*Se debe tener presente que la crítica a la idea de un lenguaje privado de Wittgenstein no
solo se restringe a las consecuencias de la concepción cartesiana, sino que también a la
tradición empirista, como la teoría del significado de Locke o incluso hasta ciertos
lineamientos del atomismo lógico de Bertrand Russel. Aún más, Wittgenstein mismo en sus
Investigaciones filosóficas, cuando habla de un lenguaje privado, no menciona una doctrina
filosófica específica, sólo advierte las consecuencias que sería afirmar algo así como un
lenguaje privado.
Desarrollo argumento del lenguaje privado:
La idea de seguir una regla: Seguir una regla (§198-§242) es una práctica, una técnica, una
costumbre. Seguir una regla necesariamente es una regularidad, “un uso estable para que
podamos decir que se sigue una regla” (García Suárez 1990, p. 88)
En el §199 Wittgenstein dice:
“¿Es lo que llamamos <<seguir una regla>> algo que pudiera hacer sólo un hombre
sólo una vez en la vida? –Y ésta es naturalmente una anotación sobre la gramática de
la expresión <<seguir una regla>>.
No puede haber sólo una única vez en que un hombre siga una regla. No puede haber
sólo una única vez en que se haga un informe, se dé una orden, o se la entienda, etc. –
Seguir una regla, hacer un informe, dar una orden, jugar una partida de ajedrez son
costumbres (usos, instituciones).
Entender una oración significa entender un lenguaje. Entender un lenguaje significa
dominar una técnica”
De acuerdo a esto, sería un sin sentido concebir la idea de ‘seguir una regla’ como
para solamente una vez en la vida. Por tanto, las reglas son públicas, no podría haber
algo así como una regla privada, ya que, seguir una regla implica la posibilidad de
que más de una persona las comparta. De acuerdo a García Suárez, “la noción de
seguir una regla conlleva la de una pluralidad de usuarios” (García Suárez 1990, p.
88).
El lenguaje sería un medio de comunicación basado en reglas, ahora bien, ¿qué
sucedería si el lenguaje no fuera un medio de comunicación?, esto sería concebir algo
así como un lenguaje para hombres que hablan sólo consigo mismos.
(i) Las palabras deben referirse a lo que sólo puede ser conocido por el hablante.
(ii) Las palabras de este lenguaje deben referirse a las sensaciones inmediatas,
privadas del hablante.
La condición (i) presenta un argumento de orden epistémico. Ya que “las palabras de este
lenguaje se refieren a algo <<de lo cual sólo el hablante puede saber>>” (Tugendhat 1993,
p. 76).
En el lenguaje común las palabras que hacen referencia a mis sensaciones, están conectadas
con manifestaciones naturales de sensaciones (como gritar, una mueca de dolor, etc.). este
no sería un lenguaje privado, en cuanto que otra persona podría entender a lo que me
refiero en cuanto aparece, por ejemplo, mi conducta como manifestación, por ejemplo, de
la sensación ‘dolor’.
Lo primero que podemos inferir de (1) sería que (α) no hay una definición verbal del
signo “S”. Solamente el signo “S” aparece como pura asociación con determinada
sensación. Por tanto, el autor del diario privado no podría hacerse entender cuando
usase el signo “S” y sólo él habría de entenderla sin ser capaz de explicar su significado
a nadie. Ahora bien, el autor,(β) podría intentar definir el signo “S” de manera ostensiva
(definición ostensiva). Esto se produciría en cuanto al sentir la sensación me
concentrara en el signo “S”, como señalamiento interno. De esta manera el autor del
diario privado tendría un mecanismo (basado en el señalamiento interno) para
establecer directamente la conexión entre signo y sensación. Esta idea implica que
entender el significado de una palabra es conocer el objeto que representa. Para
Wittgenstein tal idea sería algo así como el “Bautismo de un objeto” (§38 [se realiza
una crítica a esta concepción del significado]).
Sin embargo, en relación a (β), podemos considerar las ideas contenidas en §30 y §31:
Donde lo primordial es la idea de que la definición ostensiva explica el significado de
una palabra, siempre que esté claro el rol que la palabra desempeña en el lenguaje. Por
ejemplo, si se quisiera explicarle a alguien el significado de la palabra ‘mela’ señalando
un vaso y diciendo “Esto se llama ‘mela’” , la persona a la cual se le intenta explicarle
el significado de la palabra ‘mela’ podría interpretar lo que le dije como “Esto es un
vaso”, “Esto es cristal”, “Esto es uno”, “Esto es cilíndrico”, etc. Habría ambigüedad al
momento de que se quiera entender el significado de la palabra, por ejemplo, ‘mela’.
Es necesario que sepa el rol que juega la palabra dentro del lenguaje para poder
entender ostensivamente el significado de la palabra. Si no sé la función, no sé a lo que
se refiere, por tanto no puedo entender su significado.
En relación a esto, debemos preguntar ¿qué sucede en el caso del lenguaje privado?,
¿puede la definición ostensiva dotar de significado el signo “S”?.
El autor podría responder que sí, en cuanto que no habría ambigüedad con respecto qué
sensación es esta y lo nombrado con el signo “S”. Nuestro autor podría argumentar esto,
en función de que está seguro de que no hay ambigüedad en tanto que él ve
(introspectivamente) la sensación que se ha identificado con el signo “S”.
De acuerdo a tal idea (ver introspectivamente), el autor del diario privado, ¿puede
comprometerse a usar el signo “S” en el futuro para designar la misma sensación?
Se podría argüir que un mecanismo que posibilite el uso del signo “S” en el futuro,
habría de ser la memoria, ya que hasta el momento no hay un criterio que compruebe el
uso del signo “S”. En este punto es aclarativo lo que propone Strawson:
Lo que Strawson propone aquí, es que al no haber un criterio de corrección de uso de una
palabra, no podría estar asegurado su uso correcto, en cuanto que el registro de uso puede
estar basado siempre en un mal uso de la palabra. Esta idea se relaciona con el §258, donde
Wittgenstein insiste que no se puede saber cuál es el significado correcto del signo. Por lo
que se puede llegar a concluir, como centro de la crítica a la idea de un lenguaje privado:
En conclusión, el uso de la memoria no garantiza el uso correcto del signo “S”. Por
tanto, no habría modo de determinar el uso del signo “S” en el futuro.
Pero aún, puede ser que se realice tal acción. Con esto tendríamos el segundo
elemento que compone el caso del diario privado:
Bibliografía.