Abatido
por los barones socialistas, que le derribaron de la Secretaría General del PSOE en el
comité federal del 1 de octubre del mismo año, el hoy presidente del Gobierno inició
una ronda de visitas por las agrupaciones del partido en toda España que primero le dio
las llaves del partido y, después, de la Presidencia.
Su periplo comenzó en Valencia, una ciudad convertida desde entonces en una suerte
de fetiche durante sus momentos más comprometidos. Quizá por ello, Sánchez la eligió
ayer de nuevo para tratar de revertir el bloqueo que se encontró en el Congreso de los
Diputados para su investidura. Acompañado por el presidente de la Generalitat, Ximo
Puig, y el secretario de organización, José Luis Ábalos, el presidente del gobierno y
secretario general del PSOE se reunió con la líder de Compromís y vicepresidenta de la
Generalitat, Mónica Oltra, y el único diputado de la formación en el Congreso, Joan
Baldoví, con la intención de transformar su abstención en el primer voto a favor de su
futura candidatura.