilo%20de%20vida%2C%20medios
%20externos%20y%20la%20gen%C3%A9t.pdf?sequence=1&isAllowed
=y
 http://www.unicef.cl/lactancia/docs/mod02/FISIOLOGIA%20DE%20LA%
20GLANDULA%20MAMARIA%20Y%20LACTANCIA.pdf

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