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“Y temió, y dijo: ¡Cuán temible es este lugar!

No es este sino casa de Elohim, y está


puerta de shamáyim.” Bereshít 28:17

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


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Kislev 6 del 5770 / 13 de Noviembre del 2010

PARASHAT
PARASHAT # 7

Vayetzé – axeYwE " – Y Salió


Lectura de la Torah
Bereshít (Gn) 28:10-32:3
▪ 28:10-22 ▪ 29:1-17
▪ 29:18-30:13 ▪ 30:14-27
▪ 30:28-31:16 ▪ 31:17-42
▪ 31:43-54 ▪ 32:1-3
Lectura de la Haftarah (de los Neviím)
Hoshéa (Os) 11:7-14:9

Y temió, y dijo: ¡Cuán temible es este lugar! No es este sino casa de Elohim, y está es
puerta de shamáyim. Bereshít 28:17

De qué lugar esta hablando Yaaqóv para llamarlo casa de Elohim y puerta de Shamayim;
que en otras oportunidades fue el monte Moriyáh en donde Abraham fue a sacrificar a

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Yitzjaq y que en esta oportunidad huyendo de su hermano hacia sus familiares se
encuentra durmiendo en un lugar donde el mismo dice que es la puerta de shamáyim.
Años más tarde por el rey David lo escoge como el lugar de su reposo en donde se
establecería luego el templo de Yerushaláyim.
~y.lv; ;Wry.Yerushaláyim. Nombre dado a la capital del reino de Yisrael en el tiempo de
David. Esta ciudad aparece con varios nombres antes de llamarse Yerushaláyim como
proceso antes y después de ser llamada por su pueblo: Yisrael.
Miremos sus nombres:

1. ~lev; Shalém. Bereshít (Gn) 14:18; Tehillim (Sal) 76:2. Su ubicación está en el monte
hY;rimo Moriyáh donde Abraham fue a sacrificar a Yitzjaq (Isaac) y más tarde Sh´lomóh
levantó el templo de Yerushaláyim. b Divrei Hayamim (Cr) 3:1.

2. µyhil¿aÔ tyBe Beit Elohim nombre dado por Yaaqóv mientras dormía cuando venía de
[b'v; raeB Beer Shebá de la casa de su padre a la tierra de Jarán Br (Gn) 28:17.

3. También fue llamada por Yaaqóv lae tyBe lae el beit el que traducido es Elohim
casa de Elohim Br (Gn) 35:7; con la misma connotación 28:17.

4. µyIm;Vh; ' r['v¾Puerta de Shamáyim nombre dado por Yaaqóv mientras dormía
cuando venía de [b'v; raeB beer Shebá de la casa de su padre a la tierra de Jarán Br
(Gn) 28:17.

5. zWl luz que traduce almendro y se encuentra Shof (Jue) 1:23, 26; Br (Gn) 28:19; Yah
16:2; 18:13.

6. sWbyÒ Yebús. Shoftím (Jue) 1:21 donde habitaron los jebuseos y no fueron expulsados
por los Yisraelí Yahushua (Jos) 15:63; a Divrei Hayamim (Cr) 11:4-5

7. ÷wOYxiTzión que es la ciudad de David. b Sh´muel (S) 5:7; la fortaleza de tzión es la


misma ciudad de David y se encuentra más de 44 veces a Div 11:5 Tzión es el lugar
del rey en donde viviría Teh (Sal) 2:6; b Malakím (R) 8:1

8. Después de la persecución de Roma y la destrucción de Yerushaláyim por los


romanos a manos de Tito general romano en el 70 d.M y aún en el año 132 D.M Roma se

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dio a la tarea de reconstruir la ciudad en una escala menor y fue llamada Aelia capitalina
en la que fueron excluidos todos los Yahudí (judíos).

9. Además le dieron un nombre en árabe que fue Iliya a los que hoy en día les dicen Al
Quds (Al Sharif), es decir el noble santuario; pero una vez volvió nuestro pueblo se le
volvió a llamar Yerushaláyim, ciudad de Shalóm (paz).

10. Yashua también la llamo br; Jl,m, ty"r]qi ayhiAyKi µyIl¾vW; rybi la ciudad del gran
rey Mt 5:35.

11. Llamada la ciudad de nuestras fiestas solemnes Yesh (Is) 33:20 Mira a Tzión, ciudad
de nuestras fiestas solemnes. Tus ojos verán a Yerushaláyim, morada de quietud,
tienda que no será desarmada, ni serán arrancadas sus estacas ni ninguna de sus
cuerdas será rota.
12. El Jai yj; lae también es conocida como la ciudad del Elohim vivo Ib (He) 12:22.

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Historia de la ciudad de Yerushaláyim.

Una vez tomada la ciudad, David mejoró las fortificaciones y construyó un palacio para
sí; también instaló el arca en su nueva capital. Sh´lomóh siguió fortificando la ciudad,
pero su mayor logro fue la construcción del templo. Después de su muerte, y de la
consiguiente división de su reino, Yerushaláyim experimentó cierta declinación, como
era de esperar, ya que en adelante sería la capital de Yahudáh únicamente. Ya en el
quinto año de su sucesor, Rajabám, el templo y el palacio real fueron saqueados por
tropas egipcias a Malakím (R) 14:25. También los merodeadores flishtím y árabes
saquearon el palacio en el reinado de Yorám. Siendo rey Amatzyáh, parte de los muros
de la ciudad fueron destruidos a causa de un pleito con el rey del N, Yoásh, y nuevamente
hubo pillaje en el templo y en el palacio. Uziyáhu reparó el daño ocasionado a las
fortificaciones, de modo que en el reinado de Ajáz la ciudad pudo soportar los ataques de
los ejércitos combinados de Siria e Yisrael. Poco tiempo después el reino del N sucumbió
ante los asirios. Jizqiyáhu de Yahudáh también tenía buenas razones para temer el poder
asirio, pero Yerushaláyim escapó providencialmente. Para casos de sitio construyó un
conducto para mejorar la provisión de agua potable a la ciudad.
Nebukadnetzár de Babel capturó la ciudad en 597, y en 587 a.C. destruyó la ciudad y el
templo. Al final de ese siglo los judíos, entonces bajo el dominio de los persas, fueron
autorizados a retornar a su tierra y su ciudad, y reconstruyeron el templo, pero los muros
de la ciudad permanecieron en ruinas hasta que Nejemiyáh los restauró a mediados del ss.
V a.C. Alejandro Magno liquidó el poder del imperio persa a fines del ss. IV, y después
de su muerte su general Tolomeo, fundador de la dinastía tolemaica en Mitzrayim, entró
en Yerushaláyim y agregó la ciudad a su reino. En 198 a.C. la tierra de Yisrael cayó bajo
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el poder de Antíoco II, el rey seléucida de Siria. Alrededor de 30 años más tarde, Antíoco
IV entró en Yerushaláyim, destruyó sus muros, y saqueó y profanó el templo, e instaló
una guarnición Siria en la ciudad, en el Acra. Yahudáh Makabím encabezó una revuelta
judía, y en 165 a.C. se volvió a consagrar el templo. Él y sus sucesores gradualmente
fueron ganando independencia para Judea, y la dinastía asmonea gobernó sobre una
Yerushaláyim liberada hasta mediados del ss. I a.C., época en que Roma intervino. Los
generales romanos forzaron la entrada de la ciudad en 63 y 54; un ejército la saqueó en el
año 40; y tres años más tarde Herodes el Grande tuvo que entrar por la fuerza para volver
a controlarla. Primero tuvo que reparar el daño causado por estas diversas incursiones,
luego se embarcó en un vasto programa de construcciones, y erigió algunas torres
notables. La más renombrada de sus obras fue la reconstrucción del templo, en escala
mucho más grandiosa, aunque la tarea no se completó durante la vida de dicho monarca.
Una de sus torres fue la Antonia, que dominaba el área del templo.

La revuelta judía contra los romanos en 66 d.C. sólo podía tener una conclusión; en el 70
d.C. el general romano Tito entró por la fuerza en Yerushaláyim y destruyó sus
fortificaciones y el templo. Dejó tres torres en pie; una de ellas, Fasael, todavía se
mantiene, y fue incorporada a la llamada “torre de David”. Pero mayores desastres tenían
que caer sobre los judíos: otra revuelta en 132 d.C. dio como resultado la reconstrucción
de Yerushaláyim (en escala mucho menor) como ciudad pagana, dedicada a Júpiter
Capitolino, de la que fueron excluidos todos los judíos. Esto fue obra del emperador
Adriano, quien llamó a la ciudad recién reconstruida Aelia Capitolina (nombre que fue
incorporado al árabe, incluso, como Iliya). Sólo en el reinado de Constantino (a
principios del ss. IV) se permitió a los judíos entrar nuevamente en la ciudad.
Desde entonces la ciudad empezó de ser pagana y se volvió cristiana, y se construyó
muchas iglesias y monasterios, entre ellas la iglesia del Santo Sepulcro.
Yerushaláyim sufrió muchas vicisitudes después del ss. II; ha sido capturada, ocupada y
administrada, en diversas épocas, por tropas persas, árabes, turcas, británicas, e
YYisraelí, como también por los cruzados. Los adelantos edilicios más importantes en la
ciudad vieja (en oposición a los suburbios modernos de rápido crecimiento) se deben a
los musulmanes primitivos, los cruzados, y finalmente al sultán turco Suleimán el
Magnífico, que en 1542 reconstruyó los muros de la ciudad en la forma en que podemos
verlos actualmente. Los Yisraelí dieron a la ciudad su antiguo nombre hebreo.
Yerushaláyim; generalmente los árabes la llaman al-Quds (al-SharéÆf), ‘el (noble)
santuario’.

IV. Crecimiento y extensión


Debemos aclarar desde el comienzo que la historia física de Yerushaláyim es bastante
incierta. Esto, por supuesto, se debe en parte a los desastres y destrucciones periódicos, y
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a las capas de escombros que se han apilado a través de los siglos. Estos factores han
causado dificultades en otras partes también, pero a menudo los arqueólogos han podido
solucionarlas en gran medida. La dificultad particular con Yerushaláyim es que ha sido
continuamente habitada y todavía lo está, de modo que es difícil llevar a cabo
excavaciones. Los arqueólogos tienen que cavar donde pueden, y no donde piensan que
valdría la pena hacerlo. Por otra parte, hay una abundancia de tradiciones: cristianas,
judías, y musulmanas; pero en muchos casos no resulta fácil evaluarlas. De modo que
subsisten las dudas y la controversia; sin embargo, en el último siglo se han hecho
muchos trabajos arqueológicos valiosos, lo que ha permitido resolver algunos problemas.
En ninguna parte de la Escritura encontramos una descripción sistemática de la ciudad.
Lo más cercano es la narración de la reconstrucción de los muros por Nejemiyáh. Pero
hay un gran número de referencias que ofrecen alguna información. Es necesario unirlas
y colocarlas dentro del cuadro que nos proporciona la arqueología. Nuestra primera
descripción de la ciudad es la de Josefo (GJ 5.136–141); Josefo ofrece allí el fondo para
su narración de la captura gradual de la ciudad por Tito y los ejércitos romanos. También
es necesario ubicar esto en el cuadro general.
Las excavaciones han demostrado concluyentemente que la ciudad más primitiva se
encontraba en el cerro al SE, zona que ahora está completamente fuera de los muros de la
ciudad (el muro meridional fue llevado algo hacia el N en el ss. II d.C.). Debemos tener
en cuenta que la Tzión original se hallaba sobre la colina oriental; en la época de Josefo
ya se había dado erróneamente el nombre al cerro del SO.
Poco queda del período anterior a los jebuseos, pero podemos inferir que una pequeña
ciudad creció en la colina SO, cerca del manantial de Gihón en el valle hacia el E. Los
jebuseos agrandaron la ciudad hasta cierto límite, principalmente con la construcción de
terrazas hacia el E, de modo que su muro oriental quedaba bastante abajo de la ladera,
hacia el manantial. Parecería que esta terraza y el muro oriental necesitaron
mantenimiento y reparaciones frecuentes, hasta su destrucción final por los de babel a
principios del ss. VI a.C., después de lo cual el muro oriental fue nuevamente movido
hacia la colina.
En tiempos de paz era práctica común construir las casas fuera de los muros, lo que cada
tanto requería la construcción de nuevos muros y fortificaciones. La ciudad de David y
Sh´lomóh se extendía hacia el N, en particular, y el templo se encontraba sobre el cerro
NE; el palacio real probablemente estaba ubicado en la zona entre la ciudad más antigua
y el área del templo.
La zona intermediaria es probablemente “el Ofel” de pasajes tales romo b Div (2 Cr)
27:3, (el nombre significa “hinchazón”, y fue aplicado a la ciudadela de otras ciudades
también, p. ej. Samaria, b Mlk (2 R) 5:24; pero algunos eruditos aplican el término a toda
la colina oriental que se encuentra al S del templo. La ciudad jebusea, o quizás más
estrictamente su fortaleza central, ya tenía el nombre de “Tzión” (cuyo significado es
incierto, quizás “área seca” o “eminencia”) en la época de su captura por David, después
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de lo cual se llamó “ciudad de David” (cf. 2 S. 5.6–10; 1 R. 8.1). El nombre “Tzión” se
volvió, o siguió siendo, sinónimo de Yerushaláyim en general.
En los prósperos días del ss. VIII a.C. la ciudad comenzó a extenderse hacia la colina
occidental; parecería que este nuevo suburbio se conoció como segundo barrio o Misné b
Mlk (2 R) 22:14. Posteriormente un muro lo circundó, construido ya sea durante el
reinado de Yejizqiyáhu b Div (2 Cr) 32:5 o algo más tarde. Lo que es seguro es que esta
ampliación incluía el cerro NO, pero no se ha podido determinar si el cerro SO estaba
ocupado en esa época. Los arqueólogos Yisraelí han llegado a la conclusión de que sí lo
estaba, y de que el estanque de Shiloja se hallaba dentro de los muros de la ciudad en el
reinado de Yejizqiyáhu; pero K. M. Kenyon sostiene lo contrario.
Yerushaláyim fue saqueada por las tropas de Nebukadnetzár en 587 a.C.; la mayoría de
los edificios fueron destruidos, y se demolieron los muros de la ciudad. El templo fue
reedificado a fines del siglo, y Yerushaláyim nuevamente tuvo una pequeña población;
pero no fue hasta mediados de las SS. V que las autoridades persas permitieron la
reconstrucción de los muros de la ciudad por parte de Nejemiyáh.
Es indudable que Nejemiyáh reconstruyó los muros anteriores hasta el punto que le fue
posible, pero de las excavaciones se desprende claramente que la colina occidental quedó
abandonada, como así también las laderas orientales del cerro SE. Las terrazas jebuseas
fueron tan completamente demolidas que no fue posible repararlas, y fue por ello que
Nejemiyáh llevó el muro oriental hasta la colina.
Lamentablemente la descripción que hace Nejemiyáh de la Yerushaláyim de sus días
plantea numerosos problemas. Por un lado, no resulta claro cuáles puertas se encontraban
en los muros de la ciudad, y cuáles estaban en el templo. Por otra parte, hay numerosas
dificultades textuales en los pasajes pertinentes de Nejemiyáh. Además, no ofrece
ninguna indicación en cuanto a dirección o en cuanto a cambios de dirección. A esto
tenemos que añadir el hecho de que los nombres de las puertas cambiaban con cierta
frecuencia. Debido a las recientes excavaciones es necesario revisar los intentos
anteriores de interpretar los datos de Nejemiyáh. Resulta bastante claro, sin embargo, que
el circuito que se describe en Nej 3 sigue una dirección contraria a las agujas del reloj, y
que comienza al N de la ciudad.
Hay pocos indicios de que la ciudad llegara hasta la colina occidental nuevamente hasta
las SS. II a.C. Después de la revuelta de los Makabím la ciudad comenzó a crecer
nuevamente. A Herodes el Grande se le debe un considerable programa de
construcciones a fines del ss. I a.C., y la ciudad siguió creciendo hasta su destrucción al
final de la rebelión judía (66–70 d.C.). Nuestra principal fuente literaria para todo este
período es Josefo; pero su información deja sin resolver una cantidad de problemas.
El primero de ellos es la posición del “Acra”, la fortaleza Siria levantada en
Yerushaláyim en 169 a.C. Evidentemente su propósito fue mantener los atrios del templo
bajo estrecha vigilancia, pero ni Josefo ni a Mak. Aclaran si la guarnición estaba ubicada

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al N, al O, o al S del templo. Las opiniones están divididas, pero las más recientes
excavaciones tienden a apoyar la tercera posibilidad.
Un segundo problema es la dirección de la “segunda muralla” y la “tercera muralla”
mencionada por Josefo, que nos dice que los romanos penetraron en Yerushaláyim en 70
d.C. atravesando progresivamente tres muros septentrionales. Josefo describe los puntos
terminales de los tres muros, pero no ofrece información con respecto a la línea que
seguían. Las excavaciones han complementado su información aquí y allí, pero aun así
queda mucha incertidumbre.
K. M. Kenyon identificó los restos de una antigua muralla en la actual puerta de Damasco
como parte del tercer muro, pero según los arqueólogos Yisraelí es parte del segundo
muro; los descubrimientos mas al N han sido relacionados con el tercer muro por estos
últimos, pero Kenyon afirma que se trata de una muralla de circunvalación (erigida por
Tito durante el sitio de Yerushaláyim). La tercera muralla se comenzó bajo Agripa I (41–
44 d.C.), y estaba recién terminada cuando empezó la guerra judía del 66 d.C., de modo
que poco servirían los métodos estratigráficos para distinguir el muro de Agripa del de
Tito.
La ciudad quedó en ruinas entre 70 d.C. y la revuelta de Barcoquebá, 60 años después. El
emperador Adriano reconstruyó posteriormente la ciudad y la denominó Aelia Capitolina;
esta ciudad fue mucho más pequeña que la anterior, con la permanente retracción del
muro meridional. Durante la era cristiana el tamaño de Yerushaláyim se ha mantenido
constante. El área amurallada actual (“la ciudad vieja”) adquirió su forma definitiva bajo
Sulcimán el Magnífico en el ss. XVI.

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Yerushaláyim de noche

9 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


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El cambio de rostro o semblante

Br (Gn) 31:2 Y Yaaqóv vio el rostro de Labán, y he aquí no era con él como antes en el
pasado.

5 Y dijo a ellas: Veo yo el rostro de vuestro padre que no es hacia mí como antes en el
pasado; y el Elohei de mi padre ha estado conmigo.

Aquí la palabra rostro es muy conocida en hebreo como penei que viene de una raíz que
nos indica la cara o rostro de las personas en el cual se muestra cada una de las partes del
rostro humano; mostrando su estado de ánimo de la persona.

11 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


‫ ָפּנֶה‬pané; cara (como la parte que da vuelta); usado en una gran variedad de aplicaciones
(lit. Y fig.); también (con prep. pref.) como prep. (antes, etc.):-abierto, adelante, agradar,
anterior, antiguamente, aspecto, bajo, cara, consejero, cuidado, cumbre, defender,
delante, delantera, dirigir, durar, encuentro, enfrentar, enfrente, enojo, estado, estima,
extensión, fachada, favor, faz, filo, frente, guardar, ídolo, intención, interponer, ira,
juguete, lado, miedo, mirar, negar, parecer, parte, persona, preceder, preferencia,
presencia, presentar, primero, principio, razón, rostro, semblante, servicio, servir,
suceder, superficie, tiempo, triste, venerable, vista.

La primera que penei se encuentra en la torah esta relacionada al rostro de Yahweh muy
relacionada con una traducción que indica cercanía o presencia en Br (Gn) 3:8 Luego
oyeron la voz de Yahweh Elohim que se paseaba por el jardín, al aire del día; y el
hombre y su mujer se escondieron del rostro (PENEI) de Yahweh Elohim entre los
árboles del jardín.

Otro ejemplo de una relación con Yahweh es con Moshéh el gran nevií en la torah y el
guiador de su pueblo. Esta traducción en las versiones modernas esta de la siguiente
manera Nm 12:8 Cara a cara hablaré con él, claramente y no con enigmas, y verá la
apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo
Moisés?
Pero hay un gravísimo error de traducción hagamos el paralelo y comparemos.
En Bem (Nm) 12:8 Boca a boca hablare con él, y con figuras; y no con cosas escondidas;
y el semblante de Yahweh mirara. ¿Y por qué, no tuviste temor para hablar contra mi
siervo Moshéh?

Aquí ven claramente la diferencia, correcto entonces veamos la diferencia que se


encuentra en la palabra hebrea ‫ פֶּה‬pe; boca (como medio para soplar), sea lit. O fig.
(Particularmente habla); espec. Filo, porción o lado; adv. (Con prep.) de acuerdo a:-
abertura, boca, borde, cara, charla, comer, conforme a, cuello, decir, dicho, de dos filos,
entrada, extremo, filo, habla, jactarse, mandamiento, mandar, mandato, orden, palabra,
paladar, parte, pico, porción, según, rivera. Una parte del rostro como lo es la boca.

Son muestras las primero de los errores de traducción y segundo que no fue cara a cara
sino que Yahweh le hablo de boca a boca es decir que le hablaba como en la zarza,
aunque no vio nada si oyó la voz de Yahweh que estaba en medio de ella.

El primer ejemplo de un hombre que tubo problemas con su rostro fue Qayín. Dice la
torah que Yahweh le hablo sobre su semblante miremos Br (Gn) 4:5 Y no miro a Qayín y

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a su presente. Y se airó Qayín mucho y decayeron sus facciones. 6 Y dijo Yahweh a
Qayín ¿Por qué te aíras? ¿Por qué decayeron tus facciones?

El rostro, naturalmente, ofrece indicación visible de las emociones internas, y una


variedad de adjetivos acompañan a la palabra en las Escrituras, como triste, demudado,
avergonzado, o airado. El rostro podía cambiar de color, ensombrecerse o palidecer.
Miremos lo que dice las escrituras, cunado el rostro muestra algunos cambios según el
estado del corazón ánimo o algún sentimiento:

-El hombre no podía ver el rostro de Elohim por temor a morir Shem (Ex) 33:20 Y dijo:
No pueden ver mi rostro; porque no me vera el hombre, y vivirá.

-Por la comida que se consume Dn 1:13 Compara luego nuestros rostros con los
rostros de los muchachos que comen de la porción de la comida del rey, y haz después
con tus siervos según veas.

-Para sanidad 2 Mlk (R) 4:29 Elishá dijo entonces a Geijazí: Ciñe tu cintura, toma mi
bastón en tu mano y ve. Si te encuentras con alguien, no lo saludes, y si alguien te
saluda, no le respondas. Luego pondrás mi bastón sobre el rostro del niño.

-el rostro corresponde al corazón del hombre Mis (Pr) 27:19 Como el rostro en el agua es
reflejo del rostro, así el hombre se refleja en el corazón del hombre.

-El rostro airado es contra el deslenguado y el que odia lo refleja en su rostro como en los
labios. Mis (Pr) 25:23 El viento del norte hace girar la lluvia y el rostro airado, la
lengua murmuradora.
26:24 El que odia, lo disimula con los labios, pero en su interior maquina engaño; 25 por
más que hable amigablemente, no le creas, porque siete abominaciones hay en su
corazón. 26 Aunque con disimulo encubra su odio, su maldad será descubierta en la
congregación.
Dn 3:19 Entonces Nebukadnetzár se llenó de ira, cambió el aspecto de su rostro
contra Shadrák, Meishák y Abéd-negó y ordenó que el horno se calentara siete veces más
de lo acostumbrado.

-El rostro refleja la tristeza Nej (Neh) 2:1-3 Sucedió en el mes de Nisán, en el año
veinte del rey Artajshasté, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino y lo serví al
rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia, 2me dijo el rey: ¿Por qué
está triste tu rostro?, pues no estás enfermo. No es esto sino quebranto de corazón.
Entonces tuve un gran temor. 3 Y dije al rey: ¡Viva el rey para siempre! ¿Cómo no ha de
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estar triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está
desierta, y sus puertas consumidas por el fuego?

El rostro de Yahweh nos resplandece Teh 80:3 ¡Elohim, restáuranos! ¡Haz resplandecer
tu rostro y seremos salvos!
31:16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; ¡sálvame por tu bondad!
Bem (Nm) 6:25 Yahweh haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga de ti bondad;

-Pero el esconder su rostro de nosotros es olvidarse y dejarnos en el día de la destrucción


Dev (Dt) 31:17 Pero aquel día se encenderá mi furor contra él, los abandonaré y
esconderé de ellos mi rostro; serán consumidos y vendrán sobre ellos muchos males y
angustias. Dirán en aquel día: “¿No me han venido estos males porque no está mi Elohei
en medio de mí?”
1 Ke (P) 3:12 porque los ojos de Yahweh están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus
oraciones; pero el rostro de Yahweh está contra aquellos que hacen el mal.
-La modestia y la reverencia exigían cubrir el rostro con un velo, como hizo Ribqáh ante
Yitzjaq.
-En la visión de Yeshayáhu, el rostro del todopoderoso estaba velado por serafín. Era
signo de humildad inclinar el rostro hasta el suelo; y caer sobre el rostro significa gran
temor.
-Por otra parte, podía mostrarse un máximo desprecio escupiendo en el rostro de alguien.
Metafóricamente podía demostrarse resolución, firmeza “poniendo” (“afirmando”,
“fijando”) el rostro obsérvese la gráfica frase de Yesh (Is) 50:7 Porque Yahweh, el Señor,
me ayuda, no me avergoncé; por eso he puesto mi rostro como un pedernal, y sé que no
seré avergonzado. Que denotaba un propósito inmutable.
-Se hacía una oposición firme resistiendo a una persona delante de su rostro (resistir cara
a cara).
-La noción de intimidad y comprensión se transmitía por medio de la frase “cara a cara”.
Esta frase, naturalmente, ha pasado a algunas lenguas modernas, al igual que decayó su
semblante.
-El rostro de los muertos se cubría Yhj (Jn) 11:44, de modo que cuando se hizo esto con
Amán, se quiso significar que su suerte estaba echada Ester 7:8.
-Cuando un hombre se postraba a fin de solicitar algo, el superior levantaba la cabeza del
suplicante como señal de que el favor sería concedido.

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-Levantar el rostro de alguien significaba concederle un favor Br (Gn) 19:21, y luego
convertirlo en favorito Dev (Dt) 10:17.

La conclusión después de hacer un recorrido por la Tanák y la Brit es: El rostro refleja lo
que hay en el corazón del hombre, sus emociones, sus dolores, su gozo, su estado, el
nivel del rúaj que tenga una persona, también el rostro de Yahweh revela el agrado con
los que le temen y con los que no obedecen a sus mandamientos.

El rostro de Labán, no era como al principio, tenia envidia por la prosperidad y la


bendición que Yahweh le había dado, por la cantidad de hijos, por el favor que veía en
Yaaqóv; el llego sin nada y ahora era un pastor próspero lleno de ganado y riquezas.

La apariencia del rostro, es muy fácil darse a conocer cuando la persona no tiene bien su
corazón; su forma de servir, de actuar, se refleja en la forma en que se comporta con el
rostro; la misma palabra dice el de ojos altivos. Debemos anotar que los ojos, además de
ser ventanas del alma, son también los que muestran los estados de ánimo, por ellos se
derraman lágrimas y son brillantes cuando se quiere a alguien o alguien querido llega etc.

Pero los ojos, los que se guiñen, tal acción esta prohibido por la torah, ellos muestran
coquetería y hasta gestos de rareza etc.
Tu rostro refleja lo que hay dentro de ti, unas veces el rostro duro, no es mas que un
escudo para esconder el dolor, la soledad y además actitud grosera y con el rostro se
muestra, o con los ojos, con los labios, con los gestos, con el seño fruncido parte del
rostro lo que tu tienes.

La torah dice, en el libro de Nejemiyáh: el gozo de Yahweh es nuestra fortaleza, ¿tienes


el gozo? Sabes, el fruto del rúaj y no digas que tú tienes el rúaj y sigues con el seño o
temperamento sin cambiar. ¡No! O ¡Si! Si es no, es porque el rúaj no está dando fruto en
ti o mas bien el rúaj no está en ti para que des un cambio.

15 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Br 29:20 Y sirvió Yaaqóv por Rajél siete años; y fueron a sus ojos como algunos
días, por su amor con ella.

En la sociedad moderna, el Tanák (la Biblia) ha sido estigmatizado por la crítica como
un libro centrado en el sexismo masculino, lo cual no es cierto. Tal concepto es la
consecuencia de la errada interpretación y también en muchos casos de la falta de
exactitud en la traducción.

En este tratado, presentare a mujeres mencionadas en las Escrituras tal como ellas eran y
reivindicarlas a través de una exégesis imparcial y precisa en la tanák, descartando las
características pecaminosas con las cuales las instituciones religiosas las han marcado en
base a sus propios prejuicios.

Es un hecho indiscutible que el plan original del Creador fue la igualdad entre el hombre
y la mujer y no la subordinación de la integrante femenina; sin embargo, las
circunstancias del mundo antiguo generaron una desigualdad basada principalmente en la
fuerza física; la más antigua e infeliz actividad humana que es hacer la guerra al vecino

16 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


requería que los miembros masculinos de la comunidad humana tomaran el control de la
situación, porque eran los únicos capaces de llevar a cabo tal empresa. Ésta necesidad de
supervivencia y de defensa del grupo elevó a los más valientes guerreros a la altura de
comandantes, dejando a las mujeres fuera de toda participación en la vida comunitaria.
La guerra causaba también la escasez de hombres, y la necesidad de reproducción resultó
por consiguiente en una institución basada en los recursos naturales masculinos; dado el
hecho que una mujer puede difícilmente dar a luz a más de un hijo en un año (a no ser
que tenga mellizos) mientras que un hombre puede engendrar a muchos, la poligamia fue
la solución para el grupo y para la mujer; el grupo sería más fuerte siendo más numeroso;
las mujeres, que superaban en número a los hombres, no quedarían solas y sin protección.

Fue en éste contexto social que historia ha sido escrita. Por eso debemos distinguir entre
la narración de los hechos, que no pueden ignorar esta realidad dominada por los
hombres, y el plan original, que establecía armonía e igualdad con el fin de construir una
sociedad que gozara de justicia y felicidad, lo cual es el objetivo final de la restauración
de todas las cosas dichas por los Neviím.

Ésta situación de desigualdad resultó en el abuso sexual y la humillación porque se perdió


el propósito original de la relación sexual, así como la fertilidad pasó a ser un asunto
religioso que reemplazó al conocimiento del Creador. Por consiguiente, la mayoría de los
pueblos antiguos adoraban a muchas deidades, y muchos rituales involucraban la
prostitución sacra, práctica contra la cual las Escrituras son absolutamente claras, que era
común también en Kenáan, Mitzrayim (Mitzrayim) y Babel, tierras donde los rollos del
Tanák Hebrea fueron escritos.

Siglos más tarde, en la posición opuesta al antiguo paganismo, el cristianismo reaccionó


contra el sexo considerándolo una cosa mala y lo relacionó con la doctrina del pecado
original, que no esta en la torah, y creó un sentimiento de culpa por algo que el Creador
designó como la relación más natural entre varón y mujer. Sin embargo, la condición de
desventaja de la mujer se mantuvo, y el juicio contra ella se reforzó aún más.

El plan original es expresado en el relato de la Creación presentado en Bereshít (Gn) no


es de fundamental importancia si éste relato es considerado como la verdad de los hechos
o como el “Mito de la Creación”, ni si Adám y Javáh (Eva) son reputados como los reales
progenitores de la humanidad o sólo como personajes mitológicos que representan a los
primeros seres humanos; sino que es importante la esencia del mensaje, que no debe ser
malinterpretado y que aún el no creyente puede reconocer que el autor de la narración
comunica una idea acerca de la igualdad original entre hombre y mujer.

17 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Las mujeres consideradas en este estudio son mencionadas en orden de narración en el
Tanák:

La Primera Mujer: Adám, es decir, Javáh

Este título puede parecer blasfemo para las personas religiosas conservadoras y legalistas,
sin embargo, es bíblico. No obstante, tampoco las adeptas al movimiento feminista tienen
algún motivo para exultar. No estoy diciendo que Adám era una mujer. Consideremos lo
que las Escrituras dicen acerca del primer ser humano:

Br (Gn) 1:26 Y dijo Elohim haré a Adám a nuestra imagen como nuestra semejanza y
gobiernen en los peces del mar y en las aves de shamáyim y en los cuadrúpedos y en
toda la tierra y en todo reptiles que se arrastran sobre la tierra.
27. Y creo Elohim a Adám a su imagen a imagen de Elohim a el creo varón y hembra
los creo a ellos.

5:1 Este es el rollo de las generaciones de Adám el día en que Elohim creo a Adám a
semejanza de Elohim lo hizo a él.

2 Los creo a ellos Varón y hembra, y los bendijo a ellos y llamó el nombre de ellos
Adám en el día que fueron creados.

Ésta es una traducción literal del texto original hebreo. Lamentablemente, en castellano
no hay una expresión apropiada para la palabra hebrea Adám, esta viene de la raíz que
traduce rojo y en las versiones de la Biblia ésta es traducida como hombre, la misma
palabra que se usa para indicar una persona de género masculino. En realidad, el término
equivalente a Adám es ser humano, persona, más bien que hombre. La palabra hebrea
para hombre persona de sexo masculino es ish Br (Gn) 2:23.

Entonces, notemos la aparente incongruencia gramatical: Primero el texto se refiere a


Adám en plural (tengan dominio), luego en singular (lo creó), y luego de nuevo en plural
(los creó) También Elohim es plural, y es Uno, y de hecho el pronombre para Elohim es
Él, que es singular.

Ahora bien, reemplazando los pronombres con los nombres, es explícito que Elohim creó
a Adám; varón y hembra Elohim creó a Adám. Entonces, el pronombre para Adám es
plural: Elohim los creó varón y hembra, y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adám.
Es suficientemente claro: Elohim llamó el nombre de ambos, el varón y la mujer, Adám.
Fue el hombre que después llamó a su mujer Javáh, pero el nombre de ella, que le fue
dado por el Creador en el día en que fue creada, era Adám. Ahora hemos reconocido que

18 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


la primera mujer se llamó Adám, y que luego le fue dado el nombre Javáh.
Así, la primera criatura humana, que fue hecha según la imagen y semejanza del Creador,
no era sólo el hombre, sino varón y mujer en un cuerpo solo. Sí, el Adám original era
andrógino. Esto es claramente comprensible en las Escrituras, y es también la explicación
hebrea de acuerdo con el texto, que no deja lugar a dudas o a interpretaciones
alternativas.

Hay un segundo relato de la formación (no creación) de la mujer, del cual surgen los
conceptos sexistas, más que todo debido a una traducción inexacta por la cual la
condición de inferioridad de la mujer ha sido promovida como una verdad bíblica.
Consideremos el relato paralelo sobre la formación específica de la mujer, según las
Escrituras Hebraicas:

Br (Gn) 2:21 E hizo caer Yahweh Elohim adormecimiento sobre Adám, y se durmió y
tomo una de sus costillas, y cerro la carne en el lugar de ella.
22 Y construyo Yahweh Elohim de la costilla que tomo de Adám, a la mujer, y llevo a
ella, a Adám.
Debemos notar que Elohim no creó a la mujer, ella ya había sido creada. Elohim
simplemente separó el Adám original en dos seres, uno de cada género. Sin embargo, las
traducciones más comunes hablan de una costilla, término que no es usado en el texto
original hebreo. La palabra en cuestión es tzelá, que no lleva el significado de costilla en
el lenguaje bíblico. La traducción correcta es costado, o pared lateral, todo el costado de
Adám, no sólo un hueso. El término tzelá implica una igualdad con el todo, una pared
importante. A una tzelá corresponde otra tzelá igual, de la misma manera que en un
edificio a cada pared lateral corresponde otra pared lateral igualmente importante, en el
lado opuesto. Ciertamente un hombre puede vivir sin una o dos costillas, pero no sin la
mitad de su cuerpo… El Creador no tenía intención de hacer que el hombre fuese
independiente de su costilla, sino que fuese incompleto sin ella, y ella sin él, como una
mitad le falta a la otra.

Éste segundo relato es una explicación detallada de cómo el Creador separó al andrógino
Adám en entidades masculina y femenina. Era Su plan. No obstante, el primer ser
humano fue uno y único por un breve periodo de tiempo:

Br (Gn) 2:18 Y dijo Yahweh Elohim no es bueno que Adám, él este solo; haré para el
ayuda conforme a el.

19 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Los términos aquí traducidos como ayuda en el texto hebreo son las palabras ezer
kenegdo, que llevan el significado de igualdad y no subordinación. El término ezer,
generalmente traducido como ayuda, se aplica a Elohim más de una vez, por ejemplo:
Oye, oh Yahweh, y ten bondad de mí. Yahweh, sé Tú mi ayudador. Teh (Sal) 30:10
He aquí, Elohim es mi ayudador. Yahweh es Quien sostiene mi vida. Teh (Sal) 54:4
Yahweh está por mí como mi ayudador. Teh (Sal) 118:7

Hay varios otros pesukim (versos) en los cuales éste término se aplica al Creador, por lo
tanto, éste no puede indicar ninguna posición subordinada como ayudante de alguno que
es el protagonista. El segundo término, kenegdo, es también profundamente significativo:
está compuesto por el adverbio abreviado kaf, que significa como, similar, y el término
negdo, que significa correspondiente, igual, pero implica el significado de opuesto.
Por lo tanto, un ezer kenegdo es literalmente una ayuda como él, igual a él, y opuesta a él,
y podemos dar una traducción del verso en un modo más explícito y sin alterar el
significado original, como sigue:

Y dijo Yahweh Elohim: No es bueno que Adám, él esté solo; haré para el ayuda
conforme a el. Como él, igual a él, idónea para él, y opuesta a él.

¿Qué significa esto? Que el hombre Adám tenía de frente a él un perfecto complemento,
alguien que era lo que él no era, que era diferente en todo, no sólo en sexo sino también
en pensamientos, sentimientos y conducta. De ésta manera, ellos podían amarse, darse,
desearse recíprocamente. El Creador hizo esto al propósito, para que ambos fuesen
interdependientes entre sí, uno tiene lo que el otro necesita, y los dos son incompletos por
sí mismos y pueden ser completos sólo cuando son de nuevo uno.

Volviendo a Br (Gn) 2:22 acerca de la formación de la mujer, dice:


Y construyo Yahweh Elohim de la costilla que tomo de Adám, a la mujer, y llevo a ella, a
Adám.
El texto original hebreo comienza con la palabra ve yiven, que literalmente significa y
construyó, y el entero verso sería traducido correctamente como sigue: Y construyo
Yahweh Elohim de la costilla que tomo de Adám. Éste verbo no es usado en ninguna otra
parte del relato de la Creación. Por qué es usado justamente para la formación de la
mujer. Porque está relacionado con la raíz con el término bináh, que significa
conocimiento interior, entendimiento secreto, que específicamente se refiere a la
sabiduría femenina, lo que comúnmente se define como el sexto sentido femenino aunque
es mucho más que eso.
Br (Gn) 2:23Y dijo Adám: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne, por
esto la llamo Isháh, porque del ish esta fue tomada.

20 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Cuando el hombre Adám la vio, reconoció que ella era parte de su propio cuerpo,
compuesta con sus huesos y carne. Esto es lo que la expresión significa en hebreo.
Entonces él la llamó Isháh, porque era tomada de sí mismo, que desde aquél momento
pasó a ser Ish. Ambos eran la misma persona, ahora distinguida en varón y mujer.

El hecho que haya dos relatos paralelos de la formación de la mujer también ha generado
una interpretación especulativa, que es el Mito de Lilith, considerada como la primera
mujer que fue creada en Br (Gn) 1:27 y la primera esposa de Adám, de la cual él
divorció, y entonces Elohim formó una segunda, la de Br (Gn) 2:22, que es Javáh. Tal
teoría carece de fundamento y es indigna de ser tomada en consideración. Si lee en Br
(Gn) 2:4 encontrara la respuesta a esta afirmación errada pues dice: Esta es la crónica de
shamáyim y de la tierra cuando ellos fueron creados en el día que hizo Yahweh Elohim la
tierra y shamáyim. Si es la crónica es la forma narrada y explicada de los hechos de
Bereshit uno. Y además en Br (Gn) 5:1-3 identifica a la primera mujer que fue llamada
Adám en el día en que fueron creados como la madre de Shet, por lo tanto, ella no era
otra que Javáh, y no una supuesta primera consorte. De hecho, el Mito de Lilith fue
inventado para justificar la sumisión de la mujer, alegando que la primera, habiendo sido
creada con Adám, era igual a él y por eso la rechazó, entonces, el Creador hizo otra que
fuese sujeta al hombre. Es una estúpida leyenda que no merece ningún crédito.
Br (Gn) 2:24 Por tanto, dejara el hombre su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y
serán una carne.

Es evidente que la sociedad de los primeros padres no había sido considerada en el plan
original de Elohim: El hombre, que ya tenía una noción de padre y madre aún cuando no
los tenía, reconoció cuál era la regla natural: Que la nueva pareja viviera por su cuenta.
Ninguno de ellos pertenecería a la familia del otro, sino que serían una nueva unidad.
De hecho, lo que realmente sucedió a lo largo de la historia es lo contrario de lo que el
hombre dijo, como usualmente es la mujer quien deja a su familia y se une no sólo a su
marido, sino también a la familia de él. Cuando leemos en el Tanák acerca de los padres,
que no siguieron esta regla sino que incluyeron a sus nueras en la propia familia,
debemos tener en mente que se trata de un informe de los hechos, pero no está escrito que
ese sistema fuese correcto según el plan original.

El primer mandamiento que Adám recibió de Elohim fue el siguiente: Br (Gn) 1:28 Y
bendijo a ellos Elohim y dijo a ellos Elohim fecunden y multiplicaos y llenen la tierra y
sométanla y gobiernen en los peces del mar y en las aves de shamáyim y en todo animal
que se arrastra sobre la tierra.

Mientras Adám era uno, él/ella se habrá sentido completamente incapaz de cumplir con
este precepto, hasta que la mujer fue formada. Tan pronto como la vio, él entendió que
21 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim
serían una sola carne. Este concepto es auto-explicativo, extremadamente claro: Una
carne significa relaciones sexuales, cópula. Ellos eran ya uno en el Rúaj, pues ambos
habían recibido el mismo soplo de vida, nishmat Jayim, y fueron un alma viviente, nefesh
Jayah Br (Gn) 2:7, el día en que fueron creados. Ahora tenían cuerpos separados, y ésta
era la carne que debía volver a ser una. Ésta declaración conlleva una enseñanza
profunda: La pareja debe ser primero una en rúaj y alma, luego puede ser una en la carne;
es decir primero reciben la bendición de Yahweh en completa voluntad y luego de
casarse se unen por el sexo en amor.

Por supuesto, resulta evidente que no existe ninguna cosa como el pecado original en
relación con el sexo. Al contrario, el sexo fue creado por Elohim como una sublime
expresión de amor. Mientras el cristianismo ha estigmatizado este aspecto de la vida, la
torah en cambio considera que el sexo es una mitzváh, un mandamiento, según las
Escrituras. En el ser una sola carne él y ella se completan, y no es un pecado sino una
bendición; es la expresión física de su unidad en el rúaj, la real manifestación de su amor.

Br (Gn) 3:2 Y dijo la mujer a la serpiente del fruto del árbol del jardín comerás.
3. y del fruto del árbol que esta en medio del Jardín dijo Elohim: No comeréis de él y no
tocaras a él para que no muráis.

Este pasaje es bien conocido, y no es nuestro propósito en este estudio analizar su


contenido. Lo que queremos subrayar aquí es que la mujer conocía el mandamiento de
Elohim acerca del árbol del conocimiento. ¿Quién le habló sobre este reglamento? No
podemos aseverar con certeza si el relato del Perék 2 de Br (Gn) está ordenado
cronológicamente, pero si es así, leemos como sigue:

Br (Gn) 2:16 Y ordenó Yahweh Elohim junto a Adám diciendo: de todo árbol del jardín
comiendo, comerá.
17 Y del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás de el, porque el día que tu
comas de el muriendo, morirás.
18. Y dijo Yahweh Elohim no es bueno que Adám, él este solo; haré para el ayuda
conforme a el.

La Torah dice que Elohim dio este mandamiento a Adám, antes que la mujer fuese
formada. Pero la mujer lo oyó de la voz de Elohim, porque ella era Adám.

Br (Gn) 3:6 Y vio la mujer que era bueno el árbol para comer y ciertamente deseable el a
los ojos y codiciable el árbol para ser sabio y tomo de su fruto y comió y dio también
para el hombre de ella, junto a ella y comió.
22 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim
Éste es el gran error del cual la mujer es acusada. Ella causó la Caída. Ella es quien trajo
la desgracia en el reino del hombre. Por esto la mujer debe ser condenada a la sumisión.
Lamentablemente, esto es lo que la mayoría de los predicadores afirman, y piensan tener
fundamento bíblico. La Caída es vista desde una óptica negativa, pero también trajo
consecuencias positivas que son generalmente ignoradas: Estaba en los planes de Elohim
que aconteciera la Caída. Notemos que el árbol no se llama el árbol del conocimiento del
mal, sino el árbol del conocimiento del bien y del mal (el bien primero). Antes de la
Caída, el mal no era conocido, y aparentemente todo era bueno. Pero no había un real,
completo conocimiento del bien, no en todas sus manifestaciones. ¿Cómo podía el ser
humano conocer lo que es el perdón, la bondad, la redención, y otras expresiones del rúaj
y atributos del Creador? Éstos se pueden conocer sólo después de haber hecho el mal. Sin
la Caída, el ser humano habría quedado como los rujót de malakím, que no pueden
experimentar tales manifestaciones, o como los animales. Fue la Caída que permitió al
ser humano conocer que el Creador es Bondadoso, Perdonador, Redentor, libertador,
Justo. Fue la Caída que permitió al ser humano conocer la completa dimensión del amor,
que incluye todas estas cualidades, que no pueden manifestarse sin que antes se haya
hecho mal. La Caída fue el único modo por el cual al ser humano fue dada la posibilidad
de conocer plenamente al Creador. Por lo tanto, así como la primera mujer es acusada de
haber introducido el mal en el mundo, se le debería agradecer por habernos permitido el
acceso al verdadero conocimiento del bien y de la completa dimensión del amor.

Entonces se abrieron los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos.


Br (Gn) 3:7

¿Qué significa esto? ¿Que la desnudez es mala? No; era la desobediencia a su voz al
mandamiento a la orden dada por Yahweh a ellos, es que cuando se desobedece al
creador es decir se infringen los mandamientos estamos sucios y conocemos lo bueno que
es estar en la unidad con Yahweh y lo retirados que entonces estamos de su presencia por
nuestro mismo errar que nos hace indignos de él. Hasta ese momento, ellos estaban en la
presencia de Elohim en un estado de pureza, y estaban desnudos. Cuando su relación con
el Creador se rompió por su desobediencia, también la relación entre hombre y mujer se
rompió, ya no había transparencia era vergüenza como Adám se lo dijo a Elohim es que
me vi desnudo y esto es el resultado de errar hay vergüenza aunque uno este vestido, es
decir el vestido es símbolo usado para conocer que somos los que erramos el blando y
trasgredimos la torah. Ya no eran más uno con su Creador ni entre ellos. Ellos
reconocieron este hecho, y se sintieron indignos de seguir gozando de la bendición del
Creador. Es claro que no era el sexo, sino quebrantar los mandamientos del Padre, el
verdadero resultado de errar.

23 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Como consideraremos más adelante en este estudio, la mujer realiza su acto de
consagración a su Creador y su renovación del rúaj a través del ritual de mikvéh, que
consiste en una total inmersión en agua, estando ella completamente desnuda en la
presencia de Elohim. Por lo tanto, no era la desnudez en sí misma que fue considerada
indigna por la primera pareja a la vista de su Creador, sino errar en su actuar contra la
orden dada por Yahweh y la unidad entre ellos dos; esto es importante.

Br (Gn) 3:12Y el hombre respondió: «La mujer que Tú me diste por compañera, ella me
dio del árbol, y yo comí.

Notemos la diferencia: Primero, el hombre reconoció a la mujer como hueso de mis


huesos, y carne de mi carne, ella era la otra parte de sí mismo; y ahora, el hombre acusa
al Creador por haberle dado la mujer por compañera, como si ella le hubiese sido traída
de alguna otra parte, y luego acusó también a la mujer, ella me dio del árbol. Es evidente
que su unidad fue rota, como la primera consecuencia de su desobediencia: Elohim pasó
a ser un extraño, Uno que impuso al hombre convivir con otro ser extraño que no tiene
nada que ver con él. El hombre olvidó que antes de que la mujer fuese formada, él no
había hallado ninguna ayuda que fuese conforme para él.

Br (Gn) 3:16 A la mujer dijo: Multiplicando aumentare tus dolores y en tu embarazo, con
dolor parirás los hijos; y hacia tu hombre serán tus deseos, y el gobernara en ti.

Éste es otro verso de la torah que es malinterpretado y usado para justificar la sumisión
de la mujer. Generalmente es considerado como una maldición sobre la mujer, pero en
realidad, Elohim está anunciándole las consecuencias de la Caída, no maldiciéndola. El
dolor en el parto es inevitable. Es la segunda sentencia que debe ser entendida: y hacia tu
hombre serán tus deseos, y el gobernara en ti. Ésta es una declaración de difícil
interpretación si no se tiene en mente el cuadro completo. No es independiente de la
primera acerca del parto, sino que está relacionada con ésta: Tiene que ver con la
sexualidad de la mujer. Hemos visto que ambas partes realizan un recíproco acto de dar y
recibir, y así se completan entre sí: Primero, ella es quien recibe la simiente del hombre,
luego ella es quien da una nueva vida. Ambas actividades tienen que ver con su deseo:
disfrutar del placer y ser madre. Sucedió que después de la rotura de la relación, el
hombre no tuvo más en cuenta el placer de su mujer, sino sólo el suyo propio. Como la
realización sexual depende de la habilidad del hombre, entonces, su deseo será para su
marido (que pueda complacerla), y él se enseñoreará de ella (porque él lo hace si quiere).
Ésta ha sido la situación durante milenios: la mujer pasó a ser un objeto sexual del
hombre, para darle placer dejándola insatisfecha. Sin embargo, esto no es lo que el
Creador quería. Al contrario de la inmensa mayoría de las culturas mundiales, la torah ha
propuesto una solución a este problema, estableciendo que el sexo no es un derecho del

24 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


hombre sino un deber, y es un derecho básico de la mujer, llamado mitzvat onah, por
lo cual al hombre se requiere que realice el placer de su mujer antes que el suyo propio, y
debe también entender cuando ella lo está deseando y complacerla sin esperar que ella lo
pida. El sexo es qadósh (apartado) más allá del propósito de la procreación, como
expresión de completa unidad, en el rúaj del hombre y física, de la pareja.

Br (Gn) 3:20 Y llamo Adám el nombre de su mujer Javáh, porque ella seria madre de
todo ser vivo. Es sólo en este momento que el hombre da un nombre a la mujer (la misma
cosa que hizo antes con los animales), y mantuvo el nombre original Adám para sí mismo
o quizás permaneció sin nombre, o tuvo otro nombre propio que no es mencionado.
Notemos que Adám está siempre precedido por el artículo en el texto hebreo, ha-Adám.
El tiempo en que esto ocurrió es indefinido, pero aparentemente fue después que Elohim
anunció las consecuencias de la Caída y antes que Él haya hecho los vestidos para ellos.
Como su nombre le fue dado porque era la madre de todos los vivientes, es muy probable
que la mujer estuviera ya encinta cuando aconteció la Caída (pero no podemos decirlo
con certeza).

Br (Gn) 4:1 Y Adám conoció a Javáh su mujer, y quedo preñada y dio a luz a Qayín, y
dijo: Adquirí varón de Yahweh.

La relación entre hombre y mujer es restaurada. El verbo conocer aquí es yada’, que
significa no sólo un conocimiento físico, sino una unión por el rúaj. Adám-Javáh, la
primera mujer, todavía lleva la carga del juicio del mundo entero por causa de su torcida
manera de actuar del que es acusada. Ella ha sido desposeída de su posición de mitad
igual y toda su descendencia femenina ha sido sometida por las nuevas reglas, que
Elohim no estableció, y que la torah no aprueba. Sin embargo, ella debe ser reconocida
por haber dado acceso a un nivel de conocimiento y entendimiento, y a un significado
más profundo del amor y de los caracteres que emanan del amor, como el perdón, la
bondad, la liberación, la redención.

Ribqáh (Rebeca)

Br (Gn) 24:2-4Y dijo Abraham a un siervo suyo, el más viejo de su casa, que era el que
gobernaba sobre todo lo que tenía: Pon ahora tu mano debajo de mis genitales. Y te
juramentaré por Yahweh, Elohim del shamáyim y Elohim de la tierra, que no tomarás
mujer para mi hijo de las hijas de los Kenaanim, entre los cuales yo resido. Sino que irás
a mi tierra y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Yitzjaq.

Ahora nos encontramos inmersos en plena era de los primeros Padres. Había reglas que
debían ser observadas por diferentes pueblos, y éstos Ha ibrit eran celosos de su sistema

25 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


endogámico. El patrón manda a su siervo a buscar una mujer para su hijo aparentemente,
el hijo no fue ni siquiera consultado, y deberíamos esperarnos que a la joven no se le
preguntara tampoco si ella desea casarse con un primo desconocido o no. No obstante,
ésta familia patriarcal tenía conocimiento del plan de Elohim:

Br (Gn) 24:5,8Y el siervo le respondió: Quizá la mujer no querrá venir en pos de mí a


esta tierra; Abraham le dijo: Si la mujer no quiere venir en pos de ti, serás libre de este
juramento.
Ahora bien, si hay alguno que insiste en que la Torah es un libro centrado en la
supremacía masculina, tal persona debe ponderar el comportamiento de este nuestro
Padre, que aparentemente no tuvo cuidado de la voluntad de su propio hijo, pero respetó
la de la joven mujer a la cual pidió que fuese su nuera. Considerando el periodo en que
estos eventos ocurrieron, debíamos esperarnos del siervo que respondiese Quizá el padre
de la mujer no querrá dártela para tu hijo; pero el siervo, conociendo a su patrón,
preguntó directamente por la opinión de la moza. El sistema de nuestros Padres es un
prototipo de sociedad sexista, sin embargo, los padres en la torah trataron de seguir lo que
habían recibido como el plan original de Elohim, e hicieron que el sistema social en el
cual nacieron fuese más comprensivo y amable.

Br (Gn) 24:10, 15, 16, 22, 29-31, 57, 58 Y el siervo tomó diez camellos de los camellos
de su señor, y se fue, tomando toda clase de regalos escogidos de su señor; y se puso en
camino… Y aconteció que antes que él acabase de hablar, he aquí Ribqáh, que había
nacido a Betuél, hijo de Milkáh, mujer de Najór hermano de Abraham, la cual salía con
su cántaro sobre su hombro. Y la moza era de muy hermoso aspecto, no Almáh, a la que
varón no había conocido… le presentó el hombre un pendiente de oro que pesaba medio
shekel, y dos brazaletes que pesaban diez… Ribqáh tenía un hermano que se llamaba
Labán, el cual corrió afuera al hombre, a la fuente. Y fue que como vio el pendiente y los
brazaletes en las manos de su hermana, que decía: Así me habló aquel hombre, vino a él,
y le dijo: Ven, bendito de Yahweh; ¿por qué estás fuera? yo he limpiado la casa, y el
lugar para los camellos… Ellos respondieron entonces: Llamemos la moza y
preguntémosle. Y llamaron a Ribqáh, y le dijeron: ¿Irás tú con este varón? Y ella
respondió: Sí, iré.

Aquí he citado sólo algunos versos importantes, ya que la historia es bien conocida y es
narrada a lo largo de todo el Perék 24 de Br (Gn). Evidentemente, la sociedad de nuestros
Padres en la torah no era tan centrada en la supremacía masculina como a menudo es
considerada, al menos, no aquella de los antiguos Hebreos como la familia de Abraham.
Algunos críticos arguyen que el factor convincente fue la cantidad de regalos que llevó el
siervo de Abraham, conociendo el carácter del hermano de Ribqáh. Pero en última
instancia, no sólo Abraham liberó a su siervo del juramento en el caso que la mujer no

26 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


hubiese aceptado de venir con él, sino también la familia de ella la pregunto si estaba
dispuesta a casarse con el primo desconocido. Ellos no la vendieron.

Br (Gn) 24:67Yitzjaq la introdujo en la tienda de su madre Saráh, y Ribqáh fue su mujer,


y él la amó.

A diferencia de su padre y de sus hijos, Yitzjaq tuvo una sola mujer y ninguna concubina,
lo que era muy inusual para esos tiempos. Ribqáh fue sabia en su elección.

Y aconteció que cuando hubo Yitzjaq envejecido, y sus ojos se ofuscaron quedando sin
vista, llamó a Esáv, su hijo el mayor, y le dijo: Mi hijo… toma, pues, ahora tus armas, tu
aljaba y tu arco, y sal al campo, y tráeme caza. Y hazme un guisado, como yo gusto, y
tráeme lo, y comeré; para que te bendiga mi alma antes que muera». Y Ribqáh estaba
oyendo, cuando hablaba Yitzjaq a Esáv su hijo. Y Esáv fue al campo para buscar la caza
que había de traer. Entonces Ribqáh habló a Yaaqóv su hijo, diciendo: «He aquí yo he
oído a tu padre que hablaba con Esáv tu hermano… ahora pues, hijo mío, obedece a mi
voz en lo que te mando. Ve ahora al ganado, y tráeme de allí dos buenos cabritos de las
cabras, y haré de ellos viandas para tu padre, como él gusta. Y tú las llevarás a tu padre,
y comerá, para que te bendiga antes de su muerte»… Y tomó Ribqáh los vestidos de Esáv
su hijo mayor, los preciosos, que ella tenía en casa, y vistió a Yaaqóv, su hijo menor. Y le
hizo vestir sobre sus manos y sobre la cerviz donde no tenía vello, las pieles de los
cabritos. Y entregó los guisados y el pan que había aderezado, en mano de Yaaqóv su
hijo. Y él fue a su padre… Él [Yitzjaq] no le reconoció… y le bendijo… Elohim te dé del
rocío del cielo, y de las grosuras de la tierra, y abundancia de trigo y de mosto. Sírvante
pueblos, y naciones se inclinen a ti; sé señor de tus hermanos, e inclínense a ti los hijos
de tu madre. Malditos los que te maldijeren, y benditos los que te bendijeren».
Br (Gn) 27:1, 3-6, 8-10, 15-18, 23, 28-29)

Ribqáh puede aparecer como una mujer astuta que se aprovechó de la ceguera de su
marido para hacer que su hijo favorito fuese bendecido en lugar del primogénito, como
estaba establecido por las normas de los padres. Sin embargo, ella sabía que el marido
estaba afligido por la manera en que Esáv conducía su vida, no respetando la enseñanza
de sus padres. Ribqáh se comportó según el plan del Yahweh, porque Yitzjaq no habría
infringido la torah y habría bendecido a Esáv, él habría hecho lo que era justo según lo
establecido. Entonces, el Único que está por encima tuvo que actuar a través de Ribqáh
(de nuevo, una mujer que cambió el curso entero de la historia), y de ésta manera, Yitzjaq
fue inocente de haber quebrantado la palabra de Yahweh, y bendijo a Yaaqóv, el
progenitor del pueblo de Yisrael. Ribqáh actuó con sabiduría, liberando a su marido de no
obedecer la palabra de Yahweh y haciendo que la bendición fuese dada al hijo elegido.

27 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Tamar

Tamar es un ejemplo de cómo muchas veces las mujeres han sido denegadas de sus
derechos y han tenido que proyectar un plan para poder obtener justicia, aún arriesgando
la propia vida. Tamar tuvo que soportar el desprecio y la humillación en el ambiente
dominado por la supremacía masculina en el cual ella vivía, y es incluso acusada de
inmoralidad sexual y de comportamiento engañoso por el legalismo religioso del
presente, sin tener en cuenta que la palabra de Yahweh en cambio reivindica su justicia y
sabiduría.

Br (Gn) 38:2Y vio allí Yahudáh la hija de un hombre Kenaaní, el cual se llamaba Shúa; y
la tomó, y entró á ella.

Sabemos que la familia de Yaaqóv estaba bajo el requisito de brit milah (circuncisión),
por lo cual no les estaba permitido tomar mujeres de pueblos que no seguían esta
observancia. Excepto Yoséf, que se casó con Asenat la mitzri, y Yahudáh, no se nos dice
dónde los hijos de Yaaqóv encontraron a sus esposas, pero podemos entender por las
Escrituras que ellos buscaron mujeres de la descendencia de Abraham, quizás incluso
Ismaelitas y Madianitas.

Yahudáh era uno de los doce hijos de Yaaqóv, y llegó a ser el principal. No obstante, a
diferencia de su padre y sus hermanos, él no observó las reglas de su familia y se casó
con una mujer kenaaní, de la cual tuvo tres hijos. Los otros hijos de Yaaqóv no tomaron
mujeres de las kenaaní, como nos resulta claro del incidente con Shekém Br (Gn) 34:13-
17), y también porque uno de los hijos de Shimón es específicamente llamado el hijo de
la kenaaní Br (Gn) 46:10, lo que indica que éste era el único kenaaní de los nietos de
Yaaqóv (aparte de los tres hijos de Yahudáh).

Br (Gn) 38:6 Yahudáh tomó mujer para su primogénito Er, la cual se llamaba Tamar.
Aunque las Escrituras no dicen nada sobre el origen de la familia de Tamar, no hay
ninguna objeción acerca de su elegibilidad si no, como en el caso de la mujer de Yahudáh
o de las de Esáv, habría sido especificado que ella también era kenaaní, o Jitií, o de algún
pueblo con el cual los Yisraeli no debían casarse. También es razonable pensar que
Yahudáh no tenía intención de ir más lejos fuera de la instrucción de su propia casa, y
habría elegido para sus propios hijos mujeres de la descendencia de Abraham. Sin
embargo, sus hijos, siendo por mitad kenaaní no fueron designados para perpetuar el
nombre de Yahudáh en las Tribus de Yisrael.

Br (Gn) 38:7-10 Er, el primogénito de Yahudáh, fue malo á los ojos de Yahweh y
Yahweh le quitó la vida. Entonces Yahudáh dijo a Onán, Entra a la mujer de tu hermano,
y cásate con ella, y levanta simiente a tu hermano. Y sabiendo Onán que la simiente no
28 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim
había de ser suya, sucedía que cuando entraba a la mujer de su hermano vertía en tierra,
por no dar simiente a su hermano. Y desagradó en ojos de Yahweh lo que hacía, y
también le quitó la vida.

En la torah esta establecido que cuando moría un hombre sin haber dejado descendencia,
su hermano debía casarse con la viuda, y a ella no se le permitía casarse fuera de la
familia del marido fallecido. Su hijo primogénito habría pertenecido al hermano muerto,
para que su nombre fuese perpetuado. Ésta instrucción implicaba que el hijo heredaría
todos los derechos de su tío fallecido, prevaleciendo sobre los derechos de su padre
biológico.
No tiempo para las discusiones sin fin acerca de la naturaleza del pecado de Onán; había
razones más allá de aquellas legales por las cuales debía ser excluido de Yisrael y de
Yahudáh. Por lo tanto, señalaremos sólo algunos aspectos importantes del caso. Después
de la muerte de Er, Onán habría recibido la doble porción de herencia asignada al
primogénito, pero si él hubiera hecho su deber, éste derecho habría pasado directamente a
su hijo, que no habría sido reconocido como suyo sino de su hermano. Por consiguiente,
su disgusto en deber cumplir la torah del levirato puede ser atribuido a su egoísmo y su
codicia. Sin embargo, hay otro aspecto de su conducta que era aún peor: su desdén hacia
Tamar, que él trató como un objeto sexual y le negó la posibilidad de la maternidad. Él
no tenía necesidad de ella para tener una descendencia propia, porque podía tomar otras
mujeres. Onán fue verdaderamente indigno de ser contado entre los hijos de Yisrael.

Br (Gn) 38:11-18, 24-26 Y Yahudáh dijo a Tamar, su nuera: Quédate viuda en casa de tu
padre, hasta que crezca Shélaj mi hijo; porque dijo: Que quizá no muera él también
como sus hermanos. Y Tamar se fue y estuvo en la casa de su padre. Y pasaron muchos
días, y murió la hija de Shúa, mujer de Yahudáh. Y fue dado aviso a Tamar, diciendo: He
aquí tu suegro sube a Timnáh a trasquilar sus ovejas. Entonces se quitó ella los vestidos
de su viudez, y se cubrió con un velo, y se arrebozó, y se puso a la entrada de Enayim
junto al camino de Timnáh; porque veía que había crecido Shélaj, y ella no era dada a él
por mujer. Y la vio Yahudáh y la tuvo por ramera, porque había ella cubierto su rostro. Y
apartóse del camino hacia ella, y le dijo: Déjame ahora entrar en ti, porque no sabía que
era su nuera; y ella dijo: ¿Qué me has de dar, si entrares a mí? Él respondió: Yo te
enviaré del ganado un cabrito de las cabras. Y ella dijo: Me has de dar prenda hasta que
lo envíes. Entonces él dijo: ¿Qué prenda te daré? Ella respondió: Tu anillo, y tu manto, y
tu bordón que tienes en tu mano. Y él se los dio, y entró a ella, la cual concibió de él. Y
sucedió que al cabo de unos tres meses fue dado aviso a Yahudáh, diciendo: Tamar, tu
nuera ha fornicado, y ciertamente está encinta a causa de las fornicaciones. Yahudáh
dijo: Sacadla, y sea quemada. Y ella cuando la sacaban, envió a decir a su suegro: Del
varón cuyas son estas cosas, estoy encinta. Y dijo más: Mira ahora de quién son estas

29 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


cosas, el anillo, y el manto, y el bordón. Entonces Yahudáh los reconoció, y dijo: Más
justa es ella que yo, por cuanto no la he dado a Shélaj mi hijo.

Yahudáh cometió un error en casarse con una Kenaaní, y ninguno de los hijos de ésta
habría sido elegible para perpetuar el nombre de la Tribu en Yisrael. La muerte de la
mujer de Yahudáh no es un detalle marginal, sino que allanó el camino a Tamar para
cumplir con el propósito para el cual fue llamada: perpetuar la heredad de Yahudáh según
un linaje aprobado. Ésta es la principal razón detrás de todo lo ocurrido. Desde el punto
de vista legal, Yahudáh falló al no cumplir con su deber, porque Tamar fue impedida de
poder casarse fuera de su familia. En aquellos tiempos, una viuda sin hijos tenía una vida
muy difícil en su vejez sin el apoyo de hijos e hijas, y ella tuvo que actuar sabiamente
para obtener sus derechos. Ella es muchas veces acusada de haber cometido un acto
impuro, el cual era necesario no sólo para su propia supervivencia, sino también para la
entera Tribu de Yahudáh. Me pregunto, ¿Por qué no se recalca tanto el hecho que
Yahudáh no dudó en pagar a una prostituta para satisfacerse a sí mismo? Más allá de este
hecho, Tamar fue intachable. En efecto, Yahudáh reconoció: Más justa es ella que yo.
Tamar mostró a su suegro que era justa, aún a través de un acto injusto. Esto fue hecho
con sabiduría, más allá de todo juicio que los hombres puedan pronunciar sobre ella, y
Elohim la recompensó con una descendencia noble como el linaje del Rey David.
Ella fue humillada dos veces, por Onán que la despreció y por su suegro que le negó sus
derechos, pero Elohim le dio una doble bendición:

Br (Gn) 38:27Y aconteció que al tiempo del dar a luz, he aquí había gemelos en su
vientre.
De éstos mellizos descendieron casi todos los miembros de la más importante de las
Tribus de Yisrael. La mujer Kenaaní de Yahudáh no era la elegida para perpetuar el
nombre de la Tribu, sino Tamar, y Elohim la designó para mantener la estirpe de
Yahudáh según el Pacto.

Rajáb

La historia de Rajáb es otro ejemplo de una mujer que fue bendecida por el Omnipotente
por haber contribuido al cumplimiento de Su designio, y en las Escrituras ningún juicio
negativo es pronunciado sobre ella.

Yah (Josué) 2:1-6, 8-14 Yahushua hijo de Nun envió desde Shittim dos espías
secretamente, diciéndoles: Andad, reconoced la tierra, y Yerijó. Los cuales fueron, y
entraron en casa de una mujer ramera que se llamaba Rajáb, y posaron allí. Y fue dado
aviso al rey de Yerijó, diciendo: He aquí que hombres de los hijos de Yisrael han venido
aquí esta noche a espiar la tierra. Entonces el rey de Yerijó envió a decir a Rajáb: Saca

30 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


fuera los hombres que han venido a ti, y han entrado en tu casa; porque han venido a
espiar toda la tierra. Mas la mujer había tomado los dos hombres, y los había escondido;
y dijo: Verdad que hombres vinieron a mí, mas no supe de dónde eran: y al cerrarse la
puerta, siendo ya oscuro, esos hombres se salieron, y no sé a dónde se han ido: seguidlos
de prisa, que los alcanzaréis. Más ella los había hecho subir al terrado, y los había
escondido entre tascos de lino que en aquel terrado tenía puestos. Más antes que ellos
durmiesen, ella subió a ellos al terrado, y les dijo: Sé que Yahweh os ha dado esta tierra;
porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país
están desmayados por causa de vosotros. Porque hemos oído que Yahweh hizo secar las
aguas del Mar Rojo delante de vosotros, cuando salisteis de Mitzrayim, y lo que habéis
hecho a los dos reyes de los Amorrí que estaban de la parte allá del Yardén, a Sehón y a
Og, a los cuales habéis destruido. Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón; ni ha
quedado más rúaj en alguno por causa de vosotros: porque Yahweh vuestro Elohim, Él
es Elohim arriba en los cielos y abajo en la tierra. Ahora os ruego que me juréis por
Yahweh, que como he hecho bondad con vosotros, así la haréis vosotros con la casa de
mi padre, de lo cual me daréis una señal cierta; y que salvaréis la vida a mi padre y a mi
madre, y a mis hermanos y hermanas, y a todo lo que es suyo; y que libraréis nuestras
vidas de la muerte». Y ellos le respondieron: «Nuestra alma por vosotros hasta la
muerte, si no denunciareis este nuestro negocio: y cuando Yahweh nos hubiere dado la
tierra, nosotros haremos contigo bondad y verdad.

De lo narrado en este pasaje, según los cánones del oficialismo religioso Rajáb sería
calificada no sólo como una prostituta, sino también como mentirosa y traidora, desleal
hacia su propio pueblo, y una colaboracionista con el enemigo y también es evidente que
los espías Yisraeli no fueron buenos ejemplos para el Mossad, ya que fueron descubiertos
muy pronto! Tampoco sabemos por qué fueron justamente a la casa de una prostituta…
Por el contrario, Rajáb era una mujer inteligente que tenía el conocimiento del verdadero
Dios, y se comportó de acuerdo a Sus propósitos. Ella era vista como una meretriz por los
Yisraeli; ¿pero qué clase de meretriz era? Leemos que tenía un padre, una madre,
hermanos y hermanas, una casa propia, y probablemente era rica; ella no tenía necesidad
de ejercer tal profesión para vivir. Ella no era la señora de un burdel, sino que vivía en su
casa con su familia. En base a éstos elementos, podemos afirmar que ella era una
prostituta ritual, una sacerdotisa de la religión kenaaní, y por lo tanto, una mujer
respetable que gozaba de privilegios y era incluso conocida del rey de la ciudad, pues ella
probablemente servía en el templo en las celebraciones principales. Su posición social
podría compararse con la de las estrellas del cine de nuestros días, cuya reputación va
más allá de sus actos y de su vida sexual. Esta clase de mujeres era muy común en
Kenáan, a tal punto que el término hebreo qedeshah, que significa “aparatada”, se usaba
como un eufemismo de meretriz. No obstante, ella no estaba contenta con su posición de
prestigio, ni con la religión de su pueblo, en la cual ella ya no creía… ella sabía Quien es

31 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


el verdadero Dios, y eligió estar de la parte de Su pueblo. Ella no debía sentir ninguna
atracción o amor por los hombres con quienes ella había estado, sino tristeza y soledad en
su rúaj. Su carne debía estar constantemente luchando contra la espiritualidad que residía
en su interior. Ella deseaba algo de cortesía, de amabilidad y en lo más profundo, de
pureza.
Su traición no fue tal, y la falsa información que ella dio a las guardias del rey no se
puede considerar una mentira; debemos tener en mente que ella estaba en medio de una
guerra entre dos naciones, y mientras los habitantes de Yerijó veían a los Yisraeli como
invasores, ella los vio como libertadores. Es legal en una guerra apoyar a uno u otro
ejército, y recurrir a la estrategia. ¿Acaso no hizo lo mismo el Rey David cuando luchaba
contra Abshalom, y mandó a Hushai a dar un consejo falso? ¿Y la mujer de Bahurim, que
escondió a los espías de David en el pozo, y dio una falsa información a los siervos de
Abshalom, desviándolos en la misma manera que lo hizo Rajáb? 2 Shm (2Samuel) 17:17-
21 ¿Pueden David y aquella mujer ser acusados de embuste? Rajáb era una estratega. Ella
sabía Quien era el Elohim de aquellos dos espías, y entendió que su acción de arriesgar su
vida para protegerlos era su única posibilidad de obtener el favor del Elohim de ellos y
así también su libertad. Ella estaba segura como de su propia existencia que los Yisraeli
habrían conquistado la fortaleza de Yerijó, porque sabía que Elohim estaba con ellos.

Yah (Josué) 6:22-25 Yahushua dijo á los dos hombres que habían reconocido la tierra:
Entrad en casa de la mujer ramera, y haced salir de allá a la mujer, y a todo lo que fuere
suyo, como lo jurasteis. Y los jóvenes espías entraron, y sacaron a Rajáb, y a su padre, y
a su madre, y a sus hermanos, y todo lo que era suyo; y también sacaron a toda su
parentela, y los llevaron fuera del campo de Yisrael. Y consumieron con fuego la ciudad,
y todo lo que en ella había: solamente pusieron en el tesoro de la casa de Yahweh la
plata, y el oro, y los vasos de metal y de hierro. Mas Yahushua salvó la vida a Rajáb la
ramera, y a la casa de su padre, y a todo lo que ella tenía; y habitó ella entre los Yisraeli
hasta hoy; por cuanto escondió los mensajeros que Yahushua envió a reconocer a Yerijó.
Su acción le permitió de superar el anatema que Elohim había determinado para su
pueblo, el cual no era admitido para contraer matrimonio con el pueblo de Yisrael Shem
(Éxodo) 34:15-16, y ella fue aceptada para habitar en Yisrael todos los días de su vida.
¡Qué contraste con la mujer de Yahudáh, cuya descendencia no fue aprobada y debió ser
Tamar quien perpetuó el linaje de la entera Tribu! Las Escrituras Hebreas no dicen nada
más sobre su vida, sólo que ella y su familia se unió a Yisrael, y debemos pensar que
también sus hermanos y hermanas se casaron dentro de su nueva nación. Es también
obvio que ella dejó de ser una prostituta sacra, sino que fue una mujer devota al Elohim
de Abraham, Yitzjaq y Yaaqóv, y que se construyó una familia según la Ley Mosaica. Su
antigua vida fue quemada con la ciudad donde ella vivió, y fue llamada a una nueva vida
sirviendo al Elohim que no requiere profanar el propio cuerpo para adorarle.
Hay algunos problemas cronológicos acerca de las genealogías durante el periodo de los

32 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Jueces, pero según la tradición, ella se habría casado con Salmon, cuyo padre Najshon era
un jefe de la Tribu de Yahudáh (Números 1:7; 7:12; 10:14), y por lo tanto es considerada
como la madre de Boaz – ésta tradición es dada por cierta en el Evangelio (Mateo 1:5),
aunque es difícil contar sólo cinco generaciones entre Salmon y el Rey David, y Boaz en
el medio, siendo muy probablemente contemporáneo de Gideón (ver explicación en
Ruth). Es muy probable que falten algunos nombres, pero en todo caso, la suya fue una
matriz que no fue juzgada ni condenada en los ojos del Señor, sino suficientemente digna
de dar a luz un hijo que fue ancestro del Rey David.

Aksáh

Aksáh es una joven mujer que generalmente no es notada, aún siendo mencionada en dos
pasajes paralelos de dos libros del Tanák:

Yah (Josué) 15:16-19 y Shof (Jueces) 1:12-15 Y dijo Kaléb: Al que atacare a Qiryát
sefér, y la tomare, yo le daré a mi hija Aksáh por mujer. Y la tomó Atniél hijo de Kenaz,
el hermano de Kaléb; y él le dio por mujer a su hija Aksáh. Y cuando ella vino [a él], lo
persuadió de que pidiera a su padre un campo fértil. Y ella descendió del asno; y Kaléb
le dijo: ¿Qué tienes? Ella entonces le respondió: Dame una bendición: que pues me has
dado tierra de secadal, me des también fuentes de aguas». Entonces Kaléb le dio las
fuentes de arriba y las fuentes de abajo.

En la sociedad del tiempo de nuestros padres no era inusual que una hija fuese ofrecida
como trofeo para el guerrero más valiente, y esto es lo que sucedió con Aksáh. Su padre
Kaléb fue el único hombre aparte de Yahushua que había nacido en Mitzrayim y
sobrevivido a toda la travesía del desierto Bem (Números) 14:30-31, y era él mismo un
guerrero de valor. Aksáh puede aparecer como la propiedad de un hombre que es cedida
por un precio a otro hombre, no obstante, ella demostró de saber sacar ventaja de la
situación con sabiduría y decisión; ella no estaba tratando con hombres delicados, sino
con guerreros y conquistadores, y reclamó para sí una dote mayor que la que le había sido
dada. Notar que fue ella que persuadió a su nuevo propietario, su marido, a pedir a su
padre tierras, y luego, ella misma agregó a la demanda también fuentes de agua, y las
obtuvo. Aksáh es un ejemplo de una joven mujer que, a pesar de su condición de
inferioridad social, logra alzar su voz y ser escuchada. No sabemos más nada de su vida,
pero podemos imaginar que ella tenía un don especial, por el cual los combatientes la
escuchaban y le concedían sus pedidos.

Deboráh (Débora)

El periodo de los Jueces fue quizás el más duro para la mujer en el antiguo Yisrael,
tiempo en que su condición social fue la más baja. Era una etapa de transición en la que
33 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim
las Tribus estaban más que todo por cuenta propia, con una débil unidad entre ellas, cada
una combatiendo separadamente al grupo kenaaní que residía en los territorios asignados
a cada Tribu. Estaban en anarquía y guerra, y en tales condiciones, las mujeres
prácticamente no tienen ninguna posibilidad de surgir. Todo estaba en manos de los
hombres. Las mujeres eran mucho menos respetadas que bajo el sistema, como es
evidente en varios hechos narrados en el sefér de Shoftím (los Jueces). Su situación
mejoró sólo cuando la monarquía fue establecida, ya que al menos las mujeres
relacionadas con la casa real y con los personajes notables ganaron alguna influencia en
la sociedad. Era impensable para una mujer asumir el liderazgo en el periodo de los
Shoftím (jueces), sin embargo, fue justamente en ésta edad obscura de Yisrael que
Deboráh surgió para gobernar.

Shof (Jueces) 4:2-5

Hacía veinte años que los Kenaaní, con un potente ejército, estaban oprimiendo a las
Tribus de Yisrael excepto la Tribu de Yahudáh, la cual aparentemente logró conquistar
todas sus tierras y era de hecho una entidad separada del resto de Yisrael durante todo el
periodo de los Shoftím (jueces). Es increíble que no hubiese un hombre capaz de
emprender una revuelta; no era por falta de buenos guerreros, sino porque ninguno de
ellos era según el plan del Señor, porque “en aquellos días no había rey en Yisrael, y cada
uno hacía como mejor le parecía” (Shoftím (jueces) 17:6). Entonces, una Neviyah surgió
como Juez: Deboráh. Excluyendo al Nevií Sh´muel, quien es considerado como el último
de los Shoftím (jueces) y que gobernó sobre todas las Tribus, Deboráh tuvo al menos tres
características exclusivas que hacen de ella la única entre todos los Shoftím (jueces):

Ella fue la única Juez mujer;

Ella fue la única de los Shoftím (jueces) que fue también Nevií;

Ella fue la única que juzgó sobre todo Yisrael, mientras que todos los demás Shoftím
(jueces) gobernaron sólo sobre la propia Tribu.

Deboráh es llamada “mujer de Lapidot”, que muchos interpretan como “esposa”, porque
en hebreo no hay una palabra específica para esposa sino que es la misma que indica
mujer. En realidad, es muy probable que “mujer” no quiera decir esposa en este caso.
Lapidot es un plural femenino que significa “llamas”, y puede no ser un nombre propio,
sino un título o una cualidad. De hecho, eshet lapidot, que literalmente significa “mujer
de llamas”, puede ser una descripción de su carácter. Por lo tanto, toda la frase “Deboráh,
Neviyah, mujer de Lapidot” puede entenderse como una unidad que define qué tipo de
Neviyah ella era, una con celo ardiente como llamas. De otra manera, si mujer significase
en efecto esposa, una interpretación rabínica identifica a Lapidot con Barak, cuyo nombre
34 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim
significa “rayos”, y puede ser considerado un sinónimo de Lapidot y de este modo, la
frase contendría un juego de palabras que define sea su carácter que de quien era esposa.
Sin embargo, Barak pertenecía a otra Tribu (y la torah de Moshéh que establece el
matrimonio dentro de la propia Tribu), y aparentemente él vivía en otro lugar, en el norte
de Yisrael, pues ella lo mandó a llamar (v. 6) desde su ciudad. Éste hecho hace que la
definición “mujer de llamas” sea aún más significativa, porque ella es colocada en una
posición equivalente a la del comandante en jefe del ejército en realidad, él tomaba
órdenes de ella, como veremos.

Deboráh estableció su corte bajo una palmera en su tierra, en el sur de Efrayim, y los
Yisraeli iban a ella a juicio, una afirmación que denota la alta estima de que ella gozaba
en medio de su pueblo.

Shoftím (jueces) 4:6-8

Suena extraño en la boca de un guerrero valeroso, comandante de un ejército, pedirle a


una mujer de acompañarlo a la guerra, porque si no, él no iría. Este hecho nos muestra
qué tipo de carácter era el de Deboráh, que era capaz de inspirar aliento y cuya autoridad
del rúaj que era esencial para el desarrollo de la batalla.

Shoftím (jueces) 4:9

Deboráh no dudó en aceptar el pedido de Barak, pero le dejó en claro que porque él no
confió en su voz desde el principio, sino que agregó una condición para cumplir con lo
que Yahweh había mandado, la gloria de la victoria sería acreditada a una mujer. La
profecía que Sísara habría caído ante una mujer tuvo doble cumplimiento: su ejército fue
derrotado por los Yisraeli bajo la guía espiritual de Deboráh, y él mismo fue ejecutado
por otra mujer, Yaél.

Shoftím (jueces) 4:14-15, 17

Deboráh muestra a Barak que el resultado de la batalla estaba determinado como ella
había dicho, que el Señor habría entregado al enemigo en manos de Barak, pero como él
puso la condición que Deboráh fuese con él, él no logró completar la victoria capturando
al jefe del ejército derrotado, que escapó y, como veremos, fue entregado en manos de
una mujer (ver la próxima: Yaél).

Shoftím (jueces) 4:23-24

35 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Aquella batalla fue crucial, pues desde entonces los Yisraeli ganaron su independencia y
los Kenaaní no se levantaron más.

Shoftím (jueces) 5:1

Literalmente: “Cantó Deboráh y Barak hijo de Avinoam en aquél día”, con el verbo en
singular femenino. Aunque el cántico es atribuido a ambos, Deboráh y Barak, ella es
mencionada primero, y por el texto se entiende que fue su cántico, no de ambos. Este es
quizás el único Perék de la Biblia escrito por una mujer, y una de las piezas más antiguas
de la literatura hebrea. Entonces Deboráh explica cuál era la situación en Yisrael cuando
ella fue llamada:

Shoftím (jueces) 5:7-8

La situación en aquellos días es la que hemos descrito antes, que la opresión del pueblo
no era consecuencia de que no hubiera hombres de valor en Yisrael, sino porque ninguno
de ellos era según la voluntad del Señor. Los Yisraeli habían seguido otras deidades, y
habían perdido el favor del Omnipotente. Entonces, Deboráh fue designada Juez y Nevií
en lugar de los hombres, porque habían dejado de ser gobernantes idóneos. Ella fue como
una madre para su pueblo. El cántico continúa elogiando a los jefes de las Tribus que la
siguieron en la batalla, y reprochando a aquellos que prefirieron quedarse en sus tiendas.
Una alabanza especial es pronunciada sobre Yael (la cual consideramos a continuación),
y como mujer y “madre de Yisrael”, Deboráh piensa en los sentimientos de otra mujer y
madre:

Shoftím (jueces) 5:28, 30

Ésta frase ilustra cuál era el concepto de la mujer entre los Kenaaní: despojos de guerra,
una o dos para cada hombre. Esto es lo que la madre de Sísara esperaba de la batalla, pero
su hijo no retornó a casa.

Shoftím (jueces) 5:31

En todo su cántico, Deboráh acredita sus victorias a Yahweh. Ella gobernó el país en
Shalóm por cuarenta años, por lo cual deducimos que era muy joven cuando fue
designada Juez y condujo su primera batalla. Era ciertamente una elegida, la persona más
sabia en Yisrael en aquellos tiempos.

Yael (Jael)

36 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


La batalla de liberación conducida por Deboráh fue completada con la intervención de
otra mujer, Yael. Mientras Deboráh es intachable y vista como una heroína porque en ella
no se halla ningún comportamiento cuestionable, Yael en cambio puede ser considerada
una traidora como Rajáb, una engañadora como Tamar y Ribqáh (según los parámetros
conformistas). Pero ella sabía de qué parte debía estar, y con quién estaba el Señor.

Shoftím (jueces) 4:11,18-22

Los Kenaaní eran del linaje de Yitro, el suegro de Moshéh, y residían de tiendas y
herreros, los “Gitanos” del antiguo Yisrael. Ellos de hecho no tenían patria y vivían en
paz con todos los pueblos entre los cuales habitaban. La mayoría de ellos vivían en
Yahudáh y Edom, pero Hever eligió irse hacia el norte y habitaba en las tierras
gobernadas por Yavin.

Yael rompió todas las reglas: Primero, ella no tenía el consentimiento del marido para
matar al comandante del rey con el cual él y su casa estaban en Shalóm; luego, ella no
debía invitar a un hombre a entrar en su tienda cuando su marido no estaba presente; y
por último, ella violó la regla más sagrada de la hospitalidad, matando a su huésped. La
acción de Yael fue de gran coraje y firmeza. Ella arriesgó su vida y la de su familia,
porque Sísara estaba huyendo de una batalla perdida, pero la guerra continuaba… Sin
embargo, ella sabía que esta vez el Señor habría vuelto Su favor hacia Yisrael, porque
Deboráh estaba gobernando y conduciendo su pueblo a retornar a Yahweh, e Yisrael
habría alcanzado una completa victoria sobre Yavin.

Muchos pueden objetar que ella no podía negar a Sísara de entrar en su tienda, siendo
indefensa, pero del texto aprendemos que fue ella quien lo invitó a entrar, no él que lo
solicitó. Ella no tenía armas para enfrentar a un experto guerrero como Sísara, aunque él
estaba exhausto, ni la fuerza física para oponerse a él. Ella sólo tenía su encanto, y
sabiduría femenina. Su acción no fue traición, sino que en el mismo modo que Rajáb, ella
se puso de la parte de uno de los ejércitos en guerra, y pensó una estrategia para permitir
a Barak la completa victoria en la batalla. Deboráh la alabó en su cántico, con palabras
que no se han dicho de ninguna otra mujer en las Escrituras Hebraicas:

Shoftím (jueces) 5:24-27

“Bendita sobre las mujeres” por su acción y su carácter. La descripción que Deboráh hace
de Yael es prodigiosa: Primero ella es presentada como una mujer con modales refinados,
sirviendo a su huésped como a un noble, y dándole más de lo que él le pidió. Ella le
ofreció toda la comodidad que tenía en su humilde tienda, y lo hizo sentir al seguro. Ella
le dio un alimento que le habría relajado tanto como para dejarlo dormido. Entonces, con

37 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


la decisión de un guerrero, ella le concedió una indolora muerte. Y así los Kenaaní
cayeron por las manos de dos mujeres.

Ruth

Esta mujer es presentada como el máximo ejemplo de lealtad, y no hay nada en su


comportamiento que pueda ser hallado fuera de la Torah. Su historia ha sido considerada
digna de ser escrita y pasó a ser uno de los libros de las Escrituras Hebraicas. Ruth vivó
en el periodo de los Shoftím (jueces) (Ruth 1:1), y aunque el tiempo exacto no es
relevante para nosotros porque nos interesa su persona y carácter, es importante discernir
algunos detalles porque el linaje en el cual ella entró es el del Rey David. Según la Biblia,
hay seis generaciones entre Najshon, príncipe de Yahudáh y contemporáneo de
Yahushua, y el Rey David (1Crónicas 2:10-15). Boaz era el nieto de Najshon, y se lo
supone hijo de Rajáb, lo que colocaría la historia cerca de los primeros Shoftím (jueces),
pero habiendo sido Boaz el abuelo de Yishái, debe haber vivido cerca del final del
periodo de los Shoftím (jueces) y no puede ser el hijo de Rajáb, y al menos dos
generaciones deben faltar en el medio. Otro problema es que Rajáb vivó durante la
conquista de Kenáan bajo Yahushua, mientras Naomi y su marido emigraron de
Yahudáh cuando la conquista había terminado y ya estaban establecidos en la tierra;
luego vivieron al menos diez años en Moáb antes de que Naomi retornara y se encontrara
con Boaz. Además, la carestía en el país sugiere que eran contemporáneos de Gedeón
(Shoftím (jueces) 6:4-5). No obstante, considerando que excepto Deboráh, que gobernó
sobre todo Yisrael, podían haber diferentes Shoftím (jueces) contemporáneamente sobre
sus respectivas Tribus, y entonces la sucesión puede reducirse a los cuatro de Efrayim,
más los periodos de anarquía: en este caso, podríamos considerar que Atniél en Efrayim,
Ehud en Benjamín y Shamgar (probablemente en Yahudáh, habiendo combatido contra
los Filisteos) podrían ser parcialmente contemporáneos; luego Gedeón y Abdón en
Efrayim pueden coincidir por la mayor parte de años con Tola y Elón en Galilea, Ibtzan
en Yahudáh, Yair y Yiphtah en Galaad y Shimshón en Dan. Ésta hipótesis hace posible
contar las cuatro generaciones entre Ruth y el Rey David, aún dejando irresuelto el vacío
entre Najshon y Boaz, y es muy factible que un par de nombres en el medio hayan sido
idénticos en generaciones alternas y no han sido transcriptos por ser considerados
repeticiones. Sin embargo, aún cuando Rajáb probablemente no fue la madre de Boaz
sino su abuela o una generación anterior, su carácter fue transmitido a su descendiente,
como se verá.

Rut 1:1,3-5

Elimelek y su familia han sido los primeros Yahudím emigrantes mencionados en las
Escrituras. Él no debía haber dejado su pueblo en búsqueda de una vida mejor en un país

38 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


pagano, haciendo así que sus hijos se casaran con mujeres de un pueblo al cual el Señor
había explícitamente declarado anatema para Yisrael (Deuteronomio 23:3,6). Por este
motivo, él y sus hijos murieron en pocos años en el país donde se establecieron. Éste es
uno de los signos que muestran cómo la Torah era ignorada durante ese periodo, en en el
cual “cada uno hacía como mejor le parecía” (Shoftím (jueces) 17:6). Muy
probablemente, Naomi no estaba de acuerdo con su marido en dejar la tierra que el Señor
había dado a Su pueblo, pero ya hemos hablado de la escasa consideración de la mujer en
aquél tiempo, la edad oscura del antiguo Yisrael.

Rut 1:6-10

Naomi fue seguramente una mujer excepcional, tanto que sus dos nueras habían decidido
dejar las propias familias y el propio país para seguirla hacia una tierra desconocida, y
habitar con un pueblo desconocido. Su carácter era realmente como su nombre, pues
Naomi significa “placentera”. Sabemos que ella insistió a ambas nueras para que
retornasen de nuevo a sus hogares, y así convenció a Orpa, pero no a Ruth, que dijo:

Ruth 1:16-17

Estas son las palabras más célebres dichas por Rut, como un emblema de devoción y
lealtad. De la misma manera que Rajáb, ella decidió dejar a su pueblo y todo lo que tenía
en su tierra para seguir al Elohim de Yisrael. Ésta fue una acción de gran coraje, pues ella
probablemente sabía que según la Torah ella no habría sido aceptada en Yisrael, pero su
decisión fue tomada sin dudar. Seguramente, ella no dijo que el Elohim de Naomi habría
sido su Elohim quienquiera que fuese, sino porque ya sabía quién Él es. Ella sabía por
firmeza que el Elohim de Yisrael la habría recibido en Su pueblo, porque es el Altísimo y
el dador de la Torah.

Rut 2:1; 4:1

Boaz, siendo pariente del marido de Naomi, tenía el derecho (y el deber) de redimir la
propiedad de Elimelek, si hubiera sido el más cercano. Era un príncipe de Yahudáh,
siendo del linaje de Najshon, y podemos suponer que fuera también el Juez de su Tribu,
porque Yahudáh estaba separada del resto de Yisrael mucho antes de la institución de la
monarquía (notar que los reyes Shaúl y David contaban a Yahudáh como una entidad
distinta de Yisrael 1Samuel 11:8, 17:52; 18:6; 2Samuel 2.10-11; 3:10; 5:3-5. Y eran los
ancianos y gobernantes de la ciudad que acostumbraban a sentarse en las puertas de la
misma para tratar asuntos legales. Una curiosidad, también el ancestro de Ruth, que era
Lot, era un anciano de Sedóm y se sentaba en las puertas de la ciudad Br (Gn) 19:1.

Rut 2:2
39 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim
¿Sabía Ruth en el campo de quién habría ido a trabajar? Quizás ella imaginó que el Señor
la habría guiado al lugar apropiado, porque actuó con la misma firmeza con la cual dejó
la seguridad de su hogar para vivir como extranjera en medio de otro pueblo. En todo
caso, ella no quiso ser una carga para su suegra, sino un apoyo.

Rut 2:11, 12

Boaz tenía conocimiento del rúaj de Ruth. Si él era el hijo de Rajáb o sólo un
descendiente suyo, seguramente Ruth le habrá hecho recordar de Rajáb, que se atrevió a
desafiar al anatema que había sido pronunciado sobre su pueblo e hizo la elección
personal de unirse a Yisrael, porque ella reconocía al Elohim de Yisrael como el Único y
Verdadero. Si Él redimió a una Kenaaní, ¿por qué no habría de redimir también a una
Moabita?

Rut 3:1-9

Hay mucha controversia acerca del significado de las expresiones usadas en este pasaje, y
lo que realmente sucedió depende de la correcta interpretación de los términos. El
consejo de Naomi era claro; ella sabía que Ruth era una mujer determinada, y le pidió
que diese un paso adelante para reclamar sus derechos. Ella sabía cuál era el momento
propicio y lo que se debía hacer, y Rut siguió la recomendación de su suegra. Lo
importante aquí es que el propósito fue conseguido y fue hecho según las reglas
culturales y espirituales de aquel tiempo. De hecho, el texto contiene palabras con sentido
figurado y probables eufemismos que no son evidentes en la traducción, y algunas
expresiones no fácilmente comprensibles, por lo tanto, podemos sugerir cómo se
desarrollaron los eventos sin establecer ningún parámetro dogmático. Rut tenía que
hacerse agradable y deseable y esperar a que Boaz hubiese terminado su trabajo y su
cena, y luego cautamente llegar al lugar en la era donde él iría a dormir, y poner en
marcha su plan. Ella debía descubrirle los pies y acostarse, lo que generalmente se
interpreta que ella gentilmente quitó la cubierta de sus pies y se acostó junto ellos como
señal de sumisión, hasta que el hombre despertó y la notó. Aunque esto podría haber sido
posible si hubiera habido alguna especie de código cultural por el cual un tal
comportamiento pudiera haber sido comprensible, el hecho de descubrir los pies de
alguien mas bien carece de sentido. Sin embargo, ésta expresión puede tener un
significado muy diferente: la palabra “pies” a menudo era usada para definir las piernas e
incluso la parte inferior del cuerpo, y en manera eufemística también las partes íntimas.
Otra interpretación que ha sido propuesta es que ella se descubrió a sí misma y se acostó
al lado de él, pero esto no está sólidamente fundado en el texto. El paso sucesivo era
esperar hasta que él le dijera lo que hacer, pero en cambio fue ella que le dijo a él de
extender su manto sobre ella, haciendo entender que debía ser redimida por él y que era

40 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


su deber tomarla por mujer. Tal comportamiento habría sido correcto y coherente con su
carácter. Ella estaba en la misma situación de Tamar y tuvo que reclamar sus derechos,
aunque no tuvo que recurrir a alguna estratagema y actuó con completa franqueza.

Ruth 3:10-14

Boaz la reconoció como una mujer digna, y aunque su acercamiento a él fue una
declarada propuesta de matrimonio (que podría haber sido consumado esa misma noche,
si él no se hubiese recordado del pariente que tenía prioridad sobre él), él la alabó por su
virtud y lealtad hacia la Torah de Yisrael, según la cual ella no debía casarse fuera de la
familia de su marido muerto. Parece que Boaz era ya un hombre mayor, y es muy
improbable que fuese soltero, más aún siendo una personalidad importante en su Tribu, y
rico; por lo tanto, es factible que él también fuese viudo. Sin embargo, ella podría haber
elegido otros hombres antes que él, más jóvenes y ricos, pero ella prefirió sujetarse a la
Torah de Yisrael. Boaz la recibió a pesar de su origen, como Rajáb de la cual él
descendía fue admitida en Yisrael por causa de su firmeza.

Rut 4:9-10, 13, 17

Esta mujer Moabí, cuyo carácter era a la vez amable y determinado, que era como Rajáb
nacida pagana pero reconocía al Elohim de Yisrael como su Elohim, y que era como
Tamar, viuda sin hijos que reclamó sus derechos de tener descendencia, fue
recompensada por el Señor, que añadió su nombre al linaje del Rey David.

La Hija de Yiftáj

No sabemos ni siquiera su nombre, pero ella es un emblema de total obediencia y


sumisión, según sus pocas palabras que nos han sido transmitidas en el texto. Ella fue
realmente una víctima de su tiempo, en el cual el conocimiento del Señor se había
perdido en Yisrael en un periodo de decadencia espiritual.

Shoftím (jueces) 11:1,3-4,30-32

Yiftáj era un marginal entre los Yisraeli que vivían al este del Yardén, en la frontera con
Amón. En aquél tiempo, el pueblo había olvidado la Torah de su Elohim y seguía los
rituales paganos de sus vecinos, entre los cuales las deidades de Amón y Moáb (Shoftím
(jueces) 10:6, adoptando sus prácticas de culto. Los Amoní y Moabí acostumbraban
sacrificara sus hijos a su ídolo, llamado Kemosh en Moáb y Molek en Amón Bem
(Levítico) 18:21; Bem (Números) 21:29; 1Reyes 11:7,33; 2Reyes 23:10; Yir (Jeremías)
32:35. En éste Perék, ambos ídolos se identifican como el mismo, siendo llamado
Kemosh (que era el nombre moabita) la deidad de Amón Shoftím (jueces) 11:24. Está
41 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim
claro en los versos mencionados que Yahweh ha prohibido terminantemente imitar sus
rituales y contaminarse con tales prácticas. Aunque Yiftáj demuestra tener conocimiento
de la historia de su pueblo, parece no estar al corriente de la Torah de su Elohim él
incluso reconoce a Kemosh como el Elohim que dio a los Amoní su tierra; aunque ésta
puede ser sólo una declaración diplomática basada en lo que los Amoní creían. Como
muchas personas sinceras que sirven a Elohim aún cuando lo hacen en una manera
errada, él puede haber adorado al Elohim de Yisrael en buena firmeza pero no según Sus
reglamentos. ¿Qué quiso decir, cuando dijo “cualquiera que me saliere a recibir de las
puertas de mi casa, le ofreceré en holocausto”? ¿Pensaba quizás que algún animal habría
salido de su casa, como generalmente hacen los perros cuando su patrón llega de un
viaje? ¿O quizás un siervo? ¡Pero si los sacrificios humanos estaban prohibidos por el
Señor! ¡Yiftáj tenía sólo una hija, y habría sido la persona más probable que lo saliera a
recibir!

Shoftím (jueces) 11: 34-40

La virtud y ternura de ésta joven son únicas. Ella no discutió con su padre, sino que
consideró que él debía ser fiel a su voto como algo más importante que su propia vida.
Como Yitzjaq que no resistió a Abraham cuando fue puesto sobre el altar para ser
sacrificado pero Abraham no había hecho un voto de propia iniciativa; sino que había
sido mandado por el Señor, que no le permitió cumplir el sacrificio. La hija de Yiftáj se
comportó como el siervo del Señor en Isaías 53:7, “como cordero fue llevado al
matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca”.
Ella sólo pidió de poder llorar su virginidad, porque no habría tenido el honor de la
mujer, de dejar descendencia. Y fue sacrificada. Hay muchos que tratan de dar una
interpretación revisionista, alegando que Yiftáj no la mató sino que la sacrificó a
virginidad perpetua; pero si fuera así, ¿por qué motivo irían las hijas de Yisrael a
lamentar cada año a una joven que permaneció virgen?...

Estimada es en los ojos de Yahweh la muerte de sus elegidos. Teh (Salmo) 116:15.

Abigayil

Abigayil es apreciada por su belleza y sabiduría, cualidades que ella mostró al salmista
ungido rey de Yisrael.

Shm (1Samuel) 25:2-3

Por qué una mujer bella e inteligente habría de casarse con un hombre indigno y necio, es
un misterio que quizás sólo una mujer pueda explicar, y yo no lo soy… El contraste entre

42 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


ella y su marido es destacado por el escritor en la introducción de la historia que la llevó a
encontrar a David.

1 Shm (1Samuel) 25:4-13

Este evento tuvo lugar en el periodo en el cual David era un fugitivo con su propio
ejército, aún siendo el rey ungido por el Nevií Sh´muél, porque Shaúl todavía reinaba. En
sus andanzas a través del desierto de Yahudáh, David pide hospitalidad a Nabal, porque
sus soldados habían protegido a los hombres de Nabal en una ocasión anterior. Nabal
hace muestra de su estupidez, no sólo negando lo que había pedido David, sino
recalcando que David era un forajido que se apartó de su rey. Un campesino con algunos
siervos osa desafiar a un comandante de seiscientos guerreros! Nabal firmó su propia
sentencia de muerte.

1 Shm (1Samuel) 25:14-17

La sabiduría de Abigayil era reconocida por los siervos de Nabal. Éste joven, según los
conceptos de la época, no debería haber ignorado la autoridad de su amo y contarle a su
mujer lo que había sucedido, pero él sabía que ella era la única persona capaz de
encontrar una solución al grave incidente causado por la idiotez de su amo. Aún cuando
David había determinado la destrucción de toda la casa de Nabal y de sus propiedades, el
siervo confiaba en que Abigayil habría calmado la ira de David.

1 Shm (1Samuel) 25:18-31

Aquí encontramos una mujer que rompe todas las reglas conformistas que enseña la
oficialidad religiosa: ella actúa de propia iniciativa, sin el permiso de su marido, y lleva a
cabo una acción que es exactamente lo contrario de la voluntad de su marido. Ella usurpó
su autoridad. Entonces, se presentó ante David con humildad, y tomó sobre sí la
responsabilidad por “no haber visto a los mensajeros de David”… ¿Qué podría haber
hecho contra la voluntad de su marido? ¿Habría dado una contraorden? Esto no es todo,
sino que se atrevió a calificar a su marido de necio.

Su sabiduría espiritual se manifiesta en sus palabras, cortésmente diciendo a David que


no era digno de él derramar sangre por venganza por su propia mano, porque era el
combatiente por la causa de Elohim, y es Elohim que lo debe vengar. Ella incluso desea
que sus enemigos sean necios como Nabal. Abigayil recordó a David que había sido
profetizado para él ser el Rey de Yisrael, y que debía reinar con limpia conciencia, no
habiendo matado sin causa. Al final, ella le pide de recordarse de ella cuando él habrá
recibido la bendición del Señor.

43 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


1 Shm (1Samuel) 25:32-35

La ira del valeroso guerrero fue calmada por el entendimiento de una mujer. El príncipe
de Yahudáh y de Yisrael hizo caso del consejo de esta mujer, y la alabó por su
inteligencia. Le hizo saber que ella había apenas salvado la vida de todos los varones de
la casa de Nabal y a ella misma de ser tomada como parte del botín (aunque sabemos
quién se la habría quedado para él…)

1 Shm (1Samuel) 25:36-42

Abigayil, la mujer desobediente, fue liberada de su marido, que fue castigado por su mal
comportamiento hacia David. Habiendo oído la noticia, David se recuerda del consejo
que ella le dio, bendiciendo a Elohim por haberle impedido de tomar venganza. La mujer
le dejó tal impresión, que la quiso como esposa él de hecho “se recordó” de ella como
ella le había pedido, aún antes de que el Señor le hubiese dado el reino!
Abigayil era una mujer determinada que sabía lo que tenía que hacer, a pesar de las reglas
sociales que requerían sumisión al marido, y fue valiente como para presentarse ella
misma ante el jefe de seiscientos guerreros para persuadirlo a renunciar a su
contraofensiva, hablándole con sabiduría y dulzura. Ella no fue culpada por haber
transgredido las reglas, sino recompensada, pasando a ser la mujer (una de ellas) del Rey.

Batshéva

Batshéva es generalmente considerada juntamente con David culpable por su falta. No


obstante, las Escrituras no le atribuyen ningún pecado, sino sólo a David. Batshéva no era
sólo una hermosa mujer, sino también fiel y entendida.

2 Shm (2Samuel) 11:1

¿Qué estaba haciendo David en su palacio, cuando todo su pueblo estaba en la guerra, y
era su deber estar en el campo de batalla? Este no era el comportamiento típico del
valeroso guerrero que él era. El gran combatiente que era alabado por su valor, siempre a
la cabeza de ejércitos invencibles… Éste fue su primer error, que lo llevó a los siguientes.
Él se quedó en casa, no porque se estuviera poniendo viejo y no fuera más hábil para la
batalla, porque él aún combatió después de este evento y tuvo aún muchos hijos – por lo
menos cinco con Batshéva (incluyendo el primogénito que murió, pues 1 Div (1Crónicas)
3:5 menciona cuatro) más aquellos de sus concubinas y de otras mujeres. Su fuerza no
había disminuido. Él simplemente se concedió un poco de relax; ya había conquistado
todo lo que había por conquistar, y Rabbah era una ciudad fácil de tomar y su presencia
44 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim
no era indispensable. Este evento debe haber ocurrido no más tarde de la mitad de su
reinado, porque Sh´lomóh era ya suficientemente adulto para ser rey cuando David
murió. Así podemos suponer que David no debía tener más de cincuenta años.

2 Shm (2Samuel) 11:2

Entonces, no teniendo nada que hacer, él subió a la terraza de su casa para contemplar la
belleza del área circunstante... No sabemos cuánto estaba lejos Batshéva de la casa del
rey, pero los hombres, y más uno como David, podemos reconocer que una mujer es
hermosa desde un punto distante aún cuando ya está oscureciendo. Generalmente se cree
que ella se estuviese bañando en el patio de su casa: esto es muy improbable ¿No habría
David notado una tan encantadora vecina ya antes? ¿No habría sabido que era la mujer de
su leal soldado? Él ciertamente lo habría sabido si ella hubiese vivido cerca de su palacio.
Por lo tanto, ella debía estar bañándose en una fuente natural lo suficientemente profunda
como para una inmersión, y debía ir hasta allí desde su casa con tal propósito. Ella
probablemente debía ir hasta esa fuente no justamente para “lavarse”, lo que podía hacer
en su casa sin el riesgo de ser vista, sino para limpiarse de impureza ritual (v. 4). Éste es
un precepto de la Torah llamado mikvéh, que requiere que la mujer se sumerja
completamente desnuda en mayím hayim, o sea, agua corriente, para ser purificada. Si
ella no tenía una piscina adecuada en su casa (que debía ser llenada con agua corriente),
debía encontrar otro lugar. Ella no estaba haciéndose ver, ni lo estaba tentando, sino que
estaba cumpliendo con un acto debido y obedeciendo a la Torah de Elohim! También lo
estaba haciendo al anochecer, quizás después de la puesta del sol, para reducir la
posibilidad de ser vista. No se nos dice que estuviera sola, probablemente llevaba a una
amiga que vigilase.

Por otra parte, David tenía derecho a mirarla mientras él creyese que ella era libre no es
un pecado admirar la belleza de una mujer, es algo natural, lo que es pecaminoso es
maquinar pensamientos lujuriosos.

2 Shm (2Samuel) 11:3-4

Una vez que él fue informado sobre su identidad, que ella era la mujer de su leal soldado,
no impidió a su mente de ir más allá... Ella no lo había provocado! Era él que no debía
codiciar a una mujer casada, sino olvidarla. En cambio, él ordenó que se la trajeran.
Tampoco en éste caso podemos culpar a Batshéva: él no le mandó una invitación a venir,
si ella habría tenido el placer de pasar la noche con él, sino que mandó a sus mensajeros a
traerla a su presencia. ¿Habría ella desobedecido a la orden del rey? Una vez que ella
entendió sus intenciones, ¿podía ella hablar sin el permiso del rey, y objetar sobre lo que
él pensaba hacer? Quizás ella no tenía el carácter audaz de Abigayil, pero también se

45 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


encontró en una situación difícil de controlar, y su comportamiento fue correcto ella no
podía oponer resistencia.

David era el hombre según el corazón de Elohim, pero era un hombre, de todos modos.
Él tenía poder, y también debilidad en sus deseos. En este momento, él no era capaz de
ser fiel a la Torah de Elohim como acostumbraba, y fue superado por sus pasiones. Su
falta no fue sólo que cometió adulterio, sino que tampoco tuvo en cuenta que ella se
estaba purificando porque estaba en su periodo, y no era permitido a un hombre tener
relaciones sexuales con una mujer durante su ciclo Vay (Levítico) 20:18.

2 Shm (2Samuel) 11:5-11

Cuando David vino a saber que su aventura con Batshéva habría sido descubierta, él
tramó un plan para mantenerla secreta. Era por su honor, mas bien que por el de ella, pues
él era el rey y Uriyáh uno de sus mejores guerreros. Él no podía perder la dignidad;
cuando era su deber estar en el campo de batalla, en cambio se estaba divirtiendo con la
mujer de su soldado. Entonces llamó a Uriyáh y expresamente le mandó a “ir a su casa a
lavar sus pies” no le estaba diciendo de ir a refrescarse y descansar, sino que ya hemos
visto que el término pies es usado como un eufemismo: David manda a Uriyáh a tener
relaciones sexuales con su mujer. Sin embargo, Uriyáh, el Hiti, uno como Rajáb y Rut
que se unió a Yisrael siendo nacido entre los paganos, probó su lealtad hacia su rey y
hacia Elohim, y permaneció con los siervos en el palacio del rey. El plan de David falló.
Ya sabemos cómo terminó ésta historia.

2 Shm (2Samuel) 11:26-27

No era la intención de Batshéva llegar a ser reina. Fue la falta de David, que llegó a
desearla tanto como para olvidar la Torah de Yahweh, su unción, sus victorias y todas las
cosas con las que había sido bendecido por haber sido un hombre según el corazón de
Elohim. David se arrepintió amargamente por el mal que había hecho, y se reconoció
culpable delante del Señor, y encontramos la expresión poética de su arrepentimiento en
las palabras del Salmo 51, del cual leemos algunos pasajes:

A pesar de la injusticia por la cual Batshéva llegó a ser la mujer del rey, ella fue
recompensada en su vida: tuvo un marido fiel que perdió, pero después fue la reina de
Yisrael, y madre del Rey Sh´lomóh, el heredero del trono de David.

Tamar, la Hija de David

El Rey David tenía una hermosa hija, cuyo nombre era Tamar. Ella también fue víctima
de abuso como lo había sido su antecesora Tamar, y también en su caso se trató de
46 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim
incesto aunque en una manera muy diferente. La humillación de Tamar no fue un
incidente aislado, sino una consecuencia directa del mal comportamiento de David con
Batshéva y el marido de ella.

2 Shm (2Samuel) 13:1-2

Como ya sabemos, el Rey David tenía muchas mujeres. Amnón era su primogénito, de
Ajinoam Yizreelita 2 Shm (2Samuel 3:2; 1Crónicas 3:1), y legalmente era el heredero al
trono. Abshalom y Tamar eran sus hijos y de una princesa Aramea, muy probablemente
dada a David como “garantía” de lealtad por parte de su padre, a cambio de poder
mantener su reino como usaban hacer los reyes para sellar una alianza, el rey más fuerte
tomaba una hija de su vasallo para asegurarse su perpetua lealtad. Deducimos que ellos
eran aún muy jóvenes, pues no parece que Amnón fuese casado ésta es otra prueba de
que la aventura de David con Batshéva sucedió durante la primera mitad de su reinado.

El casamiento entre Amnón y su media-hermana estaba prohibido por la Torah Mosaica,


por lo tanto él sabía que habría sido difícil para él obtenerla como mujer incluso a través
de un pedido formal. Que él “la amaba” es un eufemismo; en realidad, Amnón sólo la
deseaba sexualmente, como es claramente visible en su comportamiento hacia ella. Él se
enfermó de amor, es decir, tenía un metejón con ella.

2 Shm (2Samuel) 13:3-4)

Amnón parece un niño mimado, que actúa como un adolescente, y que piensa como un
adolescente. Su definición de amor es la de una persona inmadura. Hay una gran
diferencia entre amar con un amor genuino, que viene del rúaj, y enamorarse, que
proviene de la pasión y el deseo. Él no puede admitir que Tamar es su hermana, sino sólo
la “hermana de Abshalom” – aunque Abshalom es su hermano. En la mente de Amnón,
Abshalom es el hijo de su padre, pero Tamar es la hija de la madre de Abshalom.

2 Shm (2Samuel) 13:6-13

Amnón llevó a cabo su plan, como le había sugerido su astuto primo (la misma persona
que después anunciaría la muerte de Amnón al Rey v. 32-33. No obstante, Amnón logró
involucrar a David, al menos en obtener su permiso para que Tamar viniese a su casa. Se
podría suponer que David debía haber entendido las intenciones de Amnón, o por lo
menos sus sentimientos hacia su hermana, en base a las palabras usadas en el texto para
la expresión “haga delante de mí dos hojuelas”: los términos hebreos usados aquí para
“hacer” y “hojuelas” están ambos relacionados con la palabra “corazón” (lev),
significando lo siguiente: el verbo lavav propiamente quiere decir “estar dentro”, por
implicación “abrir el corazón”, o sea, “transportado por el amor”, y también significa
47 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim
“hacer hojuelas”; luego el término lavyivot, plural de lavyivah, en su sentido original es
grosura, luego “torta frita”. Por lo tanto, aparece implícito que Amnón pidió
específicamente un tipo de “tortas de amor” como medicina para su enfermedad. David
no parece muy interesado en los sentimientos de sus hijos, de otra manera habría notado
que el deseo de Amnón por Tamar era algo más que amor fraternal. Estaba muy ocupado
con los asuntos del Reino y con sus muchas mujeres para ocuparse también de sus
numerosos hijos. Y David mandó a su hija a la casa de Amnón, para que le cocinase
como él había pedido.

Después que ella hizo las tortas para su hermano, sus intenciones se manifestaron ¿No
había ella entendido, siendo mujer, qué es lo que él quería de ella cuando mandó a salir a
todos para quedarse solo con ella, y pretendió comer de su mano en la alcoba? Quizás
consideró esto como natural entre un hermano y una hermana, sin implicaciones
lascivas… Quizás ella era muy ingenua. Probablemente Amnón era tan malcriado que ni
su padre, dando por hecho que un hombre puede entender los sentimientos de otro
hombre, ni su hermana, que siendo mujer puede intuir las intenciones de un hombre,
sospecharon nada. Seguramente Amnón ya era tratado como el sucesor a la corona, y
todo deseo suyo era cumplido sin preguntarle nada.

Cuando Tamar se dio cuenta cuál era la “enfermedad” de Amnón, ella cortésmente se
negó. Le habló con ternura, pero haciendo notar que era algo infame delante del Señor,
con consecuencias negativas para ambos, ella y Amnón mismo. Tamar apeló a la Torah,
“no se ha de hacer así en Yisrael” y definió un hecho tal una “locura” (nevalah); apeló al
orgullo de Amnón que habría sido considerado “como uno de los necios” (naval),
términos que en hebreo implican maldad, villanía, además de necedad; y también a su
bondad, porque ella habría sido deshonrada, avergonzada. Ella también le ofreció una
posibilidad, diciéndole que se habría casado con él si él hacía las cosas bien, pidiéndola a
David como esposa. Podemos deducir que ella dijo esto en su desesperación, sabiendo
que no era permitido por la Torah una vez que las intenciones de Amnón hubieran sido
conocidas, él habría perdido toda posibilidad.

2 Shm (2Samuel) 13:14-17

Amnón estaba obsesionado, y la violó. Es evidente qué tipo de “amor” él sentía por ella,
que la odio después de haberla humillado sexualmente. Eso no era amor, sino pura
lascivia. Aquí no estamos interesados en los aspectos psicológicos del comportamiento de
Amnón, por qué la odio más de cuanto la había deseado, porque nos interesa Tamar; por
lo tanto no trataremos las posibles razones de esta reacción.

48 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Ella fue ofendida en su honor y herida en sus más profundos sentimientos – porque no
pudo resistirlo por no tener la fuerza física. Por lo menos, él podría haber cumplido con
su deber como hombre (aunque es indigno de ser llamado hombre) y debía tomarla como
esposa; pero en cambio la echó. Ella era una princesa, y era destinada a ser dada como
esposa a un príncipe, o a un hombre honorable; pero en la antigua sociedad Yisraeli era
muy difícil para una mujer poder casarse si no era virgen – a menos que fuese viuda. Por
este motivo ella le dijo que esta segunda maldad era peor que la primera. Quisiéramos
pensar que, siendo inocente, ella haya encontrado un buen marido que la haya aceptado,
pero no sabemos más nada de su vida. Según las Escrituras, ella quedó desconsolada, lo
que nos da a entender que éste fue su estado definitivo. La palabra hebrea usada aquí es
shamem, la misma que encontramos en Isaías 54:1, y conlleva el sentido de devastada,
desolada, desierta.

2 Shm (2Samuel) 13:18-21

Tamar tuvo un correspondiente masculino en la historia, que fue también una víctima
inocente como ella: Yoséf Br (Gn) 37:3)

Ambos fueron traicionados por sus hermanos Tamar por uno, Yoséf por todos. Después
de esto, sus trajes de colores ya no se podían usar: Br (Gn) 37:23,31

Ambos fueron invitados con las mismas palabras, “acuéstate conmigo”, y su rechazo les
trajo malas consecuencias: Br (Gn) 39:12).

Parece que la única persona que realmente había entendido todo desde el principio era
Abshalom, porque cuando vio a su hermana, él le preguntó “¿Ha estado contigo tu
hermano Amnón?”. Ya sabemos cómo terminó esta historia, que Abshalom se comportó
como un verdadero hombre y vengó a su hermana, matando al vil Amnón. Cuando David
supo lo que había pasado “fue muy enojado”, pero no se nos dice si hizo algo para
castigar a Amnón. Probablemente dejó este asunto en manos del Señor, pues nadie mejor
que él sabía que Elohim no dejaría a nadie sin su castigo. Pero Abshalom consideró la
inacción de David como injusticia, de hecho, es de esto que acusó a su padre cuando se
rebeló contra él: 2 Shm (2Samuel) 14:27).

La Mujer Noble de Shuném

Esta es otra mujer cuyo nombre no es mencionado, aunque era una persona importante en
su ciudad. Ella vivió en un periodo muy duro para Yisrael, gobernado por monarcas
inicuos que se habían apartado de la Torah – el Reino de Yisrael se había separado de
Yerushaláyim y del Templo, y la autoridad de Elohim era representada por Su Nevií.
49 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim
Shuném era una pequeña ciudad en el territorio de la Tribu de Yissakar, en Galilea, de
donde también Avishag era nativa (1Reyes 1:3).

2 Mlk (2Reyes) 4:8-13

Esta mujer es llamada “importante”, significando que ella pertenecía a la nobleza de su


país. Parece ser que el Nevií Elishá no se identificaba a sí mismo mientras viajaba, y no
era tan notorio como el Nevií Eliyáhu, que era rápidamente reconocido por su aspecto
extravagante. Ésta mujer tenía conocimiento del rúaj ese tipo de conocimiento que es
exclusivo de las mujeres por el cual ella entendió que Elishá era un santo varón. Ella
creía en el verdadero Elohim en un Reino que ya no Lo adoraba más desde su separación
de Yahudáh, y ella consideraba que era una bendición para su casa dar hospitalidad a éste
hombre de Elohim itinerante y a su siervo. El Nevií quiso expresarle su agradecimiento, y
la preguntó si ella habría querido algún puesto de honor entre las autoridades. Su
respuesta fue la de una verdadera mujer de la nobleza: ella no quería gloria, sino vivir en
medio de su pueblo al cual ella probablemente sostenía también económicamente, siendo
una persona tan generosa.

2 Mlk (2Reyes) 4:14-17

No la podemos culpar por su incredulidad; también su antecesora Saráh se rió cuando


Elohim le anunció el nacimiento de Yitzjaq. No tener hijos en el antiguo Yisrael era un
problema muy serio, y para una mujer estéril era increíble poder llegar a ser madre, aún
cuando le fuese dicho por un Nevií. Ella probablemente era aún joven, pero
aparentemente se casó con un hombre mucho mayor que ella, pues el siervo recalcó la
edad del marido.

2 Mlk (2Reyes) 4:18-30

Su hijo aparentemente murió por una insolación. El hijo que ella tanto había deseado pero
que no pidió en cambio de su hospitalidad: ¿Pedí yo hijo a mi señor? ¿No dije yo, que no
me burlases? Puede parecer un reproche, pero de hecho ésta vez sí era un pedido, como si
hubiese dicho: “Tú me has concedido de tener un hijo, ahora deberás proveer para que
este milagro no haya sido en vano”; era una declaración de firmeza más bien que un
reproche. De hecho, cuando su hijo murió, ella no lo preparó para un funeral, sino para
una resurrección. Ella sabía perfectamente lo que estaba haciendo: ésta mujer
seguramente había oído acerca del Nevií Eliyáhu, a quien sucedió Elishá, y de su
milagro cuando era huésped de la viuda de Tzarefat:

2 Mlk (2Reyes) 17:17-23

50 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


La mujer Sunamita quería que Elishá hiciera la misma cosa, porque ella tenía firmeza.
Ella había puesto al hijo en la cama del Nevií, como había hecho Eliyáhu cuando era
huésped en casa de otra mujer. Así como Eliyáhu había hecho que no faltase aceite de la
vasija de la viuda Mlk (1Reyes) 17:16, y Elishá había repetido ese milagro en casa de
otra viuda justo antes de encontrar a la Sunamita 2 Mlk (2Reyes) 4:2-6, ella sabía que él
podía devolverle a su hijo como había hecho Eliyáhu. Y ella siempre decía: “Shalóm”.
Era determinada, nadie debía saber nada excepto el Nevií, y sólo cuando estuvo en su
presencia, ella habló. De la misma manera que había entendido desde el principio que
Elishá era el Nevií de Elohim, ella supo que era sólo él que debía ser informado.
Elishá le dio instrucciones sobre lo que debía hacer, pero ella no aceptó. Ella requería la
presencia del Nevií. No era falta de firmeza ella viajó hasta el monte Carmelo dejando a
su hijo muerto en casa, y nadie haría eso si no tuviera firmeza. Ella quería que Elishá
hiciese exactamente como había hecho Eliyáhu. E insistió como su ancestro Yaaqóv: “No
te dejaré, si no me bendices” Br (Gn) 32:26).

2 Mlk (2Reyes) 8:1-6)

Esta mujer noble de Shuném adquirió una consideración privilegiada por el Nevií, que le
advirtió de refugiarse en otro país por causa de la inminente carestía. Y ella creyó al
Nevií e hizo con él le dijo, y no perdió nada: al contrario, incluso un mal rey como
Yahuram le devolvió no sólo sus posesiones, sino también lo que éstas habían producido
durante los siete años que ella estuvo en el extranjero.

¿Qué las mujeres de la torah no son importantes? ¿Quién lo dijo? Los hombres porque en
la torah no es así.

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