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El 26 de noviembre de 2016 Pedro Sánchez inició su particular resurrección.

Abatido
por los barones socialistas, que le derribaron de la Secretaría General del PSOE en el
comité federal del 1 de octubre del mismo año, el hoy presidente del Gobierno inició
una ronda de visitas por las agrupaciones del partido en toda España que primero le dio
las llaves del partido y, después, de la Presidencia.

Su periplo comenzó en Valencia, una ciudad convertida desde entonces en una suerte
de fetiche durante sus momentos más comprometidos. Quizá por ello, Sánchez la eligió
ayer de nuevo para tratar de revertir el bloqueo que se encontró en el Congreso de los
Diputados para su investidura. Acompañado por el presidente de la Generalitat, Ximo
Puig, y el secretario de organización, José Luis Ábalos, el presidente del gobierno y
secretario general del PSOE se reunió con la líder de Compromís y vicepresidenta de la
Generalitat, Mónica Oltra, y el único diputado de la formación en el Congreso, Joan
Baldoví, con la intención de transformar su abstención en el primer voto a favor de su
futura candidatura.

Y la lectura de ambos partidos a la salida de la reunión fue muy optimista al


respecto. Compromís lanzó una serie de exigencias para poder mutar su abstención en
un sí el próximo mes de septiembre centradas en la financiación, la deuda, un tramo
autonómico del IVA, el pago de ayudas de la dependencia y la creación de un fondo de
garantía sanitaria. Y el PSOE asumió las reivindicaciones sin demasiadas reticencias.
Ábalos, de hecho, confirmó que trasladarán las reclamaciones de Compromís a la
ministra de Hacienda, María Jesús Montero, para cuadrar los números y poder cerrar un
documento factible y asumible por el Ejecutivo. De hecho, consideró que hay acuerdo
"en lo sustancial". Y es que algunas de las peticiones esgrimidas en la mesa de
negociación ya se habían atisbado en los frustrados Presupuestos Generales del Estado
de 2019. En materia de financiación autonómica, Compromís reclamó una propuesta del
Gobierno con la que empezar a trabajar en los primeros ocho meses de legislatura, un
tiempo muy aproximado al que manejaban de primeras los socialistas y que se acercaba
al año. Baldoví también desveló que reclamarán el 50% de los ingresos del IVA para las
autonomías, el pago de un fondo que cubra el incremento del gasto sanitario en verano
derivado de la presión turística y que el Gobierno asuma en dos años al menos el 25%
de las ayudas de dependencia y el 50% en cuatro.

El principal escollo, deslizó el diputado de Compromís, se lo encontraron los


negociadores en la deuda. La coalición valencianista considera insuficiente el
documento en el que el PSOE_tan sólo se aviene a estudiar la situación de la deuda
autonómica y reclamaron un esfuerzo más: "Es insuficiente. Hay que añadir algo, un
verbo, que implique algún movimiento. La deuda está ya estudiada y no nos podemos
quedar en eso, hay que avanzar para que la Comunidad pueda aliviar su carga
financiera", señaló.

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