Anda di halaman 1dari 4

HACIA UNA NUEVA CONTEXTUALIDAD

Posted by miquel lacasta on 11 de junio de 2012 · 1 comentario

https://axonometrica.wordpress.com/2012/06/11/hacia-una-nueva-contextualidad/

Hacia una nueva contextualidad


Una de los orígenes posibles de un cierto renacer contextualista podría recaer, como afirma
Eduard Bru, en el hecho de que el lugar[1] ha pasado a ser algo más interesante, más activo y
propositivo, en tanto que ciudad y geografía, se han mezclado ineluctablemente, ofreciendo un
entorno mucho más incitante que el estrictamente urbano del que disponíamos una década
atrás.[2]
A la sombra de una observación tan sugerente, crece una primera cuestión que, a modo de
bomba de profundidad, viene a rememorar la metodología del geógrafo Carl Sauer según la
cual los paisajes culturales son creados a partir de formas superpuestas al paisaje natural,[3] y,
por tanto, y re-interpretando, los paisajes urbanos, estarán también más íntimamente ligados a
la geografía que al urbanismo propiamente dicho. En otras palabras, a día de hoy, se dan las
condiciones necesarias para plantear, acaso enunciar, estrategias para una nueva geo-
urbanidad,[4] plantear nuevos trazados entorno al proyecto interescalar, ciudad, paisaje y
arquitectura.
Las consecuencias de la idea de Bru, están hoy todavía reverberando y no será aquí y ahora
que zanjaremos la cuestión. En todo caso sí que dan pie a una reflexión que pretende ir más
allá de un cierto anquilosamiento académico al respecto del tema (sería interesante comprobar
cuantas escuelas de arquitectura incorporan en los departamentos de urbanismo a geógrafos
con talento) o de una refriega entre geógrafos versus urbanistas (como la que propuso a modo
de crítica especialmente hiriente el geógrafo Oriol Nel·lo en el artúculo titulado El Urbanismo
de la Crisis.[5])
En la raíz de esta nueva fusión urbano-geográfica, esta nueva interacción con lo episódico-
contextual, o ya puestos, este devenir neo-situacionista, está el concepto de articulación.
La idea de articulación nombra tanto los procesos básicos de la producción de la realidad, de la
producción de contextos y de la producción de poder, como la práctica analítica que estructura
toda narración ligada a lo arquitectónico. Es la práctica transformativa o el trabajo de hacer,
deshacer y rehacer relaciones y contextos, de establecer nuevas relaciones a partir de viejas
relaciones o de trazar líneas y mapear conexiones. Pero la articulación no es una práctica única
o singular. Las distintas conexiones tendrán fuerzas diferentes en contextos particulares y deben
medirse; no todas las conexiones son iguales o igualmente importantes. De hecho, hay tantas
prácticas de articulación diferentes como formas hay de relación.
No debería permitirse que el uso de la noción de contexto articulado, no singularice cada
territorio, como si hablar sobre contextos, necesariamente hiciera equivalente cada sistema de
relaciones, o pusiera cada territorio en el mismo plano o la misma escala. El sentido de “contexto
que se articula” es siempre una unidad compleja, in-determinada y contingente. Si puede
entenderse un contexto como las relaciones que se han establecido por el operar arquitectónico,
la lucha para cambiar el contexto involucra la lucha por entender esas relaciones y, cuando sea
posible, re-articularlas. En otras palabras, con la idea de re-articular contextos no estamos
mentando una metodología mágica capaz de entrar de forma directa en el núcleo de la cuestión
urbano/geográfica/arquitectónica. En el mejor de los casos re-articular es una estrategia de
aproximación enormemente efectiva para gestionar la complejidad de lo proyectual a la vez que
para interrelacionar múltiples escalas y realidades.
La articulación exige deconstrucción y reconstrucción; primero debe verse que lo que parecen
ser totalidades o unidades armónicas sin costuras ni grietas han sido forjadas por partes
diversas y divergentes. Es decir, los mismos procesos de articulación han sido borrados y ahora
deben redescubrirse en la posibilidad de desarticulación. La articulación comienza descubriendo
la heterogeneidad, las diferencias, las fracturas, en las totalidades. Al final lo heteróclito siempre
se re-articula en la forma de otras totalidades; esa es la función misma del poder social de la
arquitectura. Y si no se entra en esta lucha, en el intento de pensar a través de las posibilidades
de rearticulación, el cuerpo fundamental del proyecto arquitectónico abandona el sentido mismo
de la posibilidad política, social, cultural, económica y tecnológica que lo impulsa.
Esto último, la re-articulación compulsiva como táctica proyectual es pertinente en tanto que la
realidad está en constante transformación, es abierta e imprevisiblemente informal. El principio
operativo que la arquitectura puede ser capaz de asumir en este tour de force con la realidad
es que la forma y la estructura de la realidad no son inevitables. Por ello debería rechazarse
pues aquellos que niegan con demasiada facilidad cualquier realidad estable en las relaciones
que definen el terreno de juego. En otras palabras, si bien el contexto nos es dado y
aparentemente es uno, también está sujeto a una multi-interpretación que lo convierte
inmediatamente en multi-dimensional. Todo es lo que es, a la vez que todo puede ser otra cosa,
esa es la paradoja.
Tradicionalmente la idea de contexto en arquitectura ha venido precedida de falsas
interpretaciones sobre lo vernáculo. Esto es evidente en los primeros años de la
postmodernidad, donde de manera mezquina y cicatera se relacionaba lo vernáculo con lo
simbólico/popular, con el objetivo de abolir la “alta cultura” en favor de la cultura popular y una
inocente y enormemente simplista visión de la sociedad, de sus preferencias y sus capacidades
como masa consumista. No hace falta decir que como carne fresca, las fuerzas del capital vieron
en ello una oportunidad abismal para introducir la costumbre de un consumo voraz desprovisto
de esfuerzo cultural y por tanto de fácil digestión y poco alimento.
Curiosamente mientras surgía en los años 70 el movimiento postmoderno, algunos, entre ellos
Peter Eisenman, estaban desarrollando una metodología de altísimo octanaje conceptual para
aterrizar en lo que vulgarmente podríamos llamar el suelo, símbolo por excelencia del lugar y
espacio propio de la contingencia del proyecto arquitectónico. Una idea, la de lugar, que por
otro lado el movimiento moderno había intentado eliminar con la falsa idea de una arquitectura
pura y emancipada de la cota cero.
Eisenman, de lo contextual por inducción
La vuelta al lugar en forma de articulación contextual, si bien en las antípodas del genius
loci, adquiere forma quizá por primera vez en los proyectos englobados en el libro Cities of
Artificial Excavation[6], sobre el trabajo de Peter Eisenman, anteriormente presentado en el
artículo escrito por el propio Eisenman The City of Artificial Excavation[7].
Resiguiendo los orígenes de este renacer contextualista al que antes nos referíamos, nos
topamos con una metodología intelectual capaz de centrar la idea de articulación en relación a
la idea de contexto como elemento central. Es decir, en la metodología “articulista” que
Eisenman propone, encontramos una lógica extrema en la forma como la idea de contexto
supera la simplicidad postmoderna de lo estrictamente alegórico y sus interpretaciones
amnésicas sobre la historia. Es más, uno de los componentes más originales del cuerpo teórico
de Eisenman es la introducción de una inteligencia inductiva en el proyecto, un tipo de
razonamiento donde la condición verdadera de las premisas, en este caso el lugar como
quintaesencia del contexto, brinda apoyo a las conclusiones, pero no las garantiza. En otras
palabras el “objeto” lugar inducirá un tipo de arquitectura, pero no determinará todos los
parámetros de esta.
Cities of Artificial Excavation presenta cuatro proyectos representativos donde se muestra la
idea de excavación artificial y por tanto de retorno directo al lugar y al contexto como concepto
a partir del cual el proyecto empieza a articularse; estos son el diseño urbano para el Este de
Cannaregio en Venecia de 1978, las viviendas cercanas al Ckeckpoint Charlie en Berlin de
1980-1981, el University Art Museum de la California State University en Long Beach de 1986
y el Parque de la Villette de París en colaboración con Jaques Derrida.
Eisenman usa operativamente el lugar como genealogía de la complejidad geométrica de sus
proyectos, mediante un proceso de articulación y re-articulación constante, que le permite llegar
al papel central de la idea de lugar. De hecho Eisenman previamente ha construido una
metodología, un auténtico armazón conceptual para el estudio y el desarrollo de las estructuras
formales que surgen a partir de lo contextual articulado.
Da la sensación que solamente desde el rigor de sus planteamientos teóricos, desarrollando
toda una metodología para extraer de la forma sus esencias, llega Eisenman a la consideración
del contexto como origen fundamental de las lógicas teóricas de sus proyectos, es decir, el
espacio conceptual donde reside el origen genuino de la geometría compleja Eisenmaniana es
lo contextual, el sitio donde la arquitectura se posa, en definitiva, el lugar.
En este encuentro con el suelo Eisenman, considera que la topografía de una ciudad no es una
superficie neutral, sino sólo la capa superior de una densa superposición de capas de los más
variados rastros, pistas históricas que hay que recuperar y reseguir. La materia prima
proyectual, aquello que dará dirección a la manera como se va a manipular la geometría
arquitectónica, tal como lo ha venido haciendo en las Houses es esta consideración
conceptualizada a través de la historia del suelo.
Por tanto vemos aquí una manera mucho menos figurativa que la versión postmoderna de
contexto y en todo caso mucho más libre y abierta para tratar con rigor, pero sin ataduras, la
idea de contexto y plantear un principio de negación de una arquitectura incapaz desde su
posición elevada y moral de “bajar a la arena”, tal como lo había hecho hasta entonces el
Movimiento Moderno.
Narraciones y articulaciones
Hay dos aspectos interesantes en las ideas de Eisenman que fundan una concepción más
abierta de la idea de contexto que la figuración ortodoxa y vernácula de la postmodernidad
oficial. Por un lado está la idea de que el ámbito de la arquitectura se mantiene todavía ligada a
una cierta elaboración intelectual que requiere agudeza, referencias y procesos de
transformación, tanto de las cosas como de las ideas. Esto conlleva a elaborar un espacio
narrativo, una historia de la historia ligada a la mutabilidad tanto física como emocional e
intelectual del lugar, es decir, en el momento en que damos cuenta de un lugar, tenemos el
escenario de una historia necesaria, el fondo a modo de espacio narrativo que acompañará al
espacio arquitectónico.
El otro aspecto interesante es la idea de re-articulación, es decir, el campo sobre el que tanto
idealmente como físicamente se mueve la arquitectura es de tal complejidad y magnitud, que
constantemente el arquitecto se ve expuesto a articular una y otra vez la fuerza de un proyecto
a partir de las incursiones multifocales que hace sobre la materia prima de la realidad, el lugar.
La arquitectura, por tanto, debería estar comprometida con la realidad mediante el estudio del
ámbito de relaciones que tiene efectos determinantes a partir del contexto, pero rehusar
también el hecho de que asumir que tales relaciones y efectos tengan que ser necesaria y
determinadamente lo que son de forma unidireccional. En realidad la arquitectura debería estar
comprometida en la re-elaboración de una nueva narrativa, de un espacio codificado en el que
lugar y objeto arquitectónico interactúan sin un final pre-determinado, es decir, un proceso
abierto de re-articulación.
Es aquí donde Eisenman es tan brutalmente contemporáneo. A su manera y con algunos
resultados discutibles, Eisenman anuncia 40 años antes el núcleo del proyecto arquitectónico
contemporáneo, la capacidad de la arquitectura para estructurar una narración compleja de la
realidad a partir de un proceso abierto de articulación con el contexto.
*La imagen que ilustra este texto es un conjunto de diagramas de la Bibliothèque de l’Huei de
Peter Eisenman sacada del libro Diagram Diaries p. 205

[1] Léase lugar como quintaesencia de la idea de contexto


[2] BRU, Eduard, revista Annals d’Arquitectura 07 (2ª época), ETSAB, UPC, Barcelona, Julio
2001
[3] Esta idea es la base principal de SAUER, Carl, The Morphology of Landscape, University of
California Publications in Geography. Vol. 2, No. 2, pp. 19-53. October 12, 1925
[4] Sugerente, innovador y ejemplificador de una manera de abordar la idea de lo contextual
es el ejercicio de GAUSA, Manuel, Multi-Barcelona, Hiper-Catalunya, estrategias para una
nueva geo-urbanidad, List Laboratorio, Barcelona/Trento, 2009
[5] NEL·LO, Oriol, El Urbanismo de la Crisis, El Periódico, 19 de Octubre 2011
[6] BEDARD, Jean Francoise, Cities of Artificial Excavation: The Work of Peter
Eisenman, 1978-1988, Rizzoli International, Nueva York, 1994
[7] EISENMAN, Peter, The City of Artificial Excavation en Architectural Design nº53 Enero
1983. pp. 91-93

Anda mungkin juga menyukai